CRÍTICAS PELÍCULAS

viernes, 6 de noviembre de 2020

APOCALIPSIS 1999 (1974)


En los 70 hubieron varias producciones por parte de la Toho que supusieron todo un esfuerzo por realizar cine de desastres serio y adulto apartándose de la infantilización que el Kaiju Eiga sufría en ese momento con Godzilla convertido en el superhéroe favorito de los niños (Gorgo y Superman se citan en Tokyo de 1973 es el ejemplo perfecto de ello). El hundimiento de Japón (1973) fue un loable esfuerzo en ese sentido por parte de Toho realizando uno de los films definitivos sobre catástrofes naturales con las placas tectónicas cercanas a Japón colapsando y llevándose consigue toda la isla en un despliegue de terremotos, maremotos y demás desastres que azotaban espectacularmente las maquetas de las ciudades japonesas. Apocalipsis 1999 (1974) o "The prophecies of Nostradamus" venía a incidir en ese despliegue catastrófico de El hundimiento de Japón sumándole además toda la preocupación en torno a la contaminación que estaba afectando a la naturaleza y al mundo utilizando las profecías de Nostradamus (bastante de moda en aquellos años) como base. Una fiebre ecologista que afectó al cine japonés de la época si recordamos Hedorah, la burbuja tóxica (1971), donde Godzilla, literalmente, destrozaba a puñetazos una masa informe de lodo contaminante. Apocalipsis 1999 congregó un despliegue de medios espectacular e inaudito contando con la co-producción de la americana UPA y la distribución asegurada de la Paramount Pictures en occidente aunque, como veremos a continuación, el film acabó siendo una pieza maldita para Toho, por desgracia.

En el film un científico japonés, tras un exhaustivo estudio sobre las profecías de Nostradamus, descubre que el fin del mundo está cerca. Nadie hace caso a sus advertencias, hasta que una serie de extraños fenómenos como un recalentamiento inusual de la atmósfera o varias mutaciones de animales ponen en alerta a la población. Pero quizás ya es demasiado tarde.

Apocalipsis 1999 es asombrosamente actual y deprime al ver que todas las alertas de la película en materia ecologista como son el calentamiento global, la contaminación del mar y de los alimentos o la superpoblación no han sido solucionados, al contrario, seguimos encallados en los mismos problemas. Pese a albergar numerosas escenas abundantes en diálogo científico, todos los argumentos del doctor Nishiyama (un Tetsuro Nanba soportando sobre sus hombros la tensión de la historia de manera muy emocional) me parecieron totalmente lógicos y plausibles en un film de estas características logrando un clima de tensión e inquietud muy palpable a lo largo del metraje. 

Cinematográficamente el film está muy conseguido encargándose Toshio Masuda de la dirección. Ojo con este nombre ya que Masuda arrastra un currículum interesante siendo uno de los directores de la bélica Tora! Tora! Tora! (1970) o participando en el clásico anime Space Battleship Yamato (1974). El nivel de producción es excelente al igual que la composición de su banda sonora (de Isao Tomita) llena de pasajes entre terroríficos y dramáticos. El film nos presenta cómo diversos fenómenos extraños asolan Japón (y el resto del mundo) los cuales ya nos van poniendo en alerta como la aparición de unas babosas gigantes, los nacimientos de fetos deformes o grupos de niños con poderes varios (gran velocidad o saltos increíbles) derivados de la contaminación radiactiva del ambiente. Pronto estos fenómenos crecerán en intensidad encontrándonos pronto con deformidades grotescas, canibalismo y contaminación cada vez más peligrosa.

Todo resulta serio, adulto e inquietante en Apocalipsis 1999 (si nos olvidamos de algunas exageraciones típicas de la ciencia ficción japonesa y algún momento low-cost risible). Cuando el desastre masivo llega en forma de terremotos, maremotos y desastre nuclear el film no tiene contemplaciones habiendo masacres en masa inauditas en un film de estas características. Por ejemplo, esa explosión en cadena de una caravana de coches en la autopista con los inquilinos de los autos (incluidos niños) siendo pasto de las llamas es muy shocking. De entre los numerosos momentos de destrucción he podido detectar varios momentos como es la citada escena en la autopista que luego fueron reutilizados en Godzilla (1984). Es notorio porque los dos films se llevan 10 años y aún así cuela perfectamente en el film del saurio radiactivo. 

El film también aprovecha para explorar las reacciones de la población al fin del mundo. Por un lado los jóvenes, quien en una visión bastante naif y algo ridícula se empeñan románticamente en suicidarse en masa (impagable ese momento de un grupo de moteros hippies despeñándose por un acantilado. En una de esas caídas se ve perfectamente como el stunt se da una leche tremenda contra las rocas, creo que involuntariamente, claro). La población de Tokyo, mientras, se niegan al racionamento alimenticio que les impone el gobierno y siembran el caos en las calles con saqueos y destrozos. Una visión amarga del futuro de la humanidad y que culmina con un auténtico apocalipsis nuclear. Resulta muy fuerte ver cómo, en una secuencia, la planta nuclear de Fukushima es destruída sembrando la radiactividad por el país. ¡En 1974! Increíble. El film presenta además mucha imagen de archivo para describir el deterioro del mundo siendo momentos crudos e incómodos por enseñar sin ningún problema hambruna en África, animales muertos, cadáveres, guerras y demás.

Una familia japonesa protege las profecías de Nostradamus desde el siglo XIX.

En el presente (1999), el doctor Nishiyama advierte que el planeta va camino de su destrucción

La contaminación comienza a hacer estragos en todo el mundo.

La destrucción se adueña de Japón

El apocalipsis nuclear será una realidad. ¿O no?

Por supuesto, Apocalipsis 1999 contiene momentos algo sonrojantes que la hacen apartar de su seriedad temática como es la aparición de esos murciélagos descomunales en Nueva Guinea siendo éstos bastante pobretones técnicamente (sujetos por una cuerda, directamente). La gran abundancia de diálogo frente a los peligros de la contaminación y el futuro del mundo puede ser un handicap de cara al espectador impaciente aunque yo logré entrar en ese tono sin ningún problema. 

Como curiosidad, Koji Hashimoto ejerce tareas de ayudante de dirección tanto en el presente film como en El hundimiento de Japón. Hashimoto se encargará 10 años después del regreso del saurio radiactivo en Godzilla (1984). Tal vez eso explique la presencia de varios stock shots de Apocalipsis 1999 en la entrega del monstruo. También tenemos a Yoshimitsu Banno (director de la también ecologista e imposible Hedorah, la burbuja tóxica) ejerciendo tareas de guión y de ayudante de dirección. Y de entre el equipo de efectos especiales están unos viejos conocidos como Teruyoshi Nakano y Koichi Kawakita quienes trabajaron en numerosos films de la serie Godzilla. De entre el reparto también encontramos a viejos conocidos de la saga del saurio radiactivo como Akihiko Hirata (Doctor Serizawa en Japón bajo el terror del monstruo), Hiroshi Koizumi (Mothra o Godzilla contra los monstruos) o Takashi Shimura (Japón bajo el terror del monstruo). 



Apocalipsis 1999 resulta sorprendente. Es alarmista y ecologista y va a ello hasta el hueso encontrándonos con un conjunto estimulante y lleno de momentos inquietantes. En un país experto en destruir sus ciudades en el cine, el presente film se lleva la palma en ese sentido, con un nivel de destrucción y masacre de población que pocas veces he visto en el cine nipón. Además, su categoría de film maldito y prácticamente desaparecido le da un plus de misterio muy agradecido. Todo un clásico japonés a reivindicar. 

Apocalipsis 1999, a pesar de resultar el film más taquillero de su año en Japón, terminó por tener un difícil recorrido cinematográfico. Los motivos los podemos encontrar seguramente en lo inquietante de algunas de sus escenas relacionados con las malformaciones físicas y que recibieron duras críticas en su momento. La aparición de esos nativos en Nueva Guinea deformados por la radiactividad y convertidos en caníbales resulta sorprendente y grotesco. Más aún los efectos de la contaminación en fetos y niños protagonizando un momento final, en ese sentido, absolutamente terrorífico que riete tú del final de la inglesa Threads (1984). La deformidad es un tema que, por lo visto, llena de incomodidad a los japoneses. Algo similar ocurrió con Horror of a deformed man (1969), la obra maestra de Teruo Ishii, polémica precisamente por su tratamiendo de la deformidad física que hizo que la Toei retirara rápidamente todas las copias en circulación y no ha sido hasta hace pocos años que el film ha tenido su edición física en DVD.

Así, Apocalipsis 1999 tuvo hasta tres montajes diferentes. La versión original que pudo verse en cines japoneses duraba 113 minutos. Dicha versión pudo verse en alguna emisión televisiva en 1980 antes de desaparecer totalmente. En EEUU, el film se remontó a una versión de 90 minutos eliminando muchas escenas de diálogo así como algunos de los momentos más polémicos. Dicha versión americana fue de nuevo remontada para sus emisiones televisivas teniendo finalmente 88 minutos. A finales de los 80, Toho intentó editar el film en VHS en Japón aunque finalmente el lanzamiento fue parado precisamente por los motivos comentados. Toda una lástima. Si podemos disfrutar de la versión original japonesa es porque un empleado de Toho sacó a escondidas una de las copias de este supuesto lanzamiento. Una copia que circula por la red y que solo está disponible en una calidad de imagen más bien justita.

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