CRÍTICAS PELÍCULAS

domingo, 26 de marzo de 2023

(HARU) (1996)


Dentro del cine japonés, la década de los 90 está considerada como una época de renovación, una nueva ola de filmes y directores con ideas nuevas y refrescantes que abandonaban esos años de decadencia situados en los años 80 donde los grandes estudios se vieron en verdaderos aprietos económicos. Unos años de expansión con directores como Takeshi Kitano, Sabu o Shunji Iwai ofreciendo unos trabajos personales que además triunfaban y maravillaban en festivales internacionales. El mercado del V-Cinema seguía imparable sirviendo además de excelente cantera para que jóvenes directores dieran sus primeros pasos antes de dar el salto al cine.

El filme que nos ocupa hoy está dirigido por un director con solera como es Yoshimitsu Morita. De trayectoria bien variada y movida desde inicios de los años 80 donde coqueteó con el Roman Porno (Pink cut: Futoku aishite fukaku aishite (1983)) aunque, pronto, su cine derivó hacia otros caminos como la comedia cargada de mala leche de The Family Game (1983), la comedia adolescente de Main Theme (1984) o el drama romántico de Kitchen (1989). Un director interesante que encuentra, a opinión personal, su mejor trabajo en (Haru) (1996), del cual también se encarga del guión.

Dos jóvenes, Hoshi y Haru, se encuentran online a través de un foro sobre cine. Pronto se interesan el uno por el otro y empiezan a enviarse correos electrónicos donde empiezan a confesarse sus secretos, miedos y frustraciones diarias.

(Haru) es una conmovedora historia de amor que encuentra en los nuevos formatos digitales como los chats, los foros de internet o el e-mail, como una forma de expresión y de contar historias. En una manera que me recordó a los mundos digitales de Todo sobre Lily (2001), aunque adelantándose cinco años, lo que puede parecer un varapalo para el espectador a la hora de enfrentarse a dos horas de metraje, se convierte en su mayor fortaleza utilizando constantemente los textos virtuales para ir relatando una emocionante y preciosa historia de amor de dos personas llenas de frustraciones y traumas personales. 

Dos personas solitarias que se encuentran por casualidad en un foro sobre cine y donde en base a chats y e-mails van mostrando poco a poco lo más profundo de su ser. Su soledad, sus frustraciones laborales o sus problemas de pareja, a la vez que su relación va tornándose más íntima aún con la dificultad de no poder verse a lo largo de toda la película. En este sentido es muy interesante realizar el experimento de comparar producciones indigestas de Hollywood como Tienes un e-mail (1998) con el presente filme. Las comparaciones son odiosas pero es notable observar las diferencias de tono e intenciones de (Haru) siendo éste un filme de aire melancólico, pausado, sutil y que poco a poco logra llegar a lo más profundo de tu corazón removiendo tu ser sin haberte dado cuenta y de la forma más sencilla.

La mayor pasión de Haru es el fútbol americano pero lo dejó debido a sus problemas de salud.

Conoce a Hoshi a través de un foro sobre cine y comienzan a enviarse e-mails.

Su relación irá haciéndose cada vez más íntima.

Junto a la avalancha de e-mails de Haru y Hoshi vamos viendo de manera paralela las grises vidas de estos dos jóvenes y en este sentido destaca la interpretación de su pareja protagonista. Seiyo Uchino, quien interpreta a Haru, un joven con un trabajo aburrido, que ha tenido que dejar su mayor pasión, como es el fútbol americano, debido a sus problemas de salud. A Uchino lo veremos en otro de los trabajos de Morita como es The Black House (1999) o en First Love (2019) de Takashi Miike. Si bien, quien se lleva toda mi fascinación es Eri Fukatsu. Preciosa, frágil, vulnerable pero valiente mujer, intentando superarse como persona enfrentándose a trabajos de diversa índole a la vez que intenta olvidar una muerte pasada. Fukatsu también disfruta de una larga trayectoria en cines con ejemplos tales como Bayside Shakedown (1998), Villain (2010) o Survival Family (2016). Aunque lo que aquí desprende la actriz es pura luz.

(Haru) es un drama romántico bello y sutil, que innova en su forma de abordar el romance, modernizando a través de las nuevas tecnologías la forma de comunicación romanticona. Del correo postal a los correos electrónicos. Un filme que presenta con sencillez las vidas de unos personajes solitarios y que atraviesan con dificultades pero con entereza los obstáculos de la vida diaria. De un uso de la cámara delicado, a veces invisible, con una banda sonora notable que refuerza el aire melancólico de la propuesta con piezas a piano a la vez de temas más movidos con influencia del swing. Se dejan entrever detalles interesantes como que, aún en unos usos incipientes del chat y el e-mail, hombres y mujeres no pueden evitar mentir al otro mostrando una cara falsa a los demás para aparentar lo que no es. La película sabe guardarse varios giros de guión, pequeños, pero suficientes para sacarle a uno la sonrisa.


(Haru) ha sido todo un descubrimiento la mar de gratificante para el que esto escribe. Un filme que le ha llegado al corazón gracias a su tono y relación entre sus protagonistas en una película deliciosa, capaz de crear un pequeño universo en el que uno desea estar. Uno de los dramas más interesantes y destacables del cine nipón de los 90. La película ganó algunos premios como "Mejor actriz" (para Fukatsu) y "Mejor guión" en los Yokohama Film Festival 1997 o "Mejor Director" en los Hochi Film Awards 1996.

lunes, 20 de marzo de 2023

BLIND BEAST (1969)


Yasuzo Masumura es uno de los directores más destacados de la historia del cine japonés y un director, creo, injustamente olvidado en occidente en favor de los míticos e intocables como Akira Kurosawa, Mizoguchi y Ozu. Masumura, alumno de Luchino Visconti, e influenciado por el neorrealismo italiano y las nuevas olas inicia en Japón su andadura como director con obras capitales como Kisses (1957) o La muchacha bajo el cielo azul (1957) con quien ya contaba en su reparto con su musa Ayako Wakao, quien trabajaría en numerosos filmes del director.

Unos primeros trabajos englobados en el nuevo cine juvenil o el Sun Tribe pero lejos de querer encasillarse en dicha moda, el cine de Masumura pronto vira hacia otras vertientes apasionantes en donde su estilo va por caminos imprevisibles y siempre con una obsesión por retratar la perversidad humana, tanto desde un punto de vista sexual como del propio sistema social japonés. 

Es habitual encontrarse en los filmes de Masumura personajes con motivaciones dudosas y perversas o bien historias de una persona enfrentándose en solitario contra el sistema destapando las miserias del poder japonés y su sociedad. A Wife Confesses (1961), Irezumi (1966), Manji (1964), La mujer de Seisaku (1965) o Red Angel (1965) son obras capitales de su filmografía y ejemplos de obligado visionado para todo amante del cine. Si bien, es una de sus obras más radicales y atrevidas la que ha quedado como uno de sus trabajos más recordados. Estamos hablando de Blind Beast (1969).

Un escultor ciego obsesionado con la "belleza" de la piel femenina, Michio, vive recluido junto a su madre en un estudio lleno de reproducciones parciales o totales de mujeres. Decidido a crear su obra magna, secuestra a una bella modelo, Aki y la retiene hasta que esta accede a posar para él.

Blind Beast (1969) es con derecho propio uno de los mayores clásicos del cine japonés de los 60. Una obra radical y que pone contra las cuerdas al espectador con un relato que se adentra en caminos de pura perversión y sexo enfermo. Masumura ya llevaba varios trabajos adaptando libremente historias del célebre Edogawa Rampo, escritor polémico y responsable del llamado "eroguro" (erotismo grotesco), una respuesta crítica y desafiante a la censura y a los temas tabú de Japón en lo referente al sexo y a la violencia. Tras el erotismo de Red Angel protagonizado por tullidos y afectados por la guerra, en Blind Beast esto se lleva un paso aún más allá logrando un resultado perturbador.

Michio, un escultor ciego obsesionado con la belleza femenina, ve en Aki la creación de su obra magna.

Aki acaba secuestrada en el peculiar estudio de los horrores de Michio.

Los días allí cada vez son más tensos...

La pareja se entregará a un amor irracional y enfermo con el sadomasoquismo como protagonista.

Blind Beast logra adentrarnos en un mundo de pesadillas y sin duda es una propuesta insólita y original. Con solo 3 personajes (el escultor, su madre y la modelo) y unos mínimos escenarios a Masumura le basta y sobra para adentrar al espectador en un mundo agónico y asfixiante ayudado por una ambientación arty surrealista. El estudio de Michio, el escultor, es digno de un Salvador Dalí extremo, lleno de cuerpos femeninos desnudos gigantes esculpidos en la sala y en paredes logrando una sensación inquietante e incómoda. 

Así, esa relación y reflexión entre artista y su obra de arte se antoja interesante y rica en lo que ayuda sus fascinantes personajes. Michio (Eiji Funakoshi), ciego pero que debido a su discapacidad ha logrado tener un sentido del tacto más que fino es un artista de múltiples represiones, de madre sobreprotectora (fantástica Noriko Sengoku) y obsesionado con su propia obra. Mako Midori (Aki) está estupenda y tremendamente sensual en un personaje que pasa por diferentes fases. Siendo primero forzada a un presidio, para ir poco a poco sintiéndose interesada en Michio y la fascinación que él siente por ella con lo que poco a poco irá entregándose a su cometido artístico. Un elemento que la madre de Michio verá como una amenaza para la estabilidad de ella y su hijo.

La tensión entre los tres crecerá provocando que el propio Michio mate a su madre, para posteriormente, dándose cuenta de lo que ha hecho y a la manipulación a la que ha sido sometido por Aki, agredirá sexualmente a esta. Un momento incómodo pero que no es baladí, habiendo un cambio en las motivaciones de sus personajes quienes se entregarán al fin del arte en una relación en el que buscarán las posibilidades sensoriales del cuerpo en una carrera cada vez más extrema y autodestructiva. El torrente de brutalidades (mayoritariamente en unos acertados e inquietantes fuera de plano) que podemos ver en el último tramo de Blind Beast se antoja inolvidable e increiblemente perturbador a partes iguales.

Bind Beast es una de las cimas de una filmografía magnífica como es la de Yasuzo Masumura con la que es, quizás, su obra más recordada por todos sus perturbadores momentos. Si logramos no quedarnos con esto, asistimos a una rica reflexión sobre el arte, el artista y su obra, el poder del sexo femenino y un aspecto muy interesante como es el triunfo de la búsqueda del placer o de las motivaciones individuales (aún a costa de la propia autodestrucción) como respuesta insurgente frente a un país que desde el sistema se obliga al pensamiento de colmena. A ser una masa casi sin pensamiento y donde toda individualidad parece querer ser destruida (otra de las constantes del cine de Masumura). Un mensaje que da colofón a una década de grandes movimientos sociales y manifestaciones como fue la de los 60 en Japón.

Planos magníficos como el de los personajes caminando a través de la escultura de esa mujer gigante desnuda o el inolvidable tramo final del filme confluyen en una película difícil de olvidar y que al acabarla ya no serás el mismo.

martes, 14 de marzo de 2023

BLUE SPRING (2001)


La crisis económica golpeó de una manera feroz a la población japonesa durante los años 90 y parte de los primeros 2000. Dentro de ese clima de pesadumbre uno de los sectores más afectados fue el de los jóvenes, presos de un presente y sobretodo un futuro sin oportunidades ni aspiraciones. Unos años en donde el acoso escolar, la violencia adolescente o los suicidios crecieron de una manera notable, algo que el cine del país plasmó de forma incisiva durante la década en una corriente de filmes de tono nihilista, desesperanzador y triste. Shunji Iwai radiografió de manera muy acertada a la juventud japonesa de los 90 en obras como Picnic (1996) o Todo sobre Lily (2001). Su amigo Hideaki Anno plasmó de manera excelente las ansiedad y depresiones de esta generación perdida en su Neon Genesis Evangelion (1995) o Love & Pop (1998), la cual exploraba el fenómeno del enjo kosai. Harmful Insect (2001), The Blue Light (2003), Battle Royale (2000) o ejemplos del V-Cinema verdadera y horripilantemente nihilistas como Fudoh: The New Generation (1996) de Takashi MiikeGirl Hell 1999 (1999)... hay decenas de ejemplos cinematográficas que captan la desesperación y depresión de la juventud japonesa de la crisis. Si bien, uno de los casos más singulares de esta corriente es la fundamental Blue Spring (2001).

La historia de Blue Spring se desarrolla en un instituto para chicos, concentrándose en un grupo de ellos en su último año en el instituto antes de su ingreso en la universidad, quienes van a decidir su próximo líder a través del juego de las palmadas. Agarrados a la barandilla del tejado de la escuela, quien dé más palmadas sin caerse, se convierte en líder del grupo y del instituto.

Blue Spring fue uno de los primeros filmes japoneses que pude ver en mi adolescencia y me marcó especialmente y con razón. El filme captura excelentemente ese clima de crisis total, tanto económica como de valores y falta de perspectivas vista desde el punto de vista de los jóvenes. Es una película que supura puro espíritu punk, dándole una vuelta a esos filmes de rebelión estudiantil de los años 70 pero añadiendo una capa de realismo y dureza en sus sucios ambientes así como en la plasmación de la violencia.

Uno de los puntos más satisfactorios es ese nihilismo que se respira en el filme y que transmiten sus protagonistas. Unos personajes que parece que lo tienen todo perdido, envueltos de un estado de apatía y que apenas dan valor a sus propias vidas visto ese juego peligroso y mortal en la azotea del instituto para intentar ganar la hegemonía del edificio, al parecer el único espacio que aspiran a conquistar antes de dejarlo y adentrarse en el oscuro mundo adulto. El elemento más icónico de Blue Spring son las escenas en las que los personajes realizan ese juego de liderazgo en la azotea, plasmada desde la cámara de manera excelente con un uso de los planos aéreos y los contrapicados modélico, sumado a lo realmente peligroso del asunto para los actores ya que parece no haber ningún truco de por medio. La magia del cine...

El ritmo del filme es cadencioso y casi da la sensación de ser casi un documental con una cámara que se cuela en espacios privados en el mundo de estos adolescentes. La plasmación de los ambientes del instituto es seductora, con un edificio marginal, dejado y en indigencia lleno de suciedad y grafitis, donde los profesores poco tienen que hacer. El tono de Blue Spring pese a anclarse en la realidad no deja de contener cierto aire mágico o de fábula cruel donde, en un relato de plena violencia, también hay espacio para plasmar una bonita pero triste historia de amistad entre sus protagonistas.

Un instituto como uno cualquiera... Un juego peligroso para decidir el líder del edificio.

La violencia campa a sus anchas en el centro.

La lucha por la hegemonía del lugar se intensificará...

La representación de su violencia también marca al espectador, realizada de una manera seca, dura y sin contemplaciones. Hay escenas en ese sentido para el recuerdo y que duelen al verlas como ese momento con la genitalia de un estudiante siendo machacada con un bate de béisbol o cuando otro alumno es pateado en la cabeza mientras muerde entre los dientes una lata de cola cola. Todo este clima lo apoya una sensacional banda sonora de tintes punk-rock de parte de la banda Thee Michelle Gun Elephant, cuyas canciones están bien presentes en los momentos clave del filme.

Blue Spring viene dirigida por Toshiaki Toyoda, quien también realiza el guión del filme el cual adapta el manga de Taiyou MatsumotoToyoda debutó con Tokyo Rampage (1998) y en sus inicios parece especializarse en temáticas con esta nueva juventud nipona abocada a la violencia y siendo caldo de cultivo para un futuro en la yakuza. Resulta curioso el hecho de que Toyoda fue arrestado en 2005 por ser encontrado en su domicilio con 4 gramos de cocaína por lo que le cayeron 7 años de cárcel. Con esta detención vino la cancelación de su página web así como del estreno de su Hanging Garden (2005). Tras este varapalo, su trabajo ha continuado hasta nuestros días encargándose, curiosamente (debido a contener ambientes y premisas parecidas a Blue Spring), de la dirección de Crows 3 (2014).

En el reparto de Blue Spring destaca el protagónico de Ryuhei Matsuda, actor de abultada filmografía y que pudimos ver en trabajos de Takashi Miike como Big Bang Love Juvenile A (2005) o en cintas como Love Ghost (2001). Sosuke Takaoka también es un habitual de Miike apareciendo en filmes como 13 asesinos (2010) o Crows (2007) además de la fundamental Battle Royale (2000).

Blue Spring es un pequeño clásico del cine independiente japonés de inicios del milenio. Un retrato brutal en un instituto japonés en guerra, con jóvenes sin perspectivas y abocados a la autodestrucción en un conjunto fresquito, de 80 minutos, en un visionado que deja huella gracias a una planificación narrativa con numerosos momentos poderosos visualmente.

“Todas las flores acaban por marchitarse y hay flores que nunca florecen”

lunes, 27 de febrero de 2023

ULTRAMAN DECKER FINALE: JOURNEY TO BEYOND (2023)


Ultraman Decker (2022), la última de las series del personaje hasta el momento, fue una pequeña sorpresa siendo un estupendo entretenimiento que se guardaba unos cuantos ases en la manga. Giros de guión que me pillaron desprevenido, un villano interesante, unas batallas espectaculares... y que ayudan a que la serie sobresalga, aún a pesar de contar más o menos lo mismo de siempre. Un mes después del fin de la serie nos llega Ultraman Decker Finale: Journey to beyond (2023), una película que, más que concluir la serie, supone una nueva aventura de los personajes de Decker con algunas novedades de lo más jugosas.

La película nos situa después de los acontecimientos que cerraron la serie, con los miembros de GUTS-Select, Asumi, Ryumon y Kirino, afrontando sus planes de futuro hasta que una invasión alienígena desestabiliza el planeta. El causante es el Profesor Gibelus, un ser cuya ocupación favorita es invadir planetas para encontrar la manera más hermosa de invasión y destrucción. Todo un señor. Si bien, una invitada inesperada se unirá a la batalla. Una joven muchacha con capacidad para convertirse en: ¡Ultraman Dinas!

Ultraman Decker Finale: Journey to beyond, supone una notable mejora respecto a la película que pudimos ver el año pasado y que concluía Trigger (Ultraman Trigger: Episode Z). No soy muy amante de estas películas que estiran el chicle de la serie de turno ya que suelen no aportar mucho más a lo ya contado. Si bien, el presente filme, aún contando la enésima invasión extraterrestre comandada por un genio del mal y sus ridículos vasallos (unos masillas con las pintas de diversos monstruos clásicos de la franquicia) presenta elementos a tener muy en cuenta y que la elevan a un producto la mar de disfrutón y entretenido. 

Sin duda, el gran acierto del filme es el personaje de Dinas. ¡Por fin tenemos a una chica que se transforma en Ultraman (o Ultragirl) y que está plasmada de una forma algo seria (sin absolutas chorradas como esa Ultrawoman Grigio de Ultraman R/B (2018))! Ultraman Dinas y su actriz, Kayano Nakamura, son de lo mejor de este filme y el carisma del personaje es notable así como su química con Asumi/Decker. Su fondo tiene un mínimo de interés ya que es una alienígena de otro planeta el cual fue destruído por el Profesor Gibelus naciendo en ella el deseo de ayudar con su poder a otras civilizaciones. ¿Y cómo consiguió sus poderes de Dinas? ¡Gracias al mismísimo Ultraman Dyna!

Por desgracia y tras un entretenido primer tramo, el filme se va hundiendo progresivamente hacia el aburrimiento con escenas bastante pobretonas protagonizadas por los terribles masillas alienígenas, invitados que incomprensiblemente se unen a la fiesta para ayudar como Alien Metron o Grace... Si bien, el filme vuelve a volar en su tramo final con la batalla contra el bicharraco de turno realizada de manera espectacular. La película se guarda sabiamente el regreso de Ultraman Decker hasta el final dejando un buen y acertado protagonismo a Ultraman Dinas pero cuando Decker regresa el momento está llevado con una carga emocional muy notable coronado con una batalla en el espacio exterior espectacular.

Asumi se encuentra con una muchacha misteriosa luchando contra unos aliens extraños.

¡El profesor Gibelus someterá la Tierra!

La muchacha resultará ser... Ultraman Dinas.

¿Podrán vencer a la amenaza? ¿Volverá Decker?

Ultraman Decker Finale: Journey to beyond (2023) no inventa la rueda pero es un producto que se disfruta de la misma manera que se disfrutó la serie madre. Aún con su pereza argumental, se guarda algunos ases en la manga muy disfrutables y otros absolutamente novedosos. La presencia tan agradecida de Ultraman Dinas, lo simpático de sus personajes principales los cuales se enfrentan a su futuro con dudas y conflictos, Asumi enfrentándose a su destino y cerrando un círculo al volver a obtener la luz que lo devolverá a Decker... 

El filme tiene además un mínimo de trabajo de escenografía, uso de la luz y espectacularidad que le da un mínimo de seriedad cinematográfica guardándose algunas escenas impolutas de efectos especiales como el gran clímax final. Ojo por eso a esa alucinante set piece situada en esa especie de dimensión paralela con los personajes perdidos en medio de asteroides y monstruos. Delirante y espectacular a partes iguales por lo sobrada que resulta.

Y a partir de aquí unas reflexiones que vienen cargadas de ¡¡¡SPOILERS!!!

El final del filme con Asumi y Dinas adentrándose en el espacio en un viaje incierto, nos da qué pensar cerrando de forma muy acertada la paradoja temporal que es toda Ultraman Decker. Y es que si en la serie Ultraman Decker viajaba al pasado hasta encontrar a Asumi, para después volver al futuro al finalizar su misión, en el filme, vemos un presente con Dyna traspasando la luz a Dinas, la cual hará lo propio con Asumi al morir éste, creando a un nuevo Ultraman Decker. Por lo que dicho plano final con Asumi y Dinas (con cierto cosquilleo romántico entre ellos) de viaje espacial nos cierra que, seguro, sus descendientes darán lugar al Decker del futuro que conocimos en la serie.

Y tras los créditos finales se nos hace un pequeño adelante de la siguiente ultra-serie. El nuevo héroe es Ultraman Blazar y por el tono del teaser parece que la serie tendrá un aire algo más oscuro y adulto. Espero no equivocarme.

miércoles, 22 de febrero de 2023

THE WANDERING MOON (2022)



Lee Sang-Il es uno de los directores más interesantes del Japón de nuevo milenio. Desde su debut en 2002 con Border Line, suele tratar temáticas bastante arriesgadas que ofrecen un fresco social interesante y crítico con el Japón actual. Unos trabajos que además se suelen saldar con éxito de público como Hula Girls (2006) o Villain (2010). Pasando por ese extraño (por innecesario) pero remarcable remake del Sin Perdón (1992) de Eastwood, convertido en Unforgiven (2013), su cine, en estos últimos años, parece querer ir más lejos llevando al espectador a terrenos cada vez más incómodos pero estimulantes como la muy notable Rage (2016) o el filme que nos ocupa hoy: The Wandering Moon (2022).

El filme cuenta cómo en un parque, en una tarde lluviosa, un estudiante universitario de 19 años, Fumi, ofrece un paraguas a una niña de 10 años empapada, Sarasa. Al darse cuenta de su renuncia a irse a casa, Fumi la deja quedarse en su casa, donde pasa los próximos dos meses en paz. Se toman de la mano y parecen haber encontrado finalmente su lugar en el mundo hasta que arrestan a Fumi por secuestro. Quince años después, los dos solitarios se reencuentran, ambos aún sufriendo el estigma de ser víctimas y perpetradores de "un caso de pedofilia".

Como he comentado, Lee Sang-Il suele adentrarse en terrenos algo peliagudos en sus trabajos, si bien al ser producciones amparadas en grandes estudios como Toho, el director tenía que cortarse algo en sus planteamientos. Esto no pasa con The Wandering Moon (también conocida simplemente como Wandering), y quien la productora GAGA, da libertad creativa a Sang-Il para así poder permitirse llegar lejos y volar alto. 

The Wandering Moon es un drama orquestado de manera ejemplar y que pone contra las cuerdas al espectador, desafiándole (aún a costa de crear rechazo) a querer empatizar con un protagonista supuestamente pederasta y su víctima la cual quiere estar junto a él para retomar un pasado en el que vivieron, quizás, los días más felices de sus respectivas vidas. El filme es tremendamente rico tanto en la psicología de sus personajes como en el fresco social del Japón actual tan duro que se realiza con un machismo feroz, violencia de género, abusos sexuales centrando su mirada en el papel de la mujer nipona y la presión a la que se ve sometida en la sociedad. Al final presenta la idea de que si eres diferente en Japón, o escapas del modelo social aceptado, los prejuicios y la presión de la masa acabarán por destrozarte.

Lee Sang-Il se suele rodear de grandes repartos (Ken Watanabe, Aoi Miyazaki, Satoshi Tsumaboki...) y aquí no es la excepción siendo su pareja protagonista uno de los grandes puntos fuertes de la cinta. Suzu Hirose, quien ya aparecía en el anterior trabajo de su director, Rage (2016), ofrece una interpretación verdaderamente sobresaliente, de una madurez fuera de toda duda y conmovedora hasta el hueso. Una joven con inquietudes que se salen de la norma de lo que debería ser la mujer modelo japonesa (todo lo que se aleja de quedarse en casa a cuidar del marido), de traumas sexuales pasados y que en el presente vive una relación tóxica con una pareja que acabará maltratándola. 

La verdad es que Lee Sang-Il parece empeñado en hacerle putadas a los personajes de Hirose. Si en Rage la pobre muchacha era violada por unos norteamericanos, aquí es víctima de una terrible paliza perpretada por su pareja, en una escena que duele en el alma. Cómo ha crecido, en todos los sentidos, la jovencita que vimos en Nuestra hermana pequeña (2015) de Kore Eda, convertida ahora en uno de los rostros más destacables del presente cinematográfico nipón. Fumi, el supuesto pederasta, interpretado por Tori Matsuzaka (Last of the Wolves (2021)), realiza un papel complicadísimo y sobresale con una actuación de gran sutilidad y pausa a un personaje torturado, maltratado y que nos hará dudar de sus intenciones hasta el catártico final del filme.

Fumi, un estudiante universitario, acogió en su casa a Sarasa, una niña de 10 años. Fumi acabó detenido.

15 años después los dos se vuelven a encontrar.

Se enfrentarán a la incomprensión y maltratos de los que están a su alrededor.

Técnicamente el filme es una delicia. Su trabajo de fotografía es excepcional, obra del gran Hong Kyung-Pyo, responsable de Burning (2018) o Parásitos (2019), generando grandes momentos a lo largo de todo el filme. Me quedo con esa captación semi nocturna de lo cotidiano de las calles japonesas, que me atraparon y me sedujeron poderosamente. 

Así, The Wandering Moon es un ejemplar filme en todos los sentidos, cuyo silencio en festivales internacionales o canales oficiales asiáticos me resulta incomprensible. Un trabajo de una fuerza y belleza visual fuera de toda duda, de reparto excelente, bellísima banda sonora, en una obra además nada complaciente, que se arriesga a crear rechazo y que desafía al espectador con una temática sin duda compleja y complicada. Traumas sexuales, machismo, violencia de género, el estado social del Japón actual, los prejuicios, la incomunicación o la soledad son tratados de una forma conmovedora y rica en matices. Todo lo presentado convierte a The Wandering Moon como uno de los mejores filmes japoneses de estos últimos años y el mejor trabajo de un director con solera como es Lee Sang-Il.

Escenas como la desesperada huída hacia ninguna parte de Sarasa después de ser golpeada por su novio, el recuerdo de la captura policial de Fumi en el lago, el mismo Fumi desnudando su alma y cuerpo a Sarasa... son momentos que se me quedarán grabados en la retina por su gran fuerza. Pero por encima de todo me quedo con el plano final del filme y que cuenta con Suzu Hirose como protagonista. Un plano que transmite tanto y que rezuma sexualidad, amor y alma por todos sus poros, realizado además con la máxima sencillez. Para quitarse el sombrero.

martes, 7 de febrero de 2023

ULTRAMAN TIGA & ULTRAMAN DYNA: WARRIORS OF THE STAR OF LIGHT (1998)


En 1996, nuestro superhéroe galáctico favorito regresó al redil tras años de ausencia en las televisiones niponas y con éxito renovado. La querida Ultraman Tiga (1996) generó toda una serie de nuevos productos de la franquicia. La inferior, aunque igualmente entretenida Ultraman Dyna (1997) continuó la senda dejada por Tiga. No olvidemos que la presencia de Ultraman no se limitó a las series sino que se quiso dar toda la continuidad posible al tirón de la serie que estuviera emitiéndose en ese año con películas que contaban nuevas aventuras del Ultraman de turno o conclusiones finales cinematográficas de la serie en cuestión. Ultraman Tiga contaría con varias películas de este tipo como Ultraman Tiga: The Final Odissey (2000), una estupenda conclusión a la trama dejada por Tiga. Ultraman Dyna también protagonizaría varias películas, entre ellas la que nos ocupa hoy: Ultraman Tiga & Ultraman Dyna: Warriors of the Star of Light (1998).

La película da inicio en la Luna, cuando un monstruo aparece para aterrorizar a nuestros héroes de Super-GUTS. Ultraman Dyna aparecerá en la batalla pero cuando su derrota está cerca, una enorme máquina hace acto de presencia cargándose de una sentada al bicho con su rayo de la muerte. El robotaco es el Deathfacer, una creación de la organización TPC (la cual forma Super-GUTS) con el objetivo de ser el arma definitiva de la humanidad para así no depender de Dyna. Aunque el robot, por supuesto, acabará fuera de control y en contra de sus creadores al ser dominado por una raza alienígena, los Alien Monera, quienes tienen muchas ganas de quitarse a la humanidad de en medio. Asuka (el alter-ego de Dyna) hará frente sus miedos y se enfrentará una vez más al Deathfacer consiguiendo vencer, provocando los enfados de los alienígenas que se unirán hasta convertirse en un enorme monstruo tentacular que logrará matar a Dyna, pero... un nuevo invitado a la fiesta hará acto de presencia para echar una mano al asunto... ¡Tiga!

Ultraman Tiga & Ultraman Dyna: Warriors of the Star of Light funciona como un capítulo estirado de la serie con algo más de presupuesto. Gran parte de su impacto reside en si eres tanto conocedor de Ultraman Tiga como seguidor de Dyna ya que la película está situada cronológicamente entre los episodios 26 y 27 de Dyna. Así que se da por sentado que conoces a la perfección a los personajes y sus motivaciones, por lo que si no has visto ni un episodio de estas dos series te sentirás inicialmente bastante perdido o confuso en determinados momentos.

Como digo, gran parte de estas películas de Ultraman salidas a rebufo de la serie en curso no suelen aportar mucho y en muchas ocasiones su empaque técnico es algo sonrojante siendo sus resultados más propios de un simple episodio alargado para televisión que no un largometraje para cines con un mínimo de empaque. Si bien, Ultraman Tiga & Ultraman Dyna: Warriors of the Star of Light(1998) se erige como uno de los filmes del personaje más entretenidos y disfrutables con un ritmo constante y cierta seriedad en general que la apartan de lo infantiloide que era en bastantes ocasiones Ultraman Dyna, emparentándola de alguna manera con el serio y solemne final de la serie, que aun estaba por llegar.

Dyna vs Deathfacer
Se adentra en temas interesantes como es ese creciente militarismo y fascismo de la organización TPC que desconfía de Ultraman como aliado de la humanidad y pretenden construir la arma más potente posible como defensa de la Tierra. El robotaco Deathfacer tiene un diseño acertado y resulta temible (y tendrá un homenaje en la nueva Ultraman Decker de 2022, con el robot Terraphaser), siendo un robot que se volverá en contra de sus creadores al ser dominado por los Alien Monera. 

Es interesante, además, que el plan pasa por robarle la energía y conocimientos de Ultraman, engañando a Asuka y pasando así esta energía al robot. Los miedos tanto de Asuka como Dyna de ser destrozados por este robotaco también es un elemento interesante, ya que no es tan habitual en la franquicia que Ultraman sienta pánico o estrés post-traumático por un enemigo. El peso del grupo de héroes de Super-GUTS es justillo pero aceptable destacando esa bonita interacción entre la alegre Mai y Asuka. Siendo Dyna una continuación de la anterior Tiga, personajes de esta última hacen acto de aparición, teniendo un peso importante en el asunto la capitana Iruma. Todo un placer reencontrarse con este personaje y quien la actriz Mio takaki logra darle un aire algo triste. Los cameos no acaban aquí, habiendo una aparición muy especial en el final del filme en este sentido.

Queen Monera hubiera hecho las delicias de Lovecraft
Tiga, tal y como reza el título del filme, también hace acto de presencia. Aún sabiendo guardar su aparición hasta el final haciendo subir las expectativas del espectador, sus únicos 5 minutos de cuota de pantalla saben a bastante poco, por desgracia. Además, habiendo como había acabado el héroe en el final de su serie, la forma que tienen de devolver al personaje es algo cogido con pinzas. Si bien, es una excusa argumental (uno más de los constantes deus ex machina de la franquicia) algo salvable si lo comparamos con las forzadas apariciones del héroe en futuras ultraseries.

A nivel de efectos especiales hay una evolución evidente respecto a la serie madre encontrándonos con un estilo en general bastante cinematográfico, que se agradece, y unos momentos de destrucción y batallas muy espectaculares. Los disfraces tanto de Ultraman como de los monstruos enemigos están muy bien traídos siendo estilizados y con un sensación de movimientos fluída. Y el acto final concentra momentos espectaculares, con la aparición de ese monstruo extraterrestre ridículamente gigantesco, la Queen Monera y que es prácticamente un primo hermano de Cthulhu, y con quien se logran potentes momentos visuales, especialmente cuando se juega con la perspectiva. Si bien, la batalla final de Tiga y Dyna contra el monstruo acaba sabiendo a poco, por la "facilidad" con la que se quitan de en medio al bicho.

Aún con sus cosas, Ultraman Tiga & Ultraman Dyna: Warriors of the Star of Light resulta bastante recomendable para el fan del personaje. Un filme de 67 minutos que presenta ideas interesantes (y que serían exploradas en el final de serie de Dyna) y un ritmo constante con muchos momentos de destrucción y batallas. Aún con sus momentos melodramáticos que le sacan a uno del filme, sus chromas y algunos fondos digitales que le hace a uno sangrar los ojos o ciertas decisiones de guión algo justillas, en general es un muy entretenido filme y que bien vale la pena para pasar una tarde distraída de domingo.

martes, 24 de enero de 2023

ULTRAMAN DECKER (2022)



La ultra-franquicia no se detiene. Desde 2013, que dieron comienzo las nuevas series del personaje con sus New Generation Heroes (nuevos héroes para una nueva generación) con Ultraman Ginga, el éxito del personaje sigue. No olvidemos la jugada maestra que realiza Tsuburaya Productions desde hace unos años, colgando cada semana, legalmente, en su canal de Youtube, los nuevos episodios de la serie que esté en curso. Una decisión excelente que les ha abierto al mundo y ha hecho descubrir para muchos el universo de Ultraman. Ultraman Trigger (2021), pese a que, personalmente, me pareció muy entretenida, no acabó de gustar entre el fandom pudiendo encontrar verdaderos odios indiscriminados hacia la misma y hacia su héroe Kengo Manaka. El pobre Raiga Terasaka hasta tuvo que soportar alguna que otra carta amenazadora de algún fan un poco desquiciado. Lamentable. Pero la maquinaria no se detiene, y en 2022 llegó la nueva ultraserie: Ultraman Decker (2022).

¡Deckeeeeeeer!
Decker continua los hechos de la anterior Trigger, y si ésta última funcionaba como 25 aniversario de la celebrada Ultraman Tiga (1996), Decker haría lo propio con los 25 años de Ultraman Dyna, pero jugando con algunos elementos que la situaran como un producto con entidad propia.

La serie nos situa 8 años después del final de Trigger cuando el planeta Tierra es atacado por unas criaturas alienígenas y extrañas llamadas Sphere, las cuales cubren con una barrera todo el planeta, incomunicándolos con los vecinos humanos de Marte. En el fragor de la batalla, Kanata Asumi, un humilde vendedor de galletas de arroz, intenta defender improvisadamente a la población, pero cae en la lucha... hasta que una luz extraña lo absorbe y salva, apareciendo una figura descomunal que le otorga sus poderes para defender la Tierra. A partir de ahora será ¡Ultraman Decker! Pero el acto de valentía de Kanata no quedará en balde ya que le valdrá para poder entrar a formar parte del escuadrón de defensa GUTS-Select. Trabajo le queda.

Ultraman Decker está compuesta por 25 episodios emitidos entre el 9 de julio de 2022 y el 21 de enero de 2023 y, again, vuelve a ser un estupendo entretenimiento muy bien dosificado, de espectaculares batallas y que consigue tener una entidad propia, escapándose de la sombra de su referente directo, Ultraman Dyna (1997). Algo de lo que pecaba la anterior Trigger, que en su constante referencialidad se quedó a medio camino, pero no es lo único en que mejora Decker. Sus personajes, resultan algo más trabajados, carismáticos y acabas cogiéndoles bastante cariños a todos. Si que es verdad que resulta bastante risible que el escuadrón de élite de GUTS-Select, responsables de la seguridad de la Tierra, lo compongan 5 personas. Un comandante, la vice-capitana y tres soldados (recordemos el enorme plantel de personajes de Gaia, por ejemplo). Pero paradójicamente, reducir el círculo de personajes logra que se le dedique un mínimo de trabajo de caracterización a cada uno de ellos en el poco tiempo de que se dispone en la serie.

El cast de la serie
Y en ese sentido, aún sin ser apasionantes, logras un sentimiento de cercanía hacia ellos. El héroe de la serie, Kanata, resulta bastante acertado, alejándose de ciertas tonterías infantiles y guiños a los pequeños de la casa siendo un tipo que aún teniendo su poder de Ultraman no dejará de preguntarse si está haciendo lo correcto o buscando los motivos por los cuales lucha. 

También regresa, en varios episodios crossover, Kengo/Ultraman Trigger, siendo algo así como una especie de mentor para Kanata/Decker. Los dos actores mantienen una buena química cuando están juntos en pantalla siendo el de Kengo, un regreso que sirve para cosas útiles en el devenir de los acontecimientos y que no está de mero adorno.

A Kanata le acompaña el perfeccionista Ryumon y la dulce Ichika. Ésta última consigue ser bastante entrañable, no solo por la entusiasta interpretación de su actriz Yuka Murayama, sino porque además, ella resulta ser una auténtica fan de la franquicia hasta el punto de que lloró al ser seleccionada para el papel. El comandante Taiji Murahoshi y la vice capitana Sawa Kaizaki, también resultan personajes bastante simpáticos. En especial Taiji, de corte serio, cerebral pero con momentos tiernos que lo hacen un personaje bastante cercano. No nos olvidemos del pequeño robot Hanejiro y que bebe del peluche de tres al cuarto con aires evidentes a Pikachu el cual vimos en la original Dyna. Aquí se le da una vuelta algo más divertida (siendo el primero que descubre la verdadera identidad de Kanata) a la vez de activa en la historia ya que pilota naves de combate y resuelve problemáticas complicadas.

Ep. 1, Day of the Attack.
Así, el inicio de la serie, Day of the Attack, es bien potente y presenta la invasión de los Sphere, los cuales atacan tanto las colonias humanas de Marte como toda la Tierra. El kaiju del episodio, Spherasaurus, tiene un look espectacular y la conclusión guarda una perla interesante… Decker es derrotado y la Tierra queda engullida por el escudo alienígena de los Sphere… La trama sigue en el ep. 2, Kanata’s Resolve, y nos sitúa un año después de los acontecimientos del anterior con un Kanata que desde entonces no ha sido capaz de transformarse en Ultraman. Hasta aquí la serie entra como un tiro, dando el tiempo necesario al desarrollo de personajes, cosa que se agradece. 

Hay alguna sorpresilla como el hecho de que Decker pueda materializar otros monstruos para enfrentarse a la amenaza (como en Ultraseven). Así, vemos en algunos momentos a Miclas o Agiras, aunque su presencia durante la serie es más testimonial que otra cosa. Tras este inicio de serie, para mi desgracia da inicio un tramo bastante más discreto, poco interesante y que se alarga hasta la mitad de la misma. Aún con el gran problema para los personajes que supone tener a la Tierra incomunicada por ese gran escudo (un punto de partida interesante y que puede llevar a pensar en el confinamiento derivado del Covid-19), hay una seguidilla de episodios de corte independiente con aventurillas ligeras de tono más irrelevante. Hay episodios bastante entretenidos, por supuesto, como el número 5, The Glutton of the Lake, donde se recupera a un bonachón Eleking, quien es la mascota de una extraterrestre benevolente camuflada en la Tierra en el cuerpo de una adolescente. Simpático y donde Decker muestra una nueva forma: “Decker Miracle”.

Ep. 5, The Glutton of the Lake

El regreso de Kengo en el ep. 7, The Light of Hope
From the Red Planet
El primero de los crossovers con Ultraman Trigger lo encontramos en el doble ep. 7 y 8, The Light of Hope From the Red Planet / Light and Darkness, siendo el primero bastante entretenido y curioso por saber qué ha pasado con los personajes de Trigger en estos ocho años. La facilona manera con la que Kengo vuelve a la Tierra (gracias a Akito) se compensa con un ritmo divertido en general y una batalla final bastante maja que cuenta con el regreso del bicharraco gigante Megalothor. La sorpresa es que Carmeara (la guardiana de la oscuridad) aún vive en su interior… Su continuación recicla de mala manera y de forma algo banal el episodio 45 de Ultraman Tiga con una flor gigante que con su polen hace entrar a la gente en una especie de sueño feliz, aunque la batalla final, con la inesperada ayuda de Carmeara, es espectacular.

Ep. 8, Light and Darkness
El ep. 9, Standing Tall for Someone Special, es un homenaje a uno de los mejores episodios de Ultraman Dyna (el memorable ep. 31), aunque el resultado, simplemente simpático, palidece en comparación con esta historia de un campeón de artes marciales espacial, de nombre Grace, en horas bajas y viejunas intentando volver a sus años de gloria. En el ep. 10, Man and Monster, aún siendo el guión algo desvalazado, intenta ir más allá y profundizar en conceptos como la domesticación de los monstruos, nuestra relación con los kaiju o su uso como armas de guerra. El ep. 12, Neomegas Strikes Back, es otro ejemplo que vale la pena, siendo acertado y logrando buenas dosis de tensión y espectacularidad con un Decker que acaba derrotado y que trae “sorpresita” final: Asakage, doctor de GUTS Select, descubre el secreto de Kanata… Es aquí donde Ultraman Decker remonta (tras el ep. 13, el innecesario episodio resumen) y de qué manera, enseñando varias cartas en forma de giros de guión y sorpresas que a mí me cogieron algo desprevenido tras una primera mitad de serie simplemente pasable. 

Advierto al lector que si desea evitarse SPOILERS que deje de leer...

Empiezan las sorpresas. Ep. 14, Birth of a Dark God.

Agams, el trágico villano de la serie.
Hemos mencionado al doctor Asakage. ¿Pero quien es este hombre? Un secundario que participa desde el inicio de la serie y que ayuda a los héroes con sus invenciones y cuyo mayor objetivo es construir el Terraphaser, un robotaco de gran poder de destrucción. Si bien, todo esto cambia radicalmente en el doble ep. 14 y 15, Birth of a Dark God / A Promise For Tomorrow cuando descubrimos que el tal Asakage tiene intenciones malvadas. Su nombre real es Agams, quiere destruir a la humanidad, viene de otro planeta y ... ¡¡es un viajero del futuro!! 

Introducir de repente los viajes en el tiempo en la trama me supuso toda una sorpresa y un soplo de aire fresco que cambia radicalmente mi percepción de una serie que hasta el momento estaba siendo discretilla. Agams no es el único viajero del tiempo porque también aparece otro personaje en estos dos episodios cuyo nombre es… ¡¡¡Decker!!! Y también puede transformarse en Ultraman Decker (of course). ¿Frente a esto, en que lugar deja como héroe a Kanata? Que Ultraman Decker sea un guerrero que haya viajado al pasado para cambiar el terrible futuro del universo me parece una idea jugosa y muy acertada. El episodio 15, con todos estos elementos puestos encima de la mesa, se queda como uno de los mejores momentos de la serie, con un tono muy conseguido de épica, drama y buenas ideas culminado con un final espectacular con Decker en un nuevo modo de transformación (“Dynamic”) y súper poderoso.

Da inicio así a un arco la mar de interesante con el tal Agams y su relación con Kanata. Un villano cuyo tratamiento me resulta muy interesante y suficientemente trabajado. Las motivaciones de Agams irán desvelándose poco a poco y contra más sepa Kanata de ello más le irán sumiendo en un mar de dudas sobre que es lo que debería hacer en esta batalla, ya que de alguna manera empatiza con Agams y tiene intención de salvarlo de su locura.

Ep. 18, Invitation from Another Dimension
Dicho arco con el villano irá ocupando buena parte de los siguientes episodios consiguiendo una notable escalada de tensión en su evolución. En el notable doble capítulo 18 y 19, Invitation from Another Dimension / Warriors on the Moon, Agams se alía con el mismísimo Yapool (el villano de Ultraman Ace) para tender una trampa a Decker y que desaparezca de la Tierra. Más tarde un Kanata en el espacio, será rescatado por Trigger del ataque de los Sphere y acabarán en la luna.

Aún con una trama focalizada hacia un punto muy claro, Ultraman Decker aún guarda ases en la manga y consigue sorprender con gemas tan deliciosas e inesperadas como la que nos encontramos en el ep. 20, Lord Ragon, el cual parece mirar a la mítica Ultra Q. Envuelto de una atmósfera muy especial, de una realización bastante más elaborada que de costumbre y de una sensibilidad notable en una historia sobre mitos ancestrales y dioses ya olvidados con el que contamos con el regreso del monstruo Ragon. Todo un oasis maravilloso y que supone, a opinión personal, el mejor episodio de toda Decker.

La gran gema de la serie. Ep. 20, Lord Ragon.

Ultraman Dyna en el ep. 21, The Price of Prosperity

A partir del siguiente, ep. 21, The Price of Prosperity, la trama principal vuelve a su cauce en una recta final a tener muy en cuenta. Aquí nos encontramos con una empresa que ha creado una fuente de energía capaz de superar la velocidad de la luz gracias al cuerpo de un Sphere. Una trama, que daría para variadas reflexiones pero que acaba siendo algo superficial. Es en este capítulo donde contamos con la aparición ultra-especial del mismísimo Ultraman Dyna, el cual se persona para echarle una mano a Decker. Una aparición que se siente algo forzada y solo por cumplir con el fan, aunque acaba teniendo una buena justificación en el siguiente episodio.

Muchísimo mejor son los dos capítulos siguientes. El ep. 22, The Fall of Bazdo, es decididamente espectacular, vibrante y algo más oscuro de lo acostumbrado, con un Agams fuera de sí y tomando decisiones monstruosas como fusionarse con los Sphere en su afán de loca venganza. Se nos detallan sus motivaciones. En resumidas cuentas, se la tiene jurada a la humanidad porque, en el futuro, éstos serán los culpables indirectos de la llegada de los Sphere a su planeta y que causará su posterior destrucción total. Una catástrofe en donde perdió a su amada esposa. 

Ep. 23, The Sky of Despair.
Con un Kanata en conflicto interno tratando de hacer lo correcto, las emociones estallan en un catártico final en una batalla entre Decker y Agams (a bordo del Terraphaser) de alto voltaje y que finiquita con una ciudad medio destruida. Kanata, aún en su intento de hacer el bien, esto no ha servido para nada. Solo hay destrucción y un villano que para colmo de males acaba con amnesia… La cosa sigue en el número 23, The Sky of Despair, otro de los grandes momentos de la serie por su ejemplar manera de enfocar el drama y la tensión. Aquí el trabajo de cámara es elaborado y sorprendente, más de lo acostumbrado, con incluso ecos a Blade Runner, culminado con una batalla final tremenda con Decker luchando contra 3 monstruos, Agams a bordo de un Terraphaser fusionado con los Sphere y aferrándose a lo poco que le queda de “humanidad”. Y mientras, de un enorme agujero en el espacio, surge Mother Spherasaurus, con el objetivo de tragarse el planeta Tierra...

Kanata lo da todo en el ep. 25, The Light far Beyond.

Ep. 25, The Light far Beyond

Cuando subes tanto las expectativas del espectador se corre el riesgo de que éstas no acaben por cumplirse. En los dos episodios finales de la serie esto pasa por poco, siendo éstos, si, un entretenimiento irresistible pero en el que uno esperaba algo más y se ve una manera algo facilona de finiquitar la trama. Mother Spherasaurus es un bicharraco tremendo y aterrador pero pierde mucho en poder de sugestión en comparación a ese ambiguo y divino Gran-Sphere, del final de Dyna. El ep. 24, End of a Dream, plantea aspectos interesantes como ese Trigger cayendo derrotado desde los cielos o ver a Kanata contagiado por los Sphere y perdiendo la capacidad de transformarse en Decker en el oscuro final del episodio. La conclusión al arco con Agams, con su breve momento de redención y sacrificio final, resuelto de forma fácil y rápida, acaba siendo un poco frustrante. Una pena.

El gran final, que vemos en el ep. 25, The Light far Beyond, pese a su facilona manera de resolver el entuerto, no por todo ello resulta menos efectivo. Una conclusión que concentra momentos bastante emotivos entre sus personajes (ese íntimo inicio, con Kanata desvelando su identidad a todos, está bien llevada y sustentada por las interpretaciones del elenco) y una batalla final muy espectacular con Kengo/Trigger actuando en la pelea y pasando la antorcha del héroe a un Kanata que vuelve a ser Decker en todo su esplendor para derrotar a la Mother Spherasaurus y luchar por un nuevo y brillante futuro.

Pese a una primera mitad bastante dudosa, Ultraman Decker se erige como otro buen entretenimiento de la franquicia. Pese algunas resoluciones y desarrollos facilones, episodios poco interesantes o los continuos enfrentamientos de Decker contra Terraphaser... vista en conjunto resulta más satisfactoria que la anterior Ultraman Trigger, la cual contenía una trama más rica y compleja que no acababa de explotarse debidamente. Gracias, principalmente, a sus personajes simpáticos, a un héroe principal competente, giros de guión que me pillaron por sorpresa, su interesante y tenso arco principal contra un villano algo más tridimensional que de costumbre... Todo esto convierte a Ultraman Decker en una festiva y bien cerrada historia de viajes en el tiempo, de sabor decididamente espectacular gracias a unos efectos de maquetas, disfraces y explosiones para quitarse el sombrero. ¡Seguid así Tsuburaya! Y en febrero, la trama continua con el estreno de la película Ultraman Decker Finale: Journey to Beyond (2023) y que contará con la sorprendente presencia de una ultragirl: Ultraman Dinas. Yo no me la pierdo.

Por último comentar las canciones de la serie, las cuales vuelven a dar en el clavo. El opening, como de costumbre, es bien pegadizo: Wake up Decker! de Screen Mode. Y los endings vienen cantados por Hironobu Kaneyama, conocido por multitud de trabajos, pero especialmente por Dragon Ball Z. Su primer ending (Kanata Toku) no me acaba de seducir en absoluto, siendo el segundo, Hikari Kanata, un trallazo de gran y emocional melodía.