El thriller es uno de los géneros más exportables de los realizados en Corea del Sur. Aún sin ser el género más rentable en taquilla (ahí los dramones o las comedias nunca fallan en el Top 10 anual), Corea ha sabido redefinirlo hacia formas más frescas y originales con Bong Joon-Ho a la cabeza y películas como Memories of Murder (2003) o Mother (2008) y Park Chan Wook con su trilogía de la venganza. Na-Hong Ji dio un paso adelante, o le dio una nueva vuelta de tuerca, con la excelente The Chaser (2008). Otro clásico del cine coreano reciente y que incorporaba al thriller del país una violencia seca y dura cercana al gore, ambientes enrarecidos y sucios entre la gran urbe y personajes protagonistas moralmente deplorables. Su siguiente trabajo, The yellow sea (2010), supuso un pequeño bajón con un film que abría con una media hora inicial sensacional pero que se acababa perdiendo en un cúmulo de sangrientas peleas a cuchillo y problemas entre bandas gangsteriles. Tras sufrir la pérdida de familiares cercanos y encontrarse en un periodo reflexivo en busca de respuestas, Hong Ji aborda The Wailing (2016), o El extraño, y triunfa por ser un ejercicio de horror puro sustentado en las tradiciones y el folklore de la Corea profunda. El punto de partida de dicho proyecto fue con su director entrevistándose con referentes de diferentes religiones. Muchas veces, las respuestas son difíciles de conseguir...
El extraño (2016) es un formidable trabajo que, aún a pesar de sus 160 minutos de duración, sabe mantener al espectador pegado a la butaca gracias a un desarrollo que juega con el mix de géneros, pasando del humor al melodrama telenovesco hasta entregarse al terror creando un conjunto subversivo del propio género. La película está ayudada, además, por un excelente uso del suspense y una tensión que no hace más que crecer y crecer hasta lo insoportable.
Se acierta totalmente en ambientar la historia en un pueblecito del interior de Corea, un lugar donde la modernidad parece no haber llegado y aún habitan las tradiciones y el conservadurismo de tiempos pasados así como el rechazo al que viene de fuera (como sufre el personaje del ermitaño japonés). La historia abre con un primer tercio que casi parece seguir las claves del thriller tradicional con asesinatos misteriosos y sin explicación con unos policías que ya son el colmo de la caricatura siendo completamente ineptos para un caso de tal calibre. Pero vemos que hay cosas que no encajan y las supersticiones empiezan a abrirse camino. ¿Hongos venenosos? ¿Un japonés recién llegado al poblado? Poco a poco, y desde que la hija de Jong-Goo empieza a tener síntomas de posesión que el film va tomando carrerilla adentrándose en una escalada de purror horror. Un terror planteado desde un punto de vista bastante exótico y original a nuestros ojos al sacar del armario las viejas tradiciones y supersticiones coreanas.
Asesinatos misteriosos ocurren en el pueblo de Goksung. No hay ninguna explicación...
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La hija de Jong-Goo empieza a sufrir síntomas de posesión. |
Un chamán acude al rescate. |
Nada parece tener explicación. ¿Que está sucediendo? |
Tener de protagonista a un habitual secundario como al actor Kwak Do-Won (Nameless Gangster, The Attorney...) es un puntazo a su favor, haciendo de un personaje que se enfrenta a unas circunstancias que se le vienen demasiado grande. Dicha elección encaja con el tono de pura confusión del film. El secundario es el "héroe" y el que normalmente es el protagonista (Hwang Jung Min) no es más que un mero secundario. Jung Min (New World, Ode to my Father, Veteran...) está excelente en el papel de un chamán que viene a exorcizar a la pequeña niña poseída. Chun Woo-Hee (Princesa, Idol...) realiza un papel secundario con un misterioso personaje y que tendrá un papel clave en la resolución de todo el embrollo. Jung Min es de mis actores preferidos coreanos y el recital que se marca en la escena del exorcismo es increíble. Dicha escena ya vale de por sí el visionado de toda la película en una larga set-piece de pura pesadilla y que te hace sufrir por el bienestar físico de la pequeña Hyo-Jin, quien su actriz, Kim Hwan-Hee, es otro de los grandes descubrimientos de la cinta. La escena del exorcismo fue rodada originalmente sin cortes, realizando el ritual completo en una acción que duró 15 minutos de éxtasis. El veterano Jun Kunimura (Audition, Ichi the Killer, Shin Godzilla, Outrage...) interpreta a ese misterioso monje ermitaño que despierta las desconfianzas entre los pueblerinos. La inocencia, o no, del ermitaño japonés supone otro de los puntos de tensión de la historia y que añadirá más confusión a la resolución del misterio.
El extraño, concluye con un tramo final que acumula un nivel de tensión casi insoportable, donde hay cabida hasta infectados zombis, resoluciones engañosas o personajes que no son lo que parecen. Y, tal vez, esto sea el mayor inconveniente de la película. Que al tercer y definitivo giro de guión final el espectador acabe aun más confundido si cabe dejando un final bastante abierto en ese sentido, o tampoco tanto, si se piensa detenidamente. Al final creemos lo que queremos creer y ahí puede que radique la clave de la película. Si bien dicha confusión general es consecuente con el horror que sufre su personaje protagonista con un destino que acabará como el rosario de la aurora. Con una sorprendente negrura, oscuridad y nihilismo.
El extraño, es una sobradamente notable película de puro horror y que cumple las expectativas con una experiencia opresiva y sugerente. Un film que sabe dominar el suspense de forma maestra llevando al espectador, cual marioneta, al puro infierno. Desalentadora, negra, confusa. Con un nivel visual excelente y un uso del montaje en paralelo sencillamente brutal. Una joya del cine coreano más reciente y, personalmente, mi favorita de su director.
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