CRÍTICAS PELÍCULAS

martes, 29 de marzo de 2022

ULTRAMAN Z (2020)



Con el regreso de nuestro héroe galáctico favorito en 2013 con Ultraman Ginga, se dio inicio a una nueva generación de ultra-héroes que conquistaron el corazón de los niños nipones. Esta nueva retahíla de personajes se les conoció como los New Generation Heroes. Frente al posible exceso de nuevos Ultraman, los cuales se estaban empezando a acumular desde 2013 a serie por año, se decidió realizar una gran traca que pusiera punto final a esta etapa de la franquicia y continuar con caminos nuevos con la que sería la reciente Ultraman Trigger (2021). Estrenada en julio de 2020, en plena pandemia del Covid-19, y con 25 episodios, Ultraman Z supone una conjunción insólita de factores, que no siempre suele ocurrir, pero que la convierten en una de las series más potentes de los últimos veinte años de la "Ultra-Franquicia". 

Ultraman Z no se aparta de lo ya visto en los últimos 55 años del personaje. Continuamos con muchos monstruos gigantes, equipos militares y científicos luchando contra la amenaza, maquetas y hombres disfrazados de criaturas, los Ultra-hermanos acudiendo al rescate en momentos clave... Pero Ultraman Z acaba por resultar toda una celebración sincera y festiva, no solamente del propio tokusatsu sino también de su personaje estrella. Un goce absoluto orgulloso de su personalidad y que se entrega a la diversión sin prejuicios, a las aventuras luminosas en un conjunto espectacular, vibrante y emocionante.

Ultraman Z da inicio con Zero (hijo de Ultraseven) y el propio Z persiguiendo a través del espacio a Genegard, quien ha causado el caos en el planeta de los Ultra y robado las "Ultra Medals", unas medallas que albergan los poderes de los diferentes Ultraman. Tras acabar Zero atrapado en un agujero negro, Ultraman Z seguirá a Genegard hasta la Tierra donde acabará fusionado con Haruki, del grupo de defensa STORAGE. Juntos lucharán contra nuevos monstruos, irán recolectando las medallitas de marras y se enfrentarán contra el malvado plan para destruir a la humanidad del alienígena insectoide Celebro.

Ultraman Z (2020) es pura diversión y una serie perfecta para recién llegados a la franquicia. Es un ejemplo perfecto para ver que aún contando la misma historia de siempre, depende mucho de sus implicados en dar una personalidad diferente al producto. Sus episodios están cargados de una energía contagiosa y donde no se rechaza un cachondeo general lleno de chistes privados y algo de autoparodia. Ejemplo perfecto de ello es el adrenalítico inicio en el episodio 1, "Chant my name!". El casting en concreto está muy bien escogido poniéndose de manifiesto constantemente la estupenda química entre los cuatro actores principales. Haruki, interpretado por Koshu Hirano, rebosa carisma y cercanía. Sus dos compañeras, Yoko y Yuka (Rima Matsuda y Hikari Kuroki, respectivamente) son otro acierto siendo la primera un personaje femenino fuerte, algo poco habitual en la franquicia y una encantadora experta en monstruos como es el personaje interpretado por Kuroki. Subyugado me quedé con estas muchachas. Que atributos más interesantes... El cuarteto lo finaliza Takaya Aoyagi, interpretando de nuevo a Jugglus Juggler tras Ultraman Orb (2016). Acabas cogiendo mucho cariño a dichos personajes resultando muy carismáticos desde un inicio, lo que ayuda mucho a que te preocupes por ellos en los momentos más dramáticos.

Los protagonistas bien acompañados.

Invitados especiales con Riku (Ultraman Geed)
Si hablamos de los efectos especiales, el nivel es escandaloso. Como he comentado, la serie es una celebración de la manera tradicional de realización de efectos especiales, con maquetas, disfraces y demás trucajes pero llevándolo a un terreno ya espectacular y de un nivel de detalle alucinante. Los nuevos efectos CGI, además, están bien integrados con los efectos prácticos. Si bien, y hablando de aspectos negativos, si que encontré en Ultraman Z un tramo central (entre los episodios 9 y 17 más o menos) poco estimulante en el sentido de presentar un esquema bastante repetitivo entregándose muy rápido a la batalla espectacular de turno. Una lástima porque no dejaba de desear perder minutos de batallas para que se ofreciera un mínimo de trama o premisa más original. Si bien, dicha sensación se esfuma en un tramo final de episodios sencillamente memorables con el tal Celebro poniendo contra las cuerdas a la humanidad con un plan interesante: debido a los monstruos que él lanza sobre el planeta, la humanidad se ve obligada como reacción a crear armas cada vez más potentes y que la llevarán a su autodestrucción. Con STORAGE desmantelada, los protagonistas se unirán para una batalla final inolvidable y más épica imposible, por su carga dramática. Una serie de 5-6 capítulos finales que realzan el conjunto de la serie.
Haruki acabará siendo el huésped humano de Ultraman Z

Se enfrentarán a abominaciones monstruosas.

La aparición sorpresa de Ultraman Ace. Uno de los momentos culmen,

Ep. 18 "Rechallenge from the year 2020"

En su concepto de final de ciclo, Ultraman Z sirve también como resumen de lo mejor de la franquicia, contando con numerosos guiños a los monstruos clásicos como Gomora (de Ultraman y que aparece en el divertidísimo ep. 3 "Live coverage! The monster transport operation"), Peguila (ep. 5 "First Juggling") o incluso Bullton, el monstruo que moldea la realidad de Ultraman (ep. 14 "Four-dimensional capricio"), así como guiños emocionantes de cara al fan como esa reactualización del episodio "Challenge from the year 2020" de Ultra Q y que vemos en el episodio 18. Wisdom, el pajarraco cibernético que acompañaba a Ultraseven, además del robusto King Joe son utilizados por STORAGE para la defensa de la ciudad. 

Las medallas las cuales utiliza Z para transformarse en versiones mejoradas de sí mismo incluyen los poderes de todos los Ultra anteriores, como los de Leo, Zoffy, Jack, Taro, Tiga... El concepto de las medallas (si en las anteriores series ya utilizaban cartas) sirve para que el malvado Celebro fusione monstruos entre sí creando autenticas abominaciones. También contamos con apariciones especiales como el doble episodio con Ultraman Geed (ep. 6 y 7 "The man returns" y "His majesty's medal") y que cuenta con una batalla final frente al atardecer que cuenta con la ayuda de Ultraman Zero. Uno de los mejores momentos de la serie lo tenemos en el episodio 19 "The Last Hero". Todo un bombazo que homenajea a Ultraman Ace (1972) con el regreso de Yapool, los monstruos-terribles y el mismísimo Ace.

Ep. 7 "His majesty's medal"

Si bien, como he apuntado anteriormente, lo negativo de la serie radica en que cae de nuevo en la misma fórmula de las últimas series del personaje. Tenemos de nuevo las mezclas de monstruos efectuadas por el villano de turno, las fusiones entre los diferentes poderes de los Ultra Brothers para las diferentes formas de ataque de Z... En ese sentido, dicha repetición hastía parte de su visionado. La diferencia radica es que aquí, todos estos elementos, parecen funcionar con fuerzas renovadas gracias a su muy acertado cast y la peculiar energía y colorido que supuran sus imágenes.

Como digo, Ultraman Z (2020) aún con su pereza argumental en algunos de sus episodios, lo dubitativo y poco claro que resulta el personaje de Jugglus... A pesar de que ya habíamos visto en anteriores series las fusiones entre monstruos o la conjunción de los poderes de anteriores Ultraman (cartas, cápsulas, ahora medallas) es una celebración del género cargada de diversión y espectacularidad. Llena de detalles simpáticos (esa relación de fascinación casi sexual de Yoko hacia Z), las relaciones entre sus personajes o los diálogos internos entre Z y Haruki (algo que se debería explotar más en la franquicia) llena de momentos hilarantes y auto paródicos no hacen sino realzar el sabor a fiesta constante de Ultraman Z

En general, la serie contiene una energía contagiosa, buen humor, un derroche de colorido y un tramo final verdaderamente memorable. ¿Cómo es posible que llorara de la emoción en los diez minutos finales de la serie? Ultraman Z es una de las series más recomendables para acercarse a la "Ultra-franquicia". Una muestra de que aún con un concepto tan gastado tras 55 años, la Tsuburaya Productions aún sepa renovarse, dar nuevas vueltas de tuerca y ofrecer productos tan cuidados como éste. La serie fue todo un éxito de público y crítica, y al igual que Ultraman Tiga (1996), ganó el prestigioso premio The Seiun Award, otorgado por la Science Fiction Fan Groups Association of Nippon al mejor producto audiovisual del año. Un premio bien merecido a una producción que seguramente se vio con numerosas dificultades derivadas del Covid-19. Ya a partir de los episodios 15 o 16 cada vez se intuyen unas calles más vacías de gente.

Y normalmente, las canciones de Ultraman siempre son un plus, pero las que escuchamos en Ultraman Z son adictivas y muy cañeras, desde el opening interpretado por Masaaki Endo y de título Goshowa Kurasai ware no Na wo! a otros como Promise for the future de Tasuku Hatanaka.


lunes, 21 de marzo de 2022

TYPHOON CLUB (1985)


La problemática adolescente ha sido abiertamente tratada en el cine japonés durante las últimas décadas y resulta interesante revisar la evolución del mismo y cómo se ha tratado a lo largo del tiempo en función de la época. Desde una juventud que desea separarse de la generación de sus padres, la humillación de la guerra y un Japón empobrecido en el cine de los años 50 y 60 a la incomunicación y el impacto de las nuevas tecnologías vista en los 2000. De la delincuencia juvenil de los años 80 a las consecuencias de la crisis económica en los jóvenes de los 90.

Es comúnmente citada a la década de los 80 como los años de la decadencia del cine japonés así como de la caída de los grandes estudios. Son unos años de incertidumbre donde el mercado del vídeo doméstico explota, el anime empieza a tener sus grandes éxitos pero que poco a poco comenzarán a salir nuevos autores que iluminarán de nuevo el cine nipón durante los años 90. Si bien, en esta etapa algo oscura, podemos encontrar cine bastante interesante como el que nos ocupa hoy: Typhoon Club (1985). Una de las plasmaciones más singulares e interesantes de las preocupaciones adolescentes.

En el filme, un grupo de jóvenes queda encerrado en su instituto mientras dura un potente tifón en Tokyo. En ese periodo los jóvenes se dedican a destapar sus frustraciones, y todas las dificultades que les impiden encarar con optimismo el paso a la edad adulta.

Typhoon Club viene dirigido por un director muy a tener en cuenta como es Shinji Somai, y quien en su carrera podemos encontrar trabajos como la comedia balística de yakuzas adolescente de Sailor Suit and Machine gun (1981), los amores prohibidos de Lost Chapter of Snow: Passion (1985) o el pinku-eiga de Love Hotel (1985). Aunque por su titulo parezca que nos encontremos frente a una versión muy a la japonesa de El club de los cinco (1985), Typhoon Club rápidamente se aparta de dicho referente norteamericano convirtiéndose en una experiencia que logra removerte, siendo a ratos incómoda y que te lleva hacia temas bastante poco habituales dentro del género adolescente. La relación entre sexo y muerte así como las pocas perspectivas de futuro son algunos conceptos que aborda el filme siendo el principal el duro trance hacia la pérdida de la inocencia y el paso hacia la edad adulta. Algunas ideas que se plantean si que han sido revisadas una y otra vez en el género pero pocas veces con la honestidad y atrevimiento con la que se realiza aquí juntando a unos chicos llenos de miedos y problemas, utilizando a un tifón como representación de dichos temores así como del trance que supone abandonar la niñez.

Tras una primera mitad de metraje en la que en un formato coral se nos presenta a los diferentes personajes y sus propias problemáticas personales, llega un temible ciclón que obligará a que los jovencitos convivan juntos en su instituto. Será una noche en donde compartirán sus frustraciones, temores, donde se despojarán de ataduras, explorarán su propia sexualidad y en una especie de rito se despedirán del niño que tienen dentro para así adentrarse en el terrible mundo adulto que les aguarda. La realización de Somai pese a no mostrar demasiados aspavientos técnicos si que resulta elegante y más atrevida a medida que avanza el metraje. En general, el ritmo de la película es pausado y en ciertos momentos reflexivo. El filme no deja de tensar la cuerda en todo momento poniendo a prueba al espectador con unos planos excesivamente alargados, pausas o una serie de secuencias que no pasarían el filtro de unos ojos occidentales por su incorrección pero que están cargadas de puro significado y profundidad, aunque malsana.

Momentos como el de la adolescente Rie, quien su madre ha fallecido recientemente y en un momento bastante inquietante, se introduce en el futón donde ella dormía y dentro comienza a masturbarse. En otra escena, en los pasillos del instituto, con la tormenta en su momento álgido, uno de los adolescentes (el más perturbado), persigue a Rie en un asfixiante plano secuencia e intenta violarla. La película resulta atrevida introduciendo sin ton ni son el musical, en una escena casi de videoclip idol pervertido con el grupo de teenagers danzando en ropa interior bajo la lluvia. Un momento que te deja a cuadros de buenas a primeras pero que resulta conmovedor en su plasmación de unos jóvenes conscientes de que abandonarán una etapa irrepetible y que serán abocados a un mundo hostil a partir de entonces.
Un instituto japonés como uno cualquiera.

En pleno tifón, varios compañeros se quedarán encerrados en el edificio.

Allí se liberarán de sus miedos y frustraciones.

A pesar de dichos momentos y que sin duda ponen a prueba al espectador, el filme resulta sublime en dicha representación del trance hacia el mundo adulto. Algunos no serán capaces de soportar llegar a esa nueva etapa y pondrán fin a su vida antes de que pase la noche... Typhoon Club habla de miedos. El miedo a lo desconocido, el miedo a abandonar el niño que somos y el cual no queremos que se nos vaya de las manos. Uno de los trabajos más interesantes del cine japonés de los 80 en un conjunto reflexivo y muy atrevido. Una de esas películas que si logran conectar contigo no lograrás quitártela de la cabeza.

De entre el reparto podemos destacar a Yuki Kudo, quien había aparecido un año antes en esa locura maravillosa y anárquica de Sogo Ishii llamada The Crazy Family (1984). Tomokazu Miura, y quien interpreta al profesor Umemiya, uno de los tutores de los chicos, tiene una abultada filmografía siendo muy recordado su papel de yakuza en las Outrage 1 y 2 de Takeshi Kitano.

Typhoon Club fue uno de los filmes más laureados de los ochenta en el mismo Japón y un ejemplo interesantísimo de cómo saber dar profundidad y verdad a una etapa tan complicada y muchas veces representada de manera frívola y superficial en un conjunto singular y original, de los que te llegan a las entrañas. El filme ganó premios como "Mejor actor de reparto", "Mejor actriz revelación" y "Mejor director" en el Yokohama Film Festival de 1986 así como "Mejor guión" en el Mainichi Film Concours de 1986, por poner varios ejemplos.

jueves, 17 de marzo de 2022

THE ULTRAMAN (1979)



La segunda mitad de los años 70 vivieron un proceso de recuperación económica de una Tsuburaya Productions en crisis (de nuevo) afectando así el devenir de la franquicia de nuestro superhéroe galáctico favorito. Dos factores estaban influyendo en ello. Uno de ellos, la poca aceptación de Ultraman Leo (1974) la cual por ser una propuesta bastante más adulta y oscura ocasionó la huida del público infantil, el único target de audiencia que aún seguía a Ultraman a esas alturas. El segundo factor, bastante más grave, fue la crisis del petróleo de 1973 y que hizo que gran parte del mundo entrara en recesión económica. El encarecimiento de los materiales necesarios para la creación de los efectos especiales hizo que la Tsuburaya se embarcara en modestas co-producciones o proyectos de bajo presupuesto para poder esquivar la quiebra definitiva. Igualmente, la productora intentaba buscar nuevas fórmulas con series como Dinosaur Expedition Born Free (1976) o Dinosaur War Izenborg (1977).

En estos años, la productora deseaba recuperar a su personaje estrella, pero eran conscientes de que una serie de Ultraman requería un presupuesto más abultado de lo que ellos podían permitirse en esos momentos. Se quería evitar a toda costa un fracaso tras cuatro años de esfuerzo continuado. Así, la Tsuburaya, con un ojo puesto en las series anime del momento y viendo lo barato y fácil de producir que era dicho formato, decidieron abordar a Ultraman de esta manera innovadora en la franquicia. Frente al coste cada vez mayor de la creación de los efectos especiales, la posibilidad de crear un producto enteramente de animación suponía una excelente opción.

Presentar una serie como The Ultraman (1979) fue sin duda una jugada maestra para adherir al personaje dentro del grupo de series que triunfaban en la época y estaban relacionadas con la ciencia ficción o los robots gigantes como Daitarn 3 (1978), Combattler V (1976) o Captain Harlock (1978). Aunque se plantearan realizarla ellos mismos en un principio, la total inexperiencia de la Tsuburaya para con la animación les llevó a la búsqueda de un partner que les realizara tal menester. Finalmente fue la Nippon Sunrise quien se alió con el estudio. La Sunrise era un equipo joven que ya había colaborado con Tsuburaya para la realización de las escenas de animación de Dinosaur Expedition Born Free y en 1979 dieron a luz a una serie tan influyente como Mobile Suit Gundam (1979). Una de las cimas del género mecha.

El equipo de la Science Defense Squad
The Ultraman
la componen 50 episodios en donde se pone de manifiesto la influencia de las tendencias de la época como el drama de ciencia ficción en la línea de Space Battleship Yamato (1974), además del fenómeno Star Wars. Todo este mix de influencias sumado a la personalidad y características propias de una serie de Ultraman, hacen de la presente un irresistible entretenimiento llena de conceptos nuevos que suponen una bocanada de aire fresco para la franquicia. En la serie se nos presenta a Ultraman Jonias. El guerrero más poderoso del planeta U40, enviado a la Tierra para cumplir la misión de protegerla de cualquier amenaza monstruosa. Una de las mayores novedades respecto a la presente serie es la capacidad que tiene cualquier habitante del planeta U40 para llegar a un estado superior tanto física como mentalmente convirtiéndose así en un ultra-guerrero. Dicho poder es otorgado gracias a la “Ultra-Mind”, el secreto mejor guardado de U40 y fuente de energía inagotable. Así, durante la serie también conoceremos a Amia, la hermana de Jonias o los guerreros Elek y Loto los cuales no dudarán en transformarse para ayudar en determinadas batallas complicadas.

Mientras tanto, en el planeta Tierra, el súper equipo de héroes de la serie es el organismo SDS (Science Defense Squad) el cual es creado debido al incremento de ataques monstruosos y diversos fenómenos extraños en la Tierra. El joven y valiente Hikari se convertirá en el huésped humano de Ultraman Jonias tras ser testigo éste de la valentía del joven al defender la estación espacial donde trabajaba aún a costa de su posible muerte. A los héroes humanos los acompaña Pigmon, la simpática criaturilla que aparecía en los episodios 8 y 37 de la primera Ultraman y que aquí es convertido en un peculiar robot dispuesto a ayudar al grupo de la SDS frente a cualquier dificultad.
Ep. 8, The Secret of Hikari

Aún a pesar de utilizar, en el primer tramo de la serie, un formato de episodios auto conclusivos y de trama más bien ligera, enseguida se pone de manifiesto que, gracias a la animación, se pueden explotar ideas, diseños o batallas que en live-action sería impensable. Así en el episodio 2, The Secret of the Shining Pendant, la criatura de turno es una especie de corazón palpitante tentacular oculto en el interior de un enorme tornado. En el episodio 4, The Mystery of the Red Cloud, la amenaza es una nube de gas roja mortal y que finalmente acabará convertida en un monstruo. También, vemos el regreso de viejos conocidos monstruosos de la franquicia como el clásico Alien Baltan del primer Ultraman el cual tiene una divertidísima aparición en el episodio 8, The Secret of Hikari.

Aún a pesar de que The Ultraman contenga algunas concesiones infantiles como el personaje de Pigmon y su mono Monchi, éstos no resultan excesivamente cargantes y son aprovechados en varios momentos para llevarlos hacia caminos bastante crueles o dramáticos como es el caso del episodio 7, Problems for Pig. En dicho capítulo, Pigmon es consciente de que su sistema interno falla cada dos por tres. Sintiéndose inútil deseará destruirse y poner fin a su existencia. Uno de los aspectos que más trabajan en The Ultraman y que resulta toda una agradecida novedad es la relación que mantiene Ultraman Jonias con su partenaire humano, Hikari, siendo algo habitual los diálogos internos entre los dos. 

Ep. 19, This is the Planet where Ultraman was Born
Y por fin, el ya tan paródico y sonrojante recurso del héroe humano desapareciendo en cada batalla para después aparecer Ultraman sin que los demás se percaten de ello, es utilizado como excusa dramática en algunos momentos de la presente serie. En el brillante episodio 15, Ultraman and Hikari, nos presenta a nuestro protagonista siendo continuamente cuestionado por sus compañeros sobre si está capacitado o no para la batalla tras sus continuas desapariciones. ¿Se trata de un cobarde? Hikari intentará demostrarse continuamente de que es válido también como héroe humano al margen del poder que guarda para convertirse en Ultraman. Un aspecto muy interesante y poco tratado en la franquicia. Dicho conflicto volverá a tratarse en episodios como el 46, The Remote-control Monster, con Hikari desobedeciendo las órdenes del capitán Gondo para convertirse en Ultraman abandonando a una Mutsumi camino de la muerte.

Poco a poco la serie va cogiendo forma y una mayor profundidad. Algo que es totalmente definitorio a partir del episodio 19, en ese magnífico trio de episodios de título This is the Planet where Ultraman was Born. ¡Hay más ideas y conceptos nuevos en estos 60 minutos que en todas las series anteriores juntas! Tanto Hikari como Ultraman Jonias perecen en la batalla contra el malvado Bedoran por lo que son llevados hasta U40, el planeta natal de Jonias. Que un humano pise por primera vez en la franquicia el planeta del propio Ultraman, encontrarnos allí con la existencia de más guerreros, que los sabios de dicha civilización entraran en contacto con seres de otros planetas, entre ellos la Tierra, siendo los responsables del avance tecnológico de la humanidad miles de años atrás… son unos pequeños ejemplos de la ingente cantidad de ideas que suelta este ciclo de capítulos. Es aquí donde se presenta a Amia, la hermana de Jonias y segunda Ultra-Girl de la franquicia, la cual cae rendida al momento por Hikari. El pueblo de U40 irá apareciendo de manera recurrente en futuros episodios los cuales siguen explorando aspectos muy interesantes como la existencia de una cárcel de monstruos situada en un enorme meteoro el cual será secuestrado por una raza alienígena para conquistar la Tierra (ep. 34 y 35, Break-out at Prison Planet!). En el romanticón episodio 31, The woman fighter from Ultra, veremos a una Amia desesperada por conocer la Tierra y estar más cerca de Hikari.

Así, el visionado de The Ultraman se hace fácil y por lo general muy entretenido gracias a sus guiones los cuales te van llevando a escenarios varopintos que hacen que no pierdas el interés como espectador. De la propuesta del puro horror claustrofóbico producida por una amenaza invisible en medio del desierto (ep. 25, The Devil Flower) a premisas tan atractivas como el alegato anticontaminación de un planeta Tierra en guerra contra la humanidad (ep. 26, The Earth’s greatest Crisis) o aprovechar al máximo las posibilidades que ofrece la animación presentando el esqueleto viviente de una bestia prehistórica indestructible (ep. 30, The moving skeleton). El aroma a space opera va abriéndose camino poco a poco también, presentando directamente a una descomunal nave de combate, la Ultria, dejada por el pueblo de U40 bajo tierra en la helada Antártida y que será utilizada por los héroes protagonistas para sus batallas monstruosas a partir del episodio 38, The Great Ultra War

Ep. 50, To the planet of Ultra - Part 4
Dicho episodio también sirve para presentar al malvado imperio de Heller, nombrado así en honor de su tiránico dirigente. Heller era un habitante de U40 pero que acabó traicionando a su pueblo robando el secreto de la Ultra-Mind y con ello consiguiendo la inmortalidad. Dicho imperio acabará convirtiéndose en el enemigo principal durante los últimos 14 episodios de The Ultraman donde iremos viendo los diferentes intentos de Heller por conquistar tanto la Tierra como U40, enviando diferentes amenazas desde una base secreta construida en el satélite Titán, cerca de Saturno. Los acontecimientos acabarán confluyendo en el catártico final de la serie, dividido en 4 partes y que por sus niveles de intensidad y épica acaban por elevarlo cómo el mejor final de una serie de Ultraman realizada en los años 70. Un final emocionante repleto de destrucción, batallas espaciales y que supone la guinda para una de las series más frescas y libres de la franquicia. Es una lástima que muchas de las ideas planteadas aquí no tuvieran demasiada continuidad en el futuro de las ultra-series ya que podrían haber abierto un campo nuevo muy interesante.

Como he apuntado, uno de los puntos fuertes de The Ultraman es su equilibrada libertad creativa la cual no hace perder la personalidad propia de una serie del personaje. Éste es un punto en el que disfrutó especialmente el equipo implicado en su creación. El equipo de guionistas de la serie eran una mezcolanza de gente proveniente de la Sunrise y jóvenes talentos de la Tsuburaya. Mientras el equipo de la Sunrise aportó el tono a space opera en consonancia con otras series del estudio, la Tsuburaya intentaba crear un equilibrio perfecto entre estas nuevas coordenadas y el sabor auténtico de una ultra serie. Un hecho que sumó aún más talento al conjunto fue que, en el tramo final de la producción, la mayor parte del equipo encargado de Mobile Suit Gundam acabó trasladándose a la serie debido a la cancelación de aquella. El mismísimo Yoshiyuki Tomino, creador de Gundam, se encargó de la elaboración de storyboards en algunos de los episodios.

VHS español
The Ultraman
acabó teniendo un notable éxito y fue el mayor triunfo de Tsuburaya y Sunrise en 1979. La serie logró enganchar a parte de una audiencia que nunca se había acercado a Ultraman, introduciendo al personaje y modernizándolo a los nuevos tiempos. Dicho éxito dio nuevas fuerzas a la Tsuburaya que vio como su contrato con la TBS fue alargado con visos a la realización, ahora sí, de una nueva serie del personaje en live-action. La que se convertiría en Ultraman 80 (1980). Desgraciadamente parece que con el paso de los años The Ultraman ha quedado como una serie bastante olvidada tanto en el anime de la época como en la propia franquicia del personaje y es toda una lástima ya que se trata de un producto entretenidísimo y que lleva al personaje a caminos totalmente frescos. 

Realizaron varios remontajes que recopilaban varios episodios de la serie. El primero de ellos fue The Adventures of Ultraman (1981), la cual era un retelling de la serie, redoblada y reescrita por Jeff Segel y donde se incluían escenas de los cuatro episodios finales además de momentos de los episodios 19, 20 y 21. Dicho filme llegó a España en 1984 con el título de Las aventuras de Ultraman. Una nueva película recopilatoria fue realizada en 1983. Ultraman II: The Further Adventures of Ultraman, y que juntaba los cuatro primeros episodios de la serie llegándonos también a España en 1985 como Ultraman II.