El desarrollo de creación de
Godzilla vs Kong (2021) ha sido caótico a la par de insólito. El film ya tuvo luz verde antes incluso del estreno de
Godzilla: King of the Monsters (2019) así como también su rodaje. Tras la baja taquilla obtenido por
El rey de los monstruos saltaron las alarmas en
Legendary y
Warner. Al parecer los primeros pases de prueba de
Godzilla vs Kong fueron un completo desastre encargando rápidamente toda una serie de
reshoots del film que hicieron temer lo peor. Se suma a que su estreno ha sido retrasado numerosas veces desde una fecha inicial marcada para marzo de 2020, para luego pasar a mayo y acabar en una fecha indefinida debido al estallido del Covid-19. A finales de 2020 saltó la noticia de que la mayoría de grandes estrenos de
Warner (esto incluía no solamente a Godzilla sino también a grandes
blockbusters como
Dune) tendrían estreno directo en la plataforma de
HBO Max estallando en el camino una guerra legal con
Legendary acusando a
Warner de tomar dicha decisión sin su consentimiento y arruinando una posible negociación millonaria con
Netflix. Finalmente, el estreno se fijó para el 26 de marzo de 2021 teniendo un estreno simultáneo en EEUU tanto en cines como en
HBO Max el 31 de marzo. Mientras tanto, la mínima promoción de la propia película sin ningún
teaser, trailer o simple imagen promocional de la misma hicieron crecer la incertidumbre en el fan del
kaiju haciendo pensar en si esto era una broma pesada y la película no existía realmente. Eso sí, anuncios de muñecos y disfraces relacionados con la película no faltaron.
Pero todas las dudas y temores se han desvanecido. La película es una realidad y para mi total sorpresa es un puro entretenimiento y un sólido cierre al
Monsterverse de
Legendary. La terrible situación actual en torno a la pandemia ha acabado por jugar inesperadamente a favor de la película en un presente falto de
blockbusters y con Internet estallando en debates en cual de las dos bestias ganaría en el combate.
Nos puede gustar más o menos pero sorprende la consistencia y paso firme en la que se ha desarrollado el
Monsterverse. El
Godzilla (2014) de
Gareth Edwards fue un film frustrante por sus pretensiones demasiado elevadas y finalmente fallidas pero estaba cargado de momentos de puro cine, una nada desdeñable puesta al día para Occidente del saurio radiactivo.
Kong: La Isla Calavera (2017) era una muy entretenida cinta de puro carácter
pulp y aventurero que se beneficiaba de una ambientación en los 70 rindiendo homenaje en el camino a
films como
Apocalypse Now (1979) con numerosos momentos espectaculares protagonizados por el simio gigante aunque, para mi gusto, se derrumbaba en repetitivas concesiones en el montaje con momentos a lo videoclip y personajes algo insoportables con
John C. Reilly a la cabeza intentando ser un
Dennis Hopper de segunda. La traslación literal de los códigos del
Kaiju Eiga más descerebrado a
Hollywood supuso con
Godzilla: King of the Monsters (2019) el primer paso en falso en la taquilla siendo una orgía agotadora de efectos digitales pero un divertidísimo
greatests hits de la serie clásica del saurio radiactivo.
En
Godzilla vs Kong (2021) nos encontramos con un Godzilla que de repente se ha puesto a destrozarlo todo a su paso. Por otro lado, la empresa
Apex Cybernetics, se encuentra muy interesada en viajar a "La tierra hueca" y obtener parte de la energía de allí ya que podrían utilizarla como arma para vencer a Godzilla. Para ello acuden a un estudioso sobre el tema, Nathan, quien tiene la magnífica idea de utilizar a Kong para que les conduzca hasta allí. Pero no todo es lo que parece.
Los enfrentamientos cinematográficos entre iconos han atraído a la audiencia desde los tiempos de la
Universal con
Frankenstein y el hombre lobo (1943), el
King Kong contra Godzilla (1962) de
Ishiro Honda o más recientemente
films como
Freddy vs Jason (2003) o
Alien vs Predator (2004).
Godzilla vs Kong (2021) supone una reactualización del film de
Honda, convertida ya en una comedia de serie B pasto del público más especializado y amante de lo
freak. Por mucho que ame a
Ishiro Honda, su
King Kong contra Godzilla distaba mucho de ser el film serio y épico que demandaba el encontronazo entre estas dos criaturas gigantes.
Godzilla vs Kong (2021) es un film colosal en todos los sentidos y un muy agradecido retorno a ese cine de aventuras y de evasión clásico con criaturas gigantes, mundos perdidos y viajes más grandes que la vida.
Adam Wingard (
Blair Witch, Death Note) se encarga de la dirección de la película
y se nota mucho el cariño que siente hacia el género proponiendo majestuosidad y respeto en las apariciones de los monstruos además de múltiples guiños a las respectivas sagas (los fans del
King Kong contra Godzilla original encontrarán varios de ellos además de alguno del
King Kong de 1933 o de la divertidísima
King Kong escapa (1967) de
Ishiro Honda) con un
film que no da tregua al espectador.
Una fiesta repleta de efectos digitales y fuegos artificiales que se antoja irresistiblemente entretenida y donde destaca un ritmo continuo desde el principio además de una contagiosa energía y vigor en sus escenas monstruosas con cierto atención a los detalles visuales como Kong agarrando un avión de combate con un piloto dentro o planos llamativos como ese giro de 360 grados en el portaviones. De hecho, de entre el trabajo de Wingard me ha llamado la atención (para bien) cierta ambientación ochentera a sus escenarios, especialmente en el trabajo de interiores, con emplazamientos repletos de luces de neón entre otros elementos. Diversos pasajes de la banda sonora (realizada por Junkie XL) también está muy cercano al synth wave y que ayudan a dar peso a esta sensación retro. Siguiendo con la música del film, aviso que no hay presencia de la inmortal música de Akira Ifukube pero si han creado un tema para Godzilla que recuerda mucho al "Godzilla's theme" de Ifukube.
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Godzilla vs Kong (2021) sabe unir las dos mitologías de los monstruos de forma excelente yendo un paso más allá proponiendo conceptos, que en las anteriores entregas se habían quedado simplemente esbozadas pero donde en el presente film encuentra su culminación como es la implicación en la trama de "La Tierra Hueca". Un lugar, basado en algunas teorías científicas, alojado en el centro de la Tierra y donde descansa un ecosistema propio. Uno de los tramos más inesperados y fascinantes por devolvernos a ese espíritu pulp de viajes a mundos desconocidos y rindiéndose a la fantasía. En el film, Godzilla es tratado como un ser malvado (aunque luego veremos que no todo es lo que parece), un tono estupendo y que le hace regresar a esa figura de destrucción masiva y terrorífica que tan bien le sienta y que se ha echado de menos en el Monsterverse tanto como los momentos de pánico de masas y momentos de destrucción a pie de calle que aquí son estupendamente insertadas. Kong tiene un protagonismo más pronunciado ocupando éste gran parte del metraje. Dicha decisión es inteligente ya que creo que Kong es un monstruo en el que es más fácil empatizar debido a sus rasgos más humanos y logra crear una conexión más emocional que Godzilla, siendo el saurio una simple mole imparable y destructora.
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Pese a su ritmo endiablado el film recae en los mismos errores que las anteriores entregas con unos pobres personajes y una trama humana que por momentos encalla el metraje. Los villanos en este sentido vuelven a ser de chiste (aunque sin llegar a los límites de
Charles Dance y sus secuaces en
Godzilla: King of the Monsters) y si, quieren crear un arma para quitarse de en medio a los titanes de la Tierra, pero no llegamos a entender sus motivaciones o cierta profundidad al porqué de sus acciones quedando simplemente en que son gente muy mala.
Shun Oguri (
Diner, Quiero comerme tu páncreas) interpreta a Ren Serizawa. Entendemos que se trata del hijo del difunto profesor Serizawa interpretado por
Ken Watanabe pero el porqué su vástago se ha convertido en un adalid del mal se me escapa. Serizawa será el encargado de pilotar a una de las mayores sorpresas del film, el arma definitiva contra Godzilla y que, por supuesto, acabará fuera de control. Siguiendo con los humanos del film, mientras que la trama con Kong, centrada en el viaje hacia "la tierra hueca" logra un mínimo de interés no es así en la "trama Godzilla" centrada ésta en las desventuras de
Millie Bobby Brown (quien vuelve tras
King of the monsters) acompañada de un adolescente y un charlatán
podcaster y quienes intentan destapar las verdaderas intenciones de la empresa
Apex Cybernetics. El que 3 pardillos como éstos logren colarse y entrar como "
pedro por su casa" en instalaciones de máxima seguridad es algo que se me escapa creando momentos algo sonrojantes como la vergonzosa manera que tiene el adolescente amigo de
Brown para solucionar el entuerto en el clímax final del
film.
El reparto está lleno de nombres interesantes como
Rebecca Hall (
The town, El truco final) quien interpreta a Ilene Andrews, una primatóloga especializada en Kong y que tiene como protegida a una niña de nombre Jia (
Kaylee Hottle) indígena, huérfana y además sordomuda con capacidad para comunicarse con el monete. Sin duda los personajes más simpáticos y entrañables de la cinta. Acompañan
Alexander Skarsgard (
Big Little Lies) en el papel del pseudo héroe Nathan Lind, un personaje de agradecido tono torpón y cobarde que logra escaparse de los típicos héroes perfectos que pueblan el cine comercial moderno. Destacan otros nombres como la atractiva
Eiza González (Alita) o un
Kyle Chandler que vuelve a la franquicia aunque sea por cinco minutos.
Si algo puedo destacar es que, por suerte, la trama humana evita los dramas gratuitos familiares e insulsos de los anteriores "Godzilla americanos" resultando en algo más entretenido o distraído. Pero ahora bien, si nos centramos en las escenas con los monstruos gigantes, la película pone toda la carne en el asador ofreciendo una serie de set pieces espectaculares destacando los dos enfrentamientos entre Godzilla y Kong los cuales cumplen sobradamente las expectativas. El primer encontronazo entre las dos bestias en medio del océano es simplemente brillante finiquitando en un clímax en Hong Kong para quitarse el sombrero y cuya plasmación visual de la ciudad, llena de neones, nos recuerda a los mejores momentos del Pacific Rim (2013) de Guillermo del Toro. La batalla de Hong Kong nos ofrece unos demoledores 20 minutos sin descanso repletos de rayos, hostias titánicas y destrucción siendo la culminación a este monumento a la diversión convertido en película y donde si, tenemos un definitivo ganador en la lucha. Y el resultado del partido me produjo mucha satisfacción.
Godzilla vs Kong (2021) es ruidosa, arrolladora y terriblemente divertida. Un futuro clásico (si no lo es ya) del cine de monstruos gigantes. Una jugada cinematográfica que ha resultado ser completamente inesperada. Los dos mitos por fin tienen un encontronazo a la altura de su leyenda resultando en un film imbatible en sus momentos monstruosos, que flojea en su trama humana, abundando éstos en algunos momentos sonrojantes. Si bien, Godzilla vs Kong, contra todo pronóstico, se ha convertido en uno de los blockbusters del año. Un año donde los dos monstruos más grandes de la historia del cine han regresado para salvar la taquilla dentro de un panorama cultural desolador. Y así ha sido, el film ha sido el mayor éxito de HBO Max hasta el momento y a fecha de hoy, superando ya los 300 millones de dólares de recaudación mundial, se está convirtiendo en el mayor éxito de taquilla desde que empezó esta terrible pandemia. En estas condiciones. ¿Volverá el Monsterverse?