CRÍTICAS PELÍCULAS

miércoles, 20 de mayo de 2020

TSUMUGI (2004)

Ya mostré signos de mi admiración hacia Sora Aoi en la crítica de la ramplona Stop the Bitch Campaign Hell Version (2004). La apolínea actriz de cine adulto fue una de las musas de mi movida adolescencia y aunque ya esté retirada del mundo del porno siempre es un motivo de satisfacción descubrir esos intentos de la chica por hacer un cine algo más serio que la sacara del Adult Video japonés. Una cosa es evidente y es que Aoi como actriz dramática es bastante terrible salvo algún ejemplo como las recomendables Man, woman and the wall (2007) o Revenge: A Love Story (2010). El film que nos ocupa hoy podría añadirse a este último grupo.

Tsumugi (2004) quiere recuperar el espíritu de ese Pinku-Eiga de los años 70 y 80 aunque con unas ciertas pretensiones que no le hacen demasiado bien. En ese sentido, el envoltorio está cuidado, no se trata de otra de esas obras de infrapresupuesto protagonizadas por la actriz como la citada Stop the Bitch Campaign Hell Version o Sexy Teacher (2004). Se nota algo más de presupuesto (tampoco demasiado) para este producto y agradezco que aún siendo 2004 no sucumbiera a la imagen digital y mantuviera cierto espíritu de video. El film relata las aventuras sexuales entre la adolescente Tsumugi, bastante liberal ella, y su profesor de instituto quien no evita sucumbir a los encantos de la chica (y quien no). Uno de los puntos interesantes de la cinta es que su director, Hidekazu Takehara, intenta darle algo de contenido al film y cierta profundidad para evitar quedarse en una sucesión de polvos gratuitos.

En ese sentido, la película relata a unos personajes masculinos que a pesar de su edad madura se han quedado atrapados en la adolescencia queriendo evitar a toda costa la llegada de las responsabilidades adultas. Katagiri, el profesor de instituto con quien tiene un affair Tsumugi, espera un bebé por parte de su mujer pero parece no ilusionarle demasiado la idea como tampoco parece emocionarse ante los coqueteos sexuales de otra profesora del instituto más madura que nuestra Sora Aoi. Idea que coge más fuerza en esa subtrama (bastante pesada) del amigo/cantante punk que también parece escapar del mundo adulto aún teniendo una hija de 20 años que ni siquiera ha visto en su vida. Este intento de darle profundidad a la obra, ayudado por la melancólica banda sonora, a veces funciona y en su mayor parte no, con una profusión a los diálogos pedantes que intentan decir más de lo que pretenden quedándose en vacíos y ridículos. Es de agradecer a Takehara su intento por ofrecer estampas visuales interesantes especialmente esos entornos cuasi oníricos con Tsumugi caminando por la terraza del instituto mostrando un poderoso cielo azul, los momentos en la playa, esos campos de arroz moviéndose al compás del viento o ese curioso momento final en el coche. Si hablamos del erotismo del film en esto no pondremos ninguna queja ya que los encuentros sexuales son frecuentes, conseguidos y morbosos ayudados por las evidentes bondades corporales de Sora Aoi (con 20 años en ese momento). Aoi, interpreta a un personaje que también parece fuera de onda de su mundo adolescente y que bien parece funcionar como fantasía cuasi onírica del profesor. Tsumugi es alegre, vital y parece no importarle mucho lo que pasa a su alrededor y por tanto lo que piensen los demás. La interpretación de Sora no destaca especialmente funcionando en algunos momentos pero resultando forzada y poco creíble en la mayoría de ellos.
Tsumugi es una adolescente algo despreocupada. También le da por filosofear frases vacías.

Katagiri, su profesor, no evita sucumbir a sus encantos aún teniendo a su mujer embarazada

Nuestros protagonistas evitan a toda costa el mundo de los adultos. El amigo punkarra de Katagiri no ha visto nunca a su hija.

Tsumugi no pierde el tiempo y logra engatusar también a su compañero de clase.

Las escenas eróticas son bien picantonas.

Una relación que se antoja imposible.

El film sorprende con alguna que otra buena estampa visual
Tsumugi (2004) es un ejemplo de este Pinku Eiga del nuevo milenio. Un film de empaque visual acertado y donde su director demuestra evitar quedarse en un producto gratuito y vacío queriendo disponer de cierta profundidad aún resultando finalmente algo pedante y vacía. 60 minutos de un erotismo bien efectivo con una muy sexy Sora Aoi ataviada de colegiala y demostrando lo que mejor sabe hacer y no me refiero a sus momentos más dramáticos, quedándose éstos algo justos. Un film curioso. Como apunte, señalar que el film disfrutó de un estreno (algo limitado) en cines, hecho a destacar ya que la mayoría de estos productos van directos al mercado del video. Quizás la popularidad cada vez más creciente en ese momento de Aoi tuvo algo que ver. Dicho "éxito" ayudó a que se la calificara como el 4o mejor Pinku del año así como un premio a Sora como mejor actriz revelación en los Pink Film Awards de 2005. La distribuidora Pink's Eiga además, ofreció en su momento una edición en DVD más que completa de dos discos y con numerosos extras, lo que nos da una idea que el presente film no se quedó en uno más del género.

Como último dato a comentar. Me encanta la forma en que están realizados los créditos finales del film mezclando los diferentes personajes con los títulos de crédito. Una opción simple pero increíblemente efectiva y que bebe mucho de la influencia del manga.

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