CRÍTICAS PELÍCULAS

viernes, 3 de enero de 2020

HEDORAH, LA BURBUJA TÓXICA (1971)

Godzilla entra en los años 70 tímidamente pero con ganas de destrozarlo todo con Hedorah, la burbuja tóxica (1971). Tras unas últimas entregas de calidad más que dudosa y con un público que cada vez estaba dejando más de lado la saga, la Toho quiso solucionar la situación de una manera radical. Cambio total en el equipo técnico de la saga para así dar nuevas ideas, nuevos puntos de vista y además fichar como director a un tal Yoshimitsu Banno, sin ninguna experiencia en el kaiju eiga. Hedorah, la burbuja tóxica tiene el honor de ser la entrega más discutida y controvertida entre los fans: unos la aman, otros piensan que arruinó la saga... Motivos no le faltan como veremos a continuación. Lo que está claro es que Hedorah es un film espectacularmente bizarro y extraño, sorprendente y lisérgico. Una hija de su tiempo.

La historia presenta a Godzilla, quién debe luchar esta vez contra una criatura de lodo y polución llamada Hedorah, que representa la amenaza de la contaminación sobre el planeta.

Este filme supone varios detalles a tener en cuenta. Es un regreso a los orígenes, presentando una trama más sencilla de monstruo vs monstruo, alejándose de las congregaciones agobiantes de monstruos. Hedorah es la nueva incorporación a la saga, un monstruo de diseño fascinante con varios estados: de renacuajo marino, a masa informe terrestre hasta una forma voladora parecida a un ovni contaminante. Un kaiju que bebe de corrientes más terroríficas y con el film The blob (1958) como mayor influencia. Es de agradecer que se le dé la importancia que merece a este nuevo monstruo, y se sienta como una verdadera amenaza global, algo que la saga no me había hecho sentir desde la aparición de Ghidorah, en 1964.

Godzilla ya más poderoso que Superman

El niño protagonista tiene la colección de muñecos Kaiju al completo

Hedorah es un peligro para la salud del planeta
En este film, Godzilla es presentado directamente como un superhéroe "más poderoso que Superman" (como dice el niño protagonista), lo que supone un tono ya directamente emparentado con la saga Gamera. Por otra parte, éste es un film de radicales contrastes. Tiene elementos totalmente infantiles, hay un niño protagonista que tiene una especie de conexión con Godzilla (otro elemento que emparenta este film todavía más con la saga Gamera), que ayuda a investigar a su padre científico como destruir a Hedorah... Pero por el contrario, la película contiene las mayores masacres en masa que se haya visto en un kaiju, y con numerosas escenas propias del cine más terrorífico de la época, con la masa de Hedorah causando estragos en una discoteca, matando a 4 japoneses que estaban tan tranquilos jugando al bridge o dejando atrapado a un gato entre los restos. El momento en que Hedorah, en versión voladora, se va paseando por Tokyo soltando gases contaminantes y dejando un reguero de cadáveres por las calles es el momento álgido del film.

Hedorah es, ante todo, un film de denuncia ecológica, un tema muy candente en la época. Al fin y al cabo no han hecho más que sustituir la bomba atómica por la contaminación de las fábricas, y en ese sentido la película va muy directa. James Bond ya había servido de influencia en la saga anteriormente y aquí vuelve a serlo en este peculiar inicio del film, con una canción que perfectamente podría servir para la saga del agente secreto, siendo cantada por una japonesa a la vez que vemos imágenes de basura, muñecos y demás porquería flotando por la bahía de Tokyo.
El film contiene las mayores masacres del Kaiju
Y además escenas lisérgicas

En esta película pilla hasta el gato...
Lecciones de primaria con estos clips anime advirtiendo de los peligros de Hedorah y de la contaminación

La batallita final se hace interminable. Godzilla acaba tuerto y todo.
¡¡¡Godzilla vuela!!!
Además contiene pequeñas secuencias de animación donde se van explicando las fases de Hedorah y los peligros que ésta ocasionará, relatados por la instructiva voz del niño protagonista. Hedorah es un monstruo que se alimenta de la contaminación y crea aún más agentes tóxicos, por lo que presentar al final a Godzilla destripando a mansalva a Hedorah al son de una canción... Un mensaje más explícito y potente que cualquier campaña de Greenpeace, oye.

Vamos a ver : infantilismo mezclado con salvajadas propias del cine de terror, denuncia ecológica... ¿Algo más? Por supuesto. En la época estaba muy en boga el consumo de LSD entre otras drogas alucinógenas, así que el film representa a la juventud de la época con escenas lisérgicas propias de un chute, como uno de los personajes teniendo alucinaciones en una discoteca y viendo a la gente con extrañas máscaras de peces. Además presenta en el tercio final a un grupo de jóvenes hippies haciendo una sentada nocturna en pleno Monte Fuji, queriéndose enfrentar a Hedorah con antorchas y su buen rollo en forma de canciones. Como podéis ver, el filme es un batiburrillo de demasiadas cosas que, por extraño que parezca, funciona por su locura y surrealismo.

La película funciona bastante bien en sus primeros 45 o 50 minutos, pero tiene la mala fortuna de presentar una batalla final de media hora que se hace interminable, por lo que resulta siendo muy descompensado todo el conjunto. Respecto a los efectos especiales, ya no resultan ninguna maravilla, pero presentan algunos momentos muy conseguidos, como todos los ataques de Hedorah en forma de masa devoradora. Además se presentan algunas imágenes de inusitada fuerza : Hedorah encaramada a las chimeneas de una fabrica y alimentándose del humo en plena noche, atacando al coche de la pareja de jóvenes o ése momento resultón del niño viendo a Godzilla en pleno viaje de una montaña rusa.

La banda sonora resulta estridente e incomprensible viniendo de las magníficas partituras de Akira Ifukube pero tales fanfarrias a mi personalmente me resultan divertidas y acordes al tono de la película.

Por desgracia, Yoshimitsu Banno nos dejó en 2017
Nos hemos dejado lo mejor para el final, porque... ¡¡¡Godzilla vuela!!! ¿Os lo podéis creer?. El saurio se enrosca sobre sí mismo y mediante su aliento radiactivo se propulsa a través de las nubes para atrapar a Hedorah. Una habilidad que hasta el momento no había mostrado ni mostrará nunca más... Es una escena hilarante que ninguno se esperaba a esas alturas.

El film recibió pésimas críticas y la tildaron de haber arruinado la saga. 1,74 millones de espectadores la vieron, significando una mejora respecto a la anterior, aunque insuficiente. Hedorah, la burbuja tóxica (1971) es una película alocada e impredecible. Se agradece un cambio de tono tan radical, con Banno introduciendo elementos poco vistos en la saga, jugando con el montaje y la experimentación visual. Tampoco era mala idea presentar a Godzilla como el mayor activista de Greenpeace. Es un film esquizofrénico y descompensado debido a su aburrida batalla final, pero es reivindicable y para nada el desastre que todos parecieron ver, al contrario, una de las entregas más interesantes de la serie clásica del saurio radiactivo.

Y ahora varias curiosidades: Yoshimitsu Banno no volvió a dirigir más ningún film de la saga, pero estuvo batallando estos últimos años para poder realizar una versión de Godzilla para IMAX, aunque el proyecto nunca llegó a buen termino. También quería hacer una especie de secuela directa de Hedorah, pero tampoco salió adelante. ¿Y os habéis dado cuenta que al inicio del film aparece el niño protagonista jugando con muñecos de Godzilla?; a principios de los 70, el merchandising de Godzilla daba más dinero que las películas, por lo que esta escena es una nada disimulada estrategia promocional.

Y para finalizar una anécdota brutal. Ya es sabido que meterse en los trajes de los monstruos es un trabajo de alto riesgo para sus actores (ya conocemos todos los accidentes casi mortales de Haruo Nakajima) pero esto se lleva la palma. Kenpachiro Satsuma, quien estaba dentro del traje de Hedorah, tuvo un ataque de apendicitis pero los doctores, con la dificultad de quitarle el traje del monstruo, decidieron hacerle la operación con el traje puesto haciendo un agujero en la parte del cuello. Lo peor es que en el transcurso de la operación Satsuma descubrió que la anestesia no hacía ningún efecto en él. Vamos, de pesadilla. A todo esto, Tomoyuki Tanaka, el infatigable productor de la serie, pasó toda la producción de Hedorah ingresado en el hospital por lo que no pudo ver todas las locuras que estaba rodando Yoshimitsu Banno. Cuando Tanaka por fin vio La burbuja tóxica, juró que Banno jamás volvería a rodar ninguna entrega más de Godzilla. 

Curioso, cuanto menos, que años después una posible secuela de Hedorah aún rondara por la cabeza de Banno, adquiriendo además parte de los derechos de Godzilla para realizar una entrega del saurio para IMAX en plenos años 2000. Dicha entrega en 3D (ambientada en Las Vegas, además) quedó en nada pero al disponer Banno parte de los derechos del saurio, éste tuvo que aparecer como "Productor Ejecutivo" en el Godzilla de Gareth Edwards. Yoshimitsu Banno falleció en 2017.

Tras el fracaso con Hedorah, la burbuja tóxica (1971), se volvería a llamar a Jun Fukuda para volver a transitar terrenos más conocidos para el público, aunque eso derivó en dos de los peores films de la saga Godzilla.

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