CRÍTICAS PELÍCULAS

domingo, 28 de mayo de 2023

THE SNAKE GIRL AND THE SILVER HAIRED WITCH (1968)


La carrera de Noriaki Yuasa quedo marcada o eclipsada por la serie de la tortuga gigante Gamera, el rival en la taquilla de Godzilla. Yuasa dirigió 7 de las 8 entregas de la serie clásica del quelonio volador. Al igual que Ishiro Honda, el cual, la parte de su filmografía alejada del kaiju eiga o de la ciencia ficción y centrada en los dramas o comedias, ha quedado totalmente oculta a ojos de del mundo, algo similar ha pasado con Yuasa.

Noriaki Yuasa, hijo de unos padres los cuales ya estaban introducidos en el negocio cinematográfico, dirigió una comedia musical para la Daiei en 1964 de título Shiawasa Nara Te O Tatake, anterior a la primera entrega de Gamera, El mundo bajo el terror (1965). The Little Hero (1970) es otro ejemplo siendo un drama social. En 1968, con Yuasa hastiado de la saga Gamera, hizo un pequeño paréntesis tras Viras ataca la Tierra (1968), para coger fuerzas realizando The Snake Girl and the Silver-Haired Witch (1968).

En el filme, Sayuri es una niña huérfana que ha crecido en un orfanato hasta que un buen dia sus padres biológicos la encuentran y se la llevan a su mansión. En su nuevo hogar verá una misteriosa actitud por parte de su madre, que esconde a una hija en casa con un misterioso pasado.

El terror nipón sustentado en figuras sobrenaturales, espíritus y criaturas salidas del folklore local ya llevaban realizándose desde la era del cine mudo, si bien, hay una etapa de esplendor del genero durante los años 60 y parte de los 70 (que resucitó The Ring a finales de los 90) donde destacan producciones como Kwaidan (1964), Onibaba (1964) o Bakeneko (1968). La Daiei le estaban funcionando muy bien sus películas de terror sobrenatural protagonizadas por los Yokais y The Snake Girl and the Silver-Haired Witch es una nueva propuesta terrorífica del estudio cargada de diversión. Una mezcla refrescante entre historia de Roal Dahl, cuento de fantasmas, paisajes oníricos y episodio de Scooby Doo donde Yuasa demuestra sus quilates como director.

El filme es una propuesta gótica que sorprende por su destreza técnica destacando un fantástico uso del blanco y negro, especialmente en esos pasillos y lugares oscuros de la mansión a la que llega nuestra pequeña protagonista. El ritmo es constante a la vez de misterioso y resulta positivo aprovechar esa constante de Yuasa por las historias protagonizadas por niños para darle un cierto aire de fábula malsana y surrealista al asunto. El filme acumula muchos momentos bizarros para alucinar al espectador, empezando en que a primera vista la historia parece apuntar hacia los más pequeños de la casa pero hay una gran abundancia de momentos que los traumatizarían de por vida. Esa supuesta hermana que esconde ser una mujer serpiente y que no deja de hacerle putadas a la pequeña, la imagen de esa bruja de rostro monstruoso o algunas muertes hacen del filme una experiencia alucinante de ver.

Sayuri ha crecido en un orfanato pero sus padres biológicos la encuentran y se la llevan a su mansión.

Empiezan a pasar cosas raras.

La madre de Sayuri esconde a su hermana mayor. Posiblemente una mujer-serpiente...

Una bruja de pelo platino se añade a la fiesta.

El filme presenta sorprendentes tramos oníricos.
Yuasa se explaya a gusto con una planificación elaborada y angulaciones interesantes. Una sensación acrecentada por ciertos tramos de componente onírico y que suponen uno de los elementos más sorprendentes de la cinta. De la historia de misterio y terror el filme vira en su último tercio hacia Hitchcock con ecos incluso a Rebeca (1940), con una resolución sorpresa donde nada parece ser lo que era. 


El protagónico está sustentado por la pequeña Yachie Matsui, quien aún ser una protagonista infantil no se hace repelente. De entre el reparto es curioso la participación de Sei Hiraizumi, actor de abultada filmografía participando en Violent Cop (1989) de Kitano, La anguila (1997) de Imamura o Hana (2006) de Kore Eda, aunque más importante, por supuesto, es su participación constante en las Ultra Series, haciendo pequeños papeles en Ultraman Taro (1973) o Leo (1974) aunque los fans le recordamos por interpretar al capitán Tatsumi en Ultraman Gaia (1998).


The Snake Girl and the Silver-Haired Witch (1968) es una sorprendente propuesta de terror dirigida por el artífice de la saga Gamera (rodeado además de su equipo habitual), lo que gana en curiosidad. Se trata de un filme que sabe jugar sus bazas manteniendo un ritmo entretenido, imágenes inquietantes y sorprendentes tramos visuales coronado por un nivel de bizarrismo en sus situaciones que la hacen ganar en diversión. Su clímax final situado en unas obras pone la guinda a una notable cinta que hará las delicias del arqueólogo cinéfago ávido de joyas extrañas.

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