CRÍTICAS PELÍCULAS

jueves, 21 de abril de 2022

ULTRAMAN 80 (1980)



Tras el éxito de The Ultraman (1979), la Tsuburaya Productions por fin pudo respirar tranquila. Estaban a salvo de la quiebra económica tras unos años difíciles donde realizaron modestas producciones. ¿A salvo? De momento... Dicho éxito proporcionó que la TBS volviera a confiar en la productora para una nueva ultra-serie, esta vez si, en live-action. La primera en 5 años tras el fail de Ultraman Leo (1974). Ultraman 80 (1980) venía a ser el regreso del héroe intergaláctico entrando por la puerta grande y estrenando la nueva década pero, por desgracia, la serie fue todo un fracaso estrepitoso que provocó un hiato del personaje durante década y media en Japón. 15 años pasaron hasta Ultraman Tiga (1996) si exceptuamos coproducciones extrañas como Ultraman: The Ultimate Hero (1995). ¿Pero qué hay tras el fracaso de Ultraman 80?

La serie iba a ser todo un esfuerzo para la Tsuburaya destinando un alto presupuesto para su realización y una premisa original que supondría un toque diferencial más que llamativo con las anteriores series de la franquicia: presentar a su héroe como un profesor. Esta vez, el héroe de la función es Takeshi Yamato, quien esconde ser Ultraman 80, ocultándose en la Tierra en la forma de un profesor de instituto. Tras unos años de tranquilidad, monstruos gigantes comienzan a aterrorizar Japón de nuevo. ¿El culpable? La energía negativa de la ira humana. Yamato alternará su trabajo como profesor con sus ocupaciones como miembro del escuadrón de defensa UGM (Utility Government Members) transformándose en el poderoso Ultraman 80 cuando la situación lo requiera.

Ultraman 80 es la oveja negra de la etapa Showa de Ultraman. Tras unas series que en general, todas, son bastante distraídas, entretenidas o excelentes (en el caso de las primeras), Ultraman 80 es tristemente irrelevante, perezosa y sin sabor. Una lástima ya que su premisa inicial es bastante única y llamativa como es el de presentar a un héroe infiltrado como profesor de instituto aprovechando así para tratar problemáticas sociales del momento respecto al mundo de los adolescentes. Hechos que son aprovechados como justificación de la creación de algunos monstruos. Lo social era un aspecto que los guionistas de la serie querían explorar en profundidad con la intención de tratar temas bastante más peliagudos como el suicidio adolescente. Si bien, nunca llegaron a ese nivel quedándose en unas tramas algo infantiloides y superficiales. 

Yamato es Ultraman 80...
Y también profesor, pero solo un rato.
Y e aquí una de las grandes oportunidades perdidas de Ultraman 80. Tras 12 episodios, la ambientación escolar desaparece centrándose totalmente en Yamato como miembro de UGM, convirtiéndose la serie en lo mismo que habíamos visto antes en la franquicia pero mucho más descafeinado. Tras 12 episodios, personajes a los que nos habíamos acostumbrado desaparecen. Un tramo que se borra sin previo aviso y sin dar ninguna mínima despedida a todo ello por parte de los guionistas. ¿Pero qué ha pasado aquí? 

Ultraman 80 tuvo la mala suerte de emitirse en un momento bastante turbulento. Fueron unos momentos en donde la delincuencia juvenil adolescente aumentó de manera considerable. Suicidios, violencia, delincuencia... Documentales, reportajes y noticias por doquier se sucedían en las televisiones cuestionando el sistema educativo nipón y solo faltaba que al cambiar de canal apareciera una serie que trataba algunas de esas problemáticas. Con toda esa presión de eliminar el elemento estudiantil, con cartas de padres siendo enviadas en masa a los canales de televisión quejándose de la violencia en televisión, con el director principal de Ultraman 80 abandonando la serie y llegando uno nuevo pidiendo eliminar el ambiente de instituto por algo más estándar... los guionistas se vieron obligados de la noche a la mañana a cambiar los guiones de toda la serie. Y eso se nota, por supuesto.

Ep. 5, The phantom town

El primer bloque de la serie se hace mínimamente simpático y presenta interesantes conceptos como las emociones y angustias adolescentes como forma de creación de monstruos. La energía negativa, como comentaba en un inicio. Un concepto que es rápidamente olvidado... Puedo destacar episodios tales como el número 5, The phantom town. Buen capítulo de conseguido aire onírico y pesadillesco con unos extraterrestres secuestrando a Yamato y llevándoselo a la cuarta dimensión (a través de un tren volador) donde se enfrentará a un robot gigante con el rugido de Gigan. Uno de los mejores momentos de Ultraman 80

El episodio 9, Airport emergency!, presenta un potente tramo final lleno de tensión en un aeropuerto mientras Yamato intenta conseguir una cita con la guapa profesora Kyoko. El ep. 12, The beautiful transfer student, pone fin a la etapa escolar en una entretenida historia con una chica de intercambio que resulta ser una alienígena. Se incluye un discurso de Yamato dirigido a los adultos pidiendo que dejen a los niños, ser niños, sin presiones ni obligarlos a ser lo que no quieren. Un discurso final involuntario para este tramo en la escuela.

Los miembros de UGM.
Con Yamato centrando sus esfuerzos en UGM la serie se convierte en lo mismo de siempre pero realizado a desgana y sin saber muy bien hacia donde tirar. Con la audiencia bajando de manera alarmante la serie parece dudar entre un tono juvenil o más bien infantil. Aún con lo irrelevante del conjunto de 50 episodios de la serie y que ningún episodio consigue ser sobresaliente, Ultraman 80 si que es un producto con algunos hallazgos simpáticos.

Sorprendentemente, el tramo más estable de calidad sucede poco después del abandono del instituto por parte de Yamato. Entre los episodios 17 y 24 nos encontramos con unas historias realizadas con un mínimo de mimo y entretenimiento. Desde el doble episodio 17 y 18, Fly to the sinister monster island!!, de ambientación isleña y con una misteriosa criatura tentacular y vampírica. El ep. 21, Shine into eternity!! Space G-men 85, es bastante dramático y trágico, con un policía intergaláctico (con disfraz de chewbacca de feria) buscando vengarse de un monstruo por haber matado a su mujer y su hijo.

El regreso de Gomora en el ep. 22, 
The day when the planet align.
También se aprovecha para hacer homenaje a los clásicos y el ep. 22, The day when the planet align, es un remake de Destroy the surface de la Ultraman (1966) original, con una nueva civilización subterránea sin rostro y que amenaza a la humanidad. Como guinda se cuenta con la aparición del monstruo Gomora. A destacar también el ep. 26, The time tunnel shadow warriors, una locura casi steampunk con Yamato y su compañera Emi entrando en un vórtice temporal que les lleva a un Japón feudal que mezcla samurais y princesas con alienígenas, robots y monstruos gigantes. Son ejemplos de episodios, que sin ser destacables, sí que resultan de lo más entretenido de Ultraman 80.

Entre el equipo involucrado en la serie es interesante detenerse en que el mismísimo Noriaki Yuasa, director y responsable de 7 de las 8 entregas de la saga clásica de Gamera se encarga de hasta 22 episodios de Ultraman 80. Entre el equipo dedicado a los efectos especiales se encontraba un jovencito Shinji Iguchi (fxs de la trilogía de los 90 de Gamera o co-director de Shin Godzilla). En una entrevista, Iguchi explicaba que en el inicio de la producción intentaron crear algo diferente y más atractivo en la plasmación de los efectos pero poco después, cuando empezaron a haber los citados cambios en la serie además de restricciones presupuestarias, dichas ambiciones fueron cortadas. 

El personaje de Yamato está interpretado por Hatsunori Hasegawa y a pesar de su entusiasmo acaba siendo el ultra-héroe más sosete visto hasta ahora (junto a Seiji de Ultraman Ace). Hasegawa aparecería en Gamera: guardián del universo (1995) y Gamera 2 (1996). La serie no se centra en ninguno de los miembros de UGM quedando éstos muy planos y sin ningún interés. A excepción de Emi, la fémina del equipo, interpretada por Eri Ishida. Aunque su cada vez mayor tiempo en pantalla pueda deberse a que la actriz empezó a triunfar en otra series de TV y cine en ese momento. Destaco también a Jin Nakayama quien interpreta al capitán Kazuki con sobriedad y acierto. Masaaki Daimon quien era uno de los personajes principales de la irresistible Cibergodzilla, máquina de destrucción (1974), interpreta a otro de los miembros de UGM.

El maravilloso villano del ep. 26, 
The time tunnel shadow warriors.

Con el fracaso a la vista, la Tsuburaya intentó maniobrar y orientar la serie hacia el público infantil con el objetivo de mejorar sus datos de audiencia. Prácticamente en los últimos 20 capítulos hay niños entre el reparto principal. Incluso en pleno episodio 40 cambiaron las canciones de los créditos iniciales y finales de los episodios para crear algo de movimiento en ese sentido (la canción inicial de Ultraman 80 es mala pero se puede rescatar, en cambio las nuevas son terribles...), pero la serie fue cuesta abajo sin remedio en un cúmulo de episodios muy discretos y en ocasiones hasta lamentables. Hay algún destello por ahí claro. El ep. 32, Monster ship from the dark sea, es sorprendente, con un barco informatizado y que se rebela contra sus creadores deambulando por el océano hundiendo otros barcos. El simpático ep. 34, I caught a weird fish, presenta a un grupo de niños encaprichados con pescar al pez más grande posible hasta que hacen enfadar a la gigantesca madre de un pez extraño que han cazado.

Un Ultraseven vengador en el ep. 44, 
Fierce Fight! 80 vs UltraSeven
Ultraman 80, aún sin abusar de ello, utiliza a monstruos de series anteriores como manera de hacer un guiño al fan de la franquicia. Así tenemos el regreso en 2 episodios de un Alien Baltan de medio pelo con intenciones bizarras, como el de capturar a 80 para encerrarlo en un zoo como vemos en el ep. 37, Alien Baltan’s terrifying zoo operation. El único regreso de algún miembro de la familia Ultra lo tenemos en el ep. 38, The echoing voice of father of ultra, con el padre de Ultra teniendo una breve y muy gratuita aparición. Ultraseven también protagoniza uno de los episodios más sorprendentes del conjunto como es el número 44, Fierce Fight! 80 vs UltraSeven. Aquí las ansias de venganza de un niño en coma provoca que su muñequillo de Seven cobre vida y persiga a un grupo de motoristas desalmados que lesionaron tanto a él como a su hermana.

Batalla terrorífica en el ep. 49, 80’s greatest pinch! Transform! Ultrawoman

Se introduce a la princesa Yullian en el ep. 43,
The female warrior from the planet of ultra
En el tramo final de la serie se introduce a la princesa Yullian, llegada también de M-78 y quien se unirá al equipo de UGM formando un interesante dúo con Yamato. Los diferentes puntos de vista entre los dos con ella sintiendo que vive una mentira ocultando su identidad en la Tierra y deseando ser una terrícola resulta refrescante. Lástima que dure muy pocos episodios. 

La presentación de Yullian lo vemos en el trágico y delirante a partes iguales ep. 43, The female warrior from the planet of ultra, donde sorprendentemente vemos como uno de los personajes principales es quitado de en medio en una muerte alucinante (tras haber sido sometido antes a una sesión de latigazos) y sin previo aviso. La esperadísima transformación de Yullian en Ultrawoman es reducida a solo unos minutos en el clímax final del ep. 49, 80’s greatest pinch! Transform! Ultrawoman, con un 80 moribundo sometido bajo la violencia de dos monstruos aberrantes y de diseño interesante. Demasiado poco vemos de este combo 80/Yullian en acción, una lástima...

Y así llegamos al final de la serie. Un final, que sin ser excelente, si que acaba siendo de lo mejor de Ultraman 80, aunque su concepto no se salga de lo habitual en los finales de Ultraman como es que la humanidad aprenda a luchar sin depender del héroe espacial. Si bien, el ep. 50, Ah! The giraffes and elephants all turned to ice!!, es un final atípico con Yamato y Yullian quedándose en la retaguardia sin luchar mientras el equipo de UGM recupera la confianza venciendo a un monstruo que lo congela todo a su paso. Un episodio realizado con tensión y con unos minutos finales definitivamente emocionantes con una celebración final del equipo (con un invitado robótico muy bizarro en la fiesta) y unos créditos finales con Yamato y Yullian disfrutando de su último día en la Tierra. Una conclusión que la verdad es que te deja con una sonrisa en la boca y que no solamente sirve como despedida de Ultraman 80 sino de un adiós a la etapa clásica de la franquicia. ¡Eighty!

A pesar de unas ocasionales tandas de episodios bastante entretenidos o mínimamente decentes, Ultraman 80 peca de una dejadez general, seguramente ocasionada por su complicada producción y numerosos cambios a los que se vio sometida. Pero eso no salva que sea una serie poco destacable y sin duda, la ultra-serie más floja de la etapa clásica del personaje (1966-1980).

Años después, Yamato pudo despedirse tal y como se merecía de sus alumnos en un episodio de Ultraman Mebius (2006) en donde años después los ex-alumnos realizaban una cena de reunión con Yamato. La indiferencia de la audiencia frente a Ultraman 80 fue síntoma de unos años en donde el interés por el kaiju eiga era más bien bajo por no decir nulo. El impacto de las series tokusatsu que en los 70 habían maravillado a los espectadores también había mermado dejando a la Toei prácticamente sola en el género con sus Super Sentai o Metal Heroes series. Ultraman volvería a reinar en los años 90 en una nueva etapa del personaje. Pero eso es otra historia...

lunes, 18 de abril de 2022

DAIGORO VS GOLIATH (1972)



A finales de los años 60 el género del kaiju eiga había vivido una decadencia bastante notable derivado de una sobre explotación del concepto sumado a unas producciones cada vez más baratas y con un tono dirigido ya totalmente hacia los niños. Si bien en 1971 se vivió una revitalización del género, un interés entre la audiencia de nuevo por las criaturas gigantes producido por el exitazo de El regreso de Ultraman (1971) en las TV’s niponas. Si bien, dicha revitalización se produjo principalmente en el ámbito televisivo con una proliferación tremenda de nuevas series tokusatsu similares. Mientras en el cine, Gamera había desaparecido del mapa tras Zigra, la amenaza de los océanos (1971), con el cierre por bancarrota de la Daiei. Godzilla viviría hasta 1975 una caída libre sin solución con una serie de entregas de muy bajo nivel. En medio de todo esto surge una película como Daigoro vs Goliath (1972). Una absoluta rareza de la época, que parece haber caído en el mayor de los olvidos.

En el filme, un inventor y su familia intentan recaudar fondos para alimentar a un monstruo gigante llamado Daigoro. Mientras tanto, un meteorito aterriza en el mar trayendo consigo otro monstruo gigante llamado Goliath. ¿Podrá Daigoro detener a Goliath?

Daigoro vs Goliath
es una curiosidad cuyo propósito era precisamente servir como parodia de este kaiju infantiloide que ofrecían películas como Gamera. Un tono de cachondeo general que sirviera para reírse de los códigos con muchos niños con gorra gritando y siendo amigos del monstruo de turno. El problema es que parece que dicho tono paródico no consiguió calar entre el público pasando inadvertido ya que precisamente la mayoría del kaiju de la época se había convertido en justo lo que Daigoro vs Goliath parodia, quedándose en tierra de nadie.

Hay conceptos salidos de madre que resultan fascinantes. Ya el hecho de que el gobierno quiera deshacerse de un monstruo benigno como Daigoro, por ser demasiado caro de mantener, provocando la furia de los niños y niñas japoneses me parece glorioso. Aquí, el monstruo, más apeluchado que nunca, tiene su propio WC al cual acude cada día a realizar sus deposiciones. El gobierno subvenciona una partida para alimentar al monstruo... Pero claro, el bicho cada vez es más grande, por lo que la situación se hace insostenible económicamente hablando. Junto a las manifestaciones en apoyo a Daigoro aparece una nueva criatura de nombre Goliath, de intenciones malvadas. El diseño de Goliath tampoco es que sea la panacea, siendo amenazador pero lo justo para no asustar a la chavalada. Daigoro acudirá al rescate y vencerá a la bestia (aunque con dificultades). En un momento final que me recordó al clímax del primer Gamera, El mundo bajo el terror (1965), los humanos mandarán a Goliath en un cohete al espacio mientras Daigoro se habrá ganado de nuevo el derecho a ser cuidado por el gobierno japonés en su islita. Maravilloso. Entre el reparto destacamos la presencia de Akiji Kobayashi, actor mítico del tokusatsu y que apareció desde Ultraman (con cameos en las siguientes ultra-series) a Kamen Rider.

Daigoro vs Goliath es de visionado difícil. Se hace distraída durante todo el metraje pero su tono de parodia no acaba de funcionar del todo. Muchas de sus bromas dan algo de vergüenza ajena y los trucajes para la ocasión no es que luzcan demasiado, estando éstos en consonancia con lo que se hacía en TV por aquel entonces. Si bien es un Kaiju muy curioso y que bien vale un visionado por parte del fan completista. La imagen de Daigoro haciendo sus necesidades en un WC gigantesco es una de las imágenes más alucinantes y surrealistas del kaiju de los 70.
Daigoro es un monstruo mantenido por el gobierno. Pero su gasto es excesivo...

El malvado Goliath aparece en la Tierra.

El pobre Daigoro tendrá que armarse de valor...

Daigoro saliendo de su WC gigante.
Como he mencionado, el filme no tuvo demasiada repercusión en la época, siendo estrenada de forma limitada, principalmente para ser proyectada en el Toho Champion Festival de 1972 (un festival organizado por la Toho de cara a la chiquillería donde solían proyectar títulos remontados de la saga Godzilla o episodios de Ultraman), en una sesión junto a Invasión extraterrestre (1968) y Panda! Go Panda! (1972). Daigoro vs Goliath fue rápidamente olvidada dejándonos sin más aventuras del simpático Daigoro en el futuro.

El filme fue una colaboración entre Tsuburaya Productions y la Toho, dirigiendo Tohshiro Iijima, director esencial en las primeras ultra-series participando desde Ultra Q (1966) a El regreso de Ultraman (1971). El filme si bien ha tenido varias ediciones en su país de origen, siendo editada en Laser Disc en 1991, en VHS en 1993 hasta disponer de una edición en DVD comercializada en 2005.

Como curiosidad, hay una referencia a Ultraman en el filme, cuando un personaje es lanzado por el aire él bromea con que es Ultraman. Un detalle que muestra hasta que punto las producciones de Tsuburaya formaban parte de un posible universo compartido. En el episodio 34 de Mirrorman (1971-1972), aparecen 2 niños jugando con muñecos de Daigoro.

miércoles, 13 de abril de 2022

GIANT GOD WARRIOR APPEARS IN TOKYO (2012)


La pareja creativa de Shinji Higuchi e Hideaki Anno ya funciona como un tiro desde inicios de los 80 con la fundación de estudio Gainax. Higuchi y Anno revolucionaron el género a través de sus trabajos, ya sea el mecha y el anime en general con Neon Genesis Evangelion (por parte de Anno) o la manera de plasmar los efectos especiales en el tokusatsu y el Kaiju como vimos en la magnífica trilogía de Gamera en los 90 (por parte de Higuchi). La pasión de estos dos personajes por el género es evidente ya desde su tierna infancia. Desde la fascinación del propio Anno por las primeras "ultra series" y que lo llevaron a realizar su propio cortometraje no oficial sobre Ultraman en sus años universitarios, hasta llegar a sus actualizaciones de los mitos con Shin Godzilla (2016) y las próximas Shin Ultraman (2022) o Shin Kamen Rider (2023).

Giant God Warrior Appears in Tokyo (2012) es un cortometraje de solo 10 minutos pero muy a tener en cuenta y que vuelve a juntar a la pareja Higuchi/Anno en esta producción de Studio Ghibli (Anno ya trabajó en los inicios de Ghibli, como en por ejemplo en Nausicaa del valle del viento). Aquí tenemos a Higuchi en la dirección, encargándose Anno del guión de la pieza. Originalmente, el propósito del cortometraje fue como demostración de la realización de los efectos tradicionales del género para el "Tokusatsu - Special Effects Museum-Craftsmanship of Showa and Heisei Eras Seen Through Miniatures". Una exposición del Museo de Arte contemporáneo de Tokyo. Si bien, su buena aceptación proporcionó además que pudiera verse en cines en Japón, proyectándose antes de los pases de Evangelion 3.0 You Can (Not) Redo.

La historia del corto resulta una precuela del clásico Nausicaa del valle del viento (1984). Si recordamos la película, ésta nos presentaba en un futuro post apocalíptico donde unos gigantes habían arrasado con toda la civilización. Giant God warriors appears in Tokyo viene a explicarnos lo sucedido en ese momento fatídico mostrando la aparición de una deidad que baja desde los cielos dispuesto a traer la destrucción del mundo.

Es interesante ver las habituales obsesiones de Anno y que parecen repetirse en este cortometraje. Esa obsesión por representar a criaturas, de diseño grotesco, irreal y demoniaco creando unas imágenes inquietantes en ese sentido. Hay un momento en que la criatura abre su boca para lanzar su arma más mortífera y que reduce a Tokyo en cenizas y fuego. Una escena que me recuerda poderosamente a la espectacular secuencia nocturna de Shin Godzilla. Además del obsesivo manejo del encuadre, a la búsqueda de plasmar la enormidad del monstruo a través de planos novedosos y arriesgados.
Se avecina un desastre...

Un ser gigantesco cae desde los cielos.

Dispuesto a destruir la civilización.

El cortometraje resulta ser toda una pieza interesante y llena de imágenes fascinantes. El uso de la voz en off, con una joven haciendo de narradora para el espectador me parece muy acertado, además de esos momentos en los que se parece advertir la próxima amenaza a través de una especie de esporas rojizas las cuales parecen danzar entre los edificios de Tokyo. Y los efectos especiales me parecen extraordinarios, optando por técnicas tradicionales del tokusatsu con maquetas y hombres disfrazados fusionando el CGI de manera excelente en una serie de momentos apabullantes y apocalípticos con decenas de explosiones y edificios derrumbándose.

Giant God warriors appears in Tokyo, aún siendo un cortometraje, resulta un producto que bien vale su visionado. Por su capacidad de crear un ambiente apocalíptico en pocos minutos gracias a una perspectiva visual llena de imágenes fascinantes e inquietantes. Además del aire divino de la historia con un dios cayendo sobre la civilización dispuesto a hacer un reset a la humanidad por los errores cometidos trayendo los "7 días de fuego". La Tierra tardó 7 días en crearse y se destruirá en 7 días. La verdad, uno se queda con las ganas de que este corto hubiera durado algo más (por lo menos que hubiera sido un mediometraje), ya que te quedas con muchas ganas de seguir profundizando en estos gigantescos seres. Estas extrañas criaturas caídas sobre la civilización para castigarnos por nuestros abusos en el planeta. Toda una curiosidad, sin duda y que sirve de precedente total de lo que veríamos después a toda máquina en Shin Godzilla (2016). Iguchi retomaría algunas de estas claves visuales en sus fallidos live-action de Ataque a los titanes (2015).

jueves, 7 de abril de 2022

EL MONSTRUO QUE AMENAZA EL MUNDO (1967)



En 1967 se vivió el año de mayor concentración de kaiju eiga en Japón. Un punto álgido para el género y momento en el que poco después empezaría a caer en desgracia (aunque la saga Godzilla ya llevaba un par de años que apuntaba tímidamente a ello). 1967 fue el año en el que los principales estudios japoneses ofrecieron su propio kaiju. La Toho no iba a ser la única que iba a quedarse con el pastel. Si Toho ofreció El hijo de Godzilla, la Daiei regresaba con la tortuga gigante Gamera en Gaos, el terror de la noche. La Shochiku lanzó la divertidísima The X from outer space (1967) y la Nikkatsu: El monstruo que amenaza el mundo (1967). Súmale además el tremendo éxito que estaba viviendo Ultraman en ese momento y que ofrecía a los espectadores su ración semanal de monstruos por televisión... Buenos tiempos para ser un niño japonés fan del kaiju

El monstruo que amenaza el mundo, como comento, fue un intento de la Nikkatsu por apuntarse al carro de los monstruos gigantes con una película que bebe de Godzilla pero especialmente del Gorgo (1961) de Eugène Lourié. La Nikkatsu, ya con deudas importantes en aquel entonces, utilizó sus influencias para adherirse a un plan de protección del gobierno para que les financiara la película con la excusa de que iba a estrenarse por todo el mundo. Unos espectaculares 500 millones de yenes fueron asignados para la película... que principalmente fueron usados por la Nikkatsu para pagar las deudas de la empresa. Algo que se nota en el resultado final de la película, claro. Aún así el filme disfrutó de un presupuesto algo mayor de lo normal para un kaiju en la época.

En El monstruo que amenaza el mundo, una expedición al océano Pacífico aterriza en una isla tropical donde los nativos adoran a una deidad misteriosa llamada Gappa. Un terremoto abre una caverna subterránea y un reptil que acaba de nacer es descubierto en su interior. Los indígenas advierten a los extranjeros para que no toquen al animal, sin embargo desoyen las indicaciones y se lo llevan de regreso a un zoológico en Japón. Poco después, aparecen dos monstruos gigantes, padres del animal, atacando furiosamente a la ciudad de Tokio dispuestos a recuperar al retoño.

El monstruo que amenaza el mundo es toda una curiosidad dentro del género ya que ha quedado como un oasis en el kaiju clásico quedándose entre las dos grandes sagas de la época como fueron las de Godzilla y Gamera. El filme en general es un trabajo entretenido pero que adolece de diversas limitaciones y tramos desparejos. El tercio inicial en la isla, aunque las ambientaciones isleñas siempre se agradecen en el género, si que acaba resultando mal planificada y de cartón piedra.

El diseño de las bestias Gappa, aunque sea un batiburrillo de varios animales acaban resultando interesantes y bastante vistosillos. Una mezcla extraña de pollos reptilianos alados con capacidad tanto para volar, moverse por tierra o bucear por el mar. Para colmo, los Gappa adultos van armados con un poderoso rayo destructor. El filme ofrece detalles interesantes no muy tocados en el género como la dieta de los monstruos, ya que los vemos alimentarse de pulpos en un momento de la película. El tufo a Gorgo es evidente en el hecho de que el conflicto monstruoso se produce debido a que una cría es robada del hogar para llevarla a un zoológico japonés. Un secuestro que los gigantescos padres responderán con furia y destrucción hasta rescatar a su pequeño. Dicho conflicto más empático y benigno hacia las bestias hace que haya una mínima identificación con ellas.

Unos investigadores llegan a la isla Obelisk.

Allí les advierten de no molestar a la deidad de los Gappa.

Ni caso. Se llevan a la cría Gappa a un zoo.

Los padres no quedan muy contentos...

...y lo destrozarán todo hasta encontrar a su retoño.

Fantástico cartel italiano.
Respecto a la creación de los efectos especiales de la película, ya que la Nikkatsu carecía de un departamento propio para ello tuvo que contratar a los técnicos de efectos de la Tsuburaya Productions (responsables de Godzilla entre muchos otros), los cuales realizaron una muy competente labor en los momentos de destrucción de la cinta aún a pesar de las limitaciones presupuestarias a las que se vieron expuestos. Como detalle curioso, dentro del disfraz de las bestias no iba 1, sino dos técnicos. 

La película la dirige Haruyasu Noguchi, responsable entre otros de la saga de yakuzas y jugadores; Cat Girl Gamblers (1965). Protagoniza Tamio Kawaji, un habitual de las películas de Seijun Suzuki (Tokyo Drifter), además de aparecer actores estrella de la casa como Tatsuja Fuji aparecido en filmes como Stray Cat Rock: Sex Hunter (1970) y famoso después por aparecer en El imperio de los sentidos (1976). El monstruo que amenaza el mundo, pese a su tono rutinario, su ocasional torpeza (ese tramo inicial en la isla Obelisk) e interpretaciones algo perdidas si que resulta una muy simpática muestra de kaiju clásico. Un filme generalmente entretenido lleno de detalles interesantes, desde el diseño de las bestias, hallazgos visuales como presentar los ojos iluminados de los monstruos bajo el agua, una colorida fotografía además de unos muy competentes momentos de destrucción. El clímax final en el aeropuerto, si bien, no acaba de estar bien resuelto a nivel técnico si que acaba siendo hasta emotivo, con el reencuentro de los monstruos y su camino de regreso a casa. 

Toda una curiosidad que se merecía algo más de atención ya que dentro de sus márgenes intenta ofrecer algo más “serio”, alejado de la chiquillada infantil de películas como Gamera. Pese a sus valores, el filme fue recibido con indiferencia, siendo su recaudación bastante moderada, alejando a la Nikkatsu de realizar más kaiju eiga en un futuro. Les irían mejor las cosas con el Roman Porno. La película se estrenó en 1968 en Estados Unidos bajo el título de Monster from a prehistoric planet y pudimos verla en cines en España. Como curiosidad, en 1998, la Shochiku anunció el proyecto de Gappa tai Guirara, en la que el monstruo Gappa regresaría para enfrentarse al pollo alienígena de The X from Outer Space (1967). Finalmente, dicho proyecto quedó en nada.

martes, 5 de abril de 2022

THE RAID (2011)



Cuando todo parece repetitivo y piensas que todo está ya inventado, no te preocupes, siempre aparecerá alguien con talento que logrará contar la misma historia de otra manera o más difícil aún, reinventar un género. El impacto de un filme como The Raid (2011) en el grueso de fans del cine de acción y artes marciales es muestra de ello. Y tuvo que ser un director inglés como Gareth Evans quien, afincado en Indonesia desde hace años, y fascinado por el silat, el arte marcial del país, insistió en dar su punto de vista sobre las artes marciales. El primer intento vino con Merantau (2009), una entretenida cinta de acción que sin ser nada del otro jueves ya presentaba algunas de las claves que luego explotaría en su futura dupla de filmes de The Raid. La cosa aún estaba algo verde, tanto como el joven Iko Uwais, protagonista de dicho filme. Uwais, actualmente ya consolidado como una de las mayores estrellas actuales del cine de acción, fue descubierto por Evans en una escuela de artes marciales y el director, ya desde ese momento, se sintió fascinado por las posibilidades del chico.

Con The Raid, la mejora general respecto a Merantau es brutal. Una propuesta que se entrega a la acción sin tapujos como concepto gozoso, sin intelectualidades ni aspavientos. Hostias como panes y rodadas de la manera más intensa y verista posible.

La película nos mete en uno de los barrios bajos de la ciudad de Jakarta, y en dónde hay un edificio que sirve de refugio para los criminales más peligrosos de Indonesia. Un grupo de fuerzas especiales de élite intentará derribar sus defensas y penetrar en sus entrañas. Pero la operación no sale según lo previsto, y los policías se encontrarán atrapados en el edificio, sin escapatoria posible y rodeados de asesinos y gángsters.

Que se puede decir de The Raid a estas alturas (olvídense del horrible titulo español de "Redada asesina"). Al filme le basta una breve presentación de 5 minutos de su personaje principal, utilizando poquísimos elementos pero suficientes para empatizar con él así cómo con sus circunstancias personales y de repente, somos introducidos en esta redada policial sobrehumana en un edificio de mala muerte poblado por la peor calaña. Una Jungla de cristal (1988) pero de una suciedad y violencia elevada a la enésima potencia con los personajes subiendo de planta en planta y cual videojuego, enfrentándose a peligros mayores. El manejo de la tensión y el suspense está ejemplarmente realizado por Evans, la cual se podría cortar con un cuchillo. Y si nos centramos en las escenas de artes marciales, éstas son extraordinarias. A los que nos gustan las artes marciales estamos acostumbrados a las coreografías espectaculares de Jackie Chan, Donnie Yen, Jet Li... Pero lo que vemos aquí es un punto y aparte en el género otorgando un plus seco y violento al concepto. Aquí hay brazos y piernas partidas, objetos impensables que son convertidos en armas mortales. Añade, además, el prodigioso dominio de la cámara de Evans en las escenas de acción con el operador de cámara prácticamente rodando por el suelo junto a los personajes consiguiendo que cada golpe te duela de verdad. Un uso de la cámara más coreográfico respecto a las escenas de acción y que resulta de lo más acertado a la hora de transmitir aún más dosis de adrenalina.
Un grupo de fuerzas especiales se infiltra en un edificio poblado por los peores criminales.

Pese al sigilo, la situación se sale de control.

Entre los policías se encuentra el joven Rama, el cual tendrá que ingeniárselas para sobrevivir.

Aquí las hostias duelen mucho.
Frente a la escalada constante de la acción que ofrece The Raid si que he de comentar algún aspecto negativo. Me rechinó un poco, por ejemplo, que se introdujera la subtrama del hermano de Uwais a mitad de metraje. Soy consciente de que tal vez Evans buscara un mínimo de desarrollo o conflicto emocional más allá de ofrecer simplemente 100 minutos de acción desenfrenada pero, esta decisión narrativa en concreto, me sacó un poco de la película además contando con la enorme casualidad de dicho encuentro en tales circunstancias.

Si bien, a pesar de ello, The Raid es un clásico moderno del género y un antes y un después para el mismo. Un conjunto vibrante y festivo, sin pretensiones, contundente y de ritmo imparable. Un filme de entorno y ambientes cínicos y en el que no puedes dejar de gritar y aplaudir frente a tales "mandobles" y "tullinas" de la mano de un protagonista tan competente como Iko Uwais. El trabajo de montaje y de cámara es impoluto sabiendo crear una tensión insoportable con los mínimos elementos, otorgando, además, un prisma diferente a las escenas de acción sumándole una violencia dolorosa y seca. Una fiesta de película.

El filme tuvo una secuela igual de extraordinaria en 2014 y en donde se quiso dar una mayor profundidad a los personajes y el mundo por el que se mueven. A pesar de los rumores de una tercera parte ésta se encuentra continuamente retrasada, lo cual me hace dudar de que llegue a hacerse algún día. Si bien, no nos preocupemos, porque tenemos a directores como Timo Tjahjanto que han cogido el relevo de Evans siguiendo el mismo estilo de acción con la muy entretenida Headshot (2016) o la espectacular The night comes for us (2018).