La fiebre por el terror fantasmagórico originado por The Ring (1998) se vivió con intensidad durante los primeros años del 2000. Dicha moda se trasladó a otros países como Corea del Sur o Tailandia, quienes intentaron asimilar las constantes de sus referentes nipones con más fantasmas contorsionistas y maldiciones varias. En Hong Kong también encontramos variados ejemplos de cintas que intentaron adherirse a la moda. Es de justicia señalar que el terror es un género con solera y mucha tradición en Hong Kong. Desde toda la retahíla de cintas alojadas en la magia negra entre otras hemoglobínicas propuestas alojadas en la CAT III. Si bien, es de denotar que la representación del fantasma y sus efectos por parte de Hong Kong difiere de ejemplos nipones, sustituyendo la atmósfera y psicología de las propuestas de Hideo Nakata o Kiyoshi Kurosawa por representaciones más explícitas o alojadas en la pura fantasía. The Eye (2002) intenta ir hacia lo contrario, es decir, un esfuerzo en su representación del puro terror por medio de la pura atmósfera y la plasmación visual.
Dirigida por los hermanos Pang (Oxide y Danny), pesos pesados de la industria cinematográfica de Hong Kong, The Eye es una muy competente cinta de terror que remite a éxitos fantasmales recientes de una manera evidente como El sexto sentido (1999) y que aún en su empaque claramente comercial abunda en numerosos aciertos, concretamente en su manera de plasmar el horror y la presencia fantasmal en la cotidianidad. Una muy sugerente creación de atmósferas, juegos visuales y extrañas presencias ayudan a crear un clima inquietante y que resulta efectivo en su manera de crear pavor en el espectador.
Es de agradecer la ambigüedad y trato que la cinta ofrece hacia los fantasmas siendo éstos seres en pena, espíritus que se han quedado atrapados en nuestro mundo y deambulan por él repitiendo los ciclos que realizaban en vida. Por desgracia, la cinta vira hacia una segunda mitad en donde la investigación que la pareja protagonista realiza para descubrir el origen de la córnea transplantada se antoja ya mucho más convencional y menos enfocado hacia el terror incluyendo algunas pizcas de melodrama que desatinan el conjunto. Así, hasta llegar a una conclusión final, en donde se resuelve el gran misterio y que parece sacado de otra película por su grado de espectacularidad infográfica. Aún con todo, resulta efectivo.
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