Finalmente, no fueron 3, sino 6 films, y más que novedosos, en general fueron bastante conservadores y repetitivos. La cinta que nos ocupa supone un nuevo reinicio a la saga y como pasó con Godzilla (1984), se vuelve a tomar como única referencia a Japón bajo el terror del monstruo (1954), obviando las otras 21 entregas. Takao Okawara (quien cerró la etapa anterior con la notable Godzilla vs Destoroyah), dirige de nuevo el enésimo retorno del saurio radiactivo. El resultado, pese a ser el regreso del Godzilla que todos conocemos, es en general un más de lo mismo, con demasiados tramos aburridos, mejoras digitales en los efectos especiales pero que en definitiva, no cambia la historia de la saga en absoluto.
A pesar de esto, es una entrega que bien vale la pena un visionado por su espectacular inicio. El regreso de Godzilla, 45 años después, salido de la nada y atacando la ciudad en plena noche es de una ambientación y calidad técnica espectacular.
Pero pasados estos 15 minutos iniciales, la trama no sorprende demasiado. Por un lado tenemos a un carismático y agradable dúo de personajes padre/hija que se dedican a investigar y predecir los movimientos de Godzilla.
Por el otro, los militares y científicos siguen haciendo de las suyas intentando buscar métodos para acabar con el saurio de marras, pero todo lo que sucede en torno a ellos es de interés nulo.
El diseño de Godzilla para esta etapa no me acaba de convencer por su aspecto demasiado irreal y demasiado puppet. Técnicamente, me rechina bastante por ese aspecto más cartoon y menos asalvajado que el espectacular Godzilla de la Serie Heisei (1984-1995). Además, aparece otra criatura de carácter extraterrestre y con fijación con Godzilla, llamado Orga, el cuál inicialmente es una especie de OVNI descomunal y no demasiado bien realizado técnicamente.
Una vez toma contacto con Godzilla y recoge su material genético, se convierte en una criatura enorme, la cual protagoniza una titánica lucha contra el saurio en pleno Tokio. Los efectos especiales siguen el camino dejado por la trilogía de Gamera; el de combinar cada vez más efectos digitales con las tradicionales maquetas y disfraces. Algunos momentos son de una excelente calidad técnica (generalmente planos nocturnos, ya que los efectos en momentos diurnos cantan que da gusto), las maquetas son excelentes pero en lo referente a estos nuevos efectos visuales y digitales, son de una calidad bastante baja y te sacan del film.
El film recoge influencia tanto de la nueva trilogía de Gamera de los 90 (el tratamiento de la destrucción, esa piedra enorme en medio del océano que es calcado a Gamera: guardian del universo (1995)…), como del Godzilla americano de Roland Emmerich (la escena al inicio del coche en el túnel y posterior persecución resulta calcada).
Godzilla vuelve a las andadas |
Un nuevo enemigo para Godzilla, Orga |
Hay momentos en que los nuevos efectos digitales rechinan |
"Gojiraaaaaaaaaaaaa..." |
Pese a que en general es una entrega no demasiado destacable ni supone un punto y aparte en la saga, sí resulta muy correcta y se consiguen varios momentos de una calidad indiscutible (el ataque inicial y la manera en que acaba Godzilla con Orga es resultón y sorprendente), además de contener un plano final imprevisible y apocalíptico que reafirma la imagen eterna y destructora de Godzilla.
Godzilla 2000 Millenium (1999) supone un nuevo reinicio en la saga; un reinicio correcto, loable y con varios momentos muy destacables y espectaculares, pero adolece de falta de ritmo, sosería y repetición de esquemas. El film no obtuvo la respuesta esperada en Japón quedándose en unos correctos 2 millones de espectadores.
Godzilla 2000 Millenium (1999) supone un nuevo reinicio en la saga; un reinicio correcto, loable y con varios momentos muy destacables y espectaculares, pero adolece de falta de ritmo, sosería y repetición de esquemas. El film no obtuvo la respuesta esperada en Japón quedándose en unos correctos 2 millones de espectadores.
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