CRÍTICAS PELÍCULAS

lunes, 11 de enero de 2021

LA LEYENDA DEL LUCHADOR BORRACHO (1994)


Tal vez por la imagen dada en sus films realizados en Hollywood donde tiende a realizar una comedia blanda y mainstream se tiende a menospreciar la figura de Jackie Chan cuando éste es una de las figuras más impresionantes y entrañables de la historia del cine. Solo hace falta echar un vistazo a su trabajo realizado en Hong Kong para ver que abunda en absolutas joyas de puro entretenimiento y diversión donde se consiguió llevar las coreografías marciales a un nivel de fluidez impresionante añadiendo comedia slapstick en la pelea de una manera única y original. Jackie, durante los años 80, se convirtió en un absoluto suicida en su ánimo de superar sus escenas de acción sin dobles a un nivel de locura llevándose numerosas lesiones y heridas por ello. Uno de sus clásicos más incontestables y una de las piezas que convirtieron a Jackie en toda una estrella fue El mono borracho en el ojo del tigre (1978). Quince años más tarde, Jackie se atrevió con una especie de relectura/remake de aquella pero con más medios y adaptada a la espectacular experiencia acumulada por el artista marcial y todo su equipo de stunts.

La leyenda del luchador borracho (1994) cuenta la historia de Wong Fei Hung, un joven artista marcial el cual se ve involucrado sin quererlo en una trama de tráfico de obras de arte chinas. Pero tendrá un problema mayor: su temperamental y exigente padre.

La leyenda del luchador borracho (1994) también fue conocida como Drunken Master II y es con derecho propio y sin ningún temor a decirlo, una de las mayores joyas que nos ha dado el género de las artes marciales y muy posiblemente la obra más pulida y destacable de toda la filmografía de Jackie Chan. El film funciona estupendamente a todos los niveles. El diseño de producción es excelente así como también el reparto escogido para la ocasión. A Jackie le acompaña Ti Lung (abultada carrera la suya contando con sus apariciones en A better Tomorrow (1986), Tiger on the Beat (1988), La furia del tigre amarillo (1971) o The Duel (1971), por decir unas pocas) y el cual hace de padre extremadamente severo con Wong Fei Hung (Chan) y que quiere evitar a toda costa que su hijo se meta en problemas, cosa harto inevitable como veremos en el film. La mítica Anita Mui hace de madrastra de Chan realizando una exhibición de comedia hilarante. El cast estelar sigue con gente como Ken Lo (Isla de Fuego (1990), Operación Trueno (1995) o la reciente Operation Mekong de 2016), Andy Lau (difícil, por otra parte, no ver a este hombre en una película de Hong Kong, apareciendo Lau en films como Infernal Affairs (2002), Con los días contados (1999) o El regreso de los supercamorristas (1985)).
Wong Fei Hun es un joven y confiado experto en artes marciales.

Su padre es muy severo e intenta que Wong no se meta en problemas. Por supuesto, esto no pasa.

Wong se enfrentará a una banda de tráfico de objetos chinos.

La técnica del mono borracho será su arma secreta. Jackie va cocido.

La leyenda del luchador borracho (1994) logra un tono muy equilibrado entre comedia y acción, no saliéndose en exceso de los patrones de otras películas de la filmografía de Jackie Chan. Aún así, el conjunto funciona por encima de otros trabajos, ya sea por la calidad de su cast, las hilarantes situaciones y malentendidos, las espectaculares coreografías marciales y definitivamente por el regreso de la técnica del mono borracho. Escenas como el prólogo en el tren, cuando Wong se emborracha por primera vez en la plaza del pueblo o la magistral pelea final son momentos de oro. Todo estos factores hacen que el film sea muy entretenido y que resultó en una de las películas más aclamadas por público y crítica de toda la filmografía de Jackie Chan. El film supone una cierta culminación a una época para Jackie ya que pocos años después iniciaría su carrera en Estados Unidos y la calidad de sus films en el futuro, aún con cosas disfrutables, no lograría estar a la altura de sus clásicos.

Como apuntes de producción, la magnífica pelea final de siete minutos necesitó de cuatro meses de rodaje y el momento en que Jackie camina sobre las brasas, no solamente éstas eran reales sino que necesitó de una segunda toma ya que Chan pensó que en la primera toma no lo había hecho a un ritmo correcto. Genio y figura. El film tuvo inicialmente como director a Liu Chia-Liang aunque tuvo numerosas diferencias con Jackie sobre el modo de rodar la acción. Liang, al parecer, era más partidario del uso de tomas rápidas, la utilización de la slow-motion o el uso de cables durante las coreografías marciales para lo cual Jackie se opuso. Liang acabó abandonando el rodaje encargándose Chan del resto del film.

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