En 2016, Shin Godzilla dio la campanada convirtiéndose en uno de los mayores éxitos del año del cine japonés. Una reactualización del monstruo en una propuesta única, original y llena de fuerza. La pareja Hideaki Anno/Shinji Higuchi consiguió dar en el clavo siendo, además, siendo la vencedora en los premios de la academia de cine japonés de ese año, incluyendo el de "Mejor película". Con una secuela cada vez más descartada, un nuevo mito de la infancia de estos dos artistas también sería objeto de una reactualización. Estamos hablando de Ultraman.
Es innegable la enorme influencia e impacto que las series clásicas de Ultraman han tenido sobre Hideaki Anno. No hay más que ver algunos de sus episodios de Neon Genesis Evangelion (1995) para ver ramalazos de la Ultraman original, del peculiar estilo de Akio Jissoji en las ultraseries (clara influencia de Anno) o las crucifixiones que sufrían los héroes en Ultraseven o Ultraman Ace como ejemplo de ello. Es famoso el peculiar cortometraje no oficial, Return of Ultraman (1983), con el mismo Anno en el papel del ultrahéroe. Por todo esto, que el mítico superhéroe nipón pasara por las manos del director, prometía una nueva versión de carácter imprevisible, sorprendente y refrescante como fue la anterior Shin Godzilla. Por desgracia, no ha sido así.
El filme da inicio con el continuado ataque de monstruos gigantes en Japón lo que provoca la creación del escuadrón SSSP para hacer frente a los monstruos. Durante la lucha contra el monstruo invisible Neronga, llegado del cielo, cae un meteorito del que surge de su interior un gigante humanoide que lucha contra el monstruo.
Shin Ultraman ha tenido algunas dificultades en su proceso de creación, sufriendo mil retrasos derivado de la pandemia del Covid-19 y teniendo además el abandono de Hideaki Anno en la dirección a mitad de proceso para ocuparse éste de Shin Kamen Rider. La silla de dirección fue ocupada al 100% por Higuchi, manteniendo en los créditos el guión de la película para Anno.
Shin Ultraman tiene un arranque espléndido y que homenajea a la maravillosa Ultra Q (1966), primera de las ultra-series, en una presentación inmejorable con algunos de los monstruos de la serie original de 1966 haciendo acto de presencia. Inmediatamente, somos trasladados a una genial set-piece con el ataque del monstruo Neronga coronada de manera imprevista por una rápida aparición de Ultraman, el cual mantiene una dinámica batalla contra el monstruo eléctrico. Sin duda, dicho arranque del filme resulta sobresaliente con un ritmo gozoso, algo que se mantiene durante buena parte de la primera mitad del metraje con una presencia constante de monstruos, batallas y un tono que logra trasladar parte de la diversión desprejuiciada de la serie original de 1966.
Monstruos gigantes atacan Japón. |
Un gigante humanoide llega desde los cielos. |
Dispuesto a enfrentarse a la amenaza. |
El filme toma la dudosa decisión de estructurarse de manera episódica, siendo una especie de remix de 5 de los episodios de la serie original de Ultraman. Se tratan concretamente de los capítulos 3, 9, 18, 33 y 39. Siguiendo la línea de Shin Godzilla, sus responsables toman la decisión de realizar un uso bien extendido del CGI en lugar de los efectos tradicionales con hombres disfrazados y maquetas. Aún prefiriendo, siempre, los efectos de antaño, los efectos digitales son de un nivel bastante aceptable proporcionando además momentos bien poderosos a nivel visual. Si bien, no se evitan algunos momentos algo extraños de movilidad en las batallas, concretamente con Ultraman.
Como digo, la primera mitad del filme es bien disfrutable aunque ya se empiezan a vislumbar algunos nubarrones en la propuesta como esos asépticos miembros de la SSSP. Si bien, es a partir de la aparición a mitad de metraje del alienígena Zarab que la película empieza a experimentar algunos problemas. A medida que va abandonando la gozosa energía propia de la serie original e intenta adentrarse en algo diferente, bastante más profundo, la película no acaba de funcionar. Y el estilo tan característico de Anno/Higuchi, que tan bien cuadraba en el entramado de despacho de Shin Godzilla, aquí resulta un error, consiguiendo un ritmo plomizo, frio, poco natural y forzado.
Hay buenas ideas, como plantear las consecuencias socio-políticas de la aparición de un ser extraterrestre, qué es lo que supone conocer la identidad humana de Ultraman, cómo las diferentes potencias mundiales intentan conseguir el poder del ultra-héroe o aprovecharse de los nada inocentes ofrecimientos de alienígenas como Mefilas. Hay debates filosóficos y un tratamiento más explícitamente divino de Ultraman. En ese sentido resulta muy interesante que Zoffy plantee la destrucción de la humanidad... Hay ideas interesantes sobre el papel pero no acaban por definirse o por recibir un tratamiento interesante o profundo. El diseño de los monstruos sorprende en ocasiones por su modernización como Mefilas o Zetton, éste último con un aspecto remodeladísimo y el cual aparece bajando desde los cielos para acabar con la humanidad en el momento más puramente Anno de la película.
La narración, como digo, acaba jugando en su contra, siendo forzada y extraña con planos aberrantes realizados con un teléfono móvil (creando un efecto muy raro debido a la diferencia visual) entre otras excentricidades visuales. Se suma la poca empatía que despiertan sus personajes principales, siendo todos unos sosaínas descomunales, empezando por Takumi Saitoh, quien es el que le toca ser Ultraman en esta ocasión. Es interesante que su identidad sea descubierta a mitad de película con todas las consecuencias que se originan debido a ello pero, de nuevo, el desarrollo no termina por ser atrayente derivado de la gélida interpretación de su actor. Su muerte al inicio, fuera de plano, acaba creando total confusión al espectador alejado de la franquicia. Solo mi amada Masami Nagasawa, actriz que arrastra una larga trayectoria (Crying out love in the center of the world (2004), Mother (2020)...) consigue crear un personaje mínimamente simpático.
El filme finiquita con un clímax algo extraño y que traiciona el espíritu de toda la franquicia Ultraman como es que la humanidad aprenda a defenderse sola sin necesidad del superhéroe, yendo el filme hacia el camino opuesto, creando una batalla final espacial muy potente visualmente pero que no impide dejarte con una sensación algo agridulce.
Shin Ultraman concentra tramos bastante disfrutables (especialmente en su primera mitad) de acción monstruosa, hay muchos momentos potentes a nivel visual (esa batalla en la fábrica entre Ultraman y Mefilas, por ejemplo), pero no resulta una puesta al día a la altura de un icono como Ultraman de cara a un público nuevo ajeno a la franquicia. Aún así, la película se ha convertido en uno de los mayores éxitos de público este año en Japón consiguiendo 3 premios técnicos de la Academia de cine japonés.
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