CRÍTICAS PELÍCULAS

miércoles, 19 de agosto de 2020

TYRANNO'S CLAW (1994)

Corea del Sur es famosa entre el aficionado al cine oriental por su (supuesta) garantía de calidad y excelente acabado técnico y argumental en su cinematografía pero no nos engañemos, en Corea también hay mucha caspa. Tyranno’s claw (1994) es un ejemplo delirante de serie "casi" Z producido en el país del soju. Además, supone un acercamiento por parte de Corea al cine de dinosaurios (con ecos al género Kaiju) y de cavernícolas siendo una versión hilarante y de paupérrimo presupuesto de films como En busca del fuego (1981) o Hace un millón de años (1966).

Su director, Shim Hyung-Rae, parece un firme defensor y fan a muerte del género kaiju y del tokusatsu en general ya que su filmografía abunda en films de este tipo, la mayor parte de una calidad bastante discutible pero que sirven como divertimento Z. Young Gu and the dinosaur Ju Ju (1993), el remake millenium de Yonggary (2001) o la infame D-War (Dragon Wars) de 2007 son ejemplos del trabajo de este director coreano que por sorprendente que parezca acabó dirigiendo una producción americana de gangsters con Harvey Keitel y titulado The Last Godfather (2010). El propio director también aparece como uno de los cavernícolas de Tyranno's claw. ¿Por qué no?

Shim Hyung-Rae de paseo
Tyranno’s claw (1994) relata una era imposible donde los humanos y los dinosaurios convivieron, siguiendo la línea de films de la Hammer como Cuando los dinosaurios dominaban la tierra (1970). El film sigue a una tribu de cavernícolas algo salvajes que realiza sacrificios humanos frente a una cueva para aplacar la furia de un T. Rex. Nuestro protagonista, en uno de estos sacrificios se da cuenta de que la chica que están a punto de zamparse está de bastante buen ver por lo que la salva causando la furia de la tribu por lo que se ven obligados a exiliarse y cruzar el bosque en busca de un nuevo hogar. Por el camino se encontrarán con dinosaurios de goma, hombres-rata y otra tribu de cavernícolas algo más pacífica y que tienen a una cría de Triceratops como mascota. La caracterización de los cavernícolas del film, aún siendo risible, se agradece que siga una cierta perspectiva lógica y realista con la época ya que resultan bastante asquerosillos destacando esas dentaduras disgusting donde seguramente un dentista se haría de oro. Nada que ver con la imagen impoluta y depilada de los rubiales de Hace un millón de años. Para bien o para mal, Rachel Weisch no anda por aquí. Sorprende, además, algún momento sangriento. 
Una tribu realiza sacrificios a un T. Rex. Un plan de domingo genial.


Nuestro protagonista no destaca por su inteligencia pero es un buen cavernícola.

Tanto, que rescata de un sacrificio a una compañera de su tribu. Casualmente la de mejor ver.

Marginados de la tribu, juntos iniciarán un viaje a lo desconocido.

Encontrarán otra tribu más pacífica con un Triceratops como mascota.

Otro ejemplo de la fauna. Un pteranodon salvaje.

Nuestro protagonista volverá a su tribu a reclamar lo que es suyo.

Seguimos encontrando apuntes interesantes como el hecho de que no haya ninguna clase de diálogo en todo el film siendo sustituidos por los sonidos y los gritos de los animales (y bestias humanas). Todas las escenas con dinosaurios son para enmarcar por su acabado técnico. Un plantel de diferentes especies mesozoicas interesantes pero realizadas de forma paupérrima usando las técnicas clásicas del hombre disfrazado entre otras réplicas de goma. Tenemos, por ejemplo, a un Pteranodon delirante, solucionado técnicamente con un hombre disfrazado de la bestia y siendo colgado peligrosamente de unos cables rozando en su camino algunas rocas. El T. Rex no está nada mal siendo una marioneta realizada casi a tamaño real y dentro de sus limitaciones de movimientos acaba siendo aceptable. Mejor que en Carnosaurus (1993), por ejemplo. Aparecen unos tíos disfrazados de ratas que son la leche, hay cruces con diferentes especies de homínidos... Por supuesto la rigurosidad histórica se manda a tomar viento para mayor beneficio de nuestra diversión.


Tyranno’s claw (1994) es un film difícil. El humor es muy slapstick y abundante de gags sobre pedos o rocas siendo golpeadas en cabezas y por supuesto el film se aprovecha del boom por los dinosaurios producido tras el estreno de Jurassic Park (1993) aunque su carácter exploit resulte finalmente más que simpático. Si eres amante de las rarezas de Serie Z, del humor cafre y de los dinosaurios de goma puede que le encuentres la gracia. Yo se la encontré. Corea del Sur podría hacer más de éstas.

lunes, 17 de agosto de 2020

BAAGHI (2016)

He de haceros una confesión. Hasta julio de 2016 mi experiencia con el cine procedente de la India (Boollywood, Tollywood, Kollywood, etc…) era bastante mínimo. De hecho, hasta esa fecha solo había visto la monumental Baahubali: Part 1 (2015), y porque formaba parte de una maratón de 5 películas en el Festival de Sitges 2015. Los prejuicios frente a ese cine (la abundancia de bailes y música, la interminable duración de sus películas me tiraban para atrás) me hicieron cometer el error de no explorar esta cinematografía tan fascinante. Doy las gracias a les "Nits de cinema oriental de Vic" en su edición 2016 (magnífico festival que se celebra cada año en el mes de julio en una ciudad inolvidable para mí, ya que realicé allí mis estudios universitarios) por tener en su programación un film como Baaghi (2016), sesión a la que acudí con curiosidad acompañado de mi pareja atraído por las críticas que la definían como la The Raid india. Chicos, que sorpresa me llevé. El film sigue las aventuras de Ronny, un joven algo rebelde que acaba en una escuela de artes marciales para aprender así algo de disciplina. Hasta que un día cae rendido por los encantos de Sia, pero los problemas empiezan cuando unos maleantes asesinan a su maestro marcial.

Baaghi (2016) sigue la tradición del cine indio de concentrar en 2 horas y media las máximas sensaciones posibles en su metraje: trama romanticona, traiciones, humor, bailes, coreografías espectaculares propias de un videoclip y acción exagerada e impresionante. El film se divide en dos partes bien diferenciadas pero que funcionan como un tiro. En su primera mitad, la menos interesante para el fan de la acción, se concentra en escenas de humor, romance y entrenamiento marcial.
Tiger hondea el horizonte con intensidad.
Todo este tramo resulta entretenido, mostrando una buena química entre su pareja protagonista, unas buenas escenas de baile que no resultan excesivas y unas escenas de entrenamiento que me hicieron recordar los mejores momentos del género por parte de la Shaw Brothers en los años 70. De hecho, el pistoletazo de salida al conflicto de la película repite el de muchos films de artes marciales de la época como es el asesinato del maestro marcial a manos de unos canallas. Cuando, además, los maleantes secuestren a la moza de Ronny, su venganza no se hará de rogar. Que muera tu maestro, puede doler, pero ya que te secuestren a la atractiva chavala de la película, eso sí que no.

Baaghi nos descubre al que es el héroe definitivo del cine de acción, la perfección humana absoluta. Si Nietzsche fabulaba sobre el super-hombre creo que habría pensado en alguien como Tiger Shroff. Shroff (hasta su nombre es perfecto) aún está lejos de las exageradas y surrelistas set pieces de acción de otros trabajos como Munna Michael (2017) o el resto de las entregas de Baaghi pero en el presente film da un muestrario espectacular de lo que mejor sabe hacer. O sea, todo. El chico baila a la perfección, actúa de forma más que eficiente, rezuma carisma por sus poros… y mete unas hostias titánicas. Las escenas de acción de Baaghi están excelentemente coreografiadas y bien dosificadas en el metraje hasta llegar al clímax final del film (ese que más la emparenta con The Raid) con Tiger, solo contra toda la banda criminal en un edificio donde cada planta funciona como niveles de un videojuego hasta llegar al malo final. Todo sea por recuperar a su amor secuestrado.
Ronny necesita disciplina y acaba en una escuela de artes marciales

Entre clase y clase acaba prendado por Sia.

El asesinato de su maestro provoca la furia de Ronny

Pero cuando secuestren a su chica ya será la gota que colme el vaso

Ronny repartirá estopa a diestro y siniestro.

Shraddha Kapoor interpreta a Sia de manera muy correcta y carismática demostrando buena química con Tiger. Además de soltar alguna tullina bien dada en los momentos de acción. Como curiosidad, Kapoor y Shroff fueron compañeros de clase en la escuela y de hecho Tiger, en esos fogosos e inocentes tiempos adolescentes, le hacía tilín la muchacha. El film está dirigido por Sabbir Khan, quien ya colaboró con Tiger en su anterior film, Heropanti de 2014.

Como digo, Baaghi (2016) es un caramelo. Una carta de presentación infalible de lo que es el cine de Boollywood además de ser perfecta para ver en pareja (contiene suficientes dosis de romance y tullinas como para contentar a las dos partes). Todo el film le rodea un aura de pura diversión, de que nada está tomado excesivamente en serio como podemos ver en esos exagerados y acaramelados momentos musicales entre la pareja o los momentos de acción, los cuales la benefician. Por supuesto, tu capacidad de aguante dependerá de la medida en que conectes con las particularidades de esta cinematografía y todo lo que le rodea, pero si entras en el juego la experiencia te resultará toda una fiesta.


El éxito de Baaghi ha ocasionado que cada dos años tengamos una nueva entrega, con una tercera parte estrenada en 2020. Las entregas posteriores no hacen sino exagerar hasta niveles surrealistas la acción y capacidades súperheroicas del gran Tiger Shroff. Por mí, que hagan veinte más.

miércoles, 12 de agosto de 2020

CRÓNICAS DE SITGES 2019 (3/3)

Encaramos la recta final de esta edición del Festival 2019 con unas películas de lo más variaditas. En primer lugar, el documental Iron Fists and Kung Fu Kicks (2019), llegado desde Australia y dirigido por Serge Ou, nos repasa el impacto del género de las artes marciales desde los tiempos gloriosos de la Shaw Brothers hasta (más o menos) la actualidad. Creo que la mayoría de los adeptos al cine oriental pueden explicar cómo su primera puerta de entrada en esta cinematografía tan fascinante fue o bien el anime o el Kaiju-Eiga. El cine de artes marciales podría formar parte indiscutiblemente de estas primeras experiencias con el cine llegado de oriente. Recuerdo con apenas 10 años ver en casa de mi primo de seguidillo Furia Oriental (1971) y Operación Dragón (1973). Una doble sesión que se grabó a fuego en mi mente dejándome la experiencia tan marcada como las hostias en los cuerpos de los enemigos de Bruce Lee. 

Iron Fists and Kung Fu Kicks (2019) cumple como recorrido remember de cara a los millenials o nostálgicos de los inicios del género en Hong Kong, de qué manera el exitazo de Bruce Lee consiguió romper muchos tabúes así como el reinado de la Shaw Brothers durante los años 60 y 70 hasta llegar a su decadencia en pos de figuras más físicas y revolucionarias como Jackie Chan. Un recorrido interesante pero que acaba por tornarse superficial y algo más aburrido al centrarse en el impacto de estas películas básicamente en los EEUU de los 70 y de qué manera han influenciado en otros aspectos y movimientos sociales como el breakdance, el parkour o la lucha contra el racismo. Centrándose en el impacto del género en los EEUU a nivel popular se acaba echando de menos en el documental un nivel de información más completista respecto la historia de las artes marciales y su evolución en el cine de acción. Queda igualmente superficial y algo desinformado el rápido repaso del género en otros países bien curtidos en la acción como la India o Tailandia. Documental entretenido a pesar de todo.


Dio la casualidad que ese mismo dia, Octavio López presentaba dos de sus libros (el ritmo de este hombre es imparable) de la mano de la editorial Applehead Team: ¿A quien vas a llamar? y Noches de Halloween. El primero sobre la saga de Los Cazafantasmas y el segundo sobre las películas del imperturbable Michael Myers. Tras tantos años siguiendo a Octavio, compartiendo la misma pasión por el Kaiju, los monstruos gigantes y los dinosaurios, lustros revisando la web Godzilla en castellano... los astros se alinearon y pude asistir a su presentación en la carpa FNAC junto al Melià. Ya al acercarme lo pude ver en la entrada de la misma carpa y con paso firme lo saludé y hablamos varios minutos. Fue un momento de gran ilusión que además él supiera quien era yo debido a todos los comentarios dejados en redes sociales en estos años. Un tío encantador. Recomiendo encarecidamente al lector que se acerque a cualquiera de las obras de López porque su prosa es apasionada a la vez que cuenta con una obsesión matemática y científica por llegar al hueso del tema que trata. Avisados quedáis.


Tras llenar el estómago me dispuse a dirigirme a la sala Tramuntana a hacer cola bajo un sol abrasador a esperar la llegada de SABU. Todo un motivo de celebración que el Festival haya traído a un director tan peculiar como éste y que lleva más de 25 años dirigiendo un cine curioso y experimental donde podríamos destacar films como Postman Blues (1997), Monday (2000) o Blessing Bell (2002). Jam (2018) se había vendido como el regreso a los mejores tiempos del director. Pudimos contar con la presencia de SABU en la sala y pude acercarme, saludarle y hacerme una foto con él (no soy muy dado a molestar a la gente y más cuando el pobre SABU se estaba haciendo un cigarrillo en la puerta del cine pero la ocasión lo merecía). Jam (2018) relata las historias paralelas de varias personajes en situaciones bastante extremas emocionalmente hablando. Hiroshi, Takeru y Tetsuo viven en la misma ciudad. Hiroshi es un cantante de pop con poca popularidad que siente un vacío en su vida. Uno de sus fans, Masako, le secuestra. Takeru está convencido de que una joven muchacha ha recobrado la consciencia. Mientras tanto, Tetsuo decide vengarse del yakuza que le envió a prisión.

A pesar de fastidiarle su smokin' time, SABU fue muy amable
El film consigue un buen equilibrio en las tres diferentes historias destacando por méritos propios la de Hiroshi, un Julio Iglesias de tercera en horas muy bajas y que vive una experiencia a lo Misery con una de sus fans. La mezcla de géneros es habitual mezclando un acertado mix de comedia negra, drama y explosiones de violencia protagonizados principalmente por el imperturbable Tetsuo quien imparte justicia entre la yakuza a golpe de martillazo (influencia coreana según nos comentó SABU). Jam (2018) es un muy curioso film que mantiene las señas de identidad de su director con frescura y buen hacer quedándose en una muy interesante pieza de cine independiente japonés.


Ya llegando a última hora de la tarde, mi intención era esperar al gran Sam Neill en la ceremonia de clausura del Festival en el Melià, pero Neill llegaba tarde a la alfombra roja y yo no podía quedarme a esperar más ya que Weathering With You (2019) estaba a punto de comenzar en el Prado. Tras el exitazo mundial de la genial Your Name (2016) había muchísima expectación por ver lo nuevo de Makoto Shinkai, quien es, a opinión personal, el director de animación más interesante de la actualidad demostrando una sensibilidad y calidad de animación suprema. Weathering With You cuenta la historia de Hotaka, un estudiante de secundaria que se muda a Tokio para dejar atrás su vida en una isla aislada del mundo. Allí conocerá a Akina, una chica con el misterioso poder de manipular y controlar el clima a su antojo.

Shinkai vuelve a utilizar el fantástico para tratar temas que nos afectan cómo sociedad en la actualidad, en este caso el cambio climático. Una propuesta que parece a primera vista sencilla pero que se va desarrollando y ganando en complejidad. El que quiera comparar esta cinta con Your name se llevará una sonora decepción y le impedirá disfrutar del presente film (a pesar de mantener el mismo mix de componente romántico con perlas de ciencia ficción) y si, Weathering With You es inferior al anterior film de Shinkai pero eso no impide ver sus grandes cualidades. Se trata de un film sobradamente notable, de una animación espectacular y momentos que calan en el corazón aún sintiendo que descarrila en su tercio final y esos algo "increíbles" momentos de acción y persecuciones entre los personajes que me hicieron sacarme del equilibrado tono del film. Pese a todo otra muestra notable de la filmografía impecable del genio Shinkai. Nada más, tras salir de la sesión emprendí el melancólico camino hacia la estación de tren recordando todos los momentos pasados en esta versión reducida que he realizado del Festival. Un enorme placer, como siempre y ¡hasta el año que viene!

miércoles, 5 de agosto de 2020

TORTUGAS NINJA VS TRANSFORMERS / OUR FRIEND, POWER 5 (1989)

La cinematografía coreana tiene buena imagen entre el público asiduo y amante del cine oriental pero ¿y si escarbamos más? ¿Y si echamos la mirada hacia los convulsos años 70 y 80 en los que vivía la península? Corea tampoco se escapa a esos irresistibles productos de serie Z y exploits que hacen las delicias del aficionado a las emociones fuertes y a las experiencias lisérgicas. Gracias a los lanzamientos en DVD de Trashorama podemos descubrir, bajo nuestro estupor, títulos imposibles como el presente. Cuál fue mi sorpresa al descubrir que existía una especie de versión Z de las Tortugas Ninja realizado desde Corea del Sur. El título del DVD que ofrece Trashorama (que viene acompañado también de la secuela del Son Goku coreano, Son Goku Superdetective (1991)) indica el comercial título de Tortugas Ninja vs Transformers, aunque si rebuscamos por Internet descubriremos el título original de este artefacto imposible: Our Friend, Power 5 (1989).

El film es una experiencia lisérgica de esas que tanto nos gustan. El origen de Our Friend, Power 5 radica en el interés de producir el presente film como vehículo de promoción de una serie de muñecos y artículos que saldrían a la venta en Corea y que estaban basados en las Tortugas Ninja y El desafío de los Gobots (1984), serie de animación americana creada por Hanna Barbera (quien a su vez ya estaba basada en los Gobots, una línea de robots de juguete que se transformaban en vehículos). El filme es una combinación de humor infantil bastante retarded protagonizados por infantes y adultos que actúan como niños, la ciencia ficción de infrapresupuesto, batallas espaciales anime y vampiros chinos (¡que también los hay!). El film no tiene precio en ese sentido.
La línea de juguetes en la que se basa el film.
Our Friend, Power 5 mezcla la imagen real con la animación para abaratar costes, especialmente en los momentos de batallas espaciales con las naves y los robots (seguramente dicha animación estará robada de alguna otra serie, pero la procedencia ya se me escapa) aunque dicha animación recicla y economiza cels por doquier de la misma película. Los personajes adultos están caracterizados de forma estrafalaria, con barbas de carnaval y maquillaje sonrojado. Lo mismo podemos decir del villano del film, apodado Tiburón, el cual le acompañan un grupo de tíos disfrazados de ratas y que se lo pondrán bien difícil a nuestros protagonistas. El tipo de humor es muy duro para el espectador no acostumbrado y que imita al slapstick y humor cartoon propia de un cómic y por tanto las acciones de los personajes responden como tal. El batiburrillo empieza con un grupo de niños cuyos padres son científicos los cuales andan bien preocupados por la basura que se acumula en el espacio. Debido a una imprudencia, los niños llegan hasta un cañón de rayos gamma y éste electrocuta a uno de ellos. Para sorpresa de todos, al niño no le pasa nada y derivado del accidente consigue poderes psíquicos que ríete tú de Carrie. A los niños les acompaña una adolescente experta en Taekwondo la cual a la mínima no evita enseñar sus cualidades marciales mientras el adulto/niño le va tirando la caña recibiendo patadas y demás llaves como respuesta. Las Tortugas Ninja son inolvidables, siendo unos tíos embutidos en unas carcasas, imagino que de plástico (cada uno con su color para diferenciarlos) y con una máscara sin ninguna movilidad gestual, enseñándonos ésta un rictus facial grotesco. Una de las Tortugas es chica, pero a la mínima se convierte en humana y nos explica que es la princesa del grupo. Ésta también da lo suyo ya que va armada con una varita con poderes mágicos varios.
Naves espaciales surcan el espacio sideral.

Las Tortugas Ninja huyen del ejército de Tiburón.

El tal Tiburón con uno de sus esbirros.

Mientras, en La Tierra, los niños se divierten con cañones gamma y demás asuntos científicos.

Tenemos bastante humor monguer.

Uno de los niños adquiere poderes alucinantes. 50 points!

Hasta tenemos a vampiros chinos. Si es que quieren estar en todo...

El ejército de Tiburón da caza a las Tortugas.

Una de las tortugas resulta ser la princesa del grupo. Va armada con una varita que riete tu de Harry Potter.

Las Tortugas de resaca tras bailar en la discoteca.

Para enfrentarse a la amenaza, la humanidad construye un enorme robot.

Yo quiero una cápsula de éstas.

Niños y Tortugas se unen entre si hasta formar el robotako.

La batalla final está bastante "animada".

Los robots se enfrentan.

¡Chúpate ésta! Cohetes testiculares.

Todo es posible aquí. Un festival de color.

El ataque final. ¿Lo conseguirán?

Así, el film sigue las aventuras de los niños junto a las tortugas para evitar que el mal invada el planeta Tierra por la obra y gracia del tal Tiburón enfrentándose en batallas junto a hombres-rata y llenando la pantalla de multitud de rayos de colores. El film abunda en escenas psicotrónicas como el momento en que el adulto/niño se disfraza de vampiro chino tradicional para dar un susto al grupo de niños (cosa que hemos hecho todos ¿verdad?) y las Tortugas también aparecen mimetizadas como vampiros al pensar que la humanidad tiene esa forma. O el momento en que las Tortugas Ninja llegan a una semivacía discoteca coreana y se ganan la simpatía de los presentes gracias a sus movimientos de baile es monumental. El clímax final es de órdago contando con una transformación final de ver para creer con los niños (tras involucrarse en los planes gubernamentales para paliar la amenaza como marcan los cánones del género) introduciéndose en unas cabinas voladoras que al unirse todas ellas se convertirán en un enorme robot (digno de Transformers, claro) que se enfrentará al ejército invasor. Una “animada” batalla final contra los villanos que acaba por ser caótica con naves por aquí, robots por allá y un happy ending que es coronado por la guinda del pastel: la irresistible cancioncilla de los créditos (la misma de todas las series tokusatsu) y que no evita que expreses una sonrisilla de satisfacción.

Our Friend, Power 5 (1989) es pura Serie Z de esas de ver y alucinar. Un batiburrillo delirante de rayos multicolor, varitas mágicas, poderes psíquicos, ratas malvadas, Tortugas Ninja de plástico, robots gigantes, naves espaciales de animación y sonrojantes momentos de humor. Un conjunto psicotrónico que destrozará aún más si cabe tu cabeza aunque esté curtida en esta clase de producciones.