CRÍTICAS PELÍCULAS

martes, 13 de abril de 2021

LA SALA DE TORTURAS CHINAS (1994)


Tras Urotsukidoji (1989), Koichiro's Uno: Wet and Swinging (1984) y Fruta prohibida (1956) seguimos nuestro especial primaveral de hormonas revueltas viajando esta vez a Hong Kong y a la década de los 90. Una etapa irrepetible para el cine de la colonia británica ya que eran los años de esplendor de la "Categoría III". Recordemos que dicha categoría se creó para aquellos films ya verdaderamente explícitos en sangre, violencia y sexo a unos niveles exagerados. Ejemplos de ello los tuvimos a cientos destacando algunos clásicos como The Untold Story (1993), Ebola Syndrome (1996) o Devil Fetus (1983). La vertiente más erótica de dicha categoría gozó también de potentes éxitos como el clásico Sex & Zen (1991), delirante película con un príncipe estudioso de las artes del amor y que acababa sufriendo un transplante de pene de caballo. Aunque sigo prefiriendo el film que hoy nos ocupa: La sala de torturas chinas (1994). El film sigue la misma línea picantona mezclándola con secuencias de torturas y un tono de humor absurdo y descacharrante. Una mezcla que logra funcionar a la perfección.

La historia está ambientada en la China medieval. La joven "Pequeña Col" está casada con un bonachón con un problema y es que tiene un pene de enormes proporciones. A ella la corteja Yeung, casado con una mujer la cual le es infiel. Entonces, la mujer de Yeung y su amante deciden asesinar al marido de "Pequeña Col" para que ésta y Yeung sean encerrados por ello. El tribunal no será halagüeño sometiendo a la pareja a horribles torturas para hacerles confesar su crimen.

La sala de torturas chinas
(1994) es puro disfrute perverso, un film que en absoluto se toma en serio a sí mismo ofreciendo un conjunto estimulante para el amante del erotismo bizarro y el soft gore. La película dispone de un ritmo sólido y una agradecida estructura en forma de flashbacks los cuales giran en torno a las diferentes confesiones de "Pequeña Col" y Yeung acusados de asesinato, aunque por supuesto, como citaba en la sinopsis, no todo es lo que parece. El film no da lugar al aburrimiento ayudados por un tono de comedia muy exagerado, paródico y que incluso aprovecha para cachondearse de la infame pero exitosa Ghost (1992) con momento de manos entre el barro incluído. Si nos centramos en el erotismo de la película ésta nos ofrece un desfile de féminas bien ligeritas de ropa protagonizando prácticas sexuales descabelladas, variopintas propuestas de hacer y ofrecer placer, situaciones comprometidas... De entre los momentos calenturientos del film destaca el que es, quizás, el mejor coito de la historia del cine como es el de una pareja de expertos en artes marciales realizando el acto amatorio como si de una batalla wuxia se tratara con imposibles saltos voladores entre otras exhibiciones de poder inusitadas. Una escena maravillosa destacando otros momentos como cuando "Pequeña Col" decide ayudar a su marido a costa de su vida y mantener relaciones sexuales con él acabando por estallarle el pene o cuando el amante de la mujer de Yeung se transforma en fantasma para asediar sexualmente a "Pequeña Col".
Pequeña Col está casada con un hombre de buenas proporciones.

La mujer de Yeung junto a su amante tramarán un plan para inculpar a Col y su marido en un asesinato.

La pareja es sometida a diversas torturas por parte de la justicia de la ciudad.

Pero unos héroes muy particulares les ayudarán. En la imagen, el mejor coito de la historia del cine.

El potro que tampoco falte.
Si nos centramos en la violencia del film ésta, pese a no ser excesivamente explícita si que nos ofrece toda una serie de variadas formas de tortura. Unas técnicas que se debaten entre colocar cañas de bambú entre las uñas, hacer rodar cual croqueta por una cama de púas o el mítico potro de madera. Unos métodos sin duda pintorescos por parte del ministerio de justicia para hacer confesar a los presuntos culpables. Dicha violencia vista se ve rebajada por el tono exagerado que rodea toda la película, aspecto que se agradece. A este respecto y para disfrutar de una experiencia aún más hilarante recomiendo el doblaje en castellano porque asegura el doble de risas. De entre el reparto masculino encontramos a habituales de otras películas de enseñar carne (tontos no eran, sin duda) destacando a Elvis Tsui. Abultada carrera la suya contando con The Seventh Curse (1986) con Chow Yun-Fat, Sex & Zen (1991) o Eternal Evil of Asia (1995). Y también Lawrence Nge, también salido de Sex & Zen entre otras decenas de films similares. De entre las féminas destacamos a Julie Lee (The Untold Story o Love to Kill (1993)) e Yvonne Yung (Sex and the Emperor (1994)).

Bosco Lam
se encarga de la dirección, siendo su película más conocida. Lam también se encargó de otra pequeña joyita muy desconocida de la CAT III como fue The Underground Banker (1994) donde se juntaban, con hilarantes resultados, al rey del género Anthony Wong con el personaje del doctor Lamb (quien tuvo su película en 1992). Mítica propuesta. La sala de torturas chinas fue distribuida por la todopoderosa Golden Harvest Company y disfrutó de una potente distribución internacional siendo un pequeño clásico en nuestro país donde era habitual encontrársela en videoclubs entre las estanterías del cine más oscuro.

La sala de torturas chinas (1994) gracias a sus altas dosis de comedia que hacen rebajar la habitual violencia y nihilismo de la CAT III la convierten en un film desopilante e hilarante que además cuenta con muy correctos valores de producción. Una divertidísima comedia erótica que quizás decepcione a los fans del gore ya que pese a que pueda presagiar más acaba descuidando su nivel de violencia. La película tuvo una secuela en 1998 y de título Chinese Torture Chamber Story 2.

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