Takashi Miike es uno de los directores más singulares, salvajes y bizarros del reciente cine japonés. Director todoterreno, su abultadísima filmografía de más de un centenar de filmes realizados a un gran ritmo año tras año cuenta con una grandísima variedad de géneros. Desde cine de acción, terror, erotismo, dramas, live-action de mangas de éxito hasta propuestas de lo más surrealistas y únicas. Además de ser uno de los renovadores del yakuza-eiga en los años 90. En su primera etapa, Takashi Miike demostró ser una fuerza anárquica capaz de realizar un cine libre, sin ataduras y verdaderamente salvaje. Tras el éxito de la genial Fudoh: The New Generation (1996), el director nipón empezó a hacerse un nombre en la industria, si bien hay un filme en concreto que lo acabó de colocar en el mapa mundial: Audition (1999).El filme presenta a Aoyama, un cuarentón viudo y que sintiéndose solo decide, a propuesta de un amigo, convocar un casting para una inexistente película con la intención de encontrar una nueva esposa. Al casting acude Asami, una misteriosa joven con la que Aoyama cae rendido.
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La primera hora de Audition es muestra de ello, dando la impresión de ser una inocente y hasta sosa historia de un hombre solitario en busca de pareja y que conoce a la bella y misteriosa Asami, a la que podríamos catalogar como la "típica" y estereotipada mujer japonesa siendo inteligente, educada, sumisa, vulnerable... La forma visual del filme en este tramo siendo pausado, casi contemplativa pero con un uso muy interesante de los colores refuerzan esa impresión. Es cuando el espectador se encuentra más desprevenido y relajado cuando la cinta se rompe definitivamente en el último tercio de metraje en una orgía surrealista, ambigua y con imágenes de pesadilla. En ese sentido, el clímax final con Aoyama siendo torturado escabrosamente por Asami (kiri...kiri...kiri...) con hilo de pescar y acupuntura resulta en una de las imágenes más recordadas del horror nipón de finales de siglo. Una violencia no necesariamente sangrienta sino que en un uso excelente del montaje y la edición de sonido crea auténticos desmayos en el espectador.
Más allá del horror y la escabrosidad, Audition sabe abordar temas muy interesantes con inteligencia y sarcasmo, desde el trato de la mujer en Japón, la rebelión de esta última frente a una sociedad machista o problemáticas sociales como la soledad o los abusos sexuales a menores. Todo unido convierten a Audition en una coctelera sorprendente, original, escabrosa e impactante además de inteligente en saber guardar con ambigüedad y confusión todo lo que estamos viendo en pantalla sin dejar claro al espectador sobre si lo que está viendo es real. Sin duda, una excelente película que dio a conocer a occidente a un director irrepetible.
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