CRÍTICAS PELÍCULAS

viernes, 17 de septiembre de 2021

BICHEONGOESU: THE FLYING MONSTER (1984)


En estos días, en el que parece que tengas cualquier película al alcance de la mano, gracias a las plataformas de streaming, es refrescante recuperar la emoción del que busca un tesoro escondido y perdido en el confín de los tiempos. Llevaba mucho tiempo detrás de una película como Bicheongoesu (1984). Película surcoreana que tiene la particularidad de que todas las escenas donde aparecen monstruos gigantes están directamente robadas de series de la Tsuburaya Productions, principalmente de Ultraman. Un motivo sólido para entender porqué esta película se ha mantenido desaparecida más allá de las fronteras coreanas, huérfana de una edición en el resto del mundo...hasta que la distribuidora SRS Cinema, experta en lanzamientos de cine monstruoso de derribo y baja enjundia sacó el pasado 2020 una edición en BluRay de la película con una impoluta calidad de imagen.

En el film, una joven reportera está escribiendo una historia sobre las teorías de un científico que cree que los dinosaurios todavía existen. Acude a su casa camuflada como la nueva niñera de la hija del científico y observa cómo éste sostiene que las bestias están a punto de alzarse y destruir el mundo.

Bicheongoesu
, también conocida como The Flying Monster o War of the God Monsters (retitulada así en la edición de SRS), es un experimento, por llamarlo de alguna manera, muy curioso. El film hecha mano de multitud de momentos de diversas series de Ultraman o de Fireman (también de la Tsuburaya) a la hora de mostrar una invasión monstruosa sobre Corea con fatídicos resultados. Es de justicia señalar que sus responsables, por lo menos tienen un mínimo de atino al escoger este material de stock presentando algunos de los mejores momentos, a nivel de efectos especiales, de Ultraman. Los monstruos con capacidad de crear tsunamis y huracanes a su alrededor, procedentes de los ep. 13 y 14 The Return of Ultraman tienen su gran momento así como también bestias del primer Ultraman, Ultraman Ace o Fireman.

La manera en que están insertadas estas escenas recicladas dentro del montaje coreano es de un resultado, que oye, tampoco está tan mal (he vistos montajes de este tipo muchísimo peores) y confluyen de forma correcta con las escenas rodadas para la ocasión con equipo coreano. De entre los minutos monstruosos se nos conduce paralelamente través de una trama pseudo familiar que no olvida recurrir al melodrama exagerado y serio tan típico de Corea. No se salta ningún tópico. El padre perdedor con su esposa recientemente fallecida, la niña que necesita la figura materna, la aparición de la atractiva periodista como sustituta de la madre, llantos, gritos, traumas familiares, accidentes casi mortales... Todo esto les encanta a los coreanos. 

Se apuntan varios detalles muy interesantes en la trama y es intentar engañarnos con que todas las visiones monstruosas del científico son fruto de su imaginación y de un enloquecimiento traumático derivado de la muerte de su esposa o sus frustraciones personales cuando la comunidad científica lo tildó de loco por sus teorías. Apuntar a que todo el entramado jurásico está solo en su cabeza es un apunte interesante y creíble debido al desquiciamento del propio personaje (y del histrionismo extremo del actor), pero que pronto se abandona cuando la realidad monstruosa estalla en las narices de la población.
Un científico con problemas familiares sostiene que los dinosaurios existen.

Una periodista se infiltra en su casa para sonsacarle información. ¿Estará loco?

Los monstruos de Ultraman hacen acto de aparición.

Bicheongoesu (1984) es una curiosidad de obligado visionado para todo amante de la juerga, la caspa o arqueólogo fan del cine de monstruos japoneses debido a la desvergüenza de la propuesta. Un film que en gran parte es un serio y aburrido melodrama con unos personajes desquiciados emocionalmente adornados por todo un greatest hits de Ultraman. Una experiencia pasable e interesante. Una orgía destructiva salida del contenedor orgánico de reciclaje y a tener en cuenta por su desfachatez. 

El film tuvo un corto recorrido en Corea del Sur teniendo alguna edición en VHS a finales de los 80 tras su paso por cines para, después, pasar a desaparecer completamente... hasta ahora, para disfrute (o no) de todos.

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