CRÍTICAS PELÍCULAS

miércoles, 23 de febrero de 2022

GUZOO: THE THING FORSAKEN BY GOD - PART 1 (1986)


Los años 80 vivieron un momento de pura explosión del mercado del vídeo doméstico en Japón. La expansión de los videoclubs provocaron un aumento de la producción direct-to-video. Un formato que a pesar de tener unas limitaciones presupuestarias más evidentes se beneficiaba de una libertad creativa que dio rienda suelta a la aparición de las locuras más enfermizas y sanguinolentas. 

Como comentamos en críticas anteriores tales como en Beautiful Girl Hunter (1979) o en Pleasure Kill (1987), el Pinku-Eiga fue derivando durante los primeros años 80 hacia un terreno cada vez más misógino y extremo. Una temática que estudios como la Nikkatsu decidieron recurrir para combatir precisamente contra el auge del mercado del video y el cine porno. Uno de los nombres que la Nikkatsu decidió aupar dentro de esta vertiente más extrema fue Kazuo "Gaira" Komizu (el "Gaira" es en honor a uno de los simios del filme de Ishiro Honda; La batalla de los simios gigantes) el cual llevaba desde finales de los años 60 trabajando como guionista para directores orientados al pinku como Koji Wakamatsu o Masaru Konuma aunque pronto se denotó en sus historias una tendencia hacia el sexo más cruel y violento. Para inicios de los años 80 empezó a dirigir filmes eróticos para estudios como la Shintoho o la Nikkatsu incidiendo en esta línea más extrema con ejemplos como Rabbit Sex: Joshigakusei Shûdan Bôkô Jiken (1980) o Catch Girl: Zetsugi Monzetsu (1981). Dándole libertad en este sentido, Komizu realizó el guión para Woman in a Box: Virgin Sacrifice (1985), una de las producciones más ofensivas de la Nikkatsu. 

Una de las aportaciones más "famosas" de Komizu fue aunar el sexo softcore con el terror y el gore. Una mezcla que pareció funcionar entre los aficionados y que acumuló una multitud de productos similares y que azotaron los videoclubs nipones durante buena parte de los años 80 y 90. Dicho mix venía a exagerar las dosis de violencia y sexo de referentes americanos de la época como el slasher si bien pasada por el tan peculiar filtro japonés. Guts of a Virgin (1986), de Komizu, explotaba este mix y a pesar de su tosquedad general acabó siendo un pequeño éxito que acabó por tener dos continuaciones más. En 1986, Komizu realizó Guzoo: The thing forsaken by god - Part 1 un mediometraje de 40 minutos realizado para vídeo y que venía a incidir más en el puro terror y el gore dejando aparcado el sexo para otra ocasión.

Cuatro chicas de secundaria pasan unos días en la casa de veraneo de su profesor pero allí son atacadas por una criatura horrible que habita en el sótano. La bestia está al cuidado de la hija del profesor de las muchachas y la cual trata de mantener en secreto.

La primera impresión al adentrarse en un filme como Guzoo es esa aura que la envuelve de vídeo prohibido y oscuro, algo que la hace atractiva sin duda. En Guzoo son evidentes las grandes limitaciones monetarias las cuales saltan a la vista en su look visual e interpretaciones del cast implicado pero consigue crear cierto ambiente malsano con los mínimos elementos ayudado por las fugaces pero brutales apariciones de esa bestia tentacular la cual acaba por hacer picadillo a las colegialas protagonistas. El gore utilizado para los ataques del monstruo es brutal con abundantes chorros de sangre, explosiones corporales y restos corporales varios.
Un grupo de school girls se van de veraneo a la casa de su profesor. ¿Porqué no?

Pero allí cosas raras empiezan a suceder...

Una monstruosidad tentacular del averno las irá atacando una a una.

Nada puede detener a la bestia.

¿O tal vez si?

Gracias a la corta duración, la historia va directa al grano sin explayarse en pasajes innecesarios, solamente una justa introducción para presentarnos al grupo de adolescentes de excursión y pronto los fenómenos extraños empiezan a ocurrir. Es acertado no dar un origen claro a la bestia tentacular aunque se cite al inicio de la cinta un origen divino al asunto siendo la bestia una monstruosidad abandonada por el mismo Dios en la Tierra. En un giro bizarro, la bestia acabará siendo controlada por el poder de una flauta tocada por una de las adolescentes (la música amansa a las bestias) y posteriormente acaba convertida en una tortuga a priori inocente que las chicas se llevarán consigo sin saber su verdadera identidad...

La portada del VHS. Lista para atraer a incautos.
Aún a pesar de los factores que se presentan (colegialas + tentáculos) Komizu decide esquivar el sexo que tanto se caracteriza en sus trabajos entregándose al horror tradicional sanguinolento. Aquí las intenciones del bicho se alejan de Urotsukidoji o Angel of darkness prefiriendo un resultado más destructivo. Únicamente hay atisbos de presunta sensualidad de cara al morbosete ocasional en la escena en la que las adolescentes se dan un baño en la piscina pero es algo aíslado en un conjunto de clara vocación gore.

Guzoo: The thing forsaken by god - Part 1 (1986) es toda una curiosidad para el aficionado del cine japonés más extremo y oscuro en un mediometraje que a pesar de sus limitaciones consigue crear cierta atmósfera malsana, un nivel acertado de efectos especiales en la plasmación de la criatura y unos ataques salvajes hacia las pobres protagonistas. Un filme que parece querer encontrar una suerte de body horror cósmico en la línea de Lovecraft y las coordenadas del fetichismo gore nipón con tentáculos y adolescentes en un conjunto ligerito y entretenido. Y aunque su título indique que esto se trate de una primera parte de una hipotética saga, hasta donde yo se, no hubieron continuaciones.

Como comentario final, puede que os interese saber que existe una línea en el cine para adultos japonés centrado en la "vorarefilia". Puede que Guzoo albergue algún vestigio de esta curiosa filia. Esta surrealista y marciana categoría del AV nipón consiste en vídeos donde una simpática y jovial muchacha (a veces ataviada de superheroína) es progresivamente devorada (fake, claro, no os vayáis a ofender) por alguna criatura aberrante. Fascinante.

martes, 22 de febrero de 2022

A*P*E: EL GORILA ATACA (1976)


Los que adoran tanto el cine surcoreano reciente deberían echar la mirada atrás y explorar la magnífica y mastodóntica producción que mantenía el país en los años 70. Unos años en donde los géneros populares vivían un momento explosivo con cientos de artefactos de artes marciales, terror, anime, ciencia ficción y... ¡monstruos! A*P*E: El gorila ataca (1976) es un clarísimo exploitation oportunista del King Kong de Dino De Laurentiis, estrenada precisamente el mismo año. Dirigida por Paul Leder e incluyendo a numerosos nombres occidentales entre su equipo técnico, artístico y cast pero que no deja de ser un subproducto de producción coreana de ver para creer.

La sinopsis no alberga demasiadas sorpresas presentando al enésimo gorila de diez metros de altura el cual vive tranquilamente en una isla tropical del Pacífico hasta que la civilización perturba su paz. Mientras tanto, una bella actriz americana se encuentra de rodaje en Corea. No se espera que el simio acabará prendado por ella mientras va sembrando el terror por Seúl.

A*P*E: El gorila ataca (1976) se ha convertido en una joya bizarra de la serie Z por derecho propio. Una oda a lo cutre y que funciona únicamente desde el punto de vista del goce masoquista hacia el atentado fílmico. Contando con solamente 1.200$ de presupuesto, salta a la vista enseguida la paupérrima factura del conjunto. Para el gorila del filme se optó por utilizar la técnica del hombre disfrazado, aunque lejos quedan los magníficos diseños del equipo de la Tsuburaya en películas de Godzilla o kaijus similares. Cualquier disfraz de gorila que puedas encontrar en un bazar chino puede quedarte mejor que el que utilizan en la presente película. El nivel de miniaturas es risible haciendo pasear al citado gorila por campos con muñequillos de vacas entre otros animales. Cinematográficamente hay una torpeza general en intentar dar cierta enormidad al monstruo con una elección de planos que hacen perder totalmente la perspectiva haciendo parecer al gorila lo que es, un hombre y no un gigante.

¡Cuidado con la vaquilla!
Si uno de los aspectos que más han quedado en la memoria del espectador en el clásico King Kong (1933) eran las batallas del simio contra otros seres colosales aquí no han querido quedarse atrás presentando unas alucinantes batallas contra una serpiente o un tiburón. El momento de la serpiente es inolvidable con el pobre reptil siendo lanzado por el gorila contra la cámara, aunque seguramente por un error de cálculo que se no esperaban. Y puestos a explotar a King Kong, porqué no hacer lo mismo con otro de los grandes éxitos del cine de los 70 como es el Tiburón (1975) de Steven Spielberg y enfrentar al simio con un escualo. Dicha batalla presenta al animal, seguramente adormecido por alguna droga, siendo golpeado y llevado de un lado a otro por el gorila de la película. Dichos enfrentamientos van con ciertas incongruencias (¡que más da!) ya que dichos animales deberían ser, por tanto, de proporciones gigantescas. Yo me preocuparía si hubieran tiburones mako de 15 metros campando a sus anchas por los mares...
Un gorila de 10 metros de altura vive plácidamente en su isla tropical.

Por otro lado, una actriz americana se encuentra de rodaje en Corea del Sur.

La paz del gorila se verá perturbada y pronto causará terror entre la población...

Pero no podrá evitar sentirse cautivado por la rubia actriz.

La destrucción sigue y el ejército tomará cartas en el asunto.

Simio vs el "tiburoncete" drogado

El nivel interpretativo va en sintonía con el de los efectos especiales presentando a una serie de actores, si se les puede llamar así, paseándose de un lado a otro por decorados de cartón piedra. Unos tramos que dificultan el visionado de la presente cinta ya que si bien, te diviertes con los momentos con el mono gigante no es así con la numerosa cháchara de los personajes. Joanna Kerns interpreta a Marilyn, la nueva rubia por la que queda prendado este clon de "King Kong" y quien intentará secuestrar mientras se pasea por entre unas pobretonas maquetas de la ciudad de Seúl. Kerns será un nombre asociado principalmente al mundo de la televisión americana aunque como curiosidad, aparecerá como secundaria en un film como Coma (1978), dirigida por Michael Crichton y que contaba en su reparto con grandes nombres como Michael Douglas, Ed Harris o Tom Selleck.

Toma peineta.

Para qué engañarnos, A*P*E: El gorila ataca es un suplicio como ejercicio cinematográfico pero un must see para el amante de la Serie Z. Frente a momentos como los del tramo final, con soldados siendo golpeados por pedruscos ¡claramente! de porexpan o el simio dedicando una peineta tras destruir un helicóptero... No tienen precio. 

El monstruo no escapará del destino trágico, tal y como marcan los cánones, siendo cruelmente asesinado y dedicando al espectador unos exagerados chorros de sangre al ser disparado por el ejército. Pobre. Alucinantes ejemplos de un filme repleto de errores de raccord, de efectos especiales de parvulario y con interpretaciones propias de obras de teatro amateur de asociaciones vecinales... ¿Cómo te puedes resistir a este atentado contra el género? Aún a pesar del desastre general, la película fue rodada ¡en flamante 3-D! Y como curiosidad, en algunas versiones dobladas del filme se refieren al simio directamente como "King Kong". De hecho el título original en coreano es "King Kongui daeyeokseub".

jueves, 10 de febrero de 2022

BAAGHI 3 (2020)

Tiger Shroff gracias a obras como la trilogía Baaghi o War (2019), se ha convertido, con derecho propio, en la estrella de acción más grande y excitante del planeta y puede que de todo el universo. Shroff ha conseguido crear un prototipo de héroe impoluto, invencible y de habilidades perfectas adoptando la acción tan pasada de vueltas procedente de Bollywood. Unas propuestas irresistibles y adictivas con un Tiger que no deja de superarse (aunque parezca imposible) con una serie de trabajos cada vez más surrealistas y que desafían cualquier atisbo de credibilidad, siendo ésta la clave para convertir sus películas en un goce totalmente festivo.

Tras una entretenidísima primera parte estrenada en 2016 y un Baaghi 2 (2018) donde Shroff era convertido en un Rambo con una furia y capacidades elevadas a la enésima potencia, no podíamos esperarnos a una tercera parte. Baaghi 3 (2020) enfrenta a Tiger directamente ya contra un país entero: ¡Syria!

La película sigue a Ronny y a su hermano mayor Vikram. El padre de ambos, justo antes de morir, le hizo prometer a Ronny (siendo niños) que protegería a su hermano pasara lo que pasara... Y así ha continuado haciendo siendo mayorcitos. Cuando Vikram sea aceptado en el cuerpo de policía, Ronny irá ayudándole en sus misiones, a escondidas de todo el mundo. Pero Vikram es enviado a Syria y acaba siendo secuestrado por un grupo de terroristas... lo cual desatará la furia de Ronny.

Siguiendo las reglas de la saga, éste Ronny no tiene nada que ver con el de las dos películas anteriores, presentándonos una nueva historia y conflicto lo cual ayuda a mantener fresca la saga. Baaghi 3 (2020) es ya un espectáculo cartoon, de puro cómic y muy autoconsciente de sí misma. La cinta ya sabe lo que el público desea ver y se entrega a ello sin tapujos en un conjunto enormemente festivo y que explota la figura de Tiger y sus capacidades físicas en unos momentos de acción absolutamente de otro planeta. El aire autoparódico es evidente desde el inicio en esa maravillosa presentación del personaje de Ronny en el cine corriendo a cámara lenta y levantándose un aire a su alrededor tal y como el personaje de Shraddha Kapoor había comentado minutos antes con su amiga ("ahora aparecerá en slow-motion..."). 

No le pongo absolutamente ningún "pero" a los momentos de acción (el 90% de las mismas están realizadas por Tiger, algo que ha ido haciendo desde sus inicios) y agradezco que esta vez los momentos musicales e interludios de baile estén reducidos tanto como el elemento romántico de la cinta, con menos peso que de costumbre. Si bien, si que llega un punto en el que estás deseando que llegue la gran explosión final en Syria con Tiger enfrentándose él solito a todo un ejército de terroristas ya que el largo tramo central de Baaghi 3 con el día a día del hermano mayor de Ronny, Vikram, en el cuerpo de policía, lo encuentro algo alargado y con un humor que me costaba de entrar. 

Si tienes algún problema, al grito de ¡Rooooonnyyyy! éste acudirá al rescate de su hermano Vikram.

Vikram acabará en el cuerpo de policía pero...

...al ser secuestrado por terroristas en Syria, provocará la furia de Ronny.

Si bien, es cuando Vikram es secuestrado en Syria cuando la película remonta el vuelo (y de qué manera) con Ronny acudiendo al rescate de su hermano. Todo el clímax final resulta inolvidable. Si en Baaghi 2, Tiger se enfrentaba a varios helicópteros a la vez, ¡aquí ya se enfrenta a cuatro tanques! Tiger, como marcan los cánones, se despoja de su camiseta a la mínima y se enfrenta a helicópteros, tanques, a todo un ejército de terroristas sin la ayuda de nadie, agarra una puerta de un helicóptero y lo usa cual escudo del "Capitán America"... Un espectáculo para no olvidar. La trilogía ha llegado a un punto en el que su protagonista es ya directamente un superhéroe (y más cool que los de Marvel) y si se logra entrar en el juego tan surrealista de la cinta, en el que las reglas del mundo real son saltadas a la torera, disfrutarás enormemente.
¡Camiseta fuera!

Baaghi 3 (2020) es otro triunfo para Tiger en una nueva secuela que gana un poco más respecto a su segunda parte entregándose definitivamente al cachondeo puro de ver a Tiger perder los estribos y repartir tullinas a diestro y siniestro. ¡Queremos 20 Baaghi más! 

Baaghi 3 confirmó el gran tirón de Tiger en taquilla en el momento de su estreno pero las buenas previsiones con la película no se cumplieron ya que tuvo la mala suerte de estrenarse a primeros de marzo de 2020, justo cuando la pandemia del Covid-19 empezó a extenderse por todo el mundo. Por el momento, estad tranquilos, porque para 2023 tendremos Baaghi 4 y para que la espera no se haga tan larga, en abril de 2022 se estrenará Heropanti 2 y en diciembre: Ganapath: Part 1. Tenemos Tiger para rato y yo me alegro infinitamente de estar vivo para ver tal espectáculo.

lunes, 7 de febrero de 2022

FLYING COLORS (2015)


El género adolescente, tan en boga en la ultima década en Japón, está poblado de live-actions genéricos de series anime o mangas de corte romanticón, cómico o dramático. Si bien, siempre hay excepciones de películas que cuando consiguen hacerse con mimo y trabajo acaban siendo la mar de agradables e interesantes. Flying Colors (2015), en su mezcla de comedia adolescente y drama de superación es un triunfo para este género. Un trabajo sustentado en unas interpretaciones más que notables y un tono que consigue meterte en el desafío de su protagonista para poder conseguir su objetivo aún a pesar de todas las dificultades.

En la película seguimos a Sayaka Kudo, una "Biri Girl" que viste minifaldas y se tiñe el pelo de rubio. Aunque está en el segundo año del instituto, académicamente no anda muy lejos de la primaria. Frecuentemente cambia de escuela debido a su dificultad para hacer amigos e incluso ha sido sancionada por fumar. Con vistas a prepararla para el examen de acceso a la univerdad, su madre decide enviarla a la "Seiho Cram School". Cuando su director tiene conocimiento de sus problemas, se toma como algo personal el ayudarle a conseguir su objetivo de ser admitida en la Universidad de Keio, de gran prestigio y considerada como la más complicada de Japón con vistas a aceptar estudiantes.

Basada en la novela de Nobutaka Tsubota, "Gakunen Biri no Gyaru ga 1 nen de Hensachi", donde el autor relataba sus propias vivencias al pasar de mal estudiante en el instituto a lograr entrar a una universidad de lo más exclusiva gracias a su esfuerzo. Flying Colors (2015) es una obra muy notable que se contamina de ese espíritu de superación que sufre y desea su personaje protagonista. Si bien, tal vez pueda denotarse un blanqueamiento de ese "mal" de la cultura japonesa que es esa presión extrema y competitiva que sufren los estudiantes en el país. Si bien la historia y tono de la película acaba por ser extrapolable a cualquier aspecto de la vida, siendo una temática de lo más universal como es el de querer superar tus propios límites, el querer mejorar como persona o no dejarse contaminar por las frustraciones de unos adultos que han visto como sus sueños de juventud han acabado rotos por abandonarlos demasiado pronto.

La película hubiera sido una más de no ser por varios factores. Para empezar, las interpretaciones del cast implicado. Kasumi Arimura resulta ser todo un enorme descubrimiento (aunque llevara varios años actuando en numerosos filmes de todo tipo). Su transformación de muchacha frívola, superficial y de desastrosos resultados escolares hasta poco a poco centrarse en sus estudios y en lo que quiere convertirse  en un futuro superando para ello todas las adversidades resulta conmovedora y más con la interpretación tan remarcable de Arimura. Su personaje se adscribe como una "Biri Gyaru" o traducido, una "chica Biri". Corriente de moda nacida en Japón en los años 90, detonante de la cual fue la cantante pop Namie Amuro y que se basa en chicas que tiñen su pelo de rubio y llevan sus faldas extremadamente cortas.

Tsubota, el personaje de su profesor de refuerzo, también resulta todo un acierto, siendo un carácter que se sale de lo típico encontrando una figura adulta que entiende a los adolescentes, sus debilidades y limitaciones, y sin mirarlos con condescendencia es consciente de las posibles problemáticas de la enseñanza japonesa queriendo darle una vuelta más divertida y lógica a la manera de estudiar. El personaje, interpretado por Atsushi Ito (Fish Story, Battlefield Baseball), demuestra una buena química con Arimura creando una relación de mentor-alumno de lo más entrañable. El reparto coral de la película, llena de personajes de lo más simpáticos (las amigas de Sayaka, el odioso profesor del instituto...) acaba por crear un ambiente a todo el conjunto en el que no puedes dejar de esbozar una sonrisa. Es de destacar además la dirección firme de Nobuhiro Doi, responsable de taquillazos y lloreras incontrolables gracias a clásicos del drama romántico nipón como Be with you (2004) o Tears for you (2006) y quien ha vuelto a contar con Kasumi Arimura este año con I fell in love like a flower bouquet (2021).

Sayaka es una adolescente bastante terrible en los estudios.

Acude a una escuela de refuerzo para mejorar sus notas.

Pero gracias a su profesor se marcará un objetivo más ambicioso: acceder a la Universidad de Keio.

El camino no será nada fácil. ¿Lo conseguirá?

Aún a pesar de un ritmo ligero, su larga duración no evita que el filme se entrabanque en sus compases finales en donde creo que se explaya demasiado en el drama, concretamente en la situación familiar del personaje de Sayaka y la relación con sus padres. Unos minutos en los que un recorte, o un tratamiento algo menos melodramático (y que acaba por distraerte del conflicto principal) no le hubiera venido nada mal. Si bien, eso no evita que el clímax de Flying Colors, aunque previsible, claro está, no evite emocionarte y acabes el metraje con una sonrisa de plena satisfacción frente a lo agradable y simpático de todo el conjunto. Los créditos finales con todo el reparto haciendo playback sobre la canción "Kanousei" de la banda de rock Sambomaster es la guinda final a esta producción que destaca con derecho propio dentro del aluvión de cine adolescente comercial que cada año golpea las salas de Japón. 

Tras descubrir a Arimura con la presente película y en donde varios de los premios ganados de ésta Flying Colors fueron para su interpretación (En los Premios de la Academia de cine de Japón 2016 a "Actriz revelación" o en los Blue Ribbon Awards de 2016 a "Mejor actriz"), creo que se trata de una de las actrices más interesantes del panorama juvenil nipón del momento pudiendo destacar sus apariciones en filmes como I am a Hero (2015), Natsumi no Hotaru (2016), Narratage (2017) de Isao Yukisada, Kazokuiro (2018) o Fortuna's eye (2019) además de ser un rostro habitual en diversas series de Tv como And Live (2019) o Going my Home (2020) de Kore Eda. El público mayoritario la conocerá seguramente por su participación en las últimas entregas del live-action de Kenshin.