La moda de los mockumentary parece que no cesa, para qué engañarnos. Es un género la mar de económico de realizar para directores con pocos recursos pero son un tipo de películas con numerosas limitaciones. REC (2007), Troll Hunter (2011), Cloverfield (2008) o Paranormal Activity (2007) son buenos ejemplos de cómo enfrentarse a la cámara en mano con buen hacer, e incluso propuestas tan delirantes y marcianas como The dinosaur project (2012) me hicieron especial gracia.
"Operation Avalanche" mezcla el concepto del falso documental con la leyenda urbana de que la llegada del hombre a la luna fue un montaje. Estamos en 1967, y la Guerra Fría está caliente, con la carrera espacial como punta de lanza. La CIA cree que un espía ruso se ha infiltrado en la NASA para sabotear el programa Apollo, y tienen la “brillante” idea de mandar a unos agentes del departamento de audiovisual para que se hagan pasar por documentalistas y desenmascaren al topo.
Personalmente siento pasión por las teorías conspiratorias, desde que el gobierno esconde la existencia de extraterrestres, que bajo el Vaticano hay un sótano enorme con esqueletos de humanoides gigantes o que el 11-S fue un montaje. Operation Avalanche se centra durante 90 minutos en la creación y desarrollo del montaje de la llegada del hombre a la Luna, y si bien es una vuelta de tuerca interesante, es algo insuficiente para un film de hora y media.
El metraje se va haciendo largo y vas descubriendo que no hay mucho más que contar, nada más que seguir a unos personajes más o menos anodinos y ver como graban la citada farsa para luego escapar de agentes de la CIA que los quieren ver muertos. Hacía falta una vuelta de tuerca en el guión de esta producción o quizás la presencia de algún alienígena, pero esto ya es a gusto personal.
Personalmente siento pasión por las teorías conspiratorias, desde que el gobierno esconde la existencia de extraterrestres, que bajo el Vaticano hay un sótano enorme con esqueletos de humanoides gigantes o que el 11-S fue un montaje. Operation Avalanche se centra durante 90 minutos en la creación y desarrollo del montaje de la llegada del hombre a la Luna, y si bien es una vuelta de tuerca interesante, es algo insuficiente para un film de hora y media.
El metraje se va haciendo largo y vas descubriendo que no hay mucho más que contar, nada más que seguir a unos personajes más o menos anodinos y ver como graban la citada farsa para luego escapar de agentes de la CIA que los quieren ver muertos. Hacía falta una vuelta de tuerca en el guión de esta producción o quizás la presencia de algún alienígena, pero esto ya es a gusto personal.
Operation Avalanche es una propuesta interesante, que retrata bastante bien el clima social y de paranoia de finales de los 60, pero resulta en conjunto un producto soso e insuficiente, aunque pasable.
Salgo de la sesión en la sala Tramuntana a eso de la 1 de la mañana. Llueve, así que abro mi paraguas y empiezo a caminar bordeando la entrada del Auditori Melià. Me cruzo con dos orientales de mediana edad. Un chico y una chica. A los dos les cubre un enorme paraguas. Me bajo de la acera para dejarles pasar y la chica me sonríe y me saluda. Le devuelvo el saludo y continuo mi camino no sin pensar en lo mucho que me suena esa cara. Una milésima de segundo después caigo en la cuenta. ¡¡¡Esa chica era Doona Bae!!! Bae presentaba esos días en el festival el film Tunnel. Me giro de golpe al caer en la cuenta y la observo como su figura se va alejando bajo la lluvia, en dirección al hotel Melià junto a su acompañante. La magia de Sitges.
Puede gustar más o menos, pero en cierta manera Nicolas Winding Refn es un director con un estilo muy claro que se aparta de lo que se va haciendo actualmente, y se agradece que sus films siempre originen encarnizados debates entre fans.
Personalmente no me desagradó Drive (2011), aunque opino que es un film muy sobrevalorado y aún no he tenido el gusto (o no) de ver Solo Dios perdona (2013). A Sitges nos llegó "The neon demon" , esta vez adentrándose en los inquietantes mundos de los desfiles de moda repletos de superficialidad y "estrellitas", que no dudan en pasar por encima de quien sea sólo por conseguir triunfar.
En el film, Jesse es una chica que llega a Los Angeles, California, para hacer su sueño realidad: convertirse en supermodelo. Pero su juventud y belleza despertarán al demonio, y se verá atrapada en un peligroso mundo de envidias y celos en el que las modelos están dispuestas a todo para triunfar.
"The Neon Demon" es un film que inicialmente se sigue con interés, como la llegada de la pura, virginal y bella Jesse, y como sus atributos físicos le hacen destacar por encima del resto. Pero vemos que hay cosas que poco a poco van fallando.
El estilo tan característico del director, tan deudor de Mario Bava y Dario Argento con diferentes y bien marcados colores (el rojo, el azul) en pantalla, la cámara lenta y demás efectos de videoclip, en "The neon demon" no son efectos fallidos, pero si bien inicialmente te sientes atrapado y subyugado por estas imágenes de indudable fuerza y belleza, al final te preguntas si éste montaje va a llevarte hacia algún lado de la historia, cosa que finalmente no hace y va quedando como algo muy gratuito.
Personalmente no me desagradó Drive (2011), aunque opino que es un film muy sobrevalorado y aún no he tenido el gusto (o no) de ver Solo Dios perdona (2013). A Sitges nos llegó "The neon demon" , esta vez adentrándose en los inquietantes mundos de los desfiles de moda repletos de superficialidad y "estrellitas", que no dudan en pasar por encima de quien sea sólo por conseguir triunfar.
En el film, Jesse es una chica que llega a Los Angeles, California, para hacer su sueño realidad: convertirse en supermodelo. Pero su juventud y belleza despertarán al demonio, y se verá atrapada en un peligroso mundo de envidias y celos en el que las modelos están dispuestas a todo para triunfar.
"The Neon Demon" es un film que inicialmente se sigue con interés, como la llegada de la pura, virginal y bella Jesse, y como sus atributos físicos le hacen destacar por encima del resto. Pero vemos que hay cosas que poco a poco van fallando.
El estilo tan característico del director, tan deudor de Mario Bava y Dario Argento con diferentes y bien marcados colores (el rojo, el azul) en pantalla, la cámara lenta y demás efectos de videoclip, en "The neon demon" no son efectos fallidos, pero si bien inicialmente te sientes atrapado y subyugado por estas imágenes de indudable fuerza y belleza, al final te preguntas si éste montaje va a llevarte hacia algún lado de la historia, cosa que finalmente no hace y va quedando como algo muy gratuito.
Lo mismo se puede decir de su violencia de chiste e injustificada. Soy de la opinión de que los momentos disgusting que suceden al final de la pieza están algo fuera de lugar, y si el director quería mostrar la locura del mundo de las modelos con estas muestras surrealistas de gore, no hace más que sacarme de la película (lo mismo me pasa con el momento necrófilo).
Los personajes en general son bastante planos a excepción de Elle Fanning, quien hace una más que estupenda interpretación. Sin duda la película es ella. Me pareció de chiste el personaje de Keanu Reeves, sin ningún peso concreto en la trama y que tan pronto aparece, desaparece.
Pese a todo, se trata de un film con una trama interesante pero mal conducida y que como es habitual en el director, producirá tanto pasiones como odios.
Dentro del apabullante e interminable mundo del Adult Video japonés existe un género que despierta
en mí multitud de sentimientos: confusión, incredulidad, emoción, morbo...
Los films porno japoneses, en donde heroínas disfrazadas cual Ultra-girls (o sin disfrazar, para lo poco que dura la ropa da lo mismo) son atacadas sexualmente por una criatura tentacular, son tan desconcertantes que mis ojos curtidos en toda clase de locuras bizarras no pueden creer lo que ven.
Podemos citar el muy rescatable, atrevido y notable film anime "Urotsukidoji: la leyenda del señor del mal" (1989) como piedra angular e inicial en esta ferviente y enfermiza pasión japonesa por estos extraños films.
Bien, después de esta clase de historia del cine underground más extremo, ya estamos más preparados para enfrentarnos a "La región salvaje", el nuevo film del provocador director mexicano Amat Escalante.
En el film, Alejandra es una joven madre y ama de casa que cría a sus hijos junto a su marido Ángel en una pequeña ciudad de México. Su hermano Fabián es enfermero en un hospital local. Sus vidas provincianas serán alteradas con la llegada de la misteriosa Verónica, quien les convence de que en el bosque cercano, en una cabaña aislada, existe algo que no es de este mundo, pero que es la respuesta a todos sus problemas.
El film utiliza una premisa de temática fantástica secundaria (o más bien terciaria), para contar una historia de carácter social y que sirve de contrapunto emocional a los personajes. Esta historia de insatisfacciones vitales femeninas, con hombres que se acuestan entre sí pero que lo viven en total secreto e hipocresía, pretende ser un reflejo del México actual, con una sexualidad reprimida, donde se oculta la verdad emocional, las mujeres son esclavas de una vida enraizada en el hogar y con la supuesta obligatoriedad de cuidar a sus hijos.
Los personajes en general son bastante planos a excepción de Elle Fanning, quien hace una más que estupenda interpretación. Sin duda la película es ella. Me pareció de chiste el personaje de Keanu Reeves, sin ningún peso concreto en la trama y que tan pronto aparece, desaparece.
Pese a todo, se trata de un film con una trama interesante pero mal conducida y que como es habitual en el director, producirá tanto pasiones como odios.
Dentro del apabullante e interminable mundo del Adult Video japonés existe un género que despierta
en mí multitud de sentimientos: confusión, incredulidad, emoción, morbo...
Los films porno japoneses, en donde heroínas disfrazadas cual Ultra-girls (o sin disfrazar, para lo poco que dura la ropa da lo mismo) son atacadas sexualmente por una criatura tentacular, son tan desconcertantes que mis ojos curtidos en toda clase de locuras bizarras no pueden creer lo que ven.
Podemos citar el muy rescatable, atrevido y notable film anime "Urotsukidoji: la leyenda del señor del mal" (1989) como piedra angular e inicial en esta ferviente y enfermiza pasión japonesa por estos extraños films.
Bien, después de esta clase de historia del cine underground más extremo, ya estamos más preparados para enfrentarnos a "La región salvaje", el nuevo film del provocador director mexicano Amat Escalante.
En el film, Alejandra es una joven madre y ama de casa que cría a sus hijos junto a su marido Ángel en una pequeña ciudad de México. Su hermano Fabián es enfermero en un hospital local. Sus vidas provincianas serán alteradas con la llegada de la misteriosa Verónica, quien les convence de que en el bosque cercano, en una cabaña aislada, existe algo que no es de este mundo, pero que es la respuesta a todos sus problemas.
El film utiliza una premisa de temática fantástica secundaria (o más bien terciaria), para contar una historia de carácter social y que sirve de contrapunto emocional a los personajes. Esta historia de insatisfacciones vitales femeninas, con hombres que se acuestan entre sí pero que lo viven en total secreto e hipocresía, pretende ser un reflejo del México actual, con una sexualidad reprimida, donde se oculta la verdad emocional, las mujeres son esclavas de una vida enraizada en el hogar y con la supuesta obligatoriedad de cuidar a sus hijos.
Es en toda esta gran insatisfacción femenina donde entra en juego esta simpática criatura alienígena, bien cercana en diseño a un pulpo descomunal, y custodiada por una pareja de ancianos en una cabaña en medio de la nada. Un pulpo, al cuál le gusta utilizar sus tentáculos para poseer los cuerpos de las dos féminas del film, y ofrecerles jugosos y adictivos orgasmos que las libera de toda frustración y represión social (con los hombres, al parecer, no funciona porque los dos personajes masculinos que prueban al pulpo, aparecen muertos al día siguiente, si es que tampoco es tonta la criatura).
El film es interesante por este contrapunto anteriormente expuesto, en el que mezcla lo social y lo fantástico, el problema es que la presencia tentacular en la historia es mínima, no es que sea secundario, es que es muy terciario y una propuesta tan singular en un film serio merecía llevar la historia a terrenos aún más explícitos y radicales, pero se queda a medio camino (una sola secuencia verdaderamente explícita, brillante, eso sí), mientras los minutos pasan ante nuestros ojos con una historia cuasi telefílmica de violencia en la pareja y homosexualidad reprimida.
Por esto mismo, no entiendo la fama de polémica y provocadora que está causando el paso de "La región salvaje" por diversos festivales. Podrá provocar y causar revuelos en Toronto o San Sebastián, pero en Sitges no nos la pegan. Pese a todo, es un film bien interesante y que merece toda nuestra atención; sin duda las magnéticas y misteriosas interpretaciones de Simone Bucio y Jazmín Ramos son motivo suficiente para acercarse al film (y el pulpo provoca-orgasmos por supuesto), pero los que busquen emociones más fuertes y radicales mejor que vuelvan a la saga Urotsukidoji o a las cloacas videofílmicas japonesas, donde reposa lo imposible.
Y nos adentramos en la recta final del festival yendo al visionado de lo nuevo de Johnnie To: Three. Johnnie To es sin duda uno de los directores más importantes dentro del cine de acción Hongkonés de estos últimos 20 años. "Three", su último trabajo, es un film que se contagia del cambio de registro ocurrido desde su anterior película, "Office"(2015), la cual sorprendía con una historia que mezclaba la comedia con el musical.
Los 88 minutos de "Three" transcurren durante una noche donde confluyen diversas historias en un hospital; un sospechoso detenido que se niega a declarar ante la policía, un hombre que afronta una operación crucial, un tipo que ha quedado malparado tras una operación, un jubilado con ganas de escapar por el hospital y una doctora que es testigo y partícipe de todas estas historias.
Un film que durante sus primeros 50 minutos podría pasar perfectamente por un episodio de lujo y violento de la serie Scrubs, por su ambientación puramente hospitalaria y por su diverso plantel de personajes, cada uno con una historia bien delimitada y que se viven en paralelo. Hasta que llega el esperado momento balístico marca de la casa y todo el escenario se pone patas arriba con un tiroteo de proporciones épicas con muertes por doquier.
La lástima de "Three" es que se ve muy descompensada. Toda su alargada parte inicial, hasta que podemos ver disparos, se sigue con marcado desinterés, aunque es de agradecer la manera en que To va colocando los personajes como piezas de un tablero de ajedrez, haciendo que la tensión vaya incrementándose cada vez más.
Por esto mismo, no entiendo la fama de polémica y provocadora que está causando el paso de "La región salvaje" por diversos festivales. Podrá provocar y causar revuelos en Toronto o San Sebastián, pero en Sitges no nos la pegan. Pese a todo, es un film bien interesante y que merece toda nuestra atención; sin duda las magnéticas y misteriosas interpretaciones de Simone Bucio y Jazmín Ramos son motivo suficiente para acercarse al film (y el pulpo provoca-orgasmos por supuesto), pero los que busquen emociones más fuertes y radicales mejor que vuelvan a la saga Urotsukidoji o a las cloacas videofílmicas japonesas, donde reposa lo imposible.
Y nos adentramos en la recta final del festival yendo al visionado de lo nuevo de Johnnie To: Three. Johnnie To es sin duda uno de los directores más importantes dentro del cine de acción Hongkonés de estos últimos 20 años. "Three", su último trabajo, es un film que se contagia del cambio de registro ocurrido desde su anterior película, "Office"(2015), la cual sorprendía con una historia que mezclaba la comedia con el musical.
Los 88 minutos de "Three" transcurren durante una noche donde confluyen diversas historias en un hospital; un sospechoso detenido que se niega a declarar ante la policía, un hombre que afronta una operación crucial, un tipo que ha quedado malparado tras una operación, un jubilado con ganas de escapar por el hospital y una doctora que es testigo y partícipe de todas estas historias.
Un film que durante sus primeros 50 minutos podría pasar perfectamente por un episodio de lujo y violento de la serie Scrubs, por su ambientación puramente hospitalaria y por su diverso plantel de personajes, cada uno con una historia bien delimitada y que se viven en paralelo. Hasta que llega el esperado momento balístico marca de la casa y todo el escenario se pone patas arriba con un tiroteo de proporciones épicas con muertes por doquier.
La lástima de "Three" es que se ve muy descompensada. Toda su alargada parte inicial, hasta que podemos ver disparos, se sigue con marcado desinterés, aunque es de agradecer la manera en que To va colocando los personajes como piezas de un tablero de ajedrez, haciendo que la tensión vaya incrementándose cada vez más.
"Three" podría describirse como "la película del plano secuencia", porque contiene uno de una calidad abrumadora, filmado como una danza macabra de disparos y sangre digital. Pero la calidad innegable de este plano no justifica por sí misma la calidad de la película, que al finalizar te deja con la sensación de que tampoco era para tanto la amenaza gangsteril y salimos agradeciendo que la duración apenas supere los 88 minutos."Three" es un film curioso y medianamente entretenido, pero no sirve como ejemplo significativo de la carrera cinematográfica de un director único como es Johnnie To.
En 2011, "The Raid" supuso una revolución dentro del cine de acción y un soplo de aire fresco a las muy manidas películas "de hostias". "The raid" era salvaje, un frenesí de acción non stop con la sencilla premisa de un escuadrón de policías que entra en un edificio atestado de narcotraficantes y demás maleantes armados hasta los dientes. Las escenas de pelea eran de una calidad y salvajismo impecable e Iko Uwais se erigía como nuevo rey de las artes marciales. En 2014 llegó la secuela, "The Raid 2", con igual o aún superior calidad que su predecesora.
En Sitges nos ha llegado "Headshot", protagonizada de nuevo por Iko Uwais y con la promesa de, por lo menos, mantener las elevadas dosis de diversión y batallas gore de "The Raid".
En el film, un hombre despierta en un hospital, incapaz de recordar quién es. Poco a poco y con la ayuda de una doctora, se va recuperando. Sin embargo, su pasado no tarda en alcanzarle, cuando un capo de la droga secuestra a la médica. El desmemoriado Ishmael deberá enfrentarse a una banda de luchadores que, quizá, fueron también sus compañeros.
Frente a un público que lo dio todo en la sala Tramuntana y que aplaudía y gritaba a cualquier momento estrella del film, "Headshot" dio lo que uno esperaba e incluso más. Una propuesta que no destaca precisamente por su historia ni mucho menos.
En Sitges nos ha llegado "Headshot", protagonizada de nuevo por Iko Uwais y con la promesa de, por lo menos, mantener las elevadas dosis de diversión y batallas gore de "The Raid".
En el film, un hombre despierta en un hospital, incapaz de recordar quién es. Poco a poco y con la ayuda de una doctora, se va recuperando. Sin embargo, su pasado no tarda en alcanzarle, cuando un capo de la droga secuestra a la médica. El desmemoriado Ishmael deberá enfrentarse a una banda de luchadores que, quizá, fueron también sus compañeros.
Frente a un público que lo dio todo en la sala Tramuntana y que aplaudía y gritaba a cualquier momento estrella del film, "Headshot" dio lo que uno esperaba e incluso más. Una propuesta que no destaca precisamente por su historia ni mucho menos.
Las situaciones y tics propios de este género están requete sobados, el romance entre la enfermera de buen ver y el personaje de Uwais es más fino que el papel de fumar y provoca algún que otro momento risible.
Además, para nuestro pesar, a Iko Uwais, cuando no está dando hostias y se le exige una interpretación dramática, es un actor más bien justito.
Pero cuando entramos en materia, es cuando "Headshot" muestra sus cartas. Las escenas de lucha, y que suponen el 70% de la cinta, son tan espectaculares como "The Raid". Cada set piece está filmado con una adrenalina, salvajismo y sorpresa que quitan el aliento, y esto convierte a "Headshot" en un film por encima de la media de este tipo de producciones.
Una película que compensa su flojisima historia con unas inmejorables escenas de acción, y que sirven de consuelo para quien esté a la espera de "The Raid 3". Así pues, todo un entretenimiento más que estupendo y satisfactorio para los amantes de las "tullinas".
Noche del viernes al sábado, 1 de la mañana, haciendo cola en el cine Retiro con los párpados pesados como una roca, tras haber aguantado ya 5 películas y demás paseos por el Brigadoon y tiendas de cine... sólo podía hacer esto por una de las películas más esperadas por mí del festival, el
crossover más explosivo y fantasmal de los últimos años, "Sadako vs Kayako". En mi adolescencia viví de lleno la fiebre por el terror asiático y de hecho son unos films que me apasionan. Es evidente que "The Ring" (1998) supuso un antes y un después, no solamente en el género del terror mundial con una propuesta que volvía a los orígenes del horror y el minimalismo, sino que originó la llegada a nuestras fronteras de demás cine asiático y de todos los géneros: del terror, al drama, al indie (Internet, además, tuvo mucho que ver en eso).
Los amantes del cine, cansados del hermetismo de Hollywood y sedientos de nuevas sensaciones, aplaudimos felices. Otro de los films que salieron a rebufo de esta fiebre del J-Horror de principios del 2000 fue "La maldición" (2003) de Takashi Shimizu, un film que sobresalía sobre la mayoría de clones con su estética fría y netamente terrorífica, capaz de provocar horror con los mínimos elementos, con unos fantasmas sencillos pero escalofriantes; el niño Toshio y su madre Kayako ya personajes míticos del género.
No sólo "The Ring" disfrutó de una secuela y una precuela (interesantes), el remake americano obligado y un reboot japonés (las divertidas Sadako 3D 1 y 2), sino que también "La maldición" (o Ju-on) tiene el dudoso honor de ser una de las sagas recientes más largas y repetitivas, con 11 entregas. Agotado el filón desde hace muchos años, sólo quedaba una cosa: enfrentar a las dos fantasmas más famosas del cine japonés en un combate de proporciones épicas.
Antes de empezar a criticar el film, he de destacar dos cosas: primero, que el cortometraje que nos proyectaron antes del film y titulado "Death Metal" de Chris McInroy fue una absoluta maravilla de 4 minutos, gamberro y sangriento, nada que ver con los engendros pedantes e indiferentes que hasta ahora me he cruzado en esta edición en formato corto.
Y segundo, que el público presente en la maratón estuvo totalmente fuera de sí y eso ayudó a que, por un lado no me durmiera, y por otro que la proyección fuera inolvidable, todo un plus a verla solo en casa.
"Sadako vs Kayako" es un lavado de cara en toda regla. Es imposible a estas alturas tomarse en serio el argumento sin que sea involuntariamente cómico (el error que cometían las ultimas entregas), así que se opta por ofrecer una parodia muy autoreferencial en donde se ríe de sus propias reglas y códigos pero con una inteligencia y savoir fair que ya quisiera cualquier entrega de Scary Movie.
Sus 90 minutos son entretenidísimos, ya que vivimos 3 películas por el precio de 1. Por un lado asistimos a una historia típica de "The Ring", con unas adolescentes siendo malditas por el infame vídeo y perseguidas por Sadako, mientras que en paralelo seguimos a otra adolescente que se muda justo al lado de la casa maldita de Kayako y Toshio, los cuales empiezan a atormentarla. Todo esto provoca que el ritmo sea endiabladamente divertido y veloz, ya que no dejamos de asistir a revelaciones, golpes de efecto y apariciones fantasmales.
Pero cuando entramos en materia, es cuando "Headshot" muestra sus cartas. Las escenas de lucha, y que suponen el 70% de la cinta, son tan espectaculares como "The Raid". Cada set piece está filmado con una adrenalina, salvajismo y sorpresa que quitan el aliento, y esto convierte a "Headshot" en un film por encima de la media de este tipo de producciones.
Una película que compensa su flojisima historia con unas inmejorables escenas de acción, y que sirven de consuelo para quien esté a la espera de "The Raid 3". Así pues, todo un entretenimiento más que estupendo y satisfactorio para los amantes de las "tullinas".
Noche del viernes al sábado, 1 de la mañana, haciendo cola en el cine Retiro con los párpados pesados como una roca, tras haber aguantado ya 5 películas y demás paseos por el Brigadoon y tiendas de cine... sólo podía hacer esto por una de las películas más esperadas por mí del festival, el
crossover más explosivo y fantasmal de los últimos años, "Sadako vs Kayako". En mi adolescencia viví de lleno la fiebre por el terror asiático y de hecho son unos films que me apasionan. Es evidente que "The Ring" (1998) supuso un antes y un después, no solamente en el género del terror mundial con una propuesta que volvía a los orígenes del horror y el minimalismo, sino que originó la llegada a nuestras fronteras de demás cine asiático y de todos los géneros: del terror, al drama, al indie (Internet, además, tuvo mucho que ver en eso).
Los amantes del cine, cansados del hermetismo de Hollywood y sedientos de nuevas sensaciones, aplaudimos felices. Otro de los films que salieron a rebufo de esta fiebre del J-Horror de principios del 2000 fue "La maldición" (2003) de Takashi Shimizu, un film que sobresalía sobre la mayoría de clones con su estética fría y netamente terrorífica, capaz de provocar horror con los mínimos elementos, con unos fantasmas sencillos pero escalofriantes; el niño Toshio y su madre Kayako ya personajes míticos del género.
No sólo "The Ring" disfrutó de una secuela y una precuela (interesantes), el remake americano obligado y un reboot japonés (las divertidas Sadako 3D 1 y 2), sino que también "La maldición" (o Ju-on) tiene el dudoso honor de ser una de las sagas recientes más largas y repetitivas, con 11 entregas. Agotado el filón desde hace muchos años, sólo quedaba una cosa: enfrentar a las dos fantasmas más famosas del cine japonés en un combate de proporciones épicas.
Antes de empezar a criticar el film, he de destacar dos cosas: primero, que el cortometraje que nos proyectaron antes del film y titulado "Death Metal" de Chris McInroy fue una absoluta maravilla de 4 minutos, gamberro y sangriento, nada que ver con los engendros pedantes e indiferentes que hasta ahora me he cruzado en esta edición en formato corto.
Y segundo, que el público presente en la maratón estuvo totalmente fuera de sí y eso ayudó a que, por un lado no me durmiera, y por otro que la proyección fuera inolvidable, todo un plus a verla solo en casa.
"Sadako vs Kayako" es un lavado de cara en toda regla. Es imposible a estas alturas tomarse en serio el argumento sin que sea involuntariamente cómico (el error que cometían las ultimas entregas), así que se opta por ofrecer una parodia muy autoreferencial en donde se ríe de sus propias reglas y códigos pero con una inteligencia y savoir fair que ya quisiera cualquier entrega de Scary Movie.
Sus 90 minutos son entretenidísimos, ya que vivimos 3 películas por el precio de 1. Por un lado asistimos a una historia típica de "The Ring", con unas adolescentes siendo malditas por el infame vídeo y perseguidas por Sadako, mientras que en paralelo seguimos a otra adolescente que se muda justo al lado de la casa maldita de Kayako y Toshio, los cuales empiezan a atormentarla. Todo esto provoca que el ritmo sea endiabladamente divertido y veloz, ya que no dejamos de asistir a revelaciones, golpes de efecto y apariciones fantasmales.
Finalmente, estas dos historias se cruzan y vemos el tan esperado enfrentamiento entre las fantoches, tan excesivo y delirante como todo film japonés de estas proporciones obliga. Otro puntazo del film resultan esos dos personajes de una niña ciega y un cazademonios, que ayudan a los personajes protagonizando momentos delirantes y paródicos.
"Sadako vs Kayako" es un film muy entretenido que no pasará a la historia (ni es su intención) y que ha supuesto un necesitado lavado de cara al terror japonés con humor y orgullo.
Y a pesar de todo el buen humor, es de alabar que aún y así Sadako siga causando inquietud.
"Sadako vs Kayako" es un film muy entretenido que no pasará a la historia (ni es su intención) y que ha supuesto un necesitado lavado de cara al terror japonés con humor y orgullo.
Y a pesar de todo el buen humor, es de alabar que aún y así Sadako siga causando inquietud.