CRÍTICAS PELÍCULAS

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jueves, 20 de febrero de 2025

ZONE FIGHTER (1973)



La época dorada del tokusatsu, ese maravilloso subgénero televisivo protagonizado por superhéroes, se tradujo en los años 70 en toda una explosión de decenas y decenas de series que epataron las retinas de los infantes de la época. Toda la producción de Tsuburaya Productions con sus ultraseries y derivados, los henshin heroes, con Kamen Rider a la cabeza, súper escuadrones de Toei, las Baron Series... El éxito entre la audiencia estaba claro y aún faltaba alguna productora por querer apuntarse el carro y llevarse parte del pastel. Estamos hablando de la mismísima Toho, uno de los mayores y más respetados estudios cinematográficos de Japón, famoso entre el aficionado por traernos las películas de la saga Godzilla y que decidió a principios de los 70 intentar triunfar con producción televisiva centrada en el tokusatsu. ¿Les salió bien la jugada?

La producción en el género por parte de Toho, en general, estuvo marcada por un evidente tufo a exploit de las series exitosas de la época, si bien una de ellas resulta importante de comentar, aunque no precisamente por sus valores artísticos. Zone Fighter, también conocida como Meteor Human Zone, emitida a través de Nippon TV, canibaliza las claves de las ultraseries de Tsuburaya añadiendo invitados imbatibles en algunos de sus episodios como nuestro querido Godzilla.


Los hermanos Zone
La serie contó con 26 episodios emitidos entre el 2 de abril y el 24 de septiembre de 1973 y su sinopsis reza así. El malvado Garogas planea conquistar la Tierra con su ejército de bestias gigantes. Encontrará resistencia por parte de la Zone Family, llegados de un planeta llamado Peaceland, el cual fue destruido por el tal Garogas. El hijo mayor de la familia, Hikaru, tiene la capacidad de transformarse en el gigante Zone Fighter.

Zone Fighter hecha mano de todos los lugares comunes, no solo de Ultraman, sino de series similares sobre kyoday hero aunque proponiendo algún que otro cambio al respecto como que Zone Fighter, aunque solo pueda luchar en la Tierra unos minutos, podrá recargarse a mitad de la batalla con la ayuda de sus hermanos. La serie sigue a una familia alienígena que está disfrazada en nuestro planeta como una familia japonesa normal, los Sakimoris. El padre, Yoichiro, trabaja en una fábrica de juguetes y sus tres hijos, Hikaru, Hotaru y Akira tienen la capacidad de transformarse en Zone Fighter, Zone Angel y Zone Junior, respectivamente. Solo Zone Fighter puede llegar a crecer a tamaño XXL. Se tenía planeado que Zone Angel, la hija de la familia, también lo hiciera, pero la idea fue finalmente descartada. De entre el reparto, por lo general un cast joven e infantil sin mucho a comentar, destaca Shoji Nakayama, quien era el capitán de la Ultra Guard en la magnífica Ultraseven (1967) y que aquí es papá Fighter. Se introducen algunos personajes secundarios como el del misterioso Takeru Jo, el cual parece saber bastante sobre Garogas. Un personaje bastante repelente y cuya continua energía e hiperactividad me ponían nervioso.

Ep 4, Invasion! The great Garoga Army – Enter Godzilla
El rodaje y filmación de los efectos especiales de la serie comenzó en febrero de 1973, muy poco después de finalizar Gorgo y Supermán se citan en Tokyo (1973). Teruyoshi Nakano y el, por entonces, recién llegado Koichi Kawakita se encargaron de los diversos efectos de la serie con la ayuda de Yoshio Tabuchi y Shinichi Kamisawa. Su trabajo está mermado por el bajo presupuesto destinado a la serie aunque aún así hay un esmero por intentar captar momentos espectaculares a pesar de las limitaciones y en donde destacan las angulaciones o el uso de la escala para los monstruos.

Si bien, uno de los alicientes de Zone Fighter es ver a invitados estelares del kaiju pasearse por la serie. Godzilla aparece de manera ocasional en algunos episodios, 5 en total, para ayudar al héroe protagonista, siendo su primera aparición en el episodio número 4, Invasion! The great Garoga Army – Enter Godzilla. Hasta la Zone Family le ofrece al saurio radiactivo una cómoda cueva para que pueda vivir tranquilamente. Es el gran intento de Toho por adherir al saurio radiactivo a la retahíla de superhéroes televisivos de la época. También King Ghidorah y Gigan aparecen durante la serie como acólitos de Garogas. Algunos episodios estuvieron dirigidos por Ishiro Honda y Jun Fukuda, realizando 8 y 6 capítulos, respectivamente. Sobre los disfraces utilizados, como curiosidad, se rescató el disfraz original de Ghidorah para ser utilizado una última vez.

Ep 5, Shoot down King Ghidorah!
Así, Zone Fighter se hace perezosa en general recurriendo a los tópicos habituales del tokusatsu de la época aunque con un empaque algo más pobre de lo habitual. Ningún episodio resulta notable o inolvidable siendo los episodios en donde aparecen Godzilla y compañía los más distraídos del conjunto, y con diferencia. Así, el ep. 1, Destroy the Terror-Beast Missile!, es un inicio bastante atropellado y que impide seguir la trama con un mínimo de orden. Esta apertura viene dirigida por Jun Fukuda. Se recomienda especialmente el ya citado ep. 4, Invasion! The Great Garoga Army – Enter Godzilla, dirigido por el maestro Ishiro Honda, y que cuenta con un joven, amigo y amor de Hokuto, la hermana Fighter, el cual dice haber sobrevivido a la matanza de Peaceland, antiguo hogar de los héroes. ¡Pero todo es un engaño! Al ataque de unos juguetes vivientes en la casa de la Zone Family se unen 2 monstruos gigantes. La súbita aparición de Godzilla convierte el episodio y la batalla final del mismo en un must see.

Ep. 10, Annihilation! Zone Fighter!,
El doble ep. 5 y 6, ambos dirigidos por Jun Fukuda, también tienen su miga, Shoot down King Ghidorah! / Ghidorah’s countterattack!, y como rezan los títulos cuentan con la aparición del famoso dragón tricéfalo. Aquí, la creación de un artilugio que reduce la polución de la tierra provoca la furia de Garogas el cual hace enviar al querido King Ghidorah a destruirlo. Es una dúpla entretenidilla, con bastante acción, batallas y que contiene secuencias remarcables como aquel en donde Ghidorah oculta el sol o esa lucha final en Venus. Como curiosidad, Ghidorah muestra sus poderes gravitatorios, algo que solo se había visto en su filme de presentación de 1964.

El ep. 10, Annihilation! Zone Fighter!, no está mal. Presenta la aparición de una sombra que posee a Zone chupándole toda la energía. La luz hará descubrir a un monstruo de lo más estrambótico tras dicha sombra. En el pasable ep. 11, Just in Time - The Roar of Godzilla!, el malvado Garogas utiliza a Gigan para atacar a la familia Zone. Hay una subtrama de Hikaru, el héroe, que nos enseña su hobby de conductor de coches de carreras, el cual no interesa nada pero un Gigan tan cabrón como siempre y un Godzilla dispuesto a luchar hacen que el episodio valga la pena. Al final Zone se carga al pobre Gigan dramáticamente y en explosivas circunstancias.

Ep. 11, Just in Time - The Roar of Godzilla!
En el ep. 15, Submersion! Godzilla, Save Tokyo, se presenta de nuevo a Godzilla haciendo team-up con Zone Fighter para enfrentarse a un monstruo bastante duro de pelar con la intención de hacer hundir Tokio. El ep. 21, Invincible! Godzilla Charges, va un paso más allá con este Godzilla televisivo, viviendo éste en una cueva y entrenando con Zone Fighter. Entretenido capítulo si logras hacer de tripas corazón tras ver a Godzilla convertido en un súper héroe histérico, mascota de la familia Fighter. Fuera de estos episodios con invitados especiales kaiju, resulta entretenido el núm. 22, Counterattack! Defeat Super Jikiro, con Jikiro, el monstruo del primer episodio, ahora modificado y mejorado poniendo en un verdadero aprieto a Zone Fighter. Una batalla en el mar y pinceladas de romance coronan un capítulo que no está mal.

Ep. 26, Pulverize! The Garoga Gamma-X Operation
Debido a las malas audiencias de la serie ésta fue prematuramente finalizada en su ep. 26, Pulverize! The Garoga Gamma-X Operation, la cual deja su trama de fondo contra el malvado Garogas sin resolver. Dicho capítulo está planteado como un episodio más de la semana con los malvados dejando ciego a un niño para chantajear a su padre.

Zone Fighter intenta concentrar numerosos elementos de interés para el espectador de la época. Héroes gigantes, mechas, vehículos imposibles y monstruos gigantes bien conocidos por el público. Se consiguen momentos de acción, en ocasiones llenos de energía y dinamismo. El nivel técnico y artístico es competente teniendo en cuenta las limitaciones a las que se vieron sometidos el equipo de efectos especiales. Todo esto no evita encontrarse con una serie en general algo acartonada, bastante estándar y con desarrollos simplones. Jun Fukuda pareció no acabar muy contento con la experiencia ya que rechazó hablar de Zone Fighter en entrevistas.

lunes, 21 de octubre de 2024

CRÓNICAS DE SITGES 2024 (1/4)

Por quinto año consecutivo, Oriental Paradiso ha sido acreditado para cubrir, mediante humildes reviews, al mejor festival de cine del mundo. El Festival de cine fantástico y de terror de Sitges. Me encamino de nuevo por estas calles tan familiares y llenas de recuerdos con una baja importante y es que para este año el cine Retiro se encuentra en obras... Por lo que se ha intentado compensar dicha pérdida con la Sala de l' Escorxador, lugar donde anteriormente se realizaba la programación de la sección Brigadoon, la cual se mantiene en la Sala Llevant, bajo el Auditori Melià.

Mi entrada en la programación del festival ha sido por la puerta grande. Desde Hong Kong, Twilight of the Warriors: Walled In (2024), es la nueva pel·lícula de Soi Cheang, una de las voces más contundentes del actual cine de Hong Kong. Un director capaz de aunar los elementos del cine clásico del país, de ese legado legendario en el terreno del thriller, la acción y las artes marciales y llevarlo con contundencia al presente. Hace unos años, Limbo (2021) epató mis retinas, siendo una de las propuestas asiáticas más destacables de ese año. Después nos llegó Mad Fate (2023), la cual no acababa por ser un producto tan redondo en un argumento algo perdido en torno a la chamanería, el psycho thiller y la acción. Si bien, con Twilight of the Warriors, Soi Cheang acierta por completo ofreciendo un filme adrenalítico y lleno de acción salvaje.

Basada en el cómic chino, “City of darkness”, de Andy Seto, el filme nos sitúa en los años ochenta. Huyendo del poderoso jefe de las tríadas Mr. Big, el emigrante ilegal Chan Lok-kwun se refugia en Kowloon City, donde es acogido bajo la protección de Ciclón, líder de la Ciudadela. Junto a los demás marginados de su clan, tendrán que hacer frente a la invasión de la banda de Mr. Big y proteger el refugio en que se ha convertido para ellos la ciudad fortificada.

Uno de los puntós más destacables y brillantes de Twilight of the Warriors es sin duda su ambientación en una recreación de la ciudad de Kowloon, la cual existió en la realidad y que fue demolida a mediados de los años 90. Soi Cheang ya había demostrado su gusto por retratar espacios degradantes y decadentes en Limbo y en esta Twilight of the Warriors se mantiene con una recreación de Kowloon absolutamente espectacular y casi cyberpunk. Cuando no estás admirando los diferentes espacios por los que te lleva la cinta, alucinas con las diversas escenas de acción, sencillamente espectaculares y con una manejo de la tensión, la violencia y el montaje brillante y que nos devuelve a los momentos dorados del pasado del género. Para llevarnos a ese lugar cómodo para el aficionado el reparto incluye a leyendas como Sammo Hung o Louis Koo, quienes llevan a sus personajes con dignidad y magnetismo.

Sin duda una de las sorpresas asiáticas del año, que por contra, se recrea en las habituales sendas del melodrama, peaje a pagar en el género, donde se explota esas relaciones de honor y amistad que a algún espectador se le puede atragantar. A favor, Twilight of the Warriors: Walled In, es un caramelo festivo, que no tiene miedo de exagerar y llevar a la fantasía a sus escenas de artes marciales (herencia del cómic), en contraste a la suciedad y realismo de sus escenarios de esta resucitada Kowloon. Un disfrute de principio a fin.



Uno de los momentos más especiales este año en Sitges ha sido ver como mi querido amigo Jonathan Bellés por fin ha podido proyectar su ambicioso documental “Ishiro Honda: Memoirs of a Film Director” en el festival y en el precioso y acogedor cine Prado. Proyección que se antojó legendaria y monstruosa ya que con motivo del 70 aniversario de Godzilla, el documental se proyectó en sesión doble junto a una versión remasterizada en 4K del clásico Godzilla de 1954.

Mucho trabajo y muchas dificultades ha vivido Jonathan durante la producción de Ishiro Honda: Memoirs of a Film Director, pero he de decir que la espera ha merecido sobradamente la pena y que puede sentirse bien orgulloso de esta pieza documental. Una obra que gira en torno a uno de los mayores maestros del cine japonés, realizada con alma y con algunos momentos emocionantes y conmovedores. Honda siempre ha sido un director del que se ha sabido más bien poco, siendo su figura constantemente tapada por el enorme peso de su creación, el saurio radiactivo Godzilla.

Así, por medio de una narración bien interesante y suave, que cuenta con voces como Ryuji Honda, Hisao Kurosawa, Yuuko Honda-Yun, Joe Dante o Linda Miller, el documental nos lleva a través de los momentos más importantes en la vida de Honda y que marcaron su estilo cinematográfico. Desde su infancia, rodeada de montañas y naturaleza, hasta su adolescencia en Tokyo, donde nació su enorme pasión por el cine, hasta su pesadillesco y traumático paso por la II Guerra Mundial (uno de los tramos más contundentes). 

Centrándose en su carrera como director para Toho en los años 50 y 60, ofreciendo un fresco por su exitoso cine de monstruos a la vez que se realiza una merecida reivindicación de sus películas alejadas del género fantástico (desde aquí recomiendo encarecidamente The Blue Pearl). La guinda la pone un tramo final en donde se relata los últimos años de vida de Honda como asistente de dirección de los filmes de Akira Kurosawa de los 80 y 90, como Ran (1985) o Dreams (1990). Un tramo que se antoja conmovedor.

Haciendo el Godzilla junto al equipo
del documental
Sin duda, Ishiro Honda: Memoirs of a Film Director es una obra muy recomendable no solo para el fan de Godzilla sino para todo aquel interesado en el cine japonés en una etapa única en la cinematografía del país. Puestos a ser exigentes, me hubiera gustado ver ese pequeño periodo de Honda dirigiendo episodios de series tokusatsu en los 70 como Return of Ultraman (1971), pero es por buscar innecesariamente la puntillita a una obra excelente y que se vale de un impresionante material de archivo.

Y qué decir de la maravillosa Godzilla (1954). Una de las mayores obras del fantástico mundial y uno de los más contundentes alegatos pacifistas y en contra de la energía nuclear. En un blanco y negro inolvidable y muy contrastado, casi noir, se nos lleva a una fantasía que filtra un trauma colectivo y horrible, representado físicamente en una criatura gigantesca y destructiva, convertido después en un icono mundial. Brillantes momentos de destrucción realizados por el equipo de Eiji Tsuburaya, inmortal banda sonora de Akira Ifukube y una estupenda dirección de Honda que llena de dramatismo lo que es una tragedia colectiva, con escenas que aún 70 años después aún siguen acongojando como los momentos en el hospital tras la destrucción o el momento del requiem cantado. Sin duda, la mejor entrega de la larga saga del saurio. Un clásico por antonomasia y que disfrutamos como nunca con una impoluta copia en 4K y que meses antes ya había sido proyectada en el Festival de cine de Berlín. ¡Por muchos años más Godzi!
 

Uno de los fenómenos cinematográficos de este año en Corea del Sur ha sido el estreno de Exhuma y que se ha saldado con un éxito la mar de contundente congregando casi a 12 millones de espectadores en su país de origen.

Una renombrada chamana (Kim Go-eun) y su aprendiz son contratados por una enigmática familia adinerada para investigar la enfermedad sobrenatural que afecta a su hijo primogénito. Con la ayuda de un embalsamador y el experto en feng shui más famoso del país (Choi Min-sik), rastrean una tumba familiar oculta, ubicada en tierra sagrada. Percibiendo un aura ominosa alrededor del lugar, el equipo opta por exhumar y reubicar los restos ancestrales de inmediato. Pero algo mucho más oscuro emerge en la remota montaña, desatando fuerzas sobrenaturales que amenazan con destruirlos a todos.

Exhuma es un filme ante todo especial y un viaje por el tren de la bruja del terror hacia un mundo espectral visto desde una óptica diferente. Ante todo resulta la mar de interesante en su representación del mundo de los espíritus bajo los ojos de los coreanos en un mundo de creencias, tradiciones que están tan alejados de occidente que resulta fascinante. Así, ciertas escenas donde se representan ritos ancestrales, resultan excelentes, filmados de una manera realista y que te hace partícipe de un acto único. El reparto resulta por lo general muy acertado, comandado por un todoterreno como Choi Min-Sik (Old Boy), excéntrico experto en geomancia. La cristalina y pulida realización de la película así como lujoso diseño de producción están fuera de toda duda. Aún así Exhuma resulta excesiva en su duración, 135 minutos, y que ocasiona numerosos altibajos y la sensación de que no acaba de explotar del todo en sus pretensiones y objetivos. Aún con todo resulta una experiencia de terror la mar de recomendable.


Coralie Fargeat se dio a conocer hace unos años en Sitges 2017 con Revenge, una vuelta de tuerca al rape & revenge, descerebrado, divertido y sobretodo con un gusto por lo sangriento. Ahora en 2024, Coralie pone la industria patas arriba con un filme tan insólito y alucinante como La sustancia.

"Tú, pero mejor en todos los sentidos". Esa es la promesa, un producto revolucionario basado en la división celular, que crea un alter ego más joven, más bello, más perfecto. Un producto que Elisabeth Sparkle, actriz de capa caída, no dudará en utilizar.

La sustancia es una experiencia cinematográfica de ver para creer. Una obra lúcida, valiente y que llega hasta sus últimas consecuencias en una propuesta que actualiza el mito de Dorian Gray, la maquinaria oscura de Hollywood y la clásica búsqueda de la juventud eterna. Conceptos llevados hasta sus últimas consecuencias en un crescendo de escenas grotescas y disgusting con algunas orgías hemoglobínicas que son para enmarcar, llevado adelante con un trabajo de montaje y edición de sonido excelentes. La dirección de Fargeat resulta contundente, con un uso de la simetría y color verdaderamente notables y que llevan al espectador a una experiencia prácticamente inmersiva y sensitiva.

Una de las grandes sorpresas es una recuperación de las que hacen época. El trabajo de Demi Moore resulta extraordinario, en un interesante juego de espejos interpretando a una vieja gloria a la que los estudios se la quitan de encima por tener ya una edad "no aceptable". Otro de los grandes descubrimientos es Margaret Qualley quien da la réplica a Moore sobradamente con inteligencia y muchísima sensualidad. Como digo, una experiencia alucinante, de una valentía inusitada y muy necesaria en estos tiempos de corrección política. Capaz de generar escabrosidad, de no temer jugar con lo grotesco y puramente fantástico a la vez que crea un lenguaje propio sin dejar de filtrar numerosos precedentes del género, desde Brian Yuzna, Kubrick, el splatter japonés, al Cronenberg más inquietante. Un clásico desde ya mismo y una de las cintas de género más brillantes de los últimos años.


martes, 15 de agosto de 2023

THE BLUE PEARL (1951)


El cine de Ishiro Honda alejado de sus famosos kaiju eiga entre otros filmes de ciencia ficción es, por desgracia, muy poco conocido y de difícil acceso. Y el estudio Toho tampoco parece poner mucho de su parte para que el trabajo de Honda tenga cierta difusión. Antes de que en los años 60 Honda quedara totalmente atado a la ciencia ficción tras el fenómeno de King Kong contra Godzilla (1962), su director dirigió en los 50 dramas, comedias románticas, cine bélico... una etapa muy interesante y donde el director dio numerosas muestras de su talento y sensibilidad especial al margen de su cine de monstruos.

Es muy interesante que aún siendo un director de estudio, las vivencias de Ishiro Honda marcaron su trabajo cinematográfico mostrando unas constantes que aparecen a lo largo de su filmografía. Temas que a Honda le interesaban y motivara contar como la relación del hombre con la naturaleza, el no seguir los designios marcados por la familia, los matrimonios no aceptados o el trauma de la guerra y la bomba atómica.

Honda dirigiendo en The Blue Pearl

Honda nació en una aldea a más de 300km de Tokyo, perdida en medio de la montaña. Su padre era monje en un templo budista y el pequeño Ishiro pasó su infancia entre montañas y bosques hasta que se mudaron a Tokyo. Allí, un Honda adolescente se sentiría inmediatamente fascinado por el cine hasta el punto que decidió estudiar dicha arte en la Universidad de Nihon aún en contra de los deseos de su padre. Poco después entraría a trabajar en PCL, Photographic Chemical Laboratories (que años después absorvería Toho), debutando como tercer asistente de dirección en 1934 en la producción The Elderly Commoner's Life Study. Fue allí donde conoció a su mujer, Kimi. El matrimonio entre ambos, en 1939, no fue bien visto por la familia de ella, un hecho que reconcomió al bueno de Honda. La guerra vendría a parar la carrera del director durante años, para desazón de él, que veía como todos sus compañeros de productora empezaban a tener cargos de importancia o a llevar adelante sus propios películas como directores, como era el caso de su amigo Akira Kurosawa. Tras volver a un Tokyo en ruinas en 1945, retoma sus labores como asistente de dirección hasta que por fin se le da la oportunidad de dirigir su primera obra. Un documental titulado Ise-Shima (1949), de corte muy interesante y que innovó al mostrar las primeras escenas submarinas rodadas en Japón.

Su primer largometraje de ficción llegaría en 1951 con The Blue Pearl, un proyecto en el que Honda se entregó a fondo y donde parece volcar su alma, inquietudes y obsesiones. Como curiosidad, para la elaboración del guión, Honda y Kurosawa se encerrarían varias semanas en un apartamento para escribir guiones. Mientras Kurosawa escribía el de Rashomon, Honda hacía lo propio con The Blue Pearl.

El filme cuenta la llegada de Nishida a una isla, un joven procedente de la gran urbe de Tokyo para realizar labores como profesor y de guarda del faro. Allí se sentirá sorprendido y fascinado por el modo de vida de los isleños, en particular de las Ama, mujeres del lugar que se dedican a sumergirse en busca de conchas y perlas. Todo un sustento económico de la isla. Pronto se sentirá atraído por una de las jóvenes Ama del lugar, Noe, aunque su idilio no será bien visto por la comunidad. Otra joven, Riu, opuesta en carácter a Noe, intentará seducir al joven desembocando una tragedia...

The Blue Pearl (1951) es un muy sorprendente drama romántico lleno de aciertos. Ya desde su ópera prima vemos claramente las constantes de Honda como son la relación de la naturaleza con el ser humano además del choque entre la tradición ancestral y la modernidad, un punto en donde se pone el foco como es el constante contraste entre las maneras de Nishida, puro chico de ciudad respecto al modo de vida de los isleños. Honda sigue con la herencia de su trabajo en el documental y nos propone fascinantes tramos centrados en el modo de vida de las Ama. Dicho acercamiento al documental la veremos también en futuras obras como Godzilla (1954) o Half Human (1955) y en la que es una manera por parte de Honda de querer captar ese Japón ancestral que está desapareciendo con la llegada de la modernidad. 

Los escenarios naturales presentes tanto en The Blue Pearl como en la anterior Ise-Shima luego serían utilizados de nuevo para las escenas en la isla de Odo del primer Godzilla. Honda estuvo durante varias semanas en dicha isla, antes del rodaje del filme, y logró que los cerrados isleños le aceptasen, mostrándole ritos y demás intimidades que rara vez mostraban a los forasteros. Algunos de los lugareños aparecen en el filme como actores no oficiales incluídas las Ama que vemos en la película, algo que le da más autenticidad al conjunto. Sin duda, el uso de los ambientes y el espacio por donde se mueven los personajes es subyugante y uno de los aspectos más llamativos del filme.

Nishida llega a una isla para encargarse del faro.

Se sentirá fascinado por el modo de vida de los isleños y de las Ama

Tendrá un idilio con la joven Noe. Algo no aceptado por la familia de ella.

Otra joven de carácter más salvaje, Riu, intentará seducir a Nishida.

Algo trágico se avecina...

La llegada del personaje de Nishida, interpretado por Ryo Ikebe trae consigo un desmoronamiento de una sociedad férrea además de resucitar viejos temores de los lugareños respecto a la llegada de forasteros y los desastres que pueden traer consigo (un temor que se puede transportar a la apertura de Japón al mundo). El romance que mantiene Nishida con Noe es delicioso e inocente, viendo además ella una posibilidad de marcharse de su isla y vivir en la gran ciudad liberándose así de las ataduras y vida que tienen planeada para ella. Si bien, los acontecimientos se van enturbiando con la presencia de otra mujer, Riu. Muchacha del lugar pero que vuelve tras pasar un tiempo en Tokyo. Su carácter es opuesto al de Noe, ella es salvaje, sensual y lleva ropas a la moda. Cuando Riu comience a intentar seducir a Nishida, saltarán las alarmas. Aún siendo una subtrama, la de la seducción de Riu, poco interesante por ser un lugar muy común, pronto ésta va virando hacia una óptica cada vez más desequilibrada y asfixiante. 

Honda no duda en presentar personajes femeninos fuertes y decididos, con entidad, algo que sería bien habitual en su trabajo. Yukiko Shimazaki y Yuriko Hamada interpretan a Noe y Riu respectivamente, de resultados algo desiguales por su inexperiencia, pero son bien efectivas. Ryo Ikebe (Nishida) también se ve algo verde, si bien, el actor acabaría ganando mucha más madurez en el futuro. Trabajaría en otros filmes de Honda como Battle in outer space (1959). Shimazaki, el año anterior tenía uno de los papeles principales de El almuerzo (1950) de Mikio Naruse. Takeshi Shimura, actor de sobrado renombre, hace un pequeño papel en la cinta como encargado del faro y se notan enseguida sus quilates a nivel interpretativo. Shimura apareció el año anterior en Rashomon y volvería en Los siete samurais (1954) y Vivir (1955) de Kurosawa. Para Honda trabajaría habitualmente, destacando su papel en el primer Godzilla.

El ritmo del filme es fluido y Honda no deja de sorprendernos con una narrativa rica gracias a un cúmulo de imágenes submarinas hermosas y oníricas, las primeras rodadas para un largometraje de ficción en Japón. El tono documental de parte del filme se entremezcla con una serie de planos elaborados y que se van tornando cada vez más opresivos a medida que la historia avanza. Para ejemplo el magnífico momento en el faro, bajo una feroz tormenta, con Noe sincerándose a Nishida.

Honda junto a las actrices Yukiko Shimazaki y Yuriko Hamada. A la derecha, el cámara Tadashi Iimura.

La película es un alegato asimismo sobre las libertades individuales aunque los resultados vistos aquí son bastante oscuros y dramáticos. Con la negativa de la familia de que Noe se case con Nishida, frustrando el deseo de la joven de poder huir de la isla, ésta además tiene que ver como el chico parece caer en la tentación de Riu, la cual no deja de irle detrás. Una situación que harán entrar a Noe progresivamente en la paranoia, la rivalidad enfermiza y el enloquecimiento. The Blue Pearl acaba superando las expectativas gracias a un tramo final sensacional, en el que el filme vira hacia lo psicológico y fantasmal con la pobre Noe dejando morir en el fondo del mar a su rival, atrapada ésta en una roca mientras cogía una gran perla en un lugar prohibido. Noe irá enloqueciendo progresivamente por el peso de su ”crimen” y parecerá oír el grito de Riu llamándola desde el mar o desde los acantilados. Persiguiéndola allá donde vaya. El filme concluye con un plano final maravilloso, en la playa, de noche, con Noe adentrándose sola en el mar, de una calidad extraordinaria albergando un tono onírico, mágico a la vez de ambiguo sencillamente excelente.

The Blue Pearl (1951) es un muy notable filme que te lleva en volandas a través de un mundo lleno de tradiciones, el colapso de las mismas, un romance imposible y ambientado en un paraje marino inmejorable. Una perfecta película si quieres adentrarte en el cine de Honda alejado de la ciencia ficción. El filme obtuvo excelentes críticas en el momento de su estreno y abrió el camino para una filmografía llena de imágenes para el recuerdo. 3 años después llegaría Godzilla.

miércoles, 12 de enero de 2022

HALF HUMAN (1955)


El éxito a todos los niveles de Japón bajo el terror del monstruo (1954), abrió un campo nuevo para la ciencia ficción japonesa así como las producciones con grandes despliegues de efectos especiales. Su director, Ishiro Honda, se vio progresivamente encasillado en dicho género a lo largo de los años 50 y 60 por orden de la Toho, un hecho por el que acabaría sintiendo frustración. Aún así, el director pudo dirigir numerosos dramas o comedias románticas en un estilo que el productor de la Toho, Tomoyuki Tanaka, llegó a emparentar con el de Mikio Naruse.

La siguiente cinta de monstruos de Ishiro Honda sería Half Human (1955). Un filme que acabaría tornándose en maldito ya que la película está prohibida prácticamente desde su estreno por motivos que explicaremos más adelante.

Tras dividirse en dos grupos, un equipo de esquiadores pierde el contacto con sus compañeros, a los que encuentran asesinados en una cabaña cerca de unas gigantescas huellas. Poco después se organiza una expedición para intentar encontrar al culpable de las muertes, que resulta ser una extraña criatura que vive en la montaña junto a su hijo.

La verdad es que es una lástima dicha censura por parte de la Toho ya que Half Human es un trabajo con muchos puntos de interés. La película aprovecha el mito del "abominable hombre de las nieves", muy en boga en aquellos años por las expediciones realizadas en el Himalaya en 1952 y que suscitaron el interés del público sumando a la historia algunos tics de King Kong. Así, el filme acierta en la plasmación de esos paisajes nevados y sugerentes (en la isla de Hokkaido, al norte de Japón) pero a la vez peligrosos para los personajes de la película, quienes son conscientes de que se aventuran en unos terrenos agresivos para el hombre civilizado. Hay varias secuencias que demuestran el enorme talento de Honda para crear ambientes interesantes como ese inicio en una estación de tren, bajo una tormenta y que da pie al flashback que da inicio a la narración. Si bien, la película adolece, por desgracia, de un núcleo central demasiado largo y plomizo con un ritmo que no sienta nada bien al desarrollo de la historia con unos personajes que no cesan de hablar y pasearse de un lado a otro. Dicho núcleo central afecta a gran parte de la película levantando el vuelo en un tramo final en donde se explota el drama del monstruo, sin duda su mayor acierto.

La bestia de la película, el "medio-humano" del título, es una especie de simio desproporcionado de 2 metros y medio de altura y pese a su aparente fiereza consigue ser un monstruo interesante al ahondar en ciertos matices, como sus emociones o su tragedia, siendo víctima de una soledad apabullante, el último de su especie y necesitado de una compañera. Que el bicho tenga una cría alberga teorías muy sugerentes que suelta sutilmente la película y es que dicha cría sea fruto de la procreación entre el simio y una humana: Chika, la guapa indígena interpretada por Akemi Negishi. Una idea inquietante a la par de sugerente y que parece uno de los motivos para la retirada en su momento de la película. Si bien, el motivo principal para que Toho hiciera desaparecer el filme es debido a la manera, involuntaria o no, en la que representan a la tribu del filme y que parece muy reminiscente de la comunidad de los "Ainu" de Hokkaido. Comunidad que siempre han sufrido la xenofobia del pueblo japonés (el compositor Akira Ifukube se crió entre ellos). Dudo de si dicha plasmación es fruto de una confusión pero la verdad es que Honda exagera la representación de estos indígenas de una manera que ayuda a ver la desolación y bajeza de los ambientes de la película mostrando un poblado lleno de deformes, pobreza y fundamentalismos. Malentendidos o no, éste es el principal motivo de la prohibición de esta película, ya que al poco de su estreno, Toho ordenó la retirada de todas las copias y a pesar de alguna emisión posterior en TV es una prohibición aun vigente y que impide un lanzamiento en formato doméstico de Half Human.
Un grupo de esquiadores encuentra los cuerpos de sus compañeros.

El causante es una bestia salvaje "medio-humana".

Chika intentará ayudar a los protagonistas aún sufriendo las reprimendas del anciano de su tribu.

La cosa huele a tragedia...

Ishiro Honda dirigiendo a la bestia
Half Human es toda una curiosidad que adolece en gran parte de una lentitud extenuante y un núcleo central que crea desinterés por unos personajes bastante planos y cierta dificultad por encarar la trama. Si bien mantiene muchos puntos de interés, centrados principalmente en el monstruo del título. Si en la ciencia ficción americana el monstruo hubiera sido, por norma, una simple y malvada máquina de matar, Ishiro Honda da la diferencia ofreciendo una bestia con sentimientos, rodeada de un halo trágico y siendo víctima del egoísmo humano. Ese poblado tan decadente sirve también para tratar uno de los temas predilectos de Honda como es la llegada de la modernidad al país en contraposición a esos vestigios de una determinada forma de vivir que poco a poco estaban desapareciendo en el propio país. A Half Human hay que reconocerle excelentes escenas como su arranque, su fotografía en los parajes nevados (sin duda una herencia del pasado como documentalista de Ishiro Honda) o escenas como la de la carretera, con el "medio-humano" atrapado en una jaula y su posterior escapada. Un momentazo rematado por los lúcidos efectos especiales del maestro Eiji Tsuburaya. Además, la cinta es suculenta a la hora de soltar ideas tales como el posible sexo interespecies, que el monstruo sea más humano de lo que parece y pueda ser fruto de una deformación extrema en la que algunos habitantes de la tribu apuntan de forma incipiente así como el interesante drama de Chika, la cual desea salir de cualquier manera del mundo hostil en el que se encuentra.
El monstruo a lo suyo...

Akemi Negishi
La crueldad y dureza de pasajes del relato como esa tribu malformada y al borde del colapso, la presencia de actores clásicos de la Toho como Momoko Kochi o Akira Takarada (que casi parecen seguir sus personajes del primer Godzilla) ademas de la sensual presencia de Akemi Negishi hacen de Half Human (1955) una muy interesante curiosidad de la ciencia ficción japonesa de los 50 y cuya singularidad la hacen sobresalir por encima de sus errores y árduo visionado.

Como curiosidad el actor que interpreta al monstruo es Fuminori Ohashi, el cual interpretó al simio de la película The King Kong appeared in Edo (1938), un proto-Kaiju que desgraciadamente permanece perdido. Cosas del destino, debido a su experiencia en dicha película, Ohashi acabó por asesorar al equipo de efectos especiales del primer Godzilla llegando a convertirse en aprendiz de Eiji Tsuburaya y acabando por esculpir diversas criaturas para otros films de la Toho como Mogera en The Mysterians (1957) o el propio monstruo de Half Human.

Cartel del remontaje americano de 1958
La sensual Akemi Negishi, quien interpreta a Chika en el filme trabajaría en algunos filmes de Ishiro Honda como en la cinta bélica Farewell Rabaul (1954), el drama A rainbow plays in my heart (1957) o King Kong contra Godzilla (1962). Su abultado currículum incluyó aparecer en trabajos de Mikio Naruse (Secreto de esposa (1956)), Akira Kurosawa (Los bajos fondos (1957) o Barbarroja (1965)) a aparecer en la saga de Female Prisoner Scorpion o en Lady Snowblood (1973) de Toei 

Half Human sufrió un horroroso remontaje yanqui de solamente 60 min y que llevaba por título: Half Human. The Story of the Abominable Snowman (1958). Dicha versión, con actores americanos y protagonizada por John Carradine utilizaba apenas 30 min de la original japonesa (cuando ésta duraba unos 97), usando especialmente los momentos en los que aparecía el monstruo del título a quien se le despojaba de cualquier atisbo de la profundidad que se le otorgaba en la original japonesa.

lunes, 20 de diciembre de 2021

FRANKENSTEIN CONQUERS THE WORLD (1965)


Frente a la progresiva infantilización de Godzilla vista en las últimas entregas de la saga como en Ghidorah, el dragón de tres cabezas (1964), Ishiro Honda empezó a perder interés en su personaje ya que para él, Godzilla era una representación de la energía atómica mal utilizada y de las maldades de la guerra. No cabía en su cabeza que el saurio radiactivo se estuviera volviendo un buen bicho dispuesto a defender a la humanidad. Así que Honda, ya definitivamente atado al genero de la ciencia ficción, decidió ir dejando a Godzilla y probar otras cosas, más acordes a sus ideas.

La semilla de Frankenstein conquers the world (1965) vino de una idea de Willis O’Brien, el mago de los efectos especiales, llamada King Kong vs Prometheus donde el simio gigante se enfrentaba a una especie de monstruo de Frankenstein agigantado. Toho recogió dicha idea sustituyendo al tal Prometheus por Godzilla en lo que se convirtió en la exitosa King Kong contra Godzilla (1962). Aunque fue descartado, el personaje de este "Frankenstein" acabaría recuperándose para este pequeño clásico del Kaiju Eiga

Frankenstein conquers the world da inicio en Alemania, 1945. El corazón del monstruo de Frankenstein es conducido a Japón y, mientras es examinado, cae la bomba de Hiroshima. Quince años más tarde, un niño que ha brotado del corazón inmortal es atrapado, pero se comprueba que su crecimiento es imparable.

No puedes más que adorar a un film con una propuesta como la de Frankenstein conquers the world. Retorcer el mito de Mary Shelley y añadirle nazis, seres prehistóricos, un monstruo deforme, gigantesco y que además se regenera al ser desmembrado... ¡es algo irresistible!. Pese al evidente festival pop de locura que proponen tales elementos la película contiene pasajes más serios e interesantes de los que parecía en un principio. Para empezar Honda decide situarnos la historia en Hiroshima tratando de nuevo la problemática nuclear así como las consecuencias de la radiactividad en sus ciudadanos siendo el monstruo de Frankenstein una de esas víctimas de la caída de la fatídica bomba atómica. Un tratamiento de la problemática nuclear que se estaba abandonando en el cine de género de la época optando por temáticas mucho más coloridas y flower power de cara a acompañar el estado de optimismo general y la explosión económica del país en los años 60. Por lo que me parece muy valiente por parte de Honda de plasmar, a 20 años del suceso, la caída de la bomba de Hiroshima en un film de género popular. Frankenstein conquers the world es el único Kaiju Eiga japonés que representa la caída de la bomba. Algo a tener muy en cuenta.  

El film contiene un primer tercio bastante acertado y dinámico situándonos en plena II Guerra Mundial con los nazis viajando hasta Japón y llegando a Hiroshima con la casualidad de ser el 6 de agosto de 1945. Tras el desastre la historia avanza 20 años, presentándonos a nuestros protagonistas. Unos muy acertados Nick Adams (el mejor actor occidental que ha pasado por el kaiju) y Kumi Mizuno (quienes vivieron un idilio en esos tiempos) y que interpretan a unos científicos de un centro que estudia las consecuencias de la radiactividad en los hibakusha. Mutado por la radiactividad, el corazón del monstruo de Frankenstein acaba transformándose en una criatura, un niño vagabundo deforme y que deambula por las calles de Hiroshima. Lo más interesante de la película es toda su primera mitad en la que por un lado explora unas consecuencias atómicas que precisamente se estaban viviendo en ese mismo momento en la ciudad. También el personaje de Nick Adams, como científico americano que se debe a su investigación en una especie de sentimiento de culpa por lo ocurrido me parece muy refrescante. El guión, en ese sentido, presenta muchas ideas interesantes como, además, incidir de nuevo en la tragedia que vive la criatura, estando ésta envuelta de un sentimiento de tragedia y dolor.
En 1945, japoneses reciben el corazón del monstruo de Frankenstein. Pero cae la bomba atómica...

20 años después, unos científicos ayudan a los supervivientes de la bomba.

Pero deambulando por las calles se encuentra esta criaturilla que irá creciendo sin parar.

La situación se descontrola. El ejército quiere acabar con él.

Para acabar de liar la cosa, aparece Baragon. La batalla está servida...

Frankenstein contra el pulpazo. Una escena añadida
para la versión americana del film.
Precisamente Frankenstein conquers the world va perdiendo interés en su tercio final, cuando entra en los terrenos más típicos del Kaiju Eiga. Presentar a Baragon, una criatura prehistórica cuadrúpeda y con gusto por alimentarse del ganado obliga en la narración al enfrentamiento entre las dos criaturas. Algo que nos lleva por caminos más vistos y no tan estimulantes. Si bien, el clímax final con un volcán, entrando precisamente en erupción en el mismo momento de la batalla y tragándose a las criaturas es poderosa y triste.

Frankenstein conquers the world (1965) no evita ciertas salidas de madre típicas de la ciencia ficción japonesa pero más allá de su sana diversión pulp, presenta un cúmulo de ideas muy interesantes y serias, que, gracias a la buena mano de Honda, abandonan lo risible en que podría haberse convertido el producto llegando a algo más estimulante. La película, visualmente, ofrece hallazgos interesantes con planos muy trabajados y evocadores con Frankenstein, destacando esos momentos en el bosque y donde, gracias a que el monstruo se trata de un actor y no de un disfraz, es capaz de transmitir al espectador todas las emociones de tristeza que desprende la criatura.

Frankenstein conquers the world supuso una de las primeras colaboraciones con un estudio de Estados Unidos, siendo una co-producción Henry G. Saperstein Enterprises Inc -Toho. Para la versión americana de la película, los americanos pidieron añadir más escenas de batalla monstruosa por lo que se creó una escena final donde Frankenstein se enfrentaba a un pulpo gigante. La película gozó de una fuerte distribución internacional siendo todo un gran éxito en Alemania, lo que provocó que las películas de Godzilla que se estrenaron posteriormente, empezaron a nombrar en los carteles a Frankenstein en lugar del nombre de nuestro saurio radiactivo. Frankenstein conquers the world tuvo, al año siguiente, una secuela espiritual como fue la igualmente disfrutable La batalla de los simios gigantes (1966).