CRÍTICAS PELÍCULAS

viernes, 21 de mayo de 2021

MOTEL CACTUS (1997)


La llegada de la democracia a Corea del Sur en el año 1987 propició los cimientos de una nueva ola cinematográfica en el país que fue desarrollándose con firmeza durante los años 90 hasta explotar comercialmente a finales de la década gracias a blockbusters como Shiri (1999). La libertad proporcionada en esos años propició el desarrollo de directores que estuvieron atados durante la dictadura encontrando una nueva forma de expresar las frustraciones sociales como Im Kwon-Taek con films como La cantante de Pansori (1993) o Taebaek Sanmaek (1994) así como la entrada de nuevos directores con ideas frescas y rompedoras como Kim Ki Duk con Cocodrile (1996) o Jan Sun-Woo con la estupenda A Petal (1996). Es en esos años cuando aparece un film como Motel Cactus (1997), debut de Park Ki-Yong y que supone un acercamiento al erotismo y al estudio de las relaciones amorosas desde un prisma desesperanzador y dramático, como no podría ser de otra manera viniendo de un país como Corea del Sur.

La mayor parte de Motel Cactus (1997) ocurre entre las cuatro paredes de la habitación 407 de un motel, donde asistimos a cuatro historias separadas por el tiempo y protagonizadas por diversos encuentros sexuales entre parejas.

En la primera de las historias se profundiza en la problemática de una pareja en crisis debido a la falta de amor de una de las partes. La historia destaca por su utilización de elementos simbólicos visuales como la presencia del agua y los espejos como recurso para expresar las emociones de los personajes así como la utilización de un erotismo elegante y poco explícito. Elementos que serán una tendencia en la cinta. La segunda de las historias presenta otra casuística de una relación como puede ser el encuentro puro y virginal entre una pareja de adolescentes que acuden al motel para realizar una grabación como trabajo para clase aunque el encuentro termina con eróticos resultados. Dicha inocencia de la escena de cara al espectador acabará en saco roto cuando descubramos que la muchacha ya tenía novio, el mejor amigo de su compañero, añadiendo el drama de la infidelidad a la ecuación.

La tercera de las historias da inicio en un bar donde un ejecutivo y una chica, Choi, la misma muchacha de la primera de las historias (interpretada por la actriz Jin Hee-Kyung), se conocen y acaban en la dichosa habitación del motel para consumar su tensión sexual. Éste es sin duda el corte con un erotismo más ardiente y explícito con la cámara bien cerca de los personajes protagonizando unas escenas sexuales que casi resultan agresivas debido al dolor que esconde la pareja, víctimas de desengaños amorosos. En la cuarta y última presenciamos el reencuentro de una pareja que lleva años sin verse siendo de nuevo personajes con cicatrices emocionales aunque marcando una diferencia con los anteriores ya que se encuentra rodado de una manera algo más esperanzadora de cara al espectador.

Motel Cactus consigue embuirte de una atmósfera sugerente y especial desde ese inicio con unas guitarras eléctricas que te seducen al empezar el visionado. Al margen de las cuatro historias abordadas, el film introduce pequeños detalles interesantes entre las mismas como por ejemplo una conversación telefónica de una chica que ha sufrido una infidelidad o una entrevista en la calle a una joven y que ocurre como avanzadilla a la segunda de las historias. La fotografía del australiano Christopher Doyle, bien conocido por sus trabajos con Wong Kar-Wai, se hace notar en el film con numerosos juegos de luces, presencia del agua en plano, elementos simbólicos, planos con ángulos complejos y un color muy particular que ayuda a construir una atmósfera muy concreta. El uso de cámara es bien particular actuando casi como un espectador voyeur de lo que está aconteciendo. Cada capítulo también refleja las distintas épocas del año consiguiendo cierta analogía con las diferentes etapas de una relación. Es notable remarcar que a pesar del carácter episódico de la cinta se consigue una homogeneización entre ellas y una buena coherencia narrativa.

Motel Cactus narra cuatro historias ardientes con el lado más dramático de las relaciones como nexo.

El film destaca por un uso muy simbólico del espacio con muchos recursos visuales.

Motel Cactus es un film muy interesante y de muchos valores aunque cuenta con una narrativa algo farragosa y que exige cierta paciencia y atención por parte del espectador debido a su abstracción visual y argumental. Las historias presentan personajes sin relación entendiendo el nexo de unión entre ellos las relaciones amorosas en estado decrépito o donde el dolor y la frustración han sustituido al amor. El uso de la habitación del motel número 407 como testigo de estas parejas, casi como si de un personaje más se tratara, resulta muy atractivo. Doyle se explaya a gusto con total libertad llenando la narración de elementos visuales tales como desenfoques, expresivos juegos de luces y sombras, cámara lenta entre otros. 

Motel Cactus es una pieza notable e interesante. Un film que, en cierta manera, huye del realismo, siendo una experiencia cuasi onírica y etérea donde explora las emociones humanas con sensibilidad y desgarradora realidad, con un erotismo nada burdo ni gratuito y en un empaque visual alternativo y jugoso ayudado por un score musical que proporciona una atmósfera y un soporte emocional estupendo a lo que acontece.

El film de Park Ki-Yong se alzó con el "Premio de Nuevas Tendencias" del "Festival Internacional de Busan" con la "Mención Especial del Premio PIPRESCI" del "Festival de Rotterdam" convirtiéndose así en una de las primeras piedras para la explosión internacional del cine coreano a finales de los 90. Como curiosidad, en el guión colaboró nuestro Bong Joon-Ho antes de iniciar su carrera como director con Perro ladrador, poco mordedor (2000).

miércoles, 19 de mayo de 2021

GOGOLA (1966)

En la India también realizaron cintas donde se incluían a variopintas criaturas gigantes. Desde películas con Tarzan enfrentándose a bestias de todo tipo como en Tarzan and the Gorilla (1963) o apariciones sorpresa de "King Kong" en films como Shikari (1963) donde también aparecían dinosaurios o las innumerables películas sobre mujeres serpiente que acababan por crecer a tamaño XXL y destruían algún edificio por el camino. Lagartos, saurios variados entre otras bestialidades compartían pantalla con eclécticos números musicales, danza y efectos especiales bastante dudosos. Hilarante era Flying Man. Hawai Insan (1965) donde ya directamente insertaban las escenas del Gorgo de Eugène Lourié. 

La sombra de Godzilla era alargada, lo suficiente para llegar a la India y convencer para la realización de una versión exploit de aquella. Es una lástima que posiblemente, una de las pocas películas del país centradas argumentalmente en una criatura gigante, se mantenga desaparecida a dia de hoy.

Gogola (1966) proponía un entretenimiento de serie B con un monstruo, destrucción y pánico de masas mezclado con números musicales y romance adolescente. El film daba comienzo con un grupo de adolescentes que avistaban a una criatura gigante en el mar. En la línea de Tiburón (1975), las autoridades se resistían a creer que dicha criatura pudiera existir hasta que Gogola irrumpía en Bombay dispuesto a reducir la ciudad a cenizas. Al final de la película los militares reducían al monstruo.

El film estuvo dirigido por Balwant Dave y protagonizada por Azaad Irani y cómo comentábamos la película no perdía el tiempo en acompañar a la criatura de otras subtramas llenas de drama, traiciones, villanos y coreografías. Boollywood Style. El diseño de Gogola es bien curioso aunque acabe pareciéndose a Barney, el dinosaurio en su intento de mezclar a Godzilla con Gorgo. Destacan ciertos parecidos a un topo y una prominente y amenazadora dentadura. Como curiosidad bajo el disfraz del monstruo no había uno, sino dos técnicos que movían a la criatura.


Desgraciadamente poco más se sabe de la película y a tenor de reportes solamente existe una copia del film ubicada en terreno desconocido. Hay un blog que hasta ofrece una recompensa para aquel que encuentre la película. Únicamente nos podemos hacer una idea de la misma a partir de material promocional y fotogramas. También acabó sobreviviendo parte del guión y su banda sonora, la cual se puede conseguir en vinilo (y encontrar en Youtube) y donde se pueden encontrar temas increíbles como "Nacho Nacho Gogola-Gogola" y que utilizan para cantarle a la bestia. Mejor eso que nada.

martes, 18 de mayo de 2021

SPACE MONSTER WANGMAGWI (1967)

Ya de por si, Corea del Sur no es un país donde haya cierta abundancia de cintas de monstruos, sean gigantes o no, para que encima varias de ellas se encuentren desaparecidas y sus copias perdidas quien sabe donde. Ya hemos hablado de la versión de Pulgasari realizada en 1962 pero es que además otro kaiju del país como fue la más conocida Yongary: Monster from the Deep es otra damnificada ya que su montaje original coreano se encuentra perdido quedando únicamente disponible el montaje internacional del mismo con algunos minutos de menos. Otra cinta del género afectada es Space Monster Wangmagwi (1967), realizada también en la época dorada del Kaiju Eiga con Japón viviendo una sobredosis de criaturas gigantes tanto en cines como en la pequeña pantalla (con series como Ultra Q y Ultraman) y cuyo éxito animó a los países de alrededor a realizar sus propias versiones monstruosas.

Space Monster Wangmagwi (1967) se adelantó 2 meses al estreno de Yongary llegando a las pantallas coreanas el 27 de junio de 1967 con una duración aproximada de 80 minutos. Producida y distribuida por la Century Company y dirigida por Kwon Hyeok-jin, el film fue una más o menos gran producción dentro de los márgenes coreanos de la época pero desgraciadamente se trata de una película que tras su estreno quedó desaparecida aunque a principios de los 2000 se pudo encontrar alguna copia que, por motivos que explicaré más adelante, solo han podido ver unos pocos.

La trama de Space Monster Wangmagwi gira en torno a la clásica invasión extraterrestre. Un escuadrón de platillos volantes se le suma el ataque de una criatura gigante de nombre Wangmagwi quien está controlado por los malvados alienígenas. El monstruo aparece en medio de Seul dispuesto a reducir la capital a cenizas. Las fuerzas aéreas coreanas aparecen para solucionar el entuerto. Uno de estos pilotos, Oh Jeong-hwan, justamente iba a casarse ese mismo día (el melodrama coreano no puede faltar en ningún producto) abandonando su propia boda para acometer su deber. A pesar de insistirle a su prometida de que le espere ésta acude en su busca (con vestido de novia incluído) y acaba siendo atrapada por Wangmagwi quien acaba distrayéndose de su cometido destructivo llevando a la joven en la palma de su mano.

El argumento de Space Monster Wangmagwi no es muy original recogiendo el testigo de las invasiones monstruosas ya vistas en clásicos como Los monstruos invaden la Tierra (1965) o las amenazas alienígenas de Ultraman aunque, añadiéndole, cierto tono de comedia con los avatares de la pareja que no puede casarse por culpa de que el monstruo se ha llevado a la novia o la presencia de bastantes cómicos o famosas personalidades del mundo de la televisión de la época los cuales tienen breves apariciones protagonizando variados gags de sus encuentros con el monstruo. 

El aspecto de la criatura Wangmagwi es bípeda, de piel reptiliana color verde y con una cabeza de goblin de esplendorosa dentadura. A través de una abertura en su frente expulsa una especie de líquido que estalla en llamas al contacto con el aire. En sus espaldas reposa una especie de caja a través de la cual los extraterrestres mandan ondas para controlarle. A tenor de los comentarios de las personas que han podido ver la película el monstruo es mostrado abiertamente y sin miedo lo que sumado a su aspecto poco realista y que el bicho se reduce a dar vueltas de un lado para otro da la impresión de no ser una criatura muy apasionante. Además resulta curioso el hecho de que que al contrario que la mayoría de films del género en donde militares y científicos intentan diseñar un plan para detener a la criatura aquí no sucede estando impedidos las fuerzas militares durante la mayor parte del metraje en pro de elementos de comedia. Otro momento alucinante incluía a un niño vagabundo quien lograba subir a través del brazo del monstruo hasta llegar a sus orejas las cuales empieza a cortar con un cuchillo. El personaje de Oh Jeong-hwan estaba interpretado por NamKoong Won y quien gozó de cierta fama en la década de los 60 y 70 dentro del cine coreano. El film logró un éxito moderado con 50.000 tickets vendidos.






Solo hay unos 15 segundos filtrados del film

¿Pero que problema tuvo Space Monster Wangmagwi para que muy pocos afortunados la hayan visto? El film tras su estreno en 1967 desapareció hasta que se encontró alguna copia en celuloide a principios de los 2000 lo que ha provocado su pase especial en varios festivales surcoreanos desde entonces de manera especial como en el reciente "Bucheon International Fantastic Film Festival" de 2019. Si nos ceñimos a la información dada por la Korean Film Archive existen 3 copias de la película. Una de ellas en video y otra copia que ha sido restaurada digitalmente y que se puede ver previa solicitud en el mismo archivo del edificio de la Korean Film Archive, aunque no con numerosas dificultades. El problema principal que tiene Space Monster Wangmagwi es debido a complicaciones derivadas de su copyright el cual aún no está solucionado a dia de hoy e impide una comercialización de la película en formato doméstico permitiendo únicamente ocasionales proyecciones en festivales de cine del propio país. Una lástima. Por lo visto, la distribuidora SRS Cinema, experta en lanzamientos de ciencia ficción y monstruos de derribo intentó en 2019 conseguir los derechos para una edición en "BluRay" del film pero sus intentos fueron infructuosos. Únicamente podemos ver en Youtube 15 segundos de la película que han sido filtrados para calmar un poco nuestras ansias.

La portada del Blu-ray de SRS Cinema

Respecto a curiosidades de producción, Space Monster Wangmagwi está considerada como una de las películas con mayor presencia de extras de la historia del cine, con 157.000 coreanos corriendo despavoridos. Algún crítico ha indicado que las escenas de Seul en llamas producidas por el monstruo se pueden intuir ciertos paralelismos con los ataques de las fuerzas comunistas en la Guerra de Corea aunque no parece haber cierta intención simbólica en ello. En 2008 sacaron en Corea del Sur una línea de muñecos basados en monstruos patrios y entre estas figuras se encontraba Wangmagwi.

ACTUALIZACIÓN: Pero en enero de 2023 se ha obrado el milagro. La compañía de distribución SRS Cinema, especializada en ciencia ficción de derribo y que ya sacó del ostracismo en 2021 a otro kaiju perdido como Bicheongoesu, ha recuperado Space Monster Wangmagwi en una edición en Blu-ray y por primera vez, lanzada a la venta para el público. Un hecho histórico para el mundo del Kaiju Eiga.

jueves, 13 de mayo de 2021

PULGASARI (1962)

Corea del Sur no es un país donde el Kaiju Eiga o el género de los monstruos gigantes haya calado precisamente quedando ejemplos aislados a lo largo de las décadas. Si hay un director que ha estado entregado a la causa ese ha sido Shim Hyung-Rae, personaje ya comentado en este blog y que gran parte de su filmografía está enmarcada en el tokusatsu realizando sagas fílmicas con apariciones de mechas entre otros superhéroes (las 9 películas de Ureme), dinosaurios gigantes (Young Gu and Dinosaur Zu-Zu) o cavernícolas desdentados (Tyranno's claw). El film más puramente kaiju aparecido en la época dorada del mismo, los 60, fue Yongary: Monster from the Deep (1967) con una criatura espacial desmesurada que reducía Seul a cenizas aunque hay más ejemplos de películas del género que desgraciadamente han quedado desaparecidas.

Todos conocemos el clásico norcoreano Pulgasari (1985) así como su estrafalaria historia tras su rodaje con el secuestro de los surcoreanos Shin Sang-Ok y Chou Un-Hee quienes estuvieron presos del gobierno norcoreano y obligados a rodar un sinfín de películas allí. Si bien, Pulgasari estaba basada en una leyenda tradicional de Corea y la cual ya fue objeto de una anterior adaptación en los años 60 convirtiéndose en, posiblemente, la primera cinta de monstruos gigantes realizada en el país.

La otra Pulgasari fue estrenada en Corea del Sur el 1 de diciembre de 1962 y nos situaba en los últimos años de la Dinastía Goryeo (918-1392), en la península de Corea, donde un artista marcial querido por todos era asesinado, aunque el muchacho volverá reencarnado en la enorme bestia Pulgasari. El monstruo realizará su venganza contra los malvados que lo asesinaron.


Dirigida por Kim Myeong-Jae y producida por la Kwang-Seon Films, de este Pulgasari únicamente se conservan algunos carteles y materiales publicitarios de la época y que ya nos hacen ver el aspecto de la criatura, bastante diferente al diseño de la versión de los años 80 siendo una bestia desmesurada con el cuerpo cubierto de protuberancias, pústulas y un rostro alucinado, ojiplático y feroz. De su estreno y a tenor de varios reportes se dijo de ella que estaba realizada con una dirección anticuada y unos poco convincentes efectos especiales. Como podemos ver por la sinopsis se conservan diversos elementos del cuento tradicional y también presente en la futura versión norcoreana como es ambientar la historia en una época pasada (Dinastía Goryeo, en este caso) o que la bestia gigante se alimente sin cesar de hierro aunque poco más podemos intuir sobre la película más allá de su historia de venganza monstruosa.

Muchos films surcoreanos de esta época han quedado perdidos, por desgracia, aunque a veces es descubierta alguna vieja grabación en TV guardada por un ciudadano en terribles condiciones o la copia en celuloide acaba apareciendo en los lugares más insospechados. Tristemente no ha sido así con este Pulgasari quedando volatilizada sin dejar rastro aunque apuntándose como, posiblemente, el primer Kaiju Eiga aparecido en Corea. No es el único film del género que ha quedado perdido a lo largo del tiempo, el caso de Space Monster Wangmagwi (1967) es muy similar aunque en este caso existe una única copia y en condiciones la cual permanece en alguna oscura estantería del Korean Film Archive. Muy pocos la han visto...



miércoles, 12 de mayo de 2021

THE GREAT BUDDHA ARRIVAL (1934)

Como ya comentamos en el reportaje dedicado a Wasei Kingu Kongu (1933) y The King Kong that Appeared in Edo (1938), Godzilla no fue el primer ejemplo de cine de monstruos japoneses, aunque si el que acabó por definir todas las características del Kaiju Eiga. Si bien, los dos ejemplos antes mencionados eran cintas con monstruos pero que en realidad no se trataban de seres de medidas descomunales, siendo un joven disfrazado de gorila en Wasei Kingu Kongu y un simio de tamaño humano en The King Kong that Appeared in Edo. No obstante esto, hoy tratamos la que se podría considerar como la verdadera iniciadora del género en Japón y que cumple con las características del mismo aunque realizada 20 años antes de la aparición del primer Godzilla.

Descubrir la existencia de algo como The Great Buddha Arrival (1934) o Daibutsu Kaikoku, es sorprendente. El film representa la vuelta a la vida de una gigantesca estatua de Buda (nada menos) de unos 33 metros de altura y quien inicia una cruzada para realizar el bien entre la humanidad recorriendo diferentes maquetas de ciudades japonesas como Nagoya o Tokyo y realizando diversos actos mágicos en su camino.

El film estuvo producido por la Giant Buddha Movie Factory quien tenía como intención realizar una película de marcado carácter religioso y que fuera la primera piedra para una larga serie de secuelas que acabaron por no llevarse a cabo. La película estuvo dirigida por Yoshiro Edamasa director pionero en el cine nipón el cual ayudó a formar a otros directores y técnicos en el país y que para 1934 llevaba ya dirigidas cerca de un centenar de películas siendo The Great Buddha Arrival uno de sus últimos proyectos. De hecho, una de esas personas que Edamasa ayudó a entrar en el negocio del cine fue nada más y nada menos que ¡Eiji Tsuburaya! Por presentar a una criatura gigante (divina, en este caso) cuya figura se le da un cierto peso en la historia de la película y además por centrarse en la creación de elaborados efectos especiales con miniaturas, maquetas y sobreimpresiones varias es de justicia destacar a The Great Buddha Arrival como una de las iniciadoras del Kaiju y el Tokusatsu en Japón.

Según reportes periodísticos de la época, el film tenía una duración aproximada de unos 75 minutos e incluía espectaculares escenas con la estatua, destacando momentos como uno en donde el Gran Buda "se deslizaba sobre un tren", otro en donde la estatua se hacia una siesta apoyado en un edificio u otro en donde el monumento hacía aparecer una serie de geishas sobre la palma de su mano las cuales empezaban a danzar sobre ella. También, la película incluía insertos en color para representar escenas en el cielo y el infierno. 


Temas interesantes como la unión entre la vida y la muerte o el clima de tensión creado por las diferentes guerras eran tratados en el film. Así como también se incluían referencias a la serie de suicidios ocurridos en Japón en 1933. Los conocidos como The Volcano Suicides incluyeron a una chica de 21 años, Kiyoko Matsumoto, quien quiso suicidarse lanzándose al cráter del Monte Mihara, en la isla de Izu, debido a la relación lésbica que mantenía con otra estudiante, Masako Tomita. La carta de despedida de Matsumoto fue repartida por toda la Universidad por Tomita y pasando a ser toda una sensación en los medios de comunicación creando una reacción en cadena y convirtiendo el Monte Mihara en el punto ideal para quitarse la vida en aquellos años. 944 personas acabaron suicidándose allí en 1933 y 350 en los dos años siguientes. ¡Hasta los turistas iban para allí solo para ver como la gente saltaba al volcán! Japan is different. Esto era debido a que por aquel entonces el suicidio no estaba prohibido por ley aunque al final el gobierno tuvo que tomar cartas en el asunto para detener el aluvión de "saltimbanquis". Os explico todo esto porque me ha parecido una historia muy curiosa.

Volviendo al film. Desgraciadamente, The Great Buddha Arrival (1934), se suma a la larga lista de películas pre-Guerra Mundial que han quedado completamente desaparecidas. Lo único que ha quedado del film son una serie de imágenes aparecidas en revistas de la época y varias reportes periodísticos. La película tuvo su estreno de manera limitada en varios teatros y salas de cine para pasar a desaparecer completamente siendo el celuloide, seguramente, pasto de las llamas. Una gran pérdida para la que se considera el primer Kaiju-Eiga japonés aunque quizás haya quedado cierta influencia de la misma en la trilogía del Daimajin (1966), realizada por la Daiei y protagonizada por una gran estatua de piedra de carácter divino. En 2018 se realizó un remake de mismo título, The Great Buddha Arrival que estuvo dirigido por Hiroto Yokokawa, quien no es otro que el nieto de Yoshiro Edamasa y cuya financiación se consiguió a través de una campaña de crowdfunding en Kickstarter.


lunes, 10 de mayo de 2021

WASEI KINGU KONGU (1933) / THE KING KONG THAT APPEARED IN EDO (1938)

En esta "Antología Kaiju Eiga" monstruosa que estamos realizando en el blog también hay sitio para esos films del género que desgraciadamente han quedado perdidos en el polvo de la eternidad. Proyectos finalizados y que encontraron su estreno pero que por un motivo u otro han desaparecido. Japón bajo el terror del monstruo (1954), el primer film de Godzilla, es considerado el pistoletazo de salida del Kaiju, el cine de monstruos gigantes japoneses. Sorprenderá conocer que la primera cinta del corpulento saurio radiactivo no fue la primera de su clase en Japón. Para ello tenemos que echar la vista atrás hasta los años 30.

Con estupor descubro que uno de los personajes encargados de inaugurar el género desde Japón no fue otro que ¡King Kong! El simio gigante fue objeto de una adaptación japonesa digamos curiosa. Para acompañar el estreno del King Kong de Merian C. Cooper y Ernest B. Shoedsack en Japón se creó un cortometraje mudo y de tono paródico del mismo film. De título Wasei Kingu Kongu, la película tenía un interesante elemento meta a tenor de lo que sabemos de su sinopsis y que narra la historia de un joven en paro y quien a raiz del fervor ocasionado por el King Kong de la RKO se disponía a realizar un show cómico caracterizado como un gorila. En una de sus actuaciones reconoce a su antigua novia entre el público acompañada de otro hombre provocando que el joven (con su disfraz de King Kong) pierda los estribos saltando del escenario para así perseguir a la muchacha causando en el camino el pánico en la ciudad. Como leemos en la sinopsis, la presencia del monstruo gigante no es tal siendo una persona corriente con un disfraz de gorila. Wasei Kingu Kongu se usó como elemento promocional de cara al estreno de King Kong, el cual iba a ser distribuido por la Shochiku en octubre de 1933. Dicho corto nipón se considera perdido pero ciertas fuentes indican que su duración rondaba las 3 bobinas, alrededor de los 30-40 minutos, y solo se conservan varias fotos de la misma. Toda una curiosidad que se adelantó unos meses a la verdadera inauguradora del género, The Great Buddha Arrival (1934), también desaparecida.

Cartel de Wasei Kingu Kongu (1933)

Wasei Kingu Kongu (1933)

Wasei Kingu Kongu (1933)

Pero la influencia del simio gigante en Japón no terminó aquí. The King Kong that appeared in Edo (1938), "Edo Ni Arawareta Kingu Kongu", fue otro ejemplo de este proto-Kaiju Eiga realizado en los años 30. El film, mudo, fue producido por la Zensho Cinema sin contar en absoluto con la RKO, propietaria de los derechos del simio. Igualmente, el film escapa del aura exploit que podamos intuir a tenor del título mostrando a un "King Kong" más en consonancia con el "oni", los ogros del budismo.

Por lo poco que se sabe de la película, ésta estaba ambientado en el Periodo Tokugawa (1603-1868) donde el mencionado monstruo hacía acto de aparición en Edo (antiguo nombre de Tokyo) sembrando el caos. Según informes el film daba comienzo con un comerciante que se vale de su mascota, un simio con mala uva, para secuestrar a la hija de su enemigo, un tal Toba para así poder vengarse. Toba ofrece 3000 ryo como recompensa para encontrarla y empieza la búsqueda.


Los motivos de la desaparición de The King Kong that appeared in Edo son similares al de cientos de producciones japonesas realizadas antes de la II Guerra Mundial ya que se utilizaba el celuloide para primero quemarlo y después crear armamento. Por este motivo pocas producciones niponas pre-guerra se encuentran en buenas condiciones. Lo poco que se conserva de The King Kong that appeared in Edo son unos fotogramas amen de varios afiches, carteles publicitarios y crónicas periodísticas de la época. El film fue realizado en 1934 pero no se estrenó hasta cuatro años más tarde, en 1938, dividido en dos partes con una semana de diferencia entre el estreno de uno y otro segmento. El primero de ellos llevaba por título Volume of Transformation, siendo el segundo Volume of Gold. La versión completa del film también tuvo su pase cinematográfico en el país. 

El film fue dirigido por Soya Kumagai, técnico del que muy poco se conoce. Aún a pesar de la presencia de un "King Kong" en el film y por mucho que intenten engañarnos los afiches promocionales de la película, el simio no era de proporciones gigantescas, siendo de tamaño humano y conservando cierta inteligencia. El monstruo fue interpretado por Fuminori Ohashi, quien también se encargó de la construcción del disfraz. Cosas del destino, debido a su experiencia en esta película, Ohashi acabó por asesorar al equipo de efectos especiales del primer Godzilla llegando a convertirse en aprendiz de Eiji Tsuburaya y acabando por esculpir diversas criaturas para otros films de la Toho como Mogera en The Mysterians (1957) o el simio de Half Human (1955), una de las piezas más oscuras de Ishiro Honda y que bebía sin duda de la influencia de la desaparecida The King Kong that appeared in Edo (1938). El tal Ohashi llegó hasta a fundar su propia productora, la Ohashi Kogeisha con quien llegó a coproducir con la Toho la miniserie Agon: The Atomic Dragon (1968), otro exploit de Godzilla cuyos 4 episodios (producidos en 1964) fueron encerrados en un cajón para acabar siendo remontados y estrenados en cines como un largometraje en 1968.

Lo poco que se conserva de The King Kong that appeared in Edo (1938) por desgracia no es suficiente para darnos una idea general de la película, por lo menos a nivel visual. El personaje de King Kong será retomado pero en cómicas condiciones en las clásicas King Kong contra Godzilla (1962) y King Kong escapa (1967).

viernes, 7 de mayo de 2021

SOBRE MI

¡Hola a todos! Me llamo Adrián Roldán y te doy la bienvenida a Oriental Paradiso. Un mundo esquizofrénico, muy personal y que espero te sorprenda. Una bolsa de gatos llena de monstruos gigantes, robots, artes marciales, serie Z, Tortugas Ninja fake, erotismo bizarro y serios dramas contemplativos.

De pequeño, mi imaginación explotaba en mil direcciones por lo que la llegada del cine a mi vida fue perfecto para darme alas y acabar de volverme tarumba. Jurassic Park, Hace un millón de años, El valle de Gwangi, King Kong, Tiburón, Poltergeist, ciencia ficción añeja, el cine de Alfred Hitchcock… Todas estas películas fueron cayendo frente a mis ojos. Disfrutaba de la escritura y trataba de trasladar las historias que tenía en mi cabeza a una pequeña libreta que aún conservo. Pero si hubo algo que me voló la cabeza y me condujo (aunque sin saberlo en ese momento) a querer estudiar cine fueron las películas de la saga Godzilla. Con 8 años no pude resistirme a tal exhibición de fantasía, destrucción y efectos artesanales.

Mi educación cinematográfica en mi adolescencia fue intensa y variada devorando todos lo que se me atravesara por delante hasta que en 2005 sufrí una nueva epifanía de la mano del film Dos Hermanas (2003) de Kim Jee-Woon. El impacto de la película en mí fue tal que me introduje de forma obsesiva hacia el cine oriental en general y el coreano en particular.

Acabé licenciándome en "Comunicación Audiovisual" para luego especializarme en "Dirección y realización de cine" en "La Casa del Cine", Barcelona. Durante esos años tuve la oportunidad catártica de dirigir varios cortometrajes de ficción. Uno de ellos, La mujer perfecta, acabó formando parte de la selección para la sección “Cortometrajes Nova Autoría” del "Festival de cine fantástico y de terror de Sitges 2013". A partir de aquí, una batalla contra molinos de viento luchando contra la inestabilidad laboral. Sin duda, mi polivalencia me ha ayudado a salir adelante frente a todas las dificultades, combinando trabajos digamos "más tradicionales", con mis proyectos personales relacionados con lo audiovisual.

En 2013 ayudé a sacar adelante "Canal 150", canal de televisión online en Santa Coloma de Gramenet, mi ciudad natal, donde pude hacer de todo: guión, producción, rodaje y edición de todo lo imaginable. Realicé programas conducidos por pintorescos magos, especiales deportivos, vídeos y reportajes informativos, debates políticos... Soy realizador audiovisual ocasional en la productora "Barres i Tons" donde he rodado spots publicitarios, conciertos, monólogos o retransmisiones en streaming de eventos en directo. Fui, durante un tiempo, locutor radiofónico en el programa "Rock en llamas" y en "Por fin viernes", magazine de "Onamar FM. 88.0" el cual contaba con entrevistas musicales, información cinematográfica y mucho humor. En 2016 colaboré con "Colección Maite Minguez". Colección de objetos de cine privada, propietaria de la cual, era la mujer del añorado Luis de Val (Manga Films). Durante un par de años me dediqué a coordinar su magnífica colección de piezas relacionadas con el cine moviéndola a través de exposiciones en galerías de arte y museos de todo el mundo.

Desde 2016 formo parte de "Glory & Legacy Productions", con la que hemos realizado un exhaustivo documental sobre la carrera musical de BoneyM. viajando para ello a ciudades como Miami, Berlín o Munich. También soy encargado del contenido audiovisual de la web BoneyM.es y de la marca "EGB FM".

Otra de mis grandes pasiones es la música. Entre 2014 y 2019 fui guitarrista del grupo musical "Los Chochos", una muy divertida mezcla de rumba-rock con letras reivindicativas y con el que llegamos a sacar un disco en 2015, "A nuestra manera", recorriendo parte de la geografía catalana en unos años muy intensos.

Mi pasión por la escritura no ha cesado, realizando guiones además de relatos de ficción. El "Festival de cine fantástico y de terror de Sitges" es la cita más esperada del año por mi, acudiendo a cada edición desde 2005. Estos últimos años he podido escribir sobre lo que más me gusta y apasiona, el cine, en diversos blogs y webs como, "El blog del profesor Serizawa", "Nosolocine" y "Sospechosos Cinefagos", hasta dar un paso adelante y crear mi propio canal de cine en 2018, "Oriental Paradiso", cuyo blog (y canal de Twitter) espero que disfrutéis con la misma pasión que la que escribo. 

En septiembre de 2021 he inaugurado, además, "Videoclub Paradiso", podcast dedicado al cine de batalla y Serie B más pintoresco el cual podéis escuchar en Ivoox y ver en su canal de Youtube. También, me podréis encontrar de manera ocasional, desde noviembre de 2021, como tertuliano en el canal de Youtube de "Cine Fórum". En junio de 2022 comienzo a colaborar con el podcast "Cosas de Monstruos" disponible en plataformas como Ivoox, Twitch o Youtube.

He colaborado en la escritura de varios capítulos de la obra conjunta "ULTRAMAN: LA GUIA DEFINITIVA (1966-1987)", editado por Applehead Team en 2022 y en donde se analiza concienzudamente las series clásicas de tan icónico personaje japonés. Asimismo, soy colaborador del fanzine "Asian Fantastic Magazine", creado por Felipe Múgica (@timburtonstown). Actualmente, me encuentro trabajando en más obras de carácter literario.