CRÍTICAS PELÍCULAS

viernes, 30 de mayo de 2025

TOMIE (1998)


De la mente de Junji Ito han salido algunos de los horrores más surrealistas e inquietantes que se hayan plasmado en el manga. Influenciado por la obra de Kazuo Umezu o Hideshi Hino, las creaciones de Junji Ito han obtenido un éxito sin precedentes, especialmente en estos últimos años en nuestro país, España, con su obra siendo editada prácticamente al completo.

Aún a pesar de que algunas de sus historias han sido adaptadas al formato cine, la experiencia nos demuestra que su obra es difícil de traducir al formato cinematográfico. Uzumaki (2000) es un filme al que le tengo especial cariño aunque si bien lo mostrado en la película no se tornaba tan abstracto y grotesco como el manga de Ito. Muy cercana en el tiempo tenemos a Tomie (1998), la adaptación fílmica de su primer gran éxito y que dio lugar a una interminable saga de películas con la pobre muchacha demoníaca del titulo siendo asesinada una y otra vez de todas las maneras posibles.

Después de un trauma en su pasado que ha sido reprimido, Tsukiko está tratando de recuperar sus recuerdos con la ayuda de una psiquiatra. Durante sus sesiones de hipnosis repite el nombre de "Tomie", pero es incapaz de recordar su origen. Mientras tanto, un detective de la policía está investigando una serie de asesinatos brutales, que tienen un punto en común: el nombre "Tomie"...


La primera Tomie es un trabajo arriesgado y que se estrenó en un momento propicio con el huracán Ringu (1998) devorándolo todo a su paso. El filme está planteado como una secuela directa del manga encontrándonos con los mismos personajes años después (en el manga la historia estaba ambientada en el ámbito escolar), con nuevos asesinatos aterrorizando el barrio. Su director, Ataru Oikawa, quien también guioniza el filme, plantea un ritmo y atmósfera al filme remarcable y muy interesante ya que evita los golpes de efecto, las explosiones hemoglobínicas para en su lugar construir un tempo inquietante, con el terror poco a poco empapando al espectador tomando únicamente como base los escenarios, la iluminación y el sonido. Un estilo verdaderamente interesante y con planos precisos. Para ejemplo esas calles, de una fotografía casi apocalíptica, vacías de gente. Para añadir más interés a la trama se introduce una investigación policial, con un excéntrico detective tratando de encontrar su particular “ballena blanca” en Tomie además de seguir el drama de Tsukiko y su búsqueda de recuerdos, cuya terrible vivencia del pasado ha quedado enterrada por su mente.

Pero sin duda, resulta fascinante la interpretación de Miho Kanno con una Tomie siniestra y terrorífica y que además tarda en salir en pantalla hasta muy bien entrado el metraje. Que Tomie, sea una especie de demonio femenino perpetuo e inmortal y cuya presencia hace enloquecer a los hombres hasta que acaban asesinándola es una excusa perfecta para hablar de violencia de género, el trato de la mujer en la sociedad japonesa entre otros aspectos sociales del país.

El problema del filme es que si bien, todos los valores anteriormente comentados funcionan bastante bien a lo largo del metraje éste acaba resultando en exceso insípido, dando la promesa de que algo finalmente va a pasar sin que nada verdaderamente acabe por ocurrir. Este es el mayor handicap de un filme muy interesante en ideas (la resurrección de Tomie, que cada una de sus partes desmembradas pueda dar lugar a una nueva Tomie...) pero que no acaba por explotar del todo. Si bien, Tomie se aparta de lo que el J-Horror estaba realizando esos años con multitud de fantasmas melenudas dando sustos una y otra vez a los espectadores por ofrecer un horror a fuego lento, una inquietud constante a baja revolución, a medio camino con lo que exponía Kiyoshi Kurosawa en Cure (1997), siendo un filme interesante y a tener en cuenta.

Su éxito propició una interminable saga, donde podemos recomendar la simpática Tomie: Another Face (1999), destinada al mercado del video. Tomie: Replay (2000) se convertía en un tren de la bruja multiplicando al cubo las explosiones hemoglobínicas y las transformaciones grotescas. Takashi Shimizu realizó una aproximación muy personal al personaje en Tomie: Re-Birth (2001) y Shun Nakahara optó por explotar el componente erótico de la historia en la correcta Tomie: Forbidden Fruit (2002). A partir de aquí, sin mucho a comentar, aunque siempre me ha parecido muy divertida la versión realizada por Noboru Iguchi; Tomie: Unlimited (2011).

miércoles, 21 de mayo de 2025

PORTLAND STREET BLUES (1998)


Los spin off de la saga mafiosa Young and Dangerous son de lo más recomendables y sorprendentemente disfrutables. Tuvimos precuela, películas dedicadas a Tai Fei, el estrambótico personaje interpretado por Anthony Wong o sobre Chicken (Those were the days). Portland Street Blues (1998) está dedicada a “La hermana 13”, una de las jefas de las tríadas de Hung Hing.

El filme relata el ascenso en el mundo criminal de la Hermana 13 hasta convertirse en una de las jefas de la sociedad, en un ambiente dominado por los hombres.

Estrenada el 21 de febrero de 1998, y dirigida por Raymond Yip (quien tambien dirigió Those were the days), Portland Street Blues acierta, de nuevo, en la plasmación de un personaje que era muy secundario en la saga Young and Dangerous, pero que es adecuadamente profundizado en la presente película, explorando no solamente su personalidad, el correcto tratamiento de su bisexualidad sino además la dualidad que provoca ser un jefe de la mafia el cual debe tomar decisiones crueles y difíciles con mucha frialdad. Un mundo frío e implacable donde no hay cabida para el amor, el cariño y la bondad. Así, gran parte del filme se rodea de esa alma trágica con un personaje realizando un camino del héroe difícil y lleno de obstáculos.


Pero no solamente tenemos una historia de ascenso en el mundo de la mafia, sino que el filme explora el pasado de su personaje principal aprovechando para hablar de la aceptación de uno mismo, de sexualidad así como de tratar de sobrevivir en un mundo dominado por lo masculino. Temas, interesantes, bien tratados gracias a un guión notable, siendo temas, además, inusualmente tratados en el resto de la saga. De entre el largo tramo centrado en el pasado de la hermana 13 destaca ese en donde la cinta parece detenerse, con los personajes realizando un exilio durante un tiempo. Son momentos plácidos, de recogimiento, plasmados de cierto halo melancólico que resultan destacables y una película en sí misma. Momentos previos que preparan a la particular heroína de la cinta para afrontar su destino en el mundo de la mafia. 

Además, se continua enlazando de manera soberbia todos los recovecos de la saga y es que además se nos muestra la particular relación de fascinación de la hermana 13 con Ben Hon (Yeung-Ming Wan). Relación la cual acabará profundizándose en futuras entregas y que acabará en boda, tal y como vemos en la muy notable Those were the days (2000).

Portland Street Blues cimenta en la franquicia el aire trágico, casi nihilista de sus personajes siendo una excelente muestra de ampliación del universo de una saga con buen hacer, que no abandona los cameos de personajes de otras películas (Shu Qi o Ekin Cheng aparecen, por ejemplo) acertando con este mix entre drama intimista y acción criminal. Sandra Ng, en su excelente interpretación de la hermana 13, se vio recompensada con los premios a "Mejor Actriz" en los 18th Hong Kong Film Awards además de en los 35th Golden Horse Awards. Además, Shu Qi también ganó el galardón a "Mejor actriz de reparto" en los 18th Hong Kong Film Awards.

viernes, 16 de mayo de 2025

ULTRA Q: DARK FANTASY (2004)


Ultra Q (1966) es un clásico absoluto de la televisión japonesa y una de las aportaciones televisivas al mundo del fantástico y la ciencia ficción más refrescantes e imaginativas de la época. Ésta no tuvo continuidad hasta la llegada de un largometraje para cines; Ultra Q: Legend of the Stars (1990) de Akio Jissoji. No fue hasta 2004 que se decidió realizar una nueva serie para televisión que retomara el concepto. Así llegó Ultra Q: Dark Fantasy.

El germen de la serie vino influida por el fervor que el J-Horror estaba viviendo desde finales de los 90 gracias al estreno de Ringu (1998) queriendo llevar la presente serie hacia ese sabor de pequeñas historias de terror veraniego, añadiendo las clásicas tramas de extraterrestres, monstruos y demás fenómenos extraños. Por desgracia, el delicado estado económico en 2004 de Tsuburaya Productions no permitió que la nueva Ultra Q tuviera un presupuesto muy holgado, siendo éste bastante bajo. Además, el carácter más adulto de la propuesta la llevó a ser emitida en un horario nocturno. Con 26 episodios emitidos entre el 7 de abril y el 29 de septiembre de 2004, Ultra Q: Dark Fantasy no levantó excesivas pasiones durante su emisión, a diferencia de la serie de 1966, obteniendo unas pobres audiencias de un 1% o un 2% de audiencia (las comparaciones son odiosas, pero nada comparado al más del 30% de la Ultra Q original).

La serie, como en la original sigue a un trío de investigadores (un periodista, una fotógrafa y un científico excéntrico) que episodio a episodio se enfrentarán a diversos casos paranormales. Entrando en materia, Ultra Q: Dark Fantasy es una serie a tener en cuenta y que resulta bastante disfrutable. Sin duda, lo mejor que se puede decir de ella es su enorme variedad tematica. Cada episodio es diferente del anterior tanto en premisas como en tono. Este hecho es peligroso y resulta el talón de aquiles de la serie por la irregularidad de calidad que provoca. Y es que ya podemos estar viendo un episodio de puro terror como al siguiente encontrarte con uno entregado al humor más absurdo y cartoon. Sin duda, es una mezcla algo desconcertante. 


Dancing Garagon (ep 1)
Resulta, además, sorprendente que la serie se entregue más a episodios centrados en casos paranormales o historias cercanas al terror siendo las tramas con monstruo gigante (el ADN puro de la original del 66) reducidas al mínimo. Este aspecto, sin duda, un efecto colateral de la moda del J-Horror de aquellos primeros años del nuevo milenio, la hace emparentar con los acercamientos al terror por parte de Tsuburaya en Operation: Mistery! (1968) o Unbalance: Horror Theatre (1973). Así, los episodios que proponen un acercamiento al kaiju eiga, paradójicamente, no resultan los más acertados del ciclo, tales como la dupla de capítulos protagonizados por el monstruo Garagon (todo un homenaje al mítico Garamon de Ultra Q) en Dancing Garagon (ep 1) y Gara Q’s revenge (ep 16) siendo un doblete con un humor discutible y una plasmación en pantalla del monstruo algo deficiente.

Como comento, en cuanto la serie se suelta la melena y propone originales y sorprendentes historias de ciencia ficción y terror, ésta se hace muy disfrutable. Es notable la participación del gran Shusuke Kaneko (trilogía Gamera de los 90) en dos episodios de la serie. Who are you? (ep 3) resulta una obra intrigante, bizarra y muy misteriosa beneficiada por un guión sorprendente y lleno de giros. Un hombre se despierta en su habitación, todo parece diferente, y al cortar el pelo a un cliente cree reconocer a un amigo de la infancia pero... ¿no murió cuando eran pequeños?

Kiara (ep 7)

Aún mejor es Kiara (ep 7). Ambiguo, inquietante y de estilo visual portentoso con saltos de continuidad mezclados entre momentos truculentos. Todo ello enmarcado en un contexto de jazz con un fracasado, ex alcohólico, en el paro y que busca cumplir su sueño de ser bajista de jazz, hasta que una noche está a punto de atropellar a una joven misteriosa. ¿Se trata de un ángel capaz de hacerle cumplir sus deseos más ocultos? ¿Es el mismo ángel que creyó ver su admirado bajista Buster Kirkland, encerrado en una institución mental tras una misteriosa aparición en un concierto? ¿Es un ángel salvador de almas agobiadas por el modo de vida social japonés o es un ángel de la muerte que, acompañada de almas torturadas, se aprovecha de la situación y busca víctimas? Grandes momentos el de este singular episodio y que incluso se atreve a hablar sutilmente de la pederastia. Para muestra ese gran momento con Kiara mostrando su verdadero ser y atrapando al pobre Sakaguchi. Fundido a negro. A la mañana siguiente los dos descansan en la cama... Sin duda, un episodio de lo más singular, arriesgado y brillante. Arisa Nakamura, quien interpreta a Kiara, al año siguiente aparecería en Snake Girl (2005) y 8 años más tarde protagonizaría Zombie Ass (2012), ambas de Noboru Iguchi.

The Eyes of the Totem (ep 11)
A destacar las aportaciones que hace la serie hacia el J-Horror con notables historias inquietantes, caso de The Puzzle Woman (ep 4). Aquí un joven recibe un puzzle el cual esconde la imagen de una mujer, a medida que lo vaya realizando dicha fémina, en forma de espíritu sin cabeza irá atormentándole. Terror con un agradecido punto triste y melancólico. Lily and Lili (ep 14) es una revisión de The Dream Child (ep 22 de la Ultra Q original), reactualizando dicha historia añadiéndole un barniz científico con un padre realizando extraños experimentos con drogas a su pequeña hija (turbio) lo que provoca el desdoblamiento del alma de la pequeña en una entidad maligna.

Muy cercano al terror tecnológico fantasmal de aquellos años, The Front of the Behind (ep 18) presenta una web extraña que crea adicción a internautas y tras una llamada siniestra a su móvil estos serán asesinados por una presencia maléfica. Si bien, el tono de terror puro se va diluyendo hacia un drama sobre abusos en la infancia. Mejor resulta The Quiet End (ep 20). Muy curioso episodio con unos experimentos científicos que buscan la perfección genética del ser humano. Tras las desapariciones de los doctores parece estar detrás cierta criatura artificial. Uno de los personajes está interpretado por Yusuke Kirishima, quien en ese mismo año sería Jun Himeya en Ultraman Nexus.

Aún hay grandes aportaciones al terror como el que hace The Eyes of the Totem (ep 11). El clásico “cuidado con lo que deseas” con un tótem que concede deseos llegando a las manos de una adolescente en plena edad del pavo. Tras un primer deseo muy banal para conseguir el amor de un compañero de clase, la historia va tornándose muy turbia e inquietante con la pobre muchacha sufriendo las consecuencias físicas de sus deseos.

Love Through a Lens (ep 19)
Pero la serie no se queda únicamente en el terror, en una muestra de la enorme permeablidad del concepto, Ultra Q: Dark Fantasy propone gemas que se salen del molde y que resultan ser toda una sorpresa. Caso de The Shining Ship (ep 15), un muy singular episodio que ni cuenta con la aparición del trío protagonista de la serie y que presenta a dos perdedores que tratan de hacer navegar un barco de madera, si lo consiguen su vida dará un vuelco. Rodeado de un halo de realismo mágico y con un giro final resultón, es un capítulo notable.

The Town Beauty (ep 17) no parece corresponderse con el general tono de la serie en una historia amable, romántica y llena de buenas intenciones. Aquí un aburrido salary man, sin nadie en el mundo, se enamora de una camarera de un ramen shop y que resultará ser una androide. Siguiendo en esta línea apacible, destaca Love Through a Lens (ep 19). Una maravilla y uno de los mejores episodios de la serie. Tierno y sensible presenta a un joven fotógrafo que utilizando la cámara de fotos de su abuelo ya fallecido ve a través de la lente a una joven de 1945 con la que además puede interactuar. El amor nacerá entre los dos. Con un guión muy bien escrito y que implementa hábilmente las parábolas temporales y el marco histórico con el joven queriendo evitar la muerte de la chica por los bombardeos de Tokyo de 1945 es una pequeña gema.

Alice in the 365-Degree World (ep 23)
Masahiro Yamada, reactualiza Kanegon’s Cocoon (ep 15 de Ultra Q) en Kagoneh’s Shining Road (ep 22). Una muy sorprendente nueva versión del episodio clásico de 1966, de tono muy divertido, brillante y colorido, con una deliciosa estética y música que imita el look de los años 60. Además atreviéndose a experimentar como esa apertura en blanco y negro y que imita una especie de sitcom. Alice in the 365-Degree World (ep 23), es tremendamente sorprendente e interesantísimo con una trama cerebral y hardcore sobre dimensiones paralelas en un episodio de fotografía espectacular y con estimulantes referencias al clásico Alicia en el país de las maravillas. Además, con el protagonismo de Ai Maeda (Ayana en Gamera 3: La venganza de Iris).

Kagoneh’s Shining Road (ep 22)

Darkness (ep 25)
Pero nos hemos dejado lo mejor para el final y es que Ultra Q: Dark Fantasy cuenta además con la colaboración del maestro Akio Jissoji (director esencial de Ultraman y Ultraseven) en la dirección de 2 episodios magistrales. Hitogata (ep 24) adapta una historia de Edogawa Rampo (Jissoji era un apasionado de dicho escritor) en un capítulo de puro horror, escabroso y agobiante y que sigue la progresiva locura de una especie de filósofo y su obsesión con una muñeca que encuentra en la calle junto a un cadáver. Todavía mejor (si eso es posible) es Darkness (ep 25). Situado en un solo escenario plasma la grabación, en tiempo real, de un especial de televisión en una vieja casa habitada por fantasmas. Excelentemente bien rodado y fotografiado contiene además algunas de las imágenes más aterradores de esta serie. Con el poco presupuesto disponible resulta todavía más increíble la capacidad de Jissoji para crear estampas visuales tan extraordinarias para la televisión.

The Door to Nothingness (ep 26)
Y así, la serie finaliza con el interesante The Door to Nothingness (ep 26), el cual mediante una justificada estética manga cuenta el ataque unos extraterrestres que pretenden robar la imaginación de los seres humanos para sumir la Tierra en el caos. Abordar ideas tales como la importancia del poder de la imaginación para mejorar nuestro mundo y los problemas derivados de la ausencia de ella se complementan con un colofón kaiju, con el alien (que homenajea al Kemur de Ultra Q) de proporciones colosales y con los personajes derrotándolo. Un notable final, lleno de guiños a la Ultra Q original o a la misma serie (el ep. 1 se está emitiendo en una TV o el disco de vinilo del episodio de Kiara se puede ver en un estante) y que hace acabar la presente Dark Fantasy con una sonrisa.

Pese a sus enormes limitaciones presupuestarias, bien visibles a lo largo de la serie, tanto en imagen, recursos o usos infográficos. Pese a su irregularidad de tonos y que hacen de su visionado una montaña con muchas subidas y bajadas. Ultra Q: Dark Fantasy (2004) es en general bien disfrutable, un estimulante pasatiempo veraniego con terror en ocasiones inocentón. Sorprendente y libre en su forma de proponer múltiples episodios que te llevan por caminos inesperados, se trata de un trabajo refrescante aun con sus limitaciones y que además premia al fan de la franquicia recuperando a titanes clásicos como Akio Jissoji o guionistas como Shozo Uehara.

El concepto Ultra Q volvería en 2013 con la discreta Neo Ultra Q. Si bien, en las nuevas ultraseries no se han olvidado de Ultra Q y nos encontramos con numerosos homenajes a la misma cada año desde el episodio 20 de Ultraman Decker (2022) o en el maravilloso episodio 9 de Ultraman Blazar (2023).

Frente a las puertas de Tsuburaya Productions (2004)