CRÍTICAS PELÍCULAS

viernes, 30 de abril de 2021

BATTLE IN OUTER SPACE (1959)


Para 1959 la ciencia ficción había empezado a despuntar en Japón gracias, por un lado, al avenimiento de Godzilla en 1954 y las versiones muy a la japonesa de éxitos americanos de la época como La guerra de los mundos (1953), Ultimátum a la Tierra (1951) o Cuando los mundos chocan (1951) convirtiéndose en encantadores films como Asalto a la Tierra (1956) de la Daiei o The Mysterians (1957) de Ishiro Honda. Honda, tras Japón bajo el terror del monstruo (1954) se embarcó en unos años intensos donde trató una gran diversidad de géneros, desde el romance, a la comedia o el musical aunque siendo la ciencia ficción el género por el que más se le recuerda y por el que acabó dedicándose por completo ya en los años 60. The Mysterians (1957) fue todo un éxito proponiendo una peculiar invasión extraterrestre que reclamaba a la humanidad terreno planetario y féminas terrícolas. El inolvidable robot gigante Mogera, considerado el primer mecha en aparecer en el cine nipón, protagonizaba los mejores momentos de una cinta de tono naif, generalmente poco excitante pero definitivamente a remarcar. Unos años después Ishiro Honda realizó una especie de secuela de aquella y de título Battle in outer space (1959) y donde se lograba superar a su precedente en un muestrario de diversión sin límites.

Estamos en 1965, una serie de misteriosos desastres asolan el planeta y todo es debido a una civilización alienígena con la intención de destruir la Tierra. Las naciones se unirán para defenderse contra el invasor. Un equipo de científicos viajará hasta la Luna para desestabilizar la base de los extraterrestres pero éstos contraatacarán con una flota sin precedentes.

Battle in outer space (1959) se entiende como una secuela de The Mysterians aunque hay pocos elementos que nos remitan a aquella más allá de que una nueva civilización extraterrestre quiera atacar nuestro querido planeta. Tampoco se lo ponen fácil al espectador, recuperando personajes del film de "los misterianos" como el profesor Adachi o el Dr. Immerman pero siendo interpretados por otros actores, aunque esto fue debido a que los actores originales no pudieron participar por problemas de agenda. En todo caso, Battle in outer space es un film irresistiblemente entretenido que destaca por su gran nivel de producción (para la época) con un nivel de maquetas excelente, escenarios planetarios pintorescos y multitud de fantásticas batallas entre naves espaciales y que se adelantan, sin duda, a Star Wars. No en vano Toho, en estos años, aún trataba estas producciones como cine de Serie A y eso se nota en su nivel técnico.

El problema del film reside en su primera mitad con una introducción atropellada y con una confusa multitud de personajes muy similares entre sí. De entre estas escenas bastante planas le siguen cierta inconsistencia dramática coronado por un poco afortunado viaje en cohete hasta la Luna siendo los interiores algo acartonados. Para colmo la escena de la cueva lunar con esos extraterrestres enanos atacando a la fémina del grupo no augura nada bueno, pero... Una vez superado este escollo, que logra sentar las bases al espectador para lo que se aviene más tarde, la película logra centrarse en la diversión y en la pura aventura espacial. Es cuando llega la hora de Eiji Tsuburaya y su equipo donde logran lucirse con un despliegue de naves, rayos de colores, batallas en el espacio y destrucción urbana descerebrada. Un non stop action de alto nivel aderezado por la magnífica partitura musical de Akira Ifukube quien recupera su marcha militar del primer Godzilla y la remodela para ser uno de los temas principales del presente film. La misma marcha será reutilizada (algo muy habitual de Ifukube) para ser el tema principal de Los monstruos invaden la Tierra (1965), la cual viene muy influida por el espíritu de Batte in outer space pero con monstruos gigantes.
Misteriosos desastres asolan el planeta. Los culpables son unos malvados extraterrestres.

Un equipo de valientes viajan a la luna para destruir la base alienígena.

Pese a que logran ganar la batalla...

...el planeta sufrirá la destrucción.

Battle in outer space presenta a rostros habituales del Kaiju clásico y la ciencia ficción de Toho como Ryo Ikebe (quien aparecería en Gorath, también de Honda) o Yoshio Tsuchiya (Varan, Matango o El hijo de Godzilla). Como curiosidad, Tsuchiya era muy curioso por naturaleza y fue él quien animó al equipo a moverse lentamente en la superficie lunar debido a las teorías científicas sobre la falta de gravedad en el espacio. Ninguno de los actores quería hacerlo aunque finalmente cedieron por orden de Ishiro Honda. Unas escenas que se adelantaron 10 años a la llegada de Armstrong a la Luna. Como apunte, el film viene guionizado por un habitual de Honda como es Shinichi Sekizawa, responsable del guión de la mayoría de entregas de Godzilla en su serie clásica. Sekizawa era utilizado por Honda para aquellos proyectos de tono más fantástico, aventurero y de simple entretenimiento utilizando por otro lado a Takeshi Kimura si la historia demandaba un tono de seriedad, terror y metáfora social. Así fue en The H-Man o Matango.

Battle in outer space obtuvo un éxito moderado en su momento, recaudando unos 123 millones de yenes y quedando en el puesto 25 del ranking anual. Como recordaba Ishiro Honda en una entrevista, este fue el momento en el que Toho empezó a hacer recortes presupuestarios en sus producciones de ciencia ficción. "Cuando los personajes empezaron a tomar más importancia, arruinaron las películas" diría Honda. De hecho, grandes escenas pensadas para Battle in outer space centradas en más destrucción de ciudades o ataques extraterrestres tuvieron que ser descartadas. 

Battle in outer space (1959) es un film con bastantes problemas en su primer tramo con cierta inconsistencia general pero que acaba erigiéndose como un divertimento completo y encantador, de ritmo firme, con gran sentido de la aventura y donde los efectos especiales brillan especialmente. Una space opera irresistible. Una película que llegó en un momento histórico de especial tensión con la Guerra Fría o la reciente renovación del tratado americano con Japón, ANPO, donde se firmaba el subyugo del poder militar nipón frente a USA. Frente a estas tensiones sociales Honda quiso extender su mensaje de unidad, paz y concordia con un film en donde todas las naciones del mundo se unían contra un invasor. Un mensaje idealizado y naif visto hoy pero que resulta todo un oasis de optimismo reconfortante y ensoñador.

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