CRÍTICAS PELÍCULAS

martes, 19 de octubre de 2021

CRÓNICAS DE SITGES 2021 (2/5)

El anime goza de una excelente salud en esta última década, no solamente gracias a éxitos como Your Name (2016) de Makoto Shinkai, y que ha originado un aluvión de productos similares donde se mezcla el romanticismo adolescente con el género fantástico sino también con propuestas más complejas, pequeñas y arriesgadas.

Pompo: The Cinéphile (2021) está basada en el manga de Shogo Sugitani y se encarga de la adaptación a largometraje el estudio CLAP Animation. 

Pompo es una productora de películas de Serie-B fuera del circuito de la gran ciudad de "Nyallywood". Un día, Gene, el asistente de Pompo y amante del cine, descubre un nuevo guión escrito por Pompo, y queda conmovido por la historia. Para su sorpresa, Pompo le dice a Gene que él dirigirá la película. Mientras, Natalia, una joven que acaba de llegar a la ciudad en busca de cumplir su sueño de ser actriz, es descubierta por Pompo.

El film es una muy simpática y entrañable carta de amor al cine llena de una comedia muy agradable y que es utilizada a la mínima para reflexionar acerca del estado actual de la industria. Me hicieron sacar la sonrisa esos toques de atención hacia la exarcerbada duración de muchas películas comerciales actuales. Aunque parece que la película vaya a centrarse en el infantil personaje de Pompo, ésta decide centrar su mirada hacia Gene, su asistente, un patoso e introvertido joven amante del cine y que dispone de la oportunidad única de dirigir una película a raiz de un guión de Pompo de carácter bastante más serio que las películas de Serie B (pero muy exitosas) que produce normalmente. El rodaje de la presente película aprovecha para explorar el extenuante proceso de creación de la obra y como ésta forma parte irremediablemente de la personalidad y vivencias de su creador.

Pompo: The Cinéphile es toda una sorpresa que aún a pesar de su tono de comedia ligera y ocasional ñoñería alberga reflexiones muy interesantes y en ocasiones bastante más serias y profundas de lo que cabía esperarse en un principio. Un anime muy recomendable, y no solamente hecha para el disfrute del cinéfilo de pro sino para el del público en general.


Los primeros compases de Caveat (2020) me hicieron recordar esos cuentos de horror gótico ingleses tan mágicos con un personaje pasando la noche en una casa encantada situada en un lugar inhóspito y brumoso. Y así ocurre en dicho film, con un nómada solitario que sufre pérdida de memoria y el cual acepta un trabajo para cuidar a una mujer con problemas psicológicos en una casa abandonada en una isla remota.

Caveat es el primer largometraje de Damian McCarthy, el cual anteriormente solo había realizado varios cortos. El film no ha resultado ser una experiencia satisfactoria aún disfrutando de un inicio misterioso que te pone en alerta y una excelente ambientación terrorífica en una casa prácticamente en ruinas, en línea con la psique de los personajes que viven o han vivido ahí. Si bien, estos aciertos que dan un halo inquietante a la historia son naufragados, por desgracia, por un metraje que no deja de dar vueltas una y otra vez a lo mismo. Paseos y más paseos del personaje protagonista por la casa, golpes fantasmales en las puertas, gritos y unos golpes de efecto terroríficos que finalmente se tornan de un humor involuntario especialmente en la presencia de ese cadáver de la mujer y que está oculta en el sótano. Se nota el bajo presupuesto, aunque esto no es ni mucho menos un reproche, pero sí el hecho de que McCarthy no es capaz de sacar algo interesante o memorable de la propuesta. Si bien, Caveat es una curiosidad que disfruta de una ambientación inquietante y conseguida, algunos sustos a remarcar y el buen uso de algunos elementos cotidianos para crear terror como es ese mono de juguete y que parece avisar de la llegada de los fantasmas. Aún con todo esto, Caveat no ofrece elementos novedosos, es más repite esquemas bastante sobados y de una manera poco inspirada. Es el tipo de película que hubiera funcionado bastante mejor como un cortometraje de 20 minutos.


La carrera de Alex de la Iglesia está llena de altibajos pero no podemos negar que ha creado un estilo bastante característico y una capacidad para llevar nuestros referentes de género favoritos a su terreno: desde el humor alterado y psicótico de Mi gran noche (2015), la revisión de nuestro pasado como país en la imprescindible Balada triste de trompeta (2010), las leyendas del País Vasco con Las brujas de Zugarramurdi (2013) o el giallo italiano como hace en su nueva obra Veneciafrenia (2021).

Como mosquitos atraídos por el faro más brillante, los turistas están apagando la luz de la ciudad más hermosa del planeta: Venecia. La agonía de las últimas décadas ha desatado la ira entre los venecianos. Nuestros protagonistas, un sencillo grupo de turistas españoles, viajan a Venecia con la intención de divertirse, ajenos a los problemas que les rodean. Allí se verán obligados a luchar por salvar sus propias vidas.

Veneciafrenia no es, precisamente, el trabajo más inspirado de Alex de la Iglesia presentando una trama que si bien prometía, acaba hundiéndose en la indiferencia. Parte de la culpa viene de un guión algo desvalazado y que pedía algo más de locura y desenfreno (de lo que es normalmente un experto De la Iglesia). El film sigue a un grupo de turistas españoles, unos personajes la mar de insoportables, con demasiados minutos de metraje en su haber y que se ganan a pulso el ser asesinados. Ningún actor destaca especialmente de entre un cast comandado por Ingrid García Jonsson, la cual suele estar bastante acertada en sus trabajos pero que aquí se mueve con un personaje bastante indiferente. Bastante alarmante en este sentido resulta el personaje del taxista de barcos, que se une a la causa de forma de los protagonistas de forma bastante gratuita y que sirve más como desatornillador de algunas situaciones, dar respuestas o hablar el italiano con los demás.

No hay que negarle que el diseño de producción del film es excelente, con una realización elegante y con todo en su sitio así como una banda sonora muy notable pero el film acaba tornándose en una experiencia algo sosa. La crítica al turismo desaforado es graciosa y algún asesinato, donde refiere a Darío Argento, es vistoso pero la película no ha acabado por despertarme pasiones.


La jornada del sábado 9, tuve la oportunidad de asistir a la ya tradicional visita a las presentaciones literarias del gran Octavio López y quien presentaba esta vez el libro Critters: Devoradores del espacio exterior, distribuido por la editorial AppleHead Team. Un libro la mar de recomendable y que sigue el habitual estilo tan concienzudo, completista pero apasionado de su autor. Y su incontinencia creativa no cesa porque ya está disponible en preventa su nueva obra, también distribuida por Applehead Team y dedicada al pequeño clásico de culto de la Troma, El monstruo del armario (1986) y cuyo libro, el cual repasa todo el proceso de creación de la película lleva por título: El monstruo (que salió) del armario. Un inmenso placer como siempre Octavio y nos vemos pronto. Su agenda viene cargadita de novedades muy jugosas en un futuro cercano...


Mad God (2021) parecía una leyenda urbana del mundo del cine. Un proyecto que tras treinta años parecía que nunca iba a poder ver la luz... Hasta ahora. El mago de los efectos especiales, Phil Tippet (El retorno del Jedi, Robocop, Jurassic Park, Starship Troopers...), inició Mad God a finales de los años 80 como forma de desquitarse de los grandes blockbusters en los que estaba trabajando y relajarse con un proyecto personal. Dicho film quedó aparcado a principios de los 90 y no fue resucitado hasta hace diez años por un grupo de fans que impulsaron una campaña de crowdfunding para revitalizar el proyecto dedicándose después a ir todos los fines de semana a casa de Tippet a ayudarle a finiquitar la obra.

Finalmente, Mad God ha podido presentarse y ha sido una experiencia de las que no se olvidan. ¿Que es lo que cuenta exactamente la película? Buena pregunta. Mad God presenta un mundo infernal. Un universo en donde Dios ha hecho caer toda su furia sobre la humanidad convirtiendo la Tierra en un lugar ponzoñoso, oscuro y lleno de criaturas extrañas donde solo existe la muerte. 

Mad God es una experiencia alucinante llena de un stop motion fascinante y que llena tus retinas de monstruos, mundos apocalípticos, gore y momentos horripilantes y surrealistas. Un film que resulta más en una experiencia visual que en un trabajo con cierta coherencia convirtiendo su visionado en algo áspero pero finalmente satisfactorio. Reflexiones sobre las ansias de destrucción inherentes a la humanidad, el acto de la creación, la muerte de los dioses son tratados en el film entre un cúmulo de imágenes de espíritu cyberpunk e industrial donde destaca los diseños de todas las bestias, monstruos y criaturas que hacen acto de aparición y que demuestran una capacidad de imaginación abrumadoras. La película incluye hasta guiños a 2001: una odisea en el espacio (1968) o a la obra de H.R. Giger. 

Mad God es una amalgama de carne, metal y plastilina de árduo y duro visionado pero por el que no podrás dejar de sentirte fascinado.


Los mundos post apocalípticos siempre tienen algo de atractivo por el hecho de hacerte imaginar cómo quedaría el mundo tras una guerra nuclear o por cualquier incidente de carácter mundial. Tras vivir, con el virus del COVID una cierta sensación de alarma mundial cuasi apocalíptica el género se puede ver actualmente con una mayor empatía o experiencia catártica. Ya no parece tanta ciencia ficción.

La Terra Dei Figli (2021) es un film italiano basado en el cómic de mismo nombre de Gipi y sigue un mundo donde el final de la civilización ha llegado tras la llegada de un virus. Un padre y su hijo se encuentran entre los supervivientes. El hijo es criado como un niño salvaje, pues su padre considera que es la única forma de sobrevivir. Cuando el padre muere, el hijo decide emprender un viaje a lo largo del río, en busca de alguien que pueda leer el diario que su padre escribió a lo largo de su vida.

La película discurre por una estética y tono que puede recordar a The Road (2009), el film protagonizado por Viggo Mortensen (y basado en la gran novela de Cormac McCarthy) en el sentido de presentar un trabajo de tono deprimente, opresivo, violento y duro tanto en el ambiente como en las vivencias de los protagonistas. El primer tercio de La Terra Dei Figli destaca por presentar la relación entre un padre y su hijo así como el pequeño mundo en donde éstos se pueden mover y a duras penas sobrevivir. Una relación basada en la violencia y en la ausencia de cariño. Una decisión tomada a sabiendas por el padre para que su hijo pueda sobrevivir frente a un mundo tan salvaje. Finalmente, el hijo sentirá la lógica necesidad de ver mundo y descubrir que existe tras sus cuatro paredes descubriendo un mundo solitario donde los pocos supervivientes resultan ser unos seres cruentos. 

El film discurre a través de un ritmo pausado donde destaca el trabajo de fotografía presentando un mundo gris y donde se vislumbra a través de unas preciosas (estéticamente) estampas generales de un paisaje triste y en ruinas.

La Terra dei Figli es un film a tener en cuenta pero su tono pausado acaba pesando en un metraje que alcanza las dos horas. Ademñas mi interés en la historia fue mermando a medida que avanzaba el metraje. La relación padre-hijo me resulta muy apreciable, no solo por el vínculo entre los dos sino porque se utiliza cómo herramienta para explicar de forma sutil que es lo que pasó años atrás en el mundo y qué peligros pueden ocultarse fuera. Pero una vez el hijo se decide a ver mundo dispuesto a encontrar a alguien que le pueda leer el diario de su padre, dicho misterio va mermando con unos tramos menos llamativos como el del tramo dedicado a una pareja de hombres los cuales viven en una mansión o ya en la fábrica de esclavos y que vemos en el tercio final. Pese a todo, un film interesante y a tener en cuenta en el género donde a pesar de la tristeza y desolación general de la historia ésta acaba albergando un halo de calidez, humanidad y esperanza.

No hay comentarios:

Publicar un comentario