He de haceros una confesión. Hasta julio de 2016 mi experiencia con el cine procedente de la India (
Boollywood, Tollywood, Kollywood, etc…) era bastante mínimo. De hecho, hasta esa fecha solo había visto la monumental
Baahubali: Part 1 (2015), y porque formaba parte de una maratón de 5 películas en el Festival de Sitges 2015. Los prejuicios frente a ese cine (la abundancia de bailes y música, la interminable duración de sus películas me tiraban para atrás) me hicieron cometer el error de no explorar esta cinematografía tan fascinante. Doy las gracias a les "
Nits de cinema oriental de Vic" en su edición 2016 (magnífico festival que se celebra cada año en el mes de julio en una ciudad inolvidable para mí, ya que realicé allí mis estudios universitarios) por tener en su programación un film como
Baaghi (2016), sesión a la que acudí con curiosidad acompañado de mi pareja atraído por las críticas que la definían como la
The Raid india. Chicos, que sorpresa me llevé. El film sigue las aventuras de Ronny, un joven algo rebelde que acaba en una escuela de artes marciales para aprender así algo de disciplina. Hasta que un día cae rendido por los encantos de Sia, pero los problemas empiezan cuando unos maleantes asesinan a su maestro marcial.
Baaghi (2016) sigue la tradición del cine indio de concentrar en 2 horas y media las máximas sensaciones posibles en su metraje: trama romanticona, traiciones, humor, bailes, coreografías espectaculares propias de un videoclip y acción exagerada e impresionante. El film se divide en dos partes bien diferenciadas pero que funcionan como un tiro. En su primera mitad, la menos interesante para el fan de la acción, se concentra en escenas de humor, romance y entrenamiento marcial.
|
Tiger hondea el horizonte con intensidad. |
Todo este tramo resulta entretenido, mostrando una buena química entre su pareja protagonista, unas buenas escenas de baile que no resultan excesivas y unas escenas de entrenamiento que me hicieron recordar los mejores momentos del género por parte de la
Shaw Brothers en los años 70. De hecho, el pistoletazo de salida al conflicto de la película repite el de muchos films de artes marciales de la época como es el asesinato del maestro marcial a manos de unos canallas. Cuando, además, los maleantes secuestren a la moza de Ronny, su venganza no se hará de rogar. Que muera tu maestro, puede doler, pero ya que te secuestren a la atractiva chavala de la película, eso sí que no.
Baaghi nos descubre al que es el héroe definitivo del cine de acción, la perfección humana absoluta. Si
Nietzsche fabulaba sobre el super-hombre creo que habría pensado en alguien como
Tiger Shroff.
Shroff (hasta su nombre es perfecto) aún está lejos de las exageradas y surrelistas
set pieces de acción de otros trabajos como
Munna Michael (2017) o el resto de las entregas de
Baaghi pero en el presente film da un muestrario espectacular de lo que mejor sabe hacer. O sea, todo. El chico baila a la perfección, actúa de forma más que eficiente, rezuma carisma por sus poros… y mete unas hostias titánicas. Las escenas de acción de
Baaghi están excelentemente coreografiadas y bien dosificadas en el metraje hasta llegar al clímax final del film (ese que más la emparenta con
The Raid) con
Tiger, solo contra toda la banda criminal en un edificio donde cada planta funciona como niveles de un videojuego hasta llegar al malo final. Todo sea por recuperar a su amor secuestrado.
|
Ronny necesita disciplina y acaba en una escuela de artes marciales |
|
Entre clase y clase acaba prendado por Sia. |
|
El asesinato de su maestro provoca la furia de Ronny |
|
Pero cuando secuestren a su chica ya será la gota que colme el vaso |
|
Ronny repartirá estopa a diestro y siniestro. |
Shraddha Kapoor interpreta a Sia de manera muy correcta y carismática demostrando buena química con
Tiger. Además de soltar alguna
tullina bien dada en los momentos de acción. Como curiosidad,
Kapoor y
Shroff fueron compañeros de clase en la escuela y de hecho
Tiger, en esos fogosos e inocentes tiempos adolescentes, le hacía tilín la muchacha. El film está dirigido por
Sabbir Khan, quien ya colaboró con
Tiger en su anterior film,
Heropanti de 2014.
Como digo,
Baaghi (2016) es un caramelo. Una carta de presentación infalible de lo que es el cine de
Boollywood además de ser perfecta para ver en pareja (contiene suficientes dosis de romance y
tullinas como para contentar a las dos partes). Todo el film le rodea un aura de pura diversión, de que nada está tomado excesivamente en serio como podemos ver en esos exagerados y acaramelados momentos musicales entre la pareja o los momentos de acción, los cuales la benefician. Por supuesto, tu capacidad de aguante dependerá de la medida en que conectes con las particularidades de esta cinematografía y todo lo que le rodea, pero si entras en el juego la experiencia te resultará toda una fiesta.
El éxito de
Baaghi ha ocasionado que cada dos años tengamos una nueva entrega, con una tercera parte estrenada en 2020. Las entregas posteriores no hacen sino exagerar hasta niveles surrealistas la acción y capacidades súperheroicas del gran
Tiger Shroff. Por mí, que hagan veinte más.