CRÍTICAS PELÍCULAS

domingo, 28 de mayo de 2023

THE SNAKE GIRL AND THE SILVER HAIRED WITCH (1968)


La carrera de Noriaki Yuasa quedo marcada o eclipsada por la serie de la tortuga gigante Gamera, el rival en la taquilla de Godzilla. Yuasa dirigió 7 de las 8 entregas de la serie clásica del quelonio volador. Al igual que Ishiro Honda, el cual, la parte de su filmografía alejada del kaiju eiga o de la ciencia ficción y centrada en los dramas o comedias, ha quedado totalmente oculta a ojos de del mundo, algo similar ha pasado con Yuasa.

Noriaki Yuasa, hijo de unos padres los cuales ya estaban introducidos en el negocio cinematográfico, dirigió una comedia musical para la Daiei en 1964 de título Shiawasa Nara Te O Tatake, anterior a la primera entrega de Gamera, El mundo bajo el terror (1965). The Little Hero (1970) es otro ejemplo siendo un drama social. En 1968, con Yuasa hastiado de la saga Gamera, hizo un pequeño paréntesis tras Viras ataca la Tierra (1968), para coger fuerzas realizando The Snake Girl and the Silver-Haired Witch (1968).

En el filme, Sayuri es una niña huérfana que ha crecido en un orfanato hasta que un buen dia sus padres biológicos la encuentran y se la llevan a su mansión. En su nuevo hogar verá una misteriosa actitud por parte de su madre, que esconde a una hija en casa con un misterioso pasado.

El terror nipón sustentado en figuras sobrenaturales, espíritus y criaturas salidas del folklore local ya llevaban realizándose desde la era del cine mudo, si bien, hay una etapa de esplendor del genero durante los años 60 y parte de los 70 (que resucitó The Ring a finales de los 90) donde destacan producciones como Kwaidan (1964), Onibaba (1964) o Bakeneko (1968). La Daiei le estaban funcionando muy bien sus películas de terror sobrenatural protagonizadas por los Yokais y The Snake Girl and the Silver-Haired Witch es una nueva propuesta terrorífica del estudio cargada de diversión. Una mezcla refrescante entre historia de Roal Dahl, cuento de fantasmas, paisajes oníricos y episodio de Scooby Doo donde Yuasa demuestra sus quilates como director.

El filme es una propuesta gótica que sorprende por su destreza técnica destacando un fantástico uso del blanco y negro, especialmente en esos pasillos y lugares oscuros de la mansión a la que llega nuestra pequeña protagonista. El ritmo es constante a la vez de misterioso y resulta positivo aprovechar esa constante de Yuasa por las historias protagonizadas por niños para darle un cierto aire de fábula malsana y surrealista al asunto. El filme acumula muchos momentos bizarros para alucinar al espectador, empezando en que a primera vista la historia parece apuntar hacia los más pequeños de la casa pero hay una gran abundancia de momentos que los traumatizarían de por vida. Esa supuesta hermana que esconde ser una mujer serpiente y que no deja de hacerle putadas a la pequeña, la imagen de esa bruja de rostro monstruoso o algunas muertes hacen del filme una experiencia alucinante de ver.

Sayuri ha crecido en un orfanato pero sus padres biológicos la encuentran y se la llevan a su mansión.

Empiezan a pasar cosas raras.

La madre de Sayuri esconde a su hermana mayor. Posiblemente una mujer-serpiente...

Una bruja de pelo platino se añade a la fiesta.

El filme presenta sorprendentes tramos oníricos.
Yuasa se explaya a gusto con una planificación elaborada y angulaciones interesantes. Una sensación acrecentada por ciertos tramos de componente onírico y que suponen uno de los elementos más sorprendentes de la cinta. De la historia de misterio y terror el filme vira en su último tercio hacia Hitchcock con ecos incluso a Rebeca (1940), con una resolución sorpresa donde nada parece ser lo que era. 


El protagónico está sustentado por la pequeña Yachie Matsui, quien aún ser una protagonista infantil no se hace repelente. De entre el reparto es curioso la participación de Sei Hiraizumi, actor de abultada filmografía participando en Violent Cop (1989) de Kitano, La anguila (1997) de Imamura o Hana (2006) de Kore Eda, aunque más importante, por supuesto, es su participación constante en las Ultra Series, haciendo pequeños papeles en Ultraman Taro (1973) o Leo (1974) aunque los fans le recordamos por interpretar al capitán Tatsumi en Ultraman Gaia (1998).


The Snake Girl and the Silver-Haired Witch (1968) es una sorprendente propuesta de terror dirigida por el artífice de la saga Gamera (rodeado además de su equipo habitual), lo que gana en curiosidad. Se trata de un filme que sabe jugar sus bazas manteniendo un ritmo entretenido, imágenes inquietantes y sorprendentes tramos visuales coronado por un nivel de bizarrismo en sus situaciones que la hacen ganar en diversión. Su clímax final situado en unas obras pone la guinda a una notable cinta que hará las delicias del arqueólogo cinéfago ávido de joyas extrañas.

martes, 16 de mayo de 2023

ULTRAMAN GINGA S (2014)



Ultraman Ginga (2013) fue el punto de partida para la creación de nuevas series de nuestro superhéroe galáctico favorito. Aunque no fue precisamente un gran éxito, si que funcionó lo suficientemente bien como para asegurar una continuidad. Ultraman Ginga S (2014) supone una anomalía en la franquicia ya que no es nada habitual encontrarse con una serie que sea una continuación directa de la anterior. Quizás Ultraman Dyna (1997) es lo más similar que podríamos encontrar en la "ultrafranquicia". 

Hay varios motivos que responden a este hecho. Los inversores (Bandai y demás) querían una nueva ultraserie lo más rápido posible para seguir explotando el filón. Todos los muñequillos manufacturados para Ginga, la anterior serie, tampoco es que hubieran vendido demasiado, así que con una secuela podrían acabar de vender las existencias restantes, ya que tampoco había tiempo para generar una nueva línea de juguetes. Sumado a que guionistas y espectadores les supieron a poco los 11 episodios de Ginga, dejando en el tintero muchas ideas y que el actor protagonista de aquella, Takuya Negishi, estaba que se moría por volver a interpretar a Ginga... Con el poco tiempo disponible, y con el público ya conociendo a Ginga, realizar una secuela era una apuesta sobre seguro.

Ginga y Victory
Ultraman Ginga S
(2014) es algo más larga que su predecesora contando con 16 episodios, cuya primera mitad fueron emitidos entre el 15 de julio de 2014 y el 2 de septiembre, para continuar con el resto de episodios entre el 4 de noviembre y el 23 de diciembre. 

La serie estuvo comandada por Koichi Sakamoto, quien ya había trabajado en las películas de Ultraman Zero y gracias a sus contactos pudo armar al equipo técnico y de actores bastante rápido. Ultraman Ginga S resultó ser todo un éxito y es la ultraserie que casi acaba por cimentar las pautas y estética visual que continuaría la franquicia en las sucesivas series de estos New Generation Heroes.

Hikaru y Sho, al pie del cañón.
Se aportan numerosas nuevas ideas, que aunque algunas resultan extrañas o mal planteadas no dejan de ser resultonas. El tema principal que rodea la serie es el de la coexistencia entre especies, ya sea entre kaijus, alienígenas y humanos. Se presenta a una civilización que vive bajo tierra, los Victorianos, provistos de unos conos cargados con Victorium, una energía poderosísima, la cual comienza a ser robada por un robotizado Alien Chibull (ese cerebro extraterrestre salido de Ultraseven) y sus secuaces. Los Victorium enviarán a la superfície a Sho para luchar contra la amenaza el cual se convertirá en un nuevo gigante: ¡Ultraman Victory! Pero no andará solo, ya que Hikaru volverá a reencontrarse con Ginga y juntos lucharán contra el peligro.


Los representantes del pueblo "Victoriano"
Ultraman Ginga S es una serie por lo general bastante entretenida y que no da demasiado respiro, ayudado por el acotado formato de 16 episodios. Por otro lado, es bien evidente que es una serie que intenta captar la atención del público infantil en todo momento, con un ritmo acelerado y una obsesión por el colorido, una abundancia de efectos digitales y unas batallas constantes. 

Es un factor diferencial con las ultraseries clásicas y que será una constante en las New Generation y es que hay una preocupación, creo que contraproducente, en mostrar de inmediato batallas, monstruos, explosiones y a los Ultra en acción. Algo por lo que el guión acaba resintiéndose, perdiendo numerosos minutos de evolución de personajes o de desarrollo que acaba frustrando. Aunque Ginga S se atreve con cosas nuevas, acaban siendo algo risibles. Esa civilización subterránea, que por limitaciones de presupuesto, solamente parece tener 5 habitantes, o la dudosa presencia de esa cyborg con aires dominatrix.

Los avispados miembros de UPG.
Dicha sensación ya la notamos en el ep. 1, The Power to Open the Way, que presenta los elementos de la serie de manera vibrante y entretenida aunque no puedo evitar cierto rechazo al gran uso del CGI. Aquí ya vemos una de las mejores ideas de la serie como es que Ultraman Victory pueda fundirse con partes de otros kaiju (el brazo concretamente) para ser más poderoso. Por lo que lo vemos en ocasiones con el brazo de Red King, la cola-tentáculo de Eleking o el brazo metralleta de King Joe. El ep. 3, The Lone Warrior, pese al abuso de CGI y la presencia de niños presenta una batalla final muy espectacular contra un ejército de robots. El nuevo invento es que el fantasma de Ultraman Taro le da un brazalete a Ginga con los poderes de todos los Ultra Brothers. Lo que le faltaba ya para ser más invencible...

Hikaru ya no está tan verde y la interpretación de Takuya Negishi es algo mejor y aún más simpática que en Ginga. El actor se lo pasa en grande. No puedo decir lo mismo del grupo militar de turno, UPG, de aires risibles, compuesto por 2 soldados, un científico (Takuya, de Ginga) y su jefe. Los cuales apenas pueden hacer nada en toda la serie, llegando siempre tarde o cuando Ultraman ya ha hecho la faena. Éstos tienen la magnífica idea de alistar a Hikaru a sus filas pero el muchacho cada dos por tres desaparece para transformarse en Ginga. Una situación que llega a momentos absolutamente delirantes y absurdos por lo poco avispados de sus compañeros de UPG. ¿De verdad no se dan cuenta de lo que está pasando? Hay una reflexión al respecto al inicio del ep. 5, Friend and Devil, con los soldados cuestionando su papel en la batalla... pero solo dura unos segundos.


Ep. 7, Activate! Operation Magnewave
Uno de los momentos mejor resueltos de la serie lo encontramos en el doble episodio 7 y 8, Activate! Operation Magnewave / Desperate Battle in the Sunrise. Aquí, el malvado Alien Chibull quiere robar el Victorium de Shepardon, el monstruo mascota de los Victorianos. Los héroes intentarán evitarlo mientras la cyborg femenina introduce una bomba en el interior de la base militar de UPG. En un momento que me recordó a la aparición de ese ángel femenino en el gran final de Ultraman Gaia, Alien Chibull acaba fusionándose con 5 bicharracos y deja fuera de combate a Ginga y Victory. Los héroes idearán una manera de derivar el Victorium hacia ellos para revivirlos. Un buen clímax a mitad de serie, lleno de emoción y espectacularidad, con Chibull escapando y notificando que está llevando el Victorium a la cara oculta de la luna donde reposa el cuerpo de... ¡Lugiel! (el villano de Ginga).

La cyborg. Un personaje que podría haber dado más de sí.
A partir de la segunda mitad de la serie hay algunos conceptos interesantes pero que apenas se profundizan como es el personaje de la cyborg. Rechazada ésta y apartada por Alien Chibull porque no sirve para su cometido, sufre una evolución en el que poco a poco acabará colaborando con los héroes humanos. Lo empezamos a ver en el ep. 9, A Life to Regain, donde también regresa la simpática Misuzu de Ginga, la novieta de Hikaru. 

Regresan más personajes de dicha serie. Chigusa, la aspirante a idol, también vuelve en el ep. 12, To Meet You. Un divertido capítulo que brilla por lo elaborado de la plasmación de sus batallas (reflejos en los cristales de los edificios o una preciosa batalla al atardecer de un solo plano que homenajea la batalla de The Monster Tamer and the Boy, de Return of Ultraman) pero que choca con momentos de "verguenzilla" con un Alien Metron que olvida sus malignas intenciones porque ha quedado subyugado con las mágicas y sugerentes habilidades de Chigusa al canto. Que repelús...

Ep. 12, To Meet You

El curioso ep. 11, Gan-Q’s Tears
Por suerte, Ultraman Ginga S guarda alguna sorpresa con un episodio que se sale de la tónica habitual y que resulta toda una curiosidad. Estamos hablando del número 11, Gan-Q’s Tears, toda una rareza con un hombre gris de mediana edad, un salary man, que se convierte en el monstruo Gen-Q y hace amistad con un niño. Lleno de momentos bastante enternecedores y con varias reflexiones agrias con nuestro salary man convertido en monstruo y lamentándose de que “su cuerpo no tiene voluntad, ni siendo humano, ni siendo monstruo, siempre recibe órdenes”.

El tramo final de la serie propone una especie de paralelismo con el desastre de Fukushima y los motivos tras su desastre. Si bien, si esa era la intención, el resultado es bastante superficial. El ep. 13, Split! UPG, es bastante tenso y emocionante. El capitán general de UPG hace acto de presencia dispuesto a demostrar el poder de la humanidad con el dudoso plan de utilizar un cañón que dispara Victorium para destrozar a los monstruos. Un personaje que acaba siendo una caricatura aún con las loables intenciones de demostrar el egoísmo humano y sus ansías de poder. 

Petrificados en el ep. 16, Battle for Tomorrow
Así, la conclusión de la serie, con el regreso del malvado Lugiel, se ve con agrado, en un final no brillante pero sí bastante entretenido. El ep. 15, Adventure Called Life, propone un gran acierto como es que se haga una gran elipsis durante la gran batalla entre Lugiel y los Ultraman, dejándonos ver solamente las terribles consecuencias y que ésta se vaya desvelando poco a poco. Si bien se nota cierto apresuramiento y situaciones algo forzadas como esa cyborg, ya benigna, de visita al núcleo de la Tierra. El episodio final, Battle for Tomorrow, acumula buenos momentos en general con Victory y Ginga cayendo muertos, petrificados en medio de la ciudad. Finalmente, en consonancia con la filosofía de coexistencia entre especies que presenta la serie, los Victorianos acuden a la batalla para ayudar a los seres humanos, no sin antes dar sus colgantes de luz a Hikaru y Sho, con los cuales lograrán volver a transformarse en Ultraman. Un momento bien espectacular con nuestros héroes volviendo a la batalla y derrotando a la amenaza.


Ultraman Ginga S (2014) es un decente entretenimiento. Si bien, hay aspectos bastante dudosos como el descuido total de guión y evolución de personajes en pos de ofrecer a la mínima constantes batallas y escenas con monstruos lo más espectaculares posible. Hay ideas resultonas. La evolución en la plasmación de los efectos especiales supone un enorme paso adelante (el CGI es aterrador en general) con unas maquetas excelentes y un uso de la perspectiva espectacular. Los diseños de Ginga y Victory son notables.

La serie fue un éxito en su emisión y gracias a ello, ayudó a cimentar la figura de Ultraman en una nueva generación. Un nuevo punto de partida que de momento va siguiendo con una serie por año sin descanso y, con el excelente estado de salud actual de Ultraman, parece lejos de terminar.

El ciclo Ultraman Ginga fue coronado con una película para cines de título Ultraman Ginga S The Movie: Showdown! The 10 Ultra Warriors! (2014) donde todos los Ultraman de la era Heisei (Tiga, Nexus, Cosmos y demás) acudían en la ayuda de nuestros jóvenes ultraguerreros.

lunes, 1 de mayo de 2023

ULTRAMAN GINGA (2013)



Para 2013, la mítica Tsuburaya Productions, tal y como la conocíamos, había cambiado completamente. En 2008, la familia Tsuburaya vendió el estudio a varias empresas. Primero fue TYO, quien adquirió el 80%, del cual parte de ese porcentaje, el 30%, fue vendido a Bandai en 2009. Finalmente TYO vendió el 50% que le quedaba a la empresa de Pachinko, FIELDS, en 2010. Quedando ésta y Bandai como propietarios de gran parte de Tsuburaya.

Durante este tiempo, Ultraman estuvo manteniendo el tipo como podía a través de películas, de las cuales las protagonizadas por Ultraman Zero (el hijo de Ultraseven) tuvieron un aceptable recibimiento. La nueva situación de la productora cambiaba las reglas del juego porque si bien hasta ahora la Tsuburaya, una vez encontrado el financiamiento para sus series luego ésta tenia total libertad para enfrentarse a sus productos, ahora no era así, teniendo que verse obligados a aceptar las peticiones de Bandai y FIELDS. La situación económica era bastante más estable, si, pero el margen de libertad creativa estaba algo más sesgado.

Para 2013 y tras unos años de tímida recuperación, Tsuburaya decidió tirar adelante de nuevo con su personaje estrella y realizar una nueva serie de la franquicia. Ultraman Ginga (2013) marcaría un nuevo inicio para nuestro héroe favorito, lo que se conocería como los New Generation Heroes, y que volvieron a conquistar el corazón de los niños de una nueva generación. Para Ginga, el presupuesto destinado fue nimio lo que llevó al equipo a minimizar las ambiciones de la serie por una historia más pequeña de lo acostumbrado, con pocos escenarios y actores.

En Ultraman Ginga seguimos a Hikaru, un adolescente de espíritu aventurero y quien regresa a su pueblo natal después de 7 años. Allí volverá a su antiguo instituto, ahora prácticamente abandonado y se reencontrará con su grupo de amigos, pero un peligro acecha... Una entidad maligna, tras una cruenta batalla en Land of Light, el planeta de Ultraman, ha convertido a los ultra héroes y a demás monstruos en ¡muñecos! Y los ha desparramado por la montaña para sembrar el caos, ¿con qué propósito?

Sorprende en Ultraman Ginga que ésta ofrece algo diferente a lo acostumbrado. Nada de escuadrones militares luchando contra monstruos o escenas de pánico y destrucción masiva. Aquí el argumento nos lleva a una historia íntima, de fábula, entre unos jovencitos con la cabeza llena de sueños luchando por hacerlos realidad dando sus primeros pasos hacia el futuro. En ese sentido, la falta de dinero, paradójicamente, juega a favor de la serie. Apenas hay escenarios, más que el instituto y el bosque donde tienen lugar las batallas entre monstruos. El número de personajes es muy limitado dando un gran peso al grupo de adolescentes protagonista. Todo esto, aún dando una sensación rara en pantalla por su austeridad, acaba jugando a favor, dando un tono de fábula a los episodios dotándolos de una atmósfera muy particular e irreal.


Los jovencitos protagonistas
Hay un tijeretazo tremendo en Ginga ya que la serie solo contiene 11 episodios. Pero hay multitud de ideas resultonas, como hemos comentado, el aura de cuento, una nueva generación que llega, las transformaciones en monstruos y ultra héroes a su gusto, las versiones oscuras de varios héroes, la óptica más intimista del drama... Aún siendo una serie que quiere marcar una nueva época, también hay guiños a los clásicos siendo estos divertidos, presentando a un Ultraman Taro convertido en muñeco y que será el mentor de Hikaru.

Desgraciadamente todo acaba en agua de borrajas debido a una planificación en general deficiente y una nula capacidad por contar de una manera acertada los arcos dramáticos entre personajes. Algo que la duración de 11 episodios no ayuda en nada. El caso es más sangrante cuando vemos que la serie dedica en dos ocasiones a hacerte resumillo de todo lo acontecido anteriormente, perdiendo valiosos minutos.

Los personajes principales son un grupo de adolescentes que si bien choca de primeras que estos "pipiolos" vayan a protagonizar una serie de Ultraman, acaban siendo lo suficientemente simpáticos. La pareja creada entre Hikaru y Misuzu se hace entrañable, al igual que la presencia de sus amigos Kenta (un joven con aspiraciones a fotógrafo) y Chigusa, la cual sueña con ser una Idol.

Ep. 3, The Twin-Headed Flame Beast
Entre julio y agosto de 2013 se emitió en Japón un primer bloque de 6 episodios de la serie. El primero de ellos, Town of Falling Stars, es un inicio que promete aún con todas las deficiencias, teniendo una potente batalla final de Ginga, el cual dispone de un diseño y habilidades muy atractivas, con el cuerpo cubierto de luces de neón. 

Estos 6 primeros episodios tienen una estructura muy similar entre ellos como es que el gran mal, con la ayuda de esbirros haciendo tonterías de vergüenza ajena como Alien Valky, utilice las almas oscuras de gente indeseable (cuidado, guarros que tiran basura al rio o locos motoristas que acosan a jovencitas...) para transformarlos en monstruos terribles. Hikaru se transformará en otro monstruo dependiendo del muñeco que tenga a mano y cuando todo esté perdido Ginga hará acto de presencia. 

En cada episodio vemos a monstruos clásicos desde Pandon, Ragon, Black King o Kemur. Es un tramo que se ve con una media sonrisa y con el interés justo. Se añade otro personaje, el tibio Tomoya, el cual desea vencer a Ginga, no se muy bien porqué, y para ello utiliza a un robotaco llamado Jean-Nine (en un inicio llamado Jean-Killer). Un robot que tuvo su primera aparición en el direct to video Ultraman Zero Gaiden: Killer the Beatstar (2011).

Ep. 6, The Battle for Dreams
Este primer arco finaliza con el ep. 6, The Battle for Dreams, el cual ahonda en el trauma paterno del amigo Tomoya, con Taro intentando hacerle entrar en razón con un flashback dramático de su niñez junto a Father & Mother of Ultra. Ginga y Jean-Nine se enfrentan entre ellos aunque acabarán luchando juntos contra una amenaza peor como es Dark Tiga y un gigantesco Alien Valky.

Tras esto, se estrenó en cines un especial de la serie en septiembre de 2013. Distribuida por la Shochiku, con una duración de 45 minutos, sería algo así como el capítulo 6.5 de la serie. Fue más tarde reconvertido en un montaje de 25 minutos para el mercado americano (aparece en la edición en Blu-Ray de Mill Creek Entertainment como el episodio 7, "Monster Connection"). Aquí los momentos espectaculares se van mezclando con otros de vergüenza ajena con un Alien Icarus haciendo el "monguer" (en la línea del insorportable Alien Valky de episodios anteriores) en el bosque. 

El especial para cines.
El episodio 6.5.
Si bien, es recomendable por profundizar en los personajes principales y por una estupenda batalla final con Alien Icarus fusionándose con 7 bicharracos, Hikaru convirtiéndose en Tiga o Dark Zagi (un Ultraman oscuro salido de Ultraman Nexus) dando caña a Ginga... lo hacen un momento vistosillo del ciclo.

Hasta el momento, los ratings de la serie habían sido pésimos, si bien, y gracias al aceptable éxito de este especial para cines, la audiencia mejoró sensiblemente en el segundo tramo de la serie (emitido entre noviembre y diciembre de 2013), variando del 0,8% de share de los inicios al 2,5% que consiguió el episodio final.

Hay que comentar el (verdadero) ep. 7, The Closed World, que aun siendo el consabido episodio de resumen, consiguen darle una vuelta bastante divertida y que culmina con un hilarante enfrentamiento en un ring de boxeo entre Ginga y otro monstruo, con todos los muñecos de la serie de público y con Taro de comentarista. 

El último tramo de 4 episodios, aún aumentando sus dosis de acción y monstruos, se hace muy atropellado a niveles argumentales. Si no has visto el especial para cines, de golpe y porrazo nos encontramos a un Tomoya que ha pasado de odiar a Ginga a trabajar codo con codo con los protagonistas. Se nos introduce al padre de Misuzu, pero apenas se esboza el tipo de relación que tienen entre los dos y el porqué de esa tensión entre ellos. La supuesta sorpresa final sobre la identidad humana del gran mal oscuro también se antoja algo forzada. 

Ep. 7, The Closed World

El muñeco de Taro hará el papel de mentor.
Aún con todo esto, es un tramo que se ve distraídamente y que culmina en un doble episodio final bastante entretenido. En Darkness and Light, aparece un enorme monstruo pero en su interior se halla una poseída Misuzu. Hikaru, con la ayuda de Ginga, entrará en la mente de la joven para devolverla al buen camino culminando en una bonita escena de amor entre los dos con la pareja luchando junta en Ginga. Un episodio lleno de acción y batallas con Chigusa, Kenta y el padre de Misuzu convirtiéndose en Ultraman, Tiga y Seven, respectivamente.

The Future of Yours, el episodio final, es una conclusión hasta notable dentro de lo que ha sido una serie modesta, concentrando buenos momentos como la aparición del gran mal, un bicharraco de gran diseño llamado Dark Lugiel, Ultraman Taro recuperando su cuerpo, y una batalla final con Ginga y Lugiel en la luna. Un final que te saca la sonrisa con nuestros adolescentes protagonistas mirando al cielo, preparados para el futuro y llevar a cabo sus sueños.

Ep 10, Darkness and Light.

El temible Dark Lugiel
Ultraman Ginga (2013) es una serie llena de limitaciones con un empaque general algo deficiente. Es una lástima porque propone cosas nuevas. Ese tono de fábula me gusta, ese mensaje sobre lo importante que es tener sueños y luchar por ellos. El concepto de presentar a una nueva generación tomando como suyos a los personajes de la franquicia... 

Aún siendo descaradamente un anuncio de venta de muñecos (siguiendo el estilo de marqueting agresivo que estaban utilizando Kamen Rider y las Super Sentai Series), la serie tiene sus aciertos y gracias a su aceptación marcó una nueva era para Ultraman y que continua a día de hoy con una salud de hierro. Las apariciones de héroes clásicos como Tiga, Seven o el Ultraman original entre algunas batallas bastante vistosillas hacen de la serie algo mejor de lo que esperaba pero que estaba necesitada de más episodios y recursos para contar de una manera acertada todo lo que promete. En ese sentido, es triste conocer que el dato más interesante de Dark Lugiel, que es la mitad oscura de Ginga, está contado en el capítulo 79 de New Ultraman Retsuden (2013-2016) y no en Ginga...

Por otro lado, el opening musical de la serie es estupendo y tremendamente pegadizo. El tema es "Ultraman Ginga No Uta" interpretado por "Voyager".