CRÍTICAS PELÍCULAS

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martes, 15 de septiembre de 2020

MIS 10 PELÍCULAS FAVORITAS

En un ejercicio ególatra desde Oriental Paradiso he pensado que tal vez los lectores estarían interesados en saber cuales son mis películas favoritas o de referencia. Es difícil hacer listas porque o bien siempre quedan películas fuera o bien el ránquing va variando depende del dia, pero se intentará ser lo más concreto posible. Este Top 10 incluye películas de todos los países. Con este ejercicio también animamos a los lectores a que nos expliquen cuales son sus películas favoritas. Empecemos.

10. Love Exposure (2008)
Conocimos a Sion Sono gracias a la irregular pero impactante El club del suicidio (2002), pero el director japonés se superó completamente con este monstruo de cuatro horas, una épica historia de amor llena de humor políticamente incorrecto, drama, erotismo, traumas infantiles, violencia y religión. A pesar de las cuatro horas, no le sobra ni un solo fotograma, al contrario engancha y enamora. Un montaje brillante, unas interpretaciones fantásticas a cargo de Takahiro Nishijima en un papel dificilísimo y que el actor supera con matricula de honor y sobre todo la atractiva Hikari Mitsushima haciendo de chica dura pero traumatizada. Una muy poco común visión sobre la religión católica y la adolescencia. Además, la música es irresistible. Obra maestra.

La escena: Yu se entrena en el arte de fotografiar bragas. El pasado de Yoko y Koike. La escena de la playa y el maravilloso final del film.


9. Historia de Abril (1998)
Shunji Iwai, uno de mis directores de cabecera. Director japonés de filmografía fascinante y única, poeta de la imagen y perfecto retratista de las generaciones adolescentes. En 1998 realiza este pequeño film de apenas 60 minutos. Una chica se muda a la ciudad de Tokyo para estudiar. A la pregunta de porque ha venido desde tan lejos para ir a la universidad de la capital, se queda sin respuesta. Así se inicia esta modesta, sencilla y encantadora película que con un aire calmado y melancólico te transporta a otro mundo, a otra vida. Siguiendo ese halo etéreo, romántico y nostálgico típico de Iwai, el film curiosamente no es una love story sino el inicio de una. Contiene uno de esos finales que te hacen sonreír tontamente. Una delicia de película. Films que te hacen sentir en paz contigo mismo. En Oriental Paradiso disponéis de un especial sobre Shunji Iwai y su filmografía así como la crítica de Historia de Abril.

La escena: Los 10 minutos finales son mágicos.


8. Sopa de Ganso (1933) / Una noche en la ópera (1935)



Ver películas de los Hermanos Marx varias veces al año debería ser receta obligada por parte de un médico para curar la infelicidad, la depresión o la desgana de vivir. Esta dupla de films supone el punto más alto de los hermanos y una de las mayores cotas de genialidad en la historia de la comedia. Groucho, Chico, Harpo (y Zeppo en la primera de ellas) arremeten contra todo lo establecido resultando sus chistes, más de 80 años después escandalosamente actuales. De la burla política de Sopa de Ganso a meterse contra la burguesía en torno al mundo de la ópera en Una noche en la ópera. Unos Hermanos Marx en estado de gracia permanente, protagonizando escenas que se han convertido en eternas y míticas: Groucho mirandose al espejo, sus conversaciones con Dumont, el camarote de Una noche en la ópera, la firma del contrato con Chico... Y un Groucho mejor que nunca con unos diálogos ácidos y descacharrantes disparados a velocidad de vértigo.

Groucho: Sólo falta firmar el contrato…
Chico: No sé escribir
Groucho: Bueno, la pluma no tiene tinta…

La escena: La del camarote of course...


7. Parque Jurásico (1993)
Porque cuando era niño me hizo soñar que era posible que existieran dinosaurios. Un film que fue una autentica revolución en los efectos especiales y a pesar de tener ya casi 30 años (uf como pasa el tiempo...), aguantan perfectamente el paso del tiempo. Personajes míticos y carismáticos como el doctor Grant, Ian Malcom y su teoría del caos o el señor Hammond. A pesar de que Spielberg sigue con la manía de que aparezcan niños... no llegan a molestar. Un film mítico repleto de escenas y momentos memorables que han quedado para la historia y que te hacen volver a creer en la magia del cine y en hacernos ver que todo es posible. 

La escena: La aparición del primer dinosaurio (un brontosaurio) aún hoy hace que llore de la emoción junto al doctor Grant. El ataque del T. Rex a los coches bajo la lluvia.


6. Old Boy (2003)

Este film fue una de las razones por las que me enganché al cine surcoreano, y una de las causantes de mi pasión enfervecida por el cine oriental. Crudísima y violenta, con una espectacular planificación de sus escenas, bellísimas y artísticas. Park chan wook, con la segunda parte de su trilogía de la venganza consigue su mejor obra. Poderosas interpretaciones con un monstruo de la interpretación, Choi Min-sik, al frente. Fantástica y con un final demoledor. Una de las producciones cinematográficas más frescas y rompedoras de la última década.

La escena: La batalla del pasillo a martillazo limpio es increíble. El momento del pulpo y ese incorrecto twist final. 


5. Godzilla (1954-?)

El monstruo de mi vida. De pequeño ya me gustaban los dinosaurios pero se me quedó tan grabada con 8 años la imagen del enorme saurio radiactivo en mi cabeza que explotó mi imaginación hasta el punto de que fue uno de los motivos por mi enorme pasión y dedicación al mundo del cine. Una saga de 30 películas da para mucho pero Japón bajo el terror del monstruo (1954), el primer Godzilla, la semilla de todo me sigue apasionando como el primer día con su metáfora única y descarnada del horror atómico de Hiroshima y Nagasaki. Un film deslumbrante y que con cada visionado nuevo jugo le sacas. Otros films de la saga que también son una maravilla y se encuentran entre mis favoritos: Godzilla contra los monstruos (1964), Godzilla (1984) Godzilla contra King Ghidorah (1991).

La escena: Godzilla destruye Tokyo.


4. Leon, el profesional (1994)

Film redondo que pese a no salirse de patrones ya bastante sobados en la historia del cine como es el del asesino a sueldo parco en palabras y nulo emocionalmente hablando, resulta sorprendente y memorable al incorporar junto al sobresaliente Jean Reno a una partenaire tan inesperada pero excelente en todos los sentidos como una Natalie Portman pre-adolescente soberbia en todos los sentidos. Luc Besson aporta su toque francés a una producción de carácter hollywoodiense cargándola de personalidad y una mayor sensibilidad que otros sucedáneos. Un trabajo de personajes excelente hecho con cariño y dedicación, una pseudo love story entre dos personajes solitarios que se encuentran entre la frialdad de la gran ciudad. Os recomiendo el montaje del director con media hora de escenas añadidas, notablemente superior a la versión de cines.

La escena: El momento en que Jean Reno duda en si abrirle o no la puerta a Natalie Portman cuando han asesinado a la familia de ésta es impresionante.


3. Tiburón (1975)

Puede que la primera película de terror que vi en mi vida. Una actualización a nuestros tiempos de la historia de Moby Dick. Toda una lección de cine de parte de un joven Spielberg, que se las vio y deseó para terminar el rodaje, pero el esfuerzo valió la pena. Inmortal música de John Williams, fantásticas interpretaciones de Roy Scheider, Robert Shaw y Richard Dreyfuss. Todavía conserva su capacidad para espantar y alejar a uno del agua a pesar de tener ya 45 años. Una obra perfecta.

La escena: La conversación del capitán Quint sobre el acorazado Indianápolis. La batalla final entre el jefe Brody y la bestia. "Necesitamos un barco más grande".


2. Alien (1979) / Aliens (1986)

Estamos hablando de una de las sagas cinematográficas más importantes de mi vida. Aliens, la magnífica secuela firmada por James Cameron, siempre la he colocado en el podio por encima de las demás entregas por su carácter ochentero, su sentido de la acción frenético, por la evolución del personaje de Ripley, por Hicks, Vasquez, Hudson y esa batalla final gloriosa contra la Reina Alien. ¿Su mayor defecto? Su entrega precedente, Alien, es algo insólito en la historia del cine. La conjunción de elementos tan dispares en su creación como Ridley Scott, el arte macabro de Giger, el guión de Bannon, la música de Goldsmith, la elección de los actores... Alien es pura magia. La belleza, poesía y terror que desprenden sus imágenes acongojan a uno embuído por ese frío pero bello espacio sideral y esa industrial nave Nostromo donde en cualquier esquina puede esconderse el 8o pasajero. Las dos entregas funcionan por sí solas, pero conjuntamente son una de las mayores genialidades de la historia del cine. 

La escena: En Alien: la llegada al planeta y esa escena final con Ripley enfrentándose a la criatura. En Aliens, todos sus 45 minutos finales y que culminan en la inmortal escena de Ripley vs Reina Alien. Get away from her you bitch!


1. Todo sobre Lily (2001)
Llegamos al número 1 y de nuevo Shunji Iwai. Todo sobre Lily es la obra maestra de Iwai, director japonés de cine independiente. A veces encuentras películas casi por casualidad, de las que no conoces de nada y al verla sufres una catarsis pura, un momento único en el que sientes que has encontrado aquello que tanto estabas buscando. Uno de esos momentos únicos en el que el cine va a ti y te encuentra. El film en cuestión: una desgarradora y cruda historia de adolescencia en un pequeño pueblo de Japón. Narrativa y cinematográficamente maravillosa, con constantes saltos en el tiempo, utilizando toda clase de formatos de video y exprimiendo las ventajas del cine digital hasta sus últimas consecuencias. Visualmente poética, hipnótica y con una banda sonora impecable. Una película dolorosa y triste pero impresionante. Sin duda uno de los films más revolucionarios de lo que llevamos de milenio. Un tesoro bien escondido de los que vale la pena descubrir. Sin duda, esta es MI PELÍCULA.

La escena: La chica que es obligada a prostituirse tiene un pequeño momento de felicidad jugando a las cometas, bellísimo. El plano final justo antes de los créditos.


Otras que podrían entrar en mi ránquing: 
- El verano de Kikujiro (1999)
- Susurros del corazón (1995)
- Ed Wood (1994)
- Depredador (1987)
- Vertigo (1958) / Con la muerte en los talones (1959)
- Pulp fiction (1994)
- The Handmaiden (2016)
- Confessions (2010)
- King Kong (1933)
- 12 hombres sin piedad (1957)
- La invasión de los ladrones de cuerpos (1956)
- El hombre invisible (1933)
- Akira (1988)
- Regreso al futuro (1985)

viernes, 17 de julio de 2020

CRÓNICAS DE SITGES 2019 (1/3)

Vuelta al Festival de Sitges, un festival que siempre me recibe con los brazos abiertos y donde ya acumulo 15 ediciones, todas ellas llenas de emociones y buenos momentos. Este 2019 no he podido acudir al Festival todo lo que quisiera por problemillas de carácter personal pero aún así he podido visionar algunos de los films que más ganas tenía de ver en esta edición.

The Forest of love (2019) es la nueva locura, en la ya extensa filmografía, de un ser único como el japonés Sion Sono, toda una figura anarquista y extrema y que nos ha regalado obras como la monumental Love exposure (2008), Suicide Club (2001) o Why don’t you play in hell (2013). Parece que a Sono le ha gustado el hecho de trabajar para plataformas streaming. Recordemos que en 2017 ya realizó para Amazon Prime la divertida y sangrienta serie Tokyo Vampire Hotel (y que en Sitges pudimos ver en una versión-película remontada y de dos horas) y es ahora con Netflix donde se atreve con un film como The Forest of Love. El film sigue al arrebatador Jo Murata, un hombre despiadado que usa su carisma para manipular a la gente. Cuando Murata conoce a Shin, éste decide que Murata y su turbulenta relación con Mitsuko serían el tema perfecto para su película. A medida que avanza el rodaje, las mentiras comienzan a no distinguirse de la verdad y los límites de la humanidad se ponen a prueba, dando como resultado actos tan estremecedores como repugnantes.

The Forest of Love presenta a un Sion Sono quizás más acomodado (que no más domesticado/relajado en materia de violencia) y que se regodea en sus patrones más característicos para deleite del fan. El film es todo un greatest hits de los mejores momentos de la obra de Sono teniendo un poco de todo: colegialas, explosiones de violencia cercanas al gore, personajes extremos y rayando en la locura, humor delirante, cine dentro de cine y sexo perverso. Aunque su extensa duración de 150 minutos pueda tirarnos para atrás, el metraje está bien dosificado y su visionado no se hace tan pesado como uno pueda pensar. Sin duda, la estrella del film es el personaje de Murata interpretado por un magnético Kippei Shina. Un estafador, un charlatán, un farsante, un Julio Iglesias japonés que deriva en un auténtico psicópata. Un personaje repugnante y brillante con especial gusto por engatusar a las jovencitas (claro) y que manipula a los personajes a su antojo. Todo un hallazgo.

The Forest of Love (2019) ofrece todo lo que nos gusta de Sion Sono aunque se denote una cierta repetición para satisfacer al espectador objetivo de estos films. No obstante, es un ejercicio de auténtica locura, con mucho humor negro, sadismo, seducción y violencia que hará las delicias del respetable.


Desde su aparición en la adrenalínica Train to Busan (2016), Ma Dong Seok se ha convertido en toda una estrella en Corea del Sur, protagonizando en su mayoría films de acción, repartiendo tortas a lo Bud Spencer. En el festival de este año se proyectan dos films protagonizados por Dong Seok siendo Unstoppable (2018) uno de ellos.

El film sigue a Dong-Chul, un antiguo matón que trata de llevar una vida honesta y pacífica dentro de la legalidad. Cuando un día una banda que trafica con mujeres secuestra a su esposa, Dong-Chul no verá otra salida que volver a sus antiguos métodos para poder encontrarla.

Han jodido al coreano equivocado, como aquél que dice... Por el argumento de Unstoppable podríamos pensar que estamos en otra de las películas de la filmografía de Steven Seagal, Van Damme o Statham… y así es. Si en lugar de a Dong Seok hubiéramos colocado a algún actor forzudo americano tampoco habría ninguna diferencia pero claro, esto es Corea y como marca el país, el film demuestra una factura visual excelente y bien cuidada y una plasmación de la acción bien potente. El problema es que hemos visto la historia mil millones de veces por lo que su visionado se hace ameno pero no sorprendente, salvado por el enorme carisma de un Ma Dong Seok en su salsa.


Train to Busan (2016) fue todo un éxito en Corea, alcanzando los 10 millones de espectadores en su estreno y teniendo una fuerte repercusión internacional convirtiéndola en todo un clásico moderno del género zombie. Corea lo vuelve a intentar con The Odd Family: Zombie on Sale (2019), film que presenta a una familia muy peculiar que trabaja en una gasolinera pero que están sufriendo graves problemas económicos hasta que un día reciben un golpe de suerte en forma de zombie. La familia decidirá aprovechar el muerto a su favor.

Viendo The Odd family me he acordado del clásico The Host (2006) de Bong Joon Ho, en su manera de retratar a una familia algo peculiar y muy lejos de lo que deberían ser unos personajes heroicos pero que al final acabas encariñándote por ellos. Sin entrar en comparaciones, he de decir que he disfrutado mucho del visionado de la presente película. Si bien, a veces cuesta conectar con el humor coreano, en el film, la comedia me ha parecido muy divertida y dándole una nueva vuelta de tuerca a la temática zombie con mucho humor, mala leche y desde una perspectiva poco clásica, hecho que puede provocar urticaria al purista. Pasando por la relación tan cercana que crea la familia con el zombie, los usos que hacen de éste para rejuvenecer a los ancianos y enfermos del lugar hasta llegar a la obligada invasión zombie que pone en jaque a la población.

Muy divertida y bien rodada, con unos ingeniosos y llamativos planos y con momentos hilarantes como la "rave of the dead" que se montan cerca del final. Lee Min-Jae construye una obra notable, divertida y de ajustada duración. Por lo pronto, el film no ha conseguido repetir los mismos números que Train to Busan en Corea, quedándose en unos pobretones 263.000 espectadores.

jueves, 19 de marzo de 2020

FESTIVAL DE SITGES 2019

CRÓNICAS DEL FESTIVAL


THE FOREST OF LOVE / UNSTOPPABLE / THE ODD FAMILY: ZOMBIE ON SALE


WE ARE LITTLE ZOMBIES / THE GANGSTER, THE COP, THE DEVIL


- IRON FISTS AND KUNG FU KICKS / JAM / WEATHERING WITH YOU




PALMARÉS OFICIAL


Secció Oficial Fantàstic a competició

Mejor película
El hoyo, de Galder Gaztelu-Urrutia

Mejor dirección
Kleber Mendonça Filho & Juliano Dornelles (Bacurau)

Mejor interpretación masculina
Miles Robbins (Daniel Isn’t Real)

Mejor interpretación femenina
Imogen Poots (Vivarium)

Mejor guion
Mirrah Foulkes (Judy & Punch)

Mejores efectos especiales
Iñaki Madariaga (El hoyo)

Mejor fotografía
Manu Dacosse (Adoration)
Mejor música
Dan Levy (J’ai perdu mon corps)

Premio especial del jurado
Adoration, de Fabrice du Welz

Gran Premio del público a la mejor película
El hoyo, de Galder Gaztelu-Urrutia

Mejor cortometraje de género Fantástico
Polter, de Álvaro Vicario


Noves Visions

Mejor película
Dogs Don't Wear Pants, de J-P Valkeapäa

Mejor dirección
Mattie Do (The Long Walk)

Mejor corto Noves Visions Petit Format
Lucienne mange une auto, de Geordy Couturiau


Panorama Fantàstic

Premio del público a la mejor película
Extra Ordinary, de Aike Ahern y Enda Loughman

Midnight X-treme

Premio del público a la mejor película
The Devil Fish, de David Chuang

Focus Àsia

Premio del público a la mejor película
The Gangster, the Cop, the Devil, de Lee Won-Tae

Sitges Documenta

Premio del público a la mejor película
La venganza de jairo, de Simón Hernández

Méliès Awards

Méliès d'Argent a la mejor película
Adoration, de Fabrice du Welz

Méliès d'Argent al mejor corto
Children of Satan, de Thea Hvistendahl

Blood Window

Premio Blood Window
Breve historia del planeta verde, de Santiago Loza

Òrbita

Mejor película Òrbita
Huachicolero, de Edgar Nito

Jurat de la crítica

Premio de la Crítica José Luis Guarner
Bacurau, de Kleber Mendonça Filho & Juliano Dornelles

Premio Citizen Kane al director revelación
Galder Gaztelu-Urrutia (El hoyo)

Brigadoon

Premio Brigadoon Paul Naschy
Marc Martínez Jordán (Tu último día en la Tierra)

Sitges Cocoon

Premio a la mejor película Sitges Cocoon
Gloomy Eyes, de Jorge Tereso & Fernando Maldonado

lunes, 16 de marzo de 2020

CRÓNICAS DE SITGES 2015 (1/3)

Un año más en el Festival de Sitges. Un año más, listo para disfrutar de paseos maratonianos al Auditori Melià o al cine Retiro, encontrarme con conocidos y ver mucho cine y de calidad (o eso espero). Mi primera incursión en el festival (cuyo cartel homenajea a Seven en su 20 aniversario) ha sido con un film procedente de Turquia y que se adentra en las corrientes del torture porn (de moda gracias a ejemplo franceses como A l’interieur, Martyrs o Hostel). Turquia es un país cuyo cine me retrotrae al exceso de los años 60, 70 y 80 con sus imperdibles imitaciones casposas de los mayores éxitos americanos del momento (Rambo, Rocky, Star Wars...). Pese a esa rancia imagen que tengo en mi cabeza del cine de este país, la verdad es que Baskin ha destacado por su tono serio y horripilante.

Baskin nos adentra en una noche que será inolvidable para un grupo de policias dispuestos a investigar una llamada de socorro proveniente de un edificio en medio de la nada. El film sorprende por su atmósfera rara, que te impregna y llega a inquietar. Si bien, el primer tramo del film, al querer colocarnos a sus diversos personajes (que al final acaban por no importarte demasiado) acaba aburriendo haciéndote desear que empiece la carnicería. Es cuando el variopinto grupo de policías llega a la misteriosa casa que la cosa se anima... y de qué manera: seres extraños, misas negras, torturas, mutilaciones, violéncia sexual... ¡menuda les cae a los polis! Dicha secta de brujería está comandada por un enano de aspecto grotesco y horripilante interpretado por Mehmet Cerrahoglu y que es sin duda el mejor y más inolvidable personaje de la cinta. 

Así, Baskin es un ejemplo remarcable de este nuevo torture porn que pretende poner a prueba nuestro aguante y además producido en un país como Turquía (cuyo cine nos llega muy a cuentagotas por no decir que de manera invisible). Un film de conseguida atmósfera terrorífica y que nos adentra en una misa negra inolvidable. Si bien, lo aburrido del primer tramo y que no conectemos con los personajes hace que el film pierda algo de fuelle pero bien vale la pena un visionado. Además la historia guarda algunos ases en la manga que se revelan al final que le dan gracia al asunto.

El Festival de este año también rendía homenaje a un director tan genial como Sion Sono entregándole La màquina del temps y no había mejor año que éste la verdad. Un 2015 en donde el iconoclasta director japonés ha estrenado nada más y nada menos que 5 películas, 4 de las cuales pasan por el Festival. Sono logró despuntar a inicios de los 2000 con la notable Suicide Club (2002) y suyas son joyas como la magnifica Love exposure (2008), Cold Fish (2010) o Himizu (2011). 

Una de los films que presentava en Sitges era Tag y el director no ha decepcionado.
Tag, es un film que se beneficia por su corta duración (poco más de 70 min) y un arranque inmejorable. No hay que negar que su escena inicial te mete de lleno en el film. Esa masacre de colegialas en el autobús por un ente invisible es inolvidable. Pese a que el film presente momentos marca de la casa: ese tono exagerado, violencia cartoon, sangre y mucha colegiala, éste destaca por tomar un papel simbólico y mayoritariamente crítico hacia el papel de la mujer en Japón. Para ello el tono del film bordea lo onírico, abunda en simbolismos visuales y lo surrealista es moneda común en sus imágenes. Tres historias de diferentes mujeres para mostrar tres caras diferentes de la mujer (adolescencia, juventud y edad adulta).

Pese a su corta duración si que es verdad que por momentos el tono del film acabe por hastiarte o descentrarte però Tag es toda una curiosidad que merece la pena visionar por su tono alocado, sus explosiones de violencia y el sustrato social y critico en clave feminista. Otro ejemplo destacable de la filmografia del genial Sion Sono.
Para acabar, es curioso que Sono aborde en Tag la visión machista hacia la mujer japonesa y a la vez el mismo año, el director estrene un film como The Virgin Psychics (que explota al máximo el físico de la mujer). Contradicciones de Sono.


Miss Hokusai es el ejemplo del amplio abanico en el que se mueve el anime desde hace décadas. Un
género que no solo se cierra (como el 90% de la animación occidental) en la animación para niños sino que al igual que el cine de imagen real aborda todos los géneros y edades (drama, ciencia ficción, violencia o hentai) eso es lo atractivo.

Miss Hokusai relata la vida de una de las hijas del célebre Katsushika Hokusai (uno de los más reconocidos artistas japoneses) y de qué manera intenta sobresalir de la obra e influencia de su padre además con el agravante de ser mujer en un periodo como el de Edo. El film, pese a su interés por el retrato del contexto histórico en el que se mueve, el retrato de la ciudad de Edo antes de que se convirtiera en Tokyo, desgraciadamente se mueve en una inconcreción argumental que dificulta engancharse en la trama. 

La falta de un hilo argumental claro y el protagonismo de un personaje poco empático como es el de la hija de Hokusai sumado a un excesivo metraje dificulta el aprecio de este film que si bien presenta aciertos como una animación sobresaliente, el citado retrato de Edo y las costumbres de su gente pero acaba por ser un film insuficiente que peca de ser demasiado contemplativa y poco interesante. Curiosa ante todo.





El thriller coreano y el cine de mafias ha alcanzado excelentes momentos en la cinematografía del país del soju. A bittersweet life (2005), Dirty Carnival (2006) o Friend (2001) son ejemplos bien notables del género. Gangnam Blues nos llega a Sitges relatando un periodo de la historia de Corea del Sur la mar de interesante: la creación del barrio de Gangnam (barrio ahora muy exclusivo cerca de Seûl) de la mano de las mafias locales en los años 70.

El film, sigue el camino de 2 amigos unidos desde la infancia y que tras ser derribadas sus casas se involucran en las revueltas políticas para conseguir algo de dinero. Poco a poco irán uniéndose a las mafias más poderosas de la zona.

Gangnam blues es otro ejemplo de lo mejor del cine coreano. Su director, Yoo Ha, ya nos había ofrecido notables films como la citada A dirty carnival (2006) o El espíritu de Bruce Lee (2004). Una factura técnica impecable, casi insultante, el plus de estar ambientado en la década de los 70 además de lo interesante del contexto como es la creación de la mano de las mafias del barrio de Gangnam pero todo articulado y conducido a través de la relación de amistad de Jog-Dae y Yong-Ki. Un film de grandes momentos y que destaca no solo por el elemento mafioso de la trama sino por el lado humano de la historia como es la relación de amistad entre Jog-Dae y Yong-Ki (unos muy acertados Lee Min-Ho y Kim Rae-Won). Un nivel de tensión que va fragüandose a fuego lento hasta estallar en momentos como la brillante escena de la pelea en el barro. Lo negativo del film es que puede pecar de un exceso de duración y de una afluencia de personajes que dificultan el poder seguir la trama pero el conjunto acaba resultando notable y gratificante.