CRÍTICAS PELÍCULAS

domingo, 14 de enero de 2024

ULTRAMAN: THE ULTIMATE HERO (1993)


Los primeros años 90 continuaron siendo difíciles para nuestro Ultraman y Tsuburaya Productions intentaba que el personaje no desapareciera del todo con productos bastante oscuros como Ultraman Kids (1992) o co-producciones con vistas a que el personaje lograra calar en mercados internacionales como fue Ultraman Great (1992). Ésta última si que gozó de un aceptable éxito lo que sumado al éxito en Japón de Gridman The Hyper Agent (1993), una sorprendente puesta al día de los kyoudai hero con entornos virtuales y un uso sorprendente del CGI, animó a Tsuburaya a querer lograr de una vez por todas el soñado proyecto de una producción americana para su personaje estrella. Si bien, el camino no seria nada fácil. La historia tras bambalinas de la que sería Ultraman: The Ultimate Hero (1993) es la más descabellada y desastrosa de la historia del tokusatsu. ¿A quién encontró de partner los amigos de Tsuburaya para la realización de una serie americana de Ultraman? Major Havoc Studios. Unos auténticos desconocidos de los que apenas se sabe nada y cuya constitución como productora fue poco antes de la llegada de Ultraman: The Ultimate Hero.

Éste fue el inicio de una dramática serie de desastres. Major Havoc empezó a ocuparse, en teoría, de la realización de la serie en Estados Unidos mientras los encargados de Tsuburaya trataban de coordinar la producción y ayudar en la medida que pudieran, pero desde Japón. Lo que vino en los meses siguientes fue surrealista. El gasto por parte de Major Havoc de parte del presupuesto de la serie en unas lujosas vacaciones en Hawaii y Las Vegas. La inexperiencia general de gran parte del equipo técnico. El rodaje de los efectos especiales en un parking porque no había espacio en el set de Major Havoc. Transporte de disfraces de monstruos al rodaje en el maletero de un Honda Civic o la pésima idea de utilizar pintura de aluminio en los disfraces de los monstruos de la serie, un material tremendamente inflamable. Aún con todo y quizás debido a un milagro, Ultraman: The Ultimate Hero pudo acabarse en los meses previstos aunque su resultado final provocó una decepción general en Tsuburaya Productions.

Ultraman: The Ultimate Hero presenta a un equipo de fuerzas especiales llamados WINR (en su pronunciación “Winner”), “Worldwide Investigation Network Response”, que un buen día se han de enfrentar a la continua amenaza de diversos monstruos gigantes. Si bien, WINR contará con la inestimable y misteriosa ayuda de un ser gigantesco humanoide llamado Ultraman.

Una imagen que representa lo que fue el rodaje.
La serie vive en su propio universo dentro del ya confuso orden de la franquicia presentando a un nuevo héroe como es Ultraman Powered, tal y como se le bautizó en la versión japonesa. Ultraman: The Ultimate Hero puede atraer al curioso debido a que es la primera serie de la franquicia ambientada y producida en Estados Unidos, si bien el show resulta un fracaso general en sus aspiraciones de querer filtrar y traer al público occidental la iconografía y personalidad de su personaje principal. Vista la tumultuosa historia tras bambalinas durante la producción de la serie, dicho caos y despreocupación se vislumbran perfectamente en cada uno de los 13 episodios de la serie siendo una de esas ocasiones en las que el producto general resulta tan malo y risible que se le da la vuelta generando numerosas ocasiones de humor involuntario.

Episodio 9, Tails from the Crypt

El equipo de ases de WINR
Ultraman: The Ultimate Hero
si que contiene algunos puntos de interés, por supuesto. La serie realiza un recorrido por los mejores y más recordados momentos de la Ultraman de 1966 y acierta en modernizar algunos diseños de los monstruos clásicos como es el caso de las estupendas revisiones de Kemular o Zetton así como curiosas actualizaciones de la mitología de las bestias como es el caso de Alien Dada convertido en un ser generado en el ciberespacio. A pesar de sus enormes limitaciones hay ciertos episodios en los que se trata de generar cierta atmósfera con espacios oscuros, neblina o presentar los bajos fondos de la ciudad. Es el caso del entretenido On a Mission from M-78, el episodio que abre la serie. O ciertas rememoraciones del imaginario de la ciencia ficción americana con paisajes desérticos que nos recuerdan al cine de Jack Arnold o incluso al clásico Temblores (1989) como vemos en el episodio 2, Catch a Kemura by it’s Tail.

Ep. 1, On a Mission from M-78
Aún con dichos aciertos, la serie no acaba de funcionar en general con unos decorados de cartón piedra, interpretaciones sonrojantes y unos guiones muy endebles donde se denota sobremanera las numerosas reescrituras que se produjeron.Lo más dramático de la serie y que se repite en cada uno de los episodios, son las apariciones de los monstruos así como las pobres secuencias de destrucción y la plasmación de las batallas entre los colosos. La escasa movilidad de las bestias, lo poco excitante de las peleas así como la pobreza general técnica hace de su visionado algo completamente frustrante. 

Hay un intento por mantener escondido y a la sombra al enemigo monstruoso del episodio de la semana en una manera de mantener el misterio pero una vez éste es mostrado en todo su esplendor la casa se viene abajo. Dichos enfrentamientos de las bestias filmadas casi a ralentí y sin ninguna energía proviene del problema de que los disfraces eran altamente inflamables con lo que rodar con ellos rodeados de fuego y bajo el tórrido sol de Los Ángeles era una faena de alto riesgo. Además se sumó que la censura americana obligó a que la violencia entre los monstruos fuera reducido al mínimo para que la serie obtuviera una calificación para todas las edades. El resultado final lo vemos en pantalla.

Ep. 7, Fires Below
En resumen, pese a momentos interesantes y que funcionan de manera sorprendente como ese abordaje al género de catástrofes del ep. 7, Fires Below, el recuerdo a los clásicos de la ciencia ficción americana o la distraída conclusión de la serie, The Final Showdown? el cual presenta a un moderno e interesante Zetton, ciertos momentos simpáticos y pese a toda su torpeza, Ultraman: The Ultimate Hero no acaba de funcionar como producto de Ultraman. 

Y a pesar de todos los esfuerzos con la serie ésta no se emitió en su país objetivo, Estados Unidos. El motivo fue porque era una serie cara de emitir. Debido a las leyes americanas de emisión se debían pagar royalties a cada uno de los actores, secundarios y figurantes que aparecían en la serie. Un gasto que Tsuburaya no había previsto y que ya resultaba demasiado para su ya delicadísima situación financiera prefiriendo emitir la serie en Asia donde únicamente tenían que pagar los royalties al reparto principal de la serie.

Un remodelado Zetton en el ep. 13, The Final Showdown?
En Japón la serie fue lanzada directa a video en diciembre de 1993 pasando algo inadvertida hasta que finalmente hubo una pequeña sorpresa porque ésta llegó a emitirse en Japón en 1995, entre el 8 de abril y el 1 de julio, donde se retituló como Ultraman Powered. Sorprendentemente, la serie funcionó bastante bien a nivel de audiencia y tuvo cierta aceptación entre el público. Esto principalmente fue debido a que era la primera ultraserie en 14 años que el publico nipón recibía en sus pantallas lo que logró llamar la atención de nuevo hacia el personaje y allanar en cierta manera el terreno para la llegada de la exitosa Ultraman Tiga en 1996.

Aún no habiéndose emitido en Estados Unidos, sí lo hizo en varios países europeos como Francia y España. Dicha serie estuvo incluida en el paquete de varias ultraseries que fueron emitidas en nuestro país durante los años 90 en TVE.



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