CRÍTICAS PELÍCULAS

viernes, 17 de abril de 2020

THE WITNESS (2018)


Uno de los géneros procedentes de Corea del Sur más exportables a occidente es sin ninguna duda el thriller. Desde el gran triunfo de Memories of murder (2003) del oscarizado Bong Jong Hoo se hizo norma la llegada a nuestras salas o festivales varios thrillers coreanos cada año dando la impresión al espectador occidental que Corea es el país del thriller. Es totalmente cierto que los coreanos dominan a la perfección el engranaje y claves del género y así se ha ido viendo en todos estos años: The Chaser (2008), Children... (2010), No mercy (2010), I saw the devil (2010) o la suprema Old Boy (2003). La realidad es que en Corea no es precisamente el thriller el género que más público congrega a las salas y causa furor siendo las comedias y romances los reyes en ese sentido (y el cine erótico como apuntaba Domingo López en el primer volumen del imprescindible Shocking Asia). Por supuesto y volviendo al thriller, no es oro todo lo que reluce y al igual que tenemos la excelencia (Memories of Murder) también tenemos lo pedestre. The Witness (2018) pertenece a este último grupo por desgracia. El film cuenta la historia de Sang-hoon, un padre de familia entregado a su trabajo y recién mudado a una zona residencial. Todo va bien hasta que una noche es testigo de un asesinato. Sang-hoon decide callar su testimonio por miedo al asesino el cual merodea por el lugar. The Witness (2018) no es precisamente un film a recordar y eso que sus 15 minutos iniciales prometían interesantes y me
hicieron albergar buenas expectativas hacia lo que iba a ver.
Pero tras ver como avanzan los acontecimientos, el conjunto del film y por tanto mi interés cayeron cual castillo de naipes. El personaje principal, un Lee Sung Min (The spy gone north, A violent prosecutor, The Attorney) algo perdido, resulta insoportable y las decisiones que toma a lo largo del metraje muy difíciles de comprender para mi persona. Cierto, que lo que intenta demostrar el protagónico de este personaje es el egoísmo puro al que puede llegar una persona y se denota una cierta crítica en toda la cinta de la pasividad de la sociedad pero me resulta mal llevado en la trama y más cuando las situaciones acaban por resultar ridículas. Sang-Hoon no cuenta a la policía su testimonio sobre el asesinato visto desde su balcón. Primero lo hace para protegerse a si mismo y luego para proteger a su familia. El problema es que claro, los cadáveres empiezan a amontonarse en el edificio. Un momento que me levantó la risa es cuando esposa e hija esperan con toda la felicidad del mundo a Sang-Hoon en la puerta del edificio donde viven y de golpe Sang-Hoon ve detrás de éstas al asesino con una cara de pillo... ¡y encima a plena luz del día! Otro tema a comentar es que hacia tiempo que no veía en el cine coreano a un killer tan torpe.
Sang-Hoon es un hombre como otro cualquiera. Una noche es testigo de un asesinato desde el balcón de su nueva casa.

Aunque el asesino no tarda en descubrir quien le ha visto

Chitón. Sang-Hoon no quiere testificar.

Mientras la policía va dando palos de ciego.

Erre que erre. Sang-Hoon no suelta prenda.

Al final su silencio lo paga su familia.

Por lo menos tenemos a un habitual como Kim Sang-ho (The negotiation, Niebla, The Tiger o la serie Kingdom), quien interpreta de forma eficiente al inspector de policía que intenta ayudar al atontado de Sang-Hoon. Y así va avanzando el metraje, de un lado para otro, siguiendo a un personaje poco empático e insufrible y que no acabas de entender, siendo éste acechado por un asesino de muy poca entidad. Una lástima. Ni la peleíta final con avalancha de barro mortal incluída consigue que mi mente despierte de todo este embolado. The witness (2018) puede contener algún momento de interés pero carece de la mala baba, sorpresas y tensión de un thriller medio coreano. Mi consejo, no perdáis el tiempo y acudid a los clásicos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario