CRÍTICAS PELÍCULAS

miércoles, 26 de febrero de 2020

A BRIDE FOR RIP VAN WINKLE (2016)


Tras la buena aceptación del delicioso anime The case of Hana & Alice (2015), un Iwai, al parecer, recuperado de energías de una manera que no se le veía desde 15 años atrás, se embarca en un proyecto ambicioso y que supone su regreso a la ficción japonesa en imagen real, A bride for Rip Van Winkle (2016).

El complejo proyecto tiene como protagonista absoluta a Nanami, miembro del personal docente de un instituto, que conoce a Tetsuya a través de SMS y decide casarse con él. Pero Nanami no tiene muchos parientes, por lo que recurre a la agencia Nandemo-Ya, llevada por Amuro.
Ella le pedirá que envíe gente a su boda con el objetivo de fingir que son parientes suyos. Al inicio de su matrimonio, Nanami pillará a Tetsuya teniendo una aventura, pero su suegra Kayako, insiste que es Nanami quien la tiene. Debido a ello, Nanami se verá obligada a abandonar su hogar. Amuro ofrecerá entonces a Nanami, que se encuentra en problemas, extraños trabajos a tiempo parcial.
A bride for Rip Van Winkle nos devuelve al Iwai más cruel y desolador, ése que analiza sin tapujos la sociedad japonesa actual así cómo la parte más oscura de las relaciones humanas. El tema principal del film se basa en el papel de la mujer dentro de la sociedad japonesa, un papel basado en las apariencias, en el obligatorio cuidado del esposo y en el cumplimiento de sus deberes sociales.
Imagen y conceptos que Iwai analiza en nada más y nada menos que 3 horas de metraje.
Lo primero que podemos decir es que los planteamientos en los que se basa el film son más que interesantes y apasionantes. El recorrido vital del personaje de Nanami, de mujer que busca ser convencional pero que poco a poco se irá liberando de sus ataduras sociales hasta convertirse en un ser independiente y dueña de su destino, es el esqueleto por el que recorre el film.
En ese sentido, la obra es implacable y cruel con su protagonista, y en definitiva Iwai nos deja con el regusto de que no tiene ninguna esperanza en las relaciones y de qué forma la frialdad y el desapego es dueño de la sociedad de este nuevo siglo. Nanami conoce al que será su futuro marido a través de Internet y la ironía de que la muchacha debe acudir a una agencia de actores para que finjan ser sus familiares en la ceremonia está cargada de un conmovedor patetismo. Más aún cuando descubre que su recién marido tiene una amante, y por presiones familiares o por no resultar ser la buena esposa que se le exige, acaba siendo abandonada en plena calle, en la que es la escena más memorable y puramente Iwai del film.
Más tarde comenzará una serie de extraños trabajos en lo que resultará un viaje a la búsqueda de sí misma. Finalmente conocerá a Mashiro (quien resulta ser una actriz porno) con quien compartirá una extraña y solitaria mansión e iniciará una curiosa relación amorosa y homosexual llena de sutilidad y con destino trágico. Es en este tramo final en la mansión donde el film alcanza sus mejores momentos con la pareja de féminas compartiendo momentos llenos de sensibilidad y amargura.
Nanami, una chica solitaria y tímida que busca ser convencional

Es profesora y hasta los alumnos se burlan de ella

Conoce un hombre por Internet y se casan. Al parecer, un cambio a mejor...

Nanami acude a un grupo de actores para que se hagan pasar por sus familiares en la boda
Injusticias familiares y el esposo con una amante: Nanami acaba en la calle

Conoce a Mashiro quien tiene un concepto de la vida algo diferente

Las dos compartirán una extraña mansión aunque su relación no tendrá un final demasiado feliz
Nanami a la búsqueda de su yo interior y una nueva vida
El problema con A bride for Rip Van Winkle es que resulta una sucesión de pequeños momentos interesantes pero que pecan de confusos y algo desordenados e inmersos en un metraje en definitiva excesivo (se realizó una versión acortada del film de 2 horas de cara a su proyección internacional).
No se acaban de entender del todo las intenciones del personaje de Go Ayano, el jefe de la extraña agencia de actores, ni el por qué de su desinteresado cariño hacia Nanami. Visualmente, y aunque me siga pareciendo extraño, esta reconversión a la imagen digital más nítida de su director en esta ocasión resulta muy acertado, realizando algunos momentos excelentes a nivel visual, como es la citada escena en que Nanami es abandonada, los momentos en la mansión con Mashiro o su escena final.
El film también se beneficia de las estupendas interpretaciones de las dos féminas protagonistas, en especial Haru Kuroki (La casa del tejado rojo), quien carga a sus espaldas todo el peso del film a pesar de tener un papel poco empatizable como es el de la típica mujer pasiva japonesa. Y si Iwai ya usó a la cantante pop Chara para Picnic y Swallowtail Butterfly, en esta ocasión el personaje de Mashiro es interpretado por la también cantante Cocco con un papel muy acertado y lleno de matices interesantes.
A Bride for Rip Van Winkle supone el regreso de Shunji Iwai al cine de ficción con una obra muy interesante a nivel de contenido y planteamientos, como son el papel de la mujer en la sociedad japonesa y la parte más oscura de las relaciones sentimentales, pero es una obra que peca de exceso de metraje y cierta desorganización y confusión. Pese a todo, es un film bien curioso, distinto, que lleva indiscutiblemente el sello de su director y que alcanza momentos conmovedores gracias a su protagonista femenina a la búsqueda de su lugar en el mundo.

De momento el director no cesa en su actividad. En 2017 ha realizado una miniserie de cortometrajes para Nescafé titulado Chang-Ok’s Letter para la cual se ha trasladado a Corea del Sur y ha contado con un reparto coreano con la mega-estrella Doona Bae como protagonista. Y para agosto de 2017 se estrenó la versión anime de su primer éxito Fireworks, para el que Iwai ejerció de guionista.

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