CRÍTICAS PELÍCULAS

miércoles, 21 de octubre de 2020

CRÓNICAS DE SITGES 2020 (4/4)

Como nos enseñó el Festival de Sitges en 2016 con su maravillosa retrospectiva sobre la ciencia ficción rusa, la Guerra Fría entre EEUU y la Unión Soviética no se detuvo en la estrategia militar, nuclear y espacial sino que afectó al cine demostrando una cinematografía dedicada a la ciencia ficción la mar de interesante como Planeta Bur (1962). Estos últimos años parece haber una revitalización del género con un nivel de producción y aspiraciones que rivalizan con lo visto en Hollywood. Sputnik (2020) viene a ser un ejemplo del estado de salud del género en Rusia.

El film sigue al único superviviente de un enigmático incidente de una nave espacial. ¿El problema? No ha regresado solo a casa, escondiéndose dentro de su cuerpo una criatura peligrosa.

Sputnik (2020) es un film a tener en cuenta ya que demuestra muchos aciertos. Una primera mitad atmosférica y sumamente interesante que plantea un tema manido como es el de la criatura extraterrestre que se alberga en el interior de un astronauta pero visto desde un pisto de vista científico, psicológico y genético. Una primera mitad que explota estas posibilidades a la perfección además de mostrar un pulso narrativo impecable, buenas interpretaciones amen de una banda sonora atronadora. El nivel de producción es excelente mostrando a una criatura alienígena que si bien no despertó emociones en mi a nivel de diseño si que me pareció de cierta entidad. La lástima con Sputnik es que el film alarga en demasía el chicle durante su segunda mitad de metraje, estirando las relaciones entre los personajes y las idas y venidas de la criatura en demasía encontrando, ahora si, algunos tramos ya manidos con la criatura causando estragos entre los soldados en túneles oscuros con sangrientos resultados. Su conclusión, aunque acertada, no consigue emocionar, no obstante nos encontramos con un film de ciencia ficción con "bicho" más que interesante pero que no acaba por rematar eficientemente sus sanas aspiraciones. Se hubiera agradecido concentrar mejor su duración. En cierta manera, Sputnik me recordó a otro reciente film de sci fi como es la muy notable Life (2017), en el sentido de proponer una historia muy manida pero añadiéndole una vuelta más seria y científica. Pero donde Life (2017) triunfaba con su aparente sencillez, Sputnik naufraga parcialmente en sus pretensiones, aunque bien valen un visionado.


La epidemia del coronavirus ha hecho que el mundo de las artes piense formas alternativas de expresión. A algunos, el confinamiento les ha hecho agudizar el ingenio tal y como demuestra Host (2020), una de las sensaciones del género de terror del presente año. Un experimento más que curioso y que funciona a la perfección proponiendo un ejercicio cinematográfico que utiliza los mínimos elementos: nada más y nada menos que una conversación a través de Zoom entre un grupo de amigos donde los fantasmas camparán a sus anchas.

Host cuenta la historia de seis amigos que realizan una sesión espiritista por Zoom durante la cuarentena, lo que les lleva a vivir una serie de aterradoras experiencias. Cuando un espíritu maligno invade sus casas, comienzan a preguntarse qué es lo que pueden hacer para sobrevivir a la noche.

Host viene dirigida por el inglés Rob Savage y sabe utilizar sus limitadas herramientas a la perfección. Tiene su guasa plantear realizar una Ouija a través de Zoom y Savage consigue crear auténtico terror con lo mínimo gracias a un estupendo uso de los silencios, el fuera de campo o la propia interfaz de la aplicación de Zoom. Un film que con solo 55 minutos sabe crear una atmósfera de pánico que va in crescendo hasta la previsible desgracia mortal que sufren los protagonistas. A pesar del buen nivel general, Host utiliza algunos elementos bastante sobados del found footage a la hora de dar los sustos o las apariciones fantasmales. Planteamientos bastante manidos en ejemplos como podría ser la saga Paranormal Activity. Aún así, el film es una experiencia que pasado el tiempo quizás se vea como algo único y perteneciente a este extraño 2020 pero sin ninguna duda estamos hablando de uno de los ejercicios de terror más destacables del presente año.


Tal y como estamos presenciando en esta edición, Indonesia viene fuerte en materia de cine de terror siendo un país de fuerte tradición en el género y así lo atestiguan las docenas de cintas que asaltan sus cines cada año aunque es una lástima que aquí nos lleguen cuatro películas contadas. No obstante, hay que reconocer el excelente estado de salud del género en el país estos últimos años y así lo vemos en films como May the Devil Take you (2018) (con su secuela lista para verla próximamente), The Queen of Black Magic (2019) o la presente Impetigore (2019), otra lección impoluta de saber crear atmósfera y mal rollo.

En el film, Maya y su mejor amiga Dini tratan de sobrevivir en la ciudad sin tener una familia. Un día, Maya descubre que es posible que haya heredado una gran fortuna de sus antepasados, por lo que decide regresar a su pueblo natal junto a su única amiga. Sin embargo, un peligro aterrador les espera allí a ambas.

Impetigore (2019), o Perempuan Tanah Jahanam, es la nueva película del especializado en el género Joko Anwar y es un film que te engancha desde el minuto 1 con una apertura de infarto. El ataque en el peaje de la autopista a Maya, nuestra protagonista, debería ser un ejemplo a seguir de cómo saber crear suspense y terror con los mínimos elementos. Un arranque fulgurante y que parece no bajar el ritmo a medida que avanza el metraje cuando tanto Maya como su mejor (y "pesadika") amiga, Dini, viajan a su pueblo natal en busca de una posible herencia en forma de mansión. Anwar va dejando pequeños elementos que van aumentando nuestra incomodidad: el descubrimiento en la pierna de Maya de un pequeño pergamino alojado en una herida, ese poblado alejado de todo sin presencia de niños, muertes extrañas... Impetigore resulta un film muy entretenido que sabe crear ambiente y mal rollo utilizando las tradiciones locales en materia de espiritualidad y magia como fuente de inspiración. La lástima es que se va denotando que va perdiendo fuelle a partir del último tercio del film y me parece que Anwar no sabe cerrar sus planteamientos a la altura habiendo demasiadas explicaciones y flashbacks excesivos finiquitando el film en una exagerada demostración de hemoglobina. Pese a todo, un muy destacable film de terror que nos demuestra a Indonesia como un país muy a tener en cuenta en materia de horror.


El género slasher siempre es disfrutable de cara al fan del horror desde los tiempos de Halloween y Viernes 13 pero no nos engañemos, es un género que siempre le ha costado ofrecer historias y situaciones nuevas que se alejen de los tópicos habituales (The Final Girls es toda una sorpresa, en ese sentido). El inmovilismo del slasher es una desventaja aunque salvado por directores amantes del género que ayudan a darle una vuelta a lo mismo o a hacerla mínimamente disfrutable. 

Open 24 Hours (2018) ofrece un punto de partida muy interesante amen de un escenario atrayente como son esas estaciones de servicio perdidas en medio de la nada pero dichas esperanzas van naufragando en el sopor más absoluto. El film sigue a Mary, quien acaba de salir de un hospital psiquiátrico en el que fue internada tras prender fuego a su novio, un psicópata, que la obligaba a mirar cómo asesinaba a sus víctimas. Al poco de empezar a trabajar en una gasolinera remota, las personas empiezan a morir alrededor de la joven, y su ex reaparece. Pero, ¿está realmente allí o se trata del delirio de la protagonista?

Open 24 Hours (2018) ofrece una buena factura visual y unos primeros compases misteriosos e inquietantes. Las alucinaciones de Mary, esos asesinatos cuasi fantasmales, la presencia de su ex-novio psicópata, la lluvia torrencial en la gasolinera... La historia suelta elementos que aumentan el misterio y el suspense pero dichas expectativas van cayendo cual castillo de naipes a medida que avanza el metraje encontrándonos con la misma historia de siempre aunque con unas pretensiones fallidas y un poco atrevimiento por parte del director. Una protagonista que de un momento a otro deja de tener alucinaciones, personajes que van y vienen, un psicópata de poca entidad y un ritmo que te va introduciendo en un agradable sueño. Open 24 Hours no cambiará en absoluto la historia del slasher siendo un film que se las quiere dar de listo pero fracasa estrepitosamente.


Hace dos años, el incansable Timo Tjahjanto (The night comes for us, Headshot...) realizó un film tan divertido como May the devil take you (2018), llegado de Indonesia y donde se explotaba el folklore popular en base a las maldiciones y las posesiones con un poquito de la mala baba y festividad gore de la trilogía Evil Dead de Sam Raimi. Ahora, Tjahjanto nos vuelve a querer aterrorizar con May the devil take you too (o 2), una secuela más grande, más sangrienta y más ruidosa.

Dos años después de escapar del demonio, Alfie y Nara tratan de rehacer sus vidas. Pero la primera sigue atormentada por la culpa y sufre visiones extrañas. En realidad, el tormento está muy lejos de haber terminado, ya que una entidad ávida de almas acecha todos sus pasos.

May the devil take you 2 (2020) nos lleva a un nuevo emplazamiento (un orfanato con un pasado que me recordó a The Queen of Black Magic) con un nuevo despertar maléfico cerniéndose sobre los personajes y a la pobre Alfie, la cual el mal no deja de perseguirle. El film es una montaña rusa. Una fiesta de puro Sitges con seres extraños, sangre y sustos apareciendo casi desde el minuto 1. Timo sabe mantener un buen ritmo durante todo el metraje logrando en ciertos momentos crear cierto malestar aunque la mayor parte del film se entregue al disfrute sanguinolento. Muchas posesiones, muchos gritos y mucha sangre con una influencia de Evil Dead bastante más clara que su antecesora con un tramo final ya desopilante en el que entra en terrenos de la fantasía. A pesar del abuso de jump scares facilones, algunas apariciones fantasmales que no me acabaron de convencer en su diseño "carnavalesco" y sus malas interpretaciones (Alfie, interpretada por Chelsea Islan, es un ejemplo) si que es una cinta la mar de divertida y disfrutable de cara al fan. ¿Habrá tercera parte? 

Sin duda, una de las triunfantes de este Festival de Sitges ha sido el cine de terror llegado de Indonesia demostrando un nivel de calidad muy notable en todo lo que hemos podido ver. Y hasta aquí la edición más extraña de este Festival de Sitges. Una edición para la cual hay que quitarse el sombrero a nivel organizativo. Se han tomado todas las máximas precauciones tanto fuera como dentro de la sala y no me queda más que aplaudir el trabajo de todo el equipo del Festival. Desgraciadamente mi presencia en Sitges ha tenido que ser más corta de lo pensado debido a una tragedia familiar que ha hecho tener que dejar mis visionados. El año que viene volveremos más fuertes y orientales que nunca. ¡Un saludo!

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