CRÍTICAS PELÍCULAS

miércoles, 15 de diciembre de 2021

PLEASURE CAMPUS: SECRET GAMES (1980)


Tatsumi Kumashiro
es uno de los directores más interesantes que surgieron dentro de la nueva ola alternativa japonesa. De espíritu rebelde, uno de sus primeros trabajos, Lujuria húmeda (1972), una pieza erótica-artie, se convirtió en todo un éxito de público y crítica para el director. Su cinematografía cabalgó del yakuza-eiga más visceral con Yakuza Goddess of Mercy: Mistress Jingi (1973), al romance indie de Bitterness of Youth (1974) o hacia una extraña cinta de robos protagonizada por seres apartados de la sociedad como fue Mister, Missus, Miss Lonely (1980). Concretamente, Kumashiro tuvo un especial interés en mostrar las diferentes formas del erotismo como podemos ver en sus naturalistas cintas sobre la vida de las geishas. Unos trabajos que gozaron de una fuerte aceptación en su momento con cintas tan interesantes como El mundo de las geishas (1973) o La calle de la alegría (1974). También tuvo tiempo para más desnudos de autor y experimentales como en El rastro serpenteante del amor (1973) sin olvidar a la hilarante e incorrecta comedia meta de El éxtasis de la rosa negra (1975) con un director de Roman Porno a la búsqueda de su nueva musa. Quizás uno de sus mayores triunfos fue La mujer pelirroja (1980), un descarnado drama, con una estupenda Junko Miyashita (multi premiada por la película) y que está considerada uno de los mejores films japoneses de los años 80. 

Una de las claves para entender la obra de Tatsumi Kumashiro es que optó en gran parte de su carrera por luchar contra la estupidez de la censura Eirin (según la ley japonesa no se pueden mostrar los genitales), realizando para lo cual trabajos donde las escenas sexuales son conscientemente tapadas por exagerados rombos, difuminados y líneas blancas dinamitando el interés de la propia obra para poner en evidencia a dicha censura. O filmar los actos sexuales en largos planos generales y casi en penumbra en El mundo de las geishas. Todo un signo de insubordinación y de postura atrevida la cual le acompañó a lo largo de su carrera. Kumashiro trabajó durante los 70 para la Nikkatsu y donde una de sus últimas películas para el estudio fue Pleasure Campus: Secret Games (1980), un film donde Kumashiro parece contradecirse en su filosofía presentando un trabajo lleno de exageración sexual, misógino, desquiciado y ridículo.

En la película seguimos a Sachiko, una adolescente que decide declarar que fue la hostigadora de una rebelión en clase para salvar al chico del que está enamorada. Como castigo, sus profesores abusan de ella. Ahí comienzan las desgracias para Sachiko, que se dará cuenta, a través de las peores humillaciones, de lo dura que es la vida.


Pleasure Campus: Secret Games es una adaptación de un manga de corte violento y pornográfico creado por Michio Hisauchi. La misoginia de la obra es tomada por Kumashiro con su humor cínico y negrísimo para amonestar a un subgénero del cual sentía rechazo. Un film que, sin duda, parece reírse y criticar esa vertiente de películas Roman Porno producida por el mismo estudio y de temática cada vez más misógina. No olvidemos que hasta ahora las historias de Kumashiro, en su mayoría, se caracterizaban por presentar a unos personajes femeninos bastante tridimensionales. Mujeres fuertes y conscientes de su sexualidad. Para Pleasure Campus, parece que el director nipón nos quiere decir: "¿Queréis carnaza gratuita? Pues aquí la tenéis". Todo en Pleasure Campus roza la locura, la ridiculez y la exageración con una incorrección cruda y pura. El conjunto goza de un humor definitivamente retorcido y no apto para moralistas de nuevo milenio y que conscientemente retuerce los tópicos del género hasta la máxima expresión con una serie de set pieces histéricas hasta el hartazgo.

La escena inicial del film ya es ejemplo del humor de brocha (muy) gorda de la que goza la película. Una alumna es amonestada por su rebeldía y castigada a limpiar las instalaciones. Aunque aprovecha una clase para masturbarse con la mala suerte de que es pillada por uno de sus profesores para lo cual empezará a abusar de ella. En la estancia de al lado se está desarrollando una reunión y cada uno de los profesores irá abandonando poco a poco la sala para acercarse a la clase donde se encuentra la alumna. El acto terrible es mezclado con una planificación y tono que casi parece haber salido de unos enfermos y depravadísimos Hermanos Marx. La película navega por un cúmulo de situaciones alocadas. Desde los padres (muy calentorros ellos y activos sexualmente) de Sachiko, que en un momento dado, desean que su hija se una a su actividad sexual (¡!) o a la mujer de uno de los profesores del instituto, la cual ha sido asaltada sexualmente por la noche y frente al temor de su marido de que la experiencia le haya gustado, intentará hacer lo mismo (¡! ¡!).
Sachiko aprovecha un descanso para darle al tema.

Pero es pillada por sus profesores...

Los padres de Sachiko también van algo "salidorros"

Las locuras no cesa en 63 minutos de metraje

Sachiko acabará hipnotizada y tratada como una marioneta en un circo

El padre de Sachiko aprovecha para sobar también...

La película no da tregua con un ritmo vertiginoso y unos personajes histriónicos, con las emociones desquiciadas y a flor de piel. Frente al cúmulo de escenas de pura exageración, el film culmina con un clímax en un circo de freaks. Un final de plasmación extrañísima, misteriosa y que en su mensaje alberga una de las claves de la película siendo una reflexión no solo del papel de la mujer en Japón sino de cómo se usa su figura en el género del Pinku Eiga. Como una simple marioneta. Y así se nos muestra, con Sachiko siendo hipnotizada por un mago abotargado y obligada a, desde hacer de pájaro hasta de despojarse de su propia ropa. Situación que será aprovechada por el mago freak frente a la impasividad de un público que observa con atención el momento ¿Una representación de los propios espectadores del género o de la misma Nikkatsu?. En el papel de Sachiko tenemos a Ayako Ohta, uno de los rostros más interesantes del género y protagonista a su vez de uno de los clásicos más locos del Roman Porno como es Sex Hunter (1980).

Pleasure Campus: Secret Games (1980) no es un plato para la mayoría de paladares, sabiendo entender muy bien cual es su juego antes de enfrentarse a unos 63 minutos de pura locura slapstick y sexual. Pocas veces he visto algo tan desquiciado, loco y ofensivo. Y por tanto, tiene mi interés Un film que conscientemente quiere dar carnaza con un tono ridículo, casi cartoon, donde parece amonestar al propio género conteniendo, además, una reflexión final acerca de la situación del mismo y las coordenadas que podría tomar en un futuro. Dicha reflexión fue más que acertada ya que frente a la reducción de público, las producciones Roman Porno de la Nikkatsu fueron aumentando en misoginia y crueldad hasta llegar a las locuras de mediados de los años 80 (Pleasure Kill) y que inundaron el mercado del video doméstico en Japón.

Tras abandonar la Nikkatsu en 1980, Kumashiro siguió su trabajo en proyectos de Serie A aunque sus dolencias físicas le provocarán que acuda a los rodajes con una bombona de oxígeno a cuestas. En 1983 sufrió su primer colapso y en 1995 acabaría falleciendo por un infarto de miocardio.

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