CRÍTICAS PELÍCULAS

viernes, 11 de junio de 2021

MATANGO (1963)


Las bombas atómicas caídas en Hiroshima y Nagasaki en 1945 marcaron para siempre a la sociedad japonesa y eso se vio reflejado en mucho de su cine, especialmente en la ciencia ficción, donde el temor atómico es frecuentemente tratado. Japón bajo el terror del monstruo (1954) fue una de las primeras en tratar con valentía y seriedad las caídas de las bombas atómicas, utilizando el terror, la destrucción y el sufrimiento del ciudadano japonés para representarlo en un monstruo gigante de forma catártica para el espectador nipón de la época. El film, estuvo dirigido por el gran Ishiro Honda, quien, a pesar de realizar durante los siguientes años películas que se enmarcaban en una gran variedad de géneros como el romance, el drama adolescente, la comedia o el musical, acabó siendo encasillado por la Toho en el género de la ciencia ficción. Es en esta primera etapa de Honda, donde el director despuntó con proyectos muy personales y que seguían bebiendo del trauma atómico y la postguerra. De la tragedia monstruosa de Los hijos del volcán (1956), a la destrucción del cuerpo debido a la radiación la cual proponía The H-Man (1958) a cintas mucho más ligeras sobre invasiones extraterrestres pero divertidísimas como The Mysterians (1957) o Battle from outer space (1959). Si bien, se suele enmarcar a una trilogía de películas con las que Honda quiso adentrarse en una ciencia ficción adulta y cercana al horror que la diferencia de muchos de sus otros trabajos. Esta trilogía la formarían la mencionada The H-Man, junto a la discreta The Human Vapor (1960) y el film que hoy nos ocupa: Matango (1963).

La historia de la película sigue a un variopinto grupo de japoneses de excursión en un velero. En plena tormenta nocturna naufragan y llegan arrastrados por la corriente a una isla perdida donde no hay comida, ni agua potable, solamente una especie de hongos los cuales están por toda la isla.

Pruebas de maquillaje
Matango (1963) es, sin duda, toda una pequeña joya del cine de horror japonés de la época y una de las muestras más destacables de la filmografía de Ishiro Honda. El film destaca por ofrecer una ambientación sencillamente maravillosa y atmosférica llena de elementos que ayudan a aumentar cierta incomodidad o inquietud como es esa bruma incesante, una isla perdida en medio del océano donde por no haber nada no hay ni alimento, un barco varado en la playa o esas extrañas criaturas que apenas se vislumbran de entre la jungla. Se opta por un desarrollo que, para el aficionado al horror más efectista, será de difícil calado ya que Matango huye del terror de sustos y sobresaltos para cimentar el miedo en base a la atmósfera y el suspense. 

Más allá del contenido de la trama ésta ofrece elementos subyacentes ya habituales en el cine de Honda, que la enriquecen y que apuntan de nuevo al trauma atómico. El guión viene firmado por Takeshi Kimura (a partir de la adaptación que realizaron Shinichi Hoshi y Masami Fukushima de la historia "The Voice in the Night" de William Hope Hodgson), el cual se encargaba de estas producciones de Honda de tono más oscuro, alegórico y social. Una de las obsesiones de Kimura eran las consecuencias que podría provocar en nuestro cuerpo la radiación atómica. Matango da un paso más allá siendo el elemento maligno unos "hongos" que al ser consumidos, no solamente provocan una fuerte adicción, sino que produce que te conviertas en un hongo de proporciones humanas. Al respecto, no hay más que ver las prótesis de maquillaje de los afectados por los hongos y que apuntan claramente a los efectos de la radiactividad. Es de agradecer que la presencia de los "champiñones humanos" se oculte hasta el final. Una decisión quizás motivada por las limitaciones presupuestarias pero que ayudan a crecer tu interés por el misterio de estas criaturas y las cuales protagonizan un momento final que, pese a lo involuntariamente cómico de su aspecto, funciona más que bien. El film muestra un mensaje muy pesimista y trágico, nada habitual en otras coetáneas americanas de la época, mostrando a una sociedad egoísta y donde se comen el uno al otro. Una sensación acrecentada por ese final nada feliz con el personaje de Akira Kubo mirando hacia la moderna Tokyo, la verdadera jungla y deseando haberse quedado en la isla junto a sus compañeros, convertido él también en un hongo.
Un grupo variopinto de vacaciones en barco.

Tras una tormenta naufragan y llegan a una isla misteriosa.

Una isla donde no hay ni personas ni alimento. Solo unas extrañas setas...

Pronto, las tensiones empiezan a aflorar.

Y la adicción a los hongos provocará insospechadas consecuencias.

Hideyo Amamoto con mala cara
Otro de los puntos fuertes de Matango es su reparto ya que aquí aparecen prácticamente el "dream team" del cine Kaiju clásico. Desde la habitualmente fotogénica Kumi Mizuno (Los monstruos invaden la Tierra), Akira Kubo (El hijo de Godzilla, Invasión extraterrestre), Hiroshi Koizumi (Mothra), Kenji Sahara (Los hijos del volcán, Ultra Q), Yoshio Tsuchiya (Frankenstein conquers the world) o Miki Yashiro (Godzilla contra los monstruos). Los personajes que interpretan se componen de profesores, escritores, cantantes o empresarios los cuales forman un abanico que representa tanto la nueva sociedad japonesa de postguerra como un fresco de los comportamientos humanos y como éstos cambian en momentos límite. En este sentido, las intenciones de Honda eran poder explotar más el componente social y crítico inherente de la historia. El director se inspiró tras leer una noticia en la que relataba cómo unos niños ricos robaron el yate del padre de uno de ellos y que después tuvieron que ser rescatados. En palabras de Honda "ese fue un momento en el que todo se americanizó y ciertas personas querían llevar una vida moderna. Habían nuevos ricos que mandaban a sus hijos a colegios montados en coches extranjeros. Intentamos mostrar ese contenido de fondo a la película". Éste fue el primer film de Honda después de una larga temporada de parón. Al respecto, el actor Yoshio Tsuchiya recuerda al director verdaderamente entusiasmado con Matango. Kenji Sahara se metió mucho en el papel y se preparó a conciencia para retratar el carácter duro y violento de su personaje. Honda le sugirió que se cubriera los dientes de negro para retratar mejor dicha imagen pero Sahara llegó más lejos y fue directamente al dentista a que le quitaran un diente.

Ishiro Honda en faena.
Matango (1963) es una fantástica película que explora el horror desde una perspectiva puramente atmosférica hecho que tal vez ahora le juegue en contra pero no hay que negarle su excelente capacidad para crear inquietud creciente en base a unos elementos que la acercan al pulp con islas misteriosas, barcos perdidos y criaturas extrañas. Un conjunto que desemboca en un final excelente con los personajes sucumbidos a sus instintos más primarios, volviendo a una especie de estado embrionario y fusionados de nuevo con la naturaleza. Un conjunto que se eleva gracias a un subtexto bastante más pesimista y agrio de lo que se presupone en una cinta de estas características.

Curiosidades. Se rodó otro final para Matango en donde Akira Kubo mostraba su rostro siendo éste totalmente normal dando a esta conclusión un aspecto más ambiguo que el final original que vemos en la película. Haruo Nakajima (el hombre bajo el disfraz de Godzilla) interpreta a uno de los hombres seta mientras que Hideyo Amamoto (el mítico Doctor Who de King Kong escapa) también hace acto de aparición como ese hombre ya medio convertido en seta y que les pega un buen susto a los protagonistas dentro del barco. El film a punto estuvo de no estrenarse debido al terrorífico maquillaje de los hombres seta y que eran muy reminiscentes de los afectados por la radiación de la bomba atómica.

2 comentarios:

  1. Una de mis películas favoritas. Es una película terrorífica, aca no hay sustos innecesarios solo hay una auténtica pesadilla. Siempre me pregunte si habrá otra película de este estilo.. me da un poco de bronca ver cómo llegué a conocerla, revisando la filmografía de Ishiro Honda, está película habría que conocerla de siempre y no Andar investigando, pero bueno. Muy bueno el portal. Saludos

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    1. Saludos compañero! Pienso lo mismo. Matango es de los mejores y más sorprendentes trabajos que hizo Honda y es cierto que es un film que se sustenta básicamente por su atmósfera extraña y muy inquietante. Me alegro que te haya gustado el blog y te recomiendo indagar un poco en él. Hay muchas críticas de otras peliculas de Ishiro Honda. Saludos!

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