CRÍTICAS PELÍCULAS

domingo, 29 de diciembre de 2019

KING KONG CONTRA GODZILLA (1962)

El Kaiju Eiga, el cine de monstruos japoneses, era una realidad desde la última entrega de Godzilla en 1955, y se pudieron ver cómo decenas de imitaciones asaltaban los cines japoneses, con mayor o menor gloria. El cine japonés dejó obras maestras de la ciencia ficción como Mothra (1961) o Los hijos del volcán (1956) o films más discretos como Varan, the unbelievable (1958), la mayoría de ellas dirigidas por Ishiro Honda y todas producidas por la Toho. Incluso los ingleses quisieron hacer su particular versión de Godzilla con la pasable Gorgo (1961). La Toho tuvo la oportunidad única de conseguir los derechos del mítico personaje de King Kong durante los 60 y por motivos que explicaré más adelante desaprovecharon una oportunidad de oro. Inicialmente este proyecto era una idea soñada por Willis O'Brien llamado King Kong vs Prometheo en la que el simio se enfrentaba a una especie de monstruo de Frankenstein agigantado. El proyecto fue pasando de estudio en estudio sin ningún éxito. La única que parecía interesada por el proyecto resultó ser la Toho, pero más tarde acordaron con la RKO que el enemigo con el que se enfrentaría King Kong sería Godzilla. Willis O' Brien, ilusionado, no tardó en realizar diseños de las bestias y enviárselas a la Toho, quienes hicieron caso omiso al pionero de los efectos especiales. El film iba a tomar otros caminos.

Godzilla dispuesto a enfrentarse al simio gigante
Una expedición científica organizada por Mr. Tako, presidente de una firma de productos farmacéuticos, viaja a la isla Farou para recoger bayas rojas con fuertes poderes somníferos. En la isla los miembros de la expedición descubrirán un gorila de enormes dimensiones que acabarán llevándose a Tokyo. El gigantesco simio será utilizado después por las autoridades para detener a Godzilla, liberado después de la explosión del iceberg que lo mantenía prisionero, con una apoteósica lucha final en el Monte Fuji.

A pesar del enorme éxito que tuvo no sólo en Japón sino en el resto del mundo, King Kong contra Godzilla no es la obra definitiva de la ciencia ficción como tendría que haber sido. Supongo que Ishiro Honda estaba cansado de la seriedad que siempre tenían los kaiju eiga y quiso divertirse haciendo una parodia del género. El personaje de Godzilla antaño era una figura que infundía terror y era una parábola de la guerra atómica, mientras que King Kong era un personaje que desprendía poesía en su versión de 1933. La seriedad que se le podría dar al film se difumina para convertirse en un espectáculo kitsch, una comedia freak divertidísima, eso si.

El simio, mientras tanto, se las ve con un pulpo
El color no sienta nada bien a Godzilla ya que se nota más que nunca que los monstruos son hombres disfrazados y ni intentan disimularlo, al igual que los tanques y aviones utilizados, los cuales se notan a la legua que son juguetes. Lo mismo se puede decir de la mayoría de maquetas utilizadas, en general deslucidas. El aspecto ridículo y absolutamente risible de King Kong no mejora las cosas, y para colmo, la gran batalla entre los dos monstruos tampoco es que sea demasiado remarcable, ya que se acerca mucho más a las batallas de lucha libre de la etapa de decadencia del personaje en los 70 con patadas voladoras y golpes de boxeo.
 
No obstante, estamos ante un film muy entrañable y en definitiva mítico, que gracias al gran talento de Honda se hace disfrutable y divertidísimo gracias a su entretenidísimo ritmo. Tras tanta imitación, Godzilla ya no funcionaba como parábola de la guerra atómica, eran otros tiempos, así que la serie deriva en un espectáculo de color con batallas colosales, un tono que la franquicia nunca abandonaría. El problema con King Kong contra Godzilla es que se plantea como una parodia y en ese sentido resulta divertida y acertada, el problema es que ese tono paródico ha acabado con jugarle en su contra ya que las futuras producciones Kaiju y demás entregas de Godzilla acabaron convirtiendo precisamente en esto, un festival imposible de luchas de sumo monstruosas e infantiles por lo que el paso del tiempo no le ha sentado demasiado bien.

Más os vale no perturbar el sueño de King Kong
Ahora, varias curiosidades. En su estreno japonés la gente vitoreaba a Godzilla y abucheaba a King Kong, ya que para ellos era símbolo del poder americano. Si alguien le parece extraño que King Kong se alimente de la electricidad, eso es un resto de las primeras ideas de Willis O'Brien con el desaparecido Godzilla vs Prometeo, donde como hemos apuntado anteriormente, aparecía Frankenstein. La Toho no olvidó dichas ideas y recuperó a la criatura de Shelley (aunque muy a la japonesa) en la imperdible Frankenstein conquers the world (1965). Mucho se ha hablado de que hay varios finales diferentes; un final japonés con Godzilla venciendo y un final internacional que da la victoria a King Kong. En realidad, no existen dos finales del mismo film, tanto en el montaje japonés como en el americano el final es el mismo y acaba perdiendo... lo tendréis que descubrir vosotros mismos.
 
En USA, como de costumbre, hicieron su propia versión del film, eliminando muchas secuencias del original japonés e introduciendo en su lugar más de veinte minutos de escenas con actores totalmente inexpresivos y acartonados en decorados patéticos y recitando diálogos ridículos dónde únicamente narran lo que está pasando. Impagable es el momento en que uno de los actores americanos se hace valer de un libro infantil de dinosaurios para describir a Godzilla. Desgraciadamente ésta es la versión que se estrenó en gran parte del globo. La versión original japonesa es difícil de encontrar en condiciones. Para 1970 el film fue objeto de un reestreno en Japón cuyo montaje estrenado tenía una duración de unos 75 minutos, eliminando hasta 20 minutos de la versión original. Dichas escenas recortadas acabaron en un limbo y no fue hasta hace unos pocos años que esas imágenes fueron objeto de una restauración para la comercialización del montaje original japonés de 1962, aunque no se evite notar la diferencia de calidad de imagen entre unas escenas y otras.

Lucha de cerebros. Fotograma del remontaje americano del film
King Kong contra Godzilla (1962) fue un éxito sin precedentes en Japón y la entrega más taquillera de la serie Godzilla, consiguiendo llevar al cine a más de 11 millones de espectadores. Se reestrenó en 1970 y 1977 consiguiendo un mayor éxito si cabe con 13 millones de espectadores, además de su gran éxito internacional siendo uno de los films japoneses más populares de todos los tiempos. Por si fuera poco junto a Titanic fue uno de los VHS más alquilados de la historia.
En resumen, una entrega divertida, que no se toma en serio a sí misma y que vale la pena ver sólo por lo mítico de la propuesta, pero no es un film tan cuidado como la primera entrega de la saga. A partir de este momento la saga se convertiría en un espectáculo de lucha entre monstruos a cada cuál más surrealista y el personaje de King Kong no se retomaría hasta 1967 con la genial King Kong se escapa.

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