Poco antes de la entrada de la democracia en Corea del Sur la censura empezó a relajarse y eso afectó a la libertad de los autores a la hora de abordar ciertas historias en su cine. Podemos ver al respecto una película como Gilsotteum (1986), de Im Kwon-taek, y centrada en el drama de las familias separadas por la guerra de Corea. Dicha libertad creativa fue claramente definitoria a partir de 1987 con la caída de la dictadura militar del país abriendo la llegada de una serie de nuevos autores, lo que se conoció como la "nueva ola coreana", dispuestos a romper con lo realizado anteriormente, volver a la etapa de esplendor del cine de los 60 realizado en el país y volver a conectar con su público.
Una de las voces más singulares y atrevidas de esta etapa es la de Jang Sun-Woo. Iniciando su carrera en los años 80 es uno de los directores de la nueva ola que más tensó la cuerda en estos primeros años de renacimiento cinematográfico del país poniendo a prueba la paciencia de críticos, productores y audiencia con algunos de sus trabajos. Sin duda obras como The Road to the Racetrack (1991) o Passage to Buddha (1993) lograron llamar la atención con obras muy personales en donde el romance extraño, religión y comentario social se alineaban en una conjunción bien equilibrada. Tal vez dicho asentamiento o aceptación generalizada de su trabajo hizo derivar a Jang Sun-Woo a posturas cada vez más controvertidas y delicadas. Un ejemplo de ello es la maravillosa A Petal (1996), descarnadisima y muy interesante crónica sobre la terrible masacre de Gwangju en un montaje con distintas lineas temporales, cierto aire onírico y que actuaba como exorcismo del trauma hacia la audiencia.
Tras la muy experimental Timeless Bottomless Bad Movie (1997), la polémica estuvo servida con la provocadora Lies (1999) la cual levantó ampolles no solo en su país de origen sino en todos los festivales por los que pasó en su momento. El filme presenta a 'Y', una chica de dieciocho años de edad, residente en Corea del Sur, que se ha prometido a sí misma perder la virginidad antes de finalizar sus estudios de secundaria. Así, cuando conoce a 'J', un escultor de treinta y ocho años ya casado, los dos comienzan una aventura amorosa y sexual que los llevará hasta los límites más insospechados del placer y el dolor.
Tras la muy experimental Timeless Bottomless Bad Movie (1997), la polémica estuvo servida con la provocadora Lies (1999) la cual levantó ampolles no solo en su país de origen sino en todos los festivales por los que pasó en su momento. El filme presenta a 'Y', una chica de dieciocho años de edad, residente en Corea del Sur, que se ha prometido a sí misma perder la virginidad antes de finalizar sus estudios de secundaria. Así, cuando conoce a 'J', un escultor de treinta y ocho años ya casado, los dos comienzan una aventura amorosa y sexual que los llevará hasta los límites más insospechados del placer y el dolor.
Lies fue la gota que colmó el vaso siendo prohibido su estreno en Corea del Sur y censurada bajo el motivo de "ser poco más que una exhibición intolerable de pornografía". Pese a que el Vaticano pusiera el grito en el cielo alegando a su vez por la prohibición de la película ésta logró pasarse en el Festival de Venecia. Un escándalo debido al tratamiento tan explícito del sexo que tal vez nos haga recordar al revuelo provocado 14 años después por La vida de Adèle (2013), por motivos muy similares.
Pese a estos aspectos interesantes estos son en gran parte aplastados por las intenciones de su director de querer crear algo conscientemente provocador. Parece que en muchos momentos la única intención de Jung Soo-woo es el de ir enlazando escenas cada vez más polémicas de manera consciente en un ejercicio de pulso, o prueba hacia el espectador. A nivel sexual tenemos un muestrario variopinto de técnicas diferentes y que van aumentando en intensidad desde coitos tradicionales, anal, sadomasoquismo, látigos hasta llegar incluso a la coprofágia. Momentos plasmados a través de largas secuencias en donde vemos retozar a la pareja y que ponen a prueba tu paciencia. En cuanto la película deriva hacia subtramas que se separan de la relación de pareja, el filme pierde mucho interés. Es el caso de esas historias sobre el hermano de Y o la esposa del escultor.
Como curiosidad, el actor Sang Hyun Lee tuvo un flechazo con su compañera de reparto Kim Tae-Yeon durante el rodaje aunque no fue correspondido. La versión estrenada en cines, de 115 min, es diferente a la primera versión de la película la cual tenía 15 minutos adicionales que fueron eliminados. Dichas escenas revelaban la identidad de Y como una estudiante de instituto además de secuencias de diálogos "vulgares". Tras Lies, Jung Soo-woo realizó Resurrection (2002), un blockbuster que se convirtió en uno de los mayores fracasos en taquilla del cine coreano. Fue su última obra.
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