CRÍTICAS PELÍCULAS

miércoles, 12 de mayo de 2021

THE GREAT BUDDHA ARRIVAL (1934)

Como ya comentamos en el reportaje dedicado a Wasei Kingu Kongu (1933) y The King Kong that Appeared in Edo (1938), Godzilla no fue el primer ejemplo de cine de monstruos japoneses, aunque si el que acabó por definir todas las características del Kaiju Eiga. Si bien, los dos ejemplos antes mencionados eran cintas con monstruos pero que en realidad no se trataban de seres de medidas descomunales, siendo un joven disfrazado de gorila en Wasei Kingu Kongu y un simio de tamaño humano en The King Kong that Appeared in Edo. No obstante esto, hoy tratamos la que se podría considerar como la verdadera iniciadora del género en Japón y que cumple con las características del mismo aunque realizada 20 años antes de la aparición del primer Godzilla.

Descubrir la existencia de algo como The Great Buddha Arrival (1934) o Daibutsu Kaikoku, es sorprendente. El film representa la vuelta a la vida de una gigantesca estatua de Buda (nada menos) de unos 33 metros de altura y quien inicia una cruzada para realizar el bien entre la humanidad recorriendo diferentes maquetas de ciudades japonesas como Nagoya o Tokyo y realizando diversos actos mágicos en su camino.

El film estuvo producido por la Giant Buddha Movie Factory quien tenía como intención realizar una película de marcado carácter religioso y que fuera la primera piedra para una larga serie de secuelas que acabaron por no llevarse a cabo. La película estuvo dirigida por Yoshiro Edamasa director pionero en el cine nipón el cual ayudó a formar a otros directores y técnicos en el país y que para 1934 llevaba ya dirigidas cerca de un centenar de películas siendo The Great Buddha Arrival uno de sus últimos proyectos. De hecho, una de esas personas que Edamasa ayudó a entrar en el negocio del cine fue nada más y nada menos que ¡Eiji Tsuburaya! Por presentar a una criatura gigante (divina, en este caso) cuya figura se le da un cierto peso en la historia de la película y además por centrarse en la creación de elaborados efectos especiales con miniaturas, maquetas y sobreimpresiones varias es de justicia destacar a The Great Buddha Arrival como una de las iniciadoras del Kaiju y el Tokusatsu en Japón.

Según reportes periodísticos de la época, el film tenía una duración aproximada de unos 75 minutos e incluía espectaculares escenas con la estatua, destacando momentos como uno en donde el Gran Buda "se deslizaba sobre un tren", otro en donde la estatua se hacia una siesta apoyado en un edificio u otro en donde el monumento hacía aparecer una serie de geishas sobre la palma de su mano las cuales empezaban a danzar sobre ella. También, la película incluía insertos en color para representar escenas en el cielo y el infierno. 


Temas interesantes como la unión entre la vida y la muerte o el clima de tensión creado por las diferentes guerras eran tratados en el film. Así como también se incluían referencias a la serie de suicidios ocurridos en Japón en 1933. Los conocidos como The Volcano Suicides incluyeron a una chica de 21 años, Kiyoko Matsumoto, quien quiso suicidarse lanzándose al cráter del Monte Mihara, en la isla de Izu, debido a la relación lésbica que mantenía con otra estudiante, Masako Tomita. La carta de despedida de Matsumoto fue repartida por toda la Universidad por Tomita y pasando a ser toda una sensación en los medios de comunicación creando una reacción en cadena y convirtiendo el Monte Mihara en el punto ideal para quitarse la vida en aquellos años. 944 personas acabaron suicidándose allí en 1933 y 350 en los dos años siguientes. ¡Hasta los turistas iban para allí solo para ver como la gente saltaba al volcán! Japan is different. Esto era debido a que por aquel entonces el suicidio no estaba prohibido por ley aunque al final el gobierno tuvo que tomar cartas en el asunto para detener el aluvión de "saltimbanquis". Os explico todo esto porque me ha parecido una historia muy curiosa.

Volviendo al film. Desgraciadamente, The Great Buddha Arrival (1934), se suma a la larga lista de películas pre-Guerra Mundial que han quedado completamente desaparecidas. Lo único que ha quedado del film son una serie de imágenes aparecidas en revistas de la época y varias reportes periodísticos. La película tuvo su estreno de manera limitada en varios teatros y salas de cine para pasar a desaparecer completamente siendo el celuloide, seguramente, pasto de las llamas. Una gran pérdida para la que se considera el primer Kaiju-Eiga japonés aunque quizás haya quedado cierta influencia de la misma en la trilogía del Daimajin (1966), realizada por la Daiei y protagonizada por una gran estatua de piedra de carácter divino. En 2018 se realizó un remake de mismo título, The Great Buddha Arrival que estuvo dirigido por Hiroto Yokokawa, quien no es otro que el nieto de Yoshiro Edamasa y cuya financiación se consiguió a través de una campaña de crowdfunding en Kickstarter.


No hay comentarios:

Publicar un comentario