CRÍTICAS PELÍCULAS

sábado, 13 de marzo de 2021

YOUNG GU AND DINOSAUR ZU-ZU (1993)



En la crítica de Tyranno's claw (1994) ya comentamos parte de la "importancia" de un tipo como Shim Hyung-Rae dentro del panorama Kaiju coreano. Cómico de profesión además de actor y director de cine, Hyung-Rae demuestra en su filmografía ser todo un defensor del género de los monstruos, dinosaurios y el tokusatsu en general en un país donde el kaiju eiga nunca se ha estilado. A Tyranno's claw le acompañan films como el remake millenium de Yonggary (2001), D-Wars (2007) o el film que nos ocupa hoy: Young Gu and dinosaur Zu-Zu (1993).

En este subproducto seguimos a Young Gu, un supuesto niño (aunque el actor sea un adulto, el mismo Shim Hyung-Rae) con muchos pájaros en la cabeza que un buen día, por descuido, acaba descubriendo un huevo de dinosaurio en una cueva del que nacerá una cría. Pronto se crea un vínculo muy íntimo entre los dos y se hacen amigos aunque la presencia del tal Zu-Zu sembrará el pánico entre los campesinos y un grupo de tres rufianes tratará de secuestrarlo para sacar tajada. Lo que no se esperan es que la madre del saurio está en camino al rescate...

El visionado de Young Gu and dinosaur Zu-Zu (1993) es duro. De la pobreza general que inunda la película, donde es evidente el ínfimo presupuesto de la cinta hay que sumarle un tono de comedia de brocha gorda que se hace excesiva, cargante y bizarra. No se porqué motivo a los coreanos les hacía gracia ver a actores adultos interpretando a niños, los cuales iban caracterizados con pecas o con dientes de pega y causaban el caos allá por donde pasaban. Al parecer, dicha fórmula les funcionaba porque la he podido ver en otros films de marcado carácter Z de la época como puede ser Tortugas Ninja vs Transformers (1989). En todo caso, Hyung-Rae se especializó en este tipo de personaje infantil protagonizando por un lado una saga de 9 películas de título Ureme con profusión a los mechas, superhéroes y artes marciales y por otro lado una saga protagonizada por el citado Young Gu. Volviendo al film que nos ocupa, el hecho de que el tal Hyung-Rae, con 35 años interprete a un niño de 10 años proporciona momentos inquietantes y bizarros viendo al personaje de Young Gu relacionarse con niños de primaria. El humor del film es bastante difícil de aguantar con una proliferación del slapstick donde las caídas, los golpes o las explosiones son los gags habituales. El film contiene hasta un cutre guiño a En busca del arca perdida (1981) con un huevo de dinosaurio rodando por la cueva y persiguiendo a Young Gu. Hay que reconocerle algunos momentos aislados que me provocaron gracia como ese histriónico trío de rufianes dispuestos a capturar al pequeño Zu-Zu. Uno de ellos, solamente gruñe y va ataviado con la misma pinta y maquillaje que el monstruo de Frankenstein de Boris Karloff aunque nadie parece darle importancia. Una serie de personajes que le deben mucho al cómic o al cine de animación realizado en Corea en aquellos años.

La película contiene unas enormes limitaciones técnicas con irrisorios efectos especiales como el disfraz del pequeño saurio Zu-Zu, aún más sonrojante que el Baby Godzilla de Godzilla vs Mechagodzilla (1993). Las pocas explosiones del film están realizadas con "petardillos" puestos en el suelo cuales fallas valencianas y cuando la gigantesca madre de Ju Ju hace acto de aparición somos abordados por abundantes imágenes de archivo de militares, tanques y aviones las cuales ni siquiera están disimuladas con el mismo formato de imagen de la propia película pareciendo que lo hubieran grabado directamente de la pantalla de una televisión. Tanto este stock footage y demás imágenes de exhibicionismo militar están puestos sin ton ni son sin respetar el raccord de la escena mezclándose la noche y el día con hilarantes resultados. Una despreocupación maravillosa. Las maquetas urbanas se reducen a un único decorado donde el saurio gigante va paseándose una y otra vez mientras los edificios se van tambaleando al mínimo movimiento cuales figuras de papel.

Young Gu es un niño especial (ya gasta pelos en las piernas)

Un día descubre un huevo de dinosaurio. La cría y él se hacen inseparables.

Young Gu y el saurio son secuestrados por unos rufianes. Pero la cría guarda un as en la manga.

La madre hace acto de aparición dispuesta a rescatar a su cría

Frente a la pobreza general del film se pueden destacar varios detalles. De entre el infantilismo estomagante y el humor sonrojante hay ciertos gags rescatables, hay varios momentos con el saurio gigante (el cual mantiene algunas similitudes con Yonggary de 1967) que no están nada mal (aunque sea de manera involuntaria) especialmente cuando el monstruo aparece por una cordillera (que parece no acabar nunca) llevándose por delante montañas enteras, o ciertos detalles donde se juega con la perspectiva de cámara donde el monstruo y los escenarios reales de ciudad comparten plano. Pese a estos detalles, los momentos de destrucción urbana son muy pobres y palidecen en comparación a los kaijus de la Toho de los años 60 (incluso de los la etapa de decadencia del género en Japón).

Young Gu and dinosaur Zu-Zu (1993) es un nuevo atentado al género por parte de Shim Hyung-Rae. Un film deleznable y terrible, de pobreza artística general y llena de un humor infantiloide para niños de 3 años difícil de aguantar. Repleta de momentos bizarros como el hecho de que torturen con electricidad a Young Gu (¡aunque lo interprete un adulto sigue siendo un niño!) o que lo primero que hagan el grupo de niños del poblado al ver a la cría Zu-Zu sea apedrearlo (¡!) (que poca humanidad tienen los niños coreanos). Tan bizarro como que ni en un producto de estas características los coreanos sepan abandonar su pasión por el melodrama barato con ese trágico final que desentona del conjunto. Si bien, el film es un ejercicio curioso por la sorpresa que supone descubrir tal subproducto escondido bajo las alcantarillas del cine más Z y que pese a todo hay que valorarle a su director y actor, Shim Hyung-Rae, que aún sin tener dinero ni talento nada empañó su ánimo de hacer el género que más le apasionaba; el de las criaturas gigantes. Oye, ¿y lo chula que es la cancioncilla de los créditos y que nos repiten cada dos por tres durante la película? Para sorpresa de un servidor el film resultó ser todo un éxito de taquilla.

jueves, 11 de marzo de 2021

SHUTTER (2004)


Muchos vivimos a principios del segundo milenio una invasión del terror oriental. Una sobresaturación del género que se deshinchó rápidamente por culpa de una acumulación de estrenos con películas muy similares entre sí a la vez que nos llegaban desde el otro lado del charco los remakes americanos de los mismos films. Grandes y emocionantes años aquellos en los que era común encontrarse con estrenos asiáticos en nuestras pantallas y todo por culpa del exitazo de The Ring (1998). La moda del horror fantasmal no solamente se quedó en Japón sino que el virus se expandió hacia otros países del entorno como Corea del Sur (ya analizamos en el blog la saga Whispering Corridors). Tailandia fue otra de las que se quiso apuntar al carro de las fantasmas melenudas siendo Shutter (2004) la piedra angular del horror tailandés hecho a imagen y semejanza de los patrones estilísticos de sus homólogos japoneses.

Shutter pudo llegar a salas españolas en 2006 y cuenta las andanzas de la pareja Tun y Jane, quienes una noche en una carretera rural atropellan accidentalmente a un misterioso peatón. Huyen de la escena y regresan a su quehacer cotidiano en Bangkok. Sin embargo, algunos fenómenos sin explicación empiezan a convertir su vida en una pesadilla constante. Jane se ve asediada por terribles sueños. Tun, fotógrafo de profesión, percibe extrañas figuras espectrales que empiezan a aparecer en sus fotografías. Cuando deciden regresar al lugar del accidente para investigar, no queda ningún rastro de la víctima ni noticia alguna sobre su desaparición o sobre el descubrimiento del cadáver. Sin embargo, uno a uno, van muriendo los amigos más próximos de Tun.

Shutter (2004) cumple como experiencia de terror que sigue punto por punto los patrones argumentales y estéticos dejados por otros films de género realizados en Japón en esos años como son la fantasma femenina de larga cabellera negra, venganzas de ultratumba por hechos traumáticos, investigación exhaustiva para remediar la maldición y "girito" final. Shutter logra colocarse unos escalones por encima de otras imitaciones por una narración férrea y segura, una atmósfera rara y asfixiante, un tratamiento visual bastante cuidado añadiendo además ciertos aspectos de interés como la presencia de algunos elementos de folklore tailandés, especialmente en lo referente en cómo realizan sus funerales o ritos para con los muertos. Shutter, además juega con un concepto tan atractivo como es la fotografía fantasmal, elemento que proporciona numerosos momentos de inquietud para unos personajes que inicialmente lo ven como una farsa pero que poco a poco no lo parecerá tanto.

La dirección del film está realizada a cuatro manos por dos directores acostumbrados a trabajar juntos como son Banjong Pisanthanakun, el cual se ha ido especializando en cine de terror y Parkpoom Wongpoom, responsable de algunos taquillazos del país como Homestay (2019). La dupla de directores ha colaborado conjuntamente en otros experimentos del horror como Phobia (2008). 

Por otro lado, el reparto no destaca excesivamente impartiendo en su mayoría unas interpretaciones algo sonrojantes y justas. La pareja protagonista compuesta por los actores Ananda Everingham (Tun) y Natthaweeranuch Thongmee (Jane) más allá de ser unos atractivos "jovenzuelos" son algo mejor que el resto del reparto, que no es decir mucho, pero cumplen.

Tun y Jane atropellan a un incauto por la noche.

Pronto, en las fotos de Tun empiezan a aparecer presencias extrañas.

Las apariciones van en aumento...

La pareja iniciará una investigación para resolver la maldición que les asedia.

La fantasma demuestra ser toda una gimnasta en el film.

Shutter (2004) no es el colmo de la novedad y sufre de ciertos pasajes de poco interés, especialmente en la sobada investigación fantasmal además de algunos golpes de humor inapropiados (ese encuentro en los lavabos) y algunas situaciones repetitivas respecto otras películas similares. Por otro lado, el film es un ejercicio comercial e impoluto en sus formas pero que consigue un desarrollo que logra atraparte proliferando una atmósfera malsana que culmina con numerosos momentos inquietantes, conseguidos golpes de efecto, revelaciones más o menos sorprendentes y algunas apariciones de la fantasma horripilantes añadiendo algunos puntos de denuncia social, concretamente en lo referente a la grave problemática de los abusos sexuales a mujeres. Pero sin duda, lo que hace subir varios puntos de calidad e impacto a Shutter es por su final. La vuelta de tuerca que vemos en los minutos finales es de los que no ves venir. Inquietante, te pone los pelos de punta y es consecuente con la trama. Un final inolvidable para una cinta de horror entretenida que no memorable pero que supone una de las películas más a tener en cuenta de la oleada de terror oriental de los 2000.

Shutter (2004) gozó de un muy respetable éxito que le proporcionó no 1 sino hasta 3 remakes. En EEUU se realizó Retratos del más allá (2008) con Joshua Jackson y en la India realizaron dos adaptaciones; Sivi (2007) y Click (2010). En su país de origen, Tailandia, Shutter se convirtió en el film más taquillero del año y consiguió un muy potente paso por la taquilla en países como Singapur, Malasia, Filipinas o Brasil.

martes, 9 de marzo de 2021

CRYING OUT LOVE, IN THE CENTER OF THE WORLD (2004)


En 2001 se publicó en Japón "Crying out love, in the center of the world", escrita por Kyochi Katayama y que pronto se convirtió en la novela japonesa más leída de todos los tiempos consiguiendo la venta de más de 3 millones y medio de ejemplares. Números espectaculares para el país nipón y que evidencian de qué manera la historia del libro conectó con el público con este romance puro y adolescente que se ve perjudicado por la aparición de la enfermedad. Corta novela, de unas 190 páginas pero que logra con sencillez y mucha sensibilidad emocionarte y hacerte daño con el drama de su historia. Por supuesto, la adaptación cinematográfica no se hizo esperar llegando su estreno en 2004 y resultando en todo un éxito de taquilla.

El film sigue al taciturno Sakutaro el cual está a vísperas de su boda hasta que su novia Ritsuko decide desaparecer por un tiempo. Sakutaro está desesperado ya que además se avecina un gran tifón a la ciudad. Entre todas las noticias del tifón, Sakutaro ve a Ritsuko en la televisión, en una ciudad distante pero que le es bastante especial. Es entonces cuando él decide ir en su búsqueda, sin embargo, terminará desviándose de su objetivo para encontrarse cara a cara con un pasado que dejó inconcluso.

Crying out love in the center of the world (2004) respeta en cierta manera el espíritu de la obra literaria expandiendo y reforzando algunas ideas que en el libro quedan solamente esbozadas y añadiendo nuevas líneas de cosecha propia, hecho que le sienta bastante bien a la trama. El film viene dirigido por Isao Yukisada quien había logrado bastante atención dentro del panorama independiente japonés con Go (2001) y cuyo trabajo aún continua hasta nuestros días con nuevos proyectos cada año. Podríamos definir a Yukisada como el alumno aventajado de Shunji Iwai ya que participó como ayudante de dirección en films de Iwai tales como Swallowtail Butterfly (1996) y dio el paso de dirigir sus propias películas en 1998 con Open House. Sin duda, el espíritu de Shunji Iwai sobrevuela Crying out love in the center of the world, siendo evidentes algunos parecidos con Love Letter (1995), recogiendo Yukisada de excelente forma el mismo espíritu melancólico así como el viaje entre presente y pasado de una historia de amor puro e inmortal sustituyendo el envío de cartas de Love Letter por las cintas de cassette que se intercambia la pareja adolescente de Crying out love..., un aspecto no presente en la novela y que supone un excelente elemento que ayuda a avanzar la trama en su versión cinematográfica.

Crying out love in the center of the world, como buen drama destroyer japonés, es una exhibición de sadomasoquismo emocional ya que en su ejercicio de ir a hacer daño lo hace y hasta el fondo. Es evidente que Yukisada en el presente film aborda la comercialidad más absoluta pero hay que destacar que el director se aparta de diversos tópicos logrando ciertos aspectos estéticos muy destacables. En este sentido es de remarcar la primera media hora del film rodada casi como de si un sueño se tratara, en una elección de ritmo y planos cuasi oníricos que da cierta sensación de confundir realidad y sueño. Un arranque esplendoroso y que abre las heridas del recuerdo para el protagonista principal, Saku, quien se nos presenta en un aspecto no abordado en la obra original como es en su edad adulta y cómo realiza un viaje al mundo de su adolescencia. Dichas licencias no presentes en la novela, como hemos comentado, ayudan a fortalecer varias de las ideas del film como son: cómo la muerte se relaciona con la vida y de qué manera el amor sobrevive a pesar del fallecimiento de la pareja siendo el sentimiento y los recuerdos una terrible losa en el corazón que no dejan avanzar ni superar el trágico suceso. 

En el papel de la idealizada Aki tenemos a la genial Masami Nagasawa, actriz de fulgurante y sorprendente carrera y quien pasó de estrella adolescente tras el exitazo de Crying out love..., hecho que la obligó a protagonizar films similares como Tears for you (2006) hasta revitalizar su figura en los últimos años gracias a películas como I am a hero (2015), Nuestra hermana pequeña (2015) y llevarse todos los premios con Mother (2020). Como curiosidad, Nagasawa interpretaba a una de las gemelas guardianas de Mothra en Godzilla: Tokyo SOS (2003) y Godzilla: Final Wars (2004). Respecto al resto del reparto no destaca nadie excesivamente pudiendo rescatar a Ko Shibasaki, quien interpreta a la hermana de Aki y que por avatares inquietantes del destino acaba casada con Saku. Dicho personaje de la hermana no estaba presente en la novela, siendo Aki hija única pero permite dar algo de profundidad a ciertos aspectos de la trama. Shibasaki ya había trabajado con Yukisada en Go (2001) y era la inolvidable y psicópata Mitsuko en Battle Royale (2000). Saku está interpretado en su etapa adolescente por el sosete Mirai Moriyama y más eficientemente en su forma adulta por Takao Osawa

Sakutaro y Ritsuko están a punto de casarse pero una noche de repente ella desaparece.

Sakutaro sigue su rastro hasta su pueblo natal. Lugar donde despiertan viejos fantasmas.

Saku recuerda cuando en su adolescencia inició una relación con Aki.

El amor inundó a la pareja pero la tragedia no tardó en aparecer.

Crying out love, in the center of the world es un film que rebosa sensibilidad y belleza en su manera de representar un amor adolescente muy platónico y casto, algo muy habitual en el cine japonés y que no duda a mitad de metraje en convertirse en un drama demoledor que te rompe en mil pedazos. Una entrega al drama lacrimógeno quizás excesivo y pornográfico y que puede resultar cargante en su regodeo en el dolor. Si bien el film está excelentemente filmado, el ritmo no decae, sus interpretaciones están más que correctas y al fin y al cabo representa una situación bastante temida por muchos así como sus consecuencias en el futuro. Un film intachable, repleto de escenas para el recuerdo como ese viaje por parte de la pareja adolescente a una isla o esos ensoñadores y magníficos momentos que se consiguen a nivel visual, por su sencillez, del Saku adulto deambulando por su antiguo instituto y reviviendo viejos fantasmas. Volviendo a Shunji Iwai (los que soléis visitar el blog ya sabréis de mi pasión por el director japonés), Crying out love in the center of the world es quizás una de las imitaciones más evidentes del estilo de Iwai pero que mejor paradas salen siendo un film de resultado sobradamente notable y emocionante aunque no recomendable de ver en repetidas ocasiones, especialmente si tu estado anímico es más bien bajo.

Crying out love in the center of the world (2004) fue uno de los taquillazos del año en Japón y logró multitud de premios destacando los Premios de la academia de cine japonés donde consiguió tres galardones: "Mejor actriz de reparto" para Masami Nagasawa, "Mejor fotografía" y "Mejor iluminación". Así como sendos premios a sus dos actores adolescentes (Nagasawa y Moriyama) en los Blue Ribbon Awards de 2005. 

La novela de Katayama también fue objeto de una adaptación a serie de televisión el mismo año de estreno de la adaptación cinematográfica. La serie de 11 episodios estaba protagonizada por Haruka Ayase (Cyborg She (2008)) quien interpretaba a la sufrida Aki. Ayase, por avatares del destino, acabó compartiendo pantalla con su compañera de personaje, Masami Nagasawa, en Nuestra hermana pequeña (2015) de Kore Eda.

martes, 23 de febrero de 2021

ULTRAMAN (TV) (1966)



Ultra Q fue todo un éxito para Tsuburaya Productions y TBS. La serie lideró los rating de audiencia entre enero y julio de 1966 con su deliciosa propuesta de monstruos gigantes y otros fenómenos extraños pero la TBS quería más. Desde el principio, el canal de televisión insistió a la Tsuburaya Productions de incluir el máximo número posible de episodios con apariciones de monstruos gigantes ya que el género vivía un gran momento de esplendor en los cines japoneses. La audiencia dio la razón a la TBS ya que precisamente los episodios protagonizados por kaijus en Ultra Q fueron los que recibían una mayor aceptación y audiencia por lo que propusieron a la Tsuburaya Productions la creación de una nueva serie que incidiera aún más en dicha temática. No solamente eso. Las nuevas exigencias del canal residían en la voluntad de crear a un superhéroe, también gigantesco, que se dedicara a luchar contra las criaturas monstruosas. El principal problema para Tsuburaya residió en el tiempo de preparación para la nueva serie. Para Ultra Q, el equipo dedicó prácticamente un año en su realización y ahora disponían de unos pocos meses para una hipotética nueva serie. El equipo de Tsuburaya se puso manos a la obra. La base para Ultraman nació de la recuperación de una vieja idea de la productora que finalmente quedó en nada y de título "Woo", donde un equipo de científicos luchaban contra diversas criaturas extrañas y extraterrestres ayudados por un aliado inesperado: una criatura gigante alienígena que lucha contra la amenaza.

El guión fue remodelado para pasar a llamarse "Science Special Search Team Redman" aunque la TBS pidió un diseño más simplificado del héroe protagonista (inicialmente la idea era más parecida a un monstruo más) dando como resultado final al Ultraman que todos conocemos. La TBS guardó una sorpresa desagradable para el equipo de Tsuburaya. Ya que el último episodio de Ultra Q no presentaba a ningún monstruo gigante y temerosos frente a la reacción de la audiencia decidieron no emitir dicho capítulo (no fue emitido finalmente hasta diciembre de 1967) y empezar con Ultraman el 10 de julio de 1966, una semana antes de lo previsto, algo imposible para el ya apretado calendario que manejaba la Tsuburaya Productions. Como solución, Tsuburaya ideó un especial televisivo donde presentó frente al público los personajes de la serie y a lo que se iban a enfrentar.

Ultraman relata las andanzas de la SSSP, la Science Special Search Party, quienes luchan día a día contra fenómenos monstruosos. Durante una jornada, Hayata, uno de los miembros del equipo choca contra una especie de meteoro rojo enorme que le causa la muerte. Dentro de dicho cuerpo celeste reside un extraterrestre procedente de Nebula M-78, Ultraman, quien arrepentido devuelve a la vida al muchacho fusionándose con él. La SSSP luchará cada semana contra las más estrambóticas criaturas gigantes e invasiones extraterrestres apareciendo Ultraman en el último momento para salvar el día.

La Science Special Search Party dispuestos a combatir el mal con trajes ajustados.

Ultraman aterrizó en las televisiones niponas el 17 de julio de 1966 finalizando el 9 de abril de 1967 tras 39 episodios. Ultraman se diferencia de Ultra Q en que está realizada en color, una exigencia de la TBS para para poder venderla más fácilmente a EEUU. El impacto de la serie fue tremendo consiguiendo un éxito aún mayor que su serie precedente con una audiencia media de un 36,8% y un pico de un 42,8% (espectacular). El superhéroe irrumpió con tanta fuerza en el imaginario colectivo que aún 55 años después nuevas series y películas se producen cada año. Este 2021 veremos la esperadísima reformulación del personaje realizada por Hideaki Anno y Shinji Higuchi, de título Shin Ultraman y que promete romper las taquillas japonesas este verano.

Ultraman, la serie original, llama la atención en varios puntos. Uno de ellos son sus guiños más que evidentes y definitivos hacia el público infantil. Si Ultra Q aún conservaba cierto tono juvenil, Ultraman va directa a los niños. Este es un aspecto bastante definitorio ya que si bien el primer Gamera se había estrenado ya (El mundo bajo el terror de 1965), el tufillo infantil en Ultraman es mucho más evidente. Dicha entrega al público infantil fue uno de los motivos de la rápida decadencia en la que cayó el género y que afectó de forma alarmante a partir de la segunda mitad de los años 60. Otro aspecto llamativo de Ultraman, sobretodo si la comparamos con su serie precedente, son sus efectos especiales, siendo éstos más de "estar por casa", seguramente influídos por el poco tiempo de producción del cual dispuso la Tsuburaya Productions con maquetas en general algo pobres, disfraces demasiado grandes para el actor que los lleva entre otros efectos bastante descuidados (hay algún episodio que hasta se puede ver como por accidente la cámara enfoca fuera de los márgenes del decorado). Aunque por lo visto, a tenor del éxito de la serie, la audiencia pareció no importarle.

Pigmon, una de las concesiones
infantiles de la serie.
En la serie seguimos al equipo de héroes de la SSSP compuesto por Hayata, quien compartirá su cuerpo con Ultraman siendo interpretado por Susumu Kurobe y quien si, es el héroe de la historia pero más allá de mostrar sus impecables habilidades como ser humano poco se explora en él tratándose del protagonista de la serie no habiendo una evolución más allá de cierto arrepentimiento en sus acciones en un momento puntual del final de la serie. Le siguen el capitán Toshio Muramatsu, interpretado por Akiji Kobayashi (que aparecerá en Godzilla contra King Guidorah de 1991), Arashi interpretado por Sandayu Dokumamushi, el experto tirador del equipo y la encantadora Fuji, interpretada por Hiroko Sakurai, quien ya aparecía en Ultra Q aunque allí su personaje resultaba bastante más interesante como decidida figura femenina reduciéndola en Ultraman a ser la simple telefonista del equipo y participando mínimamente en la batalla "a pie de calle". El único episodio en que la muchacha tiene cierta importancia, el 1x14 The Pearl Defense Directive, es porque se encapricha por las perlas y se la jura a un monstruo que se alimenta de ellas. Un trato bastante rancio y conservador hacia el personaje, desgraciadamente.

Hayata compartirá su cuerpo con Ultraman.
Una prueba más que clara del target infantil al que va dirigido la serie es poner como personaje secundario a un niño como Hoshino, interpretado por Akihide Tsuzawae, y quien en varios episodios forma parte del equipo de lucha de la SSSP. Tsuzawae solo pudo participar en un bloque de varios episodios porque al parecer sufrió un percance hospitalario que lo apartó del rodaje de la serie. Como comentamos, ninguno de los personajes tiene cierta evolución a excepción de Ide ¡menuda sorpresa me llevé con él! Ide, el encargado de mantenimiento e inventor de armas y artilugios de la SSSP, interpretado por Masanari Nihei, pasa de insoportable alivio cómico a ser el único personaje con trasfondo y tridimensionalidad. El único que se muestra verdaderamente humano y que no tiene reparos en mostrar sus errores, dudas y conflictos. De entre el elenco hay que añadir que en varios episodios aparece como secundario Akihiko Hirata, el mítico profesor Serizawa del primer Godzilla.

Akihiko Hirata (Godzilla)
Ultraman pese a sus dudosos aspectos técnicos y simpleza narrativa que puede tirar de espaldas de buenas a primeras logra sorprendentemente un buen nivel en general a lo largo de sus 39 episodios ayudados por unos guiones divertidísimos e imaginativos y una energía en sus imágenes refrescante y apasionada. Destaca por motivos evidentes cada aparición del superhéroe al que da nombre la serie, de diseño inolvidable y que a medida que avanzan los episodios va mostrando nuevas armas y estrategias poderosas. Como curiosidad de carácter técnico el disfraz y máscara de Ultraman fue evolucionando cambiando éstos hasta tres veces siendo uno de los cambios más notorios la cada vez más escultural y vigorosa figura del superhéroe extraterrestre. De hecho la primera de las máscaras dio muchos problemas ya que por el material del que estaba hecha se derretía por el calor de los focos del estudio. 

Analizaremos la serie dividiéndola en tres bloques, según los cambios de diseño de Ultraman.

1x10 The Mysterious Dinosaur Base
Ultraman A-Type. Episodios 1-13.

La serie en su primer tramo tiende a una cierta repetición esquemática y que llega a impacientar (por compararla con Ultra Q, lo bueno de ésta era que no sabías lo que te iba a esperar en el siguiente capítulo) y donde todo se reduce a: la aparición de un nuevo monstruo, los héroes lo prueban todo contra él y cuando está a punto de acabar todo en desastre aparece Ultraman y salva el episodio.

En este primer tramo de la serie, ante todo divertido, podemos destacar el episodio más interesante del bloque como es el 1x07 The Blue Stone of Baradhi donde los personajes descubren una civilización milenaria perdida en medio del desierto turco y la cual veneran a un dios de idéntico parecido a Ultraman. Buen episodio con cierto sabor a films de aventuras como Simbad. También destaca el 1x02 Shoot the invader, sorprendente por su capacidad de romper con la cuarta pared así como con los propios cimientos de la serie y el non stop action del 1x08 The Monster Anarchy Zone. El 1x10 The Mysterious Dinosaur Base, es un episodio a recordar más que por su despareja calidad por la inolvidable batalla entre Ultraman y Jirahs, que no es otro que Godzilla (utilizando el mismo disfraz de Godzilla contra los monstruos y la cabeza de Los monstruos invaden la Tierra) con gorguera al cuello.

¡Aliens dadaístas!
Ultraman B-Type. Episodios 14-29.

Por suerte la serie escapa de la pura reiteración logrando encontrar poco a poco su sitio gracias a una cierta evolución dramática de algunos de sus personajes y unos guiones imaginativos y con sorpresas. Parte de culpa de esta evolución y aumento de calidad se debe al director Akio Jissoji y el guionista Mamoru Sasaki quienes se atreven con unos episodios reflexivos que van más allá del propio planteamiento de la serie y que llenan de conflictos morales a sus personajes amen de un estilo narrativo y visual atrevido y experimental. Es suyo el que es sin duda el mejor episodio de la serie, el agrio y pesimista 1x23 My Home is Earth, donde un astronauta con el síndrome del Dr. Quatermass vuelve del espacio convertido en una criatura gigante y aterradora. El conflicto de querer acabar con una criatura que aún alberga parte de la consciencia de un ser humano será algo que reconcoma a la SSSP y en especial a Ide. Dicho conflicto (que algunos monstruos sean más inocentes de lo que parece) irá apareciendo en varios momentos de la serie.

En este tramo de la serie puedo destacar el maravilloso 1x15 Space Ray of Terror, con un grupo de niños creando un monstruo (que no hace más que dormir) a partir de un dibujo y defendiéndolo de los embistes de Ultraman, el 1x16 Science Patrol Into Space con los inolvidables Alien Baltans realizando una invasión en masa, el 1x22 Overthrow the Surface con una inquietante civilización subterránea sin ojos que secuestra a Hayata o el doble episodio 1x26 y 27 The Monster Prince con uno de los enemigos más poderosos de Ultraman, Gomora, dejando fuera de combate al héroe y destruyendo Osaka en una, esta vez si, magnifica exhibición de maquetas. No puedo olvidar el 1x28 Human Specimens 5&6 que cuenta con unos inolvidables aliens dadaistas (¡!) en busca de especímenes humanos los cuales una vez capturados son encogidos e introducidos en probetas. Delicioso.

1x27 The Monster Prince Part 2

1x35 The Monster Graveyard
Ultraman C-Type. Episodios 30-39

El último tramo de la serie destaca con varios episodios donde se propone una escalada dramática con varios conflictos morales asediando a los protagonistas. El 1x30 Phantom of the Snow Mountains se atreve a hablar de marginalidad, con una adolescente (con conexión con un chewbacca gigante, albino y desmelenado de las nieves) siendo acosada por un poblado que piensa que es culpable de todas sus desgracias. Dicho episodio está basado en una experiencia racista que sufrió el guionista Tetsuo Kinjo en sus propias carnes (era de Okinawa, una etnia que ha sufrido la xenofobia del pueblo nipón). El concepto de My Home is Earth es retomado en varias ocasiones sintiendo nuestros protagonistas el pesar de unos monstruos gigantes inocentes cuyo mayor error es aparecer en el mundo civilizado. El mejor episodio de este tramo 1x35 The Monster Graveyard, propone una zona del espacio donde descansan los monstruos derrotados por Ultraman en suspensión gravitacional. Uno de estos monstruos se engancha por accidente a un cohete y acaba en la Tierra, la SSSP intentará devolver al pobre y benévolo bicho al espacio. La serie también se atreve con finales crueles y tristes (aunque es una anomalía) como en el estupendo 1x37 A Little Hero o probar con la autoparodia con el hilarante y excelente 1x34 A Gift from Space, un episodio que por su estilo parece haber influido a Hideaki Anno. Este nivel tan refrescante en el que se encuentra el tramo final de la serie finaliza con el 1x39 Farewell, Ultraman con el invencible ser extraterrestre Zetton poniendo en verdaderos aprietos a la SSSP y al propio Ultraman en un final emocionante y que te deja con la sonrisa en la boca.

Así el primer Ultraman es una serie a destacar por su innegable importancia histórica. Sufre de ciertos tramos en los que cae en cierta repetición esquemática aunque poco a poco la serie va cogiendo cuerpo y crece con un cúmulo de episodios sorprendentes, imaginativos y con mucho más jugo de lo esperado. Al igual que Ultra Q, sus fallos son correlativos a la manera de hacer las series en la época, esto quiere decir, unos personajes con nulo desarrollo y evolución a excepción del mencionado Ide. Otro aspecto que se resiente son los efectos especiales siendo éstos bastante sonrojantes si los comparamos con lo cuidadas que estaban las técnicas en Ultra Q aunque se excusan por el apretado calendario de producción a la que se vio obligada la serie. A pesar del tufillo infantil hay que reconocerle que logra cierto equilibrio en ese sentido y no logra caer en los infumables momentos infantiles de Gamera. Ultraman es el mayor héroe, en todos los sentidos, de la televisión japonesa y aquí encuentra su puerta de entrada a lo grande con unos 39 episodios por lo general cargados de sana diversión a la vieja usanza. Aquí los buenos son muy buenos y los malos, muy malos. Algo sin duda a agradecer en estos tiempos donde obligatoriamente todo héroe debe vivir carcomido por la culpa y ser más serio que una procesión de semana santa. ¡Viva Ultraman! Como apunte, comentar que en el clásico Invasión extraterrestre (1968), donde se reunía todo el bestiario de la Toho, apenas pudieron utilizar al monstruo Baragon porque el disfraz estaba en muy mal estado. ¡No me extraña! En Ultraman, media docena de enemigos llevan el cuerpo del disfraz de Baragon. No me quiero ni imaginar cómo estaría ese traje.

Debido al exitazo de la serie, la TBS encargó 12 episodios más pero Eiji Tsuburaya rechazó la oferta. Su equipo había trabajado sin descanso encadenando dos series como Ultra Q y Ultraman y se tomaron un merecido descanso hasta octubre de 1967 cuando regresó una nueva Ultra Serie: la venerada UltraSeven.


miércoles, 17 de febrero de 2021

GEHARA: THE DARK & LONG HAIR MONSTER (2009)


Tras el fracaso estrepitoso de Godzilla: Final Wars (2004) y la floja aceptación de Gamera: The Brave (2006), el kaiju-eiga pareció verse abocado a la extinción. Únicamente, gracias a una nueva generación de directores enamorados del género, locos por los robots y las Ultra series, se lograron producir nuevos films, eso sí, de bajo o nulo presupuesto. Productos destinados al mercado del vídeo y mayoritariamente con propuestas alocadas o nostálgicas, donde se explotaba el lado humorístico en lugar de intentar enfrentarse a una temática seria. Death Kappa (2010) o The Monster X Strikes Back: Attack the G8 Summit (2008) son algunos ejemplos. La película que nos ocupa, Gehara: The dark & long hair monster (2009), es un mediometraje para televisión y la ópera prima de Kiyotaka Kaguchi, director que se ha especializado en las nuevas series de Ultraman X o Ultraman Ginga. Gehara recorre en 25 minutos todos los tópicos del kaiju eiga clásico, con mucho humor y sano divertimento. 

Una criatura gigantesca de larga melena surge de los mares dispuesta a destruir todo lo que se encuentre por delante, así que el gobierno japonés tendrá que idear un plan para acabar con la bestia.
Gehara, el kaiju melenudo.

Delicioso guiño a
Los monstruos invaden la Tierra (1965)
Como he apuntado, el film recorre con mucho humor y cariño los tópicos del género: la criatura que surge de los mares del Pacífico, el santuario de rigor perdido en el bosque con los monjes rindiendo culto a la bestia, la relación del monstruo como parte de la naturaleza... También los personajes son tópicos de estas producciones: los políticos preocupados, los militares, el periodista que se desvive por la noticia... Para más cachondeo, el diseño de la bestia es peculiar y original, y me hace especial gracia que sea una versión monstruosa y deforme de la fantasma Sadako de The Ring (1998) (con la fiebre del J-Horror de aquellos años, sólo faltaba presentar a una melenuda monstruosa y agigantada).

No falta tampoco el plan ridículo y estrafalario del gobierno japonés para vencer a la bestia. Esta vez idean un enorme ventilador que hará que se despeine, dejando a la vista su punto débil. Como tampoco se prescinde del final melancólico, en el que acabas sintiendo lástima por la bestia, ni de la banda sonora, que imita a las magníficas marchas militares de Akira Ifukube en la saga clásica de Godzilla.

Por lo que se puede ver, su ritmo ágil hace que el mediometraje pase en un suspiro, y encima echándote unas buenas risas. Además, los efectos especiales cumplen sobradamente en un film de estas características, con un agradable toque retro. Y el giro final, cuando parece que todo ha acabado, es un delicioso homenaje al clásico Los monstruos invaden la tierra (1965) de Ishiro Honda. Divertidísimo, y que encima anuncia secuela. Gehara: The dark & long hair monster (2009) es un mediometraje curioso pero que resulta un homenaje lleno de cariño y muchísimo humor a un género que sigue influenciando a nuevos directores, 50 ó 60 años después. Recomendable.

sábado, 13 de febrero de 2021

FAR AWAY, SO CLOSE (2013)


Far away, so close
(2013) recoge algunas de las marcas de estilo de Shunji Iwai y que pueden atraer al fan del director japonés. Ya de entrada su cartel publicitario con una fémina en medio de un campo verde remite totalmente a Todo sobre Lily (2001). Masahiko Nagasawa dirige este drama japonés y que contó con el apoyo de Iwai, quien se encargó de la banda sonora del film. La película parte de una premisa curiosa. 

Sakumi Shimura, de 27 años, ha perdido los últimos 10 años de su memoria tras un accidente de tráfico. Sakumi sólo recuerda lo que le pasó hasta que tenía 17 años, pero acepta su destino y trata de ser positiva. No obstante, a Sakumi le preocupa la pérdida de memoria. Trata de recordar con ayuda de Yoshihiko, que se considera su novio y amigo desde sus días de secundaria. 

Far away, so close (2013) es un film que no pasa de la curiosidad para completistas. La historia está basada en la novela de Kyoko Inukai el cual también se encarga de adaptar el guión del film
Su interesante premisa, aunque pueda parecer de primeras que se convertirá en la tonta comedia adolescente, deriva hacia un tono melancólico y dramático centrándose en cómo su personaje principal femenino le va aumentando más y más su desesperación frente a no poder recordar con exactitud hechos del pasado o el porqué sus amigos la miran con desaprobación, enfado o misterio. Kana Kurashina carga sobre sus hombros el peso del film con una interpretación correcta sin más y a veces algo irritante por su pasividad, algo por otro lado bastante común en el cine japonés. Pese al misterio planteado por el film (¿cuales son los motivos tras el accidente de Sakumi? ¿Porqué su mente ha regresado precisamente a los 17 años?) el desarrollo del film se va haciendo soso y plano sin demasiado que destacar a medida que nuestro interés por la resolución del misterio va menguando. Un punto a su favor es que su duración no se torna excesiva y que gracias a su destacable y entrañable final las sensaciones en torno al film mejoran considerablemente con una resolución melancólica y poética con una escena en medio de un campo abierto visualmente bella. El director del film, Masahiko Nagasawa, abunda en su filmografía con películas sensibles, de corte independiente y con tendencia al romance aunque con un resultado, quizás, más acertado que la película nos ocupa como pueden ser Being Here (2001) o The Graduation (2002).
Sakumi tras un accidente de coche vuelve a sus 17 años (mentalmente)

Intenta recuperar la memoria pero sus amigos no parecen muy receptivos hacia ella.

Iniciará un viaje hacia el mundo de los recuerdos.

¿Que misterio se esconde tras su accidente?

Far away, so close (2013) es una curiosidad para completistas. Un film amable que contiene un punto de partida atrayente y un misterio a priori interesante pero que éste va diluyéndose a medida que transcurre el metraje. Pese a sus intenciones y cierta influencia por el cine de Iwai (la música compuesta por el director nos retrotrae a sus anteriores trabajos), la dirección y el desarrollo de la misma acaba por ser plana. Pese a todo, no acaba por sentirse una pérdida de tiempo, contiene momentos de clara belleza y poesía y un final destacable que hace que suba enteros.