CRÍTICAS PELÍCULAS

viernes, 18 de junio de 2021

BETTER DAYS (2019)


Las películas que tratan el tema del bullying son bien frecuentes en el cine adolescente oriental. Tal vez derivado de su sistema de estudios tan exigente y competitivo que lleva a muchos adolescentes al suicidio más allá del problema estructural que supone el acoso escolar es una problemática desgraciadamente habitual en ciertos países de Asia. Si Japón propuso, entre muchas otras, cintas como Confessions (2010) y Corea del Sur, The King of Pigs (2011), ahora Hong Kong se apunta con la potente Better Days (2019).

El film cuenta los meses previos al examen "gaokao". Para casi diez millones de estudiantes, este examen para entrar en el programa nacional de estudios determinará su vida. Chen Nian ha estado muy ocupada preparando el examen, dejando todo de lado, pero su existencia es alterada tras el suicidio de una compañera de clase debido al acoso al que se veía sometida por sus compañeros. Nian también es víctima de un acoso brutal por compañeras como Wei Lai. Una noche, Nian conoce a Xiao Bei, un joven delincuente el cual está siendo golpeado por una pandilla. A pesar del rechazo inicial, poco a poco irán intimando y Bei empezará a protegerla del acoso. Todo cambiará cuando, a unos días del examen, el cuerpo de Wei Lai es encontrado sin vida.

Better Days es uno de esos films que te pegan en el estómago con una propuesta que no se anda con chiquitas a la hora de contarte una historia dura, seca y llena de violencia tanto física como psicológica. Una trama cuyo objetivo es denunciar un sistema escolar (el de Hong Kong en este caso) de carácter elitista, competitivo y exigente donde nuestra protagonista, Nian, es brutalmente acosada y maltratada por sus compañeras y quienes se pavonean inmunes a un castigo. De hecho, la principal acosadora, Wei Lai, es totalmente intocable por el estatus monetario de sus padres, aunque descubriremos que está llena de carencias afectivas. El infierno de Nian no solo la aguarda en el instituto, sino que tiene que aguantar vivir en un piso sola, con una madre que nunca está en casa y con los acreedores acudiendo a su puerta por estar endeudados. La película está rodada de maravilla, estando provista de recursos visuales llamativos y momentos de quitar el aliento. A este respecto podemos observar el excelente arranque, con el suicidio de la compañera de clase de Nian, siendo plasmada viendo las reacciones de los alumnos, sin mostrar caras ni el cuerpo, y centrándose en el rostro de la propia Nian.

El film crece al explorar la curiosa relación que se establece entre Nian y Xiao Bei, quien no vive un presente muy halagüeño, viviendo el muchacho en una casucha bajo un puente y ganando dinero de donde puede siendo otro ser maltratado por la vida y sin ninguna esperanza de mejorar. Poco a poco, los dos empezarán a estrechar su relación, unidos frente a un mundo que parece rechazarles. Solo la mínima esperanza de que Nian apruebe sus exámenes y eso le proporcione unas condiciones laborales mejores en el futuro es lo único que los agarra a una esperanza. Pero no todo será tan fácil. 

Better Days está llena de una violencia física y psicológica que a veces se antoja difícil de aguantar. En ese sentido, el drama de la película acaba por tornarse, quizás, algo excesiva. Es que, ¡nada peor les puede pasar a la pareja protagonista! Aunque es comprensible por el contexto en el que nos encontramos. Así, del drama adolescente, el romance oscuro y la trama de abuso escolar, la película vira poco a poco hacia el thriller policial surgido a partir de una muerte inesperada y que pondrá contra las cuerdas a la pareja protagonista en un catártico final para ellos. 

Es interesante también el contexto social que rodea al drama de la película, mostrando a unos compañeros de clase que se comen unos a otros, en un ejercicio que no deja de ser una traslación de lo que viven en casa con unos padres ausentes o que dan pocas muestras de cariño. Por otro lado, en mostrar a esa Hong Kong de contrastes con más pobreza de la que parece con jóvenes que parecen haber sido expulsados del sistema y dejados a su suerte. También es interesante el elemento policial de la película, tomando partido éstos en la investigación del suicidio de la compañera de clase de Nian para luego aumentar su presencia tras imponer Nian denuncias a su acoso. Siguiendo con el tono agrio del film, también se nos muestra a una policía incapaz de poder tomar cartas en el asunto debido a la ambigüedad legal dificultando, además, la capacidad de indagar en la mente de estos adolescentes. Finalmente, Nian y Xiao, incapaces de confiar en el sistema, se inventarán una manera de solucionar el problema en el que se encuentran por sí mismos.

La compañera de clase de Nian se suicida.

Nian es acosada en su día a día.

Pero una noche conoce a Xiao quien comenzará a protegerla.

La relación entre los dos jóvenes se estrecha cada vez más, pero no todo será tan fácil.

Better Days está dirigida por Derek Tsang, quien primero fue un actor de prolífica carrera con films como Adult Video (2005), Dream Home (2010) o The Brink (2017) para combinarlo con la dirección tras una ópera prima como Lover's Discourse (2010). Zhou Dongyu está excelente como Chen Nian. La actriz se está labrando una muy interesante carrera desde que Zhang Yimou la descubrió para Amor bajo el espino blanco (2010), apareciendo en trabajos tan recomendables como Nosotros y ellos (2018) o Soul Mate (2016), también de Derek Tsang. El aspecto tan juvenil y virginal de Dongyu permite encajar a su personaje de 17 o 18 años sin notar que la actriz tenga en realidad unos 27 años. Jackson Yee interpreta eficientemente a Xiao Bei. La pareja encabeza un reparto con numerosas caras adolescentes e impolutas con otras más maduras como Fang Yin (Operation Red Sea) o veteranos como Jue Huang (Largo viaje hacia la noche).

Así, Better Days (2019) quiere dar visibilidad (como se puede ver en sus créditos finales de manera más explícita) a la grave problemática del acoso escolar con un conjunto epatante, de infarto y de tono duro. Un conjunto visualmente intachable y de un ritmo muy equilibrado a lo largo del mismo. Si bien, encontré su tramo final algo apresurado y no del todo bien cerrado quedando algunas cuestiones en el aire. Pese a esto y sus excesos dramáticos, Better Days es una muy notable obra, a tener en cuenta por su crónica social del momento a la vez de por su nivel cinematográfico. Acabó siendo la representante de Hong Kong en los Oscars 2020 para el premio a "Mejor película de habla no inglesa", aunque no entró en la selección final.

miércoles, 16 de junio de 2021

HANUMAN VS 7 ULTRAMAN (1974)



El personaje de Ultraman no solamente se quedó para la televisión sino que protagonizó varios largometrajes para cine en los años 70 y 80. De films que simplemente recopilaban episodios a proyectos como Ultraman Story (1984), que introducía escenas nuevas de entre un greatests hits de los mejores momentos de la franquicia hasta el momento. Aunque el personaje aparecería en varias producciones tailandesas y de resultados pintorescos. 

El verdadero protagonista de esta historia es Sompote Saengduenchai, fundador de la Chaiyo Productions y responsable de los mayores éxitos de la historia de Tailandia con films en su mayoría de fantasía y monstruos como Cocodrilo (1981), Krai Thong (1980) o Twelve sisters (1981). Sompote, que siempre quiso dedicarse al cine, acabó estudiando en la Krungthep Technical College y tras realizar un film propagandístico a petición del gobierno tailandés recibió una beca de dos años para trabajar en la mismísima Toho. Allí colaboró con pesos pesados del estudio como Akira Kurosawa o Eiji Tsuburaya con quien estuvo trabajando en la elaboración de diversos efectos especiales para películas kaiju o en los inicios de la producción de Ultraman. Con los deberes aprendidos, Sompote vuelve a Tailandia y realiza Tah Tien (1973), delirante cinta llena de elementos de humor y un tramo final heredero del cine de monstruos japoneses como Daimajin (1966), debidamente mezclado con las leyendas tradicionales de Tailandia con dos estatuas gigantes causando el pánico en Bangkok. El film supuso un gran éxito en el país lo que dio la idea a Sompote de mezclar personajes procedentes de la Tsuburaya Productions con el folklore tailandés. Tras conseguir cerrar un acuerdo con la productora japonesa, Sompote realiza Jumborg Ace & Giant (1974), donde junta al héroe robótico de Tsuburaya con la estatua desmesurada vista en Tah Tien. La siguiente víctima de Sompote fue nuestro Ultraman. 

En Hanuman vs 7 Ultra Brothers (1974) se volvía a insistir en mezclar a personajes nipones con la imaginería tradicional tailandesa, esta vez, enfocada en el dios mono Hanuman, deidad de origen hindú. 

El film da comienzo con un grupo de niños bailando frente a un templo. El sol cada vez está más cerca y el calor está provocando graves sequías en la zona por lo que esperan que sus bailes calmen a los dioses y las lluvias lleguen. De repente, 3 rufianes, se adentran en el templo y roban la cabeza de una estatua de Buda. El cabecilla del grupo de niños, el valiente Koh, se enfrenta a los malvados pero tras ser golpeado y pateado con crueldad, es disparado a bocajarro. ¡Malvados! Este crimen es visto desde los cielos por la Ultrafamily, quienes recogen el cuerpo de Koh y lo devuelven a la vida convertido en el dios Hanuman, quien se encargará de vengar la muerte del infante. A todo esto, paralelamente en una base militar, un científico, el doctor Wisut, quiere probar un experimento para hacer que llueva de nuevo lanzando una serie de cohetes al cielo. El invento sale mal, provocando una enorme explosión en cadena que provoca la aparición desde las profundidades de la Tierra de, no uno, ni dos, sino de cinco monstruos gigantescos. Frente a la imposibilidad de que Hanuman pueda contra los cinco, los Ultra Brothers (Ultraman, Ultraman Jack, Zoffy, Taro, Ace y Seven) bajarán a la Tierra a echarle una mano.

Hanuman vs 7 Ultra Brothers
es un subproducto de muy limitados valores artísticos pero que no obstante tiene claro a lo que va sin disimular su carácter exploit del tokusatsu japonés mirando sin tapujos al disfrute del público infantil con una presencia casi constante de los héroes gigantes de la función. Sompote no pierde la oportunidad de insertar momentos sanguinolentos y sádicos que no casan en una producción de este estilo. Koh, el niño protagonista y que luego acabará convirtiéndose en Hanuman, recibe una tunda de golpes y patadas varias por el trío de ladrones del film acabando por recibir varios balazos en la cara. La venganza de Hanuman a la muerte del infante, y que supone la mejor escena de la película, presenta al dios mono pisoteando a los rufianes y atrapando a uno de ellos entre sus manos haciendo estallar de entre sus dedos una cascada de sangre. En otro momento, uno de los monstruos enemigos es despellejado hasta quedarse, literalmente, en los huesos.
Un grupo de niños dan la turra mientras bailan y cantan frente a un templo.

Unos malvados rufianes se cargan a tiros a uno de ellos.

La familia Ultraman revive al niño convirtiéndolo en el dios mono Hanuman.

Hanuman aplasta a los rufianes pero se enfrentará a una amenaza monstruosa.

Los Ultra Brothers echarán una mano a Hanuman.

El film supone todo un caos narrativo ya que intenta contar tantas tramas como sea posible. A la trama de los niños bailarines se le suma la del mad doctor. Por otro lado, somos abordados en varios momentos por unas presuntas secuencias cómicas protagonizadas por una pareja de pilotos (nos cuentan que son los mejores de su promoción) haciendo monerías y caídas de una visión estomagante y de vergüenza ajena. Los efectos especiales del film son muy pobretones con escenarios paupérrimos y batallas sonrojantes con los monstruos (venidos de series como Mirrorman o Ultraman Taro) actuando como niños pequeños. De vergüenza son esos momentos de Hanuman bailando cada dos por tres o hablando con los Ultra brothers durante la batalla. Lo peor de todo es que la representación de sus voces están desprovistas de cualquier sensación de enormidad pareciendo una conversación entre caballeros en medio de una calle. Pese a lo que comentamos, el film fue toda una superproducción dentro de los márgenes tailandeses de la época aunque el resultado en pantalla es bastante "Z".

Hanuman vs 7 Ultra Brothers es un film terrible a nivel artístico no exento de diversión muy casposa, pero sus 107 minutos le pesan como una losa llenando gran parte del metraje (hasta que llegan los monstruos) de un despliegue de gags cómicos estomagantes, bailes interminables, cháchara y lloriqueos. Aún siendo sus efectos especiales muy dudosos, no obstante ofrecen algunos momentos aislados destacables como la primera aparición de Hanuman, algunas maquetas vistosas o ciertos momentos de la batalla final con Gomora (el enemigo más recordado de la primera Ultraman) protagonizando un momento alucinante y absolutamente alucinógeno con el monstruo causando tsunamis con la mente (momentos extraídos vía stock footage de The Return of Ultraman) en un montaje de luces y formas de colores que seguramente causó algún ataque epiléptico en su estreno. 

Aún a pesar de las limitaciones de la película, esto no evitó que fuera todo un éxito de público en su país de origen acabando por estrenarse por media Asia y ayudando a consolidar a la franquicia "Ultraman" en territorios como Tailandia o Malasia.

Pero, la vida de la película no acaba aquí. Es entonces cuando empieza la locura de los montajes y remontajes. Su estreno en Japón fue algo tardío, llegando en 1979, con un montaje algo alterado de 90 minutos y llevando por título The 6 Ultra brothers vs The Monster Army. Pero antes de llegar a Japón, fue comprada por la todopoderosa Shaw Brothers con la intención de exportarla a Hong Kong y Taiwan. Así, en 1975 llegó a Hong Kong, Hanuman and the Seven Ultramen, en una versión con un metraje reducido que provenía de una versión sin editar de la película apareciendo en la imagen diversas marcas de edición o códigos de tiempo.
Otro montaje más. Hanuman vs 11 Ultraman (1984).

Space Warriors 2000 (1985).
Lo más marciano realizado con Ultraman.
La Chaiyo Productions insistió en seguir sacando rédito de la película y en 1984 realizó un nuevo remontaje. Hanuman vs 11 Ultraman toma hasta 40 minutos de films como Ultraman Zoffy: Ultra Warrios vs The Giant Monster Army (1984) y Ultraman Story (1984), que ya de por si estaban basadas casi enteramente de material reciclado.  Lo mejor es que este nuevo montaje fue realizado sin el consentimiento de la Tsuburaya Productions.

Pero fue desde Estados Unidos donde se realizaría el remontaje más surrealista de todos. En Space Warrios 2000 (1985), el productor (y socio de Sompote) Dick Randall pensó que seria una buena idea realizar una nueva versión de Hanuman vs 11 Ultraman rodando nuevas escenas con actores americanos e introduciendo a la historia un marcado tono cómico. La historia de un niño y el muñeco de Ultraman que su padre le regala se mezcla con escenas recicladas por doquier de Hanuman vs 11 Ultraman siendo cambiadas de orden respecto a la original, banda sonora de stock además de un doblaje al inglés absolutamente psicotrónico. El film tras unos pocos pases televisivos en 1985 desapareció tras la demanda impuesta por la Tsuburaya Productions hacia nuestro amigo Sompote.

Como apunte final, las fechorías de Sompote Saengduenchai no afectaron únicamente a la Tsuburaya. Toei también fue víctima del tailandés apropiándose éste, sin permiso, de los personajes de Kamen Rider en la marciana Hanuman and the Five Riders (1974). Un despropósito que toma material de stock de la película Five Riders vs King Dark (1974) y de la serie Kamen Rider X junto a una trama sin pies ni cabeza con múltiples batallas, el retorno de Hanuman, chicas desnudas siendo ajusticiadas en el infierno, decapitaciones y unos Kamen Rider de Hacendado. Algo alucinante.

PARÁSITOS (2019)


Que se puede añadir a estas alturas a una película de la que se ha oído tanto hablar en el último año como Parásitos (2019). La última película, hasta el momento, de Bong Joon-Ho consiguió lo inimaginable. Tras despegar con éxito al ganar la prestigiosa "Palma de oro" del "Festival de Cannes", el film arrasó, imparable, con todos los premios habidos y por haber. La noche del 9 de febrero de 2020, en la "92a edición de los Oscar", los fans del cine asiático en general y del coreano en particular nos saltaron lágrimas en los ojos al ver como la obra de Joon-Ho se llevaba, para sorpresa de todo el mundo, hasta cuatro estatuillas: "Mejor película de habla no inglesa", "Mejor guión", "Mejor director" y "Mejor película". Un triunfo absoluto, que encima coincidía con la conmemoración del primer centenario del cine coreano, en un año donde la competencia era dura con películas como El irlandés de Martin Scorsese, Érase una vez en Hollywood de Quentin Tarantino o Joker.

Parásitos (2019) supone una culminación, celebración y depuración del estilo tan personal que Bong Joon-Ho lleva realizando desde finales de los 90. Una forma de hacer cine que ya apuntaba maneras desde sus inicios con la cínica y negra comedia Perro ladrador, poco mordedor (2000) y que acabaría explotando en la excelente Memories of Murder (2003) o la monstruosa The Host (2006). Cintas en las que se acudían a géneros mal llamados populares, el thriller y el Kaiju Eiga, en este caso, pero que al pasar por el filtro de Joon-Ho eran convertidos en otra cosa, igual de estimulante, despojándolos de tópicos, llevándolo por caminos novedosos y ganando en comentario social y crítico. La carrera de Bong Joon-Ho es una de las más coherentes y estimulantes del cine reciente. Mother (2008) suponía un regreso al thriller y Snowpiercer (2013) una, a ratos, apasionante ciencia ficción con herencia de cómic europeo y que ya lo juntaba con grandes nombres occidentales como Ed Harris o Tilda Swinton, la cual repitió con el director con la muy notable Okja (2017).

Parásitos es su regreso, tras 11 años, a un equipo enteramente coreano con una producción que, de nuevo, apunta a la crónica social como son las claras diferencias entre clases económicas. Una problemática que, aunque podamos pensar que es algo más perteneciente a épocas pasadas, (recordemos en la Edad Medieval, la disposición de un poblado, con el castillo del todopoderoso rey destacando en el centro del mismo y por encima) es una realidad actual y, a mi parecer, inmovilista. Y más en estas épocas de crisis económica donde parece separar cada vez más la línea entre ricos y pobres. 

En el film seguimos a los Park, una familia con bastantes problemas económicos y sin trabajo. Cuando su hijo mayor, Gi Woo, empieza a dar clases particulares en casa de la adinerada familia Kim, los Park, poco a poco comenzarán a introducirse en la vida de los Kim.

Parásitos es una muestra impecable y explosiva de la capacidad de Bong Joon-Ho para enganchar al espectador en un empaque de lujo y de carácter comercial pero que evoca al Buñuel más social, el humor negro y los giros de guión de Alfred Hitchcock o el Kurosawa de El infierno del odio (1963). La trama de la película y como ésta se va desarrollando con imprevisibles resultados es uno de sus puntos fuertes cabalgando en una amalgama de géneros que inicialmente la llevan a la comedia subversiva hasta dar un vuelco hacia el puro drama o incluso el horror sin abandonar ciertos gags de comedia absurda pero deliciosa. Unos saltos de género, por otro lado, bastante corriente en el cine de Joon-Ho. Como también plasmaba a la perfección Charles Chaplin, la realidad de nuestras vidas cabalga por la comedia y el drama de un segundo a otro, algo que parece haber tomado nota el director surcoreano.

La familia Park pasa por graves problemas monetarios.

Gi Woo consigue ser profesor de refuerzo de la hija de los millonarios Kim.

Poco a poco, la familia Park empieza a introducirse en el hogar de los Kim.

Pero las cosas darán un vuelvo inesperado.

Uno de los aspectos más interesantes del film es su coherencia entre fondo y forma. La casa de los Park representa la podredumbre en la que viven, estando ellos en un piso que ya directamente está bajo tierra. No son más que unas ratas o unos insectos. Esos maravillosos momentos de los personajes subiendo cuestas y escaleras hasta llegar a la impresionante mansión de los Kim (un decorado construido desde cero), sirven de total contrapunto a ese mundo intocable y al cual parecen no pertenecer, pero sueñan con ello. Esa traslación literal y muy visual de esos pasos por los diferentes mundos de los personajes es llevado a sus últimas consecuencias en la excelente secuencia de la lluvia donde el barrio pobre es inundado, con la familia Park corriendo por las calles como esos ratones que acaban de escapar de la gran mansión de los Kim, los cuales, en su posición, no les afecta la terrible tormenta. Dicha coherencia entre fondo y forma también se ejemplifica en la milimétrica elección de los planos y la edición tendiendo a movimientos de cámara que van de arriba a abajo y viceversa. El inicio y final del film es cíclico en ese sentido.

Respecto a la dicotomía rico/pobre, es inteligente la película en no juzgar a sus personajes, ya que se podría haber caído en la crítica fácil ("que malos son los ricos"), evitándolo y mostrándolos más como una serie de personas que simplemente viven en su propio mundo y están ajenas a lo que está ocurriendo más allá de sus cuatro paredes. Como curiosidad, el germen de la película está basada en una experiencia del propio Bong Joon-Ho, el cual en una ocasión, siendo joven, fue profesor particular del hijo de una familia adinerada.


Parásitos funciona como un reloj suizo, no solamente gracias a una dirección prodigiosa y de una matemática edición sino también por la excepcional elección de sus actores. Song Kan-Ho no necesita presentación ya que es, tal vez, mi actor coreano preferido y uno de los mejores actores a nivel mundial de estos últimos 20 años (ya ha colaborado con Joon-Ho en buena parte de su filmografía) pero le acompañan Lee Sun Kyun (A Hard Day) y Cho Yeo--Jeong (La concubina) quienes interpretan al matrimonio de clase alta, los Kim. Particularmente me han supuesto todo un descubrimiento Park So-Dam (The Priests) y Choi Woo-Sik (Train to Busan), actores de sobrada filmografía aún a pesar de su juventud pero que particularmente aquí brillan interpretando a los hijos de la familia Park.

Aún a pesar de lo maravilloso y bien orquestado de la propuesta si que encuentro que su final tiende a una sobre explicación algo innecesaria o una chocante entrega al derramamiento de sangre en su clímax y que son todo un contraste aunque, éstos, son elementos nimios y que son por intentar sacarle algo negativo a esta joya.

El éxito de Parásitos (2019) ha demostrado al público más mainstream que, tal vez, deberían fijar su mirada cinematográfica hacia otros lugares del planeta más allá de EEUU, para encontrar así propuestas diferentes, originales y que son capaces de trastocar los cimientos del cine. 

Una nueva obra maestra de un director irrepetible y muy personal. Aún sintiendo que, tal vez, su mejor trabajo es Memories of Murder (2003), Parásitos es un disfrute de principio a fin por su perfección técnica y actoral, su capacidad para agarrar al espectador y moverlo de un lado a otro por la comedia excéntrica, el drama o la violencia súbita mezclado con un más que enriquecedor comentario social lleno de detalles con mucha miga (ese olor de la pobreza que repugna al señor Kim) y que se va tornando más agria a medida que avanza.

En 2020, Bong Joon-Ho preparó una versión en blanco y negro de la película, según él, más allá de su amor por el formato, para así, recalcar más, visualmente, las diferencias de clase social de los personajes.

viernes, 11 de junio de 2021

MATANGO (1963)


Las bombas atómicas caídas en Hiroshima y Nagasaki en 1945 marcaron para siempre a la sociedad japonesa y eso se vio reflejado en mucho de su cine, especialmente en la ciencia ficción, donde el temor atómico es frecuentemente tratado. Japón bajo el terror del monstruo (1954) fue una de las primeras en tratar con valentía y seriedad las caídas de las bombas atómicas, utilizando el terror, la destrucción y el sufrimiento del ciudadano japonés para representarlo en un monstruo gigante de forma catártica para el espectador nipón de la época. El film, estuvo dirigido por el gran Ishiro Honda, quien, a pesar de realizar durante los siguientes años películas que se enmarcaban en una gran variedad de géneros como el romance, el drama adolescente, la comedia o el musical, acabó siendo encasillado por la Toho en el género de la ciencia ficción. Es en esta primera etapa de Honda, donde el director despuntó con proyectos muy personales y que seguían bebiendo del trauma atómico y la postguerra. De la tragedia monstruosa de Los hijos del volcán (1956), a la destrucción del cuerpo debido a la radiación la cual proponía The H-Man (1958) a cintas mucho más ligeras sobre invasiones extraterrestres pero divertidísimas como The Mysterians (1957) o Battle from outer space (1959). Si bien, se suele enmarcar a una trilogía de películas con las que Honda quiso adentrarse en una ciencia ficción adulta y cercana al horror que la diferencia de muchos de sus otros trabajos. Esta trilogía la formarían la mencionada The H-Man, junto a la discreta The Human Vapor (1960) y el film que hoy nos ocupa: Matango (1963).

La historia de la película sigue a un variopinto grupo de japoneses de excursión en un velero. En plena tormenta nocturna naufragan y llegan arrastrados por la corriente a una isla perdida donde no hay comida, ni agua potable, solamente una especie de hongos los cuales están por toda la isla.

Pruebas de maquillaje
Matango (1963) es, sin duda, toda una pequeña joya del cine de horror japonés de la época y una de las muestras más destacables de la filmografía de Ishiro Honda. El film destaca por ofrecer una ambientación sencillamente maravillosa y atmosférica llena de elementos que ayudan a aumentar cierta incomodidad o inquietud como es esa bruma incesante, una isla perdida en medio del océano donde por no haber nada no hay ni alimento, un barco varado en la playa o esas extrañas criaturas que apenas se vislumbran de entre la jungla. Se opta por un desarrollo que, para el aficionado al horror más efectista, será de difícil calado ya que Matango huye del terror de sustos y sobresaltos para cimentar el miedo en base a la atmósfera y el suspense. 

Más allá del contenido de la trama ésta ofrece elementos subyacentes ya habituales en el cine de Honda, que la enriquecen y que apuntan de nuevo al trauma atómico. El guión viene firmado por Takeshi Kimura (a partir de la adaptación que realizaron Shinichi Hoshi y Masami Fukushima de la historia "The Voice in the Night" de William Hope Hodgson), el cual se encargaba de estas producciones de Honda de tono más oscuro, alegórico y social. Una de las obsesiones de Kimura eran las consecuencias que podría provocar en nuestro cuerpo la radiación atómica. Matango da un paso más allá siendo el elemento maligno unos "hongos" que al ser consumidos, no solamente provocan una fuerte adicción, sino que produce que te conviertas en un hongo de proporciones humanas. Al respecto, no hay más que ver las prótesis de maquillaje de los afectados por los hongos y que apuntan claramente a los efectos de la radiactividad. Es de agradecer que la presencia de los "champiñones humanos" se oculte hasta el final. Una decisión quizás motivada por las limitaciones presupuestarias pero que ayudan a crecer tu interés por el misterio de estas criaturas y las cuales protagonizan un momento final que, pese a lo involuntariamente cómico de su aspecto, funciona más que bien. El film muestra un mensaje muy pesimista y trágico, nada habitual en otras coetáneas americanas de la época, mostrando a una sociedad egoísta y donde se comen el uno al otro. Una sensación acrecentada por ese final nada feliz con el personaje de Akira Kubo mirando hacia la moderna Tokyo, la verdadera jungla y deseando haberse quedado en la isla junto a sus compañeros, convertido él también en un hongo.
Un grupo variopinto de vacaciones en barco.

Tras una tormenta naufragan y llegan a una isla misteriosa.

Una isla donde no hay ni personas ni alimento. Solo unas extrañas setas...

Pronto, las tensiones empiezan a aflorar.

Y la adicción a los hongos provocará insospechadas consecuencias.

Hideyo Amamoto con mala cara
Otro de los puntos fuertes de Matango es su reparto ya que aquí aparecen prácticamente el "dream team" del cine Kaiju clásico. Desde la habitualmente fotogénica Kumi Mizuno (Los monstruos invaden la Tierra), Akira Kubo (El hijo de Godzilla, Invasión extraterrestre), Hiroshi Koizumi (Mothra), Kenji Sahara (Los hijos del volcán, Ultra Q), Yoshio Tsuchiya (Frankenstein conquers the world) o Miki Yashiro (Godzilla contra los monstruos). Los personajes que interpretan se componen de profesores, escritores, cantantes o empresarios los cuales forman un abanico que representa tanto la nueva sociedad japonesa de postguerra como un fresco de los comportamientos humanos y como éstos cambian en momentos límite. En este sentido, las intenciones de Honda eran poder explotar más el componente social y crítico inherente de la historia. El director se inspiró tras leer una noticia en la que relataba cómo unos niños ricos robaron el yate del padre de uno de ellos y que después tuvieron que ser rescatados. En palabras de Honda "ese fue un momento en el que todo se americanizó y ciertas personas querían llevar una vida moderna. Habían nuevos ricos que mandaban a sus hijos a colegios montados en coches extranjeros. Intentamos mostrar ese contenido de fondo a la película". Éste fue el primer film de Honda después de una larga temporada de parón. Al respecto, el actor Yoshio Tsuchiya recuerda al director verdaderamente entusiasmado con Matango. Kenji Sahara se metió mucho en el papel y se preparó a conciencia para retratar el carácter duro y violento de su personaje. Honda le sugirió que se cubriera los dientes de negro para retratar mejor dicha imagen pero Sahara llegó más lejos y fue directamente al dentista a que le quitaran un diente.

Ishiro Honda en faena.
Matango (1963) es una fantástica película que explora el horror desde una perspectiva puramente atmosférica hecho que tal vez ahora le juegue en contra pero no hay que negarle su excelente capacidad para crear inquietud creciente en base a unos elementos que la acercan al pulp con islas misteriosas, barcos perdidos y criaturas extrañas. Un conjunto que desemboca en un final excelente con los personajes sucumbidos a sus instintos más primarios, volviendo a una especie de estado embrionario y fusionados de nuevo con la naturaleza. Un conjunto que se eleva gracias a un subtexto bastante más pesimista y agrio de lo que se presupone en una cinta de estas características.

Curiosidades. Se rodó otro final para Matango en donde Akira Kubo mostraba su rostro siendo éste totalmente normal dando a esta conclusión un aspecto más ambiguo que el final original que vemos en la película. Haruo Nakajima (el hombre bajo el disfraz de Godzilla) interpreta a uno de los hombres seta mientras que Hideyo Amamoto (el mítico Doctor Who de King Kong escapa) también hace acto de aparición como ese hombre ya medio convertido en seta y que les pega un buen susto a los protagonistas dentro del barco. El film a punto estuvo de no estrenarse debido al terrorífico maquillaje de los hombres seta y que eran muy reminiscentes de los afectados por la radiación de la bomba atómica.

miércoles, 2 de junio de 2021

RETURN OF ULTRAMAN (1971)



Mientras Ultraseven (1967) aparecía todas las semanas en las televisiones niponas, Eiji Tsuburaya se embarcó en un proyecto el cual le tenía muchas ganas como fue Mighty Jack (1968). Una serie sin criaturas gigantes ni monstruos extraterrestres y que se centraba exclusivamente en el drama de ciencia ficción y las tramas de espionaje. Desgraciadamente, la serie no consiguió calar entre la audiencia y finalizó tras 13 episodios. Poco después, la Tsuburaya Productions realizó Operation: Mystery! (1968), una serie que también esquivaba las criaturas gigantes estando fuertemente influenciada por las antologías de terror. Pese a todo, la productora tendría que enfrentarse a una pérdida inesperada. El 25 de enero de 1970, el mago de los efectos especiales Eiji Tsuburaya, creador incansable de mundos fantásticos y criaturas legendarias fallecería a la edad de 68 años a causa de un infarto agudo de miocardio. Saltaron las alarmas en la productora. El hijo de Tsuburaya, Hajime, ya había tomado los mandos de la dirección del estudio cuando su padre cayó enfermo pero ahora las amenazas de cierre y la crisis económica se cernían sobre él. 

Ultra Fight (1970)
Pese al éxito de las Ultra Series el estudio no es que fuera muy holgado económicamente hablando y seguían dependiendo en gran medida de los proyectos cinematográficos que Toho les ofrecía. Eiji tenía todo el respeto de los grandes jefazos de Toho pero no así con su hijo. Para ellos, la Tsuburaya Productions estaba acabada. Frente al aviso de cierre de persiana necesitaban a Ultraman de nuevo. 

Lo primero que ideó la productora fue sacar un producto barato y que sirviera tanto como alivio económico como para dar tiempo a la creación de una serie más ambiciosa. Ultra Fight (1970) se valió de stock footage de Ultraman y Ultraseven además de nuevo material grabado en espacios al aire libre como en campos o montañas, sin efectos especiales y con trajes reutilizados. Fueron 196 episodios de una duración aproximada de unos 5 minutos y que se emitieron entre septiembre de 1970 y septiembre de 1971. Pese a las reticencias de Hajime de que esto fuera a funcionar, la serie fue todo un éxito de audiencia y sirvió para poner de nuevo en boca de todos el nombre de Ultraman.

Para la creación de la nueva Ultra serie, el equipo se valió de una de las ideas que había dejado Eiji Tsuburaya sobre la realización de una secuela directa de la Ultraman original. Tras diversos cambios en el guión y un rediseño del Ultra héroe tras la insistencia de las empresas jugueteras de no vender el mismo muñeco que el Ultraman de 1966 (el disfraz se diferencia en el dibujo de las zonas rojas del traje y unas pequeñas variaciones en la cabeza), Return of Ultraman estaba lista. Aunque los fans se referirán al héroe como New Ultraman, no fue hasta 1984, con la película Ultraman Zoffy: Ultra Warriors vs The Giant Monster Army, que fue bautizado como "Ultraman Jack".

La serie sigue los avatares de MAT (Monster Attack Team) en su lucha contra monstruos de todo tipo. En el ataque de una criatura gigante, Hideki Go, mecánico y aficionado a las carreras de coches, sacrifica su vida para salvar a un niño. Un nuevo Ultraman se sentirá emocionado frente a la valentía del joven y le devolverá la vida fusionándose con él para así luchar contra el mal en la Tierra. Go se unirá a MAT y aprenderá el duro camino de convertirse en un héroe.

1x21 The Monster Channel
Return of Ultraman
(1971) es la historia de una batalla. La confirmación de un estilo. Dar un puñetazo en la mesa a pesar de las dificultades. Frente a la total indiferencia, desconfianza y menosprecio hacia la Tsuburaya Productions, ellos se impusieron y ganaron. El regreso del superhéroe gigante favorito de todo el mundo fue un éxito arrollador en Japón y propició la aparición de una segunda ola de films Kaiju Eiga además de una explosión de multitud de productos tokusatsu

La serie se emitió entre el 2 de abril de 1971 y el 31 de marzo de 1972 con 51 episodios e incide en el tono más maduro y dramático siguiendo tanto la estela de Ultraseven como de las series de ciencia ficción americanas de la época y que tenían enganchado a un público más adulto. Sorprendentemente éste era el target de público más amplio que tenían las Ultra Series en ese momento. 

Tras Tetsuo Kinjo (Ultraseven), su amigo Shozo Uehara (también de Okinawa) recoge el testigo y se encarga de la mayor parte del grueso de guiones de la serie optando por abordar "el realismo" y llenando sus historias de referencias a la sociedad del momento respecto a las minorías, la inocencia de los monstruos gigantes, las ansias de guerra y destrucción de los dirigentes japoneses o la crítica social. Una óptica que sin duda bebe de sus orígenes okiwanenses, una etnia que sufrió la xenofobia del pueblo japonés.

El súper equipo MAT contra el mal.
La serie ofrece varias novedades a destacar. Frente a la contextualización en un futuro cercano de las dos series anteriores, Return of Ultraman pasa a estar ambientada en el presente, es decir, en 1971. También se decide explorar la vida social del héroe, mostrando como es la vida de Go fuera de MAT y aportando personajes como su novia Aki (Rumi Sakakibara), su mentor Ken Sakata (Shin Kishida quien lo veremos en Cibergodzilla, máquina de destrucción) o su hermano pequeño Jiro (Hideki Kawaguchi). Un aspecto bien interesante y que lo diferencia del inmovilismo de héroes anteriores ayudando a darle unas pocas capas de profundidad más. 

De hecho si algo destaca Return of Ultraman es por presentar a un héroe que no es la perfección andante que eran Hayata o Dan Moroboshi. Go es una persona patosa y que comete errores que pondrán en peligro las vidas de los demás pero él no cejará en su empeño de superarse, hacer lo correcto y aprender a convertirse en un héroe digno. Go, al fusionarse con Ultraman, adquirirá diversas habilidades como una gran agilidad, capacidades marciales o un sexto sentido que le avisará de la llegada de un monstruo. Go no necesitará ningún objeto para transformarse, llegando Ultraman cuando la situación lo requiera. Aunque no siempre es así, no apareciendo éste en situaciones innecesarias.

Hideki Go, el nuevo héroe.
Go está interpretado por Jiro Dan quien también aparece en otra serie similar como Espectroman (1971). El resto del equipo de MAT pierde en comparación a los súper equipos especiales de las anteriores series ya que se profundiza muy poco en ellos. Podemos destacar a Minami (Shunsuke Ikeda), quien acaba forjando una fuerte amistad con Go y se nos dan pinceladas sobre su pasado en el que pasó una infancia en el que sufrió acoso escolar. El tono rancio y conservador regresa de nuevo ya que la fémina de MAT, Oka (Mika Katsuragi), apenas se le da ninguna importancia relegándola a simple telefonista. En las ocasiones en las que lucha en el campo de batalla, ésta suele fallar o quedarse en retaguardia. Algo así se repite con Aki, la novia de Go, un personaje que prometía mucho y se acaba por no profundizar desapareciendo en largos tramos de la serie para luego regresar como si no hubiera pasado nada. Igualmente esta dejadez general en los personajes es algo, por otro lado, bastante sistemático de cómo se hacían las series en la época.

1x05 Two giant monsters attack Tokyo

1x18, Here comes Ultraseven!
Podemos destacar numerosos episodios del primer tramo de la serie, desde el "non stop action" del primer episodio, All Monsters Attack, el cual está dirigido por Ishiro Honda (hasta 4 episodios dirige el maestro Honda incluyendo el episodio final), o la dúpla de episodios 1x05 y 06 Two giant monsters attack Tokyo/ Battle! The monsters vs MAT, con Go siendo expulsado de MAT, con su novia Aki al borde de la muerte, una doble amenaza monstruosa y una dramática batalla frente a un bucólico atardecer. La guinda a estos dos capítulos la ponen las numerosas referencias al bombardeo de Hiroshima con los dirigentes gubernamentales planteando la posibilidad de hacer caer una bomba atómica en Tokyo para acabar con las bestias gigantes. Brillante.

A pesar del nivel de estos primeros episodios, donde se lograron unos potentes ratings de audiencia, pronto éstos bajaron drásticamente. En su ánimo de crear un producto adulto olvidaron totalmente a la audiencia infantil quienes se aburrían enormemente con los episodios. Una de las ventajas que sufrió la serie es que los episodios eran rodados prácticamente al día (al contrario de muchas series tokusatsu que al emitirse ya tienen prácticamente más de la mitad de la serie rodada) por lo que el equipo pudo ir haciendo variaciones a la serie según las reacciones de la audiencia mezclando episodios más oscuros y adultos con otros más ligeros y que miraban directamente a los niños. 

The Return of Ultraman presenta la vida social
del héroe como novedad.
Esta "improvisación" funcionó a las mil maravillas y empezaron a introducir ideas que engancharon a la audiencia. Una de estas ideas fue plantar la semilla de que todas las Ultra series forman parte de un universo compartido como demuestran las fugaces apariciones de Ultraseven en 1x18 Here comes Ultraseven! Un aspecto que se explotará en el futuro de la franquicia. En dicho episodio, Ultraseven hace entrega a Ultraman (Jack) del Ultra Bracelet, un arma que le servirá para derrotar a los enemigos más poderosos y que proporciona los mejores momentos en los combates con el héroe despedazando a sus enemigos. 

Otro movimiento que ayudó al empuje de la serie fue cambiar al actor que interpretaba al capitán de MAT, quien inicialmente era Nobuo Tsukamoto y que por problemas de agenda tuvo que abandonar la serie en el 1x22 Leave this Monster to Me, siendo sustituido por un actor de sobrada reputación e inédito en una serie de estas características como fue Jun Negami. La llegada de Negami dio cierto caché y atrajo a un buen número de nuevos espectadores. Estos movimientos consiguieron que medio Japón quedara enganchado a la serie alcanzando unos ratings de audiencia espectaculares, especialmente en el tramo que comprendía los episodios 31 y 38, conocidos como los "Autumn Masterpiece Series" por el nivel de calidad y adicción que provocaron. 

Ayudada por los guiones de Uehara, la serie aprovecha momentos en los que propone un acercamiento a la realidad y aborda temas sociales del pasado y presente de Japón. En el 1x11 Poison Gas Monster Appears, el monstruo de turno es creado a raíz de un arma japonesa creada en la II Guerra Mundial. El episodio reafirma sutilmente que el pasado imperialista nipón aún está presente en el Japón democrático como también se apunta en el hecho de que uno de los dirigentes de MAT fuera antaño un oficial del ejército en la gran guerra. El argumento, además, está basado en un hecho real ocurrido en 1969 en Okinawa cuando unos soldados americanos fueron envenenados por una fuga de gas sarín debido a una vieja arma militar japonesa.

1x28 Operation Ultra Special Attack

1x35 Cruel! Light Monster Prisma
También hay numerosos episodios donde se aprovecha para realizar críticas hacia la polución desaforada en episodios como 1x22 Leave this Monster to Me, donde el monstruo surge de un vertedero municipal o 1x28 Operation Ultra Special Attack, con una criatura de aspecto surrealista que se dedica a crear huracanes allá donde haya contaminación mortal para limpiar, así, los cielos. Un servicio benigno pero que, claro, acaba en destrucción urbana. Presentar a criaturas que son más inocentes de lo que parece pero que acaban injustamente exterminadas por MAT es otra de las tónicas habituales de la serie dejando claro que el mayor defecto de estas criaturas es su imparable enormidad. Así, en uno de los episodios más divertidos, 1x10 Dinosaur Detonation Order, un grupo de niños descubren un esqueleto de dinosaurio en unas obras que están realizando en la ciudad. Los adultos deciden destruir los huesos ya que deben continuar si o si con su trabajo devolviendo a la vida a la pobre criatura bajo el clamor y aplauso de los infantes. 

Otro de los puntos más altos de la serie es la dúpla 1x13 y 14, Terror of the Tsunami Monster Tokyo in Peril!/ Terror of the Two Giant Monsters The Great Tokyo Tornado, con una pareja de criaturas que en su camino natural para realizar su acto reproductivo causan tsunamis y huracanes a su alrededor en un muestrario de efectos especiales dignos de una producción kaiju para cines de la Toho.

1x33 The Monster Tamer and the Boy
Podría destacar varios más pero quisiera detenerme en el mencionado bloque que comprenden los episodios 31 y 38 donde se consigue una calidad altísima. El tremendamente imaginativo y extraño 1x35, Cruel! Light Monster Prisma, con una criatura de cristal que parece sacada de Evangelion. Punto y aparte merece el episodio 1x33, The Monster Tamer and the Boy. Quizás, el punto más alto de calidad con el que me he encontrado en las Ultra series (junto al final de Ultraseven). Un episodio que trata temas como la xenofobia, el racismo o el menosprecio hacia "el diferente", centrado en un niño huérfano del que empiezan a soltar rumores de que es un extraterrestre provocando el acoso y derribo de todo un barrio hacia el pobre infante. Éste vive acogido por un anciano que, si, resulta ser un extraterrestre y que solamente quiere volver a su planeta aunque su cuerpo se está descomponiendo debido a la polución de Japón. Al final, la estupidez humana (quienes acaban asesinando al anciano) acaba provocando la aparición de un monstruo gigante. Tanta dosis de realidad mostrada al público provocó el despido del guionista Shozo Uehara por parte de la TBS.

En el doble 1x37 y 38, Ultraman dies at Sunset / When the Star of Ultra Shines, una civilización alienígena se quita de en medio a los pobres Aki y Ken Sakata y dejan fuera de combate a Ultraman en unos momentos muy dramáticos para Go. Por lo visto, la fuga de la serie por parte de Rumi Sakakibara y Shin Kishida fueron por motivos ajenos a la productora pero el adiós de los actores se utilizó para uno de los momentos más trágicos de la serie.

Desgraciadamente, que perdamos a los personajes de los hermanos Sakata provoca un bajón general bastante notable y que afecta a los 12 episodios finales de la serie. Un camino contrario al visto en Ultraman y Ultraseven donde lo mejor nos lo encontrábamos en los 15 episodios finales. Return of Ultraman empieza fuerte pero, progresivamente, va bajando el nivel debiendo haber culminado, quizás, por todo lo alto en lo visto en el episodio 38. El tramo final, si bien, aún tiene sus buenos momentos como en el 1x45 Assassinate Hideki Go!, con un alienígena que ha poseído el cuerpo de una niña la cual lleva una diadema a lo Wonder Woman y quien intenta quitarse de en medio a Go. Monstruos que son una representación de la ansiedad y el estrés laboral en el interesante 1x47 The Marked Woman. O el 1x48 We’ll Take Earth!, con una criatura de aspecto bufonesco y que transmite el virus de la pereza a toda la humanidad.

Pese a tales episodios finales no se evita dejar un sabor algo agridulce a todo el conjunto. Es también en este último tramo donde se denota una gran bajada de presupuesto donde, por ejemplo, se desplazan las batallas urbanas a escenarios de campo abierto. Si hablamos del final de la serie, 1x51 The 5 Oaths of Ultra, nos encontramos con una conclusión que palidece en sentimiento épico respecto a los finales de Ultraman y Ultraseven pero que resulta un buen cierre de ciclo, destacable a nivel visual, con variadas escenas de carácter cuasi onírico en una playa y una emotiva despedida de Go, quien abandona la Tierra para ayudar a sus Ultra Brothers.

Hajime Tsuburaya (1931-1973)

Para el final de la serie, Return of Ultraman se había convertido ya en la serie más vista del año en Japón. Todos querían aparecer en algún episodio y todos querían trabajar para la Tsuburaya Productions. Hajime Tsuburaya y su equipo supieron mantener y continuar con éxito el legado de su padre. Multitud de nuevos proyectos y ofertas cayeron sobre la productora. Fue el triunfo de no ceder antes las adversidades y defender tu idea a toda costa. Todas las series tokusatsu querían tener su propio Hideki Go. Fue el ideal de héroe en esos años y en quien fijarse para el resto de series. Para la franquicia de Ultraman ésta continuó con 3 nuevas series, una por año, hasta 1975. Pero desgraciadamente, la maldición de la familia Tsuburaya continuó. Hajime Tsuburaya fallecería en febrero de 1973 de una hemorragia cerebral durante la producción de Ultraman Ace.

Return of Ultraman es puro entretenimiento. Una serie donde se logran depurar los elementos que más gustan de Ultraman en un conjunto más maduro, lleno de ideas interesantes y donde cuadran elementos como unos efectos especiales de lo más imaginativos o unos temas musicales que enfatizan a la perfección los momentos clave del episodio. Desgraciadamente, decisiones como la eliminación de ciertos personajes a los que se les había cogido cariño, tramos donde la calidad es bastante despareja, ideas suculentas que no acaban por desarrollarse del todo o la dejadez en darle cierta profundidad al equipo de MAT acaban por dejar un sabor agridulce al conjunto de episodios. Aún así, nos encontramos con un producto irresistible y que sube varios puntos de calidad a lo ya visto anteriormente en la franquicia.

1x51 The 5 Oaths of Ultra