Desde la llegada de los grandes
blockbusters a Corea del Sur a principios del nuevo milenio, dicha cinematografía ha visto aumentado su carácter comercialoide viéndose cada vez más acorralado sus características autorales que al fin y al cabo eran lo que hacía el cine de Corea algo diferente a lo habitual. Frente al monopolio en salas de los grandes estrenos, el cine independiente parece cada vez más invisibilizado. Pese a todo, cada año nos encontramos con pequeñas sorpresas que acaban por superar las expectativas de sus creadores consiguiendo hasta éxitos modestos en su país de origen como fue el caso de
House of Hummingbird (2018).
After my death (2017) es el film que nos ocupa hoy, una muestra de cine pequeñito pero bien jugoso.
After my Death (2017) viene precedida de varios premios de gran importancia en diversos festivales coreanos e internacionales. Un film que por su estética y planteamientos parece cerrar una trilogía involuntaria abierta con la sobresaliente Princesa (2013) y la no menos excelente Un monstruo en mi puerta (2014). En las tres nos encontramos con fuerte protagonismo de mujeres quienes se ven enfrentadas a los prejuicios sociales o la doble moral coreana así como con la cara más violenta y oscura de la adolescencia. Pese a no acercarse a la suprema calidad de las mencionadas, After my Death ha logrado sorprenderme gratamente con una experiencia incómoda y por momentos inquietante.
En la película, la adolescente Kyeong Min muere una noche y al día siguiente la policía empieza a investigar. Una compañera de clase es sospechosa y empiezan a hacerle
bullying en el instituto. Mientras, la madre sufre buscando respuestas y el instituto intenta hacer todo lo posible para salir adelante.
After my death es capaz de introducirte durante dos horas en una atmósfera rara y agónica gracias a sus inquietantes momentos de violencia psicológica y física y un final, que a pesar de la primera reacción de insatisfacción que pueda provocar por no acabar de resolver el caso, es bien acertado generando más preguntas que respuestas. El film se beneficia de una excelente interpretación de Yeo Bin-Jeon (Yeong-Hee) pero al centrarse la mirada del director tanto en ella los demás personajes quedan algo desdibujados o ya directamente con trazos paródicos como los agentes de policía (todo un clásico del cine coreano) o los padres de Kyeong Min. Si bien, el film acierta con su atmósfera o esos planos tan ensoñadores y sutiles pero que lo cuentan todo (como el paso en el túnel de las dos adolescentes la última noche antes de morir Kyeong Min). Kim Uiseok, quien es su ópera prima, consigue con After my death (2017) una obra curiosa y notable que logra agrandar su recuerdo con el paso del tiempo aún a pesar de la insatisfacción argumental final que pueda provocar y un misterio que no logra cumplir las altas expectativas generadas.
Una obra remarcable y que consiguió numerosos premios y nominaciones en diversos festivales de importancia como en los Busan International Film Festival de 2017, obteniendo el premio a "Mejor película". Yeo Bin-Jeon también consiguió a su vez numerosas nominaciones y premios a su interpretación como en los Chunsa Film Art Awards.
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