CRÍTICAS PELÍCULAS

martes, 31 de marzo de 2020

CINE DE CHINA / HONG KONG


- 2 YOUNG (2005)

CINE DE JAPÓN


- 5 CENTÍMETROS POR SEGUNDO (2007)
- 12 SUICIDAL TEENS (2019)
- A BRIDE FOR RIP VAN WINKLE (2016)
- A SILENT VOICE (2016)
- AUGUST IN THE WATER (1995)

lunes, 30 de marzo de 2020

IT COMES (KURU) (2018)

Sin ninguna duda, Tetsuya Nakashima es uno de los directores más interesantes y únicos a nivel mundial. Un director que con una filmografía de únicamente 8 películas desde 1997 (cada vez más dilatada en el tiempo) ha logrado conquistarnos y fascinarnos con su tan peculiar manera de contar las historias. De tono imprevisible tanto en sus soluciones argumentales como a la hora de planificar el montaje (visualmente, la elección de sus planos se asemejan a las viñetas de un cómic manga) teniendo cierta predilección por jugar con el tempo narrativo y las lineas temporales. Un estilo que a algunos les ha producido urticaria y a otros les ha enamorado. Curiosamente hemos podido ver una evolución de Nakashima hacia un tono cada vez más oscuro y violento desde la alegría surrealista y tragicómica de Kamikaze Girls (2004) y Conociendo a Matsuko (2006) siendo la excelente Confessions (2010) el punto de inflexión en este sentido con su historia de venganzas y violencia estudiantil. Aún con sus cambios de tono el fondo de Nakashima sigue siendo el mismo: la maldad de la infancia/adolescencia, la dejadez de unos adultos enfermos, las nuevas tecnologías o temas más escabrosos como el bullying o el abuso físico y sexual. Unos temas que no dudan en poner a prueba al espectador quien es llevado a los ambientes más oscuros de la sociedad japonesa. It comes (2018) suponía el primer abordaje de Nakashima al género de terror, por lo que habían albergadas grandes expectativas. Tras unos primeros pases por diversos festivales el film no fue despertando demasiadas emociones por parte de la crítica y público por lo que el film fue desinflándose hasta su estreno en Japón. Reconozco que debido a estas críticas creció en mi un desinterés por el film ¡Cuan graso error cometí! It comes, aún introducirse de lleno en el género de terror es Nakashima 100%. Una experiencia inquietante, alucinógena y terrorífica que ha supuesto toda una agradable sorpresa.
En el film seguimos a Hideki y Kana Tahara, una pareja de recién casados. Hideki está realmente emocionado por el futuro que le depara junto a Kana. Un día, una misteriosa persona visita la compañía en la que él trabaja. Pronto recibe un mensaje de un compañero, asegurando que la persona en cuestión se llama "Chisa", algo que impacta a Hideki. "Chisa" es el nombre que tanto él como su mujer han elegido para su bebé, pero sólo ellos están al corriente del embarazo de Kana. En cuestión de días, el compañero que transmite el mensaje fallece bajo extrañas circunstancias. La vida de Hideki cambia por completo de ese momento en adelante.
La vida sonríe a Kana y a Hideki

Hideki no duda en colgar cualquier avance del embarazo de Kana en su blog

Pero empiezan a pasar cosas raras...

Que van en aumento una vez nacida Chisa.

Desesperado, Hideki acude a una experta en temas fantasmales.

Pero todo va de mal en peor y con sanguinarios resultados.

Finalmente, aparece Takako Matsu a poner orden.

It Comes es de nuevo una experiencia única cuya mayor baza es ver como Nakashima le da la vuelta a un tema tan manido y sobreexplotado como son los exorcismos y las maldiciones jugando con el montaje epiléptico, las lineas temporales y el juego de unos personajes que guardan más secretos de lo que parecen. El film te envuelve a través de su metraje de una atmósfera rara, inquietante y que logra engancharte en el cuerpo una cierta incomodidad. Aún siendo el horror y el elemento fantasmal el motivo principal todo es una excusa para que Nakashima vuelva a sus temas predilectos como son la adicción a las nuevas tecnologías, la imagen falsa que se da en las redes sociales así como la vulnerabilidad y abusos hacia la infancia. Un trasfondo que sin duda le da más profundidad a la historia. Las apariciones fantasmales y ataques que sufren los personajes son terroríficos y sorprendentes, realizados poco a poco y de manera escalonada hasta llegar al explosivo (y memorable) tercio final. Momentos de horror donde no faltan desmembramientos, sangre a chorros y orugas desagradables.
En ese sentido el reparto me parece estupendo. Podemos ver que a Nakashima le gusta rodearse de actores habituales de su filmografía. Satoshi Tsumabuki, (excelente actor que interpreta a Hideki, el marido) ya había participado en Paco and the Magical Picture Book (2008) y El mundo de Kanako (2014) o Takako Matsu (la memorable profesora de Confessions) interpreta a la exorcista. Tras sorprendernos a todos en El mundo de Kanako, repite Nana Komatsu, interpretando a la hermana de Matsu, también con poderes extrasensoriales y problemas personales varios. Haru Kuroki (A bride for Rip Van Winkle, Nagasaki: Recuerdos de mi hijo) interpreta a Kana, la sufrida esposa de Tsumabuki.

Así, y como he remarcado, It comes (2018) destaca como pieza de terror excesiva, sangrienta e inquietante. Novedosa por la óptica de Nakashima a la hora de abordar una historia de posesiones y exorcismos, ambientando las leyendas tradicionales y folklore japonés a las problemáticas sociales del S.XXI. Una historia de nuevo excesiva, alargada y de montaje esquizofrénico (pero fascinante), hecho que tirará para atrás a mucha gente pero que no son sino las señas de identidad de un director único y original.

jueves, 26 de marzo de 2020

GODZILLA: REY DE LOS MONSTRUOS (2019)


El proyecto de
Godzilla: Rey de los monstruos (2019) surgió el mismo fin de semana de estreno del Godzilla (2014) de Gareth Edwards tres recaudar ésta 200 millonazos en todo el mundo en unos dias. Los de Legendary pueden dar las gracias a ese resultado a la estupenda campaña de márqueting que realizaron para la película y que nos hacían prever un producto diferente del que acabó siendo finalmente. Godzilla (2014) pese a sus muchos aciertos y momentos de puro cine (la llegada a Hawaii o los paracaidistas cayendo en misión de rescate sobre San Francisco) pecaba de unos personajes muy pobres con mucho tiempo en pantalla y un Godzilla sin apenas peso destacable en la trama. Un film muy correcto pese a todo pero cuyos defectos acababan pesando más que sus aciertos. El film se fue desinflando poco a poco en taquilla hasta llegar a los 514 millones de dólares mundiales, una cifra nada desdeñable. Gareth Edwards inicialmente se encontraba en los planes para dirigir no solamente la secuela sino una tercera parte que serviría como conclusión a la trilogía pero el director abandonó el proyecto para dedicarse a la dirección de Star Wars: Rogue One (2017). David Dougherty fue finalmente el elegido para encargarse de Godzilla: Rey de los monstruos (2019).
 
Podemos decir que hay dos formas de enfrentarse a una película de Godzilla (aunque se puede aplicar a todos los films kaijus). Una es desde una perspectiva seria y adulta con 1 o 2 monstruos como mucho donde éstos sirven de alegoría o metáfora ya sea de la naturaleza, los abusos del hombre o la guerra. Propuesta conseguida de sobras por films como Japón bajo el terror del monstruo (1954) o
Shin Godzilla (2016). Otra forma es enfrentarse al film desde el puro entretenimiento pop y lleno de colorido con mucha destrucción y luchas colosales entre monstruos sin ninguna clase de pretensión más que el de divertir. La postura que ocupa el 90% de la saga Godzilla.

Godzilla: Rey de los monstruos (2019), frente al superficial intento de solemnidad y profundidad del primer Godzilla de 2014 opta por la versión del saurio más festiva. Dougherty es un fan a muerte del monstruo y se nota mucho. Rey de los monstruos es la mejor traslación de la mitología del kaiju japonés realizada desde Hollywood hasta el momento. Una traslación literal de los patrones del genero kaiju llevados al blockbuster hollywoodiense. Debido a esa literalidad llevada al mainstream, por así decirlo, ha causado cierto desconcierto y sopor en el público occidental en general o la audiencia no acostumbrada al género.
El film nos lleva 5 años en adelante a los hechos ocurridos en el anterior Godzilla (2014). La existencia del saurio así como de los demás Titanes es ya un hecho confirmado y existe el debate en si se debería exterminar a estas criaturas. En medio tenemos a una organización terrorista que desea despertar a los monstruos, a una familia separada por la tragedia, a la organización criptozoológica Monarch tratando de detener el desastre y a Godzilla enfrentándose a todo bicho que perturbe su territorio. Pero lo peor está por llegar y tiene un nombre: King Ghidorah.
Vera Farmiga le tiene tirria a Godzilla desde que "mató" a su hijo 5 años atrás en el anterior film

Madre e hija son secuestradas por un grupo terrorista de tres al cuarto. Quieren despertar al Monstruo Zero.

Godzilla parece seguir el rastro de un superdepredador.

Que no es otro que King Ghidorah.

Pero no viene solo. Despierta Rodan.

Y Mothra. Aunque ella va de buenas.

El profesor Serizawa y Monarch intentarán poner orden a todo este lío.

La batalla final se prevé colosal.
Godzilla: Rey de los monstruos (2019) destaca como espectáculo visual apabullante y un ritmo que no cesa en ningún momento desde el minuto 1. Produce una gran emoción poder ver en un film de alto presupuesto a monstruos como Mothra, Rodan y King Ghidorah y los monstruos tienen sus momentos de gloria. Mothra acaba siendo la más perjudicada de la historia relegándola a un segundo plano pero protagonizando momentos visualmente muy bellos. Su aparición en formato mariposa con la música original de Mothra (1961) sonando a todo trapo pone los pelos como escarpias. Su diseño es el que más se diferencia de los films originales haciéndola más pequeña e insectoide. Rodan (con un diseño más en la linea de Godzilla vs Mechagodzilla de 1993) protagoniza el mejor momento del film como es su aparición en el volcán de la isla de Mara y la posterior persecución contra los cazas en un ambiente rojo apocalíptico. King Ghidorah mantiene el mismo aspecto y origen que los clásicos japoneses aportando esta vez propiedades autoregenerativas y siendo un enemigo cuasi indestructible para Godzilla quien esta vez si tiene el peso y presencia que requiere a la historia luciendo imponente. El film acumula múltiples guiños a la saga desde la música de Akira Ifukube sonando en momentos clave, el destructor de oxigeno, el mapa del mundo con los monstruos atacando las diferentes ciudades como en Invasion Extraterrestre, Rodan saliendo de un volcán como en su film homónimo de 1956 o el burning Godzilla. Guiños que resultan ser todo un regalo para el fan además de un compendio de los greatest hits de la saga. En este sentido, el film acumula momentazos sobresalientes a nivel emocional y visual: la primera batalla entre Godzilla y King Ghidorah en la Antártida, las apariciones de Mothra, la guarida ancestral submarina donde descansa Godzilla, el clímax final con los 4 monstruos a tortazo limpio...

El cast presenta a un buen elenco de actores como Vera Farmiga, Kyle Chandler, Charles Dance y a Millie Bobby Brown. Ken Watanabe repite en el rol de Dr. Serizawa así como Sally Hawkins como científica de Monarch. Los personajes del film son más finos que el papel de fumar y de muy poca entidad reduciéndolos a tópicos andantes pero éstos funcionan poniéndolos al servicio de la aventura además de espectadores de todo lo que está pasando. Dougherty tiene muy claro que los verdaderos protagonistas son los monstruos y les da todo su espacio pero es una lástima que no se hubiera trabajado algo más el lado emocional de la historia. El trauma familiar de Chandler, Farmiga y Bobby Brown aunque me sea algo más interesante que la aburrida odisea de Aaron Taylor Johnson por reunirse con su familia en el anterior Godzilla (2014) me sigue pareciendo muy superficial. El grupo terrorista capitaneado por Charles Dance es prácticamente de chiste en este sentido dando nulas explicaciones de sus motivaciones. La más perjudicada en la historia es Vera Farmiga quien tiene que defender como puede un personaje plagado de incongruencias y sin sentidos. La nula profundidad en estas subtramas se debe a que Dougherty parece que quiere perder los mínimos minutos posibles en estas historias y presentar lo antes posible a los monstruos. Curioso y casi shocking planteamiento ya que se mueve radicalmente al otro extremo en el que se movía Gareth Edwards donde apenas mostraba durante 5 minutos a Godzilla. Y ese el handycap del film, que acaba resultando un festival agotador de CGI, explosiones y ruido. Espectacular, pero que acaba por ser excesivo y mareante especialmente en sus escenas de acción con una cámara que no para quieta y una tendencia a la confusión que acaba por jugarle en contra. Parece que Hollywood no acaba de encontrar un equilibrio para el saurio radiactivo. En el Godzilla de Edwards habían muchos momentos de puro cine pero eran naufragados por un conjunto frustrante mientras que en el Godzilla de Dougherty hay muchos momentos en los que se pasa de frenada en su orgía digital.

En resumen, Godzilla: Rey de los monstruos (2019), aun con sus fallos, es el mejor homenaje hasta la fecha del saurio radiactivo realizado por Hollywood pero pese a su sana diversión, espectacularidad y gozo para el fan acaba resultando un festival agotador que descuida en exceso a sus personajes. Un film que acumula eso si, excelentes momentos monstruosos que por fin se les da todo el respeto y amor desde EEUU por parte de un fan entregado del personaje.

Lo entretenido del film no se ha traducido en buenas cifras en la taquilla quedándose en unos pobres 385 millones de dólares a nivel mundial. Veremos en 2020 la conclusión a la trilogía con la esperada batalla con King Kong en Godzilla vs Kong. Por lo pronto su estreno ha sido retrasado de marzo a noviembre tras encargarse toda una serie de reshoots para el film. Veremos en que acaba todo esto.

miércoles, 25 de marzo de 2020

SKYFIRE (2019)

Es un hecho. No hay que mirar hacia otro lado negando la realidad. China es, desde hace unos años, el máximo productor de cine del mundo con una oferta que es una autentica locura e imposible de seguir. Más de 1200 títulos al año lo atestiguan. El ranking de las 10 películas más taquilleras del país lo componen films estrenados en la última década. Es innegable la edad de oro que está viviendo en estos momentos el cine chino. Es también en estos últimos años cuando han proliferado toda una serie de estrenos blockbuster que no escatiman ni en presupuesto ni espectacularidad a la vez que se aprovechan como demostración de fuerza nacionalista: The Wandering Earth (2019), Shanghai Fortress (2019), Operation Red Sea (2018) o Wolf Warrior 2 (2017) son ejemplos de blockbusters abundantes tanto en patriotismo como en espectacularidad y acción sin ninguna clase de prejuicio.

Todo esto se puede aplicar a Skyfire (2019), la última locura que nos llega del país. Para su realización se reclutó al estadounidense Simon West, director de “sobradas” como Con Air (1997), Los mercenarios 2 (2012) o Tomb Raider (2001).
El argumento de Skyfire es el siguiente: En una isla volcánica se construye un centro vacacional con espectaculares atracciones. Pese al aviso de sismólogos de actividad volcánica, su dueño seguirá adelante con los planes, abriendo el parque de atracciones a inversores y sus familias.
¿Hay una isla con un peligroso volcán que no hace ni 20 años que entró en erupción y no se le ocurre mejor cosa a un magnate (Jason Isaacs) que hacer una mezcla de Port Aventura y Benidorm a los pies del volcán? No importa lo absurdo del argumento. Todo es una gran excusa para que a la mínima el consabido volcán entre en faena y la lie entre turistas y aldeanos y en ese sentido el film no pierde el tiempo.
El inicio de Skyfire ya te golpea con una presentación espectacular para explicarnos el pasado de sus protagonistas con la pequeña Xiao Meng y su padre Wentao Li escapando de la isla pero perdiendo a su madre/esposa por el camino marcando las vidas de ambos de ahora en adelante.
Unos años después y con Xiao Meng convertida en una atractiva sismóloga se dedica a estudiar dicho volcán para prevenir cualquier actividad volcánica frente al mencionado parque temático. Aunque padre e hija volverán a unir sus caminos.
Jason Isaacs le parece buena idea mezclar Port Aventura y Benidorm en una isla con un volcán.

El experto en volcanes, Wentao, huele que algo no va bien y va en busca de su hija Xiao Meng.

Pero es demasiado tarde. El volcán despierta.

Empieza una carrera para salir vivos de la isla.

El parque temático se va al garete.

¿Lograrán escapar?

Como he mencionado el film no pierde minutos en presentarnos la acción y en ese sentido es espectacular. Los efectos especiales están conseguidísimos (salvo algunas salidas de madre) y es un placer ver al volcán causando estragos entre la población. Las set pieces de acción son continuas y no aburren, eso si, te resultaran tremendamente disfrutables si logras superar momentos de incredulidad científica como que nuestros protagonistas estén tan cerca de la lava y no sufran ni quemaduras. Los personajes tienen un mínimo de construcción y logran crear algo de interés: Wentao (un acartonado Xueqi Wang) como padre que intenta volver con su hija (interpretada por la actriz y modelo Taiwanesa-Australiana Hannah Quinlivan) tras años de separación entre ellos, Jason Isaacs (actor que hemos podido ver en films como La cura del bienestar, Corazones de acero o en films de la saga Harry Potter) no se queda en un magnate desalmado y le introduce matices más humanos.

Así, Skyfire (2019) es un espectáculo entretenidísimo, que sigue teniendo todos los tópicos del cine de catástrofes pero lo resuelve con eficacia y un sentido del espectáculo de pura adrenalina y acción. No falta el final lacrimógeno, ni las heroicidades imposibles. Tics simpáticos en un conjunto divertidísimo que te hará pasar 90 minutos de pura montaña rusa emocional.
Skyfire iba a lo que iba: reventar la taquilla china. Y así lo consiguió en su estreno en diciembre de 2019 siendo nº1 en su primer fin de semana.

lunes, 23 de marzo de 2020

CRÓNICAS DE SITGES 2015 (3/3)

De la mano de Sean Byrne me disponía a visionar su The Devil’s Candy que prometía una coctelera curiosa de heavy metal, arte, obsesión, psycho killers y ¿casas encantadas?
El film nos presenta a Jesse y Astrid los cuales compran una idílica casa en Texas, con espacio suficiente para que él pueda desarrollar su trabajo artístico. Al poco de mudarse, los cuadros de Jesse empiezan a adquirir un tono más oscuro e inquietante, como si una extraña fuerza poseyera su mente.

The Devil’s Candy se beneficia de una trama que juega a la sorpresa y a la originalidad. Se agradece que aunque al fin y al cabo se cuenta una trama ya mil veces vista intente jugar con el espectador con originalidad, buenos personajes y ciertos rasgos inquietantes.
El personaje protagonista resulta interesante y es atrayente su condición artística oscura y metalera y que poco a poco va sucumbiendo a la obsesión pura. El psycho killer resulta muy acertado siendo un personaje grotesco e inquietante. Es destacable el estilo barroco a nivel visual de la obra y que acaba impregnándote de la locura y oscuridad de los hechos que se relatan. Otro punto a favor es que el director no intenta alargar la trama innecesariamente quedando el metraje en unos muy agradables 79 minutos. 
The Devil’s Candy no cambia la historia del género pero supone una pieza a recordar, un film original y que intenta ofrecer cosas nuevas a un género sobrexplotado quedando en una pieza de terror satánico/slasher más que recomendable y entretenida.


Ver algo de Takashi Miike en el Festival de Sitges es obligatorio. Yakuza Apocalypse proponía una
vuelta al lado más loco, salvaje y anárquico del director japonés con una mezcla imposible de yakuzas y vampiros. En el film seguimos a Kagayama, un débil subalterno leal al jefe de la yakuza Kamiura, que resulta ser un legendario vampiro. Cuando un asesino de un sindicato internacional llega a Japón para entregar un ultimátum, Kamiura es asesinado. Pero no antes de llegar a morder a Kagayama. Ahora, su subalterno ya convertido en vampiro buscará venganza contra un formidable equipo de asesinos.

El film no es plato para todos los paladares, eso por supuesto. Miike envuelve al film de un halo desprejuiciado donde todo es posible y lo surrealista y el absurdo es moneda común. Una mezcla que a pesar de lo extenuante del metraje me ha resultado irresistible. El protagonismo recae en un correcto Hayato Ichihara (Todo sobre Lily), el cual hacía mucho que no veía en cine y que nos conduce a través de una historia donde hay de todo: parodia yakuza, vampiros bestiales, un grupo de asesinos imposible, kappas, una rana verde en bicicleta y hasta homenaje al Kaiju-Eiga incluído. Ya he comentado que la coctelera será del gusto de unos pocos pero su humor absurdo y surrealista, situaciones y personajes imposibles me ha parecido irresistible. Estas películas le alegran a uno la tarde.


La presencia de sectas religiosas las cuales llevan su fanatismo hasta extremos terroríficos ya ha sido
abordada en varios films del género de terror con mejor o peor fortuna desde La noche del demonio (1957) de Jacques Tourner, la española Los sin nombre (1999) de Jaume Balagueró o más recientemente The Sacrament (2013) de Ti West. En el caso de The invitation, la propuesta se cimenta en un planteamiento mucho más psicológico y en el que se toma como punto de partida las enormes dificultades que tienen unos padres para superar la muerte de su hijo.
Los 90 minutos del film transcurren en una noche en la que se reúnen un grupo de amigos en la mansión de Eden, la cual llevaba dos años desaparecida sin dejar rastro tras la muerte de su hijo.

La historia parte de una primera hora lenta, pausada que se toma su tiempo en presentar a los personajes y en entrar en materia. Lo más suculento del film es como se van soltando pequeños momentos misteriosos en la trama muy ambiguos que despiertan la desconfianza no solo del personaje principal sino en el propio espectador y que nos lleva a pensar en que nada es lo que parece y que la idea de que la vida de los personajes corre peligro va creciendo.

El film concluye con una explosión de sangre y violencia que rompe por completo el estilo placentero de narración, un cambio bastante brusco y exagerado que da la sensación de estar viendo una película completamente diferente. Pese a esto The invitation es una propuesta muy interesante, excelente en su capacidad para crear tensión creciente e incomodidad con los mínimos elementos y que trata temas jugosos como la superación de la muerte de alguien cercano, de la fragilidad de la mente humana así como de la facilidad de manipulación de las personas en situaciones de bajeza emocional.


Mi último film en el Festival iba a ser con una película procedente de Bollywood. A pesar de la
enorme tradición y potencia cinematográfica del país mi experiencia con su cinematografía hasta la llegada de Baahubali ha sido bastante mínima. Una cuenta pendiente que tengo que subsanar.

Baahubali part 1 viene precedida por un imparable éxito en taquilla en su país de origen siendo hasta el momento la película más cara en la India. La historia relata el épico viaje del gran héroe Shivudu desde su infancia y cómo debe enfrentarse a su destino tras descubrir un secreto a lo alto de una cascada y que le cambiará la vida.

El film es un exceso puro (sin ser esto algo malo) donde tiene cabida la acción más espectacular, el drama, el romance y el humor auto-paródico y exagerado. Coctelera la cual me hizo disfrutar enormemente. El apartado técnico es espectacular, con un diseño de producción intachable. Aunque si es cierto que tantas emociones repartidas sin descanso durante 160 minutos hicieron que mi mente, ya abatida de tanta película vista, agradeciera la llegada del final del film.

Pese a esto, Baahubali Part 1 es un film espectacular y que sirve de excelente iniciación al cine de Bollywood con un final impresionante y que deja con muchas ganas de ver la continuación (y conclusión) y que tendrá estreno en el próximo 2017.

viernes, 20 de marzo de 2020

NI HAO, ZHIHUA (2018)

Tras volver al cine japonés (de imagen real) por todo lo alto con la mastodóntica A bride for rip van winkle (2016), la cual recibió una buena aceptación crítica general, Shunji Iwai contó con la superestrella Doona Bae para realizar una miniserie en Corea del Sur para la marca Nescafé llamada Chang-ok's Letter (2017). Parece que lo de probar nuevas producciones en otros países asiáticos debió gustarle al director japonés porque para su siguiente proyecto, Iwai viajaría hasta China.

Ni Hao, Zhihua (2018) o Last Letter, como se conoció a nivel internacional, es la primera producción de Iwai realizada en China. Un film con varios datos interesantes a remarcar por varios motivos. Su argumento parece querer cerrar un círculo para el director ya que supone una reunión de los patrones estilísticos y argumentales más exitosos de Iwai. Su trama parece mirar cara a cara a uno de sus clásicos más recordados, Love Letter (1995).
El film relata la muerte de Zhinan, la hermana mayor de Zhihua. Al acudir ésta a una reunión de ex-alumnos del instituto de su hermana (para relatar lo sucedido), uno de los presentes, Yin Chuan, la confunde con Zhinan, declarándole éste que a pesar del paso del tiempo la sigue queriendo. Es entonces cuando empiezan a surgir sentimientos y recuerdos del pasado adolescente de los tres.

Ni Hao, ZhiHua (2018) es un film delicioso y que logra tocarte la fibra sentimental de la manera más sencilla. Es motivo de alegría o por lo menos reconforta ver que el director realiza una especie de homenaje a su obra (o por lo menos a sus films más dulces y romanticones). El punto de partida de la trama resulta innecesariamente enrevesado pero la manera en que se desarrollan los acontecimientos nos devuelve a ese Iwai de los años 90 empeñado en relatar la sencillez mágica de la vida. El reparto principal no acaban destacando especialmente, siendo algo sosos en su trasfondo. Especialmente me costó conectar con la ZhiHua adulta pero a pesar de esto, los personajes tienen la suficiente tridimensionalidad para interesarte mínimamente la trama. Curiosamente, los actores adolescentes están muy bien escogidos y parecen los más metidos en el argumento y sus personajes.
Destaca el personaje de Yin Chuan, el escritor enamorado de Zhinan desde la adolescencia ahora a la búsqueda de lo que le pasó en todos estos años a la vez que recuerda sus momentos juveniles con ella. Un personaje que no es otro que un alter ego del propio Shunji Iwai, muy similar en aspecto; pelo largo y gafas, aspecto taciturno y melancólico. Resulta conmovedor el relato en este sentido en cómo a pesar del paso del tiempo permanece bien vivo ese primer amor de instituto, puro, libre de la contaminación de las relaciones adultas y de qué manera se dejan escapar las oportunidades separándose las vidas de los dos dando el paso del tiempo unos resultados, a veces, no demasiado alegres o felices. Como podéis ver en mis argumentos, el film es un ejemplo, una vez más, de las obsesiones que ha arrastrado Iwai a lo largo de toda su filmografía: el instituto como templo, oportunidades perdidas, melancolía en la etapa de adulto y la vuelta al recuerdo.
Yin Chuan se confunde. Piensa que ZhiHua es Zhanin... pero la pobre está muerta.

Resuelta la confusión los dos empiezan a explicar sus recuerdos de juventud.

Y cómo Yin Chuan fue sucumbido a los encantos de Zhanin

¿Porqué sus caminos se separaron? ¿Que fue de Zhanin en todo este tiempo?
Yin Chuan encontrará las respuestas
El ritmo del relato es lento y en su primera mitad se van introduciendo en subtramas que van mermando tu interés (ese encuentro casual de la Zhihua adulta en la casa de un abuelo desde donde recibirá las cartas de Yin Chuan) pero es a partir que el argumento se encara, gracias a los flashbacks en donde seguimos a las versiones de juventud de los personajes que la trama te atrapa hasta llegar a un desarrollo emocionante y un clímax de soltar lágrimas. Su tercio final, donde las tramas principales se van resolviendo resultan una catarsis con escenas muy bellas cómo la conmovedora escena de Yin Chuan regresando a su instituto y teniendo un encuentro con las hijas adolescentes de Zhihua y Zhinan. En cierta manera, los flashbacks al pasado, ambientados en esos pueblos rurales de la China profunda me recordó en algunos momentos al cine romántico de Zhang Yimou (Amor bajo el espino blanco o El regreso a casa).
En 2020 se estrena la versión japonesa de Last Letter

En resumen, Ni Hao, ZhiHua (2018) puede que alomejor remarque un cierto cansancio por parte de un Shunji Iwai que, perezoso, ha decidido revivir viejas glorias repitiendo los ambientes y soluciones argumentales de sus films más conocidos como la citada Love Letter o Historia de Abril o tal vez el genial director japonés, ya con sus 56 años, ha vuelto a sentir nostalgia y ha echado la mirada atrás, queriendo cerrar un círculo a su filmografía con esta obra que no es sino un homenaje a todo su trabajo sin mermar en belleza, poesía y poder emocional. Ni Hao, ZhiHua (2018) no es un nuevo clásico a la altura de las obras maestras del Iwai de los 90 pero es un film sobradamente notable. Me sigue sorprendiendo la manera tan efectiva que tiene el director japonés para removerte emocionalmente como el primer día.

Y la historia no queda cerrada aquí ya que Iwai, ha realizado además una nueva versión de la historia contada en Ni Hao, ZhiHua pero para el público japonés. Una nueva versión estrenada en enero de 2020, de título Last Letter y que ha contado con caras tan conocidas como Suzu Hirose, Takako Matsu o Hideaki Anno