CRÍTICAS PELÍCULAS

jueves, 19 de diciembre de 2024

YOUNG AND DANGEROUS (1996)


Regresando a los tiempos de gloria del cine de Hong Kong, abundaron durante los años 80 y 90 cine de acción o thrillers policiales centrados en el modo de vida de las tríadas. Un genero bien popular y que fue llevado desde la explosividad balística del cine de John Woo o similares, al nihilismo de Johnnie To. Sin duda, una de las sagas más míticas y exitosas de los 90 es la saga Young and Dangeruous. Polémicas y controvertidas por su romantización y glorificación del mundo de la mafia, tuvieron un éxito abrumador a finales de la década de los 90, generando una saga de 6 películas, varios spin-off y un remake realizado en 2010. Tanto fue el revuelo generado por la saga que fue calificada como CAT III para alejar así a lo jóvenes de los cines.

Basado en un cómic manhua creado por Cowman y Dickey Yau, Young and Dangerous sigue las vicisitudes de un grupo de amigos en sus inicios en las triadas. El filme resulta notable en su plasmación del funcionamiento de las tríadas en Hong Hong, la división en diversos grupos y familias, cada uno con su zona de control, tipos de negocios concretos y rencillas entre los mismos. Debido al carácter comercial de la propuesta dicho organigrama no resulta confuso teniendo cierta habilidad la película para ayudarte a no perderte en los diferentes personajes. 

Si bien, aunque en un inicio algunos de los carácteres tienen una pátina superficial, las siguientes continuaciones de la saga ayudan a explorar adecuadamente el trasfondo de cada uno de ellos. Personajes como Nam o Chicken  se convirtieron en leyendas de la noche a la mañana, catapultando a la fama a sus actores Ekin Cheng y Jordan Chan, respectivamente. Sin duda, el pulso que mantienen ambos personajes en la cinta, su relación de amistad la cual va teniendo muchas subidas y bajadas a la vez que ambos intentan ascender en su posición de las tríadas resulta ejemplar.

La cinta resulta muy acertada en su plasmación de los barrios más pobres y peligrosos de la ciudad, consiguiendo un nivel de suciedad y crudeza en diversos momentos sorprendente y conseguida. El grupo de personajes principales, amigos de la infancia y que les une un sentimiento de honor y unidad, resultan muy entrañables todos ellos. Jóvenes sin aspiraciones, abandonados a su suerte en unas circunstancias donde poco tienen que hacer salvo entregarse a la delincuencia para tratar de cumplir sus sueños de prosperidad. 

De estética elegante y sucia a la vez, el filme recoge sin pudor su herencia del cómic en el que está basado mostrando en determinados momentos viñetas para llevarte por los diferentes tramos de la historia. Por supuesto, siguiendo el carácter comercial de la propuesta el filme no abandona las adecuadas dosis de sentimentalismo, drama y romance además de canciones, que no empañan en absoluto el conjunto.

Así, Young and Dangerous, resulta un entretenimiento de lo más notable. Eficaz en su manera de plasmar la idiosincracia de la propia mafia y de sus relaciones de poder. Interesante en su narración de historia de ascenso de un grupo de personajes. Súmale la presencia de estrellas míticas del género como Simon Yam para hacer de su visionado una experiencia muy recomendable y quizás la más sólida entrega de una saga que por si misma es bien sólida. Ya la iremos comentando en un futuro en este blog. Si bien aprovecho la presente crítica para recomendar al lector Young & Dangerous 4 (1998) y especialmente los spin off realizados de personajes secundarios de la saga, la mayoría de ellos todavía más notables que la saga madre y dotados de un aura de fatalismo y melancolía muy conseguidos, caso de Young and Dangerous: The Prequel (1998), Portland St. Blues (1998) o These Were the Days (2000), centrada ésta última en la infancia y adolescencia de Chicken.

jueves, 12 de diciembre de 2024

SÊRÂ-FUKU: YURIZOKU (1983)


Como se ha comentado hasta la saciedad en el presente blog, el estudio Nikkatsu deleitó al público nipón con su retahíla de exitosas producciones Roman Porno entre 1971 y 1988. Hasta 1.200 producciones se realizaron, todas ellas baratas, fáciles y rápidas de realizar y además rentables. El Roman Porno aglutinó decenas de subgéneros o etiquetas. Cintas que se adentraban en las mil y una parafilias y perversiones del ciudadano medio. 

Resulta interesante adentrarnos en una pequeña "sub-rama" del género centrada en producciones que abordaban la homosexualidad de sus protagonistas. Aunque por lo general el sexo de los personajes era femenino y la situación básicamente era explotada desde una visión masculina. Si bien se produjo una trilogía de cintas que, aun contando con dicha explotación, se abordaba la temática de una manera diferente, contando con buenos valores en general. Se trata de la trilogía Yurizoku.

En esta primera entrega se nos presenta a dos chicas de secundaria, Miwako y Naomi, quienes descubren el placer del sexo entre ellas, hasta que una de ellas decide comenzar a salir con un chico para así experimentar nuevos horizontes.

Sêrâ-Fuku: Yurizoku (1983) es otra de las muestras más interesantes que nos dejó el maravilloso y húmedo Roman Porno de la Nikkatsu. Es una cinta que se muestra natural y orgánica en su plasmación de su pareja protagonista y sus diversos avatares. Dos muchachas adolescentes y que dudosas de su propia relación, parece que inmersa en el tedio y conscientes de su propia inexperiencia vital se aventuran en un camino de autodescubrimiento personal y sexual. El carácter técnico de la propuesta resulta acertado, siendo íntimo, cercano y muy natural en las escenas de interior y momentos de cama. 

El clásico nerd pervertido que no puede faltar
Respecto a los exteriores, la fotografía aprovecha de manera notable las localizaciones playeras de la historia, creando momentos de fuerza con el uso del mar, al respecto la excelente escena final con la pareja corriendo por la playa, con un uso excelente de la cámara lenta y la música escogida para la ocasión. Nada mal, para una producción de bajo coste y rodada en 1 semana. Por supuesto, aunque pueda parecerlo por mis acaloradas palabras, el filme se aleja de toda seriedad y trascendencia convirtiéndose en una simpatiquísima comedia de clásico triángulo amoroso. Por supuesto, las locuras habituales e inherentes al género están presentes. 

Aquí cada uno con sus filias
Desde el chico con el que Miwako intenta mantener una relación, un pervertido con acné y que gusta de dejar mochilas (con una cámara en su interior) en medio de la calle para grabar y fotografiar la ropa interior de las adolescentes (Love Exposure style!), un momento en el que también una de las protagonistas es espiada mientras orina (cada uno con sus filias) a usos alucinantes en medio del sexo de un gnomo que parecía servir únicamente para la decoración (ese gorrito afilado...). El director de la cinta es Hiroyuki Nasu, que lejos de encasillarse en el cine erótico realizó diversas producciones en los 80 de lo más exitosas como la saga Bee Bop Highschool (1985-1988), para que se encargó de 6 entregas de la saga o The Shinjuku Love Story (1987). Filmes juveniles que enmarcaban el entorno adolescente con el mundo del crimen o la delincuencia y que gozaron del favor de la audiencia.


Ese gnomo no es solo para decoración...
La elección de la pareja de féminas protagonista resulta un acierto, habiendo química entre ellas y creando unos personajes bastante simpáticos. Al respecto destacar a Natsuko Yamamoto, muy apreciada para quien esto suscribe, presente durante un par de años en varios Roman Porno de la casa como Beautiful Wrestler: Down for the Count (1984), donde se la volvía a juntar con su compañera de reparto Kaoru Oda (Naomi en Yurizoku) o en Koichiro Uno's Wet and Swinging (1984) una de las primeras películas de Shusuke Kaneko.

Esta primera Sêrâ-Fuku: Yurizoku resulta un ejemplo notable del genero, explotando la temática lésbica con despreocupación y ligereza pero aprovechándolo para realizar una trama de autodescubrimiento sexual y personal aderezado con numerosas notes de humor y una naturalidad en la acción bastante de agradecer. Una producción erótica bastante recomendable. Las dos entregas restantes no se hicieron de rogar para las cuales contaron con la misma pareja de actrices. Para Yurizoku 3 (1985) la dirección corrió de parte de Shusuke Kaneko.

viernes, 29 de noviembre de 2024

ULTRAMAN: THE NEXT (2004)


Como se apuntó en el extenso análisis de Ultraman Nexus (2004), dicha serie fue una oportunidad para abordar un Ultraman oscuro y adulto. El proyecto se preparó para la emisión de la serie viniera precedida de una película que preparara al espectador del mundo que vería en Nexus. Si bien, debido a las dificultades económicas de Tsuburaya Productions, la cinta no se estrenó en cines hasta diciembre de 2004, dos meses después del estreno de Nexus. Si analizamos Ultraman: The Next (2004) como un ente independiente, ésta se ve como una reactualización en toda regla del mito y que funciona a las mil maravillas como puerta de entrada al personaje para un público que nunca se ha acercado a él. Tsuburaya era consciente de ello, motivo que animó a titularla originalmente como Ultraman, para después cambiar a Ultraman: The Next en el mercado internacional.

El filme nos presenta al teniente Shunichi Maki, piloto perteneciente a las fuerzas aéreas de autodefensa. Desde niño, siempre había soñado con volar, pero debido a la grave enfermedad de su hijo Tsugumu, y que puede causarle la muerte en cualquier momento, Maki abandona su puesto en las fuerzas aéreas. En su última noche en el cuerpo, en una ronda nocturna, su avión colisiona contra una extraña luz roja, aun así no sufre ningún daño pero comienza a sentir en su cabeza imágenes extrañas y mensajes telepáticos de un ser. Mientras tanto, en un secreto complejo militar, Sara Mizuhara se encuentra tras la cacería de un monstruo apodado «El Primero», y que posee la capacidad de absorber toda vida terrestre. Mizuhara se enterará del incidente de Maki y lo mandará apresar.

The Next
se erige como una de las mejores representaciones fílmicas del personaje gracias, por un lado, a su cuidadísimo empaque, lujosos efectos especiales y, en general, una cinematografía envidiable. Al respecto, su generoso presupuesto, para los estándares nipones, de unos 6,3 millones de dólares, tiene algo que ver. El filme se beneficia al eliminar cualquier atisbo de infantilismo inherente a la franquicia, ofreciendo en su lugar un tono adulto y violento, en el que se atreve incluso con algún momento de body horror o muertes en directo. El diseño creado para Ultraman resulta de lo más sugerente por esa idea de ofrecer un aspecto incompleto al héroe, creando un mix entre zonas metálicas y orgánicas muy innovador. El Ultra irá evolucionando a medida que su host humano va tomando conciencia de su propio poder como héroe. Su diseñador, Hiroshi Maruyama, recordaba lo estresante que fue para él reinventar la imagen de Ultraman para el filme. En su primer diseño propuso a un Ultra de piel transparente con líneas brillantes rojas, pero fue rechazado por el estudio por ir demasiado lejos. Maki, el host humano de Ultraman, interpretado para la ocasión por Tetsuya Bessho, es un personaje algo hierático, con un trasfondo familiar que, si bien, no es la panacea, funciona adecuadamente dentro de los parámetros del filme.

Por otro lado, The Next es capaz de crear un villano de lo más interesante, concretamente porque es un ser humano afectado por una luz maligna y extraterrestre. «El Primero» resulta una criatura amenazadora y, sanguinaria, y cuya habilidad de fusionarse con otros seres vivos resulta de lo más llamativa y peligrosa ya que le permitirá evolucionar y adaptarse a diferentes formas, como por ejemplo desarrollar alas, tal y como vemos en la catártica batalla final. La calidad de los efectos especiales, dirigidos por Yuichi Kikuchi, resulta en general realmente buena. En su combinación de técnicas tradicionales, con maquetas y hombres disfrazados a la vez de un uso extenso del CGI da lugar a momentos provistos de una estética espectacular. Prácticas como el uso de luz natural o combinar escenarios de edificios reales interactuando con los monstruos resultan tremendamente efectivas. Para el recuerdo queda ese momento en el que Ultraman salva a una madre y su hija de morir aplastadas por un edificio o planos donde la sensación de escala resulta extraordinaria, especialmente en la batalla en Shinjuku, donde el equipo de efectos se luce especialmente. Por el contrario, hay ciertas secuencias en las que el CGI no es tan atinado y resulta excesivo, como es el caso de la pelea aérea entre Ultraman y «El Primero».

Respecto al apartado musical, Tak Matsumoto realiza un score resultón que sigue la línea de la producción de dar un aire moderno y diferente al personaje. Con una gran presencia de temas con potentes guitarras, cercanas incluso, por momentos, al metal industrial pero aderezadas con ocasionales apuntes electrónicos, crean un soundtrack acertado. Siguiendo en esta línea rock, el tema principal del personaje de Maki es una pegadiza tonadilla de golpe heroico que, con una línea muy clara de guitarra, no evita, aumentar el tufillo a Top Gun (1986) de algunos momentos del filme. Si bien, dicha pieza es utilizada para engrandecer los momentos más épicos con una versión con instrumentación de cuerda deliciosa.


Si nos centramos en la dirección de The Next, sin duda os sonará, la labor recayó sobre Kazuya Konaka,  una de las voces más importantes y con más personalidad de la etapa Heisei de Ultraman. Ultraman Zearth 2 (1997) fue su estreno en la franquicia y su participación irá a más siendo el director principal de las series Ultraman Dyna (1997) y Nexus, además de dirigir filmes del personaje como Ultraman Tiga & Ultraman Dyna: Warriors of Star of Light (1998) o la futura Ultraman Mebius & The Ultra Brothers (2006), además del filme que nos ocupa. La importancia en la franquicia de Kazuya Konaka es inapelable y ha continuado dirigiendo hasta nuestros días, destacando la reciente Single8 (2023), en donde Konaka rememora sus años de adolescencia en una preciosa carta de amor al cine y en donde los guiños a Ultraman son abundantes.

Respecto a su condición de precuela, pocos elementos en común presenta The Next respecto a Ultraman Nexus, más allá de mostrar a una organización gubernamental a la sombra y de prácticas algo oscuras. Aun así, Las referencias de la película en Nexus serán abundantes, siendo los hechos que cuenta la película de vital importancia para desarrollar algunos elementos de la serie. Pero, salvo esto, la película funciona perfectamente por sí misma como entrega independiente del personaje.

Ultraman: The Next, se trata en general de un trabajo notable y una de las traslaciones cinematográficas más recomendables del personaje. Un filme que consigue un buen equilibrio entre una trama adulta con personajes de cierto trasfondo y un drama humano lo suficientemente bien narrado para ser interesante, siendo combinado con la espectacularidad que merece un filme de Ultraman. La película, por desgracia, quedó bastante por debajo de las previsiones que se tenían de ella en taquilla, no evitando que ésta tuviera cierta proyección internacional, siendo la puerta de entrada para muchos al universo de Ultraman, como un servidor allá en su época adolescente.

martes, 26 de noviembre de 2024

KYRIE NO UTA (2023)


El lugar que ha ocupado Shunji Iwai en mi vida fílmica es enorme y su descubrimiento vino aparejada de la más mágica y pura casualidad: ojeando DVD’s en un centro comercial. El encontronazo con un filme titulado Todo sobre Lily (2001) removió los cimientos de mi vida, abriendo mis sentidos y horizontes audiovisuales como nunca antes, complementándolo después con una filmografía que rebosaba sensibilidad, melancolía, poesía y dolor. Iwai se encuentra lejos de sus años llenos de explosividad creativa en los años 90 en donde cada estreno se convertía en un pequeño fenómeno en Japón. Ahora el autor vive relegado a un ambiente muy independiente donde combina sus nuevos trabajos cinematográficos junto a cortometrajes, anuncios, videoclips, proyectos englobados en el arte entre otros. Por desgracia y frente a mi frustración, los festivales occidentales parecen ser ajenos a cualquier trabajo de Iwai salvo algunas excepciones como la que vivimos en el Festival de Sitges 2017 donde se proyectó A Bride for Rip Van Winkle (2016). 3 años después de Last Letter (2020), Shunji Iwai arremete con, quizás, uno de sus proyectos más ambiciosos como es Kyrie No Uta (2023).

En el gran terremoto sufrido en el este de Japón en 2011, una niña llamada Ruka pierde a su familia quedándose muda debido al traumático suceso. Sin embargo, puede hacerse oír cuando canta. Años después, Ruka se convierte en Kyrie, una cantante que actúa por las calles de Tokyo. Allí se encontrará de casualidad con una vieja amiga, Maori, ahora apodada Ikko, la cual le ofrece ser su representante musical.


Aclarar, antes de empezar, que la presente crítica valora la versión original de la película cuya duración es de 3 horas, la cual se estrenó en Japón el pasado 13 de octubre de 2023. En unos párrafos hablaré de los diferentes montajes que ha tenido el filme.

Kyrie No Uta nos devuelve al Iwai más descarnado y cruel. Aquel que es capaz de llevarte por una montaña rusa de emociones, a un viaje que encuentra la belleza y el mayor dolor. A opinión personal encuentro a Kyrie el trabajo más redondo y poderoso realizado por su director en estos últimos 20 años. Se trata de un filme donde encontramos las habituales obsesiones de su cine como es el protagonismo de jóvenes y su infructuosa búsqueda de esperanza y futuro en el Japón actual o la fuerte presencia de la música como elemento sanador y balsámico del alma. La música siempre ha tenido una presencia importante en el cine de Iwai pero esta es la primera vez que una película suya se centra en la vida y dificultades de una cantante. Lo más parecido visto hasta el momento había sido la recomendable Bandage (2010) en donde Iwai ejerció de guionista y productor.

Kyrie
sirve además como grito de auxilio y de furia hacia todo lo acontecido en el trágico terremoto (y posterior tsunami) de Fukushima en 2011. Un desastre al que Iwai pilló muy de cerca, ya que su ciudad natal es Miyagi, colindante con Fukushima. El director ya abordó el trauma de lo ocurrido en ciertas ocasiones como en el documental Friends After 3.11 (2011), realizado poco después del suceso donde visitaba varios lugares afectados por la destrucción. En Kyrie seguimos las vicisitudes de Ruka y cómo la tragedia la afecta de manera muy profunda, perdiendo a su familia en el desastre y viéndose en la intemperie a lo largo de los años, abandonada a su vez por la inoperancia de los servicios sociales del país. Una crítica brutal y dura hacia el propio sistema japonés incapaz de solventar tal situación, agravando además la pesadilla de su protagonista la cual es arrancada una y otra vez de lo poco que conserva de su desaparecida familia. Así, el sistema es presentado en todo momento en el filme como un obstáculo de los verdaderos deseos de los protagonistas, desde Ruka siendo llevada a una familia adoptiva en la que no es bienvenida hasta las fuerzas policiales que intentan detener el festival musical que vemos al final del filme.


Kyrie
resulta conmovedora en su plasmación de estos personajes outsider, los apartados del sistema, aquellos que no encajan en el modelo tan cuadriculado del sistema japonés y que, por no pertenecer a ello, son relegados a su suerte en un viaje hacia la intemperie y con destino incierto. No dejé de acordarme del fenómeno, ahora viral, de los Toyoko Kids, aquellos muchachos, la mayoría menores de edad y que viven en la calle en pleno centro de Tokyo, malviviendo y sin apenas recursos. 

La estructura del filme, de montaje no lineal, y que sigue varias lineas de tiempo en paralelo (2011, 2018 y 2021), resulta seductora en su manera de mantener atento en todo momento al espectador, viendo cómo las diferentes capas de la historia se van resolviendo en una suerte de puzzle emocional para sus protagonistas. El reparto resulta espléndido en general. Aina the End se incorpora a ese ya largo y enorme legado de actrices femeninas que han pasado por el cine de Iwai. Sin duda el director es un hacha a la hora de escoger nuevos rostros. Aina the End es una cantante japonesa, fundadora del grupo idol pop Bish y desde 2021 dedicada a su carrera en solitario con un tercer álbum a punto de salir en unos días, a fecha de escritura. 

Sin duda, Aina, aún a pesar de ser prácticamente una debutante y ser su primer papel protagónico realiza una interpretación excelente. Muy convincente y emocionante plasmación de esta muchacha, incapaz de hablar pero sí de expresar sus sentimientos y emociones a través de la música. Además, atreviéndose con un doble papel al interpretar también a la hermana mayor de su personaje. Todo un desafío que se salda con muy buena nota. Por otro lado, cabe avisar que la voz de Aina resulta bastante peculiar, de carácter ronco y que puede generar fácilmente cierto rechazo. Algo a lo que se tiene uno que acostumbrar y más con los muy numerosos momentos en que la muchacha canta en la película.


Tras Last Letter, Suzu Hirose repite con Iwai con un personaje despreocupado pero roto, envuelto en el misterio y en el que de nuevo la actriz salda con un trabajo lleno de luz y personalidad. Siempre es un placer ver a Hirose y más con un personaje como el de Ikko/Maori, convertida en, precisamente lo que odiaba de adolescente y veía en su madre como es utilizar sus encantos femeninos para aprovecharse del dinero de diversos hombres. La relación de amistad que se genera entre ella y Kyrie es uno de los corazones del presente filme. Destacar a su vez la interpretación de Hokuto Matsumura, también cantante a la vez de actor en la vida real y quien interpreta a Natsuhiko, antiguo prometido de la hermana mayor de Ruka, convirtiéndose en una especie de tutor/hermano mayor para ella. Un personaje marcado por la tragedia, los errores y que a medida que avanza el filme más hundido parece. Los momentos en que Aina y él comparten escena brillan marcando una buena química entre ambos. 

Iwai, junto a su habitual colaborador Takeshi Kobayashi, vuelven a encargarse de la composición musical, volviendo a esas atmósferas melancólicas donde el piano y la guitarra son bien presentes. De nuevo, una maravilla de banda sonora que te acompaña en los sucesos y emociones de la película. Parte de las canciones también son de un buen nivel, todas ellas compuestas por la propia Aina the End y donde destaca "Awaremino Sannka", sin duda un autentico bombazo, emocionante, desgarrador. Todo un grito de rabia por parte de aquellos afectados y abandonados a su suerte tras la tragedia de Fukushima. Una canción que se presenta desnuda y construyéndose poco a poco a lo largo del último tramo del filme y que explota en todo su esplendor y de manera emocionante en el clímax final. Si bien y pese a su calidad, tanto la banda sonora como las diversas canciones pueden resultar excesivas para el espectador por su constante presencia, algo por otro lado bastante habitual en el cine de Iwai.

Respecto al aspecto visual de Kyrie, su director no ha perdido el toque a la hora de generar sus “momentos Iwai”, como he mencionado en alguna crítica de su filmografía. Esas instantáneas que resultan de una belleza acongojante en su mix de plasmar el dolor, el amor siendo combinadas con la música y una plasmación visual casi mágica y que resultan inolvidables. El lenguaje formal y uso de la narrativa visual en Kyrie resulta de lo más contundente pudiendo destacar multitud de momentos en ese sentido. El acongojante momento de la llegada del terremoto vivido desde el punto de vista de Kyrie (la hermana mayor de Ruka) y la posterior búsqueda de ella hacia su hermana pequeña. Escena coronada con un bellísimo plano a cámara lenta de las dos, en un puente, con un riachuelo de fondo y el sol en plenitud, con la música en todo su esplendor. Dicho momento es encadenado con un fantasmagórico y deformado plano en blanco y negro del océano. No hace falta más.


La maravillosa escena de Kyrie/Ruka junto a Maori en la playa, mirando al mar y Kyrie bailando ballet a la vez que canta una canción dedicada a su amiga mientras ella no puede evitar las lágrimas, fruto de un dolor interno que somos incapaces de comprender del todo. El emocionante clímax con Kyrie/Ruka dándolo todo en el escenario, expresando y resumiendo todas las emociones vividas a lo largo de su vida. O la escena final, con Maori y Ruka en la nieve, provista de un elemento fantasmagórico excelente. De nuevo la cámara de Iwai danza sobre sus personajes, se acerca a ellos de manera natural haciendo partícipe al espectador de su mundo privado.

Llama la atención a su vez que la película está provista de una fuerte simbología religiosa cristiana la cual resulta muy interesante. Así lo muestra el carácter religioso de la familia de Ruka, el refugio de la pequeña en la iglesia, el carácter casi mesiánico que se le otorga a Kyrie/Ruka, el peso que carga en todo momento (no solo emocional sino físico con su guitarra y maletas a cuestas) o que su música consigue liberar emociones y conmover. Contar además con la fuerte presencia en diversos momentos catárticos de la canción "Christ ist erstanden", un himno a la resurrección de Cristo. Resulta un elemento bien interesante y no demasiado habitual en el cine de Iwai, a lo sumo referenciado en diversos momentos de Picnic (1996).


En definitiva, Kyrie No Uta (2023) es una cinta bien notable y uno de los mejores trabajos que Shunji Iwai ha realizado en estos últimos años. Una cinta emocionalmente contundente, desgarradora, sin concesiones pero combinada con la belleza más pura. Una belleza encontrada en una música en su forma más pura, sin adulterar y unos personajes en busca de la felicidad, aunque hayan perdido la esperanza en el camino. Redonda en su plasmación de su personaje principal, una Kyrie/Ruka en pleno trauma pero que en su camino aprende a sobrevivir por ella misma, decidida a deambular por el mundo acompañada de su guitarra. Reminiscente en ocasiones a su cine de los 90 (el aspecto de Kyrie rememora a Chara en Picnic). Así, Kyrie No Uta es una cinta de lo más recomendable, seductora en su estructura no lineal, llena de momentos a recordar por su carga emocional y visual, aderezada con un reparto de lo más interesante y con una fuerte carga de crítica social, muy conveniente, a sus espaldas. Resulta frustrante el poquísimo ruido que el filme ha despertado allende las fronteras japonesas quedándose como un pequeño tesoro al que parece que solo unos pocos hemos podido acceder.

Respecto a premios recibidos hasta el momento el filme ha tenido varias nominaciones como a "Mejor banda sonora" en los Premios de la Academia Japonesa o "Mejor película" en los Nippon Cinema Award. Habiendo recibido, hasta el momento, el premio a "Newcomer of the year" para Aina the End en los Premios de la Academia Japonesa. Bien merecido.


Los montajes


De cara a diversos festivales de occidente se ha realizado una versión reducida de 2 horas que, aunque recomendable, pega un buen tijeretazo a largos tramos del filme. La mayor perjudicada es el personaje de Suzu Hirose, donde perdemos el 95% de las escenas centradas en su pasado, su preparación para el examen de la universidad y cómo entabla relación con Natsuhiko y Ruka. Así también, la prueba que Ruka realiza en una discográfica o la desagradable escena de su intento de violación por parte de uno de los ligues de Maori/Ikko también son cortadas. Queda una versión que aunque es disfrutable, resulta muy evidente que el trasfondo de sus personajes principales queda muy cojo.

Debido a la ingente cantidad de material rodado por Iwai también disponemos de un montaje de nada más y nada menos que de 5 horas y media, que en el presente verano de 2024 ha sido estrenado en la televisión japonesa en la forma de una serie dividida en 10 episodios. Dicha versión está realizada en gran parte siguiendo un montaje lineal, centrándose debidamente en cada uno de los aspectos de cada personaje, dotando de aún más profundidad en el trasfondo emocional de cada uno de ellos. Si bien, en dicho montaje nos encontramos con las actuaciones musicales completas y que en el montaje original de 3 horas son reducidas adecuadamente. Algo que, a mi parecer, resulta definitivamente excesivo. Un ejemplo es el primer episodio de la serie, en el cual la mitad del mismo (15 minutos) está dedicado a dos actuaciones callejeras de un señor junto a la pequeña Ruka y que se hacen un poco exasperantes. O la prueba completa que Ruka/Kyrie realiza en una discográfica. 10 minutos seguidos escuchando a Aina the End. En el festival de música callejera final escuchamos/vemos casi 15 minutos de los demás participantes del evento.


Si restamos los créditos iniciales y finales de cada episodio (un total de unos 40 min) y los añadidos de las actuaciones musicales (unos 45 min aprox), eso nos deja aproximadamente algo más de 1 hora de escenas nuevas o ampliadas. Los casos más sangrantes de escenas que han sido eliminadas y no vemos en el montaje de 3 horas son, por ejemplo, ese primer momento de intimidad entre Kyrie y Natsuhiko en la casa de éste. Tumbados sobre una mesa con la cámara volando alrededor de ellos, siendo un momento bellísimo y muy delicado. O esa conversación entre Ruka y Natsuhiko en donde ella explica de forma despreocupada y decidida la manera qué tiene de vivir actualmente. Durmiendo en trenes, duchándose en ciber cafés... alegando ser algo divertido. Es un montaje muy recomendable, excesivo, extasiante para aquellos completistas que deseen profundizar todavía más en la historia. A opinión personal de los 3 montajes me quedo sin duda con el original, el estrenado en Japón de 3 horas, el cual encuentro más redondo y seductor en su montaje no lineal.

Para finiquitar mencionar que poco después del estreno de Kyrie en Japón, Iwai lanzó una especie de remake de uno de sus primeros trabajos, The Summer Solstice Story (1992), mediometraje para televisión, de nuevo revisado en 2023, prácticamente plano por plano y contando con Aina the End como protagonista. Un trabajo muy interesante especialmente si comparamos un filme con otro.


sábado, 9 de noviembre de 2024

CRÓNICAS DE SITGES 2024: PRESENTACIÓN DE ULTRAMAN: LA GUIA DEFINITIVA VOLUMEN 2

En 2022, la editorial Applehead Team lanzó Ultraman: La guia definitiva volumen 1 (1966-1987), una obra dedicada a las 20 primeros años del superhéroe creado por Tsuburaya Productions. Libro completísimo, con multitud de datos de producción, análisis de todos los episodios de las 9 series incluídas en el libro, películas, el paso del personaje por España... Una obra ya de referencia y única en el mundo, ya que no existe fuera de Japón algo similar sobre Ultraman. 

Para 2024, los autores Octavio López, Josan García, Jaime Cortecero, Jose Luis Romeu, Frank Guerra, Israel Moreno y Adrián Roldán a la que se añade la nueva incorporación al ultra equipo de Joseban Cordon, no se amedrentan y lanzan el volumen 2 de esta guía definitiva abarcando esta vez la etapa Heisei del personaje, entre los años 1988 y 2006. De nuevo destacar la increíble labor de Applehead Team por sacar adelante estos proyectos únicos y suicidas para cualquier otra editorial nacional. 650 páginas, a todo color, con multitud de fotos espectaculares ilustran un texto que de nuevo nos descubre multitud de datos de producción e historias imperdibles tras bambalinas. Una época bastante tumultuosa para el personaje que se vio y se las deseó con quiebras económicas por parte de Tsuburaya, co-producciones internacionales desastrosas, detenciones de uno de los actores protagonistas y mucho más. Pero también es una época de esplendor y maduración del personaje con unas series que lo devolvieron a la gloria en Japón gracias en gran parte a la celebrada trilogía Tiga, Dyna y Gaia (1996-1998). Después aproximaciones adultas como Nexus o estupendos retornos nostálgicos a la era clásica como Max y Mebius, la convierten en una era del personaje muy variada y rica. Totalmente recomendable.

Bien acompañado
Tras unos meses de autentico infarto (again), con correcciones y revisiones a toda velocidad, una selección del ultra-equipo de autores de Ultraman: La guia definitiva Volumen 2 (1988-2006) se presentó en la carpa FNAC, frente al Auditori Melià, en pleno Festival de Sitges, un 12 de octubre de 2024, para presentar la obra.

Una hora antes, el amigo Octavio Lopez, aficionado al doblete, presentó en el mismo lugar otra de sus obras literarias junto a su fiel escudero Enrique Muniesa, experto en cine subteráneo. Nada menos que Cazador de Graboides: La historia de la saga Temblores. Una presentación que no reparó en gastos con el dúo ataviado con las mismas pintas que Kevin Bacon y Fred Ward en la mítica Temblores (1990). 

La pareja lió a un servidor y me disfrazaron con las pintas del legendario Burt Gummer (interpretado por el entregado Michael Gross) e hice una aparición sorpresa en medio de la presentación. Un muy buen rato que pasamos y que se complementó con la ultra presentación.

De buena guisa presentando Cazador de Graboides: La historia de la saga Temblores

Ultraman no se perdió el evento
En 1 hora los 4 autores presentes desgranaron el contenido de este Volumen 2 de la ultra guía, relatando los pormenores de cada una de las series y contando con invitados estelares como el mismísimo Ultraman. Que aunque tarde (cosas del tráfico espacial) hizo una entrada triunfal en la carpa FNAC frente al clamor de la audiencia allí presente. Tras la ultra-chapa definitiva, se dió paso a unas firmas de libros y fotos con el ultrahéroe. Sin duda un momento irrepetible y que se pretende repetir próximamente, no solamente con el Volumen 3 de la guía (en la que ya se está trabajando), si no con un nuevo proyecto literario que se promete espectacular y que relatará la historia del tokusatsu televisivo japonés desde sus inicios. Un proyecto en el que Jaime Cortecero, Jose Luis Romeu, Josan García y un servidor están metidos hasta el fondo y que verá la luz durante 2025. Mil gracias de nuevo a Applehead Team por confiar en nosotros para tal proyecto.

¡Ultraman: La guia definitiva Volumen 2 (1988-2006) ya a la venta!

La noche finiquitó con una celebración de órdago junto a Octavio, Enrique y toda su pandilla (10 años ininterrumpidos llevan viniendo a Sitges, cada año con obra literaria) en el mítico Galicia - Restaurant - pizzeria, enfrente de los cines Retiro en el que corrió como la pólvora el lambrusco, los chorizos del infierno y las pizzas. La entregada y apasionada ruta que se vivió posteriormente por los locales nocturnos de Sitges haría enorgullecer al mismísimo Ultraman Belial. Una jornada inolvidable y que dio carpetazo final, por todo lo alto, a este Festival de Sitges 2024 tan especial. ¡Nos vemos el año que viene!

"Cosas de monstruos", el podcast, unidos in person y muy animados. (de dcha a izda, Josan García, Octavio López y servidor, Adrián Roldán)

miércoles, 30 de octubre de 2024

CRÓNICAS DE SITGES 2024 (3/4)

Es evidente que la cinematografía de Hong Kong está muy lejos de sus años de mayor gloria. Ese pasado legendario centrado en los años 60, 70, 80 y 90 en donde, Hong Kong, era el centro del mundo gracias a su explosividad y creatividad desde el wuxia, artes marciales, thriller, acción, categoria III... Aunque no nos deprimamos, en el presente aún podemos encontrar diversos trabajos de los más destacables cada año, entre variadas producciones que tratan de devolvernos a aquellos años de esplendor del cine del país.

Ambientada en la década de 1980, The Goldfinger nos presenta a Ching Yat Fin, quien organiza un gran entramado criminal en la ciudad por medio de manipular a su antojo las acciones bursátiles. Todo ello introducirá a Ching en la élite empresarial de Hong Kong en medio del telón de fondo del final del dominio colonial británico. Descubierta la conspiración criminal, el teniente de policía Lau Kai Yuen tratará de juntar pruebas para meter entre rejas a Ching.

The Goldfinger parece querer encuadrarse en el cine realizado en los años 90. Un argumento enmarcado en la corrupción, el thriller policial y que junta a las 2 mayores estrelles de la época como son Andy Lau y Tony Leung Chiu-Wai (además de secundarios de lujo como Simon Yam), sin duda, caballo ganador. La cinta hasta replica los mismos efectos de imagen y de montaje, como esas cámaras lentas renqueantes entre otros efectos, que ya eran algo caducos en su época y que en la presente resultan sonrojantes. Si bien, la trama es lo suficientemente divertida y rocambolesca (está basada en hechos reales) como para seguir con interés y atención todo el transcurso de la misma siendo, además, uno de los grandes alicientes, el duelo interpretativo entre Lau (sufrido policía sin vida familiar) y un descontrolado y magnético Leung, convertido en un tiburón de los negocios. Un filme notable, divertido y pasado de vueltas que se sigue con interés aún a pesar de algunas torpezas en su forma visual (los efectillos ya mencionados) o algunos chromas digitales que cantan la traviata. Aún con todo, bastante recomendable.



Junto a mis queridos Pou "Max Rebo" y Rickman, del canal Cine Fórum, me adentro en una sesión nocturna en la sala Tramuntana para asistir al pase de la taiwanesa Dead Talents Society. Tal y como nos relataba su director John Hsu antes de la proyección, la idea para la película se le ocurrió años atrás en un festival de terror en donde, a pesar de que todo el mundo parecía aterrorizado, él no podía estar más aburrido con la cinta de horror con fantasmas que estaba viendo. Además sintió pena por el pobre espectro melenudo, que no dejaba de arrastrarse en sucios retretes tratando de asustar a los vivos. Esto fue la chispa para crear para la deliciosa Dead Talents Society.

En el filme seguimos a un grupo de fantasmas los cuales quieren convertirse en la más espeluznante de las leyendas urbanas y en las estrellas más exitosas y famosas de los bajos fondos mediante sus tácticas para asustar a los vivos.

Me he sentido conquistado por una propuesta como Dead Talents Society. Envuelta de un aura constantemente alegre, llena de un humor absurdo, capaz de reírse sanamente de los clichés del cine de fantasmas (concretamente del J-Horror), es un filme de lo más disfrutón y notable. Hsu se vale de un montaje hipercinético, acelerado, pero que casa con la comedia surrealista del filme. Y es que la premisa tiene su gracia, en esta especie de Bitelchús, con un mundo fantasmal en el que los espíritus, para evitar desaparecer completamente, deben crearse una leyenda urbana y espantar lo máximo posible a los vivos. Así, no solo se deberá buscar una historia escabrosa en torno al muerto sino que se debe idear un movimiento mortal que decidirá el éxito o no del cometido. Buen momento para reírse de las contorsiones imposibles de anteriores fantasmas cinematográficas que andan hacia atrás o hacían el pinopuente en demostraciones contorsionistas más propias del Cirque du Soleil.


Las presiones de la fama y de la perfección se complementan con un grupo de personajes de lo más entrañable. Perdedores e imperfectos, llenos de un patetismo que enamora. Desde la vieja gloria que ya apenas logra asustar en su hotel del amor mortal, al inolvidable Makoto, agente de talentos y antigua estrella del pop rancio. Dead Talents Society es un filme encantador y terroríficamente divertido que además sabe ponerse serio cuando toca a la vez que parodia con mucha gracia algunos tics sociales actuales como las redes sociales o los videos virales. Un caramelo de película.


Uno de los grandes directores del cine japonés es Kiyoshi Kurosawa. Activo desde los años 80, despuntó a finales de los 90 con sus muy personales abordajes al terror nipón, destacando Cure (1997), Seance (2000) o la estupenda Kairo (2001). En unos años algo irregulares, en donde el mismo director declaraba hace un tiempo que le era complicado encontrar financiación para sus proyectos, nos encontramos ahora con un filme como Cloud, y las expectativas han crecido al conocer que es la candidata de Japón para presentar a los Oscar de este año.

En el filme seguimos a Yoshii, quien es un hombre que gana dinero mediante la reventa online con unas prácticas algo dudosas. Si bien, a su alrededor ocurrirán sucesos extraños que pondrán su vida en riesgo.

Para Cloud, Kurosawa parece retornar a ese espíritu V-Cinema de sus primeros trabajos y así lo parece en su estética, propuesta formal y sequedad de la acción. Su primera mitad logra descolocar al espectador, sin saber muy bien hacia qué derroteros tomará la historia de este joven, emocionalmente frío que revende productos en un camino hacia la perdición. Los peligros de Wallapop... 

Una narración misteriosa que vira en un tramo final en donde los afectados por los pecados del protagonista lo acorralan en una especie de fábrica y los tiros y cadáveres comienzan a acumularse. Un tramo, que rompe con los visto anteriormente y que la sume en una reiteración algo hastiante. Si bien, Cloud es interesante en su exploración del mal, el egoísmo humano, la pérdida de los valores así como del uso malvado de la tecnología y las redes sociales. Temas habituales en la filmografía de su director y que pasan en la presente con mejor o peor trato. Particularmente, ese juicio público al que es sometido el protagonista en redes sociales hubiera merecido un trato algo más profundo, quedándose éste en la superfície. Al igual que la presencia de personajes algo discutibles como ese ayudante, poco más que un adolescente convertido en un yakuza experto. El toque de humor, la tragicomedia que envuelve a la acción de la película se agradece tanto como ese fascinante plano final con los personajes adentrándose en un infierno incierto y del que no hay vuelta atrás. No está ni de lejos entre lo mejor de su director pero es una muestra bien interesante del presente fílmico de Kurosawa.



Co-producción España – Argentina - Francia, El llanto ha supuesto una de las sorpresas más agradables de la presente edición del festival y un filme que desde que su director, Pedro Martín-Calero, ganara el premio a mejor dirección en el pasado festival de San Sebastián, siendo además su ópera prima, me ha ido generando mucha expectativa.

En el filme, algo acecha a Andrea, pero nadie, ni siquiera ella misma, puede verlo a simple vista. Hace veinte años, a diez mil kilómetros, la misma presencia aterrorizaba a Marie. Camila fue la única persona que pudo entender lo que le ocurría, pero nadie las creyó. Al enfrentarse a esa amenaza opresiva, las tres escuchan el mismo sonido sobrecogedor. Un llanto.

El llanto ha supuesto ser una obra de lo más singular y que resulta ejemplar en su forma de transmitir terror, inquietud y mucho mal rollo. Algo ejemplificado no solamente en las escenas con golpes de efecto sino que cada plano está especificamente creado para generarte miedo o malestar. Una obra rodada de manera muy elegante, precisa y que además se beneficia de una estructura basada en 3 historias separadas en el tiempo pero unidas por un nexo en común de lo más terrorífico. Así, dicha maldición, que afecta a generaciones de mujeres de una misma familia (madre, hija...) es representada en la figura de un anciano blanquecino malrollero, representante de la opresión y maltrato hacia la mujer. Una figura, que me recordó al reverendo Kane de Poltergeist II: El otro lado (1986), y que resulta muy efectiva como ente eterno y cíclico y que protagoniza algunos momentos de lo más aterradores.


El llanto es rica en ofrecer ideas y propuestas visuales tales como el uso vampirizador de la imagen, como es ese tramo en el que una de las protagonistas, estudiante de cine, graba a escondidas a una de las víctimas de la maldición. Y la guinda la pone ese final, que no es final, y que puede descolocar totalmente al espectador medio pero que a mi me resultó de lo más efectivo y coherente en su manera de representar una maldición que nunca se detendrá. Una propuesta de lo más singular y aterradora. Seguiremos de cerca la trayectoria de su director. 


Uno de los momentos destacados del festival iba a ser la presencia de Corey Fieldman, quien recibiría el premio "Màquina del temps" por toda su trayectoria y contribución al fantástico. Finalmente, para tristeza de muchos, Fieldman no se presentó en el festival a última hora alegando supuestos problemas de pasaporte que no le permitieron entrar a nuestro país. Finalmente el propio director Eugenio Mira recogió el premio en su nombre.

Fue una proyección de altura en el que se pudo disfrutar de una impoluta copia en 4K de la ópera prima de Mira, The Birthday (2004) la cual era presentada en una nueva versión con escenas adicionales celebrando su veinte aniversario. 

El filme sigue al joven Norman Forrester quien ama a Alison sobre todas las cosas. Por eso cuando ella le invita a la fiesta de cumpleaños de su padre, Norman acepta convencido de estar dando un decisivo paso hacia delante en la relación. Pero desde que llega al hotel donde se celebra la fiesta, una sorpresa sucede a otra, incluyendo lo que parece ser una rara secta adoradora de un dios a punto de nacer.

Sin duda, una obra singular, puerta de entrada para su director y que disfruta de una realización impoluta y perfecta. En ese sentido, la puesta en escena, la edición y cómo la cámara va moviéndose a través de unos pocos escenarios resulta ejemplar, teniendo además a un protagonista tan patético, entrañable como hilarante como es el personaje interpretado por Corey Fieldman. Me resulta muy interesante y genial jugar con las expectativas del espectador colocando la trama en una aparente fiesta de cumpleaños, clásica historia de novio tímido conociendo a un suegro que impone (genial Jack Taylor) y que poco a poco el terror y el desconcierto van adueñándose de la película. Pero si que consideré que dicho salto de la comedia al terror se hizo mucho de rogar. Mucho. 

Desconozco si esto es debido a las nuevas escenas incorporadas a este nuevo montaje del director, pero sí que encontré que era un montaje con reiterados momentos de paja. Cuando llega el tramo final, el descontrol hemoglobínico y las tramas apocalípticas, la confusión en el espectador sigue manteniéndose con igualmente divertidos resultados. Hay que destacar la edición de sonido de la película, otro de los grandes aciertos (el momento acople de altavoces es genial). The Birthday es toda una curiosidad y un pequeño clásico a redescubrir dotada de una estructura sorprendente que sabe descolocar y jugar al despiste con el espectador.