CRÍTICAS PELÍCULAS

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jueves, 12 de diciembre de 2024

SÊRÂ-FUKU: YURIZOKU (1983)


Como se ha comentado hasta la saciedad en el presente blog, el estudio Nikkatsu deleitó al público nipón con su retahíla de exitosas producciones Roman Porno entre 1971 y 1988. Hasta 1.200 producciones se realizaron, todas ellas baratas, fáciles y rápidas de realizar y además rentables. El Roman Porno aglutinó decenas de subgéneros o etiquetas. Cintas que se adentraban en las mil y una parafilias y perversiones del ciudadano medio. 

Resulta interesante adentrarnos en una pequeña "sub-rama" del género centrada en producciones que abordaban la homosexualidad de sus protagonistas. Aunque por lo general el sexo de los personajes era femenino y la situación básicamente era explotada desde una visión masculina. Si bien se produjo una trilogía de cintas que, aun contando con dicha explotación, se abordaba la temática de una manera diferente, contando con buenos valores en general. Se trata de la trilogía Yurizoku.

En esta primera entrega se nos presenta a dos chicas de secundaria, Miwako y Naomi, quienes descubren el placer del sexo entre ellas, hasta que una de ellas decide comenzar a salir con un chico para así experimentar nuevos horizontes.

Sêrâ-Fuku: Yurizoku (1983) es otra de las muestras más interesantes que nos dejó el maravilloso y húmedo Roman Porno de la Nikkatsu. Es una cinta que se muestra natural y orgánica en su plasmación de su pareja protagonista y sus diversos avatares. Dos muchachas adolescentes y que dudosas de su propia relación, parece que inmersa en el tedio y conscientes de su propia inexperiencia vital se aventuran en un camino de autodescubrimiento personal y sexual. El carácter técnico de la propuesta resulta acertado, siendo íntimo, cercano y muy natural en las escenas de interior y momentos de cama. 

El clásico nerd pervertido que no puede faltar
Respecto a los exteriores, la fotografía aprovecha de manera notable las localizaciones playeras de la historia, creando momentos de fuerza con el uso del mar, al respecto la excelente escena final con la pareja corriendo por la playa, con un uso excelente de la cámara lenta y la música escogida para la ocasión. Nada mal, para una producción de bajo coste y rodada en 1 semana. Por supuesto, aunque pueda parecerlo por mis acaloradas palabras, el filme se aleja de toda seriedad y trascendencia convirtiéndose en una simpatiquísima comedia de clásico triángulo amoroso. Por supuesto, las locuras habituales e inherentes al género están presentes. 

Aquí cada uno con sus filias
Desde el chico con el que Miwako intenta mantener una relación, un pervertido con acné y que gusta de dejar mochilas (con una cámara en su interior) en medio de la calle para grabar y fotografiar la ropa interior de las adolescentes (Love Exposure style!), un momento en el que también una de las protagonistas es espiada mientras orina (cada uno con sus filias) a usos alucinantes en medio del sexo de un gnomo que parecía servir únicamente para la decoración (ese gorrito afilado...). El director de la cinta es Hiroyuki Nasu, que lejos de encasillarse en el cine erótico realizó diversas producciones en los 80 de lo más exitosas como la saga Bee Bop Highschool (1985-1988), para que se encargó de 6 entregas de la saga o The Shinjuku Love Story (1987). Filmes juveniles que enmarcaban el entorno adolescente con el mundo del crimen o la delincuencia y que gozaron del favor de la audiencia.


Ese gnomo no es solo para decoración...
La elección de la pareja de féminas protagonista resulta un acierto, habiendo química entre ellas y creando unos personajes bastante simpáticos. Al respecto destacar a Natsuko Yamamoto, muy apreciada para quien esto suscribe, presente durante un par de años en varios Roman Porno de la casa como Beautiful Wrestler: Down for the Count (1984), donde se la volvía a juntar con su compañera de reparto Kaoru Oda (Naomi en Yurizoku) o en Koichiro Uno's Wet and Swinging (1984) una de las primeras películas de Shusuke Kaneko.

Esta primera Sêrâ-Fuku: Yurizoku resulta un ejemplo notable del genero, explotando la temática lésbica con despreocupación y ligereza pero aprovechándolo para realizar una trama de autodescubrimiento sexual y personal aderezado con numerosas notes de humor y una naturalidad en la acción bastante de agradecer. Una producción erótica bastante recomendable. Las dos entregas restantes no se hicieron de rogar para las cuales contaron con la misma pareja de actrices. Para Yurizoku 3 (1985) la dirección corrió de parte de Shusuke Kaneko.

miércoles, 12 de junio de 2024

ANGEL OF DARKNESS 1-5 (1994-1997)


El éxito del anime de Urotsukidoji (1989) vino a confirmar el interés de la audiencia hacia el tentacle-porn, esas producciones que se saltaban la censura nipona mostrando a tentáculos sobones en lugar de genitalia explícita. Una práctica que se hizo bastante habitual en el anime y el hentai de alto voltaje y que tuvo variadas traslaciones al live action. Sin ir más lejos, una de las puntas de lanza de la productora Giga es dicho subgénero, encontrando decenas y decenas de producciones y que cuentan con interminables secuencias de tentáculos sobando a Idols vestidas de súper heroinas entre gemidos, gruñidos y mucho aloe vera. Escenas que son tan interesantes como ver crecer la hierba, todo hay que decirlo...

Hay 2 sagas de los 90 salidas del V-Cinema nipón que por su importancia son merecedoras de ser comentadas. Una de ellas es la trilogía de LA Blue Girl (1995), que ya será debidamente analizada. La otra es la pentalogía de Angel of Darkness (1994-1997). Basada en un anime de mismo titulo formada por 4 capítulos y comercializados en 1994. La adaptación en imagen real se realizó poco después. La saga live action viene a ser una ramplona aunque en ocasiones sugerente mezcolanza de cine de horror de tufo satánico con softcore y situado en ambientaciones estudiantiles. Si bien, uno de los puntos más divertidos o llamativos de Angel of Darkness es que cada entrega homenajea o toma como referente algún clásico del cine de terror norteamericano como Viernes 13, Pesadilla en Elm Street o El exorcista.

Profes pervertidos en Angel of Darkness
La primera entrega, Angel of Darkness (1994), sienta las bases de las constantes de la saga. Un empaque técnico limitado y con numerosas aristas, unas interpretaciones sonrojantes, decorados parcos y una trama cuasi inexistente, si bien dichos aspectos son mínimanente suficientes para una producción de dichas aspiraciones. El sentido del humor de la cinta es agradecido, con ese profesor intachable y respetado por compañeros y alumnos pero que esconde una pasión desbordada por el género femenino así que por las noches da rienda suelta a la criatura que lleva dentro en forma de tentáculos monstruosos. Las sospechas por las diversas violaciones y muertes hacia alumnas poco a poco irán tornando hacia él. Una curiosa cinta que sin ser destacable resulta simpática aunque sus escenas tentaculares no sean precisamente muy elaboradas y son técnicamente mejorables, un aspecto que irá perfilando la saga entrega a entrega.

Un poco de Sam Raimi no viene mal. Angel of Darkness 2
Para Angel of Darkness 2 (1995) la acción se mueve hacia un cómodo y barato bosque en donde un grupo de adolescentes con las hormonas revueltas están de excursión junto a sus profesores hasta que una extraña criatura posee a una de las integrantes del grupo y comienza a liarla. Un poco mejor que su antecesora en una secuela que bebe de manera entrañable a Viernes 13 (1980), Evil Dead (1981) y los slashers de campamentos. Los movimientos de cámara subjetivos de un ser invisible moviéndose por el bosque remiten al filme de Sam Raimi. El filme además ofrece la variante de que esta vez el monstruo es femenino, algo que se repetirá ya en el resto de la saga.

Angel of Darkness 3
El final de la segunda parte queda abierto y es continuado de alguna manera en Angel of Darkness 3 (1996), la cual bebe esta vez y sin tapujos del terror satánico con El exorcista (1973) como referente principal. La criatura, de características cada vez más demoniacas posee a una pobre muchacha que progresivamente irá mostrando signos de posesión y la aparición de tentáculos con ansias de compañía. La muchacha, alojada inicialmente en un hospital, irá sembrando el caos sexual en el lugar. Por supuesto, la solución pasa por un sacerdote de tercera que al margen de realizar el obligado exorcismo tendrá que luchar contra las tentaciones de la poseída. Una tercera entrega en general con poca gracia y poco sugerente en sus escenas picantonas. Algo que se soluciona con Angel of Darkness 4 (1996), la cual es capaz de mantener un justo nivel de diversión y entretenimiento.

Homenaje a La profecía en Angel of Darkness 4 

Angel of Darkness 4 
Dicha secuela refuerza la ambientación eclesiástica y demoníaca tomando al filme de Richard Donner, La profecía (1976) como referente clarísimo, tanto que hasta se permiten el lujo de repetir la escena del hierro atravesando, para la ocasión, el cuerpo de una monja. Esta vez la criatura se aloja en el cuerpo de una inocente adolescente, pero el monstruo no actúa ni la posee completamente gracias a que la muchacha porta un crucifijo. Si bien, una mujer misteriosa, protectora de la criatura, intentará llevar al lado oscuro a la school girl para que la criatura se libere en todo su esplendor. Una bonita historia del paso de niña a mujer, descubrimiento de la sexualidad y adornado con escenas de tentáculos y desnudos. Por supuesto, un sacerdote y una monja irán tras ellas para tratar de impedir la llegada del mal a nuestro mundo. Es de destacar tanto en esta como en la anterior el sugerente uso de la luz, destacando el uso de verdes, rojos y que más allá de ocultar las limitaciones técnicas y efectos remite al cine italiano de género. A opinión personal, Angel of Darkness 4 es la entrega más completa y divertida de la pentalogía.

Angel of Darkness 5
El final de la saga la encontramos con Angel of Darkness 5 (1997). ¿Que clásico del terror nos falta? Pues Pesadilla en Elm Street (1984), en una simpática conclusión con una serie de adolescentes siendo acosadas en sueños por los dichosos tentáculos. Poco a poco, la diferencia entre realidad y sueño se irá tornando más difusa. Un filme con una ambientación estudiantil aún más explícita con los personajes no solo estudiando en el instituto sino también acudiendo a unas misteriosas extraescolares en un centro en donde hablan de las técnicas del sueño. Es allí cuando misteriosas desapariciones y muertes comienzan a sucederse. Una conclusión que no queda cerrada, y donde el terror y el erotismo parecen perpetuarse eternamente. Así parece decirlo esa escena de créditos finales con uno de los personajes en pleno éxtasis perpetuo en medio de una clase.

Angel of Darkness, la saga, cumple las constantes del V-Cinema japonés de la época. Producciones de muy bajo coste realizadas en cadena sin descanso y con aspectos técnicos bastante limitados en general. Si bien, pese a ser 5 películas, por lo general, bastante discretas si que suponen una curiosidad y con sus más y sus menos ofrecen un mínimo de diversión. El hecho de que cada entrega sea un espejo de una saga o un clásico del terror norteamericano tiene su gracia. Y la diversión sube en la medida de cuánto más elaboradas sean las escenas softcore con los tentáculos de marras.

miércoles, 25 de mayo de 2022

UNA ESPOSA SACRIFICADA (1974)



El espectador tiene donde elegir sin duda. Hasta 1.200 Roman Porno realizó la Nikkatsu entre 1971 y 1988. Estas películas explotaron el pinku eiga (cine erótico nipón) dentro del público mayoritario y triunfaron (al menos durante los 70) con unas producciones muy baratas y rápidas de realizar las cuales aglutinaban todas las filias posibles. Frente a tal aluvión de producción hay que despejar el grano de la paja ("ja ja") y destacar las mejores producciones (¡que las hubo! Y bastantes de interesantes). 

De entre esta concadenación de polvos convertidos en filmes de 60-70 minutos, el roman porno también destacó por tener su propio star system, con sus estrellas tanto delante como detrás de las cámaras. Uno de los directores más destacados fue Masaru Konuma, realizador de algunos de los filmes más conseguidos y exitosos del género en los 70 como Flower & Snake (1974), Erotic Diary of an office lady (1977) o Wife's sexual fantasy before husband's eyes (1980). Muchos de ellos son títulos que explotaban el sadomasoquismo o el kanbuki (el arte de atar). 

Una esposa sacrificada
(1974) es uno de los clásicos imprescindibles del roman porno de la época. Rodada a toda prisa para aprovechar el éxito que proporcionó Flower & Snake (1974), la cual juntaba al tándem Konuma junto a Naomi Tani, una de las reinas del género. Flower & Snake funcionaba como adaptación de las historias de Dan Oniroku, centradas en el citado kanbuki y que lograron cimentar la iconografía de esta arte sexual, aunque la vuelta depravada y perversa que ofreció Konuma en sus filmes provocaron el enfado del escritor. Una esposa sacrificada viene a multiplicar el grado de incorrección y depravación en un trabajo que se salta a la torera cualquier política moral... Cosa que nos parece refrescante e irresistible. Por supuesto, este tipo de filmes los tienes que entender y enfrentarte a ellos con madurez y cachondeo lo que proporcionará una fuente de diversión sin límites.

El filme presenta a Naomi Tani en el papel de una mujer secuestrada por su ex-esposo. Será llevada a una casa de campo abandonada donde sufre diferentes agonías sexuales. Después formará un duo con el hombre y se dedicarán a someter a una pareja de jóvenes que son capturados en cuanto iban a cometer un doble suicidio.

Una esposa sacrificada
es quizás el mejor filme de Masaru Konuma. El filme disfruta de un diseño primoroso el cual aprovecha al máximo la pura iconografía del kinbaku. Hemos comentado que estas películas eran productos rápidos de realizar, pero esto no quiere decir que sean toscos ni mal realizados. Al contrario. Una de las señas de identidad de mucho Roman Porno, es que gran parte del equipo técnico y artístico pasó de la noche a la mañana a trabajar en estos filmes eróticos cuando anteriormente trabajaban en películas de samurais o los yakuza eiga que realizaba el estudio. Algo que sin duda da un sello de calidad en estas producciones con una fotografía adecuada y una elección de planos de perspectiva alternativa y expresiva, como es el caso del filme que nos ocupa.

El filme es un festival sin tregua de perversiones sexuales con el sadomasoquismo como punta de lanza teniendo ya como punto álgido el uso de las lavativas y las defecaciones. Uno de los momentos estrella de Flower & Snake fue una escena con enemas, un momento tan recordado entre los espectadores que hizo que todas las siguientes producciones del estilo tuvieran un momento similar. Aquí, tras pasar mil tropelías, pasadas más o menos con entereza, Akiko, la esposa interpretada por Naomi Tani encontrará su talón de aquiles al enfrentarse a una lavativa. Otro culmen de este fetichisimo por las heces y el acto de defecar en las mujeres llega cuando Tani es llevada a un cobertizo para hacer sus necesidades y Konuma rueda el acto con un primer plano del excremento aflorando.
Akiko es secuestrada por su ex-marido.

Se verá sometida a toda clase de perversiones sexuales y a un poco de gimnasia extrema.

La juerga continúa cuando Akiko y su ex secuestran a una pareja para seguir con sus perversiones.

Como veis este filme es un plato para paladares muy selectos. Si bien, uno de los aspectos más inquietantes e incorrectos de la cinta es la muy tenebrosa relación que mantiene el ex-marido con una niña pequeña, su sobrina y que también mantenía secuestrada como vemos en el inicio del filme. Aunque según presenciamos, la niña parece no tener ningún problema con su tío echándose de menos el uno al otro durante el metraje hasta llegar a un alucinante reencuentro final. Delirante, sin duda.

Una esposa sacrificada
(1974) conjuga una serie de elementos que la convierten en uno de los clásicos del Roman Porno de la época. Contar con uno de sus rostros más reconocibles y magnéticos como Naomi Tani en una trama que consigue algunas de las dosis más pervertidas, perversas y depravadas del genero en su mezcla de bondage, sumisión, abuso y demás perversiones sexuales. El arte del kinbaku filmado casi desde un prisma religioso, mostrando Konuma en sus personajes las marcas de las cuerdas en las muñecas como muestra de afiliación y entrega a dicho acto. Si valoramos a estas producciones por sus dosis de locura incorrecta, inaceptable hoy día, esta producción estaría, a opinión personal, entre los 3 mejores Roman Porno de la Nikkatsu (junto a I love it from behind! y Beautiful Girl Hunter). Un filme que para colmo cuenta con unos muy aceptables valores artísticos y un ritmo ligero y entretenido.

Como curiosidad. La joven secuestrada de la película es la actriz Terumi Azuma y por lo visto existía una gran rivalidad entre ella y Naomi Tani fuera de las pantallas hasta el punto de que Azuma le robó el novio a Tani. La Nikkatsu aprovechó esta rivalidad para juntarlas en más películas como en Black Rose Ascension (1975).

miércoles, 15 de diciembre de 2021

PLEASURE CAMPUS: SECRET GAMES (1980)


Tatsumi Kumashiro
es uno de los directores más interesantes que surgieron dentro de la nueva ola alternativa japonesa. De espíritu rebelde, uno de sus primeros trabajos, Lujuria húmeda (1972), una pieza erótica-artie, se convirtió en todo un éxito de público y crítica para el director. Su cinematografía cabalgó del yakuza-eiga más visceral con Yakuza Goddess of Mercy: Mistress Jingi (1973), al romance indie de Bitterness of Youth (1974) o hacia una extraña cinta de robos protagonizada por seres apartados de la sociedad como fue Mister, Missus, Miss Lonely (1980). Concretamente, Kumashiro tuvo un especial interés en mostrar las diferentes formas del erotismo como podemos ver en sus naturalistas cintas sobre la vida de las geishas. Unos trabajos que gozaron de una fuerte aceptación en su momento con cintas tan interesantes como El mundo de las geishas (1973) o La calle de la alegría (1974). También tuvo tiempo para más desnudos de autor y experimentales como en El rastro serpenteante del amor (1973) sin olvidar a la hilarante e incorrecta comedia meta de El éxtasis de la rosa negra (1975) con un director de Roman Porno a la búsqueda de su nueva musa. Quizás uno de sus mayores triunfos fue La mujer pelirroja (1980), un descarnado drama, con una estupenda Junko Miyashita (multi premiada por la película) y que está considerada uno de los mejores films japoneses de los años 80. 

Una de las claves para entender la obra de Tatsumi Kumashiro es que optó en gran parte de su carrera por luchar contra la estupidez de la censura Eirin (según la ley japonesa no se pueden mostrar los genitales), realizando para lo cual trabajos donde las escenas sexuales son conscientemente tapadas por exagerados rombos, difuminados y líneas blancas dinamitando el interés de la propia obra para poner en evidencia a dicha censura. O filmar los actos sexuales en largos planos generales y casi en penumbra en El mundo de las geishas. Todo un signo de insubordinación y de postura atrevida la cual le acompañó a lo largo de su carrera. Kumashiro trabajó durante los 70 para la Nikkatsu y donde una de sus últimas películas para el estudio fue Pleasure Campus: Secret Games (1980), un film donde Kumashiro parece contradecirse en su filosofía presentando un trabajo lleno de exageración sexual, misógino, desquiciado y ridículo.

En la película seguimos a Sachiko, una adolescente que decide declarar que fue la hostigadora de una rebelión en clase para salvar al chico del que está enamorada. Como castigo, sus profesores abusan de ella. Ahí comienzan las desgracias para Sachiko, que se dará cuenta, a través de las peores humillaciones, de lo dura que es la vida.


Pleasure Campus: Secret Games es una adaptación de un manga de corte violento y pornográfico creado por Michio Hisauchi. La misoginia de la obra es tomada por Kumashiro con su humor cínico y negrísimo para amonestar a un subgénero del cual sentía rechazo. Un film que, sin duda, parece reírse y criticar esa vertiente de películas Roman Porno producida por el mismo estudio y de temática cada vez más misógina. No olvidemos que hasta ahora las historias de Kumashiro, en su mayoría, se caracterizaban por presentar a unos personajes femeninos bastante tridimensionales. Mujeres fuertes y conscientes de su sexualidad. Para Pleasure Campus, parece que el director nipón nos quiere decir: "¿Queréis carnaza gratuita? Pues aquí la tenéis". Todo en Pleasure Campus roza la locura, la ridiculez y la exageración con una incorrección cruda y pura. El conjunto goza de un humor definitivamente retorcido y no apto para moralistas de nuevo milenio y que conscientemente retuerce los tópicos del género hasta la máxima expresión con una serie de set pieces histéricas hasta el hartazgo.

La escena inicial del film ya es ejemplo del humor de brocha (muy) gorda de la que goza la película. Una alumna es amonestada por su rebeldía y castigada a limpiar las instalaciones. Aunque aprovecha una clase para masturbarse con la mala suerte de que es pillada por uno de sus profesores para lo cual empezará a abusar de ella. En la estancia de al lado se está desarrollando una reunión y cada uno de los profesores irá abandonando poco a poco la sala para acercarse a la clase donde se encuentra la alumna. El acto terrible es mezclado con una planificación y tono que casi parece haber salido de unos enfermos y depravadísimos Hermanos Marx. La película navega por un cúmulo de situaciones alocadas. Desde los padres (muy calentorros ellos y activos sexualmente) de Sachiko, que en un momento dado, desean que su hija se una a su actividad sexual (¡!) o a la mujer de uno de los profesores del instituto, la cual ha sido asaltada sexualmente por la noche y frente al temor de su marido de que la experiencia le haya gustado, intentará hacer lo mismo (¡! ¡!).
Sachiko aprovecha un descanso para darle al tema.

Pero es pillada por sus profesores...

Los padres de Sachiko también van algo "salidorros"

Las locuras no cesa en 63 minutos de metraje

Sachiko acabará hipnotizada y tratada como una marioneta en un circo

El padre de Sachiko aprovecha para sobar también...

La película no da tregua con un ritmo vertiginoso y unos personajes histriónicos, con las emociones desquiciadas y a flor de piel. Frente al cúmulo de escenas de pura exageración, el film culmina con un clímax en un circo de freaks. Un final de plasmación extrañísima, misteriosa y que en su mensaje alberga una de las claves de la película siendo una reflexión no solo del papel de la mujer en Japón sino de cómo se usa su figura en el género del Pinku Eiga. Como una simple marioneta. Y así se nos muestra, con Sachiko siendo hipnotizada por un mago abotargado y obligada a, desde hacer de pájaro hasta de despojarse de su propia ropa. Situación que será aprovechada por el mago freak frente a la impasividad de un público que observa con atención el momento ¿Una representación de los propios espectadores del género o de la misma Nikkatsu?. En el papel de Sachiko tenemos a Ayako Ohta, uno de los rostros más interesantes del género y protagonista a su vez de uno de los clásicos más locos del Roman Porno como es Sex Hunter (1980).

Pleasure Campus: Secret Games (1980) no es un plato para la mayoría de paladares, sabiendo entender muy bien cual es su juego antes de enfrentarse a unos 63 minutos de pura locura slapstick y sexual. Pocas veces he visto algo tan desquiciado, loco y ofensivo. Y por tanto, tiene mi interés Un film que conscientemente quiere dar carnaza con un tono ridículo, casi cartoon, donde parece amonestar al propio género conteniendo, además, una reflexión final acerca de la situación del mismo y las coordenadas que podría tomar en un futuro. Dicha reflexión fue más que acertada ya que frente a la reducción de público, las producciones Roman Porno de la Nikkatsu fueron aumentando en misoginia y crueldad hasta llegar a las locuras de mediados de los años 80 (Pleasure Kill) y que inundaron el mercado del video doméstico en Japón.

Tras abandonar la Nikkatsu en 1980, Kumashiro siguió su trabajo en proyectos de Serie A aunque sus dolencias físicas le provocarán que acuda a los rodajes con una bombona de oxígeno a cuestas. En 1983 sufrió su primer colapso y en 1995 acabaría falleciendo por un infarto de miocardio.

martes, 24 de agosto de 2021

I LOVE IT FROM BEHIND! (1981)


Frente a la posibilidad de cierre debido al fracaso de algunas de sus grandes producciones, el estudio japonés Nikkatsu vio en el cine erótico una tabla de salvación. La jugada comercial les salió bien y su serie de Roman Porno (conjunción de romance y porno) fue todo un éxito. Hasta 1.200 títulos se produjeron entre 1971 y 1988, dominando el mercado durante los años 70 con unos productos baratos, que se rodaban muy rápido y que suponían un muestrario bien amplio de todas las fantasías y fetiches imaginables: secretarias, amas de casa insatisfechas, vouyerismo, colegialas... Estos títulos, además, estaban sorprendentemente bien rodados gracias a la gran experiencia de los técnicos de la Nikkatsu que se vieron de la noche a la mañana trabajando de serios films de samurais a este cine más despendolado. El mix divertido, explotativo a la vez de incorrecto hace de esta serie de Roman Porno unas producciones irresistibles y libres. Un aspecto llamativo y que ayudó al éxito de estas películas es que también despertaban pasiones entre la audiencia femenina. Algo, sin duda, a tener en cuenta y que acabaron por aupar dichas producciones. Si solo las hubieran ido a ver los 4 pajilleros de turno el género no habría tenido tal trascendencia en el país. Hoy quiero destacar la que es una de mis favoritas, sino mi predilecta de esta serie de producciones: I love it from behind! (1981).

En el film seguimos a Mimei, una chica con una curiosa afición: lleva desde su adolescencia coleccionando impresiones de penes que ella misma va realizando. Su objetivo es llegar a las 100 impresiones y tiene 99. La número 100 se convertirá en todo un desafío que no se esperaba.

I love it from behind! es una experiencia hilarante llena de un humor sexual exagerado y caricaturizado que destaca, además, por ser uno de esos Pinku donde su mirada está centrada en la figura de la mujer teniendo un innegable sabor feminista. La protagonista, Mimei, interpretada por una estupenda Junko Asahina, es un espíritu libre y que no duda en jugar a su antojo con su sexualidad engatusando a distraídos hombres para satisfacer su peculiar filia. Mimei compartirá piso con una pareja de chicas las cuales mantienen una relación lésbica y que se dedican a vengarse de un oficinista que tuvo malas actitudes con una de ellas en el pasado. La venganza no tiene desperdicio con las muchachas introduciendo un consolador al susodicho en lugares oscuros al grito de "¡Hazte gay!". Delirante. Una muestra del humor surrealista y en ocasiones incorrecto del que disfruta dicha producción y que se combina con escenas picantonas de un sexo de carácter softcore.

Mimei tiene una curiosa afición: Hace impresiones de penes. Lleva 99...

Mimei vive con una pareja de chicas en busca de venganza.

La impresión nº 100 será difícil de conseguir...

La fantástica duración de la película, con 65 minutos, no da un minuto de respiro siendo una acumulación constante de gags que envuelven al film de un aire despreocupado, natural y de cachondeo constante. Los momentos más destacables los protagoniza la víctima número 100 de Mimei, quien es un hombre otoñal con gabardina, constantes gafas de sol y que resulta ser un experto supremo en las artes amatorias contando con un récord de 55 horas seguidas sin parar de realizar un coito (que también, que experiencia...). El clímax final se centra en la pareja, con Mimei intentando batir dicho récord sexual y protagonizando una escena culmen donde aprovechan para comer espaguetis, eso si, sin perder el ritmo. Maravillosamente hilarante.

I love it from behind! viene protagonizada por una de las reinas del género como es Junko Asahina y quien cuenta en su currículum con piezas como Female Gym Coach: Jump and Straddle (1981), Koichiro's Uno Wet and Riding (1982) o La bestia y la espada mágica (1983) donde compartía plano con nuestro Paul Naschy. El film lo dirige Koyu Ohara, director especializado en el Pinku Eiga y que cuenta con otras joyas como Sins of Sister Lucía (1978) o White Rose Campus: Then everybody gets raped (1982).

Frente a una vertiente más seria o claramente exploit de muchos Roman Porno agradezco encontrarme con la vertiente más cómica y despreocupada del género. I love it from behind! es un soplo de aire fresco por sus características propias, poco vistas, como es el de centrar su mirada en la mujer, albergando elementos feministas dentro de un conjunto de humor absurdo, exagerado y conscientemente ridículo. Un disfrute refrescante para ver una y otra vez y que a pesar de lo que pueda hacer pensar por su título, no hay sexo "from behind".

jueves, 22 de abril de 2021

GO, GO SECOND TIME VIRGIN (1969)


Como vimos en Fruta prohibida (1956), durante los 50 se empezaron a sentar las bases del erotismo en el cine nipón. Una de las vertientes por las que se empezó a desarrollar el género se vio mezclado por los turbulentos años 60 y la situación social del Japón de la época, donde el Pinku-Eiga empezó a encontrar su sitio en el underground cinematográfico como forma de expresión artística y política por medio de la violencia sexual con unas propuestas que se movían entre el video arte y lo experimental. Durante la década de los 60 las manifestaciones estudiantiles y universitarias fueron en aumento en Japón. Se recuperó un orgullo por la identidad nacional y el patriotismo con un rechazo a todo lo americano, concretamente a la sumisión militar de Japón respecto a EEUU y que firmaba el tratado ANPO desde el fin de la ocupación americana en 1952. En 1959 se vio revisado dicho tratado y mucha población salió a la calle reclamando su fin. Pese a la presión social, el pacto se renovó para diez años más. El ambiente social fue caldeándose durante la década convirtiéndose en una olla a presión a finales de los 60 cuando tocaba volver a revisar el tratado. De todas estas revueltas sociales y espíritu político estudiantil se empapó el cine de un personaje tan interesante como Koji Wakamatsu, quien es considerado uno de los directores más importantes de la época por su trabajo nihilista repleto de furia erótica además de documento socio-político de aquellos años. 

El pintoresco Koji Wakamatsu.
Los orígenes de Wakamatsu se mueven con la yakuza ya que el director, de joven, realizó trabajos financiados por la mafia como en obras o de pastelero. Las penosas y denigrantes condiciones de trabajo llevaron a Wakamatsu a ir hasta Shinjuku a ver al jefe de la mafia para exigirle mejoras para los trabajadores. A pesar de que el enfrentamiento podría haber terminado en una muerte segura, el jefe se vio sorprendido por la valentía del joven Koji y fue ascendido a ser miembro de la banda. De esta manera se introdujo en el mundo del cine como "ojeador" (ya que muchas películas estaban financiadas por la mafia, en el rodaje estaba la figura del "informante" que controlaba que nada se hacía en contra de los intereses de la yakuza). En uno de los pagos que el equipo de rodaje se veía obligado a realizar a Wakamatsu éste fue pillado por la policía y condenado a 6 meses de cárcel, donde se dice, recibió numerosas palizas por parte de los guardias carcelarios. Quizás esos violentes meses en prisión forjaron la aversión a la autoridad tan presente en su cine. Al salir de prisión pidió abandonar la banda y emprender una nueva vida primero como novelista y luego como ayudante de dirección para la Nihon TV. La negativa de muchos directores de rodar películas eróticas le lleva a introducirse en el género Pinku donde rueda hasta 20 películas entre 1963 y 1965 para diversas productoras hasta llegarle el éxito de taquilla con Resume of Love Affairs (1964). Con Secrets Behind the Wall (1965), producida por Kanto, estalla la polémica por su carácter fuertemente contestatario y político lo que le obligar a dejar las "majors" y fundar su propia productora: la Wakamatsu Pro. donde realizaría multitud de films de ínfimo presupuesto pero con muchas ideas mezclando el presente social del país con el erotismo violento de vanguardia y new wave.

Su filmografía abarca prácticamente el centenar de películas y pese a la importancia que se le da a la figura de Wakamatsu como enfant terrible del cine alternativo del momento, un terrorista del celuloide, siempre he considerado su cine de difícil visionado y en exceso pretencioso por sus ínfulas experimentales. Films como Violent Virgin (1969), Sex Jack (1970) o Ecstasy of the Angels (1972). Pese a lo atractivo de sus títulos, su discurso social y eventuales momentos de shock sanguinolento son trabajos en los que no consigo conectar. Si bien, Wakamatsu tiene excepciones (por supuesto) como puede ser la interesante Violated Angels (1967), supuesta plasmación de los crímenes del asesino Richard Speck en Chicago durante 1966 además del film que nos ocupa hoy: Go, Go Second Time Virgin (1969).

La película nos relata la historia de una chica que es violada por una pandilla en la terraza de un edificio. La escena es mirada por un tímido chico quien no actúa contra la barbarie. Al día siguiente, la chica le pide a éste que la mate.

Go, Go Second Time Virgin es un muestrario perfecto de las señas de identidad de Koji Wakamatsu y que no dejan de ser una traslación de las sensaciones de la época: la violencia callejera, la rabia juvenil, las revueltas políticas y el rechazo frente a lo americano o la generación paterna anterior. El nihilismo y desazón del cine de Wakamatsu encuentra en las explosiones de violencia y especialmente el acto de la violación femenina como representación de estas problemáticas sociales del momento. Es común en el cine erótico underground de estos años encontrarse con la utilización de la figura de la mujer como representación del Japón asaltado y humillado por el invasor americano siendo la fémina de turno maltratada, asesinada o agredida sexualmente como parte de este simbolismo. Go, Go Second Time Virgin recoge una vez más todo este batiburrillo de ideas, pero al contrario que en muchos trabajos de su director, tendientes éstos a la anarquía fílmica o a la pretenciosidad experimental, aquí todo consigue funcionar y ser depurado, por fin, en un conjunto notable y de calidad donde se encuentran unas formas muy interesantes tanto visual como narrativamente. 

El film recoge la desesperación de una juventud que no puede hacer nada contra actos de salvajismo y agresión. Una desesperación donde solamente cabe la propia muerte para escapar así de una realidad sin esperanzas. Estas sensaciones están recogidas en el personaje de Tsukio, quien es incapaz de hacer nada frente a la violación grupal a la que es sujeta la adolescente Poppo. Tras este inicio que golpea violentamente nuestras retinas el metraje transcurre mayormente con la pareja tumbada en el suelo de una azotea (o bien paseando a través de ella) donde recitan una serie de diálogos indefinidos sobre la vida y la voluntad de morir. Un conjunto que visualmente está reforzado por una estética, como hemos comentado, visualmente experimental con planos atrevidos y un blanco y negro muy expresivo que se rompe al color en momentos clave para la historia. Un recuerdo de Poppo donde fue agredida sexualmente en una playa está realizado con un filtro azul o el perturbador flashback sangriento de Tsukio está plasmado con nítidos colores.
Una pobre muchacha es asaltada por un grupo de indeseables.

La escena es vista por Tsukio quien no puede hacer nada por evitarlo.

Entre diálogos existencialistas y filosofía social se crea una relación curiosa entre los dos.

Pero la cosa acaba con sangrientos resultados.

El color es utilizado en momentos clave.

La violenta sinfonía general se ve mezclada con momentos pausados y contemplativos reforzado en su interesante banda sonora con algunas canciones folk-rock americanas como Sometimes I Feel Like a Motherless Child de Mahalia Jackson o Summertime de George Gershwin que se suman a esa misteriosa y dramática tonadilla que el joven del film canta en un par de momentos del film de aire folk y derrotista. Detalles tan bizarros como el de presentar en medio del metraje un montaje de fotos de Roman Polanski y Sharon Tate así como imágenes del cuerpo de Tate tras el ataque de la familia Manson ayudan a reforzar esta sensación de que, al parecer, no hay esperanza para este mundo. Así, el film insiste en golpearnos con ideas perturbadoras como plantear que las descendientes de agresiones sexuales son condenadas a pasar por lo mismo. Así, la madre de Poppo fue violada en el pasado y después la adolescente sufrió abusos por su padre entre otras agresiones sexuales.

Sorprendentemente el film se rodó en solo 4 días y enteramente en el edificio donde vivía su director. Como ejemplo del ínfimo presupuesto y velocidad de producción de estas películas, los miembros de la pandilla del film eran vagabundos de Shinjuku. El equipo artístico del film son la pandilla habitual de las producciones de Wakamatsu, destacando en el guión al habitual Masao Adachi, de quien se dice es responsable del alto contenido político de los films de Wakamatsu. Adachi también se volcó en la dirección al margen de sus tareas como guionista empezando su carrera en las Basukon-Eiga (films de educación sexual) a las que luego parodiaría en Abortion (1966) y proponiendo ejercicios tan interesantes y viscerales como Gushing Prayer: A 15 year Old Prostitute (1971). Como curiosidad, tanto Wakamatsu como Adachi acabarían simpatizando con diversos grupos terroristas de extrema izquierda como "El ejército rojo japonés". Ejemplo de esta deriva radical la podemos ver explícitamente en el film Ecstasy of the Angels (1972). Aunque Koji nunca ha declarado su apoyo a estos grupos armados, Adachi no lo ha escondido llegando a ir progresivamente abandonando la dirección cinematográfica durante los 70 para involucrarse cada vez más con la causa. Llegó a viajar hasta el Líbano para grabar un documental sobre la banda armada con la que acabó confraternizando. Masao finalmente acabó en prisión primero en Líbano y después en Japón durante los primeros años de los 2000. De Adachi ya hablaremos largo y tendido en otro momento porque es un personaje que tiene miga.

Más curiosidades. En el guión también encontramos acreditado a Kazuo "Gaira" Komizu (se puso ese nombre por el simio de La batalla de los simios gigantes de 1966), un personaje que acabará teniendo cierto peso en la Nikkatsu durante los 80 proponiendo una vertiente del Roman Porno todavía más explícita y sanguinaria. Kazuo tiene el dudoso honor de ser uno de los instigadores de mezclar el erotismo con el gore lo que crearía una oleada de cine enfermizo, misógino y hemoglobínico a mediados de los 80 con la trilogía Guts of a Virgin o la saga Guinea Pig como puntas de lanza de esta tendencia creando una nueva hornada de directores dedicados en cuerpo y alma a la causa. 

Volviendo al film, Go Go second time Virgin (1969) es una notable puerta de entrada tanto al peculiar cine de Koji Wakamatsu como a ese cine underground más próximo al video-arte y la nouvelle vague que se realizaba en Japón en la década. Un erotismo de vanguardia donde las ideas activistas y una visión del mundo desalmada encuentran su culminación en una obra furiosa, de una marcada violencia física y sexual con profusión a los discursos existencialistas. Un documento social de una época tan turbulenta para Japón y que cuenta con un detalle sorprendente recogiendo la primera aparición en pantalla de Takeshi Kitano. El célebre director aparece como uno de los miembros de la pandilla del film aunque su presencia es muy testimonial.

La entrada en la década de los 70 supone la asimilación mainstream de las rebeliones estudiantiles. Go go Second Time Virgin marca un canto del cisne para esta línea de películas. Un broche final antes de la llegada del Pinku a las grandes masas a partir de 1972 con la serie Roman Porno de la Nikkatsu o el Pinky Violence de la Toei despojando al desnudo, el erotismo o la agresión de su poder metafórico y de violenta crítica social.