CRÍTICAS PELÍCULAS

sábado, 9 de noviembre de 2024

CRÓNICAS DE SITGES 2024: PRESENTACIÓN DE ULTRAMAN: LA GUIA DEFINITIVA VOLUMEN 2

En 2022, la editorial Applehead Team lanzó Ultraman: La guia definitiva volumen 1 (1966-1987), una obra dedicada a las 20 primeros años del superhéroe creado por Tsuburaya Productions. Libro completísimo, con multitud de datos de producción, análisis de todos los episodios de las 9 series incluídas en el libro, películas, el paso del personaje por España... Una obra ya de referencia y única en el mundo, ya que no existe fuera de Japón algo similar sobre Ultraman. 

Para 2024, los autores Octavio López, Josan García, Jaime Cortecero, Jose Luis Romeu, Frank Guerra, Israel Moreno y Adrián Roldán a la que se añade la nueva incorporación al ultra equipo de Joseban Cordon, no se amedrentan y lanzan el volumen 2 de esta guía definitiva abarcando esta vez la etapa Heisei del personaje, entre los años 1988 y 2006. De nuevo destacar la increíble labor de Applehead Team por sacar adelante estos proyectos únicos y suicidas para cualquier otra editorial nacional. 650 páginas, a todo color, con multitud de fotos espectaculares ilustran un texto que de nuevo nos descubre multitud de datos de producción e historias imperdibles tras bambalinas. Una época bastante tumultuosa para el personaje que se vio y se las deseó con quiebras económicas por parte de Tsuburaya, co-producciones internacionales desastrosas, detenciones de uno de los actores protagonistas y mucho más. Pero también es una época de esplendor y maduración del personaje con unas series que lo devolvieron a la gloria en Japón gracias en gran parte a la celebrada trilogía Tiga, Dyna y Gaia (1996-1998). Después aproximaciones adultas como Nexus o estupendos retornos nostálgicos a la era clásica como Max y Mebius, la convierten en una era del personaje muy variada y rica. Totalmente recomendable.

Bien acompañado
Tras unos meses de autentico infarto (again), con correcciones y revisiones a toda velocidad, una selección del ultra-equipo de autores de Ultraman: La guia definitiva Volumen 2 (1988-2006) se presentó en la carpa FNAC, frente al Auditori Melià, en pleno Festival de Sitges, un 12 de octubre de 2024, para presentar la obra.

Una hora antes, el amigo Octavio Lopez, aficionado al doblete, presentó en el mismo lugar otra de sus obras literarias junto a su fiel escudero Enrique Muniesa, experto en cine subteráneo. Nada menos que Cazador de Graboides: La historia de la saga Temblores. Una presentación que no reparó en gastos con el dúo ataviado con las mismas pintas que Kevin Bacon y Fred Ward en la mítica Temblores (1990). 

La pareja lió a un servidor y me disfrazaron con las pintas del legendario Burt Gummer (interpretado por el entregado Michael Gross) e hice una aparición sorpresa en medio de la presentación. Un muy buen rato que pasamos y que se complementó con la ultra presentación.

De buena guisa presentando Cazador de Graboides: La historia de la saga Temblores

Ultraman no se perdió el evento
En 1 hora los 4 autores presentes desgranaron el contenido de este Volumen 2 de la ultra guía, relatando los pormenores de cada una de las series y contando con invitados estelares como el mismísimo Ultraman. Que aunque tarde (cosas del tráfico espacial) hizo una entrada triunfal en la carpa FNAC frente al clamor de la audiencia allí presente. Tras la ultra-chapa definitiva, se dió paso a unas firmas de libros y fotos con el ultrahéroe. Sin duda un momento irrepetible y que se pretende repetir próximamente, no solamente con el Volumen 3 de la guía (en la que ya se está trabajando), si no con un nuevo proyecto literario que se promete espectacular y que relatará la historia del tokusatsu televisivo japonés desde sus inicios. Un proyecto en el que Jaime Cortecero, Jose Luis Romeu, Josan García y un servidor están metidos hasta el fondo y que verá la luz durante 2025. Mil gracias de nuevo a Applehead Team por confiar en nosotros para tal proyecto.

¡Ultraman: La guia definitiva Volumen 2 (1988-2006) ya a la venta!

La noche finiquitó con una celebración de órdago junto a Octavio, Enrique y toda su pandilla (10 años ininterrumpidos llevan viniendo a Sitges, cada año con obra literaria) en el mítico Galicia - Restaurant - pizzeria, enfrente de los cines Retiro en el que corrió como la pólvora el lambrusco, los chorizos del infierno y las pizzas. La entregada y apasionada ruta que se vivió posteriormente por los locales nocturnos de Sitges haría enorgullecer al mismísimo Ultraman Belial. Una jornada inolvidable y que dio carpetazo final, por todo lo alto, a este Festival de Sitges 2024 tan especial. ¡Nos vemos el año que viene!

"Cosas de monstruos", el podcast, unidos in person y muy animados. (de dcha a izda, Josan García, Octavio López y servidor, Adrián Roldán)

miércoles, 30 de octubre de 2024

CRÓNICAS DE SITGES 2024 (3/4)

Es evidente que la cinematografía de Hong Kong está muy lejos de sus años de mayor gloria. Ese pasado legendario centrado en los años 60, 70, 80 y 90 en donde, Hong Kong, era el centro del mundo gracias a su explosividad y creatividad desde el wuxia, artes marciales, thriller, acción, categoria III... Aunque no nos deprimamos, en el presente aún podemos encontrar diversos trabajos de los más destacables cada año, entre variadas producciones que tratan de devolvernos a aquellos años de esplendor del cine del país.

Ambientada en la década de 1980, The Goldfinger nos presenta a Ching Yat Fin, quien organiza un gran entramado criminal en la ciudad por medio de manipular a su antojo las acciones bursátiles. Todo ello introducirá a Ching en la élite empresarial de Hong Kong en medio del telón de fondo del final del dominio colonial británico. Descubierta la conspiración criminal, el teniente de policía Lau Kai Yuen tratará de juntar pruebas para meter entre rejas a Ching.

The Goldfinger parece querer encuadrarse en el cine realizado en los años 90. Un argumento enmarcado en la corrupción, el thriller policial y que junta a las 2 mayores estrelles de la época como son Andy Lau y Tony Leung Chiu-Wai (además de secundarios de lujo como Simon Yam), sin duda, caballo ganador. La cinta hasta replica los mismos efectos de imagen y de montaje, como esas cámaras lentas renqueantes entre otros efectos, que ya eran algo caducos en su época y que en la presente resultan sonrojantes. Si bien, la trama es lo suficientemente divertida y rocambolesca (está basada en hechos reales) como para seguir con interés y atención todo el transcurso de la misma siendo, además, uno de los grandes alicientes, el duelo interpretativo entre Lau (sufrido policía sin vida familiar) y un descontrolado y magnético Leung, convertido en un tiburón de los negocios. Un filme notable, divertido y pasado de vueltas que se sigue con interés aún a pesar de algunas torpezas en su forma visual (los efectillos ya mencionados) o algunos chromas digitales que cantan la traviata. Aún con todo, bastante recomendable.



Junto a mis queridos Pou "Max Rebo" y Rickman, del canal Cine Fórum, me adentro en una sesión nocturna en la sala Tramuntana para asistir al pase de la taiwanesa Dead Talents Society. Tal y como nos relataba su director John Hsu antes de la proyección, la idea para la película se le ocurrió años atrás en un festival de terror en donde, a pesar de que todo el mundo parecía aterrorizado, él no podía estar más aburrido con la cinta de horror con fantasmas que estaba viendo. Además sintió pena por el pobre espectro melenudo, que no dejaba de arrastrarse en sucios retretes tratando de asustar a los vivos. Esto fue la chispa para crear para la deliciosa Dead Talents Society.

En el filme seguimos a un grupo de fantasmas los cuales quieren convertirse en la más espeluznante de las leyendas urbanas y en las estrellas más exitosas y famosas de los bajos fondos mediante sus tácticas para asustar a los vivos.

Me he sentido conquistado por una propuesta como Dead Talents Society. Envuelta de un aura constantemente alegre, llena de un humor absurdo, capaz de reírse sanamente de los clichés del cine de fantasmas (concretamente del J-Horror), es un filme de lo más disfrutón y notable. Hsu se vale de un montaje hipercinético, acelerado, pero que casa con la comedia surrealista del filme. Y es que la premisa tiene su gracia, en esta especie de Bitelchús, con un mundo fantasmal en el que los espíritus, para evitar desaparecer completamente, deben crearse una leyenda urbana y espantar lo máximo posible a los vivos. Así, no solo se deberá buscar una historia escabrosa en torno al muerto sino que se debe idear un movimiento mortal que decidirá el éxito o no del cometido. Buen momento para reírse de las contorsiones imposibles de anteriores fantasmas cinematográficas que andan hacia atrás o hacían el pinopuente en demostraciones contorsionistas más propias del Cirque du Soleil.


Las presiones de la fama y de la perfección se complementan con un grupo de personajes de lo más entrañable. Perdedores e imperfectos, llenos de un patetismo que enamora. Desde la vieja gloria que ya apenas logra asustar en su hotel del amor mortal, al inolvidable Makoto, agente de talentos y antigua estrella del pop rancio. Dead Talents Society es un filme encantador y terroríficamente divertido que además sabe ponerse serio cuando toca a la vez que parodia con mucha gracia algunos tics sociales actuales como las redes sociales o los videos virales. Un caramelo de película.


Uno de los grandes directores del cine japonés es Kiyoshi Kurosawa. Activo desde los años 80, despuntó a finales de los 90 con sus muy personales abordajes al terror nipón, destacando Cure (1997), Seance (2000) o la estupenda Kairo (2001). En unos años algo irregulares, en donde el mismo director declaraba hace un tiempo que le era complicado encontrar financiación para sus proyectos, nos encontramos ahora con un filme como Cloud, y las expectativas han crecido al conocer que es la candidata de Japón para presentar a los Oscar de este año.

En el filme seguimos a Yoshii, quien es un hombre que gana dinero mediante la reventa online con unas prácticas algo dudosas. Si bien, a su alrededor ocurrirán sucesos extraños que pondrán su vida en riesgo.

Para Cloud, Kurosawa parece retornar a ese espíritu V-Cinema de sus primeros trabajos y así lo parece en su estética, propuesta formal y sequedad de la acción. Su primera mitad logra descolocar al espectador, sin saber muy bien hacia qué derroteros tomará la historia de este joven, emocionalmente frío que revende productos en un camino hacia la perdición. Los peligros de Wallapop... 

Una narración misteriosa que vira en un tramo final en donde los afectados por los pecados del protagonista lo acorralan en una especie de fábrica y los tiros y cadáveres comienzan a acumularse. Un tramo, que rompe con los visto anteriormente y que la sume en una reiteración algo hastiante. Si bien, Cloud es interesante en su exploración del mal, el egoísmo humano, la pérdida de los valores así como del uso malvado de la tecnología y las redes sociales. Temas habituales en la filmografía de su director y que pasan en la presente con mejor o peor trato. Particularmente, ese juicio público al que es sometido el protagonista en redes sociales hubiera merecido un trato algo más profundo, quedándose éste en la superfície. Al igual que la presencia de personajes algo discutibles como ese ayudante, poco más que un adolescente convertido en un yakuza experto. El toque de humor, la tragicomedia que envuelve a la acción de la película se agradece tanto como ese fascinante plano final con los personajes adentrándose en un infierno incierto y del que no hay vuelta atrás. No está ni de lejos entre lo mejor de su director pero es una muestra bien interesante del presente fílmico de Kurosawa.



Co-producción España – Argentina - Francia, El llanto ha supuesto una de las sorpresas más agradables de la presente edición del festival y un filme que desde que su director, Pedro Martín-Calero, ganara el premio a mejor dirección en el pasado festival de San Sebastián, siendo además su ópera prima, me ha ido generando mucha expectativa.

En el filme, algo acecha a Andrea, pero nadie, ni siquiera ella misma, puede verlo a simple vista. Hace veinte años, a diez mil kilómetros, la misma presencia aterrorizaba a Marie. Camila fue la única persona que pudo entender lo que le ocurría, pero nadie las creyó. Al enfrentarse a esa amenaza opresiva, las tres escuchan el mismo sonido sobrecogedor. Un llanto.

El llanto ha supuesto ser una obra de lo más singular y que resulta ejemplar en su forma de transmitir terror, inquietud y mucho mal rollo. Algo ejemplificado no solamente en las escenas con golpes de efecto sino que cada plano está especificamente creado para generarte miedo o malestar. Una obra rodada de manera muy elegante, precisa y que además se beneficia de una estructura basada en 3 historias separadas en el tiempo pero unidas por un nexo en común de lo más terrorífico. Así, dicha maldición, que afecta a generaciones de mujeres de una misma familia (madre, hija...) es representada en la figura de un anciano blanquecino malrollero, representante de la opresión y maltrato hacia la mujer. Una figura, que me recordó al reverendo Kane de Poltergeist II: El otro lado (1986), y que resulta muy efectiva como ente eterno y cíclico y que protagoniza algunos momentos de lo más aterradores.


El llanto es rica en ofrecer ideas y propuestas visuales tales como el uso vampirizador de la imagen, como es ese tramo en el que una de las protagonistas, estudiante de cine, graba a escondidas a una de las víctimas de la maldición. Y la guinda la pone ese final, que no es final, y que puede descolocar totalmente al espectador medio pero que a mi me resultó de lo más efectivo y coherente en su manera de representar una maldición que nunca se detendrá. Una propuesta de lo más singular y aterradora. Seguiremos de cerca la trayectoria de su director. 


Uno de los momentos destacados del festival iba a ser la presencia de Corey Fieldman, quien recibiría el premio "Màquina del temps" por toda su trayectoria y contribución al fantástico. Finalmente, para tristeza de muchos, Fieldman no se presentó en el festival a última hora alegando supuestos problemas de pasaporte que no le permitieron entrar a nuestro país. Finalmente el propio director Eugenio Mira recogió el premio en su nombre.

Fue una proyección de altura en el que se pudo disfrutar de una impoluta copia en 4K de la ópera prima de Mira, The Birthday (2004) la cual era presentada en una nueva versión con escenas adicionales celebrando su veinte aniversario. 

El filme sigue al joven Norman Forrester quien ama a Alison sobre todas las cosas. Por eso cuando ella le invita a la fiesta de cumpleaños de su padre, Norman acepta convencido de estar dando un decisivo paso hacia delante en la relación. Pero desde que llega al hotel donde se celebra la fiesta, una sorpresa sucede a otra, incluyendo lo que parece ser una rara secta adoradora de un dios a punto de nacer.

Sin duda, una obra singular, puerta de entrada para su director y que disfruta de una realización impoluta y perfecta. En ese sentido, la puesta en escena, la edición y cómo la cámara va moviéndose a través de unos pocos escenarios resulta ejemplar, teniendo además a un protagonista tan patético, entrañable como hilarante como es el personaje interpretado por Corey Fieldman. Me resulta muy interesante y genial jugar con las expectativas del espectador colocando la trama en una aparente fiesta de cumpleaños, clásica historia de novio tímido conociendo a un suegro que impone (genial Jack Taylor) y que poco a poco el terror y el desconcierto van adueñándose de la película. Pero si que consideré que dicho salto de la comedia al terror se hizo mucho de rogar. Mucho. 

Desconozco si esto es debido a las nuevas escenas incorporadas a este nuevo montaje del director, pero sí que encontré que era un montaje con reiterados momentos de paja. Cuando llega el tramo final, el descontrol hemoglobínico y las tramas apocalípticas, la confusión en el espectador sigue manteniéndose con igualmente divertidos resultados. Hay que destacar la edición de sonido de la película, otro de los grandes aciertos (el momento acople de altavoces es genial). The Birthday es toda una curiosidad y un pequeño clásico a redescubrir dotada de una estructura sorprendente que sabe descolocar y jugar al despiste con el espectador.


viernes, 25 de octubre de 2024

CRÓNICAS DE SITGES 2024 (2/4)

No es muy habitual en el presente coreano encontrarnos con una saga de películas o una franquicia. Así lo ha conseguido el anabolizado Ma Dong-Seok con su Fuerza Bruta, desde la entrada de la saga con la muy entretenida The Outlaws (2017). En España, desde la espectacular segunda entrega, su titulo se ha renombrado al de Fuerza Bruta. Ya en la escena post-créditos de Fuerza Bruta: Sin salida (2023) se auguraba que al policía Ma Seok-Do le quedaba cuerda por estirar con una nueva entrega. Y así, este 2024 nos llega Fuerza Bruta: Castigo.

Mientras investigan una aplicación de tráfico de drogas, Ma Seok-do y su equipo descubren una conexión entre el desarrollador de la aplicación, asesinado en Filipinas, y una organización de apuestas ilegales online. Mientras tanto, en Filipinas, Baek Chang-gi controla el mercado coreano de apuestas ilegales y siembra el terror con secuestros, agresiones y asesinatos. Su socio, el genio informático Chang Dong-cheol, planea un plan aún mayor en la propia Corea. Para poner fin a la creciente amenaza, el detective Ma amplía su operación proponiendo una alianza inesperada...

Esta cuarta entrega no se sale demasiado de los márgenes marcados por la franquicia. En ese sentido se nota un acomodamiento y cierto estiramiento de las coordenadas que marcan la saga. Si bien, parece que este mix entre comedia, acción y thriller policial, salsa marca de la casa, sigue funcionando lo suficiente para que el producto siga siendo muy entretenido. En eso ayuda un protagónico tan contundente como el de Ma Dong-Seok quien demuestra siempre dotar a su interpretación de un carisma espectacular, y el cual va acompañado de una serie de secundarios que funcionan bastante bien, especialmente en los momentos de comedia. Las coreografías de acción no son para tirar cohetes, pero son funcionales. Fuerza Bruta: Castigo es lo mismo de siempre, sin ser eso algo malo. Muchas hostias y risas en una trama cliché pero efectiva con una banda mafiosa metida en el mundo de las apuestas online. Veremos hasta cuando pueden estirar el guantazo brutal de Dong-Seok.



Una de las sorpresas del presente Sitges 2024 ha sido Strange Darling. Dirigida por J.T. Mollner, el filme abre con una joven que tras una aventura de una noche con un asesino en serie, es perseguida. Pero nada es lo que parece.

Strange Darling se vale de los códigos del genero del psycho killer, así como de las expectativas del público en torno a dicho género para crear un puzzle juguetón en el que rompe con lo esperable. Uno de los puntos más interesantes es su curiosa estructura dividida en 6 capítulos, los cuales están diseminados en el metraje de manera desordenada, lo que provoca que lo que hemos visto anteriormente es roto por lo que atestiguamos en un capítulo temporalmente anterior o futuro, y así sucesivamente. 

Es en ese juego consciente con el espectador, capaz de manipular lo que el espectador espera, lo que la convierte en un filme necesario, que subvierte el género siendo capaz de mantener la tensión y la atención en todo momento. Willa Fitzgerald construye una interpretación muy notable ayudada por un misterioso partenaire como Kyle Gallner. Atención además a la banda sonora y cómo la canción Love Hurts (una de mis predilectas, cuya versión original es de Nazareth) juega un papel importante. Strange Darling es sin duda una de las sorpresas terroríficas más destacables de la temporada.



Jean Luc Herbulot es un cineasta congolés, aunque formado en Francia y que ya llamó la atención hace unos años en el Festival de Sitges con una producción de acción como Saloum (2021). Ahora, Herbulot vuelve a la palestra con Zero. Producción americana y producida por Hus Miller y Cam McHarg, quienes interpretan a los dos desgraciados con bomba al cuerpo de la cinta, Zero parte de una premisa de lo más potente en un escenario exótico como son las laberínticas calles de Dakar con un empaque visual de lo más resultón.

En el filme, dos estadounidenses acaban en Dakar, Senegal, con bombas atadas al pecho y diez horas para averiguar por qué. Empieza el juego.

La premisa de Zero parece referenciar la inolvidable Jungla de cristal: La venganza (1995) con una estética visual muy cargada y videoclipera a lo Guy Ritchie pero, a opinión personal, con un tercio del talento de los ejemplos citados. La cinta empieza de maravilla siendo un espectáculo adrenalítico donde dicha estética recargada beneficia la locura de lo que ocurre en pantalla amen de un adecuado equilibrio entre comedia y tragedia. Si bien, a medida que avanza la cinta y las pruebas imposibles a los que son sometidos la pareja de protagonistas son cada vez menos llamativas, Zero va perdiendo interés. Es en ese momento donde Herbulot le da una vuelta a la trama hacia lo serio y político, contando unas intenciones revolucionarias a los actos de la historia, que si bien, son muy loables e interesantes no lo acabo de ver bien empastado en el conjunto de la película.


Zero es un filme con ocasionales momentos notables, desternillantes y resultones pero acaba siendo una curiosidad que se ve, se disfruta y se olvida. Atentos a esa voz cavernosa, omnipotente y que envía las órdenes a los protagonistas. Se trata de la voz de nada más y nada menos que Willem Dafoe.


Amparada por la distribución de Third Windows Films en territorio europeo, A Samurai in Time es una producción japonesa de corte independiente y que se vale de una premisa de corte fantástico para contar una historia amable y entrañable sobre el pasado de Japón y cómo éste está siendo olvidado.

Un samurai alcanzado por un rayo se despierta en un plató de cine de la época actual y empieza a trabajar como extra en películas jidaigeki.

Dirigida por Jun’ichi Yasuda (quien también es montador, director de fotografía y guionista tanto en el presente filme como en anteriores trabajos), A Samurai in Time es tremendamente simpática desde diferentes ópticas. Tiene su gracia que un samurai llegue a nuestro tiempo y encima cayendo en medio de un rodaje de un drama jidaigeki lo que proporciona un agradable aspecto "meta" a la película. Así su reflexión sobre el pasado del país, no solo de un mundo que parece totalmente extinto como el feudal, con la ética y costumbres del mundo samurai, sinó del propio pasado cinematográfico nipón tan glorioso de los años 50 y 60, donde el jidaigeki era uno de los géneros rey y que ahora parece también destinado a la desaparición. Dicha reflexión y reivindicación, de cómo lo antiguo intenta de alguna manera adaptarse al presente resulta interesante. Si bien dichas cuestiones, tan complejas, parecen no tener cabida en un filme que lógicamente no es el adecuado para ello, dejando dichos temas en la superfície y centrándose en la evolución y adaptación de este samurai en el presente de Japón, con entrenamientos a espada, amoríos y viejas rencillas.

Es una cinta que en ocasiones se antoja simplona, enroscándose en demasía en aspectos que no eran necesarios, siendo algo larga para lo que acaba contando. Aún así, A Samurai in Time te deja con la sonrisa en la boca, gracias a su trama amable y personajes de lo más entrañables.



Algo a aplaudir es que, concretamente, en el mundo del anime cada vez hay más directoras y en ese sentido, Naoko Yamada es una de las más destacables y de espíritu más personal. Desde sus tiempos en Clannad (2007) su estilo se ha ido afianzando, creando obras tan aplaudidas como la notable A Silent Voice (2016), que daba una vuelta de tuerca de lo más interesante al drama del bullying. Ahora Yamada regresa con The Colors Within.

La estudiante sinestésica Totsuko puede ver a los demás como colores. Kimi, alumna de matrícula de honor, ha dejado los estudios pero finge asistir por su abuela. Se reúnen y deciden formar un grupo con Rui, que sueña con componer con sintetizadores analógicos pero cuya madre espera que se convierta en médico. Juntos encuentran la libertad, la alegría y el amor.

A opinión personal, nos encontramos con la obra más redonda realizada hasta el momento por su directora. The Colors Within es una delicia. Agradable, dulce y preciosa. Y además, aún en su empaque de cinta de género adolescente, resulta arriesgada optando por un trazo sencillo, un ritmo lento, elegante y con decisiones tales como dejar a la imaginación del espectador el pasado y trauma de su trío de protagonistas. Para quienes ya conocen la obra de Yamada, ésta es una experta en introducir numerosos mix de estilos de animación que en la presente The Colors Within resultan deliciosos, desde acuarelas, desenfoques entre otras herramientas visuales que resultan una absoluta gozada, ayudando a introducirte en el agradable embrujo de la cinta. Tanto el tono del filme, su trato de las ansiedades adolescentes y uso de la música me hicieron recordar poderosamente al cine de Shunji Iwai. Sin duda, es curioso como el cine de Iwai ha acabado influyendo más al anime que, tal vez, a la imagen real, como a Makoto Shinkai, fan declarado de Shunji Iwai.

Volviendo a The Colors Within, rebosa calidez, sensibilidad y delicadeza. Y la guinda la ponen las canciones interpretadas por el trío de adolescentes protagonista, quienes forman un grupo llamado Shironeko-do y que me han ganado completamente. Atentos al cañonazo que es "Written Apology ~Good Things, Beautiful Things and True Things~", potentísmo synth-rock que me tiene obsesionado desde que la escuché.


lunes, 21 de octubre de 2024

CRÓNICAS DE SITGES 2024 (1/4)

Por quinto año consecutivo, Oriental Paradiso ha sido acreditado para cubrir, mediante humildes reviews, al mejor festival de cine del mundo. El Festival de cine fantástico y de terror de Sitges. Me encamino de nuevo por estas calles tan familiares y llenas de recuerdos con una baja importante y es que para este año el cine Retiro se encuentra en obras... Por lo que se ha intentado compensar dicha pérdida con la Sala de l' Escorxador, lugar donde anteriormente se realizaba la programación de la sección Brigadoon, la cual se mantiene en la Sala Llevant, bajo el Auditori Melià.

Mi entrada en la programación del festival ha sido por la puerta grande. Desde Hong Kong, Twilight of the Warriors: Walled In (2024), es la nueva pel·lícula de Soi Cheang, una de las voces más contundentes del actual cine de Hong Kong. Un director capaz de aunar los elementos del cine clásico del país, de ese legado legendario en el terreno del thriller, la acción y las artes marciales y llevarlo con contundencia al presente. Hace unos años, Limbo (2021) epató mis retinas, siendo una de las propuestas asiáticas más destacables de ese año. Después nos llegó Mad Fate (2023), la cual no acababa por ser un producto tan redondo en un argumento algo perdido en torno a la chamanería, el psycho thiller y la acción. Si bien, con Twilight of the Warriors, Soi Cheang acierta por completo ofreciendo un filme adrenalítico y lleno de acción salvaje.

Basada en el cómic chino, “City of darkness”, de Andy Seto, el filme nos sitúa en los años ochenta. Huyendo del poderoso jefe de las tríadas Mr. Big, el emigrante ilegal Chan Lok-kwun se refugia en Kowloon City, donde es acogido bajo la protección de Ciclón, líder de la Ciudadela. Junto a los demás marginados de su clan, tendrán que hacer frente a la invasión de la banda de Mr. Big y proteger el refugio en que se ha convertido para ellos la ciudad fortificada.

Uno de los puntós más destacables y brillantes de Twilight of the Warriors es sin duda su ambientación en una recreación de la ciudad de Kowloon, la cual existió en la realidad y que fue demolida a mediados de los años 90. Soi Cheang ya había demostrado su gusto por retratar espacios degradantes y decadentes en Limbo y en esta Twilight of the Warriors se mantiene con una recreación de Kowloon absolutamente espectacular y casi cyberpunk. Cuando no estás admirando los diferentes espacios por los que te lleva la cinta, alucinas con las diversas escenas de acción, sencillamente espectaculares y con una manejo de la tensión, la violencia y el montaje brillante y que nos devuelve a los momentos dorados del pasado del género. Para llevarnos a ese lugar cómodo para el aficionado el reparto incluye a leyendas como Sammo Hung o Louis Koo, quienes llevan a sus personajes con dignidad y magnetismo.

Sin duda una de las sorpresas asiáticas del año, que por contra, se recrea en las habituales sendas del melodrama, peaje a pagar en el género, donde se explota esas relaciones de honor y amistad que a algún espectador se le puede atragantar. A favor, Twilight of the Warriors: Walled In, es un caramelo festivo, que no tiene miedo de exagerar y llevar a la fantasía a sus escenas de artes marciales (herencia del cómic), en contraste a la suciedad y realismo de sus escenarios de esta resucitada Kowloon. Un disfrute de principio a fin.



Uno de los momentos más especiales este año en Sitges ha sido ver como mi querido amigo Jonathan Bellés por fin ha podido proyectar su ambicioso documental “Ishiro Honda: Memoirs of a Film Director” en el festival y en el precioso y acogedor cine Prado. Proyección que se antojó legendaria y monstruosa ya que con motivo del 70 aniversario de Godzilla, el documental se proyectó en sesión doble junto a una versión remasterizada en 4K del clásico Godzilla de 1954.

Mucho trabajo y muchas dificultades ha vivido Jonathan durante la producción de Ishiro Honda: Memoirs of a Film Director, pero he de decir que la espera ha merecido sobradamente la pena y que puede sentirse bien orgulloso de esta pieza documental. Una obra que gira en torno a uno de los mayores maestros del cine japonés, realizada con alma y con algunos momentos emocionantes y conmovedores. Honda siempre ha sido un director del que se ha sabido más bien poco, siendo su figura constantemente tapada por el enorme peso de su creación, el saurio radiactivo Godzilla.

Así, por medio de una narración bien interesante y suave, que cuenta con voces como Ryuji Honda, Hisao Kurosawa, Yuuko Honda-Yun, Joe Dante o Linda Miller, el documental nos lleva a través de los momentos más importantes en la vida de Honda y que marcaron su estilo cinematográfico. Desde su infancia, rodeada de montañas y naturaleza, hasta su adolescencia en Tokyo, donde nació su enorme pasión por el cine, hasta su pesadillesco y traumático paso por la II Guerra Mundial (uno de los tramos más contundentes). 

Centrándose en su carrera como director para Toho en los años 50 y 60, ofreciendo un fresco por su exitoso cine de monstruos a la vez que se realiza una merecida reivindicación de sus películas alejadas del género fantástico (desde aquí recomiendo encarecidamente The Blue Pearl). La guinda la pone un tramo final en donde se relata los últimos años de vida de Honda como asistente de dirección de los filmes de Akira Kurosawa de los 80 y 90, como Ran (1985) o Dreams (1990). Un tramo que se antoja conmovedor.

Haciendo el Godzilla junto al equipo
del documental
Sin duda, Ishiro Honda: Memoirs of a Film Director es una obra muy recomendable no solo para el fan de Godzilla sino para todo aquel interesado en el cine japonés en una etapa única en la cinematografía del país. Puestos a ser exigentes, me hubiera gustado ver ese pequeño periodo de Honda dirigiendo episodios de series tokusatsu en los 70 como Return of Ultraman (1971), pero es por buscar innecesariamente la puntillita a una obra excelente y que se vale de un impresionante material de archivo.

Y qué decir de la maravillosa Godzilla (1954). Una de las mayores obras del fantástico mundial y uno de los más contundentes alegatos pacifistas y en contra de la energía nuclear. En un blanco y negro inolvidable y muy contrastado, casi noir, se nos lleva a una fantasía que filtra un trauma colectivo y horrible, representado físicamente en una criatura gigantesca y destructiva, convertido después en un icono mundial. Brillantes momentos de destrucción realizados por el equipo de Eiji Tsuburaya, inmortal banda sonora de Akira Ifukube y una estupenda dirección de Honda que llena de dramatismo lo que es una tragedia colectiva, con escenas que aún 70 años después aún siguen acongojando como los momentos en el hospital tras la destrucción o el momento del requiem cantado. Sin duda, la mejor entrega de la larga saga del saurio. Un clásico por antonomasia y que disfrutamos como nunca con una impoluta copia en 4K y que meses antes ya había sido proyectada en el Festival de cine de Berlín. ¡Por muchos años más Godzi!
 

Uno de los fenómenos cinematográficos de este año en Corea del Sur ha sido el estreno de Exhuma y que se ha saldado con un éxito la mar de contundente congregando casi a 12 millones de espectadores en su país de origen.

Una renombrada chamana (Kim Go-eun) y su aprendiz son contratados por una enigmática familia adinerada para investigar la enfermedad sobrenatural que afecta a su hijo primogénito. Con la ayuda de un embalsamador y el experto en feng shui más famoso del país (Choi Min-sik), rastrean una tumba familiar oculta, ubicada en tierra sagrada. Percibiendo un aura ominosa alrededor del lugar, el equipo opta por exhumar y reubicar los restos ancestrales de inmediato. Pero algo mucho más oscuro emerge en la remota montaña, desatando fuerzas sobrenaturales que amenazan con destruirlos a todos.

Exhuma es un filme ante todo especial y un viaje por el tren de la bruja del terror hacia un mundo espectral visto desde una óptica diferente. Ante todo resulta la mar de interesante en su representación del mundo de los espíritus bajo los ojos de los coreanos en un mundo de creencias, tradiciones que están tan alejados de occidente que resulta fascinante. Así, ciertas escenas donde se representan ritos ancestrales, resultan excelentes, filmados de una manera realista y que te hace partícipe de un acto único. El reparto resulta por lo general muy acertado, comandado por un todoterreno como Choi Min-Sik (Old Boy), excéntrico experto en geomancia. La cristalina y pulida realización de la película así como lujoso diseño de producción están fuera de toda duda. Aún así Exhuma resulta excesiva en su duración, 135 minutos, y que ocasiona numerosos altibajos y la sensación de que no acaba de explotar del todo en sus pretensiones y objetivos. Aún con todo resulta una experiencia de terror la mar de recomendable.


Coralie Fargeat se dio a conocer hace unos años en Sitges 2017 con Revenge, una vuelta de tuerca al rape & revenge, descerebrado, divertido y sobretodo con un gusto por lo sangriento. Ahora en 2024, Coralie pone la industria patas arriba con un filme tan insólito y alucinante como La sustancia.

"Tú, pero mejor en todos los sentidos". Esa es la promesa, un producto revolucionario basado en la división celular, que crea un alter ego más joven, más bello, más perfecto. Un producto que Elisabeth Sparkle, actriz de capa caída, no dudará en utilizar.

La sustancia es una experiencia cinematográfica de ver para creer. Una obra lúcida, valiente y que llega hasta sus últimas consecuencias en una propuesta que actualiza el mito de Dorian Gray, la maquinaria oscura de Hollywood y la clásica búsqueda de la juventud eterna. Conceptos llevados hasta sus últimas consecuencias en un crescendo de escenas grotescas y disgusting con algunas orgías hemoglobínicas que son para enmarcar, llevado adelante con un trabajo de montaje y edición de sonido excelentes. La dirección de Fargeat resulta contundente, con un uso de la simetría y color verdaderamente notables y que llevan al espectador a una experiencia prácticamente inmersiva y sensitiva.

Una de las grandes sorpresas es una recuperación de las que hacen época. El trabajo de Demi Moore resulta extraordinario, en un interesante juego de espejos interpretando a una vieja gloria a la que los estudios se la quitan de encima por tener ya una edad "no aceptable". Otro de los grandes descubrimientos es Margaret Qualley quien da la réplica a Moore sobradamente con inteligencia y muchísima sensualidad. Como digo, una experiencia alucinante, de una valentía inusitada y muy necesaria en estos tiempos de corrección política. Capaz de generar escabrosidad, de no temer jugar con lo grotesco y puramente fantástico a la vez que crea un lenguaje propio sin dejar de filtrar numerosos precedentes del género, desde Brian Yuzna, Kubrick, el splatter japonés, al Cronenberg más inquietante. Un clásico desde ya mismo y una de las cintas de género más brillantes de los últimos años.


sábado, 7 de septiembre de 2024

AUDITION (1999)


Takashi Miike es uno de los directores más singulares, salvajes y bizarros del reciente cine japonés. Director todoterreno, su abultadísima filmografía de más de un centenar de filmes realizados a un gran ritmo año tras año cuenta con una grandísima variedad de géneros. Desde cine de acción, terror, erotismo, dramas, live-action de mangas de éxito hasta propuestas de lo más surrealistas y únicas. Además de ser uno de los renovadores del yakuza-eiga en los años 90. En su primera etapa, Takashi Miike demostró ser una fuerza anárquica capaz de realizar un cine libre, sin ataduras y verdaderamente salvaje. Tras el éxito de la genial Fudoh: The New Generation (1996), el director nipón empezó a hacerse un nombre en la industria, si bien hay un filme en concreto que lo acabó de colocar en el mapa mundial: Audition (1999).

El filme presenta a Aoyama, un cuarentón viudo y que sintiéndose solo decide, a propuesta de un amigo, convocar un casting para una inexistente película con la intención de encontrar una nueva esposa. Al casting acude Asami, una misteriosa joven con la que Aoyama cae rendido.

kiri...kiri...kiri...

Estrenada adecuadamente dentro de la ola de J-Horror generado por The Ring (1998), los pases de Audition fueron muy sonados en los diversos festivales en los que fue proyectada por su inquietante violencia y que provocaron un número récord de abandonos en el Festival de Rotterdam. Más allá de los momentos escabrosos que pueda tener la cinta, Audition resulta una magnífica cinta de horror, excelentemente narrada y estructurada. Un filme que sabe subir la incomodidad y el clima de pesadilla con maestría a la vez que juega constantemente al despiste y a la confusión del espectador que no se espera los derroteros por los que se encaminará la cinta. 

La primera hora de Audition es muestra de ello, dando la impresión de ser una inocente y hasta sosa historia de un hombre solitario en busca de pareja y que conoce a la bella y misteriosa Asami, a la que podríamos catalogar como la "típica" y estereotipada mujer japonesa siendo inteligente, educada, sumisa, vulnerable... La forma visual del filme en este tramo siendo pausado, casi contemplativa pero con un uso muy interesante de los colores refuerzan esa impresión. Es cuando el espectador se encuentra más desprevenido y relajado cuando la cinta se rompe definitivamente en el último tercio de metraje en una orgía surrealista, ambigua y con imágenes de pesadilla. En ese sentido, el clímax final con Aoyama siendo torturado escabrosamente por Asami (kiri...kiri...kiri...) con hilo de pescar y acupuntura resulta en una de las imágenes más recordadas del horror nipón de finales de siglo. Una violencia no necesariamente sangrienta sino que en un uso excelente del montaje y la edición de sonido crea auténticos desmayos en el espectador.

El filme cuenta con un reparto la mar de interesante desde el protagónico de Ryo Ishibashi (Kids Return (1996), El club del suicidio (2002)) a veteranos como Jun Kunimura (Ichi the Killer (2001), The Wailing (2016), Shin Godzilla (2016) o Renji Ishibashi (Llamada perdida (2003), Tetsuo (1989), Outrage (2010). Aparte del enorme descubrimiento que supone Eihi Shiina como la terrorífica Asami, actriz que realizaría trabajos interesantes como Eureka (2000), A day on the Planet (2003) para convertirse después en musa de Yoshihiro Nishimura protagonizando splatter action a mansalva como Tokyo Gore Police (2008).

Más allá del horror y la escabrosidad, Audition sabe abordar temas muy interesantes con inteligencia y sarcasmo, desde el trato de la mujer en Japón, la rebelión de esta última frente a una sociedad machista o problemáticas sociales como la soledad o los abusos sexuales a menores. Todo unido convierten a Audition en una coctelera sorprendente, original, escabrosa e impactante además de inteligente en saber guardar con ambigüedad y confusión todo lo que estamos viendo en pantalla sin dejar claro al espectador sobre si lo que está viendo es real. Sin duda, una excelente película que dio a conocer a occidente a un director irrepetible.

viernes, 6 de septiembre de 2024

ULTRAMAN MAX (2005)


El fracaso estrepitoso de Ultraman Nexus (2004) provocó el despido de Hideaki Tsuburaya como presidente de una Tsuburaya Productions de nuevo en números rojos. Fue entonces cuando entró Shigeki Oyama para tomar las riendas de la compañía, el primero en no tener lazos con la familia Tsuburaya. Oyama decidió intentar salvar el barco y tratar de relanzar la franquicia. El problema era que las relaciones con el canal TBS cada vez eran más frías y el tiempo que se les dio para preparar y rodar una nueva serie de Ultraman fue mínimo. En menos de 6 meses, la nueva serie debía estar lista para emitir. El calendario más apretado que jamás se había enfrentado Tsuburaya para con la franquicia, comparado con el año o más que estaban acostumbrados de preparación del proyecto. De locos. 

Para simplificar las cosas Oyama decidió que, según a su parecer, la franquicia de Ultraman había perdido su toque esos últimos años y era urgente recuperar el público infantil y familiar propio de la franquicia. Se encarga a Takeshi Yagi, director de experiencia en la era Heisei del personaje, la producción de Ultraman Max. Tras una intensa investigación y estudio de mercado, Yagi llega a la conclusión que la etapa Showa y los personajes atados a ella eran aún muy queridos por diversas generaciones. Ultraman Max viene a homenajear las sensaciones de la Ultraman y Ultraseven originales, con un empaque claramente infantil pero empapado de ese aire de aventura irresistible y la imprevisibilidad en sus historias auto conclusivas. La sangre pura de la franquicia. Esa sensación de no saber qué vas a ver en el siguiente episodio.


Shusuke Kaneko (derecha)
Aún suponiendo una mirada atrás, una búsqueda de la nostalgia y el guiño hacia el fan de la franquicia a la vez que se intenta recuperar al target más infantil, Ultraman Max es una delicia. Una serie tremendamente entretenida ayudada por su gran variedad de premisas en sus diversos episodios, beneficiada además por la presencia de una serie de directores que sin duda crecieron con el personaje y que ahora realizan su propia versión del mismo. Es el caso del gran Takashi Miike, director de 2 episodios de Max, o de Shusuke Kaneko, quien toma las riendas como director principal realizando una docena de capítulos. De hecho, una vez fichado Kaneko, y gracias a sus contactos en la industria pudieron armar un equipo técnico y llamar a diversos directores a la serie de una manera rápida. Perfecto, debido al apretado calendario de producción. Es la ultraserie con un número más abultado de directores y guionistas, 11 y 18 respectivamente. Para complementar el espíritu de homenaje se llamaron a directores clásicos de la franquicia como el gran Akio Jissoji o Toshihiro Ijuma además de recuperar a monstruos clásicos de la etapa UltraQ-Ultraman-Ultraseven (criaturas bien conocidas como Eleking, Red King, Zetton o King Joe regresan) y cast como Susumu Kurobe o Hiroko Sakurai quienes tendrían papeles secundarios y recurrentes. Debido a la complicada y delicada estabilidad de la franquicia en ese momento, además del poquísimo tiempo de preparación y producción, se decide realizar episodios con historias autoconclusivas y que llegaron hasta una muy respetable longitud de 39 capítulos.

DASH. Preparados para cualquier eventualidad.
Ultraman Max presenta un siglo XXI donde la humanidad sigue azotada por desastres naturales y además criaturas de leyenda aparecen y comienzan a atacar el planeta. Para luchar contra la amenaza kaiju el gobierno crea la organización de investigación y combate DASH. Pero un gigante plateado aparecerá para luchar contra los monstruos.

El equipo de combate DASH, siendo el recurrente escuadrón militar típico de la franquicia, resulta en general de lo más simpático y entrañable de buenas a primeras. Contando con el protagonismo de Touma Kaito, quien tras un acto de sacrificio acaba recibiendo el poder de Ultraman Max y posteriormente entrará a formar filas en DASH. Dentro del escuadrón cabe destacar a personajes como Mizuki, la compañera de patrulla de Kaito, interpretada de manera adorable por Hitomi Hasebe y donde se logra crear un interesante romance cocido a fuego lento a lo largo de la serie junto a Kaito. También mencionar a Hijikata, capitán de DASH, Koba, experto en armas del equipo o Elly, la androide, interpretada por la maravillosa Hikari Mitsushima, de adolescente en este momento y que más tarde nos maravillará a todos por trabajos como Love exposure (2008) de Sion Sono. Por último recalcar a Sean, por ser el occidental del grupo interpretado de manera sonrojante por Sean Nichols, aunque acaba encajando en el aura infantil de la serie. Destacar la participación de Susumu Kurobe (el Ultraman original de 1966) como jefe del grupo o a Hiroko Sakurai quien intepreta a una investigadora jefe de DASH. Con toda esta telaraña de personajes se consigue algo que suele costar en muchas ultraseries como es crear desde el principio una relación natural y bien dinámica entre todos ellos.

Ep. 1, Birth of Ultraman Max!

Ep. 9, Dragon Lover
Como he mencionado, Ultraman Max resulta una serie por lo general muy entretenida, colorida y sorprendente por sus premisas y que la acercan totalmente en espíritu a las series fundacionales de los años 60. El primer episodio, Birth of Ultraman Max!, funciona como entrada ideal de una ultraserie. Dirigido por Shusuke Kaneko, marca bien las claves de la serie y ejemplifica un aspecto positivo como son los estupendos diseños de los monstruos realizados expresamente para la serie como es el caso de Grangon y Lagoras (los monstruos que vemos aquí).

En el primer tramo de Max cabe destacar momentos como el doble episodio 5 y 6, Monster Island Appears! / 5 seconds to bombing, con nuestros personajes perdidos en una isla llegada de la nada y con rumbo hacia Japón además del regreso de monstruos clásicos como Pigmon o Red King. Aparición estelar de Yukijiro Hotaru, el inspector Osako de Gamera: Guardián del universo (1995). Resulta muy destacable el episodio 9, Dragon Lover, y que presenta una ambientación rural maravillosa con leyendas ancestrales, sacerdotisas, fantasmas y un dragón realizado de una manera espectacular por los técnicos de efectos especiales.

Ep. 11, The Prophecy of Baraj
De los episodios dirigidos por Kaneko me quedo con el capítulo 11, The Prophecy of Baraj. Muestra el regreso de Antlar, ese escarabajo con esteroides que nos maravilló en el episodio 7 de Ultraman 66 y que vuelve para destruir a la humanidad. Escenas de destrucción abundantes, con ciudades hundiéndose y una trama de fondo muy agradecida y que incluye una profecía y ruinas milenarias. Pero lo mejor es sin duda la recuperación de Yuri Sakata, quien era la joven Ayako Fujitani en la trilogía de los 90 de Gamera. Como curiosidad, en la primera escena del capítulo aparecen unos niños jugando con muñecos de Godzilla y Gamera.

Punto y aparte son los episodios dirigidos por Takashi Miike. Miracle of the Third Planet, capítulo 15 de la serie, es una obra maestra de obligado visionado. Una experiencia espectacular dotada de una belleza y delicadeza tal que es para quitarse el sombrero. Cuenta las vicisitudes de una niña ciega que justo en el dia de su recital musical de flautín aparece un monstruo que se retroalimenta de las armas con las que le atacan. Visualmente es una belleza y su monstruo resulta de lo más sugerente y misterioso. Se crea un contraste radical con la locura de Who am I?, episodio 16, con Miike dando rienda suelta a su niño interior con 20 minutos llenos de comedia absurda, bizarra e delirante con unos monstruos circulares similares a un gato y que provocan amnesia a todos los seres vivos. Ver a Kaito incapaz de poder transformarse en Max resulta hilarante.

La belleza de Miracle of the Third Planet, de Takashi Miike.

Akio Jissoji la vuelve a clavar en Butterfly Dream
Cambiando de tercio, el capítulo 19, The One from the Door, resulta otro de esos ejemplos de episodio divertidísimo con DASH descubriendo una puerta de entrada a otra dimensión que les llevará a conocer a una raza alienígena que había contactado con la humanidad miles de años atrás y que llegaron a la conclusión de crear a un dios para controlar las ansias destructoras y egoístas que por naturaleza tiene el ser humano. Muy interesante. El monstruo de piedra del episodio es excelente y hay fan service agradecido con Mizuki en top o Elly, la cyborg, activando un modo de combate en el que se queda ligera de ropa. Destaca la aparición de Kohji Moritsugu (Ultraseven), con momento “Ultra Eye” incluído y que provoca una reunión vintage irresistible entre Sakurai y Kurobe. Otro de esos episodios hilarantes y con un uso del humor notable es el núm. 20, Drifting Monster y que cuenta con un monstruo que mientras duerme permanece flotando en el cielo. DASH se las verá y deseará para alejar a la bestia de la ciudad.

El regreso de Alien Metron en The Untargeted Town
Otro de los grandes momentos de Ultraman Max es el regreso del maestro Akio Jissoji quien ya había hecho su comeback en diversos episodios de Tiga y Dyna y que aquí en Max realiza una despedida a lo grande de una franquicia que ante todo amaba (el director murió en 2006). El episodio 22, Butterfly Dream es una locura que se atreve a romper la cuarta pared presentando a un guionista de Ultraman Max en pleno bloqueo creativo. Sus sueños y la realidad acaban mezclados. Un capítulo surrealista y psicodélico, donde Jissoji da rienda suelta a su peculiar imaginería visual y narrativa con magistral excelencia. Destacar el protagónico de Renji Ishibashi, habitual de los yakuza-eiga de Takashi Miike. Jissoji cierra de manera emotiva su senda en Ultraman con The Untargeted Town, episodio 24, y que es una secuela del clásico The Target Town de Ultraseven. De nuevo, capítulo de tono bizarro, casi bordeando el ridículo pero llevado con maestría en una trama ingeniosa con Alien Metron volviendo de entre los muertos con un plan infalible como es utilizar los teléfonos móviles para dejar a la humanidad atontada y bajo su merced. La batalla final entre Max y Metron, en un precioso atardecer es la guinda a esta joyita.

Kaito, el héroe de la función.
Como vemos, pese a su aparente tono infantil y al igual que pasaba en las Ultraman y Ultraseven originales, Max se suele salir del molde predeterminado y ofrece episodios de carácter arriesgado y ambiguo tanto por su narrativa como por las tramas. Y no es solo algo reservado a Takashi Miike o Jissoji. El ep. 25, A Distand Friend, es un muy sorprendente episodio de tono más adulto, con un bondadoso alien que se deja capturar por DASH para probar sus benefactoras intenciones y luchar contra la xenofobia alienígena. Como premio es sometido a terribles experimentos. Un capítulo que muestra la peor cara de la humanidad. Lástima que el monstruo final se sienta muy forzado en el episodio. El ep 27, The Stolen Max Spark, cuenta el regreso de Eleking y las gemelas Pitt en un sorprendente conjunto de tono de terror agobiante con larvas de Eleking desperdigadas por toda la ciudad y controlando las mentes de pobres solitarios a los que chupa la energía y posteriormente mata. 

Ep. 29, Why Monsters Appear.
El clima de homenaje inteligente que es Ultraman Max continúa de la mejor manera con el ep. 29, Why Monsters Appear. Una maravilla y que mira a Ultra Q en su 40 aniversario juntando al reparto original de la serie. La historia va alternando presente y pasado con unas irresistibles escenas en las que se rueda un episodio de una serie de ciencia ficción conocida como Unbalance, que luego se convertirá en Ultra Q, donde el equipo de rodaje tiene un encuentro con un monstruo. Muchas referencias meta y reflexiones para un episodio estupendo. El ep 31, Burn! Earth!, es uno de los momentos más divertidos y estrambóticos de la serie con la aparición de Moetaranga, un monstruo, de nuevo, de diseño genial y que introduce un virus a todos que provoca que la población se acelere hasta quedar muertos de agotamiento, salvo Susumu Kurobe, quien poda bonsáis a velocidad de caracol.

Otro director clásico, Toshihiro Ijima, retoma a Alien Baltan en el doble ep 33 y 34, Welcome to earth! Part 1: The science of planet Baltan / Welcome to earth! Part 2: Farewell Alien Baltan profundizando en la sociedad Baltan en unos episodios lleno de momentos wtf con un Baltan benefactor convirtiéndose en una adolescente y que se monta en escoba entre otros trucos salidos de Griffindor. Pero en general se presentan unas batallas resultonas como ese Baltan 10 veces más grande que Max. Antes de la conclusión de Max seguimos encontrando episodios de lo más singulares como el núm. 37, Constellation Thief. Mucho "Claro de Luna" de Debussy y angulaciones extrañas a lo Jissoji en una historia místico-espacial con una civilización que creó el mapa de estrellas para que los humanos lo admiraran. Ahora con la contaminación, los humanos están dejando a perder tal espectáculo. El guardián de las constelaciones, Keplus (otro estupendo diseño) hará acto de presencia.

Max en problemas en el ep. 39, Take Hold of the Future!

Y respecto al gran final de la serie, formado por el doble ep. 38 y 39, Prelude to Annihilation y Take Hold of the Future! resulta, de nuevo, un triunfo. Es algo habitual en las ultraseries. No se como lo hacen pero siempre suelen dar con la tecla. El final de Max resulta mayestático, emocionante, conmovedor y espectacular. Parte de la aparición de una serie de estatuas por todo el mundo y que dejan el siguiente mensaje: "La humanidad no puede seguir así, polución, guerras y una economía que destroza los recursos naturales. Los seres humanos deben desaparecer.” La amenaza viene de una civilización subterránea. Una premisa que se desarrolla de la mejor manera con el equipo de DASH luchando y dando todo lo mejor que pueden, como humanos y sin apoyarse en Max. Y plagado de momentos memorables, desde la “muerte” de Mizuki, los momentos de destrucción, la crucifixión de Max o la batalla final eso si no hablamos del precioso epílogo, ambientado 50 años en adelante y que concluye la serie con el corazón lleno de optimismo y alegría.


Ultraman Max
resulta una serie de lo más irresistible. Pese a su aparente simpleza y retorno a terrenos nostálgicos e infantiles, es una gran excusa para recuperar ese sabor tan puro y divertido que hizo que millones de espectadores se enamoran de Ultraman en los años 60. Aderezado con un mensaje ecologista y pacifista respecto a los abusos de la humanidad pero sin olvidar en todo momento la nota optimista y de decidida lucha por un futuro mejor. Pese a algunos episodios en donde el humor no resulta tan acertado de lo histriónico que resulta entre algunos momentos infantiles estomagantes (ese episodio navideño con Elly... arghhh), o aportaciones incomprensibles como ese Ultraman Xenon que solo aparece 5 segundos en toda la serie y ni sabemos quien es o ideas que se sueltan para futuras tramas que se quedan en nada... Pese a todo, Ultraman Max es otra de las aportaciones más felices y conseguidas del universo del personaje. Una serie orgullosa de su legado, divertida y que nos devuelve al siglo XXI lo mejor del Ultraman clásico.

El abordaje a la nostalgia continuaría y de manera mucho más explícita y entregada en la siguiente Ultraman Mebius (2006). Pese a las aspiraciones y esperanzas que se tenían con Max ésta no acabó por tener unas audiencias competentes quedándose algo por debajo de lo esperado. Respecto a las canciones de la serie, poco que aportar en esta ocasión, teniendo la serie uno de los opening más sosetes de la franquicia.