CRÍTICAS PELÍCULAS

lunes, 20 de diciembre de 2021

FRANKENSTEIN CONQUERS THE WORLD (1965)


Frente a la progresiva infantilización de Godzilla vista en las últimas entregas de la saga como en Ghidorah, el dragón de tres cabezas (1964), Ishiro Honda empezó a perder interés en su personaje ya que para él, Godzilla era una representación de la energía atómica mal utilizada y de las maldades de la guerra. No cabía en su cabeza que el saurio radiactivo se estuviera volviendo un buen bicho dispuesto a defender a la humanidad. Así que Honda, ya definitivamente atado al genero de la ciencia ficción, decidió ir dejando a Godzilla y probar otras cosas, más acordes a sus ideas.

La semilla de Frankenstein conquers the world (1965) vino de una idea de Willis O’Brien, el mago de los efectos especiales, llamada King Kong vs Prometheus donde el simio gigante se enfrentaba a una especie de monstruo de Frankenstein agigantado. Toho recogió dicha idea sustituyendo al tal Prometheus por Godzilla en lo que se convirtió en la exitosa King Kong contra Godzilla (1962). Aunque fue descartado, el personaje de este "Frankenstein" acabaría recuperándose para este pequeño clásico del Kaiju Eiga

Frankenstein conquers the world da inicio en Alemania, 1945. El corazón del monstruo de Frankenstein es conducido a Japón y, mientras es examinado, cae la bomba de Hiroshima. Quince años más tarde, un niño que ha brotado del corazón inmortal es atrapado, pero se comprueba que su crecimiento es imparable.

No puedes más que adorar a un film con una propuesta como la de Frankenstein conquers the world. Retorcer el mito de Mary Shelley y añadirle nazis, seres prehistóricos, un monstruo deforme, gigantesco y que además se regenera al ser desmembrado... ¡es algo irresistible!. Pese al evidente festival pop de locura que proponen tales elementos la película contiene pasajes más serios e interesantes de los que parecía en un principio. Para empezar Honda decide situarnos la historia en Hiroshima tratando de nuevo la problemática nuclear así como las consecuencias de la radiactividad en sus ciudadanos siendo el monstruo de Frankenstein una de esas víctimas de la caída de la fatídica bomba atómica. Un tratamiento de la problemática nuclear que se estaba abandonando en el cine de género de la época optando por temáticas mucho más coloridas y flower power de cara a acompañar el estado de optimismo general y la explosión económica del país en los años 60. Por lo que me parece muy valiente por parte de Honda de plasmar, a 20 años del suceso, la caída de la bomba de Hiroshima en un film de género popular. Frankenstein conquers the world es el único Kaiju Eiga japonés que representa la caída de la bomba. Algo a tener muy en cuenta.  

El film contiene un primer tercio bastante acertado y dinámico situándonos en plena II Guerra Mundial con los nazis viajando hasta Japón y llegando a Hiroshima con la casualidad de ser el 6 de agosto de 1945. Tras el desastre la historia avanza 20 años, presentándonos a nuestros protagonistas. Unos muy acertados Nick Adams (el mejor actor occidental que ha pasado por el kaiju) y Kumi Mizuno (quienes vivieron un idilio en esos tiempos) y que interpretan a unos científicos de un centro que estudia las consecuencias de la radiactividad en los hibakusha. Mutado por la radiactividad, el corazón del monstruo de Frankenstein acaba transformándose en una criatura, un niño vagabundo deforme y que deambula por las calles de Hiroshima. Lo más interesante de la película es toda su primera mitad en la que por un lado explora unas consecuencias atómicas que precisamente se estaban viviendo en ese mismo momento en la ciudad. También el personaje de Nick Adams, como científico americano que se debe a su investigación en una especie de sentimiento de culpa por lo ocurrido me parece muy refrescante. El guión, en ese sentido, presenta muchas ideas interesantes como, además, incidir de nuevo en la tragedia que vive la criatura, estando ésta envuelta de un sentimiento de tragedia y dolor.
En 1945, japoneses reciben el corazón del monstruo de Frankenstein. Pero cae la bomba atómica...

20 años después, unos científicos ayudan a los supervivientes de la bomba.

Pero deambulando por las calles se encuentra esta criaturilla que irá creciendo sin parar.

La situación se descontrola. El ejército quiere acabar con él.

Para acabar de liar la cosa, aparece Baragon. La batalla está servida...

Frankenstein contra el pulpazo. Una escena añadida
para la versión americana del film.
Precisamente Frankenstein conquers the world va perdiendo interés en su tercio final, cuando entra en los terrenos más típicos del Kaiju Eiga. Presentar a Baragon, una criatura prehistórica cuadrúpeda y con gusto por alimentarse del ganado obliga en la narración al enfrentamiento entre las dos criaturas. Algo que nos lleva por caminos más vistos y no tan estimulantes. Si bien, el clímax final con un volcán, entrando precisamente en erupción en el mismo momento de la batalla y tragándose a las criaturas es poderosa y triste.

Frankenstein conquers the world (1965) no evita ciertas salidas de madre típicas de la ciencia ficción japonesa pero más allá de su sana diversión pulp, presenta un cúmulo de ideas muy interesantes y serias, que, gracias a la buena mano de Honda, abandonan lo risible en que podría haberse convertido el producto llegando a algo más estimulante. La película, visualmente, ofrece hallazgos interesantes con planos muy trabajados y evocadores con Frankenstein, destacando esos momentos en el bosque y donde, gracias a que el monstruo se trata de un actor y no de un disfraz, es capaz de transmitir al espectador todas las emociones de tristeza que desprende la criatura.

Frankenstein conquers the world supuso una de las primeras colaboraciones con un estudio de Estados Unidos, siendo una co-producción Henry G. Saperstein Enterprises Inc -Toho. Para la versión americana de la película, los americanos pidieron añadir más escenas de batalla monstruosa por lo que se creó una escena final donde Frankenstein se enfrentaba a un pulpo gigante. La película gozó de una fuerte distribución internacional siendo todo un gran éxito en Alemania, lo que provocó que las películas de Godzilla que se estrenaron posteriormente, empezaron a nombrar en los carteles a Frankenstein en lugar del nombre de nuestro saurio radiactivo. Frankenstein conquers the world tuvo, al año siguiente, una secuela espiritual como fue la igualmente disfrutable La batalla de los simios gigantes (1966).

miércoles, 15 de diciembre de 2021

PLEASURE CAMPUS: SECRET GAMES (1980)


Tatsumi Kumashiro
es uno de los directores más interesantes que surgieron dentro de la nueva ola alternativa japonesa. De espíritu rebelde, uno de sus primeros trabajos, Lujuria húmeda (1972), una pieza erótica-artie, se convirtió en todo un éxito de público y crítica para el director. Su cinematografía cabalgó del yakuza-eiga más visceral con Yakuza Goddess of Mercy: Mistress Jingi (1973), al romance indie de Bitterness of Youth (1974) o hacia una extraña cinta de robos protagonizada por seres apartados de la sociedad como fue Mister, Missus, Miss Lonely (1980). Concretamente, Kumashiro tuvo un especial interés en mostrar las diferentes formas del erotismo como podemos ver en sus naturalistas cintas sobre la vida de las geishas. Unos trabajos que gozaron de una fuerte aceptación en su momento con cintas tan interesantes como El mundo de las geishas (1973) o La calle de la alegría (1974). También tuvo tiempo para más desnudos de autor y experimentales como en El rastro serpenteante del amor (1973) sin olvidar a la hilarante e incorrecta comedia meta de El éxtasis de la rosa negra (1975) con un director de Roman Porno a la búsqueda de su nueva musa. Quizás uno de sus mayores triunfos fue La mujer pelirroja (1980), un descarnado drama, con una estupenda Junko Miyashita (multi premiada por la película) y que está considerada uno de los mejores films japoneses de los años 80. 

Una de las claves para entender la obra de Tatsumi Kumashiro es que optó en gran parte de su carrera por luchar contra la estupidez de la censura Eirin (según la ley japonesa no se pueden mostrar los genitales), realizando para lo cual trabajos donde las escenas sexuales son conscientemente tapadas por exagerados rombos, difuminados y líneas blancas dinamitando el interés de la propia obra para poner en evidencia a dicha censura. O filmar los actos sexuales en largos planos generales y casi en penumbra en El mundo de las geishas. Todo un signo de insubordinación y de postura atrevida la cual le acompañó a lo largo de su carrera. Kumashiro trabajó durante los 70 para la Nikkatsu y donde una de sus últimas películas para el estudio fue Pleasure Campus: Secret Games (1980), un film donde Kumashiro parece contradecirse en su filosofía presentando un trabajo lleno de exageración sexual, misógino, desquiciado y ridículo.

En la película seguimos a Sachiko, una adolescente que decide declarar que fue la hostigadora de una rebelión en clase para salvar al chico del que está enamorada. Como castigo, sus profesores abusan de ella. Ahí comienzan las desgracias para Sachiko, que se dará cuenta, a través de las peores humillaciones, de lo dura que es la vida.


Pleasure Campus: Secret Games es una adaptación de un manga de corte violento y pornográfico creado por Michio Hisauchi. La misoginia de la obra es tomada por Kumashiro con su humor cínico y negrísimo para amonestar a un subgénero del cual sentía rechazo. Un film que, sin duda, parece reírse y criticar esa vertiente de películas Roman Porno producida por el mismo estudio y de temática cada vez más misógina. No olvidemos que hasta ahora las historias de Kumashiro, en su mayoría, se caracterizaban por presentar a unos personajes femeninos bastante tridimensionales. Mujeres fuertes y conscientes de su sexualidad. Para Pleasure Campus, parece que el director nipón nos quiere decir: "¿Queréis carnaza gratuita? Pues aquí la tenéis". Todo en Pleasure Campus roza la locura, la ridiculez y la exageración con una incorrección cruda y pura. El conjunto goza de un humor definitivamente retorcido y no apto para moralistas de nuevo milenio y que conscientemente retuerce los tópicos del género hasta la máxima expresión con una serie de set pieces histéricas hasta el hartazgo.

La escena inicial del film ya es ejemplo del humor de brocha (muy) gorda de la que goza la película. Una alumna es amonestada por su rebeldía y castigada a limpiar las instalaciones. Aunque aprovecha una clase para masturbarse con la mala suerte de que es pillada por uno de sus profesores para lo cual empezará a abusar de ella. En la estancia de al lado se está desarrollando una reunión y cada uno de los profesores irá abandonando poco a poco la sala para acercarse a la clase donde se encuentra la alumna. El acto terrible es mezclado con una planificación y tono que casi parece haber salido de unos enfermos y depravadísimos Hermanos Marx. La película navega por un cúmulo de situaciones alocadas. Desde los padres (muy calentorros ellos y activos sexualmente) de Sachiko, que en un momento dado, desean que su hija se una a su actividad sexual (¡!) o a la mujer de uno de los profesores del instituto, la cual ha sido asaltada sexualmente por la noche y frente al temor de su marido de que la experiencia le haya gustado, intentará hacer lo mismo (¡! ¡!).
Sachiko aprovecha un descanso para darle al tema.

Pero es pillada por sus profesores...

Los padres de Sachiko también van algo "salidorros"

Las locuras no cesa en 63 minutos de metraje

Sachiko acabará hipnotizada y tratada como una marioneta en un circo

El padre de Sachiko aprovecha para sobar también...

La película no da tregua con un ritmo vertiginoso y unos personajes histriónicos, con las emociones desquiciadas y a flor de piel. Frente al cúmulo de escenas de pura exageración, el film culmina con un clímax en un circo de freaks. Un final de plasmación extrañísima, misteriosa y que en su mensaje alberga una de las claves de la película siendo una reflexión no solo del papel de la mujer en Japón sino de cómo se usa su figura en el género del Pinku Eiga. Como una simple marioneta. Y así se nos muestra, con Sachiko siendo hipnotizada por un mago abotargado y obligada a, desde hacer de pájaro hasta de despojarse de su propia ropa. Situación que será aprovechada por el mago freak frente a la impasividad de un público que observa con atención el momento ¿Una representación de los propios espectadores del género o de la misma Nikkatsu?. En el papel de Sachiko tenemos a Ayako Ohta, uno de los rostros más interesantes del género y protagonista a su vez de uno de los clásicos más locos del Roman Porno como es Sex Hunter (1980).

Pleasure Campus: Secret Games (1980) no es un plato para la mayoría de paladares, sabiendo entender muy bien cual es su juego antes de enfrentarse a unos 63 minutos de pura locura slapstick y sexual. Pocas veces he visto algo tan desquiciado, loco y ofensivo. Y por tanto, tiene mi interés Un film que conscientemente quiere dar carnaza con un tono ridículo, casi cartoon, donde parece amonestar al propio género conteniendo, además, una reflexión final acerca de la situación del mismo y las coordenadas que podría tomar en un futuro. Dicha reflexión fue más que acertada ya que frente a la reducción de público, las producciones Roman Porno de la Nikkatsu fueron aumentando en misoginia y crueldad hasta llegar a las locuras de mediados de los años 80 (Pleasure Kill) y que inundaron el mercado del video doméstico en Japón.

Tras abandonar la Nikkatsu en 1980, Kumashiro siguió su trabajo en proyectos de Serie A aunque sus dolencias físicas le provocarán que acuda a los rodajes con una bombona de oxígeno a cuestas. En 1983 sufrió su primer colapso y en 1995 acabaría falleciendo por un infarto de miocardio.