CRÍTICAS PELÍCULAS

jueves, 30 de abril de 2020

ACTION JACKSON (2014)

Para el espectador no acostumbrado, enfrentarse de primeras a una producción procedente de la India puede resultar todo un shock por su tendencia al exceso, sobredosis de color, coreografías, ritmos e historias más grandes que la vida. En el cine de acción del país, la experiencia parece multiplicarse por 10 con una tendencia a la acción más imposible, hecho que no hace sino aumentar la pasión de sus seguidores. Uno de los títulos míticos e imperdibles del cine de acción hindú de esta última década es Action Jackson (2014). El film cuenta la historia de Vishi, un rufián con una sorprendente habilidad para meterse en líos hasta que un buen día verá como su vida se complica aún más por culpa de su parecido imposible con AJ, un mercenario indestructible al que le persigue la mafia de Bangkok.
Uno no está preparado para algo como Action Jackson (2014), quizás la culminación de ese cine de acción de Boollywood más pasado de vueltas y exagerado. Toda una experiencia alegre y sin complejos para espectadores con sentido del humor. Que el film tienda al exceso es decir poco. Las escenas de acción sobrepasan cualquiera de nuestras expectativas, ante nuestro estupor, con un uso de la chulería, la gañaneria y los poderes sobrehumanos obra de AJ, el héroe del tinglado. Y cuando no estamos viendo espectaculares tullinas, el film es un continuo chiste de principio a fin. Action Jackson parece no tomarse en serio a si misma ni un momento y pobre de aquel espectador que se la tome en serio.
Es de agradecer además que el film se guarde algún que otro giro de guión, que vamos, a mi personalmente me dejó descolocado. No pude evitar cierta confusión y mareo argumental en el momento de descubrir que Vishi, el rufián del barrio, es clavadito físicamente al hombre más peligroso de Bangkok, AJ. Dicha subtrama es tratada de la misma manera que el resto de la película, como un entramado paródico y cómico. Ajay Devgn cumple sobradamente en su doble papel y por lo visto perdió hasta 17 kilos para prepararse para la película. Por supuesto el romance tampoco falta en esta producción con una divertida Sonakshi Sinha en el papel de Khushi, el interés amoroso de Vishi. Los números musicales son espectaculares, muy vistosos y prácticamente la mayoría de las canciones me parecieron de gran calidad. El cachondeo del conjunto se traslada además al fondo musical ejemplificado en esas escenas de coqueteo entre Vishi y Khushi sonando de fondo sus nombres de forma muy melódica o cada vez que AJ se dispone a atacar se escucha un espectacular canto tribal gritando las siglas de este héroe imposible e indestructible (¡AJ!, ¡AJ!). No nos escapamos tampoco del consabido flashback donde se explica el pasado de su protagonista aunque he de decir, a su favor, que me resultaron unas escenas con datos jugosos y espectaculares secuencias de acción.
Vishi, el estafador del barrio.

Aunque eso no evita que él y Khushi caigan rendidos el uno por el otro.

Cae algún bailecito.

Vishi tiene un problema. Es idéntico al hombre más peligroso del mundo: AJ.

AJ explica a Vishi su pasado y cómo la mafia de Bangkok le fastidió la vida.

El villano excéntrico localiza a nuestro héroe.

Aunque lo tendrán bien difícil contra el indestructible AJ.

En contra, algunas de las bromas me resultaron cargantes o de un nivel ya algo sonrojante. El personaje del amigo y compinche de Vishi siempre cabalga en la línea de lo insufrible y lo poco soportable. Igualmente de la presencia de otros personajes que me sacaban de la película como el grupo de amigas de Khushi. Y pese a lo espectacular y divertido de las secuencias de acción hay algunas de ellas que no me resultaron tan efectivas desde un punto de vista visual o técnico. 
Si, es cierto que como buena película hindú, la duración es excesiva y la experiencia acabe resultando algo agotadora, pero Action Jackson (2014) supone un divertimento máximo. Un film rodeado permanentemente de un aura de parodia, de fiesta pura y que parece tomarse toda su trama y personajes a cachondeo, lo cual agradecí. Y sin duda, el punto fuerte del film, son esas secuencias de acción imposibles donde todo puede ser posible y donde AJ se erige como uno de los heroes más inolvidables de Boollywood.

miércoles, 29 de abril de 2020

JIGER, EL SEÑOR DEL CAOS (1970)

Las últimas entregas de Gamera habían resultado un desastre a nivel artístico, y pese a la popularidad de la simpática tortuga, este hecho ya se estaba notando en la taquilla. Además, Gamera había pasado de ser un héroe temido y siniestro a convertirse directamente en un monigote, un superhéroe y el mejor amigo de los niños. El agotamiento de Noriaki Yuasa, el alma de la serie clásica de la tortuga, provocó que para la siguiente entrega tuvieran que cuidar algo mejor las cosas. Jiger, el señor del caos (1970) supone una mejora respecto a las 2 entregas anteriores de la saga. El presupuesto es un poco más alto, así que podemos disfrutar de nuevo de escenas de destrucción y batallas colosales en medio de la ciudad. Con la Daiei en plena crisis económica, los artífices del film consiguieron una partida extra de presupuesto debido a que se celebraba la feria de la ciencia de Osaka. Tras suplicar y prometer que gran parte del film sería rodado en la feria consiguieron algo más de dinero para la producción, y se nota. Tienen la decencia de ahorrarse stock shots de anteriores entregas (solamente unos segundos que no molestan), y el guión, sin ser ninguna maravilla, presenta elementos interesantes y que hace que sigas el film con interés. En ese sentido, esta entrega va muy en línea con el tono de Gaos, el terror de la noche (1967).

Un ídolo es profanado en una remota isla, lo que provoca la furia del dios Jiger. Sus dardos y rayos destruyen todo lo que encuentran a su paso. Gamera sufrirá en sus propias carnes estas mortíferas armas. Sólo el coraje de unos valientes niños, que se introducen en el interior de la tortuga, conseguirá derrotar al señor del caos.
 
En este film viajamos al interior de Gamera
El film, ambientado durante la real e increíble Expo 70 de Osaka, sigue teniendo el elemento infantil muy presente aunque esta vez de una forma más equilibrada y aguantable (aunque algún que otro momento se atragante), con sus partenaires adultos, siendo éstos simpáticos y algo más carismáticos que anteriores adultos de la saga. Jiger es un monstruo interesante, una criatura cuadrúpeda (parecida a Barugon) que resulta ser un dios ancestral de una civilización antigua y que se le da un aura indestructible. Un monstruo que va en línea con la criatura del film Caltiki, el monstruo inmortal (1959). Además, es un enemigo para Gamera duro de pelar, (a pesar de su tosco y rígido diseño) dotado de un láser desintegrador, lanzador de dardos y capaz de pegar saltos tremendos. El elemento más interesante del film es que (en una escena inolvidable), logra vencer a Gamera inoculándole dentro de su cuerpo unas larvas de mini-Jigers, las cuales destrozan a la tortuga desde su interior. Para solucionar el entuerto, los niños se introducen mediante un vehículo dentro de las entrañas de Gamera y destruyen a las pequeñas criaturas Jigers. Una escena inédita y curiosa en la saga.
Jiger, un nuevo enemigo para Gamera

Deja al borde de la muerte a la tortuga introduciéndole parásitos

Y comienza a destruirlo todos a su paso.

¿Puede caber más gente en este plano?

Gamera se hace unos tapones para los oídos con los postes del cableado eléctrico.

Foto de rodaje con las espaldas de Gamera al descubierto.
Después de ver este Viaje Alucinante en formato Kaiju, Gamera se recupera dispuesta a enfrentarse contra Jiger. Las escenas de destrucción son aceptables, presentando momentos explosivos como el uso que hace Jiger de su rayo desintegrador, destruyendo un distrito entero o reduciendo a simples esqueletos a unos cuantos soldados que pasaban por ahí. Las batallas, aunque limitadas, son entretenidas de ver aunque parecen no escaparse de la humanización que se les hace a los monstruos, realizando éstos saltos imposibles entre otros delirios.
Así, Jiger, el señor del caos (1970), es una sorpresa a estas alturas de la saga. Un film que no supone un salvavidas para la serie pero que es mínimamente entretenida, algo más cuidada técnicamente y que presenta ideas muy interesantes e inusuales, como el viaje al interior del cuerpo de Gamera. Un film que resulta harto entrañable a pesar de sus muchas limitaciones y que se convierte en uno de los más recomendables de la serie clásica de la tortuga.

GUIRON, GUARDIÁN DEL PLANETA FANTASMA (1969)

El experimento con Viras le funcionó de maravillas a la Daiei, habiendo costado esta una lágrima. La American International Pictures quedó bien contenta con esta colaboración con el estudio japonés por lo que demandó más entregas de la tortuga gigante muy a pesar de Noriaki Yuasa quien se las vio y deseó para crear algo decente aún a pesar de no tener apenas presupuesto. 
Guiron, guardián del planeta fantasma
(1969) sigue los mismos parámetros decadentes ofrecidos por la anterior entrega de la saga, Viras ataca la Tierra (1968) pero con la particularidad de que toda la cinta transcurre en un planeta perdido en medio de la galaxia. 

Esta vez, y a través de un telescopio, unos niños ven aterrizar un platillo volante cerca de su casa. Al próximo día van a verlo y, accidentalmente, lo hacen despegar. Tras un largo viaje por el espacio, llegan al extraño planeta Tera, donde presencian una sangrienta lucha entre el monstruo Guiron y un Gaos. Poco después son recibidos por dos mujeres alienígenas que esconden perversas intenciones.

El film vuelve a ser un festival de temática infantil, aunque a su favor debo decir que la pareja intercultural de niños presentada aquí es algo más soportable que los boy scouts de Viras ataca la Tierra (1968). Eso no evita que los niños continúen haciendo estupideces sin gracia, destrozar ellos solitos los planes de las malvadas extraterrestres de turno y gritar con insistencia el nombre de Gamera. Aquí, la calamidad alcanza cotas infinitas, los niños consiguen despegar ellos solitos ¡un OVNI alienígena! Además de darse un garbeo por la galaxia hasta llegar al citado planeta fantasma. A pesar de lo delirante de la situación, es un momento que encantaría a la chiquillería en los cines. Frente a la tendencia infantil tan marcada de Gamera, Noriaki Yuasa lo tenía bien claro desde el principio de la saga. Él no concibe al kaiju-eiga de otra manera que no sea entretenimiento y aventura para niños. De hecho, Yuasa, se sintió tan traicionado por los adultos en su niñez que con Gamera quiso crear a un héroe para la infancia donde ésta pudiera refugiarse del feroz, ambiguo y falso mundo de los adultos. Guste más o guste menos, hay que reconocer que, pese a todo, Yuasa era un autor de ideas claras y así siguió hasta el final. De hecho no le apasionó la trilogía del personaje en los 90, dirigida por Shusuke Kaneko, porque se tomaba con mucha seriedad a sí misma.

Las extraterrestres devora-cerebros. Una maravilla.
Volviendo al film, los personajes adultos no tienen ninguna relevancia, de hecho solo tengo el recuerdo de 2; la madre y el policía (personaje insoportable y quien demuestra una torpeza y estupidez terrible), además de la pareja de féminas alienígenas. El film técnicamente es muy pobre, reduciendo las maquetas a la mínima expresión aunque debo defender que la superficie del planeta Tera es llamativa, colorida y presenta detalles muy simpáticos y trabajados a pesar de las limitaciones presupuestarias. En este sentido los efectos especiales ya están al nivel de un episodio de la época de Ultraman, lo que es una verdadera lástima, sin desmerecer los esfuerzos de los técnicos de Ultraman. Una vez más, te cuelan 20 minutos de stock shots de todas las anteriores entregas de la saga con la excusa de que las extraterrestres quieren conocer más sobre Gamera. Uno de los aspectos más interesantes de esta entrega son las extraterrestres de turno. A pesar de ser 2 japonesas en chándal plateado y luminoso y un magnífico casco con antenas presentan una particularidad: devoran cerebros. Y en este sentido el film es muy inquietante, a pesar de su tratamiento infantil podemos ver cosas como que las extraterrestres quieren devorar los cerebros de los niñatos, que éstas rapen al cero a uno de ellos y le hagan una lobotomía o las cruentas y gore batallas monstruosas del film. Más motivos para el delirio.
Los niños protagonistas, milagros del cine, consiguen hacer despegar un OVNI.

En su travesía son acompañados por Gamera.

En el planeta fantasma, Guiron descuartiza a un nuevo Gaos. Momentazo

Gamera acude al rescate de los infantes.

Demuestra ser toda una gimnasta profesional.

Inquietante plano final del film.
Madre: ¡Donde te has metido niño! ¡Hoy te quedas sin postre!
Y respecto al nuevo enemigo al cual se enfrenta Gamera sigue la línea psicotrónica de Viras. Guiron es el guardián del planeta del film, una especie de plátano dentado con una enorme y temible cuchilla alojada en su cabeza, además, ¡cuidado que también te dispara shurikens! Las batallas siguen siendo un festival de momentos increíbles. Aparece un nuevo Gaos remodelado y plateado para la ocasión el cual acaba siendo descuartizado por Guiron (dicha escena fue censurada en algunos países), un momento alucinante en todos los sentidos. Y la batalla final de Gamera es un festival de estupideces humanizadas con saltos, llaves de karate, Gamera haciendo gimnasia entre otros momentos sanguinolentos que te crean una sensación muy lisérgica. Resuelto el entuerto y tras destruir la base extraterrestre, Gamera devuelve a la pareja de niños sanos y salvos a casa al son de la cancioncilla de la saga; ¡Gameraaaa, gameraaaaa! Guiron, guardián del planeta fantasma (1969), quinta entrega de la saga es un nuevo desastre de carácter muy Z, con infantilismo estomagante, situaciones estúpidas y muy baja pobreza técnica aunque el hecho de que la historia ocurra en un planeta extraterrestre es algo único en la saga y un aspecto a tener en cuenta. Las batallas son divertidas y tienes a 2 japonesas de cascos con antenas que quieren comerles el cerebro a los niños (lástima que no lo acaben haciendo).
El film, para su estreno televisivo en EEUU, se tituló Attack of the monsters y es protagonista de uno de los episodios de la mítica serie Mystery Science Theater 3000, dedicada a comentar y cachondearse con cariño de lo peorcito del cine de ciencia ficción. Todo un honor.

lunes, 27 de abril de 2020

MEMORIES OF YOU (1988)

No es ningún secreto la fascinación que sienten los japoneses por las "school girls". Hay diversos estudios intentando explicar el porqué de tal fijación. Algunas de ellas hablan de lo intocable y puro que resulta la juventud para los nipones. Otras del miedo que sienten los hombres japoneses por la superioridad de la mujer retratándolas en el arte y el cine de esta manera. O puede que sea un síntoma de la sexualidad reprimida y tan peculiar de Japón, con hombres que se han quedado atrapados, sexualmente hablando, en la adolescencia y son incapaces de tratar de una forma madura con la sexualidad de una mujer adulta. Estudios aparte, el cine japonés ha explotado de mil maneras la figura de la colegiala en multitud de formas y sentidos. Por eso me resulta tan graciosa la sinopsis de un film como Memories of you (1988). 

En el film, Akira es un estudiante universitario que se reencuentra un día con la adolescente de 14 años Yumi, la cual estuvo dándole clases de refuerzo años atrás. Desgraciadamente, a Yumi le diagnostican leucemia dándole únicamente 6 meses de vida. Debido a esta situación, la madre de Yumi, consciente del amor que siente la adolescente por Akira, le pide a éste que sea su amigo especial estos meses.

Memories of you (1988) es un dramático y demoledor drama japonés de muchas virtudes pero cuyo argumento me llamó la atención. Hasta que punto los guionistas han encontrado la excusa para justificar la relación entre una adolescente de 14 años y su profesor y amor platónico de veintitantos: la pobre muchacha sufre de una enfermedad terminal, no le queda mucho tiempo y claro no hay tiempo que perder. Hasta la situación es vista con el beneplácito de la familia de la chica.

Ahora bien, nos ponemos serios. Memories of you (1988) es un muy poco conocido drama japonés dirigido por Shinichiro Sawai que destaca en primer lugar por la sensibilidad con la que muestra la historia, a pesar de su dureza. La dirección de Sawai es acertada en este sentido mostrando algunos planos sugerentes e interesantes como el momento en el que Yumi se desmaya en el gimnasio de su instituto con todas sus compañeras a su alrededor mostrado visualmente desde un plano picado. Los diferentes personajes, aunque no se acaba por profundizar excesivamente a excepción de Akira y Yumi, si que resultan entrañables. Se realiza un estudio interesante de la adolescente dándole cierta tridimensionalidad al personaje mostrando una vida ciertamente disfuncional de padres separados y mostrándola casi cómo una Lolita (en referencia al film de Kubrick) con un lenguaje picarón e inquietudes propias de otra edad. Yumi está interpretada de forma muy eficiente por Kumiko Goto, una de las idols más famosas de la época. En este sentido y para que los moralistas no pongan el grito en el cielo, la relación de amistad/romance que vemos en el film está plasmada de una forma muy inocente y puramente platónica (a la manera japonesa) y llega a emocionarnos especialmente en el climax final del film donde Akira (cuya máxima afición es el alpinismo) lleva a Yumi al monte Hodaka. Hay varias menciones y simbología respecto a las montañas, mostrándolas como metáfora de la enfermedad de la adolescente, como de una cima que no se puede alcanzar.
Yumi y Akira se reencuentran.

Con una noticia desagradable. Yumi tiene leucemia y le quedan meses de vida.

Su madre le pide a Akira que éste sea su "amigo" el tiempo que le quede.

A disfrutar de la vida.

Akira cumplirá el último deseo de Yumi.

Así, Memories of you (1988), resulta gratificante en el sentido de descubrir una pequeña joya escondida del cine japonés de los 80. Un film donde hay momentos en los que pretende emocionarnos gratuitamente o en cambio en otros peca de blanda e inocente. Pese a esto, el conjunto resulta finalmente conmovedor e interesante de ver, destacando cierta sensibilidad, una buena dirección y una pareja protagonista interesante y entrañable. Atentos a los kleenex. Como dato a destacar, Kumiko Goto consiguió varios premios por su interpretación destacando el Nikkan Sports Film Awards al premio "Best New Talent" o el premio a la revelación del año en los premios de la academia de cine japonés de 1989.

viernes, 24 de abril de 2020

BRUCE LINITO: AGENTE 003 Y 1/2 (1981)


A la hora de hablar de cine de acción y artes marciales nuestra mente se ve irremediablemente asaltada por China y Hong Kong. Nombres de la talla de Jackie Chan, Sammo Hung, John Woo, Chow Yun Fat, etc... y Bruce Lee, claro. El pequeño dragón no podría haberse imaginado nunca que tras su muerte los cines serían invadidos por cientos de imitaciones cutres (alguna más destacable que otra) intentando atraer a los inocentes espectadores con la imagen de Bruce Lee. Quien podría imaginarse, además, de lo que se estaba cociendo mientras tanto en las Filipinas. En Bruce Linito: Agente 003 y 1/2 (1981), aunque su título español intente emparentarlo con Bruce Lee, ésta es más una parodia imposible de James Bond que del cine de artes marciales. El film está protagonizado por alguien inolvidable como es Weng Weng. Actor que a pesar de sufrir de enanismo, siendo con 82 centímetros de altura el actor más pequeño de la historia del cine en ser protagonista de una película, se convirtió en toda una estrella en Filipinas a principios de los años 80. El actor, experto en artes marciales, tras una aparición en el film The Quick Brown Fox (1980) recibió una oferta para protagonizar una saga de películas inspirada en el agente 007. El resultado: Bruce Linito: Agente 003 y 1/2 o como se la conoció internacionalmente, For your Height Only.
El film, dirigido por Eddie Nicart, sigue las andanzas del Agente 00 intentando detener los planes malignos de Mr. Gigante y su organización criminal la cual pretende dominar el mundo desde Manila. Bruce Linito: Agente 003 y 1/2 (1981), alcanzó el título de film de culto por su carácter de placer totalmente de Serie Z. No ves todos los días a un filipino de 80 centímetros enfrentándose a un ejército de criminales de las formas más surrealistas y delirantes. Weng Weng, se desliza por el suelo que ni que estuviera encerado, oye. Reparte tullinas, deja insconciente a todo criminal que se le ponga por delante, realiza saltos mortales, lo suben a un mini-jet volador para infiltrase en la base enemiga y se liga a todas las mozas con solo un guiño de ojos. Maravilloso. Por supuesto, el film tiene espectaculares deficiencias pero si hemos llegado a esta película no es para disfrutar precisamente de sus maravillas técnicas ¿verdad? Que no se respete el raccord, eso es una minucia. El film, como menciono es todo un disfrute por su carácter psicotrónico, para ver y reír en compañía de amigos. La parodia de James Bond funciona, riéndose de todos sus tópicos de forma bastante grotesca, pero no se queda ahí, vistiendo además a Weng Weng con un inmaculado traje blanco muy en la honda del John Travolta de Fiebre del sábado noche (1978). Todo vale en este film aunque no puedas evitar sentirte preocupado por su pequeño actor al ver como los ocultos técnicos del film lo lanzan de un lado a otro para mayor gloria de sus acrobacias.
Un día normal para el Agente 00.

Aquí los malos de la función y sus planes de dominación mundial.

Cuidate, Weng Weng, de las bebidas envenenadas.

Aunque te persigan los malos, no hay tiempo que perder.

Una excelente opción de infiltración en la base enemiga.

¿Conseguirá nuestro héroe vencer a los criminales y volver a su piscina rodeado de filipinas?

El film tuvo su continuación, por supuesto, al año siguiente con The impossible Kid (1982) y con la promesa de una tercera parte, que nunca llegó. Weng Weng tras estos años dorados fue reduciendo sus apariciones cinematográficas debido a sus dolencias y murió de un ataque cardiaco en 1992 con la edad de 34 años. Desde Oriental Paradiso, un homenaje a tal magno señor, cuya imagen, para bien o para mal, ha quedado para los anales de las estanterías del cine mas casposo.
En 2013 se realizó un documental australiano titulado The search for Weng Weng donde una pareja de directores emprendían un viaje hacia las Filipinas en busca del rastro del actor.

miércoles, 22 de abril de 2020

DON'T CRY MOMMY (2012)

Impactado me quedé al enterarme hace unos años que Corea del Sur es uno de los primeros países del mundo en agresiones sexuales y más impactado aún al saber que hay alrededor de 2700 casos al año de violaciones y agresiones sexuales a menores. El cine coreano ha mostrado en numerosas ocasiones lo terrible de las agresiones sexuales en la adolescencia ya sea como elemento de fondo y causante de maldiciones fantasmales en el género de horror o tema principal de estudio serio y doloroso como en la soberbia Princesa (2013). En Don't cry mommy (2012) la historia se entrega al thriller siendo esta vez las agresiones sexuales el protagonista principal. Un film que pese a ciertos aspectos más desafortunados si que supone una experiencia visual potente a nivel emocional.
Don't cry mommy cuenta el via crucis de Yoo-lim quien vive con su única hija Eun-ah. Un día, Eun-ah es violada por un grupo de compañeros de su escuela. Después de que hayan convertido su vida en un infierno, se suicida. Al ser menores de edad, la ley no puede condenarlos y su madre decide imponer la justicia por su cuenta.
El film contiene una exposición de trama y hechos que casi la acercan a la sexploitation por lo descarnado del tema aunque su intención primaria es servir cómo denuncia de estos casos de agresiones donde la justicia coreana no
reprende como debería a estos agresores sexuales debido a un sistema de leyes penoso en este aspecto en los que al cabo de unos meses el agresor puede estar de nuevo en la calle. El film no duda en mostrar el machismo de la sociedad coreana, la vulnerabilidad de la víctima así como la torpeza y poco tacto de los cuerpos policiales a la hora de enfrentarse al caso. En este sentido, el tono en el que se retrata a la ley ya bordea lo caricaturesco.
Don't cry mommy nos ataca con una primera hora de metraje brutalmente intensa donde somos abordados por los hechos de una manera cruda y pornográfica, emocionalmente hablando. La adolescente es sujeta a violaciones, vejaciones y diversas humillaciones frente a la total indiferencia de las autoridades. Los personajes de los abusadores consiguen crear un rechazo tremendo mientras que la madre sufre una escalada tras otra de sufrimiento y lloros frente a lo que está viviendo su hija, echo que la acercará cada vez más hacia la venganza una vez la pobre chiquilla se suicide. Una primera hora, como comento, bien realizada, de excelente ritmo aunque con un sentido cuasi pornográfico del drama a la hora de mostrar los hechos de una manera impactante.
Eun-Ah es una adolescente modélica.

Un día es asaltada por sus compañeros de clase. Nada será igual.

Su madre intenta por todos los medios que los causantes reciban su merecido.

Pero la ley del menor lo pone difícil.

Cuando Eun-ah se suicida, su madre decide actuar.

Desgraciadamente, es a partir de que llega el momento que todos estábamos esperando, que es en cuando la madre decide tomarse la justicia por su mano, cuando el film baja de nivel para nuestra desgracia. El film consigue que la venganza sea deseada y ansiada por todos los espectadores por lo que supone un coitus interruptus que ésta no acabe siendo del todo satisfactoria por culpa de ciertas carencias técnicas o unas situaciones algo fallidas y cuasi ridículas. Encima hay una falta de atrevimiento a la hora de llegar a situaciones más extremas respecto a los asesinatos de los chavales. Opción algo confusa cuando hemos sido abordados toda la hora anterior por vejaciones y drama destroyer explícito. El metraje del film es concluido con un clímax en una terraza que resulta algo fallido en su resolución. Una lástima, si bien el resultado final, como conjunto es satisfactorio que no redondo. Somos abordados por una experiencia visual y emocional potente y descarnada con una venganza a medio gas pero cuyo visionado no evita dejarte impactado. 
No es recomendable realizar una doble sesión de Dont' cry mommy con la superior Silenced (2011), también sobre agresiones sexuales, si no quieres tener pesadillas, depresiones varias y tu confianza en la justicia hecha añicos.