CRÍTICAS PELÍCULAS

miércoles, 30 de agosto de 2023

SNOW MONSTER (2019)



Como hemos comentado en otras reseñas, el cine chino lleva en la última década un ritmo de producción imparable con más de 1.200 producciones al año repartiéndose entre estrenos de cine o producciones directas a plataformas de streaming locales, las cuales las hay a decenas. Uno de los subgéneros más en boga y de lo más abundante son las cintas de monstruos. China parece haber recogido el testigo de las monster-movies de serie B o del Kaiju Eiga con mucho sabor a videoclub. Serpientes, tiburones, criaturas tentaculares, cocodrilos, dinosaurios... entre cientos de abominaciones se pasean por producciones de carácter alocado, de resultados bastante dispares y con un uso sin vergüenza, en su mayoría, de un CGI marca Asylum (con suerte). Una de las producciones recientes chinas, dedicadas a los monstruos y que más me han sorprendido es Snow Monster (2019).

La película da comienzo con un equipo de investigación, liderado por una joven científica, en una zona del Ártico hasta que son atacados por una especie de criatura gigante. Un equipo de rescate es enviado al lugar, casualmente comandado por el antiguo novio de la científica. Una vez allí se enfrentan a peligrosas criaturas...

Snow Monster es un buen divertimento, irresistible en su afán de querer aglutinar muchos elementos la mar de seductores para el espectador. Desde la ambientación nevada, la visita a una especie de mundo perdido inexplorado por el hombre, tribus, explorar el mito del abominable hombre de las nieves hasta el de presentar ¡¡tiburones voladores ocultos bajo la nieve!! Aún con todas la dosis de delirio, los pobres diálogos y las discutibles interpretaciones, el filme sobresale por encima de otras similares gracias a un ritmo bien fluido, una cuidada ambientación y un mínimo mimo en sus efectos especiales.


Un metraje acotado de apenas 80 minutos donde no dejan de pasar cosas ya desde un inicio con el equipo de rescate adentrándose en terreno desconocido consiguiendo un excelente sabor a cine de aventuras y más cuando se tienen que ver con enigmas, brújulas y monstruos prehistóricos. Si bien, el mayor acierto reside en la figura de ese imponente monstruo de las nieves. De carácter simiesco y gigantesco, el monstruo está plasmado técnicamente de una manera mucho más eficiente que otras producciones chinas similares de la época optando por el agradecido uso del suitmation, la técnica del hombre disfrazado pero añadiendo algo de CGI. Algo que da muy buenos resultados gracias a su fisicidad, el efectivo uso de angulaciones bajas y que crea imágenes impactantes. El tratamiento del monstruo, aún queriendo ser explotado por la pandilla de indeseables de turno finalmente es visto con respeto, como una deidad poderosa e intocable del lugar.

Un equipo de rescate en el Ártico se enfrentarán a tiburones voladores...

¡Y a un Yeti de enormes proporciones!

Como comento, los personajes de la cinta resultan sonrojantes, pero se muestra una mínima capa de ellos para inmediatamente pasar a la acción. Quien iba a esperarse la aparición de tiburones sanguinarios bajo la nieve, ¡pero así es! Aún con el CGI simplemente justillo utilizado para los escuales, este resulta eficiente y la cinta no se ahorra algunas escenas con sangre para disfrute del respetable. El director de la cinta es Huang He, también conocido como River Huang y que ha ofrecido taquillazos en el país con los crossovers de Bunshinsaba vs Sadako (2016) y su secuela de 2017 además de algunas entregas de la saga de Detective Dee como Detective Dee and the Road to Hell (2018).

Snow Monster acaba recorriendo lugares comunes como es la explotación del hombre hacia parajes naturales y vírgenes, y así lo hace con una serie de personajes caricaturescos de los que estás deseando que sean comidos o pisoteados. Si bien, el filme es bastante recomendable como un buen ejemplo de monster-movie china de elevadas dosis de delirio, muertes y bichos a toda máquina amén de un empaque técnico más que competente. Un muy entretenido kaiju chino y que ha tenido una secuela recientemente en 2022 aunque optando por una ambientación selvática con cocodrilos, serpientes y un monstruo protagonista de inspiración más big foot que el de su predecesora.

viernes, 18 de agosto de 2023

ULTRAMAN GEED (2017)



Para 2017 las nuevas series sobre Ultraman estaban funcionando como un tiro en Japón. Tras el reinicio del personaje en 2013 con Ultraman Ginga, éste estaba disfrutando una nueva edad de oro. Ultraman había cambiado, las nuevas series apostaban por una mercadotecnia constante, explícita y un empaque muy destinado a epatar las retinas del público infantil. Aún así, hay que reconocer que el mimo en el producto, con unos arcos argumentales cuidados además de un uso espectacular de las técnicas tradicionales de efectos especiales estaban colocando a la franquicia como algo único en el presente del tokusatsu. Tras X y Orb, Tsuburaya subió la apuesta con Ultraman Geed (2017).

En Ultraman Geed seguimos al joven Riku, un muchacho enérgico y alegre pero que da muestras de ciertos poderes y habilidades algo misteriosas. Le acompaña Pega, un alien, que solo Riku parece ver. Un buen día es conducido hacia una base secreta alojada bajo un observatorio astronómico, Rem, el sistema de control de la base, le reconoce como su maestro y le anuncia que tiene el poder de un Ultraman. Frente a la llegada de criaturas monstruosas Riku se transformará en Ultraman Geed, pero descubrirá una verdad aterradora. Resulta que es el hijo de Ultraman Belial, la peor abominación posible y causante de que el universo estuviera a punto de ser destruido.

Ultraman Geed reincide en los elementos que ayudaron a destacar a las series anteriores aunque de una manera ya algo cansina y formulaica. Riku, vuelve a ser el típico pipiolo inocente pero valiente, que intenta conectar con el público infantil pero que a mi personalmente no me ha despertado grandes simpatías. Y eso que cuenta con un fondo bastante interesante como que, en primer lugar, de un día para otro descubra que está destinado a ser un Ultraman, un héroe. Además de conocer que tu padre es el puro mal con los conflictos que puede generar como es el temor que pueda provocar Geed entre la población y que sea visto con recelo. Además del crecimiento personal que eso supone, querer superar un destino marcado por tus genes... Pero todos estos conceptos, aunque son mostrados en la serie, apenas son esbozados, quedando de una manera algo superficial o sin toda la fuerza que debiera.

Los héroes de la función. De izda a dcha Riku, Leito, Moa y Laiha

Si en las anteriores teníamos cartas como forma de invocar poderes de otros Ultraman o para fusionar kaiju, ahora le toca el turno a una especie de cápsulas que Riku (y el villano) utilizarán. Un elemento, la verdad, bastante repetitivo y que llega a agotar, especialmente en esas secuencias de transformación interminables y que no paran de romper el ritmo. Ya lo habíamos visto antes pero creo que aquí ya se les va de las manos las fusiones entre monstruos y las constantes nuevas transformaciones y formas de nuestro Ultraman Geed.

La trama que planea por toda la serie es algo rocambolesca. Resulta que Belial casi destruye el universo pero es impedido por Ultraman King (que apareció en Ultraman Leo de 1974) el cual revierte la destrucción fundiéndose con el espacio, diseminando sus partículas de energía por todos lados. Dicha energía provoca que algunos niños (o algunos kaiju, incluso) dispongan de poderes extraños como la telepatía o la combustión espontánea, lo que se conoce como "Little Stars", una energía que Kei, el villano de la serie irá buscando para ir cargando de poder a un renacido Ultraman Belial.

Ultraman Zero se apunta a la serie.
Este aspecto como es la continuidad respecto al universo de la serie resulta seductora continuando el arco creado desde Mega Monster Battle: Ultra Galaxy Legends The Movie (2009) donde se presentó el personaje de Belial y su enemistad con Ultraman Zero, el hijo de Ultraseven. Enemistad que siguió tratándose en algunas de las películas de Zero como Ultraman Zero The Movie: Super Deciding Fight! The Belial Galactic Empire (2010). Porque sí, Zero regresa, siendo un personaje casi principal y que harás las veces de mentor y acompañante de Geed. Si bien, aquí radica uno de los aspectos que más me sacaron de Ultraman Geed como es Leito, un salaryman y que es el partenaire humano de Ultraman Zero. No el personaje en si, porque creo que es el más simpático de la serie, sino porque creo que la franquicia se traiciona a si misma en cuánto Zero constantemente toma el control del Leito humano, anulándolo por completo. Leito es un patán y un torpe, pero aún así puede convertirse en un héroe, por lo que uno siente algo de frustración ver como su persona es anulada constantemente por Zero en los momentos en que hay que ponerse serio. Algo planteado para hacer comedia pero que a mi modo de ver traiciona las bases de la franquicia dejando poca evolución al personaje y poco crecimiento personal en ese sentido.

Si comentamos algunos episodios, mencionar el número 6, So That I Can be Me, con Leito uniéndose a la tropa de héroes y reflexionando sobre su capacidad para ser un Ultraman. En un giro de los acontecimientos él y Riku intercambiarán sus respectivas vidas por un día.

Geed se ve las caras con Galactron en el ep. 7, Sacrifice.

El villano de turno es Kei, un completo adorador de Belial y que se dedica en cuerpo y alma a cargar de poder y más poder a Belial. Kei como villano pierde bastante en comparación al anterior Jugglus Juggler y está perdido en un mar de histrionismo y planes rocambolescos los cuales aún estoy tratando de entender su lógica. A Riku, por cierto, le acompañan varias chicas, muy majas ellas, y que graciosamente beben los vientos por él. Por un lado, Moa, una amiga de la infancia, enamorada de Riku y que trabaja secretamente en AIB, una organización de búsqueda de alienígenas. Por otro lado tenemos a Laiha, un buen personaje, con más madera de héroe que el propio Riku y que viene interpretada por Chihiro Yamamoto, la cual realiza unas escenas de acción marcial y arte con la espada excelentes. Como detalle interesante, la gran mayoría de personajes conocen la identidad de Geed formando un grupo que es casi como una familia en torno a Riku.

El doble episodio 7 y 8, Sacrifice / Going Beyond Fate, nos pone en primer plano a Kei, el villano, el cual vive como un novelista de éxito, organizando un evento con público para meter en una encrucijada a Zero. Hay momentos interesantes como son el sacrificio de Zero, el agradecido regreso de Galactron (de Orb) y unos héroes dudando de sí mismos y temiendo no llegar a lo que se espera de ellos.

En el doble ep. 11 y 12, The Geed identity / My Name, asistimos a uno de los puntos más recomendables de la serie ya que presenta una de sus ideas más interesantes: que Geed sea una creación de laboratorio creada por el malvado Kei. Una manera de que éste le robe todas las cápsulas de energía almacenadas por Geed en los anteriores episodios sumiendo en la desesperación y a una crisis de identidad por parte de Riku, ya que parece que toda su vida ha sido una farsa. En la continuación Riku conocerá a un amable anciano con poderes, en fase terminal y que resultará ser el hombre que le recogió cuando solo era un bebé. Un encuentro que ayudará a Riku a encontrarse a sí mismo.

El temible Belial en el ep 16,
The First Day of the End of the World
Siguiendo con buenos momentos, se recomienda el doble ep. 16 y 17, The First Day of the End of the World / The King’s Miracle! Time to Change Fate!! Unos episodios en donde a pesar de hacer regresar a Belial, el momento más esperado de toda la serie, de una manera poco preparada de cara al espectador y con poca carga dramática (aparece y punto), presenta grandes momentos como esa batalla final apocalíptica en una ciudad gris con Geed encontrándose con su padre y éste respondiéndole con violencia y haciéndole morder el barro. Su continuación presenta una de las imágenes más interesantes y jugosas de la serie como es la de Riku peleando contra Belial en una especie de traslación dimensional. Una imagen, con la lluvia haciendo acto de presencia y que da pie a diversas interpretaciones. El hijo tratando de superar al padre, Riku intentando no sucumbir al destino que marcan sus genes o de tratar de luchar con la maldad de su interior y superar dicho peso. El capítulo finaliza con la aparición de Ultraman King y una nueva forma ultra-poderosa de Geed gracias al poder dado por King y que logran destruir al amigo Belial.

Una de las fusiones más poderosas de Geed
Antes del final, la serie propone un episodio bastante interesante como es el número 20, The 10:00 AM Monsterous Bird. Aunque no se le saca todo el jugo que debiera, presenta una narrativa audiovisual diferente (un poco en la línea de lo que hacía Jissoji) en base a un monstruo, Gyeron, que aparece cada día en el mismo sitio a las 10h de la mañana.

El final de la serie se ve con simpatía aunque no con entusiasmo. En el ep. 23, The Strum’s Light, un desequilibrado Kei desea conseguir las cápsulas de Dark Lugiel y Alien Empera, las abominaciones más poderosas (tras Belial). Riku decide enfrentarse a su destino y tener una batalla final con el villano, nada menos que en las ruinas de un castillo en Okinawa, lugar donde Kei puede absorber la energía de su planeta natal aún en llamas (así están los guionistas en esta serie). Al final, Belial aparece y se carga con todo el poder supremo albergado por Kei.

Mecha Gomora en el ep. 19, Nebula House Invasion.
En el doble ep. final 24 y 25, The Fragments of Hope / The Symbol of Geed, hay imágenes interesantes como ese Belial en el espacio convertido en una versión Atrocius y dispuesto a destruir el planeta y el universo, mientras nuestros héroes traman un plan que bien podría funcionar... Hay buenos momentos como esa bonita escena de Leito pasando un último día junto a su familia o esa batalla final con todas las formas diferentes de Geed atacando al unísono, la aparición de Ultra Father o ese pequeño momento de redención de Belial... Si bien, todo se antoja rutinario además de contar con cosas que a mi me sacan como que Belial, aún habiéndose cargado con todo el poder del universo, al final sea tratado casi como un enemigo más...

Ultraman Geed (2017) es un bajón considerable respecto a las dos series precedentes. Se antoja formulaica y repetitiva en muchos tramos, con episodios cuyas premisas, sinceramente me importaban más bien poco abundando en historias de corte tontito y sonrojante. Desde ver a un “cómico” de pacotilla haciéndose amigo de una bola peluda alienígena (ep. 5, Partners) a pasar vergüenza ajena con una alienígena que lee las mentes (ep. 10, I Read Minds) a ver algo tan sumamente interesante como que Riku y su amigo/mascota Pega discutan y éste último abandone el hogar (ep. 21, Pega Runs Away From Home).

Episodio 25, The Symbol of Geed

La serie plantea muchos conceptos interesantes pero que por desgracia no se profundizan, entregándose enseguida a las batallitas de turno y a las mil transformaciones maravillosas de sus héroes. A favor, comentar que la serie concentra algunos bloques entretenidos, especialmente aquellos con Riku en crisis identitaria o donde la figura tan atrayente de Belial se explota. Laiha y Leito son personajes muy simpáticos, y los efectos especiales de la serie, aunque creo que andan un poco estancados, siguen siendo una absoluta maravilla, con un nivel de maquetas, rayos y demás, de resultados estratosféricos. Pese a mi impresión, Ultraman Geed acabó siendo otro gran éxito para la franquicia y el personaje volvió en la película Ultraman Geed The Movie: Connect the wishes! (2018) o en el estupendo crossover del héroe en algunos episodios de Ultraman Z (2020), con dos episodios que son mejores que toda esta serie junta.

martes, 15 de agosto de 2023

THE BLUE PEARL (1951)


El cine de Ishiro Honda alejado de sus famosos kaiju eiga entre otros filmes de ciencia ficción es, por desgracia, muy poco conocido y de difícil acceso. Y el estudio Toho tampoco parece poner mucho de su parte para que el trabajo de Honda tenga cierta difusión. Antes de que en los años 60 Honda quedara totalmente atado a la ciencia ficción tras el fenómeno de King Kong contra Godzilla (1962), su director dirigió en los 50 dramas, comedias románticas, cine bélico... una etapa muy interesante y donde el director dio numerosas muestras de su talento y sensibilidad especial al margen de su cine de monstruos.

Es muy interesante que aún siendo un director de estudio, las vivencias de Ishiro Honda marcaron su trabajo cinematográfico mostrando unas constantes que aparecen a lo largo de su filmografía. Temas que a Honda le interesaban y motivara contar como la relación del hombre con la naturaleza, el no seguir los designios marcados por la familia, los matrimonios no aceptados o el trauma de la guerra y la bomba atómica.

Honda dirigiendo en The Blue Pearl

Honda nació en una aldea a más de 300km de Tokyo, perdida en medio de la montaña. Su padre era monje en un templo budista y el pequeño Ishiro pasó su infancia entre montañas y bosques hasta que se mudaron a Tokyo. Allí, un Honda adolescente se sentiría inmediatamente fascinado por el cine hasta el punto que decidió estudiar dicha arte en la Universidad de Nihon aún en contra de los deseos de su padre. Poco después entraría a trabajar en PCL, Photographic Chemical Laboratories (que años después absorvería Toho), debutando como tercer asistente de dirección en 1934 en la producción The Elderly Commoner's Life Study. Fue allí donde conoció a su mujer, Kimi. El matrimonio entre ambos, en 1939, no fue bien visto por la familia de ella, un hecho que reconcomió al bueno de Honda. La guerra vendría a parar la carrera del director durante años, para desazón de él, que veía como todos sus compañeros de productora empezaban a tener cargos de importancia o a llevar adelante sus propios películas como directores, como era el caso de su amigo Akira Kurosawa. Tras volver a un Tokyo en ruinas en 1945, retoma sus labores como asistente de dirección hasta que por fin se le da la oportunidad de dirigir su primera obra. Un documental titulado Ise-Shima (1949), de corte muy interesante y que innovó al mostrar las primeras escenas submarinas rodadas en Japón.

Su primer largometraje de ficción llegaría en 1951 con The Blue Pearl, un proyecto en el que Honda se entregó a fondo y donde parece volcar su alma, inquietudes y obsesiones. Como curiosidad, para la elaboración del guión, Honda y Kurosawa se encerrarían varias semanas en un apartamento para escribir guiones. Mientras Kurosawa escribía el de Rashomon, Honda hacía lo propio con The Blue Pearl.

El filme cuenta la llegada de Nishida a una isla, un joven procedente de la gran urbe de Tokyo para realizar labores como profesor y de guarda del faro. Allí se sentirá sorprendido y fascinado por el modo de vida de los isleños, en particular de las Ama, mujeres del lugar que se dedican a sumergirse en busca de conchas y perlas. Todo un sustento económico de la isla. Pronto se sentirá atraído por una de las jóvenes Ama del lugar, Noe, aunque su idilio no será bien visto por la comunidad. Otra joven, Riu, opuesta en carácter a Noe, intentará seducir al joven desembocando una tragedia...

The Blue Pearl (1951) es un muy sorprendente drama romántico lleno de aciertos. Ya desde su ópera prima vemos claramente las constantes de Honda como son la relación de la naturaleza con el ser humano además del choque entre la tradición ancestral y la modernidad, un punto en donde se pone el foco como es el constante contraste entre las maneras de Nishida, puro chico de ciudad respecto al modo de vida de los isleños. Honda sigue con la herencia de su trabajo en el documental y nos propone fascinantes tramos centrados en el modo de vida de las Ama. Dicho acercamiento al documental la veremos también en futuras obras como Godzilla (1954) o Half Human (1955) y en la que es una manera por parte de Honda de querer captar ese Japón ancestral que está desapareciendo con la llegada de la modernidad. 

Los escenarios naturales presentes tanto en The Blue Pearl como en la anterior Ise-Shima luego serían utilizados de nuevo para las escenas en la isla de Odo del primer Godzilla. Honda estuvo durante varias semanas en dicha isla, antes del rodaje del filme, y logró que los cerrados isleños le aceptasen, mostrándole ritos y demás intimidades que rara vez mostraban a los forasteros. Algunos de los lugareños aparecen en el filme como actores no oficiales incluídas las Ama que vemos en la película, algo que le da más autenticidad al conjunto. Sin duda, el uso de los ambientes y el espacio por donde se mueven los personajes es subyugante y uno de los aspectos más llamativos del filme.

Nishida llega a una isla para encargarse del faro.

Se sentirá fascinado por el modo de vida de los isleños y de las Ama

Tendrá un idilio con la joven Noe. Algo no aceptado por la familia de ella.

Otra joven de carácter más salvaje, Riu, intentará seducir a Nishida.

Algo trágico se avecina...

La llegada del personaje de Nishida, interpretado por Ryo Ikebe trae consigo un desmoronamiento de una sociedad férrea además de resucitar viejos temores de los lugareños respecto a la llegada de forasteros y los desastres que pueden traer consigo (un temor que se puede transportar a la apertura de Japón al mundo). El romance que mantiene Nishida con Noe es delicioso e inocente, viendo además ella una posibilidad de marcharse de su isla y vivir en la gran ciudad liberándose así de las ataduras y vida que tienen planeada para ella. Si bien, los acontecimientos se van enturbiando con la presencia de otra mujer, Riu. Muchacha del lugar pero que vuelve tras pasar un tiempo en Tokyo. Su carácter es opuesto al de Noe, ella es salvaje, sensual y lleva ropas a la moda. Cuando Riu comience a intentar seducir a Nishida, saltarán las alarmas. Aún siendo una subtrama, la de la seducción de Riu, poco interesante por ser un lugar muy común, pronto ésta va virando hacia una óptica cada vez más desequilibrada y asfixiante. 

Honda no duda en presentar personajes femeninos fuertes y decididos, con entidad, algo que sería bien habitual en su trabajo. Yukiko Shimazaki y Yuriko Hamada interpretan a Noe y Riu respectivamente, de resultados algo desiguales por su inexperiencia, pero son bien efectivas. Ryo Ikebe (Nishida) también se ve algo verde, si bien, el actor acabaría ganando mucha más madurez en el futuro. Trabajaría en otros filmes de Honda como Battle in outer space (1959). Shimazaki, el año anterior tenía uno de los papeles principales de El almuerzo (1950) de Mikio Naruse. Takeshi Shimura, actor de sobrado renombre, hace un pequeño papel en la cinta como encargado del faro y se notan enseguida sus quilates a nivel interpretativo. Shimura apareció el año anterior en Rashomon y volvería en Los siete samurais (1954) y Vivir (1955) de Kurosawa. Para Honda trabajaría habitualmente, destacando su papel en el primer Godzilla.

El ritmo del filme es fluido y Honda no deja de sorprendernos con una narrativa rica gracias a un cúmulo de imágenes submarinas hermosas y oníricas, las primeras rodadas para un largometraje de ficción en Japón. El tono documental de parte del filme se entremezcla con una serie de planos elaborados y que se van tornando cada vez más opresivos a medida que la historia avanza. Para ejemplo el magnífico momento en el faro, bajo una feroz tormenta, con Noe sincerándose a Nishida.

Honda junto a las actrices Yukiko Shimazaki y Yuriko Hamada. A la derecha, el cámara Tadashi Iimura.

La película es un alegato asimismo sobre las libertades individuales aunque los resultados vistos aquí son bastante oscuros y dramáticos. Con la negativa de la familia de que Noe se case con Nishida, frustrando el deseo de la joven de poder huir de la isla, ésta además tiene que ver como el chico parece caer en la tentación de Riu, la cual no deja de irle detrás. Una situación que harán entrar a Noe progresivamente en la paranoia, la rivalidad enfermiza y el enloquecimiento. The Blue Pearl acaba superando las expectativas gracias a un tramo final sensacional, en el que el filme vira hacia lo psicológico y fantasmal con la pobre Noe dejando morir en el fondo del mar a su rival, atrapada ésta en una roca mientras cogía una gran perla en un lugar prohibido. Noe irá enloqueciendo progresivamente por el peso de su ”crimen” y parecerá oír el grito de Riu llamándola desde el mar o desde los acantilados. Persiguiéndola allá donde vaya. El filme concluye con un plano final maravilloso, en la playa, de noche, con Noe adentrándose sola en el mar, de una calidad extraordinaria albergando un tono onírico, mágico a la vez de ambiguo sencillamente excelente.

The Blue Pearl (1951) es un muy notable filme que te lleva en volandas a través de un mundo lleno de tradiciones, el colapso de las mismas, un romance imposible y ambientado en un paraje marino inmejorable. Una perfecta película si quieres adentrarte en el cine de Honda alejado de la ciencia ficción. El filme obtuvo excelentes críticas en el momento de su estreno y abrió el camino para una filmografía llena de imágenes para el recuerdo. 3 años después llegaría Godzilla.