El éxito de Love Letter (1995) inició una pequeña "fiebre Shunji Iwai" en Japón, provocando un descubrimiento de su obra anterior con el estreno de la estupenda Fireworks (1993) en salas japonesas y la recuperación de Picnic, estrenándose en cines con dos años de retraso, en 1996. Mientras tanto, Iwai preparaba su nuevo film, un proyecto muy ambicioso que se adentraría en terrenos muy diferentes a Love Letter. Swallowtail Butterfly (1996) es una única y personalísima aproximación a la ciencia ficción y al subgénero de las utopías sociales, siempre tan interesante cuando se trata con mimo. Un film, como ya he dicho, ambicioso y que destaca por una aglomeración de contenido y pequeñas tramas incommesurable y que trataré de resumir lo mejor posible en la siguiente sinopsis.
La trama tiene lugar en un futuro cercano, en un Japón ultra industrializado y poderoso, convertido en la tierra prometida de inmigrantes de paises vecinos (la mayoría procedentes de China). La historia toma como punto de partida el descubrimiento del cadáver de una mujer a las afueras de una gran metrópolis (que bien podría ser Osaka o Tokyo), dentro de un suburbio llamado Yentown, lugar donde conviven todos los inmigrantes ilegales en pésimas condiciones.
La hija de la mujer encontrada muerta queda desamparada, siendo más tarde adoptada por una particular prostituta, Glico, la cual sueña con ser cantante. La normalidad desaparece cuando uno de los clientes yakuza de Glico, muere en su piso. Mientras los amigos de Glico tratan de hacer desaparecer el cuerpo del yakuza, encuentran dentro de sus intestinos una cinta de casete: es una grabación de "My Way" de Frank Sinatra. Aunque contiene otra utilidad: la cinta tiene claves para
falsificar Yens.
Swallowtail Butterfly es una obra inclasificable; puede ser un drama o un film de acción (muy influenciado por el cine de Hong Kong de la época), un thriller futurista o una historia del paso de niña a mujer por parte de la fémina protagonista.
Iwai se aparta de su estilo visual más característico hasta entonces, apostando por unas formas sucias, con grano y una marcada y oscura atmósfera visual (casi todo rodado con cámara en mano).
La película destaca por varias razones: su ambientación, en el ficticio barrio de Yentown, presenta la imagen de un Japón industrializado, pobre y degradante (con las drogas, la prostitución y el crimen campando a sus anchas), muy interesante. El barrio de Yentown sirve para hablar y explorar algo tan llamativo como es la xenofobia en Japón y la marginación de la inmigración entre otras minorías.
El nombre Yentown lo usan los japoneses (en la cinta) para hablar despectivamente de dicha comunidad. Comunidad, cual gueto, donde conviven multitud de etnias con el barullo de idiomas que eso supone (hay momentos que en una misma frase se mezclan hasta 3).
Una ambientación asombrosa y realista de la vida en estos suburbios (y que se pueden encontrar en toda gran ciudad) sirviendo así de aguda crítica social. Pese a lo frío y violento de los hechos que relata la trama, el film respira constantemente un aire de ternura y humanidad en sus personajes que
resulta conmovedor y la hace destacar por encima de otros productos similares.
Para poner un poco de orden entre todo el conglomerado de diferentes tramas (el éxito musical de Glico, la apertura de un local de copas en Yentown, los mafiosos que buscan la cinta de marras...), Iwai (y el espectador) sigue en todo momento al personaje de Ageha (que significa mariposa en japonés y cuya imagen es usada como símbolo del florecimiento y paso a la adultez del propio personaje), la chica (interpretada estupendamente por Ayumi Ito) huérfana y posteriormente adoptada por la prostituta Glico.
Tras Picnic (1996), la cantante Chara vuelve a ponerse a las órdenes de Iwai, interpretando en esta ocasión a la prostituta Glico, un personaje desamparado y repleto de sueños e ilusiones incumplidas (como la mayoría de habitantes de la ficticia Yentown), realizando una interpretación destacable y repleta de matices.
Una chica queda huérfana y desamparada en medio de los suburbios de Yentown |
Aunque logrará ser acogida por una peculiar familia |
Dispuestos a todo por ganarse el pan |
Los personajes abren un local nocturno, aunque eso les dará ciertos problemas |
Una panda de mafiosos también tienen cabida en el film |
Hiroshi Mikami interpreta a Feihong, compañero de fatigas de Glico y con las mismas ambiciones de prosperar de entre la inmundicia abriendo un local nocturno que le proporcionará demasiados problemas y un trágico destino. Tadanobu Asano (ya un habitual con Iwai) vuelve a aparecer, aunque en esta ocasión realizando un simpático cameo.
Nos encontramos, en definitiva, con un film único en su especie, con una enorme variedad de tramas de rico contenido (teniendo cabida cualquier género) y que, por imposible que parezca, el conjunto final funciona aunque no logre evitarse cierto desconcierto y exceso.
Toda la trama en la que un mafioso chino de larga cabellera (más duro que nadie pero tierno de corazón) se carga a todo aquel que se ponga por delante para recuperar el casete de jugosos secretos, así como esa pareja de espías/agentes secretos que intentarán pararle los pies, es muy deudora de los thrillers de acción de Hong Kong, y quizás es el tramo menos personal y más confuso.
Pese a estas momentáneas sensaciones de barullo, Swallowtail Butterfly (1996) es del todo inclasificable y se antoja personal, sensible, extravagante y única. A veces fría, a veces violenta, mayormente tierna y muy humana aportando grandes dosis de atrevimiento, realidad y crítica social. I did it my way... como reza el clásico My Way, protagonista de algunos de los mejores momentos de la presente cinta. Swallowtail Butterfly fue otro éxito en Japón para Shunji Iwai, recibiendo varios premios entre los que podemos destacar “Actriz Revelación” para Ayumi Ito y “Film más Popular” en los Premios de la Academia Japonesa 1997, así como “Mejor Film Asiático” en el Fant-Asia Film Festival 1998.
Además, una de las canciones creadas expresamente para la película, compuesta por la YenTown Band y titulada Swallowtail Butterfly fue número 1 en el Oricon Weekly Charts japoneses en 1996. Todo un triunfo para un film tan especial como éste.
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