CRÍTICAS PELÍCULAS

miércoles, 16 de junio de 2021

HANUMAN VS 7 ULTRAMAN (1974)



El personaje de Ultraman no solamente se quedó para la televisión sino que protagonizó varios largometrajes para cine en los años 70 y 80. De films que simplemente recopilaban episodios a proyectos como Ultraman Story (1984), que introducía escenas nuevas de entre un greatests hits de los mejores momentos de la franquicia hasta el momento. Aunque el personaje aparecería en varias producciones tailandesas y de resultados pintorescos. 

El verdadero protagonista de esta historia es Sompote Saengduenchai, fundador de la Chaiyo Productions y responsable de los mayores éxitos de la historia de Tailandia con films en su mayoría de fantasía y monstruos como Cocodrilo (1981), Krai Thong (1980) o Twelve sisters (1981). Sompote, que siempre quiso dedicarse al cine, acabó estudiando en la Krungthep Technical College y tras realizar un film propagandístico a petición del gobierno tailandés recibió una beca de dos años para trabajar en la mismísima Toho. Allí colaboró con pesos pesados del estudio como Akira Kurosawa o Eiji Tsuburaya con quien estuvo trabajando en la elaboración de diversos efectos especiales para películas kaiju o en los inicios de la producción de Ultraman. Con los deberes aprendidos, Sompote vuelve a Tailandia y realiza Tah Tien (1973), delirante cinta llena de elementos de humor y un tramo final heredero del cine de monstruos japoneses como Daimajin (1966), debidamente mezclado con las leyendas tradicionales de Tailandia con dos estatuas gigantes causando el pánico en Bangkok. El film supuso un gran éxito en el país lo que dio la idea a Sompote de mezclar personajes procedentes de la Tsuburaya Productions con el folklore tailandés. Tras conseguir cerrar un acuerdo con la productora japonesa, Sompote realiza Jumborg Ace & Giant (1974), donde junta al héroe robótico de Tsuburaya con la estatua desmesurada vista en Tah Tien. La siguiente víctima de Sompote fue nuestro Ultraman. 

En Hanuman vs 7 Ultra Brothers (1974) se volvía a insistir en mezclar a personajes nipones con la imaginería tradicional tailandesa, esta vez, enfocada en el dios mono Hanuman, deidad de origen hindú. 

El film da comienzo con un grupo de niños bailando frente a un templo. El sol cada vez está más cerca y el calor está provocando graves sequías en la zona por lo que esperan que sus bailes calmen a los dioses y las lluvias lleguen. De repente, 3 rufianes, se adentran en el templo y roban la cabeza de una estatua de Buda. El cabecilla del grupo de niños, el valiente Koh, se enfrenta a los malvados pero tras ser golpeado y pateado con crueldad, es disparado a bocajarro. ¡Malvados! Este crimen es visto desde los cielos por la Ultrafamily, quienes recogen el cuerpo de Koh y lo devuelven a la vida convertido en el dios Hanuman, quien se encargará de vengar la muerte del infante. A todo esto, paralelamente en una base militar, un científico, el doctor Wisut, quiere probar un experimento para hacer que llueva de nuevo lanzando una serie de cohetes al cielo. El invento sale mal, provocando una enorme explosión en cadena que provoca la aparición desde las profundidades de la Tierra de, no uno, ni dos, sino de cinco monstruos gigantescos. Frente a la imposibilidad de que Hanuman pueda contra los cinco, los Ultra Brothers (Ultraman, Ultraman Jack, Zoffy, Taro, Ace y Seven) bajarán a la Tierra a echarle una mano.

Hanuman vs 7 Ultra Brothers
es un subproducto de muy limitados valores artísticos pero que no obstante tiene claro a lo que va sin disimular su carácter exploit del tokusatsu japonés mirando sin tapujos al disfrute del público infantil con una presencia casi constante de los héroes gigantes de la función. Sompote no pierde la oportunidad de insertar momentos sanguinolentos y sádicos que no casan en una producción de este estilo. Koh, el niño protagonista y que luego acabará convirtiéndose en Hanuman, recibe una tunda de golpes y patadas varias por el trío de ladrones del film acabando por recibir varios balazos en la cara. La venganza de Hanuman a la muerte del infante, y que supone la mejor escena de la película, presenta al dios mono pisoteando a los rufianes y atrapando a uno de ellos entre sus manos haciendo estallar de entre sus dedos una cascada de sangre. En otro momento, uno de los monstruos enemigos es despellejado hasta quedarse, literalmente, en los huesos.
Un grupo de niños dan la turra mientras bailan y cantan frente a un templo.

Unos malvados rufianes se cargan a tiros a uno de ellos.

La familia Ultraman revive al niño convirtiéndolo en el dios mono Hanuman.

Hanuman aplasta a los rufianes pero se enfrentará a una amenaza monstruosa.

Los Ultra Brothers echarán una mano a Hanuman.

El film supone todo un caos narrativo ya que intenta contar tantas tramas como sea posible. A la trama de los niños bailarines se le suma la del mad doctor. Por otro lado, somos abordados en varios momentos por unas presuntas secuencias cómicas protagonizadas por una pareja de pilotos (nos cuentan que son los mejores de su promoción) haciendo monerías y caídas de una visión estomagante y de vergüenza ajena. Los efectos especiales del film son muy pobretones con escenarios paupérrimos y batallas sonrojantes con los monstruos (venidos de series como Mirrorman o Ultraman Taro) actuando como niños pequeños. De vergüenza son esos momentos de Hanuman bailando cada dos por tres o hablando con los Ultra brothers durante la batalla. Lo peor de todo es que la representación de sus voces están desprovistas de cualquier sensación de enormidad pareciendo una conversación entre caballeros en medio de una calle. Pese a lo que comentamos, el film fue toda una superproducción dentro de los márgenes tailandeses de la época aunque el resultado en pantalla es bastante "Z".

Hanuman vs 7 Ultra Brothers es un film terrible a nivel artístico no exento de diversión muy casposa, pero sus 107 minutos le pesan como una losa llenando gran parte del metraje (hasta que llegan los monstruos) de un despliegue de gags cómicos estomagantes, bailes interminables, cháchara y lloriqueos. Aún siendo sus efectos especiales muy dudosos, no obstante ofrecen algunos momentos aislados destacables como la primera aparición de Hanuman, algunas maquetas vistosas o ciertos momentos de la batalla final con Gomora (el enemigo más recordado de la primera Ultraman) protagonizando un momento alucinante y absolutamente alucinógeno con el monstruo causando tsunamis con la mente (momentos extraídos vía stock footage de The Return of Ultraman) en un montaje de luces y formas de colores que seguramente causó algún ataque epiléptico en su estreno. 

Aún a pesar de las limitaciones de la película, esto no evitó que fuera todo un éxito de público en su país de origen acabando por estrenarse por media Asia y ayudando a consolidar a la franquicia "Ultraman" en territorios como Tailandia o Malasia.

Pero, la vida de la película no acaba aquí. Es entonces cuando empieza la locura de los montajes y remontajes. Su estreno en Japón fue algo tardío, llegando en 1979, con un montaje algo alterado de 90 minutos y llevando por título The 6 Ultra brothers vs The Monster Army. Pero antes de llegar a Japón, fue comprada por la todopoderosa Shaw Brothers con la intención de exportarla a Hong Kong y Taiwan. Así, en 1975 llegó a Hong Kong, Hanuman and the Seven Ultramen, en una versión con un metraje reducido que provenía de una versión sin editar de la película apareciendo en la imagen diversas marcas de edición o códigos de tiempo.
Otro montaje más. Hanuman vs 11 Ultraman (1984).

Space Warriors 2000 (1985).
Lo más marciano realizado con Ultraman.
La Chaiyo Productions insistió en seguir sacando rédito de la película y en 1984 realizó un nuevo remontaje. Hanuman vs 11 Ultraman toma hasta 40 minutos de films como Ultraman Zoffy: Ultra Warrios vs The Giant Monster Army (1984) y Ultraman Story (1984), que ya de por si estaban basadas casi enteramente de material reciclado.  Lo mejor es que este nuevo montaje fue realizado sin el consentimiento de la Tsuburaya Productions.

Pero fue desde Estados Unidos donde se realizaría el remontaje más surrealista de todos. En Space Warrios 2000 (1985), el productor (y socio de Sompote) Dick Randall pensó que seria una buena idea realizar una nueva versión de Hanuman vs 11 Ultraman rodando nuevas escenas con actores americanos e introduciendo a la historia un marcado tono cómico. La historia de un niño y el muñeco de Ultraman que su padre le regala se mezcla con escenas recicladas por doquier de Hanuman vs 11 Ultraman siendo cambiadas de orden respecto a la original, banda sonora de stock además de un doblaje al inglés absolutamente psicotrónico. El film tras unos pocos pases televisivos en 1985 desapareció tras la demanda impuesta por la Tsuburaya Productions hacia nuestro amigo Sompote.

Como apunte final, las fechorías de Sompote Saengduenchai no afectaron únicamente a la Tsuburaya. Toei también fue víctima del tailandés apropiándose éste, sin permiso, de los personajes de Kamen Rider en la marciana Hanuman and the Five Riders (1974). Un despropósito que toma material de stock de la película Five Riders vs King Dark (1974) y de la serie Kamen Rider X junto a una trama sin pies ni cabeza con múltiples batallas, el retorno de Hanuman, chicas desnudas siendo ajusticiadas en el infierno, decapitaciones y unos Kamen Rider de Hacendado. Algo alucinante.

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