CRÍTICAS PELÍCULAS

miércoles, 11 de octubre de 2023

CRÓNICAS DE SITGES 2023 (2/4)



El impacto que ha supuesto en todos nosotros Studio Ghibli y el cine de Hayao Miyazaki en nuestras vidas es tremendamente profundo. El chico y la garza, sea o no, la última película del sensei, es sin duda un testamento fílmico a la altura de la leyenda. Es increíble que con casi 82 años, Miyazaki sea capaz de ofrecer tal desborde de imaginación, profundidad y belleza. Algo al alcance de unos pocos elegidos.

El filme da comienzo en plena IIa Guerra Mundial, Mahiko pierde a su madre en un bombardeo. Un año después Mahiko dejará Tokyo y se mudará a una mansión con su padre y su nueva mujer, la hermana de su madre precisamente. Allí empezará a ver cosas raras como la aparición de una garza que empieza a hablarle. 

El chico y la garza es una preciosidad. Una película que te transporta a un mundo feliz resultando abrumadora en ideas, conceptos e imágenes. Es un filme que respira a todo el trabajo anterior de Miyazaki con elementos autobiográficos (el padre del protagonista es constructor de aviones), ambientar la historia en los años de la guerra, elementos que nos pueden recordar a El viaje de Chihiro o El viento se levanta...

Hay que avisar que El chico y la garza es un filme exigente. Su ritmo es un punto letárgico y su densidad dificulta conectar con ella. Aún con ello, el filme es desbordante y de una sensibilidad extrema. Sorprende su estructura, dividiendo el filme en una primera mitad slow, contemplativa centrada en el drama familiar y duelo de su joven protagonista y con una segunda mitad en el que Mahiko viaja a un mundo mágico convirtiendo este tramo en algo maravilloso y abstracto repleto de ideas. La guerra, la pérdida familiar, el arte y la fantasía como medio para superar el dolor, conocerte a tí mismo y enfrentarte a la dura realidad, hablar del estado del mismo Studio Ghibli o del propio Miyazaki, especialmente en ese personaje anciano en busca de un sucesor... Sin duda, El chico y la garza es un gustazo, pide paciencia al espectador pero cobra en recompensa una obra bellísima y de un nivel abrumador. Testimonio fílmico de un artista genial y único en la historia.


Pablo Berger es una de las voces más interesantes del panorama español. Con una obra que coquetea con el fantástico, suyas son obras como Torremolinos 73 (2003) o Blancanieves (2012). Ahora adapta el popular cómic americano de Sara Varon para presentar Robot Dreams (2023).

DOG es un perro solitario que vive en Manhattan. Un día decide comprarse un robot. La amistad entre ellos crece, hasta hacerse inseparables, al ritmo del Nueva York de los ochenta.

Robot Dreams es una propuesta sin duda arriesgada y singular empezando por tratarse de un filmes sin diálogos y una historia donde todos los personajes son animales antropomórficos. El mundo que presenta es seductor estando ambientada la historia en un Nueva York de los 80 para lo cual se aprovecha para realizar numerosos guiños al cine de la época. 

La historia de un cánido solitario, sin nadie en la vida y que un buen dia decide comprarse un robot de compañía con el que traba una gran amistad y que por azares del destino acabarán separados... es capaz de emocionar al espectador con los mínimos elementos, algo loable sin duda. Si bien, personalmente opino que el resultado general hubiera quedado mucho mejor en formato mediometraje o en un filme de 70 minutos. Los más de 100 minutos pesan especialmente en un tramo intermedio en el que todo se antoja bastante repetitivo y estancado. La idea de presentar los sueños del robot en el que se imagina un reencuentro con su compañero perruno puede funcionar una vez pero cuando se repite varias veces durante el metraje uno acaba hastiado por ser un recurso bastante visto. Igualmente, Robot Dreams es una producción la mar de simpaticona, con un imaginario visual muy seductor, que habla sobre la soledad en la gran ciudad y que finaliza con un tramo final muy notable y maduro el cual te deja con una sonrisa en la boca.




De entre la sección Seven Chances se ha rescatado The McPherson Tape (1989) uno de esos filmes desaparecidos durante años y ahora recuperado en condiciones óptimas. El filme es considerado el primer found footage de la historia del cine, una afirmación que por supuesto cojo con pinzas en una producción de ínfimo presupuesto pero que sabe sacar partido de sus enormes limitaciones.

Un cumpleaños reúne a la familia Van Heese en la noche de la celebración. Tras un corte de luz, descubrirán que éste es producido por el aterrizaje de una nave extraterrestre cerca de la casa. Comienza ahí la pesadilla al ser atacados por los seres "grises" y todo filmado por la cámara de uno de los hijos.

60 minutos dura el experimento en el que la llegada del terror ocurre en medio de una fiesta de cumpleaños familiar. Aún siendo la primera de su especie ya viene cargada tanto de lo bueno del género como de todos sus defectos. La cinta no pasa de la mera curiosidad pero hay aciertos como que precisamente la factura tan pobre de la imagen, con un grano bien presente y unos espacios muy oscuros en gran parte del metraje ayude a dar cierta sensación claustrofóbica, agobiante y que logra aumentar tu nerviosismo, con momentos en los que parece que has visto algo por la ventana pero luego resulta que no. 

El primer encuentro en la distancia con la nave extraterrestre es potente aunque el desarrollo acabe generando poco entusiasmo. Oscuridad constante, mareo por lo movido de la cámara, reacciones estúpidas de sus personajes como por ejemplo que encuentren el cuerpo de uno de los aliens y no se les ocurre mejor cosa que meterlo en la habitación de al lado. El discutible aspecto de los extraterrestres, plasmados usando a niños disfrazados con una máscara de mercadillo corona esta curiosidad que creó histeria colectiva y pánico en las televisiones inglesas cuando se emitió pensando los espectadores que era algo real.


Poco después de su emisión las copias del filme fueron devorados en un incendio, circulando años después copias pirata en muy baja calidad. Hasta que su director, Dean Alioto, logró encontrar una copia en condiciones y lanzarla en formato DVD. El mismo Alioto realizó un remake más efectista y con algo más de medios: Alien Abduction (1998).


Pese a mis reticencias me adentro en el pase del filme de terror argentino Cuando acecha la maldad, la nueva película de Demián Rugna. Ya en 2018 pudimos ver en el festival su Aterrados, filme que a opinión personal no acababa de combinar bien unas estupendas secuencias de pura imaginería terrorífica con la comedia negra. Si bien, Cuando acecha la maldad perfecciona de manera ejemplar las aristas de dicho filme convirtiéndolo en un viaje pesadillesco a la Argentina rural.

En un pueblo remoto, dos hermanos descubren a un hombre infectado por fuerzas malignas que está a punto de dar a luz a un demonio. Desesperados por evitar la entrada del Mal a su pacífico mundo, los hermanos descubrirán la terrible verdad: es demasiado tarde.

Cuando acecha la maldad es una experiencia de horror puro con alma de road movie. Un filme tenso en el que se logra respirar y transmitir enfermedad, sangre y caos gracias a una realización tensa y sucia. Se trata de una cinta salvaje en el que no se corta ni un pelo a la hora de mostrar momentos truculentos. En ese sentido me quedo con una secuencia protagonizada por una niña en la que todo el Auditori botó del susto... 

La ambientación rural funciona muy bien para remarcar ese ambiente de desolación y folklore con un tramo final que además incorpora referencias a clásicos patrios como ¿Quien puede matar a un niño? Considero que la tensión se va difuminando un poco en su tramo final a la vez de algunas decisiones estúpidas de su personaje protagonista que acaban siendo desesperantes pero Cuando acecha la maldad es una notable cinta de horror sobre poseídos y la naturaleza del mal puro que culmina con un final implacable y desesperanzador. Una notable sorpresa.



Fue la noche de J.A Bayona. En un Auditori Melià a reventar, el director fue premiado con la "Màquina del temps" por su trayectoria y fue sorprendido por unos videosaludos en pantalla de celebridades como Guillermo del Toro, Sam Raimi o Bryce Dallas Howard. Tras eso, turno para la proyección de su nueva película, La sociedad de la nieve, producida por Netflix.

La sociedad de la nieve relata unos hechos bien conocidos por todos como es la tragedia de los Andes ocurrido en 1972 con un grupo de personas teniendo que sobrevivir durante 72 días tras un accidente de avión entre las durísimas condiciones naturales y a la que finalmente se vieron abocados al canibalismo. Son conocidas además sus versiones cinematográficas como la realizada por René Cardona Jr, Supervivientes de los Andes (1976) o ¡Viven! (1993), la más conocida por el público general. Por todo esto, La sociedad de la nieve es una apuesta arriesgada. ¿Qué puede aportar Bayona a tal suceso?

El director no realiza un remake de ¡Viven! sino que decide basar su película en el libro de Pablo Bierci “La sociedad de la nieve”, en donde los supervivientes del suceso realizan una reflexión íntima y profunda sobre lo ocurrido décadas después. Bayona convierte la película en un espectáculo inmersivo para el espectador transmitiendo la agonía, el frío, la congelación y la claustrofobia que sufren los personajes a través de un desarrollo modélico y milimétrico. La película es un prodigio de técnica realizado a la perfección en donde destaca la plasmación de los escenarios naturales (gran parte de ello realizado con CGI con una parte rodada en Sierra Nevada) con grandes planos abiertos en donde se siente el peso mortal de la nieve, mostrando a la montaña como un monstruo temible.


Si que es cierto que cuando algo está realizado de una manera tan perfecta se pierde algo en el camino, que la película viva y crezca por sí misma. pero no hay que negar que Bayona propone un viaje increíble a las asombrosas vivencias de este grupo de amigos que se las vieron y desearon para poder sobrevivir aún con todo en contra. Una historia de amistad realizado con sensibilidad y emoción. Un homenaje sincero a todos los implicados en tal tragedia. Sin duda una apuesta difícil y arriesgada pero que se salda con un notable alto.

Tras la proyección, Bayona y todo su equipo recibieron una emocionante ovación en pie por parte de la audiencia y que duró varios minutos siendo la guinda para una noche, seguramente, plena de felicidad para el director... Pero entre entrega de premio, videosaludos, película de 2 horas y media y demás me perdí la siguiente película que tenía en lista, la japonesa Best Wishes to All... ¡Mechachis!

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