CRÍTICAS PELÍCULAS

miércoles, 30 de septiembre de 2020

MAZINGER Z: EL ROBOT DE LAS ESTRELLAS (1977)

El éxito de la serie Mazinger Z (1972) fue especialmente notorio en España. El anime llegó al país en 1978 y el impacto de éste en la mente de los infantes de la época fue tremendo teniendo en cuenta que animación de ese estilo no se había visto nunca salvo cosas como Heidi o Marco. La violencia de las encarnizadas batallas entre los colosos de la serie alimentó las quejas de los padres lo cual obligó a TVE a cancelar la emisión llevando apenas 30 episodios. Si bien, en medio de la fiebre por Mazinger, el merchandising hizo de las suyas dispuesto a sacar hasta la última peseta de los progenitores. Álbum de cromos, muñecos entre otros artículos relacionados con la serie invadieron las tiendas. En el cine, los distribuidores españoles, fieles a su estilo, tampoco perdieron el tiempo estrenando en las pantallas patrias la ¡película de imagen real de Mazinger Z! ¿Cómo es posible? Por supuesto, Mazinger Z: El robot de las estrellas (1977) fue un timo como la copa de un pino y motivo de trauma para los chavales de la época que esperaban encontrarse con su robot favorito.

El film cuenta la odisea que mantiene una organización para defender la Tierra de unos malvados que quieren poner en peligro a la humanidad por medio de una serie de robots gigantescos comandados por el Doctor Inferno. Tras la muerte de sus padres, la versión taiwanesa de Koji Kabuto, querrá vengarse. Solo él será el piloto indicado para conducir a ¿Mazinger Z? Mientras tanto, los villanos buscarán un mineral rojo indestructible que les ayudará a construir un robot invencible.

Cartel original de The Iron SuperMan
Mazinger Z: El robot de las estrellas (1977) tiene su origen en 1974. En plena fiebre de los robots, en Japón, se realizó la serie japonesa en imagen real Super Robot Mach Baron, uno de los muchos exploits de Mazinger. Esta serie fue comprada y remontada en 1977 por una productora en Taiwan convirtiéndola al formato largometraje para cines. En Taiwan realizaron varios cambios a la historia, emparentándola ésta aún más con Mazinger. Contrataron a actores taiwaneses, los vistieron como Koji Kabuto y compañía y los insertaron de entre las escenas con los robots de la serie original japonesa. A este experimento (muy común en la época por otra parte) lo titularon The Iron Superman (1977). El film fue comprado después por los ávidos distribuidores españoles que la retitularon Mazinger Z: El robot de las estrellas y siendo estrenada en nuestro país en 1978. Lo gracioso es que el robot no se parecía en nada a Mazinger, siendo Mach Baron un robot de color rojo. Si pensaron que haciendo pasar a este robot por Mazinger Z obtendrían un beneficio considerable en la taquilla acertaron de pleno. El film fue todo un éxito en nuestro país congregando a más de 700.000 espectadores.

Hay que destacar el look de los personajes.
Este pelazo no lo consigues de un día para otro.
Pese a todo, hay que reconocerle al film que es todo un ejercicio de diversión sin complejos de carácter Z, si, pero muy entretenida. Punto y aparte merece los looks de los protagonistas, un muestrario de pelazos y bigotazos memorables. Los personajes humanos no intentan más que asemejarse a sus homólogos de la serie animada de Mazinger siendo todos delirantemente acartonados protagonizando, eso sí, algunas batallas con el ejército del Doctor Inferno (en descampados, claro) de buena calidad marcial. ¿Hemos dicho Doctor Inferno? ¡Si! Porque el carismático villano también tiene su papel destacado en esta producción, siendo presentado todo el rato en una sala oscura y rebotándole en la cara una siniestra luz violeta para remarcar su estatus de genio del mal. El Doctor Inferno mantiene su manía por conquistar el mundo enviando a sus colosos robóticos a la Tierra. Las batallas entre los robots (las escenas procedentes de la serie original japonesa), no destacan especialmente por su calidad técnica, siendo muñequillos del todo a cien pero resultan éstas divertidas. El montaje del film es una locura mezclando sin ton ni son las escenas del Mach Baron japonés con las nuevas escenas taiwanesas. Una delicia freak. Por supuesto, la marcha musical de la película es irresistible, aunque todas las canciones de las series tokusatsu de la época se parecen entre sí, pero eso no le quita su gracia.
El Doctor Inferno quiere conquistar el mundo y para ello ha comprado toda la gomina de Taiwan.

Los cracks al servicio del bien combatirán la amenaza...

...con ¿¿Mazinger Z??

Al margen de los robots tenemos alguna que otra escena de acción.

Las batallas entre los robots serán encarnizadas.

El cómic español basado en el Mazinger rojo
Mazinger Z: El robot de las estrellas es un subproducto de marcada Serie (casi) Z, no exenta de diversión, resultando un film entrañable e hilarante no solo por su capacidad de entretenimiento sin prejuicios sino por toda la historia que arrastra su producción y cómo afectó en España. Un pequeño clásico entrañable que no hace sino amar más la fiebre por los robots gigantes que tuvo lugar en los años 70. A pesar del engaño con el personaje, el film tuvo el suficiente éxito en España para que comenzaran a venderse una serie de cómics en que se contaban más aventuras de este Mazinger rojo. Muy curioso. 

El film, o más bien, el robot Mach Baron, fue objeto de un reboot en 2017 titulado Brave Storm. Una muy sorprendente puesta al día del género, realizado con limitaciones presupuestarias pero sorprendente pulso narrativo, excelentes ideas y amor por el género. Un film muy recomendable de cara al fan.

domingo, 27 de septiembre de 2020

AUGUST IN THE WATER (1995)

Sogo Ishii comenzó su andadura como director a finales de los 70 y pronto destacó por propuestas fílmicas de sentimiento punk, contestatarias y radicales. Catalizador de la furia de la juventud japonesa de los 70 en films como Panic High School (1978) o Crazy Thunder Road (1980) a la parodia de la nueva familia japonesa bizarra y loquísima de The Crazy Family (1983). A mediados de los 90, Ishii, pareció calmar su furia nihilista durante unos años para proponer varios ejercicios de cine cuasi espiritual y new age. Aunque el director volvió por sus fueros con películas como Electric Dragon 80.000V (2001) donde convertía al bueno de Tadanobu Asano en una especie de superhéroe electrificado guitarra en mano. En 1995, Ishii realizó una propuesta tan atípica como August in the water (1995) en el que proponía una mezcla insólita de espiritualidad, romance adolescente, misterios a lo Dimensión Desconocida, muestrario de saltos de natación, conversaciones con el cosmos en general y con delfines en particular. Todo en uno. El film cuenta el acercamiento sentimental entre los adolescentes Izumi y Mao. Ella es una joven dedicada a la competición de salto en trampolín. Tras un incidente en una competición, Izumi cambia totalmente y empieza a sentir ciertos poderes sensoriales además de una fuerte conexión con el universo.

El envoltorio de August in the water (1995) como producto teen con romance y algo de fantasía engaña al espectador encontrándose éste con un film difícil en tono y ritmo que dificulta entrar en la historia. Una vez comprendido el juego que ofrece la película, ésta te envuelve en un fascinante tono muy atmosférico, sutil y sobrenatural. Un cuento sobre cómo estamos conectados con todas las cosas que nos rodean en este mundo y con el propio cosmos. El film cuenta con mucha sutileza y parsimonia narrativa elementos de ciencia ficción muy interesantes empezando por el desencadenante de todos los extraños acontecimientos: la caída de un meteorito en un bosque cercano al pueblo de los protagonistas. 
Dicha caída espacial ocasiona una serie de fenómenos como una extraña enfermedad que hace que de repente tus músculos se vuelvan rígidos como una piedra. En ese sentido resultan misteriosos esos planos urbanos donde se remarca el calor infernal que azota el pueblo mientras vemos cuerpos de transeúntes cayendo desplomados en plena calle. Estos hechos extraños van creciendo en intensidad (y poco a poco) a medida que avanza el metraje creando una correcta sensación de extrañeza. Antes de eso y en el primer tercio del film, la historia se centra (aunque retratado de una manera consecuente con el tono del film) en el inocente y tierno romance adolescente entre sus protagonistas (triángulo amoroso incluido) que ayuda a empatizar con los personajes una vez se desate el gran cambio del film. El punto de inflexión tanto en la trama como en la tierna relación entre nuestros protagonistas sucede en una de las competiciones de salto olímpico de la muchacha. Una escena tensa ya que en uno de esos jueguecillos de adivinación tan típicos en el instituto se prevé que un horrible accidente le sucederá a la buena de Izumi. La tensión es creciente no solamente por este hecho sino por la decisión de Ishii de meternos casi diez minutos de escenas de saltos en trampolín (ayudado por unos rápidos travelling). Una escena extraña que culmina con el trágico accidente de Izumi, dejándola en coma para poco después volver a la consciencia aunque notablemente cambiada. Ahora, la muchacha sentirá el poder de todo lo que nos rodea, la naturaleza y el universo. 

Esta aura de misticismo y proximidad de un apocalipsis recoge la corriente fílmica japonesa en el que se retrataba la ansiedad por la llegada del año 2000 y la posibilidad de la llegada del fin del mundo o por lo menos un notorio cambio social/tecnológico que nos llevaría a la decadencia como especie (a mi parecer, se está cumpliendo a la perfección). Estas ansiedades se encuentran en numerosos films japoneses de los 90 aunque en August in the Water, el fin del mundo está planteado como la urgente necesidad de "nosotros" (como humanidad) de mirar hacia dentro y estar más en sintonía con la naturaleza que nos rodea, estar más en conexión con el planeta. De lo contrario, el propio universo podría acabar con nosotros dándole al botón de reset.
Izumi es una adicta al agua y a los saltos en piscina.

Mao queda subyugado por sus encantos.

Pero Izumi sufre un extraño accidente en una competición.

A partir de entonces se comporta de manera extraña. Hasta habla con delfines.

Izumi en conexión con el universo.

August in the Water (1995) es un film que no destaca por ofrecer grandes aspavientos en pro del espectáculo, siendo poco complaciente con el espectador en ritmo. Al contrario, la película logra introducirte en una atmósfera cuasi onírica, lenta pero absorbente en ese mundo lleno de fenómenos extraños, conexión con el más allá ayudado por una fascinante banda sonora que acaba por hechizarte en el tono del film. El tramo final logra elevar el nivel general de la obra, resolviendo el conflicto con una lluvia torrencial que invade al pueblo y a los protagonistas. Es de destacar el bonito y atmosférico clímax del film, ambientado en un futuro misterioso donde el destino de los protagonistas se resuelve por medio de unas imágenes de una composición y simbolismo excelente.


A nivel de dirección, Sogo Ishii opta por mezclar una narrativa y opción de planos contemplativos y pausados a la vez que nos golpea con movimientos de cámara rápidos y sorprendentes con el tono del film con travellings o la cámara en mano como ese excelente momento desde el tejado de un edificio donde Izumi y Mao contemplan una ceremonia tradicional del poblado. Además ofrece la desaparición de uno de los personajes, atravesando un rio, que me pareció de una fuerza onírica conmovedora y muy conseguida por su sutilidad. Izumi y Mao están interpretados por Rena Komine y Shinsuke Aoki, respectivamente, los cuales no acaban por destacar aunque Komine si que me pareció un rostro fresco a tener en cuenta. Ishii volvió a contar con ella para el siguiente film del director, El laberinto de los sueños (1997) donde compartía protagónico con Tadabonu Asano.

August in the Water (1995) ofrece comedieta adolescente bobalicona y romance que va tornándose seriamente en una experiencia absorbente con conexiones con el cosmos, misticismo, fenómenos extraños, que hay detrás del sentido de la vida y el universo, meteoritos y explosiones de supernovas. Todo en un tono muy sugerente, lento, contemplativo y que puede hacer perder la paciencia del más nervioso espectador pero su mezcla de cine teen, Twilight Zone y espiritualidad me resultaron muy disfrutables en una obra que destaca por derecho propio como una propuesta diferente dentro del circuito comercial japonés de la época. Una sorpresa.

Como curiosidad, en 1998 se realizó una Tv-Movie basándose en el film y titulado Fishes in August donde el protagonismo recaía en Ayumi Ito (Swallowtail Butterfly, Todo sobre Lily...). Dicha TV-Movie gozó de una excelente aceptación.

miércoles, 23 de septiembre de 2020

FESTIVAL DE SITGES 2020

CRÓNICAS DEL FESTIVAL

- SAINT MAUD / BLACK WATER: ABYSS / PENINSULA HELLO WORLD / MINOR PROMISE /

SPACESHIP EARTH / MALNAZIDOS / BE WATER / SPIRITWALKER / THE QUEEN OF BLACK MAGIC / 

COMRADE DRAKULICH / RENT A PAL / THE OWNERS/ LA SAGA DE BRUCE LEE / FRIED BARRY / THE BANISHING /

SPUTNIK / HOST / IMPETIGORE / OPEN 24 HOURS / MAY THE DEVIL TAKE YOU TOO




TOP 5 ORIENTAL PARADISO

1- THE QUEEN OF BLACK MAGIC

2- HELLO WORLD

3- COMRADE DRAKULICH

4- IMPETIGORE

5- SAINT MAUD

Mención de honor: HOST


PALMARÈS SITGES 53

Secció Oficial Fantàstic a competició

Millor pel·lícula / Mejor película / Best Feature Length Film
Possessor Uncut (Brandon Cronenberg)

Premi especial del jurat / Premio especial del jurado / Special Jury Prize
La nuée de/by Just Philippot

Millor direcció / Mejor dirección / Best Direction
(sponsored by Moritz)
Brandon Cronenberg (Possessor Uncut)

Menció a la direcció / Mención a la dirección / Mention to the Direction
Natalie Erika James (Relic)

Millor interpretació masculina / Mejor interpretación masculina / Best Actor
(sponsored by Vilamòbil)
Grégoire Ludig & David Marsais (Mandibules)

Millor interpretació femenina / Mejor interpretación femenina / Best Actress
(sponsored by So de Tardor)
Suliane Brahim (La nuée)

Menció a la interpretació femenina / Mención a la interpretación femenina / Mention to the Best Actress
Marin Ireland (The Dark and The Wicked)

Millor guió / Mejor guion / Best Screenplay
(sponsored by Fundació "la Caixa" & CaixaBank)
Márk Bodzsár, Juli Jakab & István Tasnádi (Comrade Drakulich)

Millors efectes especials / Mejores efectos especiales / Best Special Effects
(sponsored by Kelonik & Antaviana)
Maks Naporowski, Filip Jan Rymsza, Dariush Derakhshani (Mosquito State)

Millor fotografia / Mejor fotografía / Best Photography
Tristan Nyby (The Dark and The Wicked)

Millor música / Mejor música / Best Music
Bingen Mendizábal & Koldo Uriarte (Baby)

Gran Premi del públic a la millor pel·lícula / Gran Premio del público a la mejor película / Audience Award Best Motion Picture
(sponsored by La Vanguardia)
La vampira de Barcelona (Lluís Danés)

Millor curtmetratge de gènere fantàstic / Mejor cortometraje de género Fantástico / Best Fantastic Genre Short Film
(sponsored by Fotogramas)
The Luggage (Yi-fen Tsai)

Menció al curtmetratge / Mención al cortometraje / Mention to the Short Film
Rutina: La prohibición (SAM)


Noves Visions

Millor pel·lícula / Mejor película / Best Feature Film
My Heart Can't Beat Unless You Tell It To (Jonathan Cuartas)

Menció a la pel·lícula / Mención a la película / Mention to the Film
El elemento enigmático (Alejandro Fadel)

Millor direcció / Mejor dirección / Best Direction
Laura Casabé (Los que vuelven)

Millor curt Noves Visions Petit Format / Mejor corto Noves Visions Petit Format / Best Noves Visions Petit Format Short
Luz Distante - Parte 1, Les desventurades (Santiago Reale)


Midnight X-treme

Premi del públic a la millor pel·lícula / Premio del público a la mejor película / Audience Award Best Motion Picture
The Queen of Black Magic (Kimo Stamboel)


Sitges Documenta

Premi a la millor pel·lícula / Premio a la mejor película / Award Best Motion Picture
Ivan, O Terrível (Mario Abbade)


Blood Window

Premi Blood Window / Premio Blood Window / Blood Window Award
Marea alta (High Tide) de/by Verónica Chen


Jurat de la Crítica

Premi de la Crítica José Luis Guarner / Premio de la Crítica José Luis Guarner / José Luis Guarner Critic's Award
Teddy (Ludovic Boukherma & Zoran Boukherma)

Premi Citizen Kane a la direcció revelació / Premio Citizen Kane a la dirección revelación / Citizen Kane Award for Best New Direction
Jonathan Cuartas (My Heart Can't Beat Unless You Tell It To)


Méliès d'Argent


Premi al Millor Curtmetratge /Premio al Mejor Cortometraje / Award for Best Short Film
Dar-dar

Premi a la Millor Pel·lícula/ Premio a la Mejor Película / Award for Best Feature Film
Le dernier voyage de Paul W.R

Carnet JOVE

Premi Jurat Carnet Jove al millor llargmetratge de gènere fantàstic / Premio Jurado Carnet Jove al mejor largometraje de género fantástico / Carnet Jove Award for Best Fantasy Genre Feature Film
She Dies Tomorrow (Amy Seimetz)

Premi al millor llargmetratge d’animació / Premio al mejor largometraje de animación / Award for Best Animated Feature Film
Seven Days War (Yuta Murano)

Premi al millor curtmetratge d’animació / Premio al mejor cortometraje de animación / Award for Best Animated Short Film
Red Rover (Astrid Goldmisth)


Brigadoon

Premi Brigadoon Paul Naschy / Premio Brigadoon Paul Naschy / Paul Naschy Brigadoon Award
Horrorscope (Pol Diggler)

sábado, 19 de septiembre de 2020

ZOOM IN: RAPE APARTMENTS (1980)

El ávido lector habrá percibido la predilección que siente un servidor por el Pinku-Eiga japonés y más concretamente por la serie de Roman Porno que impartió la Nikkatsu entre 1971 y 1988. Esta degenerada y cada vez más loca serie de películas (hasta 1200 títulos se contabilizan), es una de las etapas más fascinantes del cine japonés. En el blog podéis disfrutar de varias críticas del género como El imperio del sexo (1972) (ésta ya de la Toei) o la suprema Sex Hunter (1980), una de las cimas del género. Como comento, el Roman Porno de la Nikkatsu, desde el principio, apostó por las sagas temáticas donde tenían cabida todas las filias del japonés medio. Desde sagas basadas en secretarias (como Erotic Diary of an Office Lady de Masaru Konuma), amas de casa insatisfechas, bondage o las colegialas hasta llegar a temas cada vez más incorrectos como las películas sobre violaciones. Una saga bien curiosa es Zoom Up (que cuenta con por lo menos 6 entregas), la cual suele tratar sobre fotógrafos voyeur o de revistas eróticas que nos descubrían las más ocultas filias (como la hilarante, por sus escenas de lluvia dorada de Zoom Up: The Beaver Book Girl de 1981). En la joyita de hoy, parece que tenemos la contrapartida. Zoom In: Rape Apartments (1980) fija la mirada en los misterios y depravación que se pueden esconder tras las paredes de un piso en un barrio residencial más bien normal. En el film, Saeko es una mujer que vive en un lujoso apartamento de Tokio hasta que un día es abusada sexualmente por un desconocido enmascarado. Poco después se reencuentra con un antiguo amante el cual es afinador de pianos. Asesinatos misteriosos de jovencitas asolan el área residencial y Saeko comienza a sospechar de su amante aunque duda de si denunciarlo a la policía a causa de una misteriosa atracción que tiene hacia él. 

El Pinku ya destacaba por tener algunas influencias del cine italiano de la época en su propuesta visual, con el ojo bien puesto en directores como Mario Bava o Dario Argento. Zoom In: Rape Apartments (1980) es quizás uno de los acercamientos más evidentes al giallo de Argento o Lucio Fulci.
Esta mezcla del erotismo tan popular y pervertido propio del Roman Porno sumado a sus explosiones de violencia descarnada protagonizadas por un asesino misterioso del cual no sabemos su identidad hasta el final, hace del film una experiencia bien atractiva amen de un apartado visual con momentos sorprendentes y cuidados. Si bien, el film no evita cierto caos narrativo y confusión, algo no obstante, bastante común en el género. En su inicio donde nuestra protagonista, Saeko, (una ama de casa insatisfecha con su marido con quien las relaciones sexuales no suelen durar más de 15 segundos) en uno de sus paseos, es asaltada por un enmascarado el cual la viola. Unos minutos después y sin transición ni explicación, Saeko tiene un reencuentro con su antiguo amante y es donde comienza a tener sospechas de que bien pudo haber sido su violador. Unos compases iniciales en donde no evité cierta confusión. Pronto el film nos sorprende derivando la trama de lo que parecía el típico idilio tóxico entre dos amantes a un bodycount sorprendente por su violencia sádica. Saeko sospecha de que su amante pueda ser el asesino y de hecho el film no deja de dejarnos pistas muy evidentes y muy hilarantes (el asesino va con la misma pinta y su arma blanca es un afinador de pianos). Se abren dilemas interesantes aunque sin profundizar demasiado en ellos. ¿Saeko debe contar sus sospechas a la policía? ¿Protegerlo debido a su relación dependiente de tantos años? Saeko está interpretada por una de las habituales de la época como Erina Miyai y quien protagonizó un buen número de pinkus desde mediados de los 70 como In the Realm of Sex (1977), el "Woman in Prison" Onna Keimusho (1978) o la excelente Sex Hunter (1980).
Saeko es una ama de casa algo insatisfecha.

En un paseo es asaltada por un extraño enmascarado.

Después, Saeko se reencuentra con un antiguo amante. Un tipo algo sospechoso.

Asesinatos misteriosos comienzan a aterrorizar al vecindario.

El film sorprende con algunos momentos visuales oníricos y surreales.

¿Quien se esconde bajo la identidad del asesino?

Como comentaba anteriormente, el film sorprende por la serie de asesinatos hacia adolescentes y que me hicieron recordar algunos momentos de la filmografía de Lucio Fulci. El primer asesinato destaca por motivos evidentes y donde se realiza una edición impoluta de montaje visual onírico, música y violencia. Un momento sorprendente. Más shocking resulta el modus operandi del asesino, haciendo arder con gasolina las partes íntimas de la fémina. En este sentido, el film se guarda algunos momentos de carácter surreal que resultan muy interesantes a nivel visual. Así, los cuerpos se van amontonando a lo largo de los escasos 70 minutos de metraje (maravillosa duración) a la vez que van creciendo las sospechas, la tensión y los momentos de cama. Divertido resulta además uno de los personajes secundarios del film, una homeless con problemas mentales (aunque casualmente de buen ver), testigo además de uno de los asesinatos y que protagoniza un momento final delirante a la vez de trágico. Por supuesto, la escena final se guarda el obligado "girito" dejándote con la carcajada en la boca por su exagerado momento en el que tiene como protagonista una embarazada. El film resulta la ópera prima de Naosuke Kurosawa, quien ha seguido dirigiendo prácticamente hasta la actualidad, destacando el erotismo o la acción de entre sus trabajos con ejemplos como Nurse Diary: Beast Afternoon (1982) o Muhan (1985).

Zoom In: Rape Apartments (1980) camina por el giallo, el erotismo de relaciones sexuales dependientes, tóxicas y peligrosas con un posible criminal siendo un film muy incorrecto, perturbador y sucio pero divertido. Un producto muy bien apañado, al margen de cierta confusión narrativa y sus momentos delirantes, por su muy correcta propuesta visual y dirección firme la cual la hace destacar por encima de otros ejemplos del género. Podríamos estar hablando, tal vez, de una de las primeras mezclas del horror (criminal en este caso) con el erotismo japonés. Dudoso honor que también puede compartir con el clásico Beautiful Girl hunter (1979). Esta mezcla funcionó a las mil maravillas en el futuro aunque su influencia llegó a resultados muy degenerados a partir de mediados de los 80 con locuras como la trilogía Guts of a virgin o Woman in a Box (1985) hasta llegar a las perversiones de gente como Hisayasu Sato (Pleasure Kill).

martes, 15 de septiembre de 2020

MIS 10 PELÍCULAS FAVORITAS

En un ejercicio ególatra desde Oriental Paradiso he pensado que tal vez los lectores estarían interesados en saber cuales son mis películas favoritas o de referencia. Es difícil hacer listas porque o bien siempre quedan películas fuera o bien el ránquing va variando depende del dia, pero se intentará ser lo más concreto posible. Este Top 10 incluye películas de todos los países. Con este ejercicio también animamos a los lectores a que nos expliquen cuales son sus películas favoritas. Empecemos.

10. Love Exposure (2008)
Conocimos a Sion Sono gracias a la irregular pero impactante El club del suicidio (2002), pero el director japonés se superó completamente con este monstruo de cuatro horas, una épica historia de amor llena de humor políticamente incorrecto, drama, erotismo, traumas infantiles, violencia y religión. A pesar de las cuatro horas, no le sobra ni un solo fotograma, al contrario engancha y enamora. Un montaje brillante, unas interpretaciones fantásticas a cargo de Takahiro Nishijima en un papel dificilísimo y que el actor supera con matricula de honor y sobre todo la atractiva Hikari Mitsushima haciendo de chica dura pero traumatizada. Una muy poco común visión sobre la religión católica y la adolescencia. Además, la música es irresistible. Obra maestra.

La escena: Yu se entrena en el arte de fotografiar bragas. El pasado de Yoko y Koike. La escena de la playa y el maravilloso final del film.


9. Historia de Abril (1998)
Shunji Iwai, uno de mis directores de cabecera. Director japonés de filmografía fascinante y única, poeta de la imagen y perfecto retratista de las generaciones adolescentes. En 1998 realiza este pequeño film de apenas 60 minutos. Una chica se muda a la ciudad de Tokyo para estudiar. A la pregunta de porque ha venido desde tan lejos para ir a la universidad de la capital, se queda sin respuesta. Así se inicia esta modesta, sencilla y encantadora película que con un aire calmado y melancólico te transporta a otro mundo, a otra vida. Siguiendo ese halo etéreo, romántico y nostálgico típico de Iwai, el film curiosamente no es una love story sino el inicio de una. Contiene uno de esos finales que te hacen sonreír tontamente. Una delicia de película. Films que te hacen sentir en paz contigo mismo. En Oriental Paradiso disponéis de un especial sobre Shunji Iwai y su filmografía así como la crítica de Historia de Abril.

La escena: Los 10 minutos finales son mágicos.


8. Sopa de Ganso (1933) / Una noche en la ópera (1935)



Ver películas de los Hermanos Marx varias veces al año debería ser receta obligada por parte de un médico para curar la infelicidad, la depresión o la desgana de vivir. Esta dupla de films supone el punto más alto de los hermanos y una de las mayores cotas de genialidad en la historia de la comedia. Groucho, Chico, Harpo (y Zeppo en la primera de ellas) arremeten contra todo lo establecido resultando sus chistes, más de 80 años después escandalosamente actuales. De la burla política de Sopa de Ganso a meterse contra la burguesía en torno al mundo de la ópera en Una noche en la ópera. Unos Hermanos Marx en estado de gracia permanente, protagonizando escenas que se han convertido en eternas y míticas: Groucho mirandose al espejo, sus conversaciones con Dumont, el camarote de Una noche en la ópera, la firma del contrato con Chico... Y un Groucho mejor que nunca con unos diálogos ácidos y descacharrantes disparados a velocidad de vértigo.

Groucho: Sólo falta firmar el contrato…
Chico: No sé escribir
Groucho: Bueno, la pluma no tiene tinta…

La escena: La del camarote of course...


7. Parque Jurásico (1993)
Porque cuando era niño me hizo soñar que era posible que existieran dinosaurios. Un film que fue una autentica revolución en los efectos especiales y a pesar de tener ya casi 30 años (uf como pasa el tiempo...), aguantan perfectamente el paso del tiempo. Personajes míticos y carismáticos como el doctor Grant, Ian Malcom y su teoría del caos o el señor Hammond. A pesar de que Spielberg sigue con la manía de que aparezcan niños... no llegan a molestar. Un film mítico repleto de escenas y momentos memorables que han quedado para la historia y que te hacen volver a creer en la magia del cine y en hacernos ver que todo es posible. 

La escena: La aparición del primer dinosaurio (un brontosaurio) aún hoy hace que llore de la emoción junto al doctor Grant. El ataque del T. Rex a los coches bajo la lluvia.


6. Old Boy (2003)

Este film fue una de las razones por las que me enganché al cine surcoreano, y una de las causantes de mi pasión enfervecida por el cine oriental. Crudísima y violenta, con una espectacular planificación de sus escenas, bellísimas y artísticas. Park chan wook, con la segunda parte de su trilogía de la venganza consigue su mejor obra. Poderosas interpretaciones con un monstruo de la interpretación, Choi Min-sik, al frente. Fantástica y con un final demoledor. Una de las producciones cinematográficas más frescas y rompedoras de la última década.

La escena: La batalla del pasillo a martillazo limpio es increíble. El momento del pulpo y ese incorrecto twist final. 


5. Godzilla (1954-?)

El monstruo de mi vida. De pequeño ya me gustaban los dinosaurios pero se me quedó tan grabada con 8 años la imagen del enorme saurio radiactivo en mi cabeza que explotó mi imaginación hasta el punto de que fue uno de los motivos por mi enorme pasión y dedicación al mundo del cine. Una saga de 30 películas da para mucho pero Japón bajo el terror del monstruo (1954), el primer Godzilla, la semilla de todo me sigue apasionando como el primer día con su metáfora única y descarnada del horror atómico de Hiroshima y Nagasaki. Un film deslumbrante y que con cada visionado nuevo jugo le sacas. Otros films de la saga que también son una maravilla y se encuentran entre mis favoritos: Godzilla contra los monstruos (1964), Godzilla (1984) Godzilla contra King Ghidorah (1991).

La escena: Godzilla destruye Tokyo.


4. Leon, el profesional (1994)

Film redondo que pese a no salirse de patrones ya bastante sobados en la historia del cine como es el del asesino a sueldo parco en palabras y nulo emocionalmente hablando, resulta sorprendente y memorable al incorporar junto al sobresaliente Jean Reno a una partenaire tan inesperada pero excelente en todos los sentidos como una Natalie Portman pre-adolescente soberbia en todos los sentidos. Luc Besson aporta su toque francés a una producción de carácter hollywoodiense cargándola de personalidad y una mayor sensibilidad que otros sucedáneos. Un trabajo de personajes excelente hecho con cariño y dedicación, una pseudo love story entre dos personajes solitarios que se encuentran entre la frialdad de la gran ciudad. Os recomiendo el montaje del director con media hora de escenas añadidas, notablemente superior a la versión de cines.

La escena: El momento en que Jean Reno duda en si abrirle o no la puerta a Natalie Portman cuando han asesinado a la familia de ésta es impresionante.


3. Tiburón (1975)

Puede que la primera película de terror que vi en mi vida. Una actualización a nuestros tiempos de la historia de Moby Dick. Toda una lección de cine de parte de un joven Spielberg, que se las vio y deseó para terminar el rodaje, pero el esfuerzo valió la pena. Inmortal música de John Williams, fantásticas interpretaciones de Roy Scheider, Robert Shaw y Richard Dreyfuss. Todavía conserva su capacidad para espantar y alejar a uno del agua a pesar de tener ya 45 años. Una obra perfecta.

La escena: La conversación del capitán Quint sobre el acorazado Indianápolis. La batalla final entre el jefe Brody y la bestia. "Necesitamos un barco más grande".


2. Alien (1979) / Aliens (1986)

Estamos hablando de una de las sagas cinematográficas más importantes de mi vida. Aliens, la magnífica secuela firmada por James Cameron, siempre la he colocado en el podio por encima de las demás entregas por su carácter ochentero, su sentido de la acción frenético, por la evolución del personaje de Ripley, por Hicks, Vasquez, Hudson y esa batalla final gloriosa contra la Reina Alien. ¿Su mayor defecto? Su entrega precedente, Alien, es algo insólito en la historia del cine. La conjunción de elementos tan dispares en su creación como Ridley Scott, el arte macabro de Giger, el guión de Bannon, la música de Goldsmith, la elección de los actores... Alien es pura magia. La belleza, poesía y terror que desprenden sus imágenes acongojan a uno embuído por ese frío pero bello espacio sideral y esa industrial nave Nostromo donde en cualquier esquina puede esconderse el 8o pasajero. Las dos entregas funcionan por sí solas, pero conjuntamente son una de las mayores genialidades de la historia del cine. 

La escena: En Alien: la llegada al planeta y esa escena final con Ripley enfrentándose a la criatura. En Aliens, todos sus 45 minutos finales y que culminan en la inmortal escena de Ripley vs Reina Alien. Get away from her you bitch!


1. Todo sobre Lily (2001)
Llegamos al número 1 y de nuevo Shunji Iwai. Todo sobre Lily es la obra maestra de Iwai, director japonés de cine independiente. A veces encuentras películas casi por casualidad, de las que no conoces de nada y al verla sufres una catarsis pura, un momento único en el que sientes que has encontrado aquello que tanto estabas buscando. Uno de esos momentos únicos en el que el cine va a ti y te encuentra. El film en cuestión: una desgarradora y cruda historia de adolescencia en un pequeño pueblo de Japón. Narrativa y cinematográficamente maravillosa, con constantes saltos en el tiempo, utilizando toda clase de formatos de video y exprimiendo las ventajas del cine digital hasta sus últimas consecuencias. Visualmente poética, hipnótica y con una banda sonora impecable. Una película dolorosa y triste pero impresionante. Sin duda uno de los films más revolucionarios de lo que llevamos de milenio. Un tesoro bien escondido de los que vale la pena descubrir. Sin duda, esta es MI PELÍCULA.

La escena: La chica que es obligada a prostituirse tiene un pequeño momento de felicidad jugando a las cometas, bellísimo. El plano final justo antes de los créditos.


Otras que podrían entrar en mi ránquing: 
- El verano de Kikujiro (1999)
- Susurros del corazón (1995)
- Ed Wood (1994)
- Depredador (1987)
- Vertigo (1958) / Con la muerte en los talones (1959)
- Pulp fiction (1994)
- The Handmaiden (2016)
- Confessions (2010)
- King Kong (1933)
- 12 hombres sin piedad (1957)
- La invasión de los ladrones de cuerpos (1956)
- El hombre invisible (1933)
- Akira (1988)
- Regreso al futuro (1985)

lunes, 7 de septiembre de 2020

BANDAGE (2010)

Tras la agradable Halfway (2009), Bandage (2010) fue otro de los proyectos en los que Shunji Iwai ejerció tareas y no solamente de producción, sino también como guionista. Bandage es una aproximación muy personal a la música en general y a una etapa muy concreta del género rock en Japón, la explosión del género que se vivió a principios de los años 90 en el país del sushi. El film sigue la subida al estrellato de la banda de rock alternativa Lands, donde sus miembros pondrán su amistad a prueba cuando vean las interioridades de la industria discográfica y las desventajas del éxito masivo.

A las riendas de la dirección se encuentra Takeshi Kobayashi, que quien sea un conocedor de la filmografía de Shunji Iwai (o haya seguido con atención el especial que le hemos dedicado a este director en nuestro humilde blog), le sonará su nombre. Kobayashi es compositor habitual de las bandas sonoras de los trabajos más importantes de Iwai desde Swallowtail Butterfly (1996) a Todo sobre Lily (2001). Kobayashi, al igual que Iwai, vivió de primera mano y desde dentro esta etapa de esplendor del rock 90's en Japón, por lo que son los más indicados para llevar adelante dicho proyecto, impregnando el metraje de furia y nihilismo punk además de acercarse de forma honesta y dolorosa a las interioridades del mundo de la música, relatando con acierto la vida de un grupo como Lands, con todas sus etapas: sus inicios sencillos e idealistas, el éxito, las presiones, los cambios de imagen y finalmente la autodestrucción. Kobayashi opta en esta ocasión por un estética sucia, con una imagen con grano y con mucha cámara en mano, lo que casa bien con el tono underground e independiente del film.
Asako es fan del grupo rock Lands, a quienes, por azares del destino, acaba conociendo.

Natsu es el cantante de Lands y lucha con ahínco para conseguir el éxito

Asako acaba ayudando en el seno de la banda, y entre ella y Natsu florece una conexión especial

Finalmente el éxito masivo llega, y con él las presiones, discusiones y excesos.

Natsu entra en una espiral de autodestrucción

Sin duda, el corazón y alma del film reside en la pareja protagónica de Natsu y Asako. Natsu es el cantante de la banda Lands y como siguen los cánones y tópicos de la rock star cinematográfica, bebe, se droga y está siempre enfadado, aunque debajo esconda un alma torturada y sensible, y que parece haber encontrado en Asako (una fan school-girl de Lands la cual acaba como ayudante de la banda por azares del destino) un alma gemela. Una relación que se aleja del habitual romanticismo de productos para teenagers y que destaca por su naturalidad y tragedia soft por encima de los guitarrazos, éxitos rock/pop y discusiones de banda. Natsu, interpretado por el cantante Jin Akanishi, realiza un buen trabajo aunque provoque cierto rechazo su repetición de tópicos de estrellita rock estando borracho a cada minuto, pero su personaje autodestructivo aunque con un talento que desperdicia a cada momento resulta interesante. Asako, por otro lado, es interpretada bien eficientemente por Kii Kitano, a quien ya vimos en la simpática Halfway (2009). Es de agradecer para el fan la recuperación de Ayumi Ito, actriz habitual de Shunji Iwai (aparecía en Swallowtail Butterfly y Todo sobre Lily) y que aquí interpreta a una mánager musical de mucho carácter.

Así, Bandage supone una obra más que interesante y recomendable, aunque no brillante. Para el amante de la música, relata con acierto esa etapa de esplendor musical que se vivió a principios de los 90 con el género grunge invadiendo el mundo. El track list está más que correcto y ver las interioridades de una discográfica y cómo intentan chupar la sangre del grupo de éxito del momento es interesante por lo poco habitual que resulta en el cine japonés. Aunque por muy trabajados e interesantes que resulten los personajes de Natsu y Asako, no se puede decir lo mismo de los compañeros de banda de Lands, resultando poco interesantes, pobremente trabajados y que resultan cansinos verlos discutir una y otra vez. Pese a todo, Bandage (2010) es un film recomendable y cuyo corazón, la curiosa y dramática relación entre sus dos protagonistas, resulta lo más destacable de esta aproximación al aluvión rock japonés.